14.07.2011

14 de Julio de 2011

14 de Julio de 2011

AGC en Sol

 

 

 

 

 

 

 

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TRANSCRIPCIÓN:


-…en reclamaciones a lo alto, y el capitoste, que se asoma al balcón,  les dice que ya lo van arreglando, y se ha puesto al habla tanto con el prohombre de las finanzas, que les ha propuesto un plan, un plan de acción, que es conseguir que se produzca una inversión del poder de atracción de la luna y que la luna absorba todo el dinero que nos sobra por todas partes, y bueno, esto al coro, a la gente corriente, parece que de momento le contenta un tanto,  y tanto que se ponen en marcha porque  el prohombre de las finanzas, el capitoste, ha pensado que desde luego hay que acudir a la ciencia para resolver el problema de la transformación del poder atractivo de la luna y que por tanto hay que acudir al observatorio del mago Istáin, para que les proponga un plan, una ecuación  adecuada al caso, y entonces el coro se va poniendo en marcha,  cantando así:

 
La luna, la luna, la luna
será la salvación.
a la luna los mandos supremos
los ojos nos hacen alzar,
mos hacen alzar,
y avanzamos mirando a los cielos
por rutas de gloria, de fe, de progreso y de tá-
tachunda chunda chundarata
rataplán.

-Avanza ya,
conquistador,
el cielo está
a tu disposición.
-Al cubo elevarás
la empresa de Colón.
-Por vía sideral
ve y planta tu pendón
en el zenit.
-Al cielo,
al cielo,
al cielo quiero ir.
-Si al cielo quieres ir,
agénciate un cohete
o reserva billete
para el año Tresmil.

Tararí,
tararí tararí tararí.

La luna, la luna, la luna
es nuestra redención.
A la luna entraremos llevando
la cruz y la espada imperial,
la espada imperial,
y estaremos sin duda en la luna
gozando de gloria, de fe, de progreso y de tá-
tachunda chunda chundarata
tataplán.

-Avanza ya,
conquistador.
Al cielo va
tu corazón.
La tierra ya
no tiene remisión.

-Mirando siempre allá,
irás sin tropezón.
-Irás adonde Alá
dormir te dejará
con una hurí.
-Al cielo,
al cielo,
al cielo quiero ir.
-Si al cielo quieres ir
y ver a lo que sabe,
alquila una astronave
con fe en el porvenir.

Tararí
tararí tararí tararí.

Avante, adelante, adelante,
con toda la ilusión,
por la patria infinita del cielo,
por rutas de gloria, de fe, de progreso y de tá-
tachunda chunda chundarata
rataplán.

 
Esto, aparte de que siempre viene a cuento en este trance de descontento o de rebelión en el que andamos, acordarse de que el Régimen que nos ha tocado padecer es justamente el del dinero, Estado confundido con Capital, aparte de eso venía a cuento de entender mejor el intento de que sigamos unos cuantos juntándonos aquí cada jueves,  a las ocho y media,  para intentar mantener un hilo, después de levantada la acampada de Sol, mantener el sentido que me parece, que nos parece que era originario, no dejar que la rebelión se distraiga como parece que está mandando y que se suele con reclamaciones al Poder, con  reivindicaciones, con manifestaciones ante un centro u otro de los del Poder, que, como se sabe, es lo que a los medios les gusta,  y les gusta, porque saben que no sirve para nada.

Contra eso, la propuesta que aquí mantenemos es que las asambleas que se puedan ir juntando, como ahora mismo se está intentando, se dediquen no a reclamaciones, no a acordarse del Poder para nada, no a reivindicaciones,  no a ningún futuro, porque hay que repetirlo todos los días, la gracia de esta rebelión consiste en que no tiene futuro, el futuro es de ellos y hay que dejarlo para ellos (para la empresa, para la banca, para los ministerios, para los estados, para los capitales), y, en cambio, la rebelión contra ello no puede tener futuro. La condición para que se pueda hacer desde aquí abajo algo bueno es justamente la condición de que no tenga futuro; sólo así se puede ir inventando, se puede ir intentando hacer algo que no sea lo que ya está hecho.

Y,  por ejemplo,  cuando se me pregunta o se nos pregunta, qué es lo que entonces en una rebelión hay que hacer, de qué hay que hablar, que es la manera de acción inmediata que nos toca, que no sea justamente eso que se suele, levantar la voz al Poder y pedir o reclamar nada, lo que hay que decir es esto, que también hoy tengo que volver a repetir: el sostén del Estado y el Capital es la fe, la creencia impuesta,  en el futuro,  entre otras cosas.

Ese es el fundamento, el Capital sin crédito, es decir, fe, no tiene ni sentido ni puede hacer nada, y, naturalmente el Estado que va también con él, si no es con el mismo tipo de engaño o fe, creyendo en un futuro, creyendo que avanzamos por un camino, como el coro cantaba hace un momento hacia la Luna, que es el futuro que ellos nos mandan, entonces lo que nos cabe hacer es hacer hablar contra esa fe, tratar de destruir, desmoronar por todas las vías posibles esa fe que es el sustento mismo del Poder.

Y esta fe abarca muchas cosas, no sólo,  naturalmente,  que nos hagan creer en cosas domésticas (como creer en la pareja, en el amor, en el matrimonio, en lo que sea; como creer en  el Registro Civil o creer en la sanidad más o menos gratuita, la Seguridad Social), no sólo en estas cosas inmediatas sino también las de más alto, las de más en el cielo, como estas de que el cántico que habéis oído trata, porque la Ciencia, con la Física a la cabeza, está también en principio al servicio del Poder, es decir, está para sostener esa fe directamente y, sobre todo, por la vulgarización en los medios de los  supuestos descubrimientos y teorías acerca de ese cielo.

De manera que una de las cosas de las que se puede hablar también en cualquier asamblea de estas y parece que muy lejana, pero es igualmente urgente, es de cuestiones físico-astronómicas, metafísicas, celestiales, como son justamente estas referentes a las teorías que nos hacen tragar acerca de cómo es el universo, de cómo es el cielo, del comienzo, la génesis que hoy se lleva, la del Big-Bang, o cualquier otra cosa por el estilo.

Y esto es lo que os pido que os acostumbréis a pensar:  que  no es ninguna cosa ni filosófica ni teórica ni que ande por las nubes, es una cosa para tratar aquí y precisamente en sitios como una asamblea improvisada en la vía pública, en la Puerta del Sol mismo. Es el sitio para tratarlo, porque en la Universidad, en las escuelas no se trata de eso así, no se trata más que para confirmar el engaño. Y en casa con la familia no vais a hablar de eso tampoco, aunque no sea más que por un descuido alguna vez, pero por lo demás tampoco vais con eso, y con el novio o con la novia tampoco habláis de eso; en la vida privada y en la vida política de los políticos no se trata de eso.

Por tanto ¿dónde? ¿dónde se puede destruir la mentira del universo,  la mentira del cielo? Pues aquí, en una pequeña asamblea que más o menos improvisadamente se produzca, y esto es justamente lo que esta tarde, esta casi noche, os estoy proponiendo:  que tratemos como lo más urgente acerca de esto, acerca de lo que creéis, porque os  lo han hecho creer,  acerca de cómo es el mundo, el universo, las teorías que más o menos ya habéis recibido por la vulgarización, hasta qué punto cada uno de vosotros se las cree, ir descubriendo justamente por la declaración de la creencia de la fe la falsedad,  que está en la raíz de todas ellas. Todas son mentira –eso ya os lo anuncio de antemano; no hay ninguna idea verdadera; acerca de la realidad y en la realidad no caben verdades, no caben nada más que esos engaños y esa fe que es necesariamente mentirosa.

De manera que de eso, si os parece,  es de lo que vamos a seguir discutiendo algo; os voy a pedir que cada uno declare cuáles son las cosas que cree acerca de universo, de cielo, de principio y de fin, del tiempo que sostiene todo esto. Conviene sacarlas a luz, están ahí,   las tenéis por fuerza más o menos metidas en vuestras conciencias si no en vuestros corazones, y por tanto es lo que hay que hacer, es lo que os propongo, sacarlo a luz: ¿cómo es el cielo?, ¿cómo es de infinito?, ¿como es de todo?, ¿qué es lo que creo?, ¿qué es lo que no creo?  De manera que esas son mis preguntas, y con eso os estoy ya pasando, con cierto cuidado, con cierto cuidado para que no se nos caiga,  el…  De manera que podéis empezar

-Agustín, perdóname. Yo hablo fatal. Hay un emperador que se llama Heliogábalo, que rellena un vacío de poder, que se llama la anarquía coronada. Duró seis meses. Murió en las letrinas. Su madre frufrufrú, y su padre papapá… Parece ser que Antonin Artaud, que estaba más loco que una cabra, sacó un libro que se llama “Heliogábalo o la anarquía coronada (el anarquista coronado)”. Os lo recomiendo, por favor.

-Ya habéis oído. Y ahora, aparte de bibliografía, vamos a recoger las preguntas que os he hecho, que repito: ¿Cómo veis el universo? ¿Todo? ¿Infinito? ¿Cuándo empieza? ¿Empieza? ¿No termina? ¿Cómo es el tiempo? Todo eso que a lo mejor creéis que no lo sabéis pero que lo tenéis creído de todas maneras y por eso hay que sacarlo a luz. Vamos ¡Ánimo!

-Hola, buenas tardes. Yo no vengo aquí a saber lo que es el universo, no, porque el universo es infinito y lo poco que sabe el hombre lo ve por telescopios, dicen que hay muchas galaxias…

-¡Lo que sabe ya!

-… y bueno, yo lo que quisiera transmitiros, que hay una fe que traspasa fronteras y todo, porque a mí me la han dado, soy un privilegiado en este sentido, y yo pido al que me la dio que os la dé a vosotros también, es una fe del Creador, del Dios del universo. Muchas veces le echamos culpas de las guerras, cuando las guerras es culpa del hombre, del odio, porque es egoísta. Muchas veces le echamos culpas de por qué hay hambre. También es culpa del hombre, porque es egoísta: odia, es avaro, y vivimos a espaldas del Creador,  que mira por los pobres, mira por la justicia, y mira por todos nosotros. Lo que pasa es que la Iglesia en el transcurso de la historia ha sido apóstata, han predicado cosas que luego no hacían. Pero bueno tengo un testimonio que daros: cuando era vigilante de seguridad en la Casa de Campo,  en el albergue de puertas abiertas, daba bocadillos a escondidas, me jugaba el puesto, bueno no sé si el puesto, pero sí una buena bronca, porque daba bocadillos a gente que estaba alrededor pidiendo, a escondidas, bueno. Y  vino un árabe a pedir agua y delante de tres miembros de personal, un enfermero, un celador, un auxiliar, y tres  usuarios, el árabe y yo, no le dieron agua porque sólo podían servir a los usuarios, a los que estaban allí afiliados, y yo entre tristeza y cabreo empecé a rezar, y delante de ocho apareció una fuente. Todos asustados, los usuarios dando voces y saltos de alegría, asombrados. El personal estaba atónito. El árabe me preguntó a mí si podía beber, le dije que sí, pero no se atrevió. Y luego me dijo “¡Qué memoria!” Y yo le digo: “¡Qué memoria tú, que te he dicho que bebas y  no has bebido!”. Y bueno, y cosas parecidas me han pasado, y que Dios os bendiga.

-Bueno, perdona un momento, te han oído y no sé si alguno querrá decirte algo. Espera un poco. En todo caso te ruego que te quedes un ratillo con nosotros por si alguno de ellos quiere acompañaros a eso de la fe, pero quédate tú también, porque a lo mejor algunos a ese Dios creador tuyo del que nos has hablado lo ponemos con el culo al aire. Y qué se le va a hacer, si lo ponemos,  tendrás que quedarte ahí, ¿no? Si alguien quiere decirle algo a él también, y si no,  volvemos a las cuestiones, a tratar de romper con esa fe en la ciencia a la cabeza. Las demás fes están subordinadas en nuestro régimen a la fe principal que es la de la Ciencia. Trata de ir con él.

-Buenas tardes, yo le quiero hacer a usted una pregunta: Usted ha dicho que el hombre es culpable? Pero ¿por qué? ¿De qué? ¿El hombre es culpable? ¿De qué? ¡Imposible!   Razónelo. Que los hombres son víctimas, y las víctimas nunca son culpables.

-Un momento, voy a dejar que le contestes pero antes os voy a poner de acuerdo enseguida con una negación: ese bicho que es el hombre y que aunque sea víctima es un bicho maldito es el mismo que él llama Dios,  y no son distintos. Ahora respóndele tú.

-Bueno, Jesús dice que Dios es espíritu, y no es un bicho porque tiene misericordia de todos. Si fuese malísimo, pues al momento que hiciéramos algo mal que está en su contra, nos eliminaría, y nos da muchas oportunidades para que podamos rectificar. El Creador, si os conocéis un poco la Biblia, mira mucho por el desamparado, por el pobre, por el huérfano. Jesucristo hablaba a los pecadores, no se iba con los fariseos y los que se decían que eran justos y  sanos. Jesucristo estaba con las prostitutas, con los enfermos, con la gente necesitada. Y los fariseos le decían  cómo te juntas con los pecadores. Y Jesucristo les decía: Vosotros que estáis sanos no necesitáis médicos, pero ellos que necesitan médicos son sanos. Y los pobres fariseos no sabían que eran unos miserables y condenados. Hay que tener un poco conocimiento de la fe…   Yo la fe que tengo, por suerte, es porque Dios me la ha dado, no sé por qué me la ha dado. Pero la fe viene por oír y escuchar la palabra de Dios. Y la Biblia no dice nada malo, no enseña nada malo. La filosofía … Dios… Y lo más fuerte de Dios de este mundo…

-No era mi propósito venir aquí a tratar estas cosas que nos van a distraer, pero no puedo por menos. ¿Qué se le va a hacer? No, por favor, no huyas, no. Eso no.  Si tu fe es tan firme, quédate y aguanta. A ver si se mantiene. Es una prueba. La Biblia, en primer lugar es, el Antiguo Testamento, que es con mucho la mayor parte, es una rastra de infamias, de crímenes y de crueldades. Lejos de mostrar ahí ningún amor por las criaturas ni por los demás, constantemente el Señor le da a su pueblo elegido autorización, justificación para matar, para aniquilar a los enemigos, entre otras muchas cosas por el estilo. El Antiguo Testamento es así. Yo lo he leído. Y luego, el Nuevo Testamento, los evangelios, desde luego tienen para mí algo que aprecio y que aquí sacamos de vez en cuando. Cuando en el Sermón de la Montaña, se habla de los lirios del campo, que visten mejor que Salomón, y les dice  -lo contrario de la fe que hoy reina-, les dice: “nos os preocupéis por el día de mañana, el día de mañana cuidará de sí mismo; a cada día con su mal le basta”. Palabras del Verbo, que están contra la fe,  contra la que estoy  principalmente hablando. Y en la que no quiero entretenerme mucho porque después de todo tu Dios creador en la Ciencia que hoy reina ha quedado sustituido por todos los cuentos esos del Big-Bang, del principio del Tiempo y cosas por el estilo, y sigue siendo la misma mentira pero naturalmente renovada. Sin embargo, cualquiera puede decirle a él o a mí o a quien sea alguna otra cosa respecto a esto.

-Bueno, yo quiero deciros una cosa. Por favor, escuchadme. Uno dice que tiene fe en Cristo, el señor de la camiseta naranja que tiene fe y que cree en Jesús, y el otro señor, el de la camisa violeta dice que no cree en nada y que todo eso es una ilusión y un cuento, pero para cargar en los hombros de los hombres y de las mujeres la cruz de la responsabilidad de sus actos, en eso sí creéis, cuando yo os he dicho que la persona siempre es inocente. Y te digo a ti al de la chaqueta naranja, tú que crees en Jesús: “En la cruz dijo: Perdónalos, Padre, que no saben lo que hacen y están enfermos”. Y a ti te digo: si no crees en nada, ¿cómo eres capaz de acusar al hombre?

-Yo no digo que no crea en nada. No he mencionado la palabra “nada”  para nada, por tanto hay que tener cuidado con la manera en que se  cita…

-Dices que es todo o nada…

-He dicho que estabais poseídos, no lo podéis negar, por una fe, incluido esa fe fisico- astronómica celestial, y luego fes más cercanas, como las de la Seguridad Social, y la banca y demás, que estáis imbuidos de esa fe, y esa fe estamos aquí a sacarla a luz, justamente para negarla. No se la niega en un momento, está demasiado arraigada… En cuanto a los hombres de Dios, el que sean muchos víctimas no les quita para que sean al mismo tiempo…

-Pero sigues cargando en la espalda del hombre la responsabilidad de sus actos.

-¡El hombre me importa un bledo! Aquí estamos tratando de que hable el pueblo, que no es nadie. Este es el sentido de esta rebelión: pueblo que no es nadie, que es cualquiera. Y el hombre es un engaño tan gordo como Dios mismo, es  el heredero del engaño, y por tanto no hables más del hombre porque lo mismo si lo tomas en el sentido genérico de el Hombre, que es una engañifa, que si lo tomas individualmente como cada uno, en ambos casos es una desgracia, es al mismo tiempo una desgracia y una mala intención y una obediencia a lo que le mandan desde arriba. Eso es cada uno de los hombres. Contra eso estamos.  Si esta rebelión, esta por la que estamos aquí,  tenía algún sentido era porque no era ningún humanismo sino que era la rebelión desde lo que está oprimido, que es justamente eso a lo que se alude como pueblo. ¡Que quede claro! Más.

-Las caras de Dios hoy día, se ve claramente que es el Dios de todas las religiones está sustituido por el único Dios que es el monoteísmo más absoluto que es el Dinero. Se está disimulando con que hay por un lado religiones musulmanas, por otro cristianos, por otro judíos, pero, en definitiva el modelo que se impone es el hombre como representante del dinero, y ya no hay distinción entre nada, entre nadie. No hay oposición entre las culturas. Antiguamente quizá habría un disimulo entre las religiones, pero hoy día está claro que el representante verdadero de Dios, del Régimen del llamado Bienestar, es el Dinero. Entonces, cualquiera que quiera promocionarse en este mundo, puede seguir manteniendo la diferencia folklórica de su culturita, pero como un folklore más, de sus creencias, de su fe religiosa, pero en definitiva está abocado a tener el destino de hacerse un logro, el beneficio inmediato,  a convertirse absolutamente en el dinero. Hoy día el hombre progresado, en la tecnodemocracia progresada, es idéntico a la moneda del César, ni más ni menos.

-… que yo os comentase que Dios es, cómo decirlo, la representación de la justicia. Yo no sé, el hombre se ha ido ahí todo enfadado el pobre… A ver: Religión. ¿Qué es la religión? Realmente se podría decir que son mensajes que se han dado para toda la humanidad, hombres que han intentado o han hecho una liberación de la esclavitud  mundial en varias etapas donde había ídolos. De hecho, hay ídolos ahora mismo cuando la gente sale a la calle detrás de un trozo de madera, cuando Jesús dijo que no se debería adorar a ídolos,  quiere decirte que la sociedad está esclavizada. ¿Por qué? Porque hay ídolos. No. Horus, Satán, Leviatán… tiene muchos nombres. Hombre,  todo empezaría porque… El diablo quiere que, cómo decirte, el diablo no quiere existir para que la gente no crea en él y así sea atea, y al ser atea pues de alguna forma sean ciegos y no vean los signos. Y ¿qué es Dios? Pues Dios es una manifestación universal que está en los corazones de la gente, pero claro nadie puede -¿cómo decir la palabra?- demostrar que existe Dios y los ateos no pueden tampoco demostrar que Dios no existe. Entonces nos vamos a parar en que son experiencias de cada ser humano en las que unos creen y otros no creen, pero, claro, el che Guevara dijo: “Él creo que existe para cualquier persona pero lo que hay que hacer es exponer sin imponer”. ¿Qué ha hecho la Iglesia Católica? Ha impuesto, al lado del nazismo, al lado del fascismo. Pero claro ¿cómo decirlo? La religión realmente no es religión, la verdadera religión es la iglesia católica. Lo demás son filosofías. Sería como la verdad rota en mil trocitos de verdades. Cada cual cree en lo que quiere creer. Cada cual quiere seguir  lo que quiere seguir. Cada cual tiene su propia vida y punto. El que quiera creer en Dios que crea en Dios. El que no quiera creer en Dios que no crea en Dios.

-Perdona pero nos estamos distrayendo con menudencias, porque como ahora Isabel mismo, pero no la has oído,  estuvo diciendo que dentro de este régimen que padecemos cada cual puede elegir sus culturitas, sus viditas, sus cosas, pero la religión, no la católica, la que a nosotros nos mata es la del dinero. El dinero en su epifanía actual ese es Dios, el dinero como Dios. Y todo lo demás son distracciones porque la Iglesia Católica ni ninguna secta de ningún color ni ninguna otra forma de cultura es capaz de enfrentarse con esta, está sometida, está sometida a la religión del dinero,  a ese Dios que es el que nos mata directamente, y todo lo demás siguen siendo cuentos para distraernos de una manera muy culpable,  porque apenas tenemos tiempo en todas nuestras vidas para intentar decir no a esa fe.

-Bueno, más cosas, por favor, si os parece,

 -Bueno, a mí lo que me parece es que dedicarnos ahora a hablar sobre qué es el papel de Dios… Desde luego el único Dios que hay, que admiten cualquier religión y cualquier filosofía política y cualquier estado, y cualquier cosa es el dinero. Este es el dios universal. Es el único que hay, los demás son apuntes, pero no existe más Dios que el dinero.  Lo demás son variaciones, y luego, aparte de eso, está la justificación de la religión antigua, que explicaba las cosas en forma de cuentos, se ha dejado para coger la ciencia moderna, y la ciencia moderna es la misma cosa pero dicho de otra manera. Pero tan cierto es el Big-Bang que hay gente que ha recogido hasta la explosión del Big Bang en los laboratorios como la situación esa del crecimiento programado, que dice la iglesia para agarrarse a la posibilidad de no renunciar a la creación del mundo, el diseño programado. Pues esto es la misma historia, el único Dios real es el dinero, y ese es el único Dios que manda desde China hasta el último  pueblo del mundo, hasta Compostela, y se acabó.

-Bueno, ocho siglos antes de que viniese Jesucristo a la tierra, Isaías, el profeta Isaías dijo: la raíz de todo mal es el amor al dinero. El dinero es necesario, sí, pero es una herramienta… Es necesario. ¿Es necesario? Pues sí, Isaías dijo…

-Hemos leído el Antiguo Testamento, cuidado.
 
-Te traigo la Biblia.

-No, no. Donde se dice eso es en el Sermón de la Montaña, lo acabo de citar: “No os preocupéis por el día de mañana; el día de mañana cuidará de sí mismo; a cada día con su mal le basta”. Eso es contra el dinero.

-Bueno, Jesucristo también dice: mira los pájaros, los gorriones de este mundo ni siembran ni almacenan, sin embargo Dios les da de comer. Dios nos da a nosotros el aire que respiramos. Es el creador. Y es celoso, sí es celoso porque no quiere que adoremos ni a soles, ni a árboles,  ni a monumentos, ni a Messi ni a Cristiano Ronaldo ni a filósofos ni a sabios…

-¡Ni al banco!

-… ni al banco, ni al dinero, ni a la economía. La Babilonia de este mundo es, los Reyes de este mundo y los poderosos de este mundo, pero no os preocupéis. Hay una justicia después de esto, somos eternos para la salvación y condenación. Con esto ya me voy, por favor.

-Hombre, no te vayas.

-Una cosa que tiene que ver con esto. Bueno, vamos a ver, es que antiguamente había un dinero que era para comprar cosas, era un dinero que era todas las cosas. Pero hoy día el dinero es invisible, es como Dios. Nadie ve los millones esos que están en las pantallas, que son los que rigen nuestras vidas. Cumple absolutamente la condición del Dios de arriba, del dios más divino, es decir, la invisibilidad. La invisibilidad del dinero le hace absolutamente equiparable con el poderío divino, con el poderío de Dios, pero esto tuvo un intermedio que fue el propio hombre. Lo primero que se convirtió fue la firma personal. Las tarjetas de crédito están firmadas personalmente, por el nombre propio. Y es decir el nombre propio es el que toma la cara verdadera del dinero, es primero el hombre, y luego pasa a la invisibilidad de las pantallas, pero pasa ayudado y regido por el hombre como representante y verdaderamente representante de Dios en el  mundo. Nada más.

-Bueno, ya que estamos con Dios y el dinero, os voy a decir que Dios cometió, en el caso de que exista, que es imposible, diré que cometió un fallo horrible, y un Dios que es digamos omnipotente no podía hacer eso, que es el no crear el dinero. Es más:  el día séptimo descansó, y el dinero no descansa. Ahí la demostración de que Dios manda, de que el dinero es el que manda. (Aplausos) Y Dios está no sé en dónde, en las mentes. ¡El Dinero! Se equivocó y el dinero no cambia. Ese vive siempre y hasta es eterno. Y no descansa, como Dios que el séptimo día descansó. Pero ¿qué es eso? ¿qué hizo? ¿no se le ocurrió eso? ¿qué estuvo pensando, soñando ese hombre?  (Risas y aplausos).

-¡Se despistó, se despistó!

-El dinero no es otra cosa que movimiento, se bate como los huevos y crece. Nada más.

-Venga por ahí, a ver si ahora que nos quitamos un poco de encima esto de las religiones, que me carga mucho, y que corre peligro de empezar a aburriros,  porque son cosas ya que tenemos demasiado oídas y que no tienen mucho interés, a ver cuándo consigo que antes de que nos vayamos empecéis a responder a las preguntas  que os tengo hechas respecto al cielo, al universo y todo eso, porque esa es la vía directa de atacar la fe en su forma aparente de ciencia, que es la que es urgente intentar demoler aquí un poco, en una asamblea, no en casa, no en las escuelas.

-Sí, yo quería hablar de lo del cielo. Bueno yo del cielo no me parece que haya que creer cosas de él, pero hay toda clase de doctrinas. En lugar de dejarse caer a mirar el cielo o a que el cielo te invada, pues sueltan teorías. El otro día oí una, por eso lo quiero decir digo cómo puede decir, por ejemplo, la divulgación científica  que  hay infinitos mundos, como ha dicho también aquí uno que ha hablado hace un momento que el universo era infinito. Siempre que se habla del  cielo parece que sale la cuestión esa de infinito… es infinito como si eso cupiera en la cabeza o que, siendo lo que es, siendo el universo el que es, a la vez sea infinito pues eso no hay quien lo entienda. Pero luego lo de los infinitos mundos,  que parece que está muy extendido y que parece como si se entendiera, si se piensa un poco tampoco se entiende, porque entonces este es un mundo de los infinitos ¿no?, pero si se piensa eso, lo de un sin fin menos uno, pues eso ¿cómo se come? Es que parece que piensan que infinitos números, perdón, infinitos mundos es como infinitos números, es como un número muy grande, pero es que eso, bueno pues eso. Supongo que más gente habrá oído hablar de eso, de infinitos mundos y a lo mejor se lo ha creído, como que eso cabe en la cabeza concebirlo.

-Sí, sí, ahora algunos de los que andais por aquí, que lo confiese, que lo confiese.

-Hola, buenas tardes. Yo gracias a Dios soy un poquito ateo,  y tengo una táctica para llevar esto. Yo me fabrico un dios todos los días, me lo llevo conmigo y luego a los diez días le digo: ala, majete, adiós. Y hasta mañana.

-Yo era por seguir con estas fes en la ciencia, comentaba por aquí una compañera, con los infinitos. Los infinitos, bueno, yo creo que la fe en la ciencia, todo lo que ya oímos nos lo tragamos. Entonces, no sé, yo, si le preguntan a mi padre que qué es el infinito, por supuesto no sabe ni que es un símbolo ni nada: el infinito, mucho y cosas así. Lo que pasa es que yo creo que la fe que tenemos todos ahora mismo en la ciencia es que se sabe todo y lo que no se sabe están en ello, pero saben en lo que están ya, o sea, se sabe todo, está el total controlado, y yo hace unos meses escuchaba una cosa que me llamó muchísimo la atención, porque luego no oí por la calle que iba todo el mundo escandalizando con lo que habían dicho. Decían que el número… (por supuesto me lo invento), que se conocían un millón de especies de peces, que existían diez millones que todavía no se conocían, y yo decía: ¿cómo los han contado los diez millones? Y no ha salido la gente a la calle con pancartas diciendo: es mentira, no habéis podido contar diez millones de clases que no conocemos y que estamos detrás de ellas, pero nos lo tragamos, sin ser el infinito, diez millones, da lo mismo.   Nos tragamos que se sabe todo, que está todo controlado y  que además si están con una vacuna, la van a sacar, no te preocupes, lo que pasa es que lo mismo a ti no te pilla y te mueres, pero aquí a este seguro es que le pilla.

-… De manera que seguid sacando cuantas más declaraciones y confesiones respecto a lo que os creéis y lo que tenéis dudas. Por favor.

-Agustín, voy a decir una cosa muy corta: Me explicaron una vez que el tiempo era como una espiral que se iba abriendo, pero yo no estoy seguro.

-¡Qué más, qué más en cuanto a estas cuestiones! Supongo que por lo menos estáis convencidos de lo político y lo urgente que es tratar en una asamblea de estas cosas. Se hará mejor o peor pero no podéis negar ya que es urgente y político. De manera que, por favor, ánimos, porque algo tenéis escondido por ahí. Cuando yo me vi lanzado a este mundo desde luego, todo lo que me venga, todo lo que pudo venirme de creyente y  de contracreyente y rebelde vino de ahí: un niño que se asoma al cielo de la noche de verano y que se pregunta en su cama por ejemplo si hay más allá, y si no hay más allá. Esta cuestión no sólo me ha acompañado siempre, que la tengo siempre dentro. Esta cuestión la tenéis que relacionar inmediatamente con la cuestión del dentro, de lo más íntimo, el tratar de penetrar en uno mismo que le lleva justamente también a la misma duda: ¿y ese todavía soy yo o ese ya no soy yo? Aparte de la astronomía y del psicoanálisis, no es por separado, es la cuestión política de la que os estoy animando a hablar. Y sigo con ello un rato todavía. Venga, más palabras, por favor.

-Yo estoy un poco en contra de mi amigo Agustín, por mucho tiempo, por una cosa: que el futuro es de los políticos y de los banqueros en lo que es el régimen actual. Yo digo  que el cambio también está en el futuro, y los políticos y los banqueros no cambian; por tanto los que queremos ese cambio porque en el cambio está la solución, no la solución definitiva, pero por lo menos el régimen actual no existirá. Por eso, por el cambio que también es futuro… A mí me gustaría,  Agustín,  qué opinas sobre esto.

-Me lo pones demasiado sencillo, me lo pones demasiado fácil. Parece que no has oído: primero: cambiar, esto es lo que está haciendo el capital todos los días, y los gobiernos cambian constantemente. ¿No os lo cuentan los medios? Están cambiando para seguir igual. La mentira del cambio en la realidad consiste en eso: que ni el Capital puede parar un momento sin cambiar, sin inventar nuevos engaños, ni ningún gobierno puede parar tampoco sin darles a los medios eso que os dan todos los días: las opiniones de un partido, del otro para entretener al personal, para nada. Eso es el cambio. No se lo quites. Es de ellos. Lo que me tenías que haber oído es lo que tengo que volver a repetir: para que esta rebelión con la que nos hemos encontrado, en la que nos hemos encontrado metidos,  tenga algún sentido, hay que saber esto: que para  que se pueda hacer algo que no sea lo que ya está hecho, lo primero es que esto no tenga futuro, que no tenga futuro, porque así es como hay que inventarlo, inventarlo, sacarlo de donde no está. Pero volvamos al cielo o a las entrañas, que da lo mismo.

-Yo era un poco esto lo que quería decir: solamente decir que lo que hemos escuchado podemos haber visto que hablar por ejemplo de religión o de creencias o del dinero es algo que nos aleja de la vida misma, que por ejemplo lo que nos importa en este momento y estamos aquí es para plantearnos una revolución, ¿no?, que necesitamos cambiar las cosas y necesitamos una revolución. Si en vez de la revolución, hablamos de las creencias o hablamos del dinero o del futuro,  nos alejamos de lo que estamos pasando y de la revolución que nos hace falta. Yo creo que esto es lo que hay que plantear: no hay revolución sin  un cambio real, un cambio que nos hace falta porque hay un nivel de injusticia y de corrupción enorme lo que hay que plantearse. Si hablamos de creencias y de futuros estamos perdidos.

-No emplees términos como corrupción y eso, que son de los medios. Lo que tienes que estar conmigo, con nosotros, es en que para eso que tú llamas cambio o revolución, para eso lo primero es romper con la fe. Lo que han salido son algunos ejemplos un poco extremosos que no tienen importancia, pero hay una fe en la que, en general, las mayorías participan, que es la fe que el Capital necesita, que el Poder necesita. Matar la fe, romper con la fe, que es lo que se puede hacer hablando, eso, repito, es lo más urgente, porque cualquier otra cosa que se haga, cualquier acción que se emprenda sin haber roto con eso,  vendrá a dar en lo de siempre, caer en lo mismo, con otro color, precisamente por no haber roto el fundamento, el fundamento que es eso, la creencia dominante, la fe, la dominante en nuestro régimen, la de la ciencia. Todas las demás que queden alrededor, religioncillas y demás, de paso, barridas también, pero lo primero es matar la fe que nos domina.

-He escuchado antes que el creer o no creer nos aleja de la realidad  y de la actualidad. Hace poco tiempo, un par de meses o tres, una persona española que habló en la televisión, y dijo: si yo no fuera capaz de solucionar este problema y no fuera creyente, me pegaría dos tiros. Y yo desde entonces estoy pensando si hacerme creyente o no, porque en primer lugar si eres creyente te ahorras la pistola y te ahorras las balas, además puedes desear a la mujer de tu prójimo, puedes robar, puedes matar, puedes irte con mujeres de mala vida, aunque algunas están muy buenas, y entonces a lo que me refiero es el creer o no creer existe hoy y está en la realidad. No sé si os imagináis quién es ese señor que dijo que si fuera creyente se pegaba un tiro. Como es creyente no se pega el tiro, porque si se lo hubiera pegado hace tiempo, hubiera hecho muchísimo bien a muchísimas familias españolas. Eso lo hizo hace treinta años y ahora lo ha vuelto a hacer. Y yo lo comparo con Felipe IV de Austria,   que según cuentan los historiadores tuvo 62 hijos; a cada hijo, como solamente uno podía ser Rey, al resto de los hijos les concedió una canonjía. Si no sabéis lo que es una canonjía, es un puesto donde no haces nada, pero te da muchos ingresos. El otro no les daba una canonjía, pero les daba una empresa: a sus hijos, a sus nietos, a sus biznietos, en el caso de que los tenga, y luego esa empresa iba a la quiebra, pero a él no le importaba porque ya su hijo, o su nieto o su biznieto, ya había acumulado un montón de nóminas en el banco, donde podía vivir en el paraíso, porque del infierno de los pobres se forma el paraíso de los ricos. No sé si ha quedado esto un poco explicado.


-Sí, sí , está claro.

-Venga, más, cielo, entrañas.

-Yo sigo con lo de la física. Yo recuerdo, igual que tú lo has dicho ahora, cuándo me desengañó a mí la física por completo, la física y todo lo demás, que fue estudiando el átomo, la primera vez que me explicaron  que los electrones saltaban de capa en capa y lo tenían clarísimo, además: cuántos saltaban, cómo, de qué manera y a qué capa. Entonces yo ese día que estaría, yo que sé, en octavo de EGB, entonces esto no puede ser, esto es una locura, esto es una demencia. Y desde ese día ya tuve la sospecha de que todo era una mentira bastante gigantesca y además bastante idiota, porque además hacían una especie de ese gigantesca para explicar los electrones saltando de capa a capa, una cosa de locos. Pero me ocurrió que muchos años después, dando clase, y explicando estas mismas cosas a un alumno, me decía: “Pero, claro, puede ocurrir que los electrones tengan cierta voluntad”;  y yo le decía: “Bueno, es que tú le puedes aplicar las cualidades que tú quieras a lo que tú te inventes”. Y él me decía: “Sí, pero también es sospechoso que todo tenga cierta voluntad”. Y entonces a mí me llamó la atención que lo mismo que a mí me había desencantado de todo, a él le resultaba fascinante, y llegó a hacer Físicas de hecho pero con un fe enorme en ese orden. Y a mí eso siempre me ha chocado: ¿por qué lo que a mí me descolocó completamente a él le dejó colocado, además un chico bastante listo?

-Bueno, son testimonios interesantes. Esta lucha por creer que la ciencia “dominante”, no la investigación de algunos físicos desmandados que andan por ahí, con la cual se pueden descubrir muchas mentiras, pero la ciencia dominante trata de reconstruir esas dudas. No te encontraste con uno que a continuación te explicara cómo podía ser lo del salto de los electrones, ni más tarde todavía con alguno que  como decía todo el mundo desarrolle también como una doctrina lo del free will, el libre albedrío, si no de los átomos, por lo menos de los electrones o de ahí para abajo.  La ciencia progresa, y la dominante progresa para mentir como todas. Por fortuna, de vez en cuando, hasta entre estudiosos, hasta entre físicos, la duda sigue floreciendo, y lo que importa es que la duda florezca, porque es la fe lo que mata, y, por tanto, a lo que estamos aquí es justamente a  demoler esa fe, dejar que por lo menos la duda florezca, no otro saber sustitutivo, no ninguna doctrina, la duda, la pregunta, esas preguntas que le he atribuido a mi niño prehistórico antes y de las que os digo que nace cualquier forma de rebelión. Sigo volviendo a insistir en que esto de que estamos tratando ahora es lo más político y urgente que hay; por tanto, pido más palabras.

-Imaginaos que el tiempo que llevamos aquí nos hubiéramos dedicado a estar utilizando el modelo que impone interlocutor, es decir, el Poder: usar sus jergas, pedir reivindicaciones, pedir orden de palabras, usar en cada momento sin separarnos una especie de repetición sin fin de los mismos tópicos que usan, hubiera sin duda nacido y brotado de la manera más absolutamente obligada el aburrimiento. El aburrimiento es el arma fundamental del poder. Aquí llevamos no sé cuanto tiempo, porque ya no sé,  que estamos hablando de estas cosas que son verdaderamente políticas como dice Agustín porque son movilizadoras y porque desde luego en ningún momento estamos usando la jerga del enemigo, la jerga del Poder; estamos sencillamente hablando de algo que está ahí, que es lo que realmente debía de ser ya nuestro único futuro, es decir: ahora, ahora, lo que estamos haciendo aquí esta tarde, el que nos reunamos la gente, el que podamos hablar. ¿Hay logro más extraordinario que ese? Porque la gente ya no se reúne sino por imposición desde arriba de la ley del entretenimiento, del mandamiento del entretenimiento. Cuando la gente se une y se reúne, ya lo sabéis, es por orden gubernamental o por orden de las discotecas o de la industria del ocio, que es donde oportunísticamente junta a los ciudadanos para entretenerlos: es el entretenimiento. Sin embargo, aquí  esta cuestión es que hemos estado, pues como el que no quiere la cosa, que sale son las que realmente… Sí, ya, quiero decir que en este momento esto ya es algo que debía de alentarnos, y aunque solamente sea sin ningún logro ni rentabilidad inmediata, es esto, lo que habría que seguir haciendo, esta repetición.

-Con lo cual, como no tenemos medios que nos promocionen y que convoquen a la gente, no tenemos más remedio que cazarnos así al vuelo de vez en cuando, como con esta propuesta de los jueves a las ocho y media, a ver si el que viene se reúne un poco de eso, de asamblea libre que se caracteriza porque no se sabe cuántos son. Como Isabel ha recordado muy bien, el aburrimiento es el arma del enemigo, y, además, el aburrimiento sobre todo tal como se les impone a las juventudes  y a los demás: el entretenimiento, el aburrirse sin darse cuenta, la diversión, que es la peor forma del aburrimiento. De vez en cuando si nos encontramos con algo distinto pues tanto mejor, no hay que pregonarlo tampoco mucho. No podemos ponernos optimistas nunca, ni tampoco pesimistas; eso ya es futuro, por lo tanto nadie puede ser ni optimista ni pesimista.

-Bueno, yo cuando era un niño, el mayor regalo que me podían dar mis padres, fue un día que estaba muy pesado y muy jodido y que fui un fracaso en mis exámenes, el mayor regalo que me hicieron fue el poder apagar la televisión: me castigaron sin la televisión durante más o menos tres semanas.   Y desde el instante que me apagaron la televisión fue como una revelación para mí.

-¡Qué suerte!

 -Y a eso de los trece años encendí la radio y me puse a descubrir un montón de canciones que no conocía, un montón de programas y tertulias que no tenía ni idea, y me puse a indagar. A raíz de eso me puse a indagar Internet, me puse a indagar canciones. Y ahora me pregunto la cantidad de gente que nunca en su vida apaga la televisión y tienen que tragarse las mismas y las mismas cosas que suenan cada vez. No saben ni películas ni canciones ni un montón de historias que han pasado antes, sólo se quedan con lo que sale en la televisión y en los canales generalistas, que es pura basura, para qué mentirnos: lo mismo de siempre, lo mismo enlatado. No sé si habréis visto las noticias de ahora. Es en todos los canales que hablan del calor: yo no sé qué diferencia habrá con el calor del año pasado o del anteaño pasado.

-Yo no tengo tele.

-Yo tampoco.

-Haces muy bien. Hombre, tú no tendrás tele, pero la mayoría de la gente tiene tele. Y bueno, veréis, todos hablan del calor. Cada año,  yo desde que recuerde que me ponía, para qué mentir,  mis Simpsons para comer, hablaban del calor y del calor y del calor. ¿No habrá noticias más allá que pasan en el tercer mundo o al menos algo diferente a que el calor, a que los niños no salen de vacaciones, o que salen de vacaciones? No sé por qué la gente se traga tanta cosa enlatada, no sé por qué no se cuestiona mínimamente siquiera eso, porque lo mismo… Gracias.

-Bueno, desde luego no haces bien en distinguir lo de las noticias acerca del calor que está haciendo de las otras noticias acerca de las guerrillas en algún tercer mundo, acerca de… todas ellas, la información toda en general de la televisión está hecha para hacernos creer que no pasa nada más que lo que ha pasado y que la televisión te pone delante de los ojos. Es mortal, el capital no podría ya vivir sin la televisión. Algunos no la tendréis, no la tenemos, pero la inmensa mayoría, que es lo que al Poder le interesa, la inmensa mayoría la tiene. Tenéis que estar bien conscientes de esa necesidad. Es la creación casi instantánea de la Historia. Veis todos estos pobres que andan pasando con las reivindicaciones del pasado y la memoria histórica, están cayendo en una trampa, pero esa historia o memoria histórica no es distinta de la historia inmediata que la televisión os ofrece en cada informativo: sosteniendo la mentira de la realidad. Eso os prueba que tienen que sostenerla, si no, no tendrían que procurar que cada vez haya más televisiones y cada vez la gente obedezca más y la tenga más tiempo. ¿Para qué van a molestarse en provocar eso como todos los demás adelantos como todos los demás adelantos y la invasión de los chismes? Es una prueba de que, a pesar de todo el Poder, el Capital y el Estado tiemblan, tiemblan, están inseguros, tienen que reafirmar su fe cada día, y por eso aquí estamos los que nos salimos un poco de la raya para intentar ir contra esa necesidad de fe.

-Pero hay que añadir que cuando sale el tercer mundo por la televisión es para que nos  conformemos con este que tenemos como el mejor de los mundos. Dicen: Mira, aquí no te están pasando estas desgracias. En realidad, ese es el uso más tremendo que se hace

-Creación de la realidad inmediata, hecha historia, ya ha pasado, ya no pasa nada. Eso es lo que ellos arriba creen y contra lo que estamos.

-Bueno, yo repito muy corto,  decía Jorge Luis Borges, gran escritor argentino: Somos cadáveres en vacaciones.

-Por favor, antes de que nos tengamos que ir.

- Yo me uno un poco a lo que propone Agustín de la importancia, tal como la siento yo, de esta idea de lo que es el mundo, lo que es el universo, está funcionando constantemente para que obedezcamos, y también igualmente esta idea de que sabemos lo que somos como por dentro, nuestra alma, etcétera etcétera, podéis ver en los colegios esta avalancha de psicología y de todas estas cosas que están controlando constantemente a la gente, a los niños, a los profesores, etcétera; eso se hace en base a fe, en base a fe, y es la fe que necesita el dinero. Por eso me parece que si se hace la prueba de pedir explicaciones, de por qué un niño tiene que ir día tras día al colegio, por qué un niño tiene que no ser tímido o serlo, no sé, inmediatamente salen las explicaciones de lo que es el alma de cada uno, en los trabajos igualmente, o lo que es el universo, etc. etc. En cuanto eso se pone en duda, en cuanto sale esa pregunta la gente en los trabajos inmediatamente se para, el ciclo, la sumisión a los trabajos se para y se queda la cosa… y el dinero digamos empieza a temblar de alguna forma. Por eso la rebelión o la revolución, que a veces suena una y otra vez, esto de qué hay que hacer, qué hay que hacer, depende inmediatamente de eso, sale inmediatamente la idea de que sabemos lo que es todo. ¿Es que lo sabemos? Yo a cualquiera de los que están aquí les pido otra vez que salga aquí y que nos lo digan, porque parece que sí, que se sabe, que venimos a la Puerta del Sol, que venimos a otro sitio, se sabe, se sabe eso lo que es, nada más.

-Más confesiones de creencia o en el Universo o en el Yo, que da lo mismo.

-Bueno, yo me he pasado toda la vida creyendo en la revolución y siempre trataba de ser más revolucionario que nadie y que a mi izquierda no hubiera nadie. Y era mi consigna, en el fondo de mi sentir era esa. Y luego me di cuenta de que caía en algo que era muy fácil de comprobar, que es que cuando en cualquier revolución ha habido un movimiento o un   sector de lo revolucionario que se llamaba “revolucionario”, los socialistas revolucionarios en la revolución rusa, o los espartaquistas en el levantamiento alemán, siempre al final se quedaba en que eran un poquito mencheviques, moderados y tal, y al final se los cargaban los más revolucionarios, que esos sí sabían lo que tenían que hacer, que era machacar a aquellos reformistas. Pero luego ellos se volvían reformistas,  y al final pues nuestro Santiago Carrillo es consejero del Rey  Juan Carlos I, o sea  que  la gente tiene que pensar que la palabra mágica “revolución”, para mí ha sido una palabra mágica, una palabra tabú durante toda mi vida, pues también tiene su cuestión, también tiene su cuestión. Por supuesto que somos revolucionarios, pero y ¿cómo hacemos eso?

-Bueno, Jaime, no somos revolucionarios. Nosotros, personalmente, cada uno de nosotros, no somos revolucionarios, somos señores que tienen sus creencias, o señoras,  y que están dispuestos a sostenerlas, y por las cuales viven, de manera que de eso nada. La revolución no es de uno, no es de las personas. Sólo gracias a que uno no está nunca bien hecho del todo, nunca está cerrado,  y que le quedan por tanto posibilidades de rotura, de dudas que le favorezcan, sólo gracias a eso, tiene algún sentido pensar en una revolución del pueblo que no existe, no de las personas. Lo que Jaime ha recordado es la triste Historia: en cuanto los revolucionarios son personales, tomen el Poder o luchen por tomar el Poder, ya se sabe: el Poder para eso tiene medios fáciles de asimilación y los hace pasar, mete la revolución dentro de casa… Nada más tenéis que ver en los medios todos los días, que todos los días hay por ejemplo en música, en arte hay revoluciones. Así de rápido. Al día siguiente esas revoluciones ya forman parte de la Academia. Es un ejemplo como se pueden encontrar muchos otros.   ¡Más!

-El inconveniente gordo que yo veo no es tanto la revolución como lo de la disolución, la disolución,  que,  de alguna manera cuando,  es dentro de una colectividad… Yo recuerdo,  por ejemplo,  cuando corríamos delante de los grises que venían con la porra y ellos gritaban: “¡Disuélvanse, disuélvanse, disuélvanse!” Y,  cuando éramos muchos,  la verdad es que aquello era fácil, nos disolvíamos cada uno;  pero, ay Dios mío,  cuando yo me veía solita con uno en frente con la porra, y yo sola, diciendo: “¡Disuélvanse!” Porque yo me decía: “¿Y cómo me disuelvo?”. Este es el problema: ¿cómo me disuelvo?

-¡No lo has conseguido! ¡Ni tú ni otros!

-¿Cómo es la disolución de uno solito? ¿Cómo se disuelve uno?

-¡No lo has conseguido!

-No, claro que no lo he conseguido. En eso estoy, por eso vengo aquí. Tú tampoco lo has conseguido. Cómo ¿o te crees que lo has conseguido?

-¡Es una asamblea, joder! ¡Deja el micro!

-Vamos, más confesiones de creencias, o algo por el estilo…  Por llamarlas así, desmentimientos respecto a las ideas del infinito, de todo, de nada…

-En principio se trató un tema pero luego se ha cambiado. Se empezó a hablar del Universo y, muy interesante, pero luego hubo una avalancha,  como suele ocurrir aquí,  de gente que empieza a hacer, a comentar lo de las religiones y todo eso, y me parece que están equivocados, que la asamblea es sobre todo, continuando con lo que aprendimos aquí de los movimientos que ha habido, es una experiencia muy interesante, y   que hay muchas maneras de continuar, y a lo mejor esta es una más. Pero hay que aprender mucho de la cuestión esta de las asambleas,  que nos lo han entorpecido con toda esta democracia.

-Hay, sobre todo, que desaprender mucho. Algo es verdad que nos hemos distraído con esto de las religiones y tal, pero espero que no perdáis el hilo. En caso de que diera la casualidad de que dentro de siete días, en otro jueves, estuviéramos aquí, nos juntáramos, me gustaría que mantuvierais estas preguntas  ahí, rumiándoos por dentro, porque seguro que eso ayudaría mucho a que pudiéramos atacar la fe por lo bajo y por lo más urgente, como os lo estoy proponiendo. ¿Qué más queda por ahí?

-Yo,  decir un poco que la revolución en la que andamos, bueno, que puede ser, ¿no?, yo pienso que ahora lo importante quizás, esta revolución, lo novedoso o lo valioso, lo valioso puede ser de esta revolución que no nos dejemos, digamos, dominar por el sistema o que esto no sea manejado por nadie, que nadie se apropie de este movimiento, digamos, de esta pequeña rebelión. Cuando estamos en contra, digamos, del sistema, que no ha funcionado bien, y creemos que nos oprime o que nos está molestando, cuando, digamos, rompemos este sistema  o nos alejamos de él, digamos, eso ya es revolucionario. Siempre que no nos  dejemos manejar por ningún partido político, por ningún sindicato, eso ya es una revolución ¿no? Hasta ahora todas las revoluciones han sido para que alguien se haga con el Poder, ¿no?, pero la revolución yo pienso que consiste en no perseguir el Poder, sino en acabar con esa persecución del Poder. (Aplausos) Es lo que buscan muchos sindicatos  y muchos partidos políticos, lo que quieren es eso, es dominar este movimiento y esta rebelión, ¿no? Cuando uno se rebela es una revolución ya,  y si somos conscientes  de que no podemos dejarnos dominar por el Poder, por el sistema, entonces creo que es una revolución que puede ir a más.

-Bueno, muy razonable. Desde luego, tal vez el término revolución está demasiado prostituido por la Historia para que podamos emplearlo tranquilamente. Es mejor recurrir a cosas más del lenguaje corriente, recordar que lo solo que el pueblo sabe decir es No, decir No, es mucho más que revolución, decir No a lo que está establecido.

-Sí, bueno…

-Una cosa que te has saltado es el enemigo de dentro. No se trata ya de las amenazas que de partidos, sindicatos o buscadores del Poder amenacen, está también la tentación interna que estamos padeciendo de que por hacer algo, por afán de hacer algo, dentro de las acampadas de la rebelión, se imiten  las armas del enemigo: el futuro, las manifestaciones, el acudir acá o allá… Esto es justamente el peligro más grave, el que le viene de dentro a la rebelión que en cualquier momento surja.

-Sí, bueno, que yo pensaba eso, que la revolución precisamente ahora es romper con otras revoluciones que se han intentado hacer, que han sido el intento de llegar al poder simplemente. Eso es lo que el sistema quiere, conseguir dominar a la gente proponiéndoles un futuro, proponiéndoles, digamos, alcanzar una revolución. La revolución ahora es al contrario, romper con ese Poder, con esa persecución del Poder.

-Para decir No es mejor… cuando se dicen cosas de esas,   estamos ya entrando en el camino de la asimilación. Si se le dice “No al Poder”, eso se entiende de abajo: “No al Poder”. Es un No vivo, si eso se convierte en, aunque sea, anarquía o revolución… Ah, amigo, ahí estamos ya entrando en otro lenguaje y más vale mantenerse en el del No elemental. Es una recomendación metódica, pero parece importante. ¿Qué más queda por ahí por hoy?

-Muchas gracias, un saludo, pero lo primero que tengo que saber es que acabo de llegar. Entonces me dicen que hable. Yo, si tengo algo que decir, ya lo dije el primer día: quince de mayo. Y cada acampada de Sol es historia, ha sido historia para mí…

-¡Historia es muerte, no utilices esa palabra! ¡Historia es muerte! Tienes que decir que está viva, no la llames Historia porque si la llamas Historia la matas.

-No,  no es por llevar la contraria. Lo que quiero decir es que historia presente…

-¡Ay, ay!

-Es que antes estaba muerta la historia…

-¡Está muerta, está muerta! Y cuando se ponen por la memoria histórica y se creen que hacen un favor a los muertos lo están demostrando. Y ahora si hubieras llegado antes aquí, habrías oído que la televisión está a cada momento creándote la historia, la realidad.  Tú lo que querías decir es que lo del 15 de mayo estaba vivo y sigue estando, aunque no te hayas enterado porque has llegado tarde, todos los jueves a lo que venimos aquí es a intentar mantener el hilo y el sentido de lo que allí surgió, que no se mantiene, por desgracia, solo; hay que intentar trucos para mantenerlo.

-Le oí en una asamblea general y aprendí mucho pero he aprendido mucho más de los jóvenes estos del día 15, perdón, desde el día 15 de mayo he aprendido una lección fundamental,  porque hasta ese 15 de mayo, era lo que yo quería decir, aquí no había salida para muchos miles de jóvenes, y ellos han dicho ¡Basta! y eso es a lo que yo fundamentalmente me quería referir, que, cansados de aguantar tanta patraña, tanto embuste y tanta falsedad, me han quitado cuarenta años de mi mente para decir en el día de hoy y en la Puerta del Sol que esto es lo más bonito que ha ocurrido en los últimos no sé si setenta u ochenta años en este país.  (Aplausos)

-¡Desde las Cortes de Cádiz!  

-Bueno, dejemos  el piropo, pero por lo demás te acompaño. Yo también he desaprendido mucho, es decir,  he aprendido en el sentido que tú dices. Cuando los saludé el 19 de mayo,  les dije que no sólo me habían traído esta alegría, sino que me habían resucitado la que en el año 65 me hicieron otros, pero da igual, y que me hicieron empezar a desaprender también aquí en Madrid.  ¿Qué más, aparte de todo esto, que no sea la Historia? Ya os lo estaba diciendo, que sigáis rumiando las preguntas que os he dejado planteadas y que reconozcáis, todo esto hasta que el día 21 no haya pasado nada y nos volvamos a empezar a juntar aquí de manera improvisada a ver qué pasa.