21.12.2005
Agustín García Calvo
Ateneo de Madrid
Tertu001-21-12-2005.mp3#Tertu001-21-12-2005.mp3
TRANSCRIPCIÓN:
Vamos a seguir como se pueda tratando de corroer la Realidad, nuestras ideas de la realidad, puesto que sabemos que cualquier política, cualquiera realmente () no puede empezar sino por el ataque a la fe que la sostiene, a la fe que no distinguimos para nada de las ideas. De manera que vamos a seguir con este ataque, y se me ocurre precisamente empezar tratando esto que hemos llamado “idea”, por tanto “la visión”, “la observación”, “la información”, por citar alguno de los términos más en uso en nuestros días que vienen a referirse a lo mismo. “Visión” es lo más elemental, ya sabéis que “idea” en griego es de la raíz del verbo “ver”, de manera que lo demás (información, observación, idea) puede referirse a “ver”. Tratamos por tanto en definitiva la cuestión del “ver”, y en ella comprendemos lo de las ideas.
En cuanto a “ideas”, ya sabéis, porque se ha dicho y usado muchas veces, que la realidad no puede ni concebirse ni sostenerse sin ideas; la realidad en ese sentido decimos que es necesariamente”ideal”, y esto, para los que no habéis seguido los días pasados la cosa, hay que distinguirlo en dos planos, en dos tramos: por un lado son las ideas de las cosas directamente, sin las cuales no hay cosas que valgan, sin ideas de la cosa, que vienen a ser los significados de las palabras de un idioma cualquiera (ya que no se puede decir “de la lengua”, porque la lengua de verdad no aparece sino en forma de idiomas); y en su parte más superficial, que es el vocabulario semántico donde están las palabras con significado es donde se sitúa eso de “la idea” o significado de las cosas, sin los cuales las cosas y la realidad no se sostienen.
En el otro tramo además la realidad necesita lo que hemos llamado “ideales”, es decir, una especie de nociones o ideas de orden superior que no corresponden directamente a cosas, que no se pueden realizar, pero que sin embargo son también necesarios para el sostenimiento de la realidad, porque sin entes ideales, sin estos entes ideales e irrealizables (da lo mismo que sean geométricos o que sean teológicos) sin esas ideas de orden superior, irrealizables, tampoco la realidad y las cosas se sostienen. Esto en cuando a ideas.
Pero lo que quería creer era la cosa de una manera más general, que junto con ideas abarcara lo de la visión, y por tanto esas otras formas de ideación a las que aluden “observación” e “información”. Vamos con esto de la visión. Mi primera propuesta es que entendáis conmigo que esto del ver, esto de la visión, no es mas que un caso particular de algo que en realidad diríamos “relación”, de la “relación” de lo uno con lo otro. Esta relación de lo uno con lo otro que, en el seno de la realidad de alguna manera espeja, reproduce, intima, la contradicción fundamental, que es la de la realidad en sí con lo otro que no es realidad, la realidad enfrentándose a lo que no lo es, perdiéndose en lo que no lo es, sacando constantemente de ello nuevas cosas que sostengan la realidad, las ideas y la fe. De manera que cuando se trata de relaciones entre cosas, entre lo uno y lo otro, ahí de alguna manera está intimado, reproducido dentro de la realidad, algo de lo que es la constitución de la realidad misma frente a lo otro. Esto a lo mejor es un poco demasiado abstracto, luego me lo diréis, pero no me puedo detener más en ello, porque quiero seguir con la cuestión de la visión y del ver. Efectivamente, un caso particular de “relación”.
Naturalmente no íbamos, por el hecho de que los que estamos aquí, la mayor parte más o menos tenemos ojos y vemos más o menos bien (en mi caso mucho menos bien de lo que desearía, pero de todas maneras vemos), no vamos por eso a dejar fuera de la cuestión a los ciegos, a los topos, a las lombrices de la tierra, y yendo todavía más abajo, más a lo íntimo, a cualesquiera otras interinfluencias entre una cosa y otra, entre un elemento y otro, entre una partícula y otra que se puedan dar en los niveles directamente reales o en los niveles subatómicos a que la física nos tiene acostumbrados. No debemos excluir nada de eso; después de todo, esto mismo de “hombres” o “nosotros”, ya hemos dicho claramente que no es mas que un caso particular de “cosa”, es decir, de elemento constituyente de la realidad, de manera que comprenderéis que es bastante razonable que el hecho de ver, la visión, se entienda como caso particular de “relación”, de cualquier otro tipo de “relación”, de “interinfluencia” entre lo uno y lo otro. Espero que esto esté lo bastante claro. Partiendo de ahí, vamos a ver sin embargo qué podemos hacer con esto del “ver”, qué nos puede enseñar o qué nos puede ayudar en la destrucción de la realidad el enfrentarnos con este asunto del “ver”.
Os tengo que recordar respecto a lo que os he dicho hace un momento de los dos tipos de “idea” (las ideas que son significados y constituyentes de cosas y los ideales irrealizables) os debo recordar un poco cómo es el asunto, el parecido y la contradicción entre la realidad ordinaria (constituída por las cosas, por las ideas con sus significados) y la realidad estudiada por la Ciencia, establecida y más o menos sostenida por la Ciencia. A este propósito tal vez lo más inmediato y claro es acudir (creo que alguna vez ya en sesión lejana lo cité) a un verso que Lucrecio no escribió en su “De rerum natura” (y por buenas razones no podía escribirlo) pero que yo añadía; es “indivisibiles idem atque invisibiles sunt”, es decir, que “los indivisibles son los mismos que los invisibles”. Esto se está refiriendo justamente a ese índice entre realidad cotidiana, vulgar, y subrealidad científica, física, elaborada para sostener a la otra, a la realidad corriente. Efectivamente, la física tiene que venir a contar (y ya era así para la primera, la de Epicuro y Lucrecio) tiene que venir a contar como constituyente de las cosas (necesariamente compuestas y por tanto divisibles), tiene que venir a contar con “elementos” o “primordios”, elementos que sean indivisibles, un límite a la divisibilidad. Tienen que ser, como dice la palabra griega, literalmente “átomos”, tienen que ser indivisibles, y estos mismos tienen que ser invisibles. Esto es lo que muestra de una manera clara la relación entre la realidad vulgar y la realidad que la Ciencia elabora para sostener a la vulgar. Tienen que ser invisibles, porque ya comprendéis que los átomos, átomos y vacío, la subrealidad de Epicuro y Lucrecio, es algo que está hecho justamente para explicar y por tanto sostener la realidad de las cosas propiamente dichas, compuestas y visibles. Si un átomo llegara a hacerse visible, dejaría de cumplir esta condición de pertenecer a la subrealidad explicativa, y se habría convertido sin más en “cosa”, sería una cosa y ya no serviría para nada en cuanto a la función de la física. La invisibilidad es por tanto necesaria, y esto creo que os coloca bien en este límite en que estáis de hecho entre una forma de realidad corriente y vulgar y un intento o necesidad de explicación de la realidad por medios científicos, y por ejemplo por medio de esta subrealidad: sólo átomos y vacío, que es la de Epicuro y Lucrecio. Por supuesto, el vacío o espacio igualmente (esto parece que es especialmente perogrullesco) no puede menos de ser invisible, porque si llega a ser visible se convertiría en un “espacio”, en un “campo”, que sería una cosa, y por tanto habría dejado de servir para explicar las cosas y para sostenerlas. “Atomos” tienen que ser invisibles: esos elementos primeros, “primordios”, indivisibles, tienen que ser al mismo tiempo invisibles, tienen que tener esta condición.
Por tanto, si echamos una mirada como profanos a los avances últimos de la física, nos encontramos con que el error de hacer de las partículas, de los elementos, cosas observables, visibles, el reconocimiento de que en verdad no lo son, que no se dejan ver, y los intentos de reconducirlas a alguna forma de visibilidad, está patente por todas partes. El átomo, en esta física moderna, deja de ser en verdad átomo, ya no es indivisible, puesto que es divisible, analizable, como todos sabéis, desde hace bastante más de un siglo; y entonces, su puesto de elemento indivisible tendría que recaer sobre algunos componentes suyos, que repetirían la historia antigua de que las cosas están compuestas de átomos, porque entonces el átomo tendría que estar compuesto de electrones, de núcleo, de positrones y de cualesquiera otros de los nuevos elementos o partículas elementales, las cuales, mientras son explicativas del átomo, son invisibles. Pero inmediatamente tienen, con esta dialéctica contradictoria, que volverse a hacer visibles, la Ciencia quiere volver a saber de ellos, observarlos de una manera más o menos indirecta, y entonces dejan de cumplir su función, entonces un electrón viene a convertirse más bien en una especie de estructura combinatoria de “quarks”, por ejemplo de “quarks”, y entonces el elemento cada vez más sutil, como puede ser éste que os menciono ahora de oídas, eso de los “quarks”, a su vez tiene que volver a repetir la historia: o explicar al electrón y a los movimientos del electrón desde abajo (y entonces es “explicador” y por tanto no puede ser “explicado”, por tanto es invisible, no puede ser visible) o se hace visible, y entonces otra vez no sirve para nada sino para que la historia vuelva necesariamente a repetirse. Luego me diréis si esta condena a la invisibilidad se os aparece lo bastante clara.
Aquí arriba, en la realidad vulgar, en cambio creemos tranquilamente ( sin duda porque no nos enteramos, no nos hemos enterado de los problemas que la física misma nos hace plantear) creemos ver las cosas, creemos que las vemos, y vamos a tomarlo así, en esta creencia vulgar nuestra y vamos a ver qué quiere decir eso de “ver”. Y “ver”, como entendéis inmediatamente, tiene que querer decir al mismo tiempo las dos cosas contradictorias: que veas las cosas y que las otras cosas te vean. Que veas las cosas y que las cosas te vean son dos cosas que están implicadas en (en cierto modo son realidad inseparable) en la realidad, pero naturalmente nosotros las separamos en el razonamiento de una manera inmediata y clara: una cosa es ver la cosa, otra cosa es que la cosa lo vea a uno, y eso es “ver” en un sentido y en el otro. La activa y la pasiva del verbo “ver” se reducen naturalmente a dos sentidos contradictorios, pero inseparables al mismo tiempo: ver las cosas, que las cosas lo vean a uno. No olvidéis que os he repetido al principio que esto de “ver” lo tomo como un caso particular de algo mucho más general que quiere decir “relación” entre lo uno y lo otro. Bueno, a eso de “ver” y que le vean a uno (digo que estáis considerando que esta realidad vulgar consta de las dos cosas inevitablemente: tanto uno tiene que creerse que ve las cosas, como al mismo tiempo tiene que aceptar que las cosas le ven a uno, sino, la cosa no marcha, tiene que tragar con lo uno y con lo otro al mismo tiempo) bueno, a esto de ver y que lo vean a uno, a esto de ver y ser visto es a lo que se llama entre nosotros, en este universo humano (caso particular de tantos otros que no sabemos), a esto en este universo es a lo que llamamos “luz”.
“Luz” no puede ser una cosa precisamente porque es lo que sirve para que uno vea las cosas y las cosas lo vean a uno; es el medio del ver y que te vean, y por tanto algo que funciona de esa manera de ninguna manera puede ser una cosa de las que se ven, no hay dios que pueda ver la luz. Si la pudiera ver, entonces la luz ya no sería una luz que ve y hace ver, sería una cosa. Esto repite el razonamiento que antes he sacado a propósito de los elementos subatómicos de la física, lo repite en otro campo: el juego se podría repetir con el elemento subatómico que es en los antiguos el vacío (“inane vacuom” en los verso de Lucrecio) y que de por sí de ninguna manera es una cosa, pero que tiene que venirse a su vez a convertir en cosa como si se le pudiera ver y tratar igual que a las cosas, y así viene a dar la física en lo que suele llamarse “campo”, un campo que sostiene relaciones enrevesadas necesariamente con las supuestas partículas ó elementos, pero que no puede menos que dejarse convertir en cosa, y por tanto, como antes dije, no puede ya servir para explicar las cosas. “El explicador” no puede ser un “explicado”, “el pensante” no puede ser un “pensado”. Y esto mismo es lo que os estoy diciendo de la luz: la luz, que no consiste mas que en eso de que te vean y que ves, no puede ser una cosa; no puede porque es justamente eso, es el hecho de que te ven y que ves, y como en los otros casos la hacemos cosa por nuestra ceguera (me permito emplear en este momento este (término) :por nuestra ceguera), que quiere decir nuestra necesidad y la necesidad de las cosas mismas de sostenerse, defenderse, justificarse, frente al avance siempre amenazante del descubrimiento de que era mentira (y de que éramos mentira, por supuesto, entre las demás cosas), de que no era verdad, en contra de lo que creíamos nosotros y las cosas, en contra de lo que creíamos. En otra sesión estuvimos viendo que de alguna manera las cosas hablan, es decir, que tienen también que engañarse, y que nuestras formas de falsificación, la humana, no es mas que un caso dentro de la falsificación constitutiva de la realidad. Así hacemos con la luz, la hacemos cosa, y hasta nos creemos a la menor que efectivamente vemos la luz, este absurdo tan inmediato, pero que ahí está, y se dicen esas cosas tan reveladoras, que por un lado al venir a este mundo se le dice “ver la luz”, por otro lado, la versión bíblica de la creación del universo: que evidentemente la primera realidad que se instituye es ésa: “haya luz”, y en ese “haya luz” inmediatamente obedecido (“y la luz se hizo”) es donde tenemos efectivamente el ejemplo más primero, más inmediato, de la falsificación que constituye la realidad. “Haya luz” es una orden, y al momento siguiente “la luz se hizo”, ya está hecha; es decir, ya la luz está falsificada, convertida en realidad, y por tanto todo puede empezar, ya todo el resto de la realidad puede desarrollarse, desmenuzarse, combinarse, de todas las maneras posibles, la condición era esa falsificación primera, “haya luz” Ahora me diréis dentro de un momento, cuando empiece a correr por ahí la palabra, hasta qué punto os llega, os penetra al corazón, (donde tienen que llegar todas las razones que valgan algo), esta evidencia de la invisibilidad de la luz y lo que tiene que ver con el negocio de ver y que lo vean a uno. En todo caso, se me ocurre ahora, para terminar con este resumen apresurado de evidencias, volver sobre el esquema del descubrimiento a que nos llevaba esto de “dejarse caer”, para ver cómo se sitúa ahí la cuestión, que puede ser ilustrativo. Vamos a ver: “movimiento” a su vez, eso ya lo hemos dicho, “movimiento” no es ninguna cosa, no puede serlo, de manera que no puede pertenecer a la realidad primaria, por la simple razón de que no se puede contar ni medir el movimiento de por sí; ya sabéis que para las cosas, incluidos nosotros, la condición elemental es que la semántica se combine con los números, sino no hay realidades. Es decir, que tiene que estar la idea,( que acabo de recordaros que quiere decir “significado de la palabra en un idioma”), la idea de la cosa y además la posibilidad del cómputo de las cosas que siendo varias sean la misma; esa es la condición elemental de realidad. Y como el movimiento no cumple con esto, el movimiento no hay quien pueda ni contarlo ni medirlo, revela inmediatamente su condición de ideal, de idea de orden superior, no puede ser. Si en el lenguaje corriente se dice “se mueve mucho” parece que se está contando movimiento, pero “se mueve mucho” no quiere decir literalmente que tenga mucho movimiento, quiere decir que se mueve con frecuencia, que (tiene tendencia a) moverse o que se mueve con mucho ímpetu. Real es en cambio la velocidad, o mejor dicho “las velocidades”, puesto que las velocidades si que se pueden contar y medir, de manera que es del orden de las cosas. “Velocidades”: hay que decir “velocidades”, porque si no hubiera diferentes cómputos de velocidad, no habría tampoco velocidad. La noción de velocidad lleva inherente en sí esta diversidad de velocidades con diferente cómputo, es decir, que más primario con respecto a la realidad de la velocidad es la aceleración, el concepto más abstracto, y por tanto más directamente constitutivo de movimiento de cosa cualquiera. “Cosas” incluye aquí ya a los átomos y a los electrones, que se les ha hecho “cosas”, no nos paramos a distinguir ahora entre cuantificaciones en “quanta” del orden de la Física Cuántica y cuantificaciones ó “quanta” de la física corriente, vulgar, con la que nos manejamos cada dia. Bueno, pues visto esto, os recuerdo un poco cómo era esa parte del esquema con que casi os pintaba (pecando, porque a un descubrimiento, si se le pinta, si se le hace ser ideas, se arriesga a que sea otra doctrina más que la que os meten, otra filosofia, otra ciencia, pero con ese riesgo) os lo pintaba recordándoos que frente a este digamos” tiempo de verdad” en que estamos ahora cayendo continuamente en que la realidad se está deshaciendo y nos estamos deshaciendo con ella continuamente, con una continuidad verdadera que por tanto excluye toda realidad, porque en la realidad no puede haber continuidad de verdad. Frente a esta continua caída “ahora” (“ahora”, que no hay quien lo coja, porque cuando se ha dicho ya ha pasado y ya no es “ahora”) frente a esto la realidad se defiende y nos defendemos; y las cosas se defienden, nosotros nos defendemos por el procedimiento de hacer pasar de lo que no se sabe, de algo que no se sabe, hacer pasar a la realidad cosas; los casos que antes os he dado de realificación de aquello que en principio no era real, son caso de esto mismo, pero en general la realidad está constantemente absorbiendo de lo que no se sabe, para defenderse, está absorbiendo nuevas cosas que se hacen cosas sólo en el momento de entrar en la realidad Esto me servía para presentaros la institución del “tiempo real”(que se opone a este tiempo de verdad en que estamos cayendo, el tiempo de verdad ) que se cuenta y se mide, y que empieza por ser futuro lógicamente, porque lo primero que hacemos es reducir “ahora” (que no hay quien lo coja) a un “momento” () “el presente” () reducirlo a un “momento”, y este momento que dice que una posibilidad abierta se ha reducido a ser un futuro que se va progresivamente realizando, hacia atrás, el sentido del tiempo primario del tiempo real es del futuro a pasado, que primero es de posibilidades a pasado, y luego una vez que (se instituye), de “futuros” a “pasados”. En sentido contrario, esto debe acompañarse, para que el engaño funcione tiene que acompañarse de un sentido contrario en el que nos hacen creer que es un sentido hacia delante, el sentido hacia el futuro; engaño palmario, pero que sin embargo lo aguantamos y es constitutivo de la realidad y del poder, no? En cada momento, por terminar con la pintura, (que no debía ser ni puede ser pintura), en cada momento hay (os lo presentaba últimamente como un espejo que se atraviesa en la ruta) hay un estado de realidad. No olvidéis que para entender esto del “momento” y los “estados” es útil como tantas veces acudir al lenguaje , acudir a la lengua, en la cual hay un tiempo de producción en el habla como otro cualquiera, y hay otro tiempo en que la lengua cambia de un estado de lengua a otro estado de lengua; y estos dos tiempos reales, incompatibles, se entrecruzan entre sí de algún modo, y eso justifica el que se presenten en la imaginación como un espejo atravesado en la ruta; el espejo es el estado de realidad correspondiente a cada momento: en cada momento estamos viendo la realidad; sabéis que no puedo decir “toda”, porque está prohibido, porque en la realidad no hay “todo”, la realidad nunca puede ser todo. Hay que insistir en esta toma de cuantificación que elimina el “todo” y el “nada” para sustituirlo por “cuantas cosas.....” () relación se puede decír “cuantas cosas hay en la realidad se relacionan entre sí. Se trata de ver que se están viendo unas a otras “cuantas haya”, con un eventual, “cuantas haya en cada momento”, sin necesidad de decir “todas”, es decír, la supresión de “todo” no impide la noción de “conjunto abierto”, y por tanto, esta forma de cuantificación que es cuantos haya, “cuantas haya”- En cada momento hay un estado de lengua que consta de “cuantas cosas haya en ese momento”, que nunca pueden ser obviamente “todas”. Pues bien, si os colocáis en ese tramo mínimo de falsificación que convierte“ahora” en “un momento” y encontráis que en ese momento tenéis un estado de realidad, podéis decir que lo que tarda vuestra vista en ver el estado de realidad, (y con ida y vuelta necesariamente, porque ya he mostrado que lo de ver es especialmente “de ida y vuelta”) “ver” el estado de realidad en este momento y que ése estado de realidad nos vea, nos incluya de alguna manera, pues lo que tarda uno en ver el estado de lengua y de ida y vuelta, eso es lo que seguramente debe llamarse en física “velocidad de la luz”. Eso sería “velocidad de la luz”, que desde luego sería una manera de introducirla sumamente alejada de las maneras en que suele introducirse. No tan lejana tal vez: todo el mundo desde pequeños tenemos las imágenes de los trenes de Einstein y las señales ferroviarias y cómo la ida y vuelta desde la señal de una a otra establecía aquello de la velocidad de la luz. Pero bueno, supongo que de una manera extrema ya comprendéis que es una velocidad inconcebible, pero que tendría que ser tan falsa y tan verdadera como el propio momento en que ello sucede; el momento es una falsificación, es una reducción de “ahora” a realidad, y lo que sucede en el momento, en este viaje de ida y vuelta entre uno y las cosas, lo que sucede en el momento sería una velocidad que igualmente tendría esta condición de falsificación de lo inconcebible para convertirlo en algo concebible, real: “velocidad”. Es una falsificación, porque lo que está pasando en verdad es inconcebible. Esta introducción que os hago de la velocidad de la luz por esta via, no deja de ser una manera de falsificación también. Bueno, pues estas son las cosas que a propósito de “ver” , de ver uno y que le vean a uno se me venía descubriendo, y con estas me voy a contentar por ahora, de manera que os dejo pasar por ahí las palabras. Sin duda habrá muchas tortuosidades, muchas dudas que será muy bien venido que las saquéis aquí, y cualquier otra contribución. Sé que ha sido un poco demasiado rápido, pero bueno, vamos a intentar mejorarlo con vuestra ayuda . -Eso que has dicho al final de que esa velocidad inconcebible es tan falsa y verdadera como el momento en que ello sucede, no me he enterado bien. A-Si, el momento en que ello sucede es una falsificación. -Una falsificación de “ahora”. A- Eso, es la falsificación de “ahora”, y evidentemente, desde el momento en que eso es así, el esquema que os presento de relación entre uno y las cosas,( es decir, uno “el que ve”, “el observador” o cualquier cosa de esas frente al mapa de la realidad) está dentro de esa falsificación ele mental, y por tanto se le llamará “realidad” como a lo otro se le llama “velocidad” como a lo otro se le llama “momento”, pero sabiendo que es falso, vamos. -Si, pero el lado de “verdadero” cómo es? A-Bueno, es verdaderamente real, es lo que quería decir y tal vez no debería haberlo dicho; es tan verdaderamente real como el “momento”, tal vez no debía haberlo dicho, puede armar un poco de lio. ¿Qué mas hay por ahí? -He creído entender que la visión es la relación entre las cosas y la subrealidad o idealidad.... A-No, no , de unas cosas con otras, de lo uno con lo otro. No es que la visión sea eso, sino que es un caso de eso, un caso de lo que he llamado en general “relación”, de lo uno con lo otro. -Bueno, entonces, al ver esa luz que pueden ver los topos, entonces tiene que ser ... A-Si, los topos, las lombrices... -Tiene que ser otra luz, yo entiendo que la luz de la razón, o la luz de la verdad , eso, y que también nos ve; y luego entonces no entiendo cómo también esa luz se acaba convirtiendo en realidad, por qué procedimiento. A-¿No entiendes quiere decir que no ves qué es lo que se hace?. -Por un lado está el caso este de la luz que nos ve y que vemos.... A-No, vamos a aclarar eso un poco: lo que he dicho es que “luz” no era mas que lo de ver, que la distinción tiene que derribarse, que eso de ver y de que le vean a uno, eso es “luz”, y que “luz” no es mas que eso, y por tanto no es nada como “cosa”. -No es cosa. A-No es cosa, el análisis sirve para eso. -Y sin embargo me ha parecido entender que en la realidad también si las cosas hablan, y hablan con mentira, de alguna forma eso se ve, allá hay luz, o se percibe; entonces digamos, esa luz es una luz asimilada a la luz de la Ciencia........ A-Claro, no, o la vulgar, esa es la primera mentira: a esa luz que no era nada, porque era el ver, o sea, era la relación, se la ha convertido en cosa; lo que era “relación” se ha hecho cosa, y esa es la primera falsificación. Según la versión bíblica, de esa se puede (entender) que todas las demás falsificaciones de la realidad dimanan..
-A mi me parece que (falta en) esto de la relación. Yo no tengo claro en este punto justo, ¿en qué consiste cuando tú dices la relación de lo uno con lo otro, de qué con qué?
A- “Cosas”, quiere decir “cosas”, tomando la palabra “cosa” de esta manera máximamente general en que yo la empleo, y que abarca todo, la relación de lo uno con lo otro. -¿Sería “cosa” con “otra cosa”? A-Ya dije que reflejaba dentro de la realidad la antitesis, la dialéctica verdadera de la realidad en conjunto frente a lo que no lo es; pero dentro de la realidad es “relación” de lo uno con lo otro. “Relación de lo uno con lo otro” quiere decir “oposición”, “distinción”, “distancia”, “atracción”, “repulsión”, todas esas cosas están incluidas dentro del término “relación”, que es el que tomo como más general. Esta es la condición de la realidad: tiene que creerse que está compuesta de “cosas” que cada una es, primero, diferente de las otras, segundo, distante, puesto que tiene que atribuírsele la condición de “movimiento”, y esto es condición necesaria de la falsificación de la realidad. Ni siquiera lo que he dicho del movimiento es más elemental que esto: la propia multiplicidad de cosas que son distintas y llegado el caso, distantes una de otra, y que por tanto, como sucede en todas las parejas, se atraen y se repelen; simplemente la relación se puede manifestar en el sentido de “atracción” o en el sentido de “repulsión”, pero en un caso y en el otro es “relación”, es “relación” lo que importa. Y a esto del ver lo colocaba como un caso de relación, no se si está lo bastante claro. -Y cuando has contado esto de los ojos como en el verso de Machado “el ojo que ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque te ve” qué es lo que pasa, porque este sentido tendría que no ser ojo tampoco ni el uno ni el otro, tendría que despersonalizar...... A- Un ojo que tú lo veas quiere decir un ojo real que por tanto no puede ver: esto reproduce lo que he dicho de manera () con respecto a la luz: un ojo que es ojo porque tú lo ves es un ojo que no ve , porque como he dicho, el pensador no es lo pensado, el explicador no es lo explicado, el que ve no es lo visto y todo lo demás es así , no se puede confundir. Un ojo que es ojo porque lo ves ........como sucede realmente, a ver porqué tus ojos o los míos son ojos sino porque tienen un nombre en el diccionario de este idioma, y por tanto son cosas, sin lo cual no podrías ni verlas ni saberlas; pero hay una palabra: “ojo”, por tanto hay una cosa, “ojo”. Y bueno, lo otro, lo positivo, tal vez es en el proverbio de Machado benévolo: “es ojo porque te ve” es como atribuirle al ojo una condición que no es propiamente del ojo, sino del que ve, y el que ve no es como sabéis ningún ojo,( por supuesto, un ojo de por sí qué va a ver) ni es ningún cerebro, ni es ningún individuo, sino que “es el que ve”. Alude a la actividad misma, a la acción que se escapa de la cosificación, lo ves cosificado, ver en el proverbio, escapa a la cosificación . -Pero yo creo que don Antonio, al decir “ojo” está intentando...... A- Está haciendo lo que acabamos de decir, -¿Cómo podemos decir entonces que las cosas ven, si parece que es lo visto lo que se reduce a cosas, y no lo que ven (las cosas)? A- Si, eso no impide para nada, las lombrices de tierra sostienen con la tierra una relación que tiene que ser enteramente análoga, y los entes subatómicos entre si también: “ver” no es mas que un caso de “relación”; ahora lo he tomado porque es un caso que parece muy ilustrativo por el hecho mismo de que esto de ver es lo que ha producido ideas, y las ideas son constitutivas de la realidad . -Bueno, hay muchas cosas que no me han quedado claras respecto a este tema tan enrevesado del ojo y de la luz.....Bueno, entre otras cosas, respecto a esto de que el ojo y el que ve, que no es lo mismo, yo recuerdo haber leído en un libro de un monje budista que, hablando de la necesidad de desvelar la mentira de la identidad personal y todo eso , y decía que no lleva a ningún lado preguntarse quién soy, sino preguntarse “quién ve”, y en realidad es un poco eso, no decir que el ojo es el ojo, sino que este es el que ve, pero no puede decir que eso lleva un nombre... A-Si, eso es lo que he hecho hace un momento tratando de llevar un poco más a fondo la mención del ojo en el proverbio; lo he dicho en varios términos: el que ve, el que piensa, el que habla, el que explica, no es lo visto, lo explicado; en cambio, esto es lo real. Yo no sé qué término emplearía ese monje para lo de “soy”, no sé que término emplearía, porque ya sabéis que en Occidente se ha hecho mucha confusión gracias al invento de “existir”, pero evidentemente se ve que “quién soy” ahí quiere decir “quién soy realmente”, como existente. Eso al menos es lo que se contrapone a lo otro. -... pero bueno, otra cosa que quería preguntarte es un poco respecto a la primera pregunta de ésa chica, y es que ella creo que lo ha dicho bien: la falsificación que es esta velocidad de la luz se corresponde con la falsificación del instante en que algo sucede.... A-Del momento, de la noción del momento. -....y a mi lo que me intriga de esto es como una especie de tercer vértice de la situación que sería el instante falso ése de la percepción de ése estado de realidad como un instante, como un momento en que eso acontece ... A-No, no hace falta, no hace falta, eso está de más: te sitúas en el momento y tú ves el estado de realidad, y en el estado de realidad está todo, incluso cualquier forma de teoría acerca del tiempo que puedas hacer, cualquier filosofía, todo está incluido en el mapa de la realidad que corresponde a cada momento. -¿Pero cómo será esa falsedad respecto a “pensamiento”? ¿se percibe un instante, hay un instante de pensamiento? A-No, el pensamiento, si se distingue netamente, cosa que no suele hacerse, de la ideación, es una acción, por tanto está colocada en el mismo sitio (), es una acción, y mientras el pensamiento piensa no es nada real ni puede ser falso, porque es acción y la falsedad es una condición de la realidad: sólo cuando a ese pensamiento se le piensa y se le convierte por tanto en ideas, se convierte en una cosa, lo mismo que les ha pasado a los átomos y hasta a la luz, y entonces ya es falso como real que es, pero mientras está actuando, nada: la razón se enfrenta a, ve la realidad y la ve como se está perdiendo en lo otro; mientras la razón está haciendo eso es que está fuera de la realidad, no puede ser falsa. Para convertirse en mentira, tiene que hacerse real, como suele a cada paso, es decir, convertirse el razonamiento activo en una doctrina, en ideas, en cualquier cosa de esas. -O sea, el pensamiento que piensa no es real. A-No es real, no puede ser real, lo que piensa la realidad no puede ser real. -Yo con esto de la relación de lo uno con lo otro y del caso particular en el que estamos, el ver, enseguida se me ocurría el oír también, que es otro caso particular de esa relación. Yo escucho las cosas, y en el mismo sentido me escuchan a mí. A-Si, si, pero es mucho más que el oír, eh? He dicho que una lombriz de tierra sostiene una relación con la tierra que desde luego no es ni de visión ni de audición tampoco; y las interinfluencias entre los elementos de un átomo, tiene mucho que ver con esto . “Audición” sería otro caso de relación nuestro; he tomado el de la visión para evitar armar lío. -Relación de lo uno con lo otro; yo la duda que tengo ahí .....yo no se si la relación en sí misma no está ya convertida en cosa, es decir, yo no sabría definir qué es una relación, pero estoy seguro que hay gente que sabe definir lo que es una relación, por tanto ya se sabe que es una relación porque se sabe que es cosa , y ya no sirve para explicar sino que pertenece ya a la realidad. A-Y efectivamente, eso sucede de una manera ejemplar en los desarrollos de la física, porque la disputa tradicional que todos conocéis de la partícula es onda o es partícula, y si el elemento es onda es partícula, en realidad viene a ser eso, que la partícula ha incorporado en sí la relación con otra, y eso es lo que se ha tomado como onda. De manera que esto sólo vale mientras me estéis oyendo, y no tenéis ninguna idea de lo que era “relación”; ahora, si tenéis alguna idea, pues ya, borrad, porque no hemos hecho nada, como en todo lo demás. Me he valido de los términos como se puede, porque estamos hablando en un idioma que está necesariamente condenado a la falsificación, y me he valido de los términos para contraponer lo uno con lo otro: puesto que la realidad está constituida por unos, distintos, distantes, opuestos el uno al otro, eso , a esa manera de estar le llamo precisamente “relación”, confiando que tarde un ratito en convertirse en cosa; ahora, si se convierte en cosa, pues pasa como lo que he dicho con la luz. Después de todo es lo que he dicho con la luz: en verdad es ver y que te vean, esa relación, pero si a la relación se la sabe, entonces por ejemplo se la llama “luz”, y a la luz se la hace “cosa” por ejemplo . -Para que se mantenga en condición de relación tiene que seguir siendo una acción, o sea, no puede pasar a ser cosa; entonces creo que tiene mucho que ver esto con el razonamiento: mientras se está razonando es como que no se consolida en una cosa. A-Si, aunque en este caso no va .....no he dicho que uno vea: era la relación misma de dos sentidos que es el ver lo que efectivamente se puede identificar, equiparar, con el pensar , el pensar, la relación entre el que piensa y lo pensado, solo que aquí la relación entre lo uno y lo otro es relación entre la realidad y lo que está fuera de la realidad y por tanto puede pensarlo. Mientras que en casos como estos de las relaciones, de oír, de ver, de rozarse con la tierra, estamos entre cosas, no?, es decir, que dentro de la realidad es lo uno y lo otro, pero que este uno y otro dentro de la realidad no eran mas que una especie de reflejo lejano de la verdadera oposición es el decirlo y lo dicho, el pensarlo y lo pensado, el verlo en ese sentido y la realidad que es vista. -Lo que te iba a decir es que el fin del razonamiento sería llegar a una idea. A- Es el fin práctico, es para lo que sirve. -Antes de llegar a ser idea, para mantenerse en relación, tiene que estar como razonando.. A-Si, si, claro, no se acaba nunca; en cuanto os descuidáis, por mas que un razonamiento os haya hecho perder un poco de fe, ya la estáis reconstituyendo, y por el camino decís: “ah, lo que me han dicho, lo que he oído, lo que he pensado!”: lo estáis convirtiendo aquello en una especie de idea o de doctrina; es así, porque es lo que me está pasando constantemente: la realidad se está perdiendo continuamente en una amenaza de descubrir su falsedad, constantemente está defendiendose, y lo que nosotros hacemos al defender nuestra fe, nuestras ideas, es lo mismo, y para defendernos lo que hacemos es convertir lo que no es real, posibilidades sin fin, razón viva, cualquier cosa que no es real, convertirla en realidades, meterla dentro, es el procedimiento de defensa. . -Lo que quería observar es que la realidad se presenta en formas pretendidamente cristalinas, pero en el fondo son difusas: me viene a la mente el ejemplo de cuando se dice “lombriz”: ¿cómo se puede aislar gratuitamente la noción “lombriz” de la noción “tierra”? o la noción “tierra”, si puede ser que incluya a las lombrices, y que no haya una lombriz sola sin su tierra A-Si, si, no hay derecho, pero eso no lo he hecho yo, eh?, eso lo ha hecho el diccionario, el diccionario de esta lengua en la que estamos hablando tú y yo, no soy yo el que lo he hecho, es el diccionario del idioma, que es un buen representante de la realidad con sus significados el que ha hecho eso de separar a la lombriz de la tierra: lo ha hecho, lo tiene hecho; nosotros aquí podemos descubrir la falsificación de eso, pero esa falsificación es constitutiva de realidades, de realidad “lombriz”, de realidad “tierra”. -El observador y lo observado o el que ve, lo visto, se mantienen en alguna relación prevista por la educación? A-La educación está hecha para matar a los niños, ya sabéis, no vayamos a engañarnos a estas alturas, y por tanto, matar a los niños quiere decir convertirlos en entes reales, adultos y como Dios manda; para eso tiene que, no creer en esa oposición, sino anularla, convertir constantemente la luz en cosa, convertir el pensamiento en doctrina, y así en todo lo demás. - Quiero decir que ya en la misma hechura o figuración del hablar se está dando un juego de luces y sombras, pero no solo en el vocabulario semántico, sino en el hecho de pensar mismo está siempre figurando, anticipando, terminando una “gestalt” de lo que uno está diciendo, no?; por lo tanto, en la misma medida que se alumbran las palabras jugamos oscureciéndola en su propio ejercicio, y ahí mismo no se, la relación puede que sea pura acción, pero desde luego está claro que esta habiendo una configuración de realidad y de realidad permanente que se está haciendo y deshaciendo ´ A-Hay muchas luces y sombras en eso que nos cuentas. Efectivamente hay muchas luces y sombras. Es el afán de reducir todo a la realidad, de creer que realidad es todo lo que hay ; es el axioma, por así decirlo, del que hemos partido:” la realidad no es todo lo que hay”. Si uno no llega a recibir esta herida, este descubrimiento,” la realidad no es todo lo que hay”, no hay nada que hacer: si tú piensas que porque en la lengua se diga “no es”, ya cuando dices “no es” estás haciendo que algo sea, estamos al cabo de la calle, eres una fiel sirviente de la creencia en que la realidad es todo lo que hay, y que está hecha de tal manera que aunque digas que no es, la estás haciendo que sea. -Estoy diciendo que el propio pensar es, eso que tu llamas...... A- El pensar no “es”, el decir no “es”.. -.... que la llamada razón desmandada se está dando un juego también de prefiguración o de luces que no es la realidad fija, no es la idea fija, pero está constantemente surgiendo cosas que están haciéndose realidad y deshaciéndose de la realidad, es decir, saliéndose de la realidad. A-Si, pero no entiendo bien cómo relacionas esto segundo con lo otro primero que dices; la razón o lengua cuando está accionando te la doy en el ejemplo de decir “no es”, “x no es y” pero no puedes decir, salvo con falsificación, que con esa sintaxis, con ese decir “no es”, estás ya construyendo realidad, eso sería verdad solo para quien creyera que la realidad es todo lo que hay. Después lo otro a lo que aludes parece que se refiere a lo que estamos diciendo aquí, que la realidad está constantemente cayendo en una amenaza de descubrir que es mentira, y reconstituyéndose constantemente, defendiéndose, y cada uno de nosotros lo mismo que cada cosa, defendiendo su realidad, convirtiendo lo que no era real, la razón, en ideas, la luz en realidad. -Cuando alguien guiña un ojo, parece que está rompiendo con la realidad, parece que está diciendo “todo esto que estamos viviendo, que nos han dicho, que tal, lo rompo con un guiño de ojo”. Hay algo en el guiño de un ojo que está diciendo “esto es un cuento”. Pero no es por ligar el guiño de un ojo, sino algo como si te estuviera diciendo “mira, te guiño un ojo porque aquí hay algo que no casa”. Digo yo, eh? A-No, no, el guiñar un ojo entra dentro de unas formas de lenguaje no vocal, como es la risa mismo, reirse, torcer la boca; efectivamente son formas no vocales que a veces pueden ser efectivamente, como dices, negativas, bendito el caso: pueden ser negativas, es decir :”no me lo creo y se acabó” Por desgracia normalmente son positivas, quieren decir “estamos de acuerdo tú y yo en otra cosa distinta de fulano que está aquí delante” -Pero puede decir un conjunto de gente “esto es un cuento” A-Con un guiño del ojo puedes efectivamente hacer una .....lo mismo que al decir “no” o con la risa, puedes ejercer una acción puramente negativa, puede ser; de ordinario ya se sabe que la historia no es esa, de ordinario estamos tú y yo, nos guiñamos un ojo y decimos “estamos de acuerdo tú y yo en algo distinto que el marido que está aquí delante y que se cree otra cosa”, de manera de que aquí la cosa es de lo más positiva. -¿Puede decirse que el lenguaje es un caso de relación? A-“Lenguaje” dicho así es demasiado genérico, tienes que decir algo más preciso. “Lenguaje” son tantas cosas.......”Lenguaje”es la sintaxis, es el habla, es el vocabulario...tienes que decir algo preciso. -El vocabulario de una lengua, ¿es un caso de relación? A-No, no, el vocabulario de una lengua está a su vez constituido por relaciones, porque vocabulario no es mas que las cosas, el vocabulario semántico de un idioma es lo mismo que la realidad, la realidad es lo mismo que el vocabulario semántico de un idioma, y por tanto, lo que hemos estado diciendo sobre relaciones entre las cosas se dice de las relaciones entre las palabras con significado. “Relación”es lo mismo de “emparejamiento”, de “acercamiento”, de “alejamiento”, de “oposición”, etc. -Pero de alguna manera la lengua hace a la realidad.... A-No, no, no es que “haga”, es que la realidad “es” el vocabulario semántico de un idioma, y por tanto tiene que reproducirse en el vocabulario los mismo tipos de relaciones que en la realidad. -Y otra cosa, ¿qué relación hay entre el “no” y la prohibición cuando se dice, por ejemplo en la Biblia “no comas de ese fruto”? A-Hay muchas lenguas como sabes que tienen dos implementos distintos para lo uno y para lo otro, las mismas antiguas, que no dicen “no” lo mismo para las predicaciones que para las prohibiciones; en griego antiguo se dice “ouk” para la predicación y “me” para la prohibición, pero la relación es muy profunda; cuando decimos que un niño entre nosotros lo primero que aprende, (es decir, lo primero que hace) es decir “no”, hay que reconocer que ese “no” puede nacer muchas veces como prohibitivo, rechazo: “no, no quiero”; y sin embargo inmediatamente eso está sirviendo para lo otro. Es algo complicado, si. -Sobre la cuestión de los ideales digamos físicos, o sea un ideal físico puede ser el fotón, no? Si la luz está compuesta por fotones (estoy hablando como lo haría un fisico) y ahora lo paso aquí, y es la primera constructora de la realidad en el sentido del mito judaico, ¿cómo glosarías entonces el problema de que esta cosa,( al realizarse, es cosa), esta cosa de la luz no tiene masa, en contra de las cosas vulgares que están un poco condenadas a tener masa? A-Yo creo que la verdad es que la masa cuenta ya poco, en este estadio de la física la masa o no masa, porque lo esencial es que Einstein y tantos otros se ven obligados a pensar la luz como compuesta de partículas por la necesidad de la discontinuidad, eso es lo esencial. Y que luego las partículas las declaren sin masa me parece secundario, ya no cuenta mucho, lo esencial es la necesaria discontinuidad y multiplicación. -Pero contraponer eso a otros ideales, como puede ser el del electrón, que tiene su masa. A-Si, es que a su vez “masa” es también uno de esos entes ideales, y además tú sabes bien el juego que ha dado para mantenerse y cambiar, no? - Y después el otro ideal es el de “constancia de la velocidad de la luz”, es un ideal físico que si lo seguimos manteniendo y lo mezclamos con esto de la realización de la luz, esto lleva a que la fabricación de instantes queda sometida ya a (ideación), ya que el tiempo, ya una vez que aceptamos la “constancia de la velocidad de la luz”, el tiempo ya no hay manera de hacerlo constante en el sentido de que tenga () constante.
A-Por supuesto. No, eso revela de una manera muy clara que así como la cosificación de la luz, y por tanto su composición de fotones, era una necesidad de servicio a explicación de la realidad, el tener que declarar la velocidad constante era contradictorio, es contradictorio con ello, porque una velocidad constante no puede ser ninguna velocidad, por lo menos tal como antes os he presentado la cosa acerca del movimiento: reales son las velocidades en cuanto que se pueden contar y medir () unas de otras en virtud del grado de aceleración. La noción de “velocidad constante”( o como lo era para Epicuro, “insuperable”), es contradictoria, es un intento de que al mismo tiempo que se hace servir, que se reduce la luz a cosa, al mismo tiempo se pretende seguirle manteniendo una especie de estatuto ideal que en verdad es contradictorio, que es el de “la constancia”. Entre los atomistas antiguos, en Epicuro, la luz directamente no aparece, pero la visión está representada como recordáis porque cada cosa está constantemente emitiendo “idölos” de sí misma a una velocidad insuperable; de manera que en realidad el decir que una cosa emite “idölos” a velocidad insuperable es lo mismo que atribuirle a la luz una velocidad constante, viene a ser una renovación del mismo intento.
Bueno, pues nada, sobre esto y lo que salga seguiremos si el señor nos deja vivos dentro de siete días.