01.03.2006

Tertulia Política Número 10 (1 de Marzo de 2006)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

"La Administración de Alegría"

 

1 de Marzo de 2006#Tertu010-01-03-2006.mp3

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Por mi parte va a ser hoy un poco distinto, porque vais a tener que hablar mucho, más de la cuenta, más de lo normal, debido a que estoy en una recaída con el trancazo, con la peste esta que me toca a la garganta, entre otras cosas me toca a la garganta, y no podré prodigarme mucho en cuanto a soltar palabras.  De manera que dispuestos a eso, a intervenir esta vez un poco más pronto y frecuentemente.  Estos días pasados se me ocurría, con motivo de los Carnavales, algunas manifestaciones que presencié, algo tocante al asunto de la Administración de la Alegria sobre el que quería que habláramos lo primero un rato.  Luego han venido también otras cuantas cosas respecto a algo que ya os anuncio por si acaso no hay tiempo a enlazarlo con la debida precisión, que es lo de “echar las culpas al cuerpo”.  Pero esto sirva solamente como anuncio, porque ahora vamos con los Carnavales.  Los toques que me suscitaban esto, pues son los que ya conocéis de sobra: encontrarse por ejemplo en una plaza un enorme toldo donde tienen metidos a niños y más niños, grandes cantidades de niños bajo luces de neón de diferentes colores con músicas más o menos estrepitosas y demás, celebrando; niños que van en reata disfrazados como sus padres los han puesto uno detrás de otro a meterse bajo ese toldo y a celebrar, a disfrutar de los Carnavales, y bueno, pues después ya sabéis: bailes en Salas de Fiestas, en Instituciones incluso serias, recordando las celebraciones de tipo antiguo del Carnaval, y también eso, dedicándose la gente, mucha gente a alegrarse, a disfrutar de la fiesta, y para qué os voy a recordar más. 

 

Estos roces con las celebraciones del Carnaval es lo que me producía una gran tristeza.  Desde luego, si estoy entre gente a la que esto no le produce una gran tristeza, difícilmente nos las vamos a poder apañar para hablar hoy, pero confío en que el sentimiento, por lo menos por lo bajo, sea relativamente común entre vosotros: una gran tristeza.  Cómo es que tiene que ser así, es lo que quería que discutiéramos un rato, en el sentido de mostrar que no se puede repartir alegría desde lo alto.  Mostrar esto, que es bastante fácil de mostrar, de razonar, y al mismo tiempo recordar cómo eso es justamente lo que se está haciendo por todas partes y a todo pasto: derramar alegría desde arriba, desde las Instituciones.  Porque apenas podéis encontrar , si echáis una mirada alrededor, otra cosa más abundante y más invasora que este hecho de que las diferentes Instituciones del Poder, da lo mismo del tipo de Ayuntamientos o Comunidades Autónomas o lo que sea, que de Bancos, Instituciones Financieras, da lo mismo, porque bajo el Régimen que hoy padecemos ya sabéis que hemos llegado a la igualación de Estado y Capital, de tal manera que sea una vanidad intentar separarlos ni por un momento.  Todos ellos se dedican efectivamente, por ejemplo en fiestas como estas y en otras muchas, a “organizar”, organizar la alegría: organizar Carnavales, organizar festivales de Fin de Año......Lo que sea, cualquier pretexto es bueno, porque lo estáis viendo todos los días.  Si dais dos pasos por cualquier sitio os encontráis con una fiesta “organizada” , una fiesta que se ha organizado con el pretexto que sea.  De manera que esto que digo y trato de razonar como imposible, derramar, repartir, administrar alegría desde arriba, es lo que se da cada día, a cada paso y por dondequiera que echéis una mirada.  Este es el motivo de reflexión que aquí os traía y que desde luego nace, (como nacen cualesquiera otros razonamientos descubridores), nace del sentimiento, que en este caso era la gran tristeza que os presentaba, la gran tristeza. 

 

Toda esta contienda política que nos traemos viene de alguna manera a ser un intento de dar razón de los sentimientos; dar razón de la anomalía, de la locura llegado el caso, pero en todo caso dar razón de sentimientos de estos que de alguna manera vienen de abajo y a partir de los cuales razonamos.  Porqué no se puede repartir alegría desde arriba, es efectivamente muy fácil de razonar efectivamente para los que me venís acompañando ya mucho tiempo.  Ya sabéis que justamente los poderes, los Organos del Poder en sus diversas formas, están destinados a salvar las Almas de los Súbditos y de los Clientes.  “Salvar las Almas”, es decir, garantizarles un Futuro, y proporcionarles todos esos bienes que proporcionan desde arriba: Seguridad Social, Puesto más o menos fijo, Pareja más o menos fija, cualesquiera bienes que puedan servir para la supuesta “felicidad”, que a veces incluso se menciona también así.  Y todo eso lo dan desde arriba.   Pero aquí hemos descubierto que eso justamente consiste en un cambiazo de aquello que podía ser de veras “vivir”, “sentir” y más, por un sustituto que es el Futuro.  

 

Más de una vez lo hemos ya dicho: nos han cambiado la vida posible, que no sabemos lo que es, por la “existencia”, qué sí sabemos lo que es, que se cuenta y se administra y por tanto se puede tranquilamente repartir desde arriba a los Súbditos y llenarlos de contento, por lo menos hasta cierto nivel.  Siendo esto así, ya veis que la cosa no resulta compatible con ninguna forma de alegría verdadera.  Porque esta operación del Poder por la cuál se nos administra el Futuro, (es decir, lo que nunca está aquí, lo que siempre es “mañana”), esta operación consiste en algo que en nuestro esquema de descubrimiento de la caída de la Realidad en lo sin fin y su defensa para muchos de vosotros es ya muy claro: consiste en convertir “posibilidades”, que son sin fin, convertirlas en “realidades”, en primer lugar convertirlas en “futuros”, que ya son fundamento de la Realidad. 

 

Y matar las posibilidades es una operación que nunca  puede ser alegre.  Esto a lo que aludo con esta palabra (cualquiera que emplee: esta, o peor todavía “felicidad”, o “placer” o cualquier otra cosa, está dañada por el mal uso de que viene () su significado, pero valga esta misma) “alegría” tendría que ver con eso de las posibilidades sin fin.  A veces esto aparece cambiado claramente: en Inglés se dice “looking forward”, y es que “looking forward” nos presenta ya la sustitución de “lo posible” por “lo futuro”: interpretan que aquello que podía nacer simplemente del hecho de que no está probado que no pueda suceder, es decir, sin fin, lo abierto, aquello que podía nacer de ahí se reinterpreta como una alegría de que “voy a conseguir esto”, o “me voy a encontrar con fulana” o cualquier otra cosa perfectamente planeable y futura. 

 

Esa es la reinterpretación mortífera de que os estoy hablando, y ese es el motivo por el cuál razonablemente no se puede pensar ni por un momento que el Poder, cuya operación consiste en eso (a veces la llamamos, muchos de vosotros ya estáis acostumbrados, “Administración de Muerte” a la operación fundamental de cualesquiera poderes, Estado, Capital, da lo mismo)  es imposible que eso pueda producir ninguna tristeza de veras.  Y es no sólo la evidencia de eso, sino la evidencia del engaño que ello comporta sobre las poblaciones, y el enorme número de almas a las que el engaño llega, es eso sin duda lo que me producía y me produce esa gran tristeza de la que os hablaba y de la que todo este razonamiento está partiendo.

 

No se puede repartir alegría desde arriba.  ¿Cómo es entonces que es lo que está sucediendo todos los días, cómo es que todos los Organos del Poder se sustentan en eso y viven de eso, cómo es que el Capital y las Empresas viven justamente de eso?  Esa es justamente la cuestión que quería plantearos.  Se cuenta por supuesto con una disposición de las Almas, por lo menos en su mayoría, dentro de una población; de una disposición de las Almas a aceptar el sustituto, es decir, a tomar como “alegría” aquello que es alguna otra cosa.   Aceptar el sustituto por todas partes.

 

En una tertulia política, en un sitio donde intentamos que lo que nos queda de pueblo por lo bajo haga algo contra el Poder, haga algo que no sea lo que está hecho, no podemos consentir esta actitud, porque quien se contenta con el sustituto ya no puede hacer nada.  Si uno se ha acostumbrado hasta el extremo a llamar “felicidad”, “alegría”, “placer”, “diversión” o lo que sea a eso que le anuncian y le venden, entonces no hay nada que hacer, entonces ya ni hay tertulia política  ni hay ningún intento posible de levantarse contra el Poder.  Solamente en lo que nos quede, en los rincones que nos queden de disconformidad, de no aceptación del sustituto, es donde se puede encontrar un alimento para esa rebelión, para poder decir “no” al Poder.  Por eso os decía antes “si no sentís conmigo esta tristeza de los Carnavales, mal vamos a poder andar de acuerdo para hacer nada contra el Poder y lo establecido”.

 

Como el Poder tiene una de sus manifestaciones, eximia, en el Dinero, en el Capital, la fórmula puede repetirse de la manera adecuada: “con el Dinero no se puede comprar nada bueno”, “es imposible que con Dinero se pueda comprar nada bueno”.  Esta es otra de las cosas que os echo por delante para que en la discusión salgan todas las dudas posibles: el Dinero, dadas las condiciones que he dicho para el Poder en general, no puede menos de estar constituido por esa falsificación a la que he llamado “sustitutos”.  El Dinero puede venderos toda clase de “sustitutos”, los más variopintos y multicolores, los más tremendos, los más caros, (que justamente tienen que pasar como muy buenos porque son muy caros), y cualesquiera otra cosa de las que os venden todos los días.  De eso os puede vender todo lo que sea, pero venderos nada bueno, no puede ser. 

 

Tendría que volver al razonamiento, pero prefiero llevarlo de otra manera.  Porque eso de “lo bueno” no existe, como no existo “yo” cuando soy de verdad “yo”, como no existe “pueblo” cuando es de verdad “pueblo”.  Todas las cosas buenas, no existen.  “Bueno”, no existe, y el Dinero en cambio no sólo tiene que jugar con “existencia”, sino que es la existencia misma; es, como tantas veces hemos dicho, “la cosa de las cosas”; es, como el Dios de los viejos Teólogos, el “ens realissimum”, “la realidad de las realidades”.  Y siendo así ya comprendéis que eso es de todo punto incompatible con nada bueno, porque “bueno” en cambio no existe, “bueno” queda en la región esa de “lo sinfín”, de “lo desconocido”, desde la que suponemos que si nos queda algo vivo por debajo de las almas puede surgir un levantamiento, una rebelión contra el Poder, contra el Dinero.  Si no nos queda nada no hay nada que hacer.

 

“Bueno”, no existe. “Felicidad”, “placer”, en la medida en que no estén los términos ya debidamente domesticados, estarían tratando de aludir a algo que no existe y que por tanto, si no existe, si no es una cosa del Mercado, no se puede ni vender ni comprar.  Esto es la fuerza y la gracia de lo no existente, es desde ahí únicamente desde donde se puede pensar y sentir una rebelión contra la existencia, contra el Dinero, contra el Poder, contra el Alma de uno.

 

Ya veis que aquí está implicado en esto esa colaboración, que es lo más triste de todo, del Alma de cada uno, al menos de la mayoría de los “unos”, con los Administradores del Poder y del Capital.  Como la Banca le dice, cada uno tiene su interés en el Capital.  La Banca por supuesto también, pero uno también, eso es lo peor de todo.  El alma de cada uno está interesada en eso, y por tanto eso implica ya una colaboración, pese a protestas superficiales frente al Amo, frente al Alcalde, frente a tal Ministro, frente a tal Presidente, frente a tal Empresa: la conformidad fundamental con las Instituciones, con el Poder, con la Banca, con el Capital, con la Empresa.  Así está hecha el alma de cada uno. 

 

Naturalmente, y con esto voy a pasaros la voz, hay que recordar que la Realidad contra la que llevamos esta guerra, tiene como su primera mentira la de que “la Realidad es todo lo que hay”.   Y en sesiones anteriores, jugando con los juegos de los Físicos sobre todo, hemos mostrado una y otra vez que “todo”, “todos”, es un Ideal que nunca puede darse como cosa en la Realidad, pero que tiene que estar presente siempre en la Realidad, porque sin ese Ideal y otros no hay manera de establecer las mentiras que el Poder, las Leyes y el Capital, el Alma de cada uno, necesita. No hay “todo”, la Realidad es por fuerza “aproximativa”, como esa busca entre los estudios de los Científicos nos muestra una y otra vez: sólo es aproximativa, y trata de aspirar a un “todo”, que sería “la verdad”, en vano.  Nunca por el camino de la progresión real se puede llegar a algo que no es real, el límite queda siempre fuera.  De manera que siendo necesariamente aproximativa, no más que aproximativa la Realidad, pero regida por ese Ideal, quiere decir que nunca , entre otras muchas cosas, nunca el Estado o Capital, nunca el Poder podrá conseguir que “todos” los Súbditos estén conformes.

 

Eso no lo podrá conseguir nunca, porque en la Realidad no hay “todos”; “todos” es una mentira si pretende presentarse dentro de la Realidad.  De manera que comprendemos el afán de Capital y de Estado por extenderse a más y más población, porque eso es como un caso de esa aspiración al límite de que estaba hablando, pero también descubrimos aquí que no lo puede alcanzar nunca, que dentro de la Realidad de la Historia nunca se puede llegar a “todos”.   Ese es el Ideal.  Cualquier Estado, ¿qué otro Ideal puede tener?  Tenerlos contados a todos, haber repartido el Documento de Identidad a “todos”, de manera que se esté seguro de que cada uno es cada uno, y “todos” son un conjunto cerrado de “todos”.  Ese es el Ideal, pero no es mas que un Ideal; la condición misma de la Realidad impide que eso se pueda conseguir nunca.

 

Esto no es mucho consuelo, porque aunque el Ideal no se pueda alcanzar puede servir para que se siga matando más y más gente en aras de la aspiración a ese Ideal, como sucede con este y con todos los demás.  Pero bueno, conviene por lo menos descubrir que las cosas son así.  Lo que pasa es que ahí, como en otras Ciencias más serias, Capital y Estado hacen el paso al límite, y el Régimen que hoy padecemos, el más perfecto y mortífero de todos, el de la Democracia desarrollada, consiste en admitir como “todos” “la mayoría”, en cualquier votación o en cualquier cosa.  Un truco tan elemental que cuando se da cuenta de ello parece mentira que estemos viviendo bajo semejantes paparruchas todos los días.  Pero esa paparrucha es el truco elemental de la mayoría, está ahí y es el fundamento del Régimen que tenemos.

 

Y en fin, que eso sea mentira y podamos estar siempre diciendo “mayoría no es todos, siempre queda más, siempre queda algo más” y encontrándolo por todas partes, eso, que es lo que nos puede hacer, como aquí mismo en esta tertulia, tratar de encontrar entre gente algo de eso otro que no está contado en la mayoría, ni equivalido a “todo”, eso mismo se traslada al alma de cada uno, claro está, porque evidentemente lo que se dice del Conjunto-nunca-cerrado de la Realidad se dice de los elementos: “nunca cerrado cada uno”.  De manera que cada uno de nosotros evidentemente, en la mayoría de su alma, ¿cómo no va a estar conforme con los sustitutos, cómo no va a estar dispuesto a tragar lo que le echen?  Uno es así, y el propio Ideal de ser el que es, el propio Ideal de  su unidad implica la sumisión, la sumisión y el tragar los sustitutos y admitir que “¿qué coños de “vida” me cuenta Vd? Vida es esto”.  Y “esto” es lo que le venden por la televisión. 

 

La capacidad de admitir eso es algo por lo que tenemos que buscar en cada uno de nosotros.  Y eso es “la mayoría”.  No merece la pena detenerse en que en cada uno de los individuos, la mayoría pueda ser más grande o más pequeña...En fin, en principio es la mayoría: la mayoría es conformidad, la mayoría es sumisión, la mayoría es admisión de los sustitutos en lugar de nada verdadero.  Eso es la mayoría del alma de cada uno; y lo que no le deja disfrutar de esa vida sustituta, lo que le intranquiliza, lo que le trae a mal traer, es desde luego su propia imperfección, lo que le queda que no es la mayoría de su alma, que anda por debajo.  Es a eso a lo que acudimos aquí cuando decimos que esta rebelión de lo que nos queda de pueblo está contando en el alma de cada uno de los individuos con esta evidencia de lo no contado, de lo no reducido a mayoría, que trataría de equivaler con.....

 

Desde luego, para cerrar por ahora, si no cuento en vosotros con una capacidad para reconocer con los órganos con los que eso se pueda palpar, en los que no voy a entrar, reconocer que los sustitutos no son de verdad, que la alegría que os venden nunca puede ser de verdad alegre y demás, sin contar con ese rechazo del sustituto no hay nada que hacer, no tiene sentido que estemos aquí hablando de alguna especie de levantamiento contra el Poder.  Nos tienen atrapados principalmente por esa vía, nos venden tantos bienes, nos dan tanta seguridad y todo se lo debemos al Alcalde, al Banquero y a todos los demás, que cómo vamos a decir de repente nosotros “pues no es eso lo que yo quería, no es eso lo que yo deseaba, no es eso, me lo ha cambiado Vd, me ha dado una cosa que no es la que yo pedía” Un poco difícil, no?, pero desde luego yo cuento con que hay algo de niño insatisfecho que queda por debajo y que es capaz de decir eso: “no señor, no era eso lo que yo quería, no quería que me viniera Vd a organizar unos Carnavales para que me lo pasara bien unos días, no, no era eso”.  Bueno, pues vais a discutir estas cuestiones, para lo que os dejo ahora correr la voz, y adelante ya sin más.

 

- ....el aplazamiento del deseo y también la aceptación del sustituto por la vía primera y fundamental, que es () aceptar cualquier cosa mala como buena por haber aceptado primero la premisa anterior, me pregunto que qué instancia queda fuera de ese artificio, un olfato o algo que pueda distinguir esa frontera que debe ser muy muy () entre sustituto y.....

 

A- Por un lado tu pregunta la entiendo; por otro lado lo que has dicho también lo entiendo, porque ha sido repaso de cuestiones sacadas otros días que no sé hasta que punto vienen aquí, el aplazamiento del deseo como fundamento de la actitud Freudiana, (no la aceptación de sustitutos, que eso no lo dice Freud), la Educación que nos hace apreciar el Sacrificio, el Trabajo, y que por tanto nos hace sentir lo malo como bueno, eso lo entiendo, esos dos retazos que has sacado de otras tertulias, bien.  Ahora, no sé a qué vienen y qué tienen que ver con tu pregunta por cuál es el olfato que te permite.....

 

- ...que uno es uno.  Porque yo estoy de acuerdo con que la mayoría no son todos, pero en la cuestión del “uno” es mucho más difícil eso, porque la cuestión del uno sería estar al margen de la realidad desde muy temprano, el hecho de la inclusión o la () clara y evidente        ..

 

A- Comprendo efectivamente que te es difíci,l a ti y a cualquiera; pero desde luego lo que no puedes hacer es desentenderte de toda la última parte del sermón que he estado echando, en la cuál hacía notar que lo que se dice del conjunto necesariamente se aplica al elemento, y que por tanto, si admites que, en contra del truco Democrático, la mayoría no es todos, que siempre hay algo más, no te queda más remedio que, al volver al elemento, al átomo social, al uno, reconocer lo mismo: que es simplemente la mayoría del Alma de uno, unas veces más gorda, otras veces más flaca, pero la mayoría del Alma de uno la que está dispuesta para el Sacrificio, el Trabajo, la Conformidad, el Aplazamiento, el Creer en el Futuro, y que no es todo uno. Bueno, adelante.

 

- Quería decir que yo también sentí esta tristeza profunda de estos últimos años acerca de cómo el Poder había recuperado esa hermosa fiesta de Carnaval que yo de pequeño disfruté () organizaban en algún momento algún tipo de Carnaval   y disfruté bastante de ello.  Y este Carnaval sentí una especial tristeza también, como tú has dicho, porque ya no queda nada de aquello, y sin embargo me dio una alegría algo que me dijo     que estudia en el Ramiro de Maeztu y tiene diez o doce años, y que me dijo que ni de coña, que él al Carnaval no iba y que pasaba de esa chorrada que le decían en el Colegio.

 

A- Si, se lo encuentra uno de vez en cuando.  No hay tal vez motivo para exagerar lo libres que eran las cosas en los tiempos de la República y los siguientes. El Estado y el Capital son viejos.  Desde luego la diferencia es notable.....

 

- Vamos, en cierto modo es lo mismo que el pasar de decir “si te veo jodiendo te meto a la cárcel” a decir “el que no joda como nosotros decimos lo difamamos, lo metemos en la cárcel y lo metemos en el juzgado”.

 

A- El Progreso, si. El Progreso es el que te hace  notar esa diferencia que yo también puedo apreciar, si.  Sobre el fundamento popular de los Carnavales no he querido hablaros para no distraeros.  Efectivamente me fijaba en la situación actual, sin más; Galín, recordando otras no tan claras me hace volver a pensar en ello.  Si hay tiempo volveremos sobre eso: el fundamento de abajo de los Carnavales y especialmente del disfraz, de la máscara.  Pero por lo pronto sigamos discutiendo las despotricaciones que os he soltado hasta aquí.

 

- ¿Porqué tenemos como que procurar el sentimiento de la alegría y no quedarnos con esa especie de tristeza?

 

A- No estamos obligados.  Si nos obligáramos por decreto de la tertulia a ponernos alegres estaríamos haciendo lo  mismo que nos hacen, no tiene mucho sentido, no puede ser.  Se trata simplemente de no creer en la alegría que nos venden, no se puede procurar nada más.   Que (eso es ya una especulación) que al dejar de creer en la alegría    que nos venden vaya a venirnos una alegría verdadera o nos vayamos a hundir en la tristeza, eso no hay quien lo pueda saber, está dentro de las posibilidades abiertas.  Desde luego, si que se puede saber que no se sabe que vaya a ser triste.  Los que administran la muerte son ellos, y reconocidamente, la muerte, que no es más que el futuro, es triste y peor que triste.  Lo que pueda resultar de un descreimiento puede que no fuera alegre, puede que no sepamos qué es, pero desde luego no iba a tener esa tristeza que acompaña al Futuro, que acompaña a la Muerte; eso, seguro. ¿Qué más por ahí?

 

- Pensaba que si consideramos el alma como algo real, ¿cómo puede quedar en “alma”...        

 

A- Ya lo he dicho.   La respuesta ya ves que es siempre la misma: gracias a que no esta del todo hecha, que no está del todo bien hecha.  El Alma es real, y es por tanto como todas las cosas, y todas las cosas se caracterizan porque nunca están del todo bien hechas, nunca son del todo lo que son, y un alma, lo mismo.  Sólo gracias a eso, sólo por lo que le queda de “no uno”, de “no perfecto”, uno puede sentir; porque uno, en cuanto perfectamente uno, no podría jamás conocer otra cosa mas que los sustitutos, y tomarlos como la verdad, no le cabría ninguna otra cosa.  Eso va con la noción misma de “uno” y del cierre de “uno”.  Si puede sentir algo, como yo aquí sugiero, será gracias a que uno no está bien hecho del todo.

 

- Respecto a la alegría organizada que nos venden y que desde pequeñitos nos van ()    claro, vamos dando pasos a ver si nos gusta, y en el fondo no nos convence, y hay una postura escéptica en la cuál () se puede caer en un escepticismo en el cuál () que puede existir la alegría no se sabe dónde, dado que lo que nos ofrecen nos está demostrando que nos produce una reacción no diría de decepción, pero sí como diciendo “es que la alegría verdadera no existe ni en el mundo de las posibilidades”

 

A- “El mundo de las posibilidades” ni siquiera se puede decir, porque si hablas de eso ya las estás metiendo dentro de la Realidad, y por tanto convirtiéndolas en futuro.  Para llega a sentir la pesadumbre, la tristeza, conviene por lo menos sufrir alrededor y dentro de uno todo lo posible, es decir, sufrir lo bien que nos lo pasamos, cuánto disfrutamos, con las cosas que nos venden, qué encanto y atractivo tiene para nosotros ejercer la compra y venta, ir a las Agencias de Viajes, ir y volver, conocer el mundo, encontrar un hogar, ver como la Seguridad Social se encarga de todo cada vez más.  Esto conviene recordarlo de una manera muy viva, y luego examinar y ver cómo eso efectivamente es lo que la mayoría vota; eso es el contento de la mayoría, parece que no quiere tener otra cosa.   Pero de lo que quería ir detrás es de que  haya quien crea que el contentamiento con todas esas cosas es compatible con que nos quede algo para descubrir la mentira de la Realidad, y por tanto alguna fuente de alegria: no es compatible.  Si uno efectivamente nota que se conforma, que está sometido a esos bienes, no hay nada que hacer.

 

- Si uno () cuanto más completo se siente, por lo menos fuera de esta tertulia como que más a gusto vive    Eso tiene que ver con lo que estamos diciendo de la Realidad, que cuanto más completa aparentemente está, con eso de tener más sustitutos, mejor Seguridad Social, mejores fiestas, mejores viajes, mejores carreteras, parece también que tanto mejor está.

 

A- Uno, desde luego, en cuanto uno, está tanto mejor cuanto más acepta los sustitutos sin rechistar, y disfruta con lo que le mandan disfrutar, eso no cabe duda.  Eso es lo que con término viejo yo decía “la Salvación del Alma”: El Poder, la Iglesia, la Banca, da lo mismo, El Poder se ha dedicado siempre a la Salvación de las Almas, tiene todo su interés en ello. Por eso decía antes que cada Alma tiene sus intereses donde el Capital, donde la Banca; cada Alma, en cuanto bien hecha, en cuanto siendo uno el que es.  Luego, si eso falla, pues de ahí pueden venir ya cualesquiera descubrimientos inoportunos y cualesquiera tristezas delante de las alegrías que venden, y los razonamientos que vienen a continuación de esas tristezas.  ¿Qué más?

 

- Pero hay algo se podría decir de profundo masoquismo, porque esta Realidad no es tan fácil () los que recordamos un poco algunas cosas de antes () se hablaba una hora, dos horas () es decir, que hay un embrollo dentro del Progreso Progresado que más que haber venido a alienar un poco como aquel antiguo, ha venido a complicarlo todo en gran manera, porque yo, como    para ir a Ferrol, coger un tiket de tren tengo que estar una hora en Atocha o dos horas, y antes para de ir de Ferrol hasta París iba allí al despacho, lo cogía, hablaba con la chica que estaba allí, que era muy mona, quedábamos para tomar café, luego cogía el tren de noche... En fin, era un poco más placentero.  Yo pretendo placer, con minúscula, y busco también con minúscula gozo  que ellos pretenden  ().  Por eso digo que hay una componente masoca en el sentido de que tragan con todo.  Cuando uno lleva días enteros abandonado en un Aeropuerto o no sé que mas cosas que son bastante dolorosas, pero la gente lo sufre.

 

A- Si, esto era muy oportuno de recordar, yo no los había tenido en cuenta: los fallos que en su proyecto el Poder sufre;  porque evidentemente no vamos a ser maquiavélicos y pensar que el Poder, en su afán de ser cada vez más perfecto y de salvar más Almas, tenga previstos hasta esos fallos como los que Galín recuerda, los fallos de funcionamiento que encontramos evidentemente por todas partes.  No podemos pensar en un Dios maquiavélico que tiene previstos hasta los fallos, no.  Lo normal es reconocer que es que como el proyecto está montado sobre la falsedad es normal que encima le fallen piezas de vez en cuando y traen consigo esto.  Sin tener que acudir al ferrocarril del Ferrol, tenéis todas las ciudades llenas de obras, pero no tienen más remedio, es inútil que os debatáis; no tienen más remedio, porque el Capital necesita moverse, y si no hay otra cosa, otro pretexto con el que moverlo, tiene que ser con Obras Públicas que destrocen las ciudades, no puede ser por menos.   Pero esto es un fallo, porque evidentemente hay mucha gente a la que le molesta.  Este es el trance en que estos que llamo “fallos necesarios del proyecto de arriba”, pueden ( y evidentemente en esta tertulia misma lo son de vez en cuando), pueden ser estímulos para la denuncia y el descubrimiento de la falsedad de la Realidad.  Aunque, como él dice, también mayoritariamente se ve que hasta con eso se traga; la gente tiene una protestilla cuando tiene que embarrarse, pasar apuros para atravesar su calle o cuando tiene grandes esperas en los Aeropuertos o Estaciones. Generalmente es como si creyeran (vamos, no es “como sí”, es que es así), creen en Dios: “es que les hará falta, tendrá que ser así”.  La gente está ahogada de automóviles, y no puede más, y entonces protesta un poquito, pero ¿quién va a imaginar un futuro sin automóviles?: “pues tendrá que ser así, no?”, se lo han enseñado.  Bueno, es un tira y afloja: estos fallos pueden efectivamente, ocasionalmente, ser hasta un estímulo para el descubrimiento de la falsedad, y desde luego la estupidez de la sumisión en esos casos, pues se hace más notable, no cabe duda, cuanto más es la incomodidad, cuanto más falla la promesa de seguridad, rapidez, etc, que nos habían hecho.  No es fácil descubrir la...

 

- A mi la cuestión esta de () me parece un poquito más enrollada.  Yo por ejemplo ( larga intervención inaudible sobre los Carnavales del pasado).

 

A- Una cosa que no has dicho es lo de la tristeza “empaquetada”, esa no sé cuál es.

 

- Eso se nos vende, El Corte Ingles, el Carnaval y la Luna en verso, lo que tú quieras, todo. Pero sin embargo, si uno mira las instituciones del Poder, el careto que tienen es triste, es de una tristeza sepulcral.

 

A- Ya, ya, pero no es eso, no hay una correspondencia. Hasta cuando te venden Tragedia en el cine, funeral, que son cosas tristes, te las venden como maneras de alegría y de disfrute.

 

- Yo quería decir que la condición de esclavos y de estar viviendo en una cárcel lo lleva a uno a llevar consigo una cierta melancolía y una cierta tristeza, y sobre todo con la pena de muerte que está por venir. Que aquí tú dices que en la tertulia donde se está intentando combatir contra Dios, Capital y Estado, y por tanto la Muerte, hay una () tristeza intensa, será porque tienes los oídos tapados o estás divagando.

 

A- No, se refiere a los momentos en que marcha mal, hombre, que siempre los habrá.

 

- Y luego, con respecto al Carnaval, yo no quiero decir  () como dijo Agustín, digo que había una cierta alegría y que no estaba programada por ningún lado, y que no servía a ningún interés de venta de nada.

 

A- No, en eso exageras, y no nos va a dar tiempo de volver sobre lo de la máscara y eso.¿Alguna cosa más quedaba sobre las cuestiones?

 

- Hace veinticinco o treinta años te disfrazabas por la calle y lo vivías con una emoción que te cagas.  Yo ahora llevo tres años trabajando en el Carnaval de la Plaza Mayor y luego cojo la bolsa y me largo, me da vergüenza.  En Gran Canaria el noventa por ciento de los hombres van de mujer, habría que preguntarse porqué.  Yo he vivido el Carnaval siempre en Madrid, y ahora paso de él a no ser que tenga que ir a trabajar, pero no lo he vivido en Cádiz ni lo he vivido en Brasil.  Me imagino que allí ..  Aquí yo me disfrazo y veo a la gente que se reúne alrededor y es muy patético.

 

A- Tristeza de sentir la obediencia, la sumisión.  Por buen chico que sea uno, cualquier manifestación de sumisión, de acuerdo, con la Autoridad, con el Maestro, con el Padre, da tristeza, eso es otra experiencia que os propongo.  Por muy buen chico que sea uno, sin tener que ser ningún anarco ni rebelde.  Pero el espectáculo de la sumisión, del agachar la cabeza es de por sí triste, prodúzcase donde se produzca.  Y efectivamente, teníamos que pasar a los Carnavales y su posible origen popular, las caretas, las mascaras a las que habéis aludido, y los travestimientos de hombres en mujeres, () al revés.  Lo que pasa es que tal como estoy hoy me vais a perdonar pero ya no lo vamos a hacer.  Voy a cortar por el estado que os he expuesto, de manera que nos quedamos con ése tema, si el Señor no nos quiere cortar la fiesta entretanto, para dentro de siete días, y empezaremos con esto.