15.09.2011

15 de Septiembre de 2011

15 de Septiembre de 2011

AGC en Sol

 

 

 

TRANSCRIPCIÓN:
 
 
Vamos a empezar,  si os parece,  haciendo a partir del corrillo medio familiar algo más hasta ver si llegamos a ser tantos que empiece a no saberse cuántos somos, que es, como recordáis, la condición para que se pueda hablar de “asamblea”.

Empiezo por tanto recordando a los que venís más o menos asiduos a estos jueves y diciéndoselo a los transeúntes posibles qué es lo que aquí estamos haciendo. Estamos tratando de mantener el hilo, el sentido de lo que fue hace unos cuatro meses esa inesperada salida de tono de gente menos formada, en mayo pasado.

Pretendemos que aquí mantenemos un poco el sentido que eso tenía que, desde luego, no era levantarse para corregir, mejorar, contribuir al cambio para seguir igual, que es lo propio del Régimen, sino para decir ¡no! en bloque al Régimen del Bienestar en que Estado y Capital han quedado confundidos de la manera que sabéis. Y lo hacemos pensando que para decir ese ¡no!,  en bloque, cuyo resultado no es ningún futuro, pero en cambio es urgente que  empecemos a romper el fundamento del Régimen que es la fe, pensando en eso y contando con que cualesquiera de los que se nos ha formado como súbditos del Estados, como clientes del Capital, siempre conservamos un poco demasiado de esa fe, de esa creencia que es lo que el Capital y Estado necesitan para mantenerse, que si no hacen que al menos las mayorías,  que luego os harán pasar por todos, participen de esa fe, sigan creyendo en las mentiras que les han contado, entonces poco podemos hacer, hay que empezar por tanto por reconocer entre los que aquí estamos lo mucho que nos queda todavía de creencia, de fidelidad en cuentos que los medios todavía siguen impartiéndonos. Es preciso reconocerlo justamente para intentar desvirtuarlo, destruirlo, hablando, que es como se hacen las cosas: hablando, dejándose hablar

Y es por eso por lo que aquí estamos acudiendo a confesarnos, sacar a la luz algunas de las creencias que siguen todavía rigiendo en algo, en cualquiera de las muchas cosas que tienen que ver con el Estado y el Capital

Cuando se dice NO al Estado y Capital, se dice NO al Régimen, hay que entender que debajo de ello se incluyen muchas de las cosas que nos tocan en la vida cotidiana, de lo que nos venden como vida.

El último día seguíamos dedicándonos a preguntarnos por lo que es fundamental en esto: el miedo que nos puede asaltar de que Estado y Capital se hundan, desaparezcan. ¿Qué es lo que seguimos creyendo que es necesario, como ellos lo venden, de las istituciones del Capital, de Estado, del Régimen entero del Bienestar? ¿Qué es lo que nos quedan de creencias? Y lo veíamos hasta en cosas menudas como, por ejemplo, ¿qué es lo que creemos, por ejemplo, que es necesario de los chismes, de los adelantos técnicos, que el Régimen os viene repartiendo desde hace ya muchos años? y reconocer cuál de ellos le parece a lo que nos queda de común útil de veras, bueno y  cuál reconoce como una mera necesidad del Estado y del Capital para seguir con la compra y la venta sosteniéndose,  para mover el Capital.

Es fácil descubrir de primeras entre lo que puede ser entre las máquinas, entre los inventos mismos bueno de veras,  servir para deseos que se pueden llamar comunes, que vienen de la gente, desde abajo, distinguirlo de lo que efectivamente no son más que necesidades de movimiento del Capital. No es fácil, porque como personas, como súbditos del Estado y clientes del Capital,  estaremos siempre dispuestos a aceptar todo esto que nos venden y que nos hacen creer. Es preciso acudir a dejar que hable a través de nosotros lo que nos quede de no-personas sino de pueblo, de común, que es lo que puede de veras decir qué es lo que sirve, qué es lo que es bueno y qué es lo que simplemente obedece a la necesidad de moverse del Dinero.

Hablábamos de esos chismes, de estos inventos, discutíamos así entre los inventos del progreso de nuestros bisabuelos, de cuando el ferrocarril, y el Progreso progresado, el de los años ’20 del siglo pasado,  en que cada vez se va viendo más claro que los nuevos chismes que se inventan porque hay que seguir inventando no sirven en verdad para nada en el sentido de eso que he llamado bueno, de lo que a la gente, al común, puede servirle.

Estábamos en eso pero no se trata naturalmente sólo de palpar la cuestión de la fe y romperla por el camino de fijarnos en los inventos, en los chismes, en las máquinas, hay también muchas otras cosas que tocan a nuestra vida cotidiana: cuando se dice así en bloque: el Estado, el Capital, se nos olvida que debajo de esas istituciones están inextricablemente ligadas con el Estado, con el Capital, y que por tanto si uno se pone a pensar cómo sería, cómo se podría convivir sin Estado y Capital,  hay también que intentar someterlos a juicio, ver cuáles de ellos podrían seguir sirviendo y cuáles evidentemente desde ahora se ve que no son más que un estorbo, una ayuda a la administración de muerte,  que es como podemos describir la función del Régimen, del Estado y el Capital.

Una de las istituciones es, por supuesto, la familia. Si alguno de vosotros no percibe cómo esto de la familia, tal como la conocemos, en la que la mayoría de vosotros, de nosotros, hemos nacido, se nos ha criado, si no reconoce la ligazón que eso tiene con el Estado mismo y por tanto también al mismo tiempo con el Dinero, debe decirlo enseguida porque se trata de sacar aquí a luz todo lo que se pueda referir a esto de la familia, a este aparato.

De manera que en primer lugar os preguntaré,  para que la palabra vaya saltando de voz en voz, si reconocéis cómo esto de la familia está inextricablemente con el Estado mismo y que no se puede concebir familia, en el sentido que la conocéis, sin aceptar de alguna manera el Estado mismo y al mismo tiempo el Dinero.

Y luego os iré pidiendo que os dejéis decir cuáles son las cosas que pensáis que,  una vez roto el Régimen, caído el Estado y el Capital, podrían seguir subsistiendo en cuanto modos de convivencia semejantes al de la familia actual,  y cuáles pensáis que de ninguna manera pueden mantenerse.

Esto no es imaginar ningún futuro,  porque este NO que estamos diciendo desde hace meses al Régimen del Bienestar no tiene ningún futuro -precisamente gracias a no tener ningún futuro es por lo que aquí estamos día tras día intentando hacer algo que no sea lo que está hecho.

De manera que no se trata de que imaginéis ningún futuro,  como os enseñan a hacer en los proyectos de las industrias, del comercio,  del Estado y del Capital, se trata de que reconozcáis con lo que os quede de vivo, de pueblo, qué es lo que en eso de la familia tiene algún sentido,  una vez desaparecido el Dinero, el Estado y el Capital,  y qué es lo que no tiene ningún sentido y a lo que por tanto podemos estar ya diciendo NO desde ahora. Ésas son por tanto las cuestiones con las que pido arranquéis a hablar. Os seguiré pasando este chisme.

¿Qué es lo que cualquiera de vosotros duda o no ve claro en cuanto a la ligazón de la familia, tal como la conocemos, con el Estado y el Capital, con el Dinero, con el Estado del Bienestar? ¿Quién tiene dudas respecto a esto? ¿Quién tiene algo que oponer, algo que confesar de la fe que le quede en eso de la familia, tal como está establecida? Y luego que cada cual vaya diciendo qué cosas de esto de la familia, real, tal como la conocemos, os parece que resultarían todavía tolerable, compatible con una manera de convivencia en que Estado y Capital hubieran caído, en que este NO al que nos estamos aquí dedicando a repetir cada día hubiera acabado con ello y tuviéramos que estar inventando (porque no tenemos futuro), inventando nuevas maneras de convivencia que no fueran la familia tal como la conocemos.

Os pido más bien que cada uno sobre todo confiese lo que le quede de fe en la familia, en la necesidad de la familia. ¿Qué es lo que con más o menos dudas le parece que tiene que mantenerse a pesar de todo, aun contando con una especie de derrumbe de Estado y de Capital? Y luego ¿qué cosas de las que hay en la familia le parece que podrían seguir valiendo para cualquier convivencia o, por el contrario, las que no le valen y nos obligarían a estar inventando otras maneras de convivencia,  confiando en que lo que nos queda de pueblo de todas maneras siempre ingenioso, descubridor y, que una vez que no se cuenta con ningún futuro ya marcado de antemano, la gente podría seguir inventando otras maneras de convivencia.

Esas son por tanto las cuestiones con las que os pido ya que os lancéis con micrófono en mano y que digáis lo que os parezca alrededor de todo esto de la familia,  tal como la entendáis o como se entienda. Adelante, por favor.

… es que alguno de vosotros confiese lo que le queda de fe e intente una defensa de la familia. Aquí estamos para la destrucción, estamos para el ¡no!  Para eso conviene tener el ¡sí!, la obediencia a lo ordenado, bien claro, bien presente. De manera que cualquier cosa en ese sentido se os agradece, desde aquí.

-El silencio embarazoso viene bien para dar a luz algo. ¡Silencio embarazoso!

-No hay ningún miedo al silencio, sobre todo cuando estamos rodeados de presuntos ruidosos y hasta tenemos al lado algunos de estos otros que están predicando alguna manera de fe. Os pido desde aquí que confeséis las que os queda respecto a eso. No digáis que estáis tan bien tan decididos a prescindir de la familia como manera de convivencia, que no os queden dudas.

-Pero si todos estos son huérfanos ¿no los ven? No tienen padre ninguno. ¿Madre? Algún cacho.

-Lo más importante es reconocer esto exactamente,  lo que en vosotros como personas os obliga a una defensa de la institución familiar como modo de convivencia. No os pido que imaginéis otros modos. Eso tendría que estarse inventado sobre la marcha siempre. Os pido lo que pensáis y lo que creéis respecto a este, respecto a la familia, o como se entiende en general o como cada uno de vosotros lo entiende. Sobre esto, cualquiera de vosotros tiene siempre algo que decir, y es lo que se os pide…

-Bueno, yo hago un ataque…

-…porque  el que lo sufre o lo disfruta siempre tiene algo que decir. Deja el silencio, que funciona.

-Porque hay que distinguir la familia nuclear, en la que hay, desde luego la más insoportable de todas, por eso de lo nuclear… Todavía, yo recuerdo, cuando chica, que la familia extensa aquella, que no sabíamos cuando te reñía el padre te ibas con la prima, si no te ibas con la prima de un sitio a otro. Era todo tan indefinido que formaba parte del pueblo. La familia era casi todo el pueblo. El problema dramático y fúnebre es hoy día la familia de nicho urbano: el padre, la madre y un niño y una niña y algún aborto por medio, claro, porque la estadística dice dos y un aborto. Entonces, claro –y la televisión- esa es la verdadera familia que está basada fundamentalmente en el miedo, en el amparo, en la propiedad, en que cada uno tenga su cosita, en el nombre propio y tal, bueno, toda la vida la familia han sostenido el nombre propio y las herencias pero todavía aquella familia un poco desmadrada o desmandada tendría su gracia.

-Bueno, una vez hecha esta aclaración, útil sin duda, respecto al significado de “familia”, y a qué tipo de familia parece que se refiere la cuestión, ahora viene la parte de la confesión: lo que te queda, te obliga a defender la familia tal como costituida a ti, por ejemplo.

-La familia fundamental en el uno, el uno casado consigo mismo. Esa es la familia.

-No, no, no. Se te pregunta por padres, hijos y familia todo lo nuclear que quieras: padres, madres, hijos… De manera que si no puedes confesar, cállate.

-No, no, digo que hay modos en que uno se casa consigo mismo y es el modelo de la familia ideal: yo conmigo.

-Si tú no puedes confesar, otro habrá que confiese.

-Pues venga. Yo a confesar no vengo, no confieso desde hace mucho tiempo.

-Ya está. Con eso está declarada también la fe.  Hay una que ni siquiera se atreve a defender lo que está defendiendo todos los días de hecho. Venga, que no sea así todos los casos.

-Mientras alguien más se anima, ya digo de mi caso que lo de la familia lo entiendo como algo terrible, pero hay cosas dentro de ella que entiendo menos y otras más. Entiendo que lo de los padres, la relación de padres con hijos es terrible, es funesta, es un engaño y es la cuestión de la propiedad, que no nos deja entendernos con los padres nunca y a los padres entre sí yo creo que menos,  porque tienen sobre todo con eso de que tengan hijos ¿no? que están unidos por el dinero y por la muerte, eso está muy claro. A los padres los han unido hasta que la muerte los separe el matrimonio habitual y el que no pues la ley puede separarlos pero vamos es igual de funesto el trato. Y luego lo que pasa es que también están los hermanos, que a lo mejor te toca tener unos cuantos, como me ha pasado a mí, y ahí lo que se cría es tan indefinido y tan ambiguo que tienes una compasión con ellos que a lo mejor no tienes con otros, indefinido por lo que sufres de ver cómo nos han constituido a todos igual bajo una misma ley.

-Ana ha tocado una cosa que es de las más elementales y que,  tal vez, como es tan elemental, no se dice nunca: es la que revela esa hilazón de la familia con el dinero. Normalmente los hijos, en primer lugar, les deben a los padres –algunos tontos les deben la vida, como si supieran lo que es la vida, pero yo no digo la vida- les deben el gasto de la crianza, el sacrificio para mantenerlos: se deben la tira, les deben mucho. Y esto es economía, y una cosa que podéis reconocer enseguida   es que esto de que se le deba mucho a uno de ninguna manera despierta un agradecimiento y un cariño normalmente, por el contrario despierta una rabia y un germen de odio, de tener que deberle tanto a Fulano o Mengano, y tener que además estar agradecidos sumisos con eso de que se le debe. Este es un aspecto que conviene seguir teniendo en cuenta. No sé si en plan de confesión, Ana, se te ocurre algo más.

-Sí, bueno eso es una cosa que llevo pensando mucho tiempo, que eso del amor de la familia es una mentira terrible, porque si  de verdad hubiera algún amor entre esa gente que vive junta, que podría a lo mejor haberlo por eso de que se cría por el roce ¿no? el amor entre la gente, si de verdad hubiera algún amor,  no se consentiría la venta a la que estamos condenados. ¿Por qué dentro de la familia, con todo ese amor que dicen que hay se condena a los hijos a luego venderse y no hay una sola familia que les diga a sus hijos: no, que no tenéis que trabajar, que aquí nos apañamos entre… ¿ No, eso no se dice. Se les manda al mercado de la prostitución laboral esa,  como si fuera lo más normal del mundo y eso es terrible.  Si hubiera algún amor de los padres o las madres por sus hijos, no les condenarían a eso y lucharían con todas sus fuerzas porque se acabase esa venta de la vida que es el trabajo.

-Bueno, la verdad es que hay mucho más de ataque que de confesión también en esto de Ana. Estoy pidiendo más declaraciones, humildes,  sensatas de creencia en la familia, lo que os quede de parecer,  de fe   en que de alguna manera la familia es una forma de convivencia buena, que no está puramente impuesta desde arriba por el Estado y el Capital, sino que ni siquiera podéis pensar en otra manera de convivencia que sea mejor que la familia. Confesiones en este sentido es lo que os pido.

-Sí, yo quería insistir…  (Se oye la sirena de los bomberos)

-Se le ha quemado la cena a la familia.

-Que pasen, que pasen. No hay que preocuparse. Ellos pasan siempre los ministros, los otros ministros,  la policía, la otra policía. Hay que dejarlos pasar,  y ya han pasado. Adelante.

-Son bomberos.

-Bueno, quería insistir en el tema del cariño, el cariño y otra cosa en sentido contrario que es la exigencia: son los dos polos de la familia. Por una parte el cariño, pretendidamente se da gratis, y eso no es cierto. El cariño tiene como consecuencias una exigencia: es un cariño exigido. Toda cosa exigida no pude ser nunca buena. En la familia las exigencias son desde que se nace hasta que se abandona por imperativos que ya sabemos, pero la exigencia es, bueno, el fundamento de la violencia. A una exigencia determinada se responde con una violencia en el sentido fuerte de la palabra, física o psicológica, y eso es lo que acontece en la familia: cariño exigido, respuesta violenta.

-Bueno, como veis, seguimos atacando a la familia tal como se supone que se nos vende. Por favor, alguien tiene que defender a la familia, tiene que decir algo bueno de padres, hijos, de padres, madres, algo que encuentre ahí de bueno, porque en los que vamos hablando hasta ahora no hemos dicho mucho en ese sentido, como si no tuviéramos nada que confesar en lo que nos quede de eso.

Pensad que estamos diciendo ¡no! al Régimen del Bienestar entero y estamos, por tanto, dándole vueltas a si esto de la familia,  en la forma actual o nuclear,  está tan íntimamente ligado con el Estado y Capital que no puede pensarse en ninguna justificación, y es justamente en ese sentido como tenéis que tomaros la cosa. ¿Qué es lo que os queda de estima por la familia, qué creencia en que da algo bueno, en que puede dar algo bueno? ¿Qué defensa tenéis que hacer? ¡Adelante!

-Es una defensa muy tonta, pero aparte del Estado y Capital y todo esto, yo, cuando estoy malita, cuando estoy malita, llamo a mi mamá, voy a casa de mamá, y mi hijo cuando está malito viene a mí. Y yo eso no sé qué tendrá que ver con el Estado y el Capital y toda esa historia, pero esto sigue siendo así, estoy malita y llamo a mamá, cuando estoy muy malita. Para que me cuide ¿quién? ¡Mamá! Ni el amigo ni el colega ni el compañero ni Kant ni Hegel: mamá. Y el niño llama a mamá, que soy yo, cuando está jodido. Y esto sigue siendo así.   Y ojalá tuviera …. Para poder llamarlas también. No es una defensa, pero a mí me pasa.

-Bueno, allá vamos. Hay que preguntarte, Rosa, que por qué tienes que tener una mamá. ¿Quién te manda tener una mamá,  en primer lugar? Porque es justamente lo que estamos tratando aquí. Pero, sin entrar tan a fondo, hay que preguntarte además: esa especie de afecto que te lleva cuando estás malita a acudir a mamá mejor que a otra cosa ¿es efectivamente lo que estamos llamando cariño?, ¿no tiene sentido lo que alguno ya ha dicho de que no es compatible en modo alguno el cariño, el amor, con las obligaciones, y las obligaciones que, en definitiva, son obligaciones dinerarias en el deber y en el agradecer las deudas y todo eso? ¿Puede ser eso cariño? Estamos esperando más defensas de eso,  de quien encuentre algo bueno por ahí

-Bueno, a lo mejor me arrepiento nada más decirlo: Yo una sensación que tenía de pequeña, cuando iba al pueblo,  era que me querían  sin conocerme. Allí donde iba, me sentía muy cuidada, muy querida, no sé, tenía mil maestros. Pero claro, estoy hablando de la familia extensa. Era “¿Y tú de quién eres? Pues soy de Josefina y de Pedro el Macoterano”. Yo con respecto ala familia lo que sí creo defender es tener un hijo. Es que no tengo palabras ahora. Pues tener una cosa en tus brazos y cuidarla y… Eso… Es una… Está muy bien… La verdad.

-Es una defensa, es una defensa por un lado. ¿Alguien, por favor, quiere responderle a ella, contestarle sin que tenga que ser yo? Es lo que os estoy pidiendo. Ya habéis oído lo que ha dicho.

-Yo creo que la familia es un elemento esencial en la evolución darwinista. Es la que te prepara para la lucha en la jungla. Como dirían los freudianos trasnochados, hay que matar al Padre. Entonces, cuando empiezas a rebelarte dentro del núcleo familiar,  ya estás preparado para salir al exterior. Eso es lo que veo de positivo, biología pura.

-Es una curiosa defensa. Desde luego, … participaréis en esa especie de educación en la familia, el enfrentamiento con los padres para la lucha en la jungla. Lo ha dicho con claridad también. Responded alguien a lo que ellos han dicho, que no tenga que ser yo siempre…

-Yo no sé si estoy respondiendo a eso pero voy a decir lo que me pasa. Me pasa que con mis tres hijos que los amo, pero a veces he sentido que,  si una amiga mía quiere ocupar mi sitio,  es como que siento algo en peligro; a la vez, cuando amo a los hijos de mis amigas, me corto porque siento que les estoy quitando algo,  que les estoy quitando como un lugar, y es ese lugar el que yo digo ¿de dónde ha salido que cada uno tiene un lugar  en el amor del otro?  ¿no? Pero y esto ¿por dónde, por dónde se enmienda, por dónde puedo yo no perder y el otro no perder  y quién nos ha metido esto en la cabeza y en el corazón y en el vientre?

-Bueno, no hace falta que tengas prisa. Ya sabes que no queremos futuro. Estamos aquí rompiendo con la fe. Tú lo has hecho en una buena porción me parece. No sé si alguien te querrá responder, pero es lo que estoy pidiendo respecto a esas manifestaciones. Alguien que recoja estas medio defensas, que tenga algo que decir en contra de ellas, que no sea yo. Venga, por favor. Habéis oído decir, ella  hablaba por ejemplo, de que a pesar de que después nos ha estado diciendo algo que no era una defensa, sino que tendría la confusión de la familia en el pueblo, en el pequeño pueblo, y eso va a ser importante cuando se piense en la sustitución, en qué otra cosa se puede hacer,  cómo eso de la familia, contra la que estamos diciendo tantas cosas, se diluye en el pueblo, pero en cambio ha hecho una defensa de  que la defiende como manera de obtener un hijo. Ha sido así. Luego este hombre, ha presentado, bajo el nombre de Freud un poco traicioneramente, la idea o creencia de que la lucha contra los padres te enseña cómo luchar en la jungla contra el Estado y el Capital en general. Ha habido estas dudas con que ella ha juzgado respecto a los hijos de la amiga y los hijos propios y todo eso. Supongo que sobre esto muchos de vosotros tienen algo que decir y os pido que antes de continuar lo digáis.

-Bueno, yo lo que veo es que la familia fundamentalmente es un trabazón que te impide que tú te metas en demasiados líos sociales que podrían conducirte a la hecatombe y que en definitiva es un correaje que te ponen. Pero, en mi caso personal, la gente que menos coartadas me ponía, que más libertad concedía a mi comportamiento, luego eran las que más me apoyaban cuando pasaba algo, y, sin embargo, aquellas personas que estaban –“es que no se debería hacer esto ni…”- metiéndose en tu vida, cuando de verdad te pasaba algo, no podías contar con ellas en absoluto, para nada. Entonces, claro, entendiendo la familia como algo que nos libra de la jungla, pues me parece que sí…

-No, él ha dicho al revés, que te enseña para…

-Es al revés al final te enfrenta a la jungla, porue la jungla son ellos.    El que más libertad te permitía dentro de la familia, es el que más te ayuda, el que menos libertad te permitía y más críticas hacía a cualquier aventura que se saliera de lo normal  es el que no te apoyará jamás. Eso es así.

-Sí los límites han quedado un poco indecisos, pero sigamos oyendo porque

-Bueno, yo voy a intentar contestar a la primera compañera que decía lo de tener un niño o algo así… Lo que no sé es por qué tiene que se tuyo. Eso que dices te puede pasar algo bonito o como lo quieras decir, la idea de que tiene que ser tuyo. Yo creo que la otra compañera ha dado en el clavo al reconocer cómo ahí hay una prohibición, bajo el aspecto del amor, del cariño y tal,  la familia lo que es es que este es tu hijo, ese de aquí, pero eso lo que quiere decir justamente el dinero es que este no. Yo quiero, como me decía una vez una persona, ¿para qué sirve el dinero? Para que mi niño lleve zapatos. Y éste ¿no quieres que lleve zapatos? O tienes algo en contra de éste ¿no? Entonces lo que ha dicho por aquí otro compañero de lo de la jungla es el dinero mismo funcionando. Eso de que es una jungla es el dinero el que lo crea y, obviamente, igual que dice mucha gente del trabajo de las marcas a las que van, de las empresas.  Estos son los que me dan de comer, gracias a él he podido comer, pues igual: la misma voz me parece a mí oír cuando este compañero decía lo de que esto es una jungla y que la familia es la que  sea tuya igual que un jefe o una empresa.

-Bueno es lo que dudaba, yo no sé si el acto de parir te convierte ya en una familia, no lo creo. Yo he parido y ese niño no es mío. O sea, no sé cómo decirlo, es que no…

-¿Cómo va a ser parir tener una familia?

-…es que ya me he arrepentido nada más decirlo. No sé. Quería intentar en familia, pues yo tengo un hijo, pero está por ahí,  no sé, no sé qué decir.

-Bueno, un paréntesis para recordaros que no hay que confundir los agradecimientos que uno tenga más o menos puros respecto a gente de la familia que le ha tocado, no hay que confundirlo con la cuestión que aquí estamos tratando. Yo mismo tendría que decir muchas cosas buenas de mi padre y hermanas y algunos más pero no se trata de eso. Uno puede pensar que el cariño que de vez en cuando uno sienta por gente de su familia puede ser un cariño que se tiene a pesar de; son los que te han tocado, y a pesar de la obligación, lo mismo que sucede con los trabajos, que a pesar del trabajo, se puede sentir algún gusto en ver rodar alguna máquina eso sucede, pero sucede a pesar de, a pesar de que está uno metido en el trabajo. Conviene no confundir, claro, el odio que frecuentemente se manifiesta entre miembros de la familia debe servir como un ejemplo   generalizable. Se da de vez en cuando, lo mismo que los restos de cariño. Se dan, por ejemplo, cuidados y vigilancias del niño, del hijo que pueden llegar a ser un odio, una manifestación de odio, de hacer mal. No confundamos, por tanto, lo que en los casos particulares pueda haber de odio, pueda haber de cariño porque se trata de intentar preguntarnos,  en el hundimiento de Estado y Capital y pensando, no imaginando, en maneras de convivencia,  hasta qué punto seguimos creyendo que hay que mantener algo como la familia actual o que hay que rechazarlo de raíz y empezar a quedarnos sin futuro, inventando nuevas maneras de convivencia que todavía no conocemos.

Conviene que también,  antes de que se nos vaya el tiempo,  recordéis que intentos de supresión de la familia y de buscar otras maneras de convivencia se han producido hace cuarenta y tantos años, cuando el Régimen se establecía, cuando en California los hippies y demás y después en otras ocasiones.   Y, naturalmente, estos intentos cuentan en general como fracasos. Hay que ver por qué, cómo, cuándo, pero sobre todo, ante todo, seguid haciendo declaraciones de cierta fidelidad a la idea de la familia, defensa.
-Sí, vamos a ver, yo es que creo que tradicionalmente, desde la Edad Media, las grandes guerras siempre se han hecho entre primos hermanos, por el reparto. La guerra en que se mataban los pueblos siempre era guerra entre hermanos de una misma familia, primos entre ellos, hermanos, el primero, el segundo. Esto ha durado hasta hace muy poco. Los Regímenes más horrorosos de los pueblos, casi todos, que se cantan en los romances, son muertes entre hermanos por herencias, por cuestiones de esas. Bueno, pues eso sigue de modo disimulado. Hoy día en eso que llamábamos “violencia de género”  que no sé lo que quiere decir, pero vamos, es terrorismo doméstico, terrorismo dentro de la familia. Eso sucede, ese terrorismo de género, sucede siempre dentro de un marco familiar. No hay que olvidarlo, porque eso no sucede entre gente desconocida, sucede entre el conocimiento de la familia, y luego lo llaman “violencia de género” pero también matan padres a hijos y hermanos entre sí, y mujeres a hombres y hombres a mujeres, bien, pero dentro del marco del conocimiento familiar y del trato familiar.

-Gracias por la aclaración y presentación casi pictórica, sino histórica, de los males de la familia, de padres, de hijos y demás. Ahora viene la parte de la defensa, la parte de la creencia, que es lo que estoy pidiendo a todo le mundo, a ti y a cualquiera, pero a pesar de todo…

-Yo no puedo hacer ninguna defensa a priori, es decir, por principio. Por principio no puede hacerse ninguna defensa de eso, porque efectivamente está ligado con la muerte y con el Capital, como se ha dicho, con la muerte y con el miedo contra eso que le llaman la barbarie de afuera de la familia, pero luego está lo de eso que hemos dicho “que a pesar de eso, el trato o lo que sea, suceden cosas en la familia por la cercanía o lo que sea, que tienen su cierta gracia y tienen su cierta alegría.

-Bueno, aunque sea muy general, baste con eso por ahora. Se dan esas cosas que antes he reconocido lo mismo que se dan manifestaciones  claras de odio, sin llegar a lo de la muerte del Padre, pero manifestaciones de la rebelión contra la dependencia en definitiva económica que la familia necesita. Necesitamos ahora más defensas, más sacar a luz de lo que os quede todavía de fidelidad, de apego a la idea de familia, de creencia en lo bueno que pueda, en que una vez hundido Estado y Capital, algo así tendría que mantenerse de todas maneras como medio de convivencia. ¿Sí o no? Esto se os está pidiendo. Adelante.

-Esto no sé si es una forma de fe. Creo que sí. Es como un miedo de que en otras formas de convivencia que se planteen fuera de la familia se acaben reproduciendo como formas de relación familiares, porque yo me parece que es lo que vemos que suele ocurrir, que fuera de la familia se repiten las maneras de relación familiares, y entonces yo me siento como una fe en que eso siga pasando cada vez que se intente, casi como si fuera fatal, lo que me dicen, eso no lo puedo creer, pero como un miedo a que eso se repita, a que lo llevamos dentro y lo vamos a reproducir, fuera de la familia vamos a ir creando otras familias o algo así.

-Bueno eso toca, efectivamente, a eso que también he señalado como tema, como cuestión: es el fracaso de los intentos de vida comunitaria de anarcos, de hippies y demás como se han producido. Hay que examinar ese análisis.  Estamos sobre todo decidiendo que la familia es tan íntegramente perversa que, hundido Estado y Capital, no le hace falta a la gente para nada y estorba mucho el guardar cualquiera de esas instituciones. Estamos a eso pero al mismo tiempos  tenemos que apoyarnos también en el ejemplo de los que se han rebelado, que han intentado otras maneras de convivencia;  todos conocéis por experiencia o de oídas por lo menos,  analizar esos fracasos y, si es verdad, como ha dicho ella, que es que en otras maneras de convivencia se reproduce cosas que estaban en la familia tenemos también que estudiarlo, de manera que alguno tendrá algo que decir respecto a eso.

-Sí, yo quería preguntarle aquí a la compañera, Virginia, que precisamente porque estamos dándole vueltas a lo que pasa dentro de la familia dices que se puede reproducir fuera… Yo de todas formas de esos intentos y tal no sé, yo nunca he visto nada así verdaderamente parecido. Estamos hablando de lo que no es la familia. Lo que sí vemos es que la familia rige por todos los lados, a los niños constantemente se les educa en eso, se les mete en una cosa de esas, todo lleno de mentiras, por supuesto. La pregunta que yo me haría es qué es eso que se reproduce en esos experimentos de fuera, para saber en qué consiste la familia, porque aquí una compañera estaba insinuando que parir puede ser la familia o algo de eso. Entonces en qué consiste la familia,  que incluso puede pasar eso que cuando uno sale fuera de ella parece como que se reproduce. ¿Qué es lo que se reproduce, para saber lo que es la familia?

-Es una buena pregunta. Adelante. El que tenga que decir algo sobre ello.

-Bueno, hay un ejemplo muy documentado, el de la experiencia de la Cecilia que hicieron los anarquistas italianos en Brasil, en tiempos de Pedro el Emperador. Es un ejemplo en que Francesco Rossi consigue que el Emperador de Brasil le ceda unas tierras   para hacer una comuna. Entonces se lleva una serie de personas que vivían en su zona, en su región, y se las lleva a la tierra que le ha dejado el Emperador. Todo va muy bien, funciona muy bien. El ejemplo es magnífico. Hay un libro escrito por el  propio Rossi sobre su experiencia: La Cecilia. Creo que se ha llevado al cine. Y el asunto va muy bien, pero llega un momento en que los muchachos que estaban allí trabajando deciden traerse a la familia, y llaman a los parientes que tienen en Italia para que vayan a la comuna que ocupan gracias a la  donación del buen Emperador. Cuando llega la familia, lo primero que empiezan las mujeres es a decir: “Mira esta casa, que le has dado a este señor mejor que la casa que le has dado al otro” Empiezan a criticar las relaciones entre ellas, las relaciones con los hijos, etc. Y eso desaparece inmediatamente, se va todo al garete. Desaparece el ejemplo. Y ya para colmo se declara la República, no se reconocen los edictos del Emperador y se les manda a todos los extranjeros que había allí a la mili,  con lo que ya se acaba de destruir toda la estructura y todo lo que había. Este es el ejemplo que yo conozco más documentado sobre este caso de una experiencia anarca de una sociedad sin Estado, sin Capital y sin familia, pero que cuando llega la familia deja de existir esa experiencia.           

-Bueno, es un ejemplo de lo que decía que suele llamarse fracaso,  y ya sabéis que hay otros muchos: la de las comunidades de los hippies y otras comunidades,  que han llegado a resolver  la cuestión del trabajo, han llegado a ser productivas, algunas han subsistido convirtiéndose en empresas del Capital, claro, las demás se hundieron como... Las cuestiones sexuales, la relación sexual,  que desde luego está en el núcleo de la familia y que de alguna manera hay que contar con que siga quedando en cualquier forma de comunidad, desde luego es un punto importante al que no sé cómo no os ha dado por tocar ya desde antes, porque es al parecer muy central. Os recuerdo también que,  aparte de estos intentos más o menos organizados,  hay que contar con que todavía a fines del XIX los etnógrafos encontraban casos de sitios donde no había o casi no había familia, entre los felices trobriandros de la Polinesia, por ejemplo, donde, desde luego, el desconocimiento del padre era como una especie de regla o costumbre. El niño que quería acudir a un macho de la isla, acudía al hermano de la madre, y cositas por el estilo que, de alguna manera, sustituyen. De las dudas que tengáis sobre todos estos intentos conviene también hablar y, desde luego, seguir hablando de  lo que a cada uno le queda, por así decir, en el corazón de apego a la familia y de necesidad de defenderla. Adelante, más voces.

-Bueno, a mí me está sugiriendo esto que si el núcleo familiar está sano, si las personas que lo integran no están muy contaminadas por las costumbres de la sociedad, cuando ya está deteriorada, tiene salvación. Si los vínculos están sanos aún, si fluye, si el cariño todavía está ahí,  no por imposición ni por exigencia, todos somos seres sociales y nos gusta que nos quieran y querer. Eso es básico para mí por lo menos. Vamos, desde que el mundo es mundo la necesidad de cariño es implícita al ser humano. Si se tiene la suerte de que esa familia se preserva e independientemente del ambiente, chapeau, o sea, para mí es un tesoro. Para mí luchar por eso es importante, la verdad, hoy por hoy.

-Bueno, queda, como tú misma reconocerás enseguida, un poco demasiado confuso ese intento de separar lo que haya de cariño de la condición real,  que es:  qué es padre, qué madre, qué hijo, está en registro; no se puede separar. No se puede separar, y cualquier intento de separación nos lleva a la fantasía, a la utopía,  y no es eso lo que estamos buscando aquí. Estamos tratando de analizarlo más a fondo. Adelante, otra voz.

-Yo creo que la familia como contexto nace de la creencia en que el sexo no es una necesidad básica. Desde esa parte,  la familia siempre se puede formar, y siempre vemos que cuando el sexo forma una parte imperante dentro de la sociedad  la familia se destruye. La familia se destruye como se está destruyendo ahora.

-Oye, has dicho cosas un poco raras, yo te pido que lo repitas y lo aclares porque de momento suena raro.

-Bueno, siempre hemos visto que en la sociedad antigua el sexo no formaba parte del ente público, o sea no se manejaba como una cosa como se maneja hoy, que se enseña incluso en las escuelas. De hecho en las escuelas los niños estaban separados de las niñas. Digamos que la familia nace de la base de que el sexo no es una necesidad básica, o sea, se utiliza para tener hijos y ya está.

-Esto es rarísimo porque en el antiguo Régimen la iglesia misma te decía para qué se constituía la familia, te decía, como decía San Pablo, “para no quemarse, casarse” y, naturalmente,  inmediatamente producir hijos para el Cielo, es decir…

-Los hijos son para Dios…, de eso se trata…

-…que es lo mismo que hoy decimos en el nuevo Régimen para súbditos del Estado y del Capital, para trabajadores por el futuro lo mismo que sus padres, para eso son,  para lo que se crea la familia, desde luego. No sé por qué resto de fe te da por decir la cosa un poco del revés,  como si, efectivamente, fuera después la aparición del sexo, que yo no sé bien qué es,  lo que destruye la familia. ¿En qué estás pensando?

-No es así; lo que pasa es que los padres, digamos,  aprenden de los hijos al mismo tiempo que los hijos aprenden de los padres.

-De acuerdo, de acuerdo. Lo que te estoy preguntando es  cómo es que el sexo, cuando interviene, destruye la familia.    Eso es una cosa rara.

-Porque se coloca por encima de todas las cosas como se está haciendo hoy en día.

-No entiendo, acláralo.

-Digamos que el conocimiento del sexo nace de la individualidad de la persona, algo que hoy en día no se respeta tampoco.

-Pero ¿cómo dices eso? No te entiendo bien.

-La democracia no respeta la individualidad de la persona

-El sexo está evidentemente antes, y la institución venía justamente para regular la relación sexual. ¿Cómo lo vas a meter después?

-Es que nadie regula la educación sexual.

-Sí, sí, es lo que se intenta, el Estado consiste en regularla. El Estado consiste en eso, en regular eso que puede haber de sexo más primitivo, regularlo por el matrimonio o por la prostitución. Al Estado le da igual, el caso es regularlo, someterlo a la pulsión del dinero, de manera que no, por favor…

-Eso es una falta de respeto a la individualidad.

-… no metas esto del sexo a posteriori, cuando está desde la raíz. No puede hacerse eso. Más, por favor.

-Bueno, yo la verdad es que desde el inicio la cuestión de la familia era lo que menos me preocupa pero salió esto y la familia creo que es la garantía de la propiedad del cariño, el matrimonio la garantía de la propiedad del sexo. Es lo que se dice: ¿Para qué te quieres casar? Pues para tener la cama hecha ¿no? Entonces, el tema que a mí me preocupa es por qué tenemos que garantizar la propiedad, por qué tenemos ese miedo a no tener mañana con quién follar, qué comer, quién nos cuide, no sé, quién sea testigo de nuestra cosa y con quién compartir. Ese es el miedo que tenemos y el miedo. Decimos, alguien dice: ¿Qué pasará si cae esto que hay, lo único que conozco? A mí me preocupa que esto no caiga, porque si esto no cae es como que no nos deja espacio para hacer otra cosa (Aplausos). Y esa especie de comunidad se dice que fracasó cuando entró la familia de los que estaban, pero, bueno, ¿por qué esa comunidad era cerrada y no podía circular quien quisiese por allí libremente,   y que ni siquiera la gente se plantease qué era lo que entraba y lo que salía, con quiénes comes y quién está enfermo y quién te va a cuidar? Porque claro, si yo no tengo una madre que me cuide en este mundo, no hay otro que me cuide si yo no tengo un hijo que me cuide, un Estado que me cuide y todo esto.

-Bueno, muy bien,  has descubierto fórmulas tan elementales como la garantía  de la propiedad del cariño, que está muy bien dicho, garantía de la propiedad del cariño y que revela muchas cosas. Desde luego, sigue siendo un ataque, desmontaje de la fe en la familia, nos hacen falta todavía más defensas, más defensas de lo que pueda tener de bueno.

-El ataque que ella hace está estupendo pero ese ataque se le puede hacer a cualquier grupo. Yo veo lo que ha dicho Virginia,  que lo enfermizo que se da en la familia se da en cualquier grupo. Por lo menos    es lo que yo he visto hasta ahora, con familia o sin familia, porque mira, los amigos son más pelmas al final que la familia, más pelmazos.

-Vamos a ver si va a resultar que los fracasos de que hablábamos son por la introducción de la familia. Es este hombre, está pidiendo la palabra.

-Bueno, la familia, la propiedad privada y el Estado, mentes o cerebros bastante más pesados que el mío ya han tratado el tema. Pues yo lo que me planteo es la vinculación con el Dinero y el Capital, que la habéis sacado de entrada y luego no lo tratáis. En muchas sociedades anteriores a la creación del Dinero y claro del Capital,  pues  ya existía la familia, y no sólo eran polígamas eran también nucleares. Entonces hay ahí una cuestión que no queda muy clara por muchos tratados que se hayan hecho al respecto.

-Al contrario, te voy a ayudar: deja los tratados, deja los cerebros,  porque efectivamente ahí no encontrarás más que revoluciones en torno a la mentira establecida. Es lo que te queda de pueblo lo que tiene que decidir, aquí está decidiendo, si la familia vale de algo bueno o si no vale. Eso no lo dice ningún intelectual, no lo dice ningún libro. Y hay que renunciar justamente a fiarse mucho de ellos. Por lo demás, en cuanto a esa apelación a la Historia, a la prehistoria, decir que antes del establecimiento del Dinero es como decir que antes del establecimiento de la escritura, es decir, antes del comienzo de la Historia propiamente dicha. Y lo que sucedía en la prehistoria es todavía más difícil de entender que lo de los trobriandros de Polinesia. No se sabe nada. La Historia comienza con la escritura, con el establecimiento consiguiente del Dinero, del Poder –Imperio primero, Estado luego- , y por tanto no hay apelación a ningún antes,  por desgracia. Por desgracia, porque si decimos ¡no! a la familia,     lo que nos queda aquí, que no tenemos futuro, es ponernos a inventar maneras, no a imitar a los prehistóricos  de la manera imbécil que a los niños el Estado del Bienestar les enseña la  prehistoria como una cosa graciosa, ni imitar a los hippies de California, ni imitar a los trobriandros de la Polinesia, no nos queda nada, al decir ¡no!, no nos queda más que en la falta de futuro ponernos a inventar otras maneras de convivencia. (Aplausos)  Más defensas sobre todo. Se ha atacado mucho a la familia. A alguno le deben quedar residuos de aprecio, de apego, de creencia en sus beneficios y debe decirlo.

-Pues a mí me ha parecido observar en el movimiento del 15 de mayo que los padres de la gente estaban muy de acuerdo con sus hijos, estaban detrás de ellos y los secundaban y los ayudaban. Me ha sorprendido porque las noticias que tengo de otros movimientos, de otras revoluciones es que padres e hijos estaban totalmente en contra, pero me ha parecido ver que, concretamente ahora, se daba mucho más la afinidad entre padres e hijos que otras veces.

-Sí, es notable. Yo os dejo a los demás que respondáis respecto a eso. ¿Os parece también así? ¿Tenéis más o menos la misma experiencia?  ¿Os explicáis de una manera  o de otra cómo puede haber habido ese consentimiento y hasta apoyo por parte de los padres ante las gentes menos formadas del mayo pasado? ¿Qué tenéis que decir sobre eso? Es también interesante.

-Puede ser –no sé muy bien a qué casos te refieres-,  pero puede ser que sea gente que están hartos de esa relación que tienen de padres  e hijos, y entonces se encuentren en algo común como echarse a la calle y allí ya no hay padre ni hijos, claro, en la calle. A lo mejor están deseando librarse tanto los unos como los otros de eso que les ataba a esa relación tan falsa y tan triste, pero yo no sé a qué casos te refieres.

-Ella lo dice como un experiencia general, relativamente general. Yo también la tengo sin haber entrado mucho, y por supuesto ahí lo que había que decir es que el peso, el horror del Estado y el Capital que afecta a los formados y a los menos formados inevitablemente puede producir una cierta hermandad: los dos, tú y yo estamos igual de jodidos, como padre y como hijo. Bueno, no es que eso sea tal vez una hermandad muy ejemplar ni un caso de amor ni nada pero es bastante explicable y yo creo que se explica así. Dejemos esto de lado. ¡Más defensas de la familia!

-Pero era de esto que acaba de salir, lo que pasa es que no me acuerdo bien de la historia.  En una de estas múltiples manifestaciones que ha habido, a un chaval que se lo llevaron varios policías y que entonces salió corriendo su padre detrás. Entonces me parecía que no estaba tan olvidado eso de ser padre e hijo ¿no?, porque el único que salió detrás fue el padre, según lo que me contaron.

-No es el momento tal vez más ejemplar el de una persecución policíaca. Nos estamos refiriendo a un apoyo más en general.

-Con respecto a esto mismo que dice la compañera de los padres y eso, a mí me parece todo eso, vamos, como para hacer una telenovela en la tele o algo de eso. Me parece totalmente mentira. Un papá lo que quiere es que su hijo tenga mucho futuro,   sea muy obediente y, vamos, que se someta a lo que se tiene que someter. Entonces, lo que dices del movimiento, ¿cómo lo has llamado? ¿movimiento…?

-¡15 de mayo!

-15 de mayo, yo no sé muy bien lo que es eso, pero vamos

-Los que estamos aquí, venga, venga

-Sí, sí, estamos analizando lo que quiere un padre: es que su hijito sea muy obediente, y lo que quiere un padre es,  para poder ir a trabajar y joder a los demás,   es precisamente poder decir es porque tengo un hijo, para darle de comer a mi hijito. Eso es lo que es un padre.

-Bueno, eres un poco exagerao y cruel. Desde luego un padre ejemplar quiere eso, porque un padre ejemplar es un buen súbdito del Estado y un buen cliente del Capital. Ese es un padre ejemplar. Lo que nos salva es que los padres, en general, no son tan ejemplares, que hay muchos que tienen fallos y que pueden venir por tanto a participar en algo que les queda de rebeldía.

-Yo quería decir que una de las primeras pintadas que me emocionaron y que vi, decía, y la llevaba una muchacha: “El Dinero no existe, son los padres”. Digo esto porque parece que se puede dar lo uno y lo otro, o sea, que, efectivamente,  dentro de su… a cualquiera le atañe la imposición y la presión del capitalismo y la hartura, y entonces pueden caminar juntos y además decir eso porque se han dado cuenta,  la mujer que decía eso: “El Dinero no existe, son los padres”.

-Bueno, eso quería decir que es lo mismo los padres que el dinero.

-Claro, claro, y lo decía de esa manera curiosa.

-Que se aclare porque eso sería una formulación, aunque un poco rápida y dura de la relación de la identidad entre la familia con el Estado y el Capital, que es tras de lo que andamos todo el rato. ¡Más defensas que os queden de cosas buenas que podrían quedar en la familia, aunque Estado y Capital se hundieran!

-Yo lo que he visto siempre, y es una experiencia personal, siempre que he encontrado a alguien que me estaba echando mano a la cartera o al dinero, cuando le pillaba le decía: “Oye, que te estás llevando mi dinero” o “Me estás robando”. Entonces siempre me decía: “Es que tú no tienes ninguna responsabilidad, tú eres una persona sin ningunas obligaciones.  Yo, sin embargo, soy padre de cuatro hijos o cinco, o los hijos que fueran”. Y me imagino que eso era una razón suficiente,  que le justificaba plenamente para decir: “Hombre,  no te pongas así, que al fin y al cabo yo soy padre, y  tú no”. O sea, que es una cosa que yo estoy seguro de que no es un caso que le pase a una persona, sino  que les pasa absolutamente a toda la gente. Y si no, recordad,  si no os ha pasado a vosotros que, cuando habéis pillado a alguien que os estaba echando mano a la cartera, os ha salido con el razonamiento de los niños, entonces, sí, el Dinero son los padres, claro.

-Bueno, no generalices tampoco ni totalices, Jaime. ¡Adelante, defensas de la familia!

-Bueno, en defensa de la familia quiero decir que el día en que la familia desaparezca nos quedará la proposición que nos hace el Estado de esclavitud.

-No, no. Es como si hubieras resuelto el problema que estamos planteando aquí.

-Creo que el Estado no le está dando ninguna opción a la familia.

- Un padre que tiene que tener sus hijos para venderlos, eso significa que el Estado no le ha dado ninguna otra opción.

-Es como si hubieras respondido a la pregunta que estamos haciendo aquí: si la familia tiene una relación tan íntima con el Estado que no puede separarse. Tú crees que sí, tú quitas la familia y dejas el Estado. ¡Hombre!

-Creo que este Estado no protege a la familia.

-¡No hay Estado que se mantenga un momento sin la familia! Y eso es una cosa que…

-No solamente tiene que mantenerse, tiene que proteger la familia.

-¡La protege, y la promociona y la subvenciona!

-¡No la protege el Gobierno desde el momento que no existe el derecho a la vivienda, no existe la protección a la familia! o ¿qué  tenemos los hijos, debajo de un puente, cojones?

-…De manera que una vez desaparecida la familia, el Estado al carajo, porque sin familia no vive.

-Yo estaba protegiendo a la familia también, ¿eh?

-Yo no sé, pero yo me he criao sola, desde que tengo 13 años se separaron mis padres, o sea que soy prácticamente autodidacta porque tenía drogas alrededor, tenía de todo, y lo he tenido que rechazar yo con 13 años. Y he sido yo la que, yo, vamos, la que me he educao yo sola.  Y estáis hablando ahora de la familia, pero luego la Constitución, muchas obligaciones pero luego derechos ¿cuáles tenemos? ninguno, porque a uno que roba se le condena, pero ellos que nos tienen que dar piso, educación y todo esto ¿dónde están? Es anticonstitucional, ¿qué derechos tenemos?

-Sí, sí, está bien que, te metas con la Constitución, pero responde un poco: Desde tu punto de vista de una que, como dices,  se ha criado sola, ¿qué es lo que piensas desde ahí acerca de la familia?

-¿Que qué pienso acerca de la familia? Pues que sí, que cada día tenemos que ir a trabajar cada vez más la gente y los niños tienen que estar solos y a ver cómo los guiamos. Y luego nos echan la culpa en las escuelas que los tenemos que educar nosotros. ¿Con qué tiempo? Si acabamos reventaos.

-Pero parece que estás maldiciendo de la familia porque está muy maltratada por el Estado actual.

-No, no, porque no nos permiten el tiempo tampoco, si tienen que trabajar la mujer y el hombre ¿qué hacemos?

-Ya, ya, que están ligados la familia con el Estado y con la administración, de eso no cabe duda. Te preguntaba más a fondo, por tu sentimiento.

-Sí, vale,  perdona, es que es el primer día que vengo. Pero vamos que te digo, que me he educao sola y es muy difícil, es jodido ¿eh?   Que estoy muy cansada y es muy difícil. ¿Sabes?

-Sí, sí, por eso te preguntaba que desde esa posición,  que es bastante singular,   qué es lo que sientes respecto a la institución de la familia en bloque: padres, hijos.

-Pues no sé, que se juzga muy mal a la gente joven y que no reciben las ayudas que teníamos antiguamente, la verdad. Antiguamente estábamos más controlados y más ayudados. …

-Bueno, te vuelves siempre hacia el Estado. ¡Más, más defensas! ¿No hay nada que decir? ¿A todos se os han acabado los restos de fe que teníais en que la familia era una necesidad? ¿No os queda nada bueno que sintáis en la relación de padres e hijos y todo eso tan glorificado en el Régimen? ¿No os queda nada? ¿Habéis descreído tan de repente? Sería demasiado deseable. Eso no se produce así.

-Yo tengo una pregunta, que  ¿por qué no vamos al grano y estamos tanto alrededor de la familia?  

-¡Vete al grano!

-¿Por qué no vamos a esto, al tema de la propiedad?  Porque ahí, como decía muy bien una compañera, esto se da con la familia, que es la garantía de la propiedad, pero también se da con los amigos,  porque si este es mi amigo tiene que estar ayudándome contra el otro, y se da en todo. Entonces lo que se da es el tema de la propiedad como garantía  de la vida, y el miedo,  o sea,  si no hay una propiedad la idea es que hay muerte, porque está organizado para que sea así, que yo no voy a durar dos días si me meto aquí en el campo,  que ya ni siquiera hay para recoger nada para comer. ¿Por qué damos vueltas alrededor de la familia?

-Sí, te entiendo bien. Te voy a decir por qué damos vueltas, porque hemos estado hablando de la propiedad desde el principio. Si te entiendo bien, tú lo que piensas es que,  aun supuesto que la familia desapareciera,  nos las arreglaríamos para que las amistades se convirtieran en propiedad. Es decir que te parece que los hombres son desesperadamente malos, que no basta con quitar a la familia, sino que hay que quitar a los hombres sin más. Eres un poco exagerada ¿no? Lo que estamos reconociendo desde el principio es la relación de la familia con eso: que una vez desaparecida la familia,  la propiedad y el  que mi amigo estuviera obligado a defenderme tuviera que subsistir,  eso ni lo veo claro ni tú tampoco.  Es una especie de suposición. Lo que estamos viendo es justamente hasta dónde llega esa relación de la familia con el dinero, que en definitiva es lo de la propiedad.

¡Más defensas por favor antes de que nos vayamos! ¡Que no quede la familia sin encontrar algunos defensores, porque aquí venimos cada jueves a intentar matar lo que nos queda de fe, de la fe que nos han enseñado, que nos han inculcado, y para que podamos hacer esto, que es hacer lo que no está hecho, hacerlo hablando, por lo menos, tienen que salir a la luz, aquí, los restos de fe y de creencias  a los que tratamos de decir que no, tienen que salir!  Yo mismo y cualquiera de vosotros debe sacarlo, debe confesar lo que nos queda de fe de que en la familia hay algo bueno y que, una vez caído Estado y Capital, tendría de alguna manera que existir, seguirse manteniendo.

-Cuando se jorobó mi familia, la casa se fue a la mierda. Que nos fuimos todos a la mierda,  cuando se jorobó la unión familiar, todos a la porra.

-Piensas lo mismo que eso, que si no hay familia somos tan malos que de todas formas nos vamos a hacer la puñeta.

-La unión hace la fuerza.

-¿La unión en la familia? No, en lo que has dicho no se entiende eso. No se entiende bien, perdona. No se entiende bien.

-Perdóname, no te he escuchado a ti antes.

- No, no. Pero lo que te estoy preguntando es: ¿Tú estás también pensando en que si la familia desapareciera buscaríamos también la manera de hacernos la puñeta, de forma que la amistad fuera una especie de obligación de ayuda y cosas así? Eso es lo que le he criticado a ella.

-No, yo no digo nada de eso.

-Está claro, venga, más.

-Oye, que me da mucho corte hablar, que no he ido ni al cole, joder.

-Hablas muy bien y, sobre todo, lo que tienes que hacer es que hable por ti lo que te queda de pueblo, de común, como a cualquiera. Más por favor.

-Las familias polígamas ¿son mejores o peores?

-Bueno, pues si os empeñáis en no declarar vuestros restos de fe, tendremos en todo caso que dejarlo para otro día,  si Estado y Capital, el Señor,  nos deja pervivir, por lo menos,  dentro de siete días, aquí, de las ocho y media en adelante, tratando de mantener el hilo del sentido de lo que era esta rebelión. Así que en eso lo dejamos. Salud.