16.06.2011
16 de Junio de 2011
Agustín García Calvo en Sol
TRANSCRIPCIÓN:
-Si os parece, con los escasos medios que hoy tenemos… De lo que se trata es sobre todo, a mi entender, de entender bien cuál es el sentido de esto que, en parte por propuesta mía y en parte no, hemos pensado, de quedarnos aquí jueves tras jueves a las ocho y media, sea lo que sea de la suerte de las acampadas que se levanten o que queden como habéis visto en parte y con algunos de ellos que estarán también entre vosotros.
¿Cuál es el sentido de esto? El sentido de procurar ante todo la continuación… (¡Heridas abiertas, fosas cerradas!) El sentido de esta continuación que procuramos es un sentido que querría que también que los muchachos, la gente que se ha lanzado a esto de una manera tan inesperada, y a los que he saludado el primer día por la alegría de lo inesperado y al mismo tiempo por la alegría de volver a sentir rebullir algo de lo que hace cuarenta y tantos años se había sentido, cuando se estaba estableciendo el régimen que hoy padecemos, querría que también ellos participaran de este sentido de la continuación ante todo, y que no se equivoquen. Esto quiere decir que no hay prisa, que no hay prisa. Imaginaos, yo, que tengo ochenta y cuatro años, no tengo prisa. ¿Cómo vais a tenerla los que tenéis veinte y cosas por el estilo? No hay prisa ninguna porque el ataque contra esto, este brote de rebelión contra el régimen que padecemos, no se refiere ni a un régimen particular ni a determinadas figuras que ocupan los puestos de ese régimen, ni se refiere a una nación; es, en bloque, contra el régimen del dinero, el que domina por todas las partes del mundo desarrollado, y lo demuestra, como lo habéis visto, que desde los primeros días por todas las partes de ese mundo en las ciudades, en las plazas de Copenhague, de Nueva York, se respondía inmediatamente como reconociendo que efectivamente este brote de rebelión era contra eso y no contra nada ni nacional ni particular ni referente a unas formas u otras de gobierno. Y, naturalmente, la rebelión contra eso, tal como lo presento en bloque, no puede menos de ser larga, larguísima y sin prisa ninguna.
A este régimen del dinero, no hace falta que os lo diga, no se le va a derribar de la noche a la mañana en un soplo ni por medio de acciones tal vez bien intencionadas, tal vez violentas contra los órganos o los edificios representantes de ese régimen en este momento en este país. Por ahí no, esa es por la vía que no.
El dedicarse a reivindicaciones dirigidas a las autoridades de este gobierno, que después de todo no es lo mismo, no es otra cosa que el servidor del capital como en todas partes, es perder el tiempo, desviar el sentido del intento. Se consigue como habéis visto con las últimas movidas aquí y en Barcelona, se consigue publicidad, información, pero eso es lo que no nos hace falta. Esa es la táctica de los que mandan, del régimen mismo, que necesita la información como continuación de la fe a cada paso. No puede ser la táctica de los que se levantan contra eso, los disconformes, los que no están de acuerdo con el Régimen del Bienestar.
Y entonces la lucha contra ese Régimen, si no se desvía por los caminos de atender a los cuatro monigotes que estén en España o en otro sitio ocupando el poder, si no se desvía con la pretensión de buscar publicidad o información para esto, de que le den un nombre los que no deben, entonces, pues no os digo para largo, no se sabe para cuánto va, pero en todo caso lo que requiere es no perder el hilo, no perder la continuidad de esta ocurrencia que les vino de abajo a los que empezaron con esto hace un mes, pero que es una buena ocurrencia, la de ponerse a acampar en las plazas de las ciudades o metrópolis del mundo desarrollado.
Y ellos, o por lo menos una buena parte de ellos, seguirán sintiendo la conveniencia de esta continuación, y los que aquí vengáis los jueves conmigo para mantener este hilo pues participaréis un poco también de esto, de que esto es lo primero, lo más práctico, lo más vital.
Como ya he dicho los días pasados, la primera condición para que de esto salga algo de verdad en contra de la mentira del poder establecido, para que salga algo de verdad la primera condición es que no tenga futuro, que no tenga un futuro, que no tenga fines como los fines que tienen ellos, y esa es la condición. Futuro, que quiere decir aburrimiento, es el arma de ellos, de los del poder. Nunca puede ser la de la gente de abajo.
Habéis comprobado también que en muchos de los desarrollos a lo largo del mes de las asambleas libres la necesidad de atenerse a las formas establecidas de la acción, incluidas incluso las decisiones por votación en las asambleas y el decir sí o no a la ocurrencia de lanzarse contra este puesto y el otro, la consecuencia más inmediata que ha tenido ha sido la de el aburrimiento en las asambleas mismas.
Está muy bien que los que mandan se aburran en el congreso y en los parlamentos, que es lo que les corresponde, y así es como sostienen su poder, a fuerza de mucho aburrimiento, pero por eso nunca las asambleas libres pueden aquí imitar o seguir esos procedimientos. Eso es lo primero que hay que evitar.
Para no aburrirse en cualquiera de las grandes asambleas que surjan o aquí en esta reunión en la que vengáis a acompañarme cada jueves, ¿qué se puede hacer? Pues mucho, porque hay mucho que hablar, que no es qué vamos a hacer, a qué conclusión llegamos, cuál es el objetivo que vamos a percibir, a dónde vamos a salir en manifestación, contra qué vamos a atacar. Estas son las cuestiones aburridas por sí mismas, porque donde hay futuro hay aburrimiento. Hay mucho fuera de esas cuestiones, hay mucho y en primer lugar: aprovechar cualquier asamblea libre o cualesquiera de estas reuniones para desengañarnos de las ideas que inevitablemente cargan sobre nosotros y que nos hacen entender mal todo esto de la política y la economía y demás.
Es preciso desinteresarse de las otras preguntas de a qué fin, para qué, qué hacemos mañana, para, aunque parezca inoportuno hacerlo en medio de un sitio como la Puerta del Sol, dedicar ese rato a hablar de las otras cosas, a tratar de desengañarnos de las ideas recibidas y por tanto de esa manera estar luchando contra la fe, porque el Capital, que es lo mismo que el Estado en este Régimen, no puede vivir sin fe. No os extrañéis que emplee el término religioso, pero es el que conviene, como lo demuestran porque todos los días por la televisión y por todos los medios están tratando de convenceros de que las cosas son como son, es decir, según el orden que ellos tienen establecido. Si estuvieran tan seguros de que es así, desde luego no tendrían que daros todos los días la lata predicándoos, tratando de convenceros de que las cosas son así, es decir, como ellos las han dicho.
Es preciso, por tanto, que nos dediquemos estos ratos a tratar de desengañarnos de esas ideas, penetrar más a fondo en la realidad que nos ha tocado, desmontarla y de esa manera luchar en lo que podemos contra la fe, que es la primera acción, y después de todo la más eficaz de todas, porque ni el dinero ni los gobiernos a su servicio pueden hacer nada si no es contando con la fe, es decir, la mentira, la creencia de las mayorías, que es la que predican todos los días.
Por eso, cuando entre nosotros se ha dicho y se ha repetido, que la guerra no es de izquierdas ni de derechas, sino que es de abajo contra arriba, conviene no entenderlo mal. Ayer nuestro matemático Caramés, a la salida de la tertulia política del Ateneo, me lo hacía notar: hay que intentar no confundirse con eso de arriba y abajo. Evidentemente en lo más inmediato, arriba están pues los ministros, los directivos de la banca, todo eso que sabéis que hay por arriba: Arriba, la gente lo dice así, no tenemos por qué decirlo de otra manera. Los que están en lo alto son unos monigotes intercambiables a la vuelta de un par de años o menos todavía, pero no importa: son los que están arriba. Esos son los que mandan. Y abajo estamos los que no somos esos, en la medida en que no lo seamos, porque cada uno es un poco eso: cada uno es un poco banquero y un poco gobernante o gobernanta, ¿qué se le va a hacer? Hay una parte en nosotros que tiende a eso, pero que no es eso, es lo que está por debajo: pueblo que no existe pero que lo hay, es sencillamente lo que está por bajo, por bajo del gobierno, por bajo de la opresión del capital, por bajo del dinero. Pero esto es nada más en lo más inmediato.
La fe que el orden que padecemos necesita para subsistir alcanza a mucho más, alcanza hasta los ámbitos del cielo y hasta las intimidades del yo de cada uno. Eso no hay que olvidarlo. La aparición a nivel directamente político -arriba el gobierno, arriba el capital y abajo nosotros- no es más que la aparición más inmediata, pero el engaño, la mentira, la fe del capital sin la cual no puede subsistir, alcanza a mucho más. Esta es una de las verdades que se pueden discutir. Alcanza por ejemplo al cielo, como os lo decía, de una manera que espero que no os equivoque. Os quieren hacer creer en un universo, ¡cómo no! Para haceros creer en un universo tienen a su servicio la ciencia, que, no toda pero mayoritariamente, es una ciencia dedicada al servicio del poder, y por ella y por medio de la divulgación de esa parte de la ciencia a través de los medios pues ya tenéis la cabeza llena de ideas no sólo acerca del gobierno de vuestro país, sino acerca del cielo, de esta tierra, del universo, de todo.
Cualquier niño sospechaba que era sin fin eso del cielo, pero si se le deja ser sin fin entonces la física no funciona, las matemáticas no se pueden aplicar a la fe en eso, de manera que tiene que ser todo. Cuando hablemos algún día de esto, supongo que no perderéis la ilación con la política inmediata. Se trata de algo tan práctico como la dedicación a los gobiernos, o a los bancos y al capital, porque lo de todo, lo de ser todo es una especie de engaño que está establecido por todas partes. El Régimen que hoy padecemos, que es el Régimen de la democracia desarrollada, tiene ese mismo engaño que denuncio para el universo y para la física, tiene que contar con que los españoles o cualquier conjunto de que se trate sean todos: un número, un número de algo. Si no, las matemáticas no pueden entrar tampoco ahí, no se les puede contar. Entonces no se os puede contar, tenéis que ser un número como se demuestra en cuanto echáis una mirada alrededor. Veis hasta qué punto os están contando de mil maneras distintas. Echad una mirada al número de vuestro documento de identidad. Supongo que lo tenéis todos o casi todos. Seguramente hay pocos que se escapen de esa tentación. Y entonces ahí comprobaréis, estaréis viendo hasta qué punto estáis contados.
Y esto de que intenten que seáis todos, de que estéis contados, evidentemente, es mentira, pero no hace falta que venga yo a decíroslo. Todo el mundo sabe que no es así, que no hay todos que valgan y que, por tanto, no se nos puede contar de verdad, que lo de contarnos y lo de ser todos es un engaño, pero la democracia de una manera ejemplar necesita eso más que nada. Tiene que contaros y después, por medio del cómputo de los votos, entre otras cosas, establecer una cuenta, que es la de las mayorías, frente a los que se quedan fuera, y una vez que las mayorías, como suelen, han vencido en cualquier votación y en cualquier cosa, nada más fácil que hacerlas pasar por todos, y que la decisión gubernamental del orden sea que justamente las mayorías valgan por todos, y que por tanto se siga haciendo lo que está mandado. Esta es una de las formas de engaño que os propongo como tema para sucesivas reuniones.
Ahora, desde luego, os voy a dejar la palabra y si veis de momento alguna cosa que os parezca especialmente oscura ya me lo haréis notar, pero os lo anuncio sobre todo para más largas discusiones, sobre todo por eso de que no hay prisa. Os decía que el engaño, la fe que se os impone no sólo no se refiere sólo al terreno de la política sino que abarca hasta el cielo y hay que añadir también lo que os dije de que también abarca hasta las intimidades, hasta el yo de cada uno. Tened también esto como otro tema de discusión sobre el que volveremos una y otra vez. No se puede hacer una especie de política que no sea un engaño, que no sea un servicio al capital, si no es de alguna manera descubriendo la contradicción en uno mismo, realizando un psicoanálisis de veras de cada uno, que es al mismo tiempo un psicoanálisis político, es decir, reconociendo en cada uno lo que antes decíamos: la parte en que está conforme y vive muy a gusto en el régimen del bienestar con todas las facilidades que proporciona para esto y para lo otro, para el tener trabajo o para tener vacaciones, para irse de turismo por ahí, una parte que está conforme, contenta, que “es lo que se nos da, aprovechémoslo”, y dentro de uno mismo otra parte que no está contenta, cuya disconformidad, cuyo descontento aparece en cualquier descuido, por todas partes.
De manera que uno no es uno. La democracia, el poder necesita que uno sea uno. No encontraréis una recomendación que esté antes, recomendación para empleos, para negocios, recomendación para administración pública que no sea esa, la de creer que uno es uno, que uno es el que es. Eso ya hace esa fe de lo más sospechoso. Evidentemente si uno no fuera uno, no se podría hacer tampoco lo otro de contarlo. Las unidades, la población donde sea, se establecen justamente para que la sociedad en su conjunto sea contable y por tanto esté fácilmente sometida al régimen, de ahí que esa especie de psicoanálisis político sea una condición también primera sobre la que tenemos los que vengáis por aquí como si fuera en una asamblea libre mucho que hablar sin aburrirnos, como ni por un momento, mucho que hablar sobre el descubrimiento de la falsedad de la unidad de uno, cómo uno está hecho de la contradicción y ver qué sale de ahí. En el paso de la política a lo de uno la cosa está bastante fácil, eso que queda por debajo de nosotros, lo que se rebela, lo que no está conforme, eso es lo común, lo no personal.
La lucha es también contra la persona. Y no hay una lucha que de verdad pueda hacer algo que no sea hacer lo que está hecho que al estar contra el Estado, contra la Banca y contra el Poder no esté al mismo tiempo contra la persona. Si se sigue creyendo en la persona, entonces lo que nos queda por debajo, que es algo de pueblo que no existe, entonces nunca logrará hacer nada tampoco.
Estas son un par de las cuestiones que no sólo os presento hoy para que al pronto y de primeras soltéis lo que os parezca algunos de los que estáis aquí, sino que propongo también como cuestiones que tratar en asambleas libres o en esta misma reunión cada jueves que se presente, sin aburrirnos, porque hemos quitado el futuro de en medio y sin eso se quita sin más el aburrimiento. Sin hablar más por hoy, por tanto, voy a pasaros la bocina esta tan imperfecta pero que sirve para que cualquiera vaya soltando lo que le parezca más oscuro.
-…las ciudades, por aquí, por allá, que ha sido para evitar los desahucios de gente que no se conoce. Esto me ha parecido importante, me ha parecido interesante…
-Me parece que siguiendo lo que has sacado de cómo se nos hace creer que somos todos y que se nos puede contar, y que cada uno es cada uno y el que es, y que tiene que reducirse a eso, pues se podía tratar de acabar con la idea de los puestos de trabajo, que ahí se ve muy bien cómo nos han dado el cambiazo de las cosas que se podían hacer por eso de tener un puesto cada uno y que se aspire a que todos tengan el suyo, entonces eso como es un ideal del régimen este que tenemos sería me parece un sitio donde se podía atacar bien la cosa de lo que nos pasa, de creer que podemos ser todos: que se acabe con la idea de los puestos de trabajo.
-¡O que se discuta!
-Bueno, yo lo que quería decir es que he oído algo así por la radio como que los poderes, la autoridad, no encontraban interlocutor en el movimiento. Algunos representantes del alzamiento, del levantamiento, no me gusta decir el alzamiento, del levantamiento pues parece que no eran interlocutores porque hablaban de otra manera. No había interlocutor. Eso evidencia mucho. Es que probablemente no hay ninguna comunidad, no hay nada común entre las autoridades y el pueblo. El hablar del pueblo es un hablar desmandado, es un hablar que se pregunta y dice como el niño que el rey está desnudo, que pregunta por la cosa misma, que no juega ya con juicios hechos previamente. Y los poderes de arriba, las autoridades, los representantes, el presidente, los ministros, los banqueros parten ya de palabras que son como dogmas consagrados. El término democracia es un dogma que en este momento estamos poniendo en cuestionamiento porque se ha visto que es un modo de dictadura de la mayoría que, como decía Ana, busca el llamado lugar en este mundo y ascender como pueda a costa de cargarse al vecino. Entonces si no nos hacemos como niños, si no preguntamos por las cosas, si nos resignamos a jugar con las palabras que ya están vendidas y marcadas, con las cartas marcadas de ellos, no vamos a ninguna parte. Hay que decir no, de entrada, y seguir jugando y eso no nos va a aburrir, porque si hay de verdad un privilegio es el de poder hablar. La voz común, la voz del pueblo está en las plazas, y eso es entretenido, eso es divertido, es de verdad, no es el entretenimiento que viene desde arriba, que se impone a las masas, sino que podemos hablar en lengua común. Ellos no pueden tener interlocutor con nosotros porque su mundo no tiene nada que ver con el nuestro. El nuestro es cosa de otro mundo, algo que no se les ha pasado por la imaginación. Pero que de verdad están condenados. Este movimiento es el que realmente tiene que preguntar y decir que el rey está desnudo. (Aplausos)
-Alguno que tenga más bien dudas o resistencias respecto a eso de quedarse uno solo, respecto a que para que algo se haga hay que renunciar a cualquier forma de proyecto. Alguien que no esté de acuerdo con lo que yo estoy diciendo, que presente resistencia. ¿Alguien quiere hablar? Hay que animarse, hablar en público, dejarse hablar, porque si no, el tratar de estas cuestiones en asamblea no tiene sentido.
-Yo le propongo algo. Esto lo voy a subir a Youtube. Yo vengo aquí de espectador y lo que quiero decir es que mucha derecha sociológica espera que el movimiento 15-M condene, una condena sin paliativos de infiltrados ayer que hubo en Barcelona y ahora es la oportunidad para poder digamos denunciar y poder condenar este tipo de violencias, para que no haya ningún tipo de dudas de lo que queremos nosotros y poder digamos desligar ese tipo de comportamientos inadecuados de lo que es el movimiento 15M original.
-Se agradece mucho esta intervención. No parezca que se entiende que aquí se está dictando una prohibición de cualesquiera acciones por ahí fuera, ocurrencias que vengan más o menos revoltosas. No se trata de eso. Si algo de eso sale, pues salió. Se trata de que las asambleas libres no se centren en eso, en tratar de qué acción vamos a realizar porque el resultado, ya lo estamos viendo, es que eso sirva para la información y para que los del poder vayan encontrando interlocutor, porque eso después de todo les gusta: que los revoltosos se comporten como revoltosos y hagan las cosas que hacen los niños revoltosos. Cuando, como recordé el primer día, me presentaba saludando a los que habían empezado con esto como la alegría de lo inesperado y también la resurrección de mis recuerdos del 65 en Madrid, también respecto a esto tengo que recordar la mayor parte de las acciones que fuera de las grandes asambleas de muchos miles se presentaban pues tiraban por ahí desgraciadamente. Había algunas que eran preciosas, por ejemplo, teníais que haber visto toda la Gran Vía con montones de periódicos apilados todo a lo largo y la gente prendiéndoles fuego. Bueno, pues esa era una ocurrencia que se sabía la asamblea y era graciosa. Pero ya otros, los más militantes se dedicaban a hacer las barbaridades acostumbradas, quemar autobuses y tal y entonces naturalmente eso ya el poder lo entendía mucho mejor, y a eso reaccionaban. Y luego pobrecitos, algunos de esos, me acuerdo bien, se quejaban: Y la prensa calla. Es decir que no contaban en la prensa su incendio de los autobuses. Esa es la miseria contra la que de una manera más concreta estaba hablando.
- No podemos olvidar que el régimen está fabricado, que la producción máxima del régimen es la información, las noticias. Todo lo que sea noticias de algaradas, de accidentes, de no sé qué, de no sé cuánto, está cumpliendo el régimen de engordar al régimen. Es decir, por un lado no les hace mal ni mucho menos el que alguno salga por peteneras y haga alguna cosa, realmente lo que se le hace es engordar al régimen porque se producen una serie de noticias que están inflando los telediarios como para dar carta de legitimidad a una cosa que es la violencia institucional, porque no podemos olvidar que para violencia es la que ejerce el poder sobre el pueblo. Esa es la violencia, lo demás son más o menos cosas pintorescas para las noticias, pero la violencia es la que ejerce el poder sobre la gente, el sistema, pero no solamente en el mundo nuestro, en el mundo privilegiado, sino en el mundo en general, en otros mundos que están fabricados por una violencia ejercida por este primer mundo, que es el que lo fabrica.
-Vamos a ver, lo que pasó estos días, lo que ha pasado en Barcelona realmente es algo que estaba fabricado por el poder, y no se ve. He estado viendo estos días vídeos y pruebas que me han pasado y ahí se ha infiltrado la policía. Además normalmente casi ninguno de los que nos estamos manifestando nos tapamos la cara ni andamos con gafas ni nada. Iban tapados con palestinos y, bueno, reunidos. Quiere decirse y luego se ven que realmente son ellos los que están provocando esto. Con lo cual quiere decirse que lo que interesa es que este movimiento, yo no diría 15 M sino ciudadano, porque resulta que este es un movimiento asambleario. El movimiento asambleario es algo que no interesa. ¿Por qué? Porque las personas pensamos, claro, no interesa que pensemos, tenemos que ser tontos, y perdóneme la expresión, para que así hagan lo que nos de la gana con nosotros, por eso tienen la tele tonta, para que la veamos, el fútbol, y no estoy contra el fútbol, sino el fútbol cuando se trata de evitar que la gente pensemos, y un montón de cosas que están haciendo, para que no pensemos. Y esta mañana estaba viendo yo llevo mucho tiempo que no veo los noticias pero ahora sí lo estoy haciendo para observarlos a ellos- y entonces estaban hablando esta mañana del señor Artur Mas y otros cuantos más e incluso el que ordenó la carga policial cómo justifica que está utilizando todo lo que ha pasado allá en Barcelona que no es distinto que lo de Madrid, que lo que interesa es actos violentos, pero curiosamente yo he estado observando a la gente que se mueve aquí y lo que menos son son violentos, otra cosa es que en un momento dado nos cansemos, que eso es otra historia, otra historia totalmente distinta… Y la mayor violencia es lo de la bacteria E. Colli. Por ejemplo es un acto de violencia. Lo voy a explicar. No es una enfermedad, no es una bacteria extraña. Está dentro del intestino. Son bacterias saprófitas, que quiere decir “beneficiosa” pero ¿qué ocurre? Eso se puede alterar. ¿Cómo? Alimentando a los animales, por ejemplo, a los mamíferos, a las vacas, a los rumiantes con restos de otros animales, por un lado, así se produce una alteración, eso ha ocurrido para generar un medicamento extremadamente caro, por un lado, que es lo que se ha sabido, por otro lado, provocar la ruina económica de un sector como es la agricultura, que ahora vendrán a salvarnos. ¿A cambio de qué? De privatizar un montón de cosas, como está pasando en Grecia y como está pasando en Portugal. Quiere decirse que provocan el problema y luego nos venden la solución. Este movimiento con lo que está Pasando en Grecia y lo que está pasando en Portugal lo que intenta es que no le vendan ninguna solución, tienen la solución encontrada ellos, los ciudadanos. ¿Dónde está la solución? En nosotros y en nosotras, claro. En nosotros y nosotras. ¿Cómo? De forma pacífica demostrando que no queremos nada con ellos, con lo cual no hay ningún interlocutor válido. ¿Por qué? Porque nosotros no tenemos nada que hablar con ellos, es más, si se acercasen a nosotros debiéramos darles la espalda, no se trata de gritarles, darles la espalda, directamente, a todos y a todas, son unos sinvergüenzas. (Aplausos ¡Bravo!)
-No se puede emplear para nada el lenguaje que emplean ellos en los medios y en sus reuniones. Si uno emplea su lenguaje, se ocupa de esos problemitas, de los problemitas de la televisión, cita a Grecia o a Portugal como si fueran entidades ahí que se han creado en el origen del mundo y que tienen que seguir, entonces empieza uno a equivocarse. Eso no, no se puede emplear el lenguaje de ellos. La jerga, el único lenguaje que nos vale, es el de acá abajo, el de la lengua que no ha inventado nadie, en la que no puede mandar nadie. En cambio rehuír las jergas del poder es lo primero que se debe conseguir.
-Yo de momento he visto básicamente un vídeo que hay circulando por internet. Hay una cosa que me preocupa y es que se mueva este vídeo diciendo que ese video demuestra que hay infiltrados policiales, eso es bastante evidente, y que contiene las pruebas claras de que los infiltrados son los autores de la violencia. Lo he visto muchas veces. Pero en este video no se les ve en ningún momento que iniciaran la violencia. Con esto no quiero decir que no quiera que se demuestre eso o que sí lo quiera, lo que quiero decir es que no se ve. Entonces cuando en diez minutos veo que ese video se ha movido, se ha multiplicado por cincuenta de mis contactos y todos dicen lo mismo “aquí se ve que empiezan ellos y tal” me da un poco de pena y un podo de rabia porque es exactamente la reproducción de las mismas actitudes que hacen los medios que tanto criticamos. Yo no quiero estar en manos de gente que haga eso. Deberíamos producir un modelo distinto, no producir el modelo timador que es del que nos dejamos. Tengamos un poquito de mesura, de sosiego, a la hora de razonar las cosas que nos van dando tanto por los medios oficiales como por los alternativos, y en este caso concreto deberíamos esperar a que haya más vídeos, porque con el que hay ahora mismo no se puede tampoco ver demasiado.
-Gracias, ha sido un golpe de honradez, y que permite recordar esto: hay que guardarse también de que dentro de las asambleas, dentro de las acampadas, se produzcan suspicacias y por ejemplo esas de que hay policías infiltrados y cosas de esas. Eso también lo conocí en el 65 y conocí los desastres que eso podía producir. Eso es también imitar a las películas de malos y de buenos y al resto de los medios dentro del orden. Me alegro que este hombre nos haya hecho notar con esa honradez que los supuestos medios que prueban no prueban nada, que ahí se está imitando medios del orden cosa que no se debe hacer.
-Bueno, pues como habéis dicho, quien controla los medios controla el poder. En los días que he venido por aquí, sin embargo, no he oído comentar a nadie que hace unos meses el ministro de industria concedió la renovación de las licencias del espacio radioeléctrico a las emisoras que ya detentan. Estas emisoras, como sabréis la mayoría, pues los principales accionistas son los bancos, el banco Santander, el banco Bilbao-Vizcaya, etc. que financian las campañas electorales de los partidos políticos mayoritarios y no tan mayoritarios. Creo que sería vital no sólo hablar de manipulación en los canales provinciales entre Madrid y adláteres, también sería vital que estas licencias, qué menos que se debatiera en el parlamento la concesión de las licencias. Después lo que un pedagogo construye en quince años de trabajo, la televisión lo destruye en cinco minutos. Estaría vital que estuvieran representados.. y que como diría don Gustavo Bueno lo que se fomenta ahí son la fama y no la gloria. Y la gloria los que se la merecen. El estereotipo del famoso en televisión, del freakyi al que le gusten esas tendencias, y yo creo realmente que eso sería vital, porque si no controlas los medios te van a controlar a ti.
-Abajo la televisión. A la basura.
-No abajo, la televisión puede ser un medio perfecto y maravilloso, los que tienen que estar abajo son los que las controlan. Y no digo más. Salud.
-Violencia de género.
-Perdona pero efectivamente has estado mostrando algo que yo desde luego y yo creo que muchos de los que están aquí no pueden admitir. Has estado hablando de medios para mejorar la situación de las emisoras y de la escuela en un porvenir que de todas maneras sigue admitiendo que hay. Has dicho al final hasta la televisión buena y cosas por el estilo. Esto que se ha levantado aquí arrastra mucho más que todo eso. No se está procurando mejorar el sistema, eso es lo que menos quiere uno, el sistema cuanto más se estropee, pues mejor para el pueblo. (Aplausos)
-Yo he oído aquí una cosa que me tiene un poco mosqueada. Cuando nos queremos poner muy en contra de esta dominación del poder, se habla contra la llamada privatización. Y a estas alturas al término “privatización” parece que se le enfrenta con algo así como liberador que sería el término público, estatal. Y desde luego, no nos estamos dando cuenta de que en este momento Estado y Capital es lo mismo, que no hay nada más privado que el propio Estado. El Estado hoy día es pura privacidad, son los mismos. No hay ese enfrentamiento que había antiguamente, que todavía con cierto disimulo viejos estados lo mantenían. Hoy con la democracia progresada, la tecnodemocracia, una cosa, cuando la coge el Estado la está privatizando igualmente. Se dice no a la privatización pero también no a lo otro. Hay algo que se llama el común, que se llama el pueblo, y cuando el pueblo se gestiona desde abajo, no necesita ni privatización ni Estado.
-Eso está claro, no tenéis más que comparar una televisión privada con una televisión estatal. Si alguno se atreve a mostrarme un átomo de diferencia, que levante la mano. Son exactamente lo mismo.
-En las asambleas no se quién ni porqué, qué tipo de interés, sacan lo de que si hay policía y si te están controlando y si te están viendo. En un movimiento, en un levantamiento, la cara la tenemos que dar todos, aquí no podemos ocultarnos, hasta ponernos aquí el número del carné de identidad. No pasa absolutamente nada, y fijarse en esas cosas es de alguna manera excluir a veces a gente que viene sola, que aparece por ahí, se une a la asamblea y se cree, vamos le hacen creer, que es extraño a esa cosa. Entonces sí es muy importante eso, no meternos nunca dentro de la asamblea ningún tipo de paranoia ni prejuicio raro de que si hay policía o deje de haber policía. (Aplausos)
-Ayer he llegado de Roma y he visto todo este movimiento y lo primero que se me viene es decirles muchas gracias; además de agradecerles, felicitarlos porque realmente este movimiento ha corrido por todo el mundo y muchos lo van a seguir. Anden con un poco de cuidado porque hasta Berlusconi ha utilizado este movimiento en su campaña. Esto se lo digo porque acá también lo utilizaron este movimiento para las elecciones pasadas. Quienes ganaron las elecciones sacaban a este movimiento como si fuera de ellos. Entonces, yo les diría que por favor no fracasen. Les deseo mucha suerte y muchos éxitos.
-¿Cómo serían los medios “honrados”? O sea ¿qué es lo que tienen que hacer los medios, si los tiene que haber, claro, es por lo que me quiero preguntar, que fueran honrados? ¿Qué son los medios de comunicación porque hasta ahora nos estamos comunicando ahora mismo…?
-Yo tengo uno, dos canales. Son todos de la iglesia. Son todos fascistas. ¡Esos son los medios de comunicación!
-Para que no vuelva don Agustín al Ateneo ahí otros 46 años, para eso son necesarios, porque este señor, don Agustín García Calvo está aquí gracias a los 25.000 que hemos estado aquí abriéndole el camino. Para eso hace falta controlar los medios, porque controlar los medios es controlar el poder. El pueblo tiene la obligación y el deber de hacerlo.
-Les haces mucho favor. Esto se habría levantado sin los medios. No son así los cálculos, les haces mucho favor. Los medios, los grandes medios… (interrupción) …pase por el ideal democrático la fe en cada uno, cada uno tenga su auto. ¿Sabéis lo que ha dado eso de sí? El orden democrático en que cada uno tiene su auto. Si queréis alguna imagen de verdad real del caos, no tenéis más que asomaros a eso que en las ciudades y en los campos ha dado de sí el automóvil. De todas formas os estaba pidiendo que como aquí vamos a tratar por todo lo alto y por todo lo bajo, si alguno no entiende bien el sentido todavía de esto de quedarnos aquí los jueves debería también decirlo.
-He estado en Almería y he seguido todo el movimiento mayormente por la televisión, y entonces quiero decir que todos los medios no son iguales. Y hay una tertulia en la Sexta que os invito a ver a todos por la noche…
-No tengo tele.
-Estoy en desacuerdo con lo que en este momento se está diciendo de que el PSOE y el PP la misma mierda es, pero el Partido Popular es la mierda elevada a la enésima potencia. No nos engañemos.
-Están todos en el mismo barco.
-Hay que consentirte que tienes una especie de tirria muy justificada contra la derecha pero desde luego lo que aquí se dispone es que no está ahí la oposición, la oposición es todo el poder con todos sus partidos, con su jerga, y lo otro es lo que está abajo. Y nada de izquierdas ni derechas. Y si a alguno se le ha escapado alguna noticia honrada de esto, agradezcámoselo, ha sido un descuido. Hasta a la televisión se le escapa de vez en cuando algo en algún momento, pero nada más.
-Usted lo que ha hecho es trasladar la clase de la facultad al ágora, y eso tampoco puede ser. No es una clase de filosofía. Y mucha gente quiere cambios reales y está hasta el moño.
-¿Qué os parece de lo que dice este hombre? Porque si tiene alguna razón, me retiro.
-El entierro de Durruti lo vi por televisión. Y también me enteré de qué era la FAI y muchas otras cosas. Los medios en sí no son malos. No es el diablo. Lo malo es el uso.
-Este hombre sigue hablando de una clase traída al ágora. Yo no la llamaría una clase, pero os dejo puesto que para no aburrirse en una asamblea libre de lo que hay que hablar es del cielo y de lo más… porque todo eso es político. Esto para desterrar la pretensión de lo práctico. Lo práctico es hablar de la acción inmediata y de lo que se va a conseguir, que todos vosotros sabéis lo que se consigue, que nunca se consigue nada con eso. En cambio, matar la fe que es tan necesaria para la Banca, para el Poder, para el Estado, eso es una acción. (Aplausos)
-Pues yo creo que precisamente si hablamos de la televisión estamos hablando de teología, porque si hay algo parecido al ojo de la divina providencia, pero que en vez de triangular es rectangular, es el televisor.
-No es una cuestión para tratar en el final de esta pequeña asamblea, que no entra en teológica profunda, de manera que os propongo que tratemos algún día para no aburrirnos aquí la cuestión de la creencia y del ojo de Dios. ¿Alguna otra cosa?
-Sin televisión estaría usted condenado al ostracismo, no sería nada.
-¡Hombre! (Risas) ¡Yo ya estaba condenado! ¡Yo ya he estado en la condena!
De Agustín García Calvo desde la Puerta del Sol a los acampados en la Plaza de Cataluña en Barcelona
Me cuentan que habéis estado el otro día dedicándoos en la asamblea a debatir y votar, como una de las exigencias que elevar a lo Alto, sobre el derecho de cada pueblo, y por tanto el catalán, a la autodeterminación; o sea, a repetir, dentro de la acampada, las cansadas disputas y monsergas con que los políticos del Bienestar se entretienen fuera.
Confío, al enviar esta carta, que quede en muchos de vosotros sensibilidad y sentido común bastante para, con sólo repasar esa noticia, sentir un hastío y sospecha de haber caído en una trampa y, al dejar que la fe y mecanismos del Régimen se metan entre vosotros, haber contribuido al deterioro del sentido de la acampada y las asambleas libres. Si no sentís algo de ese descontento, tampoco lo que aquí os diga va a servir de mucho.
¿Creéis que este inesperado brote de rebelión surgió para venir a parar a esa conformidad con el Sistema?, ¿o que su rápida repercusión por las plazas del mundo progresado fue porque en Copenhague o Nueva York tenían mucho interés en cómo iba en España la legislación del desempleo o la disputa entre catalanistas y españolistas? Venga, no os hagáis más tontos de lo que quieren que seáis.
Este despertar de gente menos formada venía de algo más hondo: una disconformidad con la política del Poder, las leyes del Capital-Estado, las mentiras de sus Medios, algo que latía y late bajo las personas dondequiera que el Régimen del Bienestar se haya impuesto; y eso es algo precioso, que ya Ellos se ocuparán de intentar anularlo (no tanto por las fuerzas del Orden como por la comprensión de doctos que traten de asimilarlo a sus ideas), pero no contribuyáis vosotros a desvirtuarlo.
Ante todo, no os aburráis en las asambleas, como Ellos en el Congreso, imitándolos, votando, debatiendo al estilo democrático. ¿A qué eso de aferrarse a un nombre, democracia, que desde que se inventó en algunos estados griegos no ha servido más que para la confusión y engaño de la gente? : si esto tiene que tener un nombre, ya ello lo encontrará. Pero, por lo pronto, no os aburráis poniéndole un futuro: el futuro y su aburrimiento es la gran arma del Poder contra la gente.. Hay en las asambleas libres mucho que hablar y averiguar que no sea de qué vamos a hacer, sino de qué es lo que pasa; y, para que esto haga algo nuevo, lo primero es que no tenga futuro.
Y en cuanto a lo que más duele, la lengua (porque ahí vive el pueblo del que nada saben Gobiernos ni Personas), no os equivoquéis, amigos: no está la contienda entre idiomas (lenguas que, sin entenderlas, los Estados, por medio de escuelas, leyes y literatura, usan al servicio de sus fines), sino que es de las jergas de la política, Economía y Ciencia, hechas para mentir, contra la lengua común que cualquiera, en cualquier idioma, habla sin saber lo que hace y por ello lo hace así de bien; la lengua corriente y vulgar en que os estoy hablando, valga para lo que valga. Y en la que os envío amistades y salud.