02.07.2008

Tertulia Política número 132 (2 de Julio de 2008)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

  Tertu132-02-07-2008#Tertu132-02-07-2008.mp3

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Vamos a ver entonces qué es lo que es lo que se os ha ocurrido en torno a este problema que se nos planteaba, sobre todo en la última sesión.  El problema era que, ante las evidencias reales del tipo de izquierda/derecha, o en general de los contrapuestos incongruentes, teníamos que venir a generalizar la observación a que nos veíamos llevados; recogiendo la imagen que a Kant se le ocurría sobre la creación de una mano como primera cosa, teníamos que venir a decir, utilizando ese lenguaje, “Dios no puede crear una mano derecha sin crear al mismo tiempo la izquierda, lo contrario no tiene sentido”, generalizar esto, en el sentido de que si las cosas de la Realidad en general estuvieran hechas así, que una cosa no podría presentarse, aparecer, realizarse, sin su contrapuesto incongruente, sin su, como también dicen, “enantiomorfo”, es decir, el que tiene su forma, la misma, pero al revés: enantiomorfo.  Y entonces, en estas, teníamos que venir a preguntarnos cómo es entonces que no aparezcan en general esta condición de las cosas, entre ellas nosotros mismos, que sea la de que tenga que estar dotada de un enantiomorfo, de un contrapuesto incongruente, o más bien costituída con un enantiomorfo o contrapuesto incongruente, porque de ordinario no parece que las cosas de la Realidad tengan un contrario, que una cosa tenga un contrario, ni una clase de cosas tenga un contrario.   Por ejemplo, la clase de cosas llamada “cereza”, no parece que esté dotada de un contrapuesto incongruente, y así para la inmensa mayoría de las cosas de la Realidad, entre ellas nosotros mismos como cosas.  Y que eso sólo se nos aparezca en esos casos especiales, lo mismo en la observación directa y cotidiana, cuando se presenta el hecho de la mano derecha y la mano izquierda; y enfrente por ejemplo, gracias al espejo, aparecen también la mano derecha y la mano izquierda, pero al revés, de tal forma que la derecha sea izquierda y la izquierda sea derecha. 


Son estas situaciones, y también en la práctica y teoría de la Ciencia, que siempre ha intentado habérselas con este problema, y dejarse llevar por él, en el mejor de los casos, a descubrimientos que de otra manera tal vez no habrían aparecido, pero sólo en esos casos: recordáis lo que ya creo que citábamos un día: en la imaginería de la Quántica, aparece efectivamente el fenómeno del spín, y el spín de un centro, no digamos qué; el spín de un centro puede ser en el sentido de las agujas del reloj, o en el contrario, al revés o al derechas, como revelan las formulaciones matemáticas que se aplican a uno y otro; y luego, se puede producir en el esperimento, digamos  gracias de, o a partir del eje de ese spín, un desprendimiento de electrones, y resulta que los electrones en la observación se dirigen unos en el sentido del spín que va hacia la derecha, y otros en el contrario, pero no por igual, con una diferencia que es estadística, son muchos  más los que van a favor.  Es una diferencia solamente estadística, pero constante, y por tanto éste es otro de los sitios donde puede llegar a aparecer, para científicos, para cualquiera, la tentación de pensar que Natura (esa cosa desconocida de por sí, pero que la Ciencia no puede menos de tratar como si fuese una Realidad), que Natura misma conoce izquierda y derecha, conoce esa contraposición, cosa que de primeras resulta un poco dura de recibir.


Desde luego, de tener que hacer algo en ese sentido, sería más cauto emplear la imagen, el lenguaje empleado hace un momento, no con Natura, sino con Dios, y decir que Dios conoce izquierda/derecha, conoce esa contraposición; porque como veremos, confío, este rato, la cuestión tiene que ver con la imposición de los ideales en la Realidad, que es a lo que alude la palabra “Dios”, el Ser, y por tanto sería        ahí donde tendría que reconocerse un saber de izquierda y derecha de esa manera general o absoluta.   Y en otros muchos sitios también de la Ciencia, ahora gracias a algunas búsquedas de Caramés en la Red, tratando de leer cosas respecto a esos entes que han aparecido por ahí, como antipartículas frente a partículas, y ya también antimateria frente a materia; a éstas no las puedo llamar imágenes, porque lo que se formula es propiamente inconcebible, pero de todas formas son formulaciones que van en el mismo sentido, antipartículas y cosas por el estilo.


A estas cosas pueden llevar esas apariciones, y más bien singulares, sorprendentes, que en la Realidad se nos producen, de la manera más inmediata con el espejo y el juego de su izquierda y su derecha y demás.  La Ciencia siempre ha tenido que intentar explicar de alguna manera esto, y ahora se me ha ocurrido volver a la manera en que Lucrecio, cantando la Física de Epicuro, intenta habérselas con ello, con el fenómeno del espejo.  Os detengo un rato recordando esto también: una vez que sacamos la Física de última hora, no está de más sacar también la más vieja de nuestro mundo.  Ya recordáis los que habéis estado conmigo algunas veces, algún rato, que la actitud de Epicuro, y por tanto de Lucrecio, es que la sensación o percepción de las cosas se produce por un desprendimiento a velocidad insuperable de capitas de la cosa; cada cosa está desprendiendo sus capas a velocidad insuperable, los “idólos”, o los “spectra”, como los llama Lucrecio, y desde luego toda sensación en esta actitud se reduce a tacto, nada más que tacto, también la vista; de manera que no hay más que tacto de las cosas de una manera o de otra, por medio de este desprendimiento, no digo continuo, pero a velocidad insuperable, de “idólos” de la cosa, por recordaros un poco cómo es.


Pues ante el espejo también a Lucrecio, porque por ocurrencia suya se le ocurría intentar explicar el fenómeno izquierda/derecha diciendo que los idólos normalmente atraviesan el ámbito, el aire, con más o menos distorsión, pero sin deformación fatal, pero que si tropiezan con ciertas superficies pulidas en estremo, como la del espejo, entonces rebotan, y al rebotar de alguna manera se vuelven del revés, el idólo de la cosa se vuelve del revés, y se le ocurre bastante ingeniosamente esplicarlo por comparación con una máscara o careta; una máscara o careta de arcilla para cubrir una cara, que se está fabricando, en arcilla, en papel mojado, como queráis, y antes de que se seque se le hace, volviéndola sobre el polo que le queda enfrente, se la vuelve del revés; esto es fácil.  Aunque un guante sea un poco más dificultoso de volver del revés, pero parece que nada puede impedirlo, y desde luego, a una careta menos; se vuelve del revés, y entonces ya está.  Esta careta vuelta del revés, yo, que estoy delante del espejo, desde luego no me la puedo poner, esto lo sabemos, pero el que viene de enfrente, por ejemplo del otro lado del espejo, o sencillamente de enfrente, sí se la puede poner, con esta necesaria nota de que si la careta no es perfectamente simétrica, como no suelen serlo las cosas de la Realidad, si por ejemplo tenía un parche en el ojo derecho, ya sabéis: el de enfrente se pondrá mi careta, pero el parche lo tendrá en el ojo izquierdo; era eso la condición de la cosa.  Bueno, esto era por recordar un momento también de los intentos de la Física más vieja frente al problema, y que como he dicho, pienso que ha llevado a descubrimientos muy útiles que sin este misterio tan inmediato no se podrían haber presentado.


Desde luego, parece que nos tendría más cuenta buscar ejemplos en la máquina de la lengua, por ejemplo en la máquina fonémica, con el hecho que ya en uno de los días pasados sacábamos a luz, y que ahora vuelvo a sacar, de las oposiciones, especialmente las que Trubetzkoy llamaba “privativas”, que tienen esto de particular: que p y f se contraponen entre sí, sin duda porque f tiene algo que no tiene p; eso es por lo que presenta la contrariedad, pero desde luego gracias a que tienen algo en común, si no tampoco tendría sentido la contraposición; tienen algo en común sobre lo cual se produce la contrariedad, algo en común, el archisemantema que se presenta cuando se produce la neutralización de ambos fonemas, por ejemplo en castellano al final de sílaba; entonces aparece lo que hay de común entre ambos, que no es propiamente f, pero desde luego tampoco es p, sino una revelación de lo que había de común entre ambos, y que de primeras no se parecería.


Pues ahí tenéis otra manera de plantearse el problema, y estamos con esto pasando de las apariciones físicas a las linguísticas o lógicas, lo cual es un paso bastante grave, sobre el que tendríamos que detenernos; pero cualquier cosa sirve para que intentéis plantearos cada vez con más precisión el problema, más que intentar resolverlo así, por las buenas: lo que importa es el problema mismo, y que ()


Bueno, pues antes de seguir con esto, os voy a dejar paso a las voces, pero ya al final de la última tertulia, a alguien de vosotros se le había ocurrido acordarse de lo que justamente en la práctica de la lengua llamamos “el campo en que se habla”, y es sobre eso sobre lo que vamos a volver dentro de un rato.   Pero por si quedan dudas respecto a la claridad del problema, os dejo paso a las voces, así que soltad un breve rato todo lo que se os ocurra o se os haya venido ocurriendo estos días respecto a eso, y luego seguiremos.   Si alguien está muy despistado, a lo mejor porque es la primera vez que viene, y dice que ni siquiera sabe por donde andamos, que lo diga también, todo vale, cualquier cosa que sea duda, vale.


- Me parece muchísimo más importante en estas consideraciones el ver lo que tienen de común que lo que tienen de distinto.  Si fuesen esto una cosa y esto otra, no hablaríamos de derecha ni de izquierda.


AGC- La noción de contrapuestos incongruentes pasa por esto que con motivo de los fonemas se ve claro; exige que los contrapuestos se hallen montados sobre algo que tienen en común, y respecto a lo cual tiene sentido la contraposición.  Pero eso no agota todo, ¿eh?, porque aparte de la contraposición está el hecho de la llamada incongruencia, el hecho de que no se pueda convertir, ni por procedimiento físico, ni por algún mecanismo formal, o matemático, en contrapuesto del otro.


- Esa es la siguiente: para distinguir lo que por una parte consideramos igual de la otra, tenemos que utilizar una operación que las anula: o bien un giro, o bien una simetría, o bien que se apaga un sonido con otro, lo cual nos viene a decir que a lo mejor si lo consideramos igual una cosa que otra, lo que estamos es aplicando también una operación, es igual en la medida que vale para una cosa, que tenemos descripciones o usos o operaciones posibles con ellas que nos permitan decir que son iguales, por lo mismo que después nos permitirán decir que son opuestas.


AGC- Claro, pero eso en la Realidad corriente vale para los contrarios: efectivamente, el calor y el frío tienen esa condición.


- Ahí voy yo.  Entonces, ¿qué traducción tendría esto en la Lógica?  Porque estamos haciendo fundamentalmente un cierto paralelismo entre Física y Lógica: si en las relaciones físicas parece claro, ¿cuáles serían, y porqué, los contrapuestos?


AGC- Sí, a eso iremos, pero lo importante es notar que los casos de contrapuesto incongruente parecen escepcionales dentro de la Realidad, donde se  () contrarios, más o menos contrarios, que se contraponen unos a otros, pero el fenómeno éste...


- Lo que me ha llamado la atención es su cierta escepcionalidad.


AGC- Es en cierto modo escepcional, y eso, claro, si hemos declarao, o hemos intentao declarar que esto es una ley, no de Natura, pero sí una ley de Dios, por así decir, el hecho de que cualquier cosa tenga que tener su contrapuesto incongruente, nos estamos contradiciendo.


- Pero por otra parte, si nos llama la atención es por lo que tiene de atractivo, es decir, que esa utilización de los contrarios los hace más fácilmente manejables, y me parece que tiene que ver con las capacidades de la Lógica, que aplicamos sobre ellas, que es un atractivo por comodidad, facilidad.


AGC- Bueno, no, el atractivo es porque es un misterio; lo que pasa es que de ordinario es un misterio tan palpable que no nos damos cuenta, nos lo saltamos; sólo tal vez un niño delante del espejo, o encontrando dificultades para distinguir entre izquierda y derecha, se lo plantea.  Luego en general lo damos como si fuera efectivamente, pues nada, una realidad, como otra, y resulta atractivo en cuanto se vuelve a presentar como lo que es, como un problema no resuelto, un misterio.  Eso es lo que yo creo que atrae () en general.   ¿Qué más por ahí?  Sí.


-  Que sería contradictorio lo que hemos hablado antes de la Física subatómica, que de repente encuentren que los átomos está regulado cuándo va uno hacia la izquierda y cuándo va uno hacia la derecha.


AGC- Las apariciones de eso desde luego les plantea, a cualquiera de estos científicos honrados, el mismo problema, porque no se contaba en los fundamentos de la Ciencia con que efectivamente Natura pudiera decidir entre izquierda y derecha,  y resulta muy perturbador.


- Sí, es una cosa que tomaron muy escepcional, lo que llamaron “la violación de la paridad”, que de repente, los electrones que funcionaban de una determinada manera, encontraron que en algunos casos, nadie sabe por qué, se rompía esa organización del giro de izquierda a derecha, y cambiaba.  Decían “ es que Natura, dicen los físicos.....Agustín ha metido, dejando a Natura aparte, por la cuestión de que no hay contrapuestos en general, a Dios, pero en todo caso, lo que les llamó la atención fue eso: que de repente aparecían esperimentos en que se rompía esa necesidad que tenían los electrones de girar en un sentido; aunque tenían previsto que tenían que girar de izquierda a derecha, había algunos que no lo hacían, y el por qué, no lo sabían esplicar.


AGC- Es la condición de ley, es decir, que si aparece que estadísticamente una mayoría de electrones efectivamente obedecen la ley de seguir el mismo sentido que el giro de......, y luego, sin embargo aparecen otros que no, entonces ahí se está jugando la noción de “ley”, porque la Ciencia el capricho no lo puede admitir, y el capricho entonces, el hecho de la minoría disidente, tendría que incluirse dentro de la ley, y eso resulta efectivamente difícil; y si no, hay que reconocer que Dios distingue efectivamente entre izquierda y derecha, que prefiere la derecha, y que sin embargo mantiene a la izquierda a los condenados, aunque sean en menor número, para que todo marche bien, cosa que, claro, a la Ciencia no le puede gustar mucho.


- Yo lo que no termino es de ver es por qué dices que son contrapuestos incongruentes los fonemas, la p y la f, o por lo menos no en el mismo sentido que mano izquierda y mano derecha.  Porque parece que sí se puede decir en un sentido que la mano derecha es el revés de la izquierda, pero decir que una f es el revés de la p......Parece que lo que les pasa es que en un caso tiene una cosa, y en el otro tiene otra, la p tiene oclusión, y la f tiene fricación.


AGC- Sí, sí, no, no, la f tiene algo que la p no tiene, eso es lo esencial.


- Y al revés.


AGC- No, nada más que eso, nada más que eso, la noción de oposición privativa lo exige así: f tiene algo que no tiene p, aparte de tener los dos algo en común.  Eso es lo que la acerca a la situación de las manos, de las cuales es demasiado poco decir que son una el revés de la otra, más que al revés.  Con la imaginería de Lucrecio que os he sacado, ya veis que a la careta se la puede volver del revés, igual que a un guante también, pero el hecho de que en cuanto haya un elemento de asimetría se produzca esa conversión de derecha en izquierda y viceversa, eso es ya otro problema.


- Pero en el caso de la f y la p, ¿por qué no decimos “distinto”? ¿por qué decimos opuesto?  En otras operaciones decíamos opuesto a los que pueden anularse con alguna operación, pero entre la f y la p, ¿la diferencia, es oposición?


AGC- En cada idioma y en cada caso, los criterios que determinan que la oposición esa es propiamente una oposición privativa, son diferentes y menudos, no nos vamos a emplear en eso; pero () hay un tipo de oposiciones, que es además en nuestras lenguas el dominante, en que lo es; y “lo es” quiere decir que se establece por cuestión de sí o no, que el uno tiene algo que el otro no tiene, eso es lo que define este tipo de oposición.  Bueno, ¿qué más ocurrencias habéis tenido todos estos días?; porque algo tiene que haber salido de corazones o razones ante semejante cuestión.  Y desde luego, por mi parte necesito ayuda, porque no estoy ni mucho menos claro ni decidido con respecto a una solución de todo esto.


- Una pregunta: ¿dos contrarios, se anulan, o se complementan?


AGC- ¿”Dos contrarios”, qué quiere decir?: ¿caliente y frío?


- Sí, por ejemplo, o....


AGC- Pero esos son contrarios corrientitos, que efectivamente se anulan y se complementan. Esos son contrarios corrientitos; aquí estamos con “mano izquierda” y “mano derecha”, y eso ya no es caliente y frío, esto es otra cosa mucho más misteriosa.


- Otra dimensión distinta, ¿no?


AGC- Es un fenómeno que aparece como escepcional, singular; y sin embargo, por otra parte, todas nuestras andanzas de días pasados nos llevaban a declarar que debía ser una ley de la Realidad: “no puede haber una cosa sin su contrapuesto incongruente”, cosa que no aparece; es el problema de búsqueda que ()


- Con tu permiso, descendiendo al makís político de derecha/izquierda, trasladamos la dimensión a una naturaleza global, conceptual, física no, física sí, oportunista, convencional, ocurrente......


AGC- No, no merece ni la pena acordarse de eso, perdona: no hay cuidado que los de izquierda y los de derecha sean contrapuestos incongruentes ni nada por el estilo: son relativamente contrarios, y ya van bien servidos, de manera que no tienen nada que ver con la mano derecha y la mano izquierda.  En todo caso, de acercarse, algunos, yo creo que, no sé si con noticia histórica muy cierta, atribuían esa costumbre de decir en Política izquierdas y derechas al establecimiento de algún tipo de Parlamento, como el Parlamento Inglés.  Pero eso no parece que nos satisfaga mucho, porque mucho antes está lo que he sacao antes con respecto a Dios, teniendo a su derecha a los salvandos, y a su izquierda a los damnandos; eso es mucho más antiguo,  y no se puede separar la aparición política de ésa religiosa más vieja, ¿no?


- Bueno, yo creo que no está tan desencaminao este señor, porque yo he leído no hace demasiado tiempo un ensayo en el que venía a decir que la disposición, o la estructura cerebral, podía en cierta manera dar cabida a ese tipo de......digamos que la gente de la derecha es más conservadora, o una cierta estructura del cerebro....


AGC- ¡Ay! ¡Si los de derechas  ()el cerebro, entonces estamos ya perdidos, estamos ya cayendo en manos de los nazis!.  Por favor, que no salgan aquí cosas de éstas mucho rato en esta tertulia, no nos ocupemos de semejantes gilipolleces, porque son gilipolleces, pero sangrientas, nos lo han demostrao muchas veces; limitémonos a la observación esterior; no hay cuidao de que la oposición de ideas políticas se parezca para nada a contrapuestos incongruentes.       


- Algo que no sea un gilipollez, como Dios, ¿no?, no te jode!


AGC- Con ser contrarios ya se les concede mucho.  Adelante.


- Cuando hablas de la observación esterior, por ejemplo sería, en una persona la derecha y la izquierda, pero por ejemplo en un racimo de uvas la derecha y la izquierda no son iguales.


AGC-  () con la cereza; de ordinario no se da, aparece de alguna manera como rara.


- Entonces eso solamente se da en determinadas especies, ¿no?  Quiero decir que la naturaleza no siempre sigue esta norma.


AGC- Yo no he dicho nada de especies.  Y no sólo no siempre, sino que aparece rarísimamente; dentro de la organización habitual de los contrarios y de los semejantes, ¿no?, parece rarísimo, aunque ahí está, ¿no?


- Decimos que parece rarísimo, pero en cuanto hay un espejo, cualquier cosa tiene su congruente ahí, entonces por otra parte tampoco parece tan raro.


AGC- El espejo, para un niño, y para cualquiera más o menos inocente, es singular, raro, y ().  Pero dentro de la inmensa Realidad, el del espejo no es más que un caso de suceso, o de fenómeno.


- Pero si pones un racimo de uvas delante de un espejo, la parte derecha del racimo en el espejo va a salir a la izquierda.


AGC- Sí, si es asimétrico, como he dicho de la careta: si es asimétrico, en el espejo ya sirve lo mismo; y normalmente tenemos que pensar (y este también es otro problema que a los físicos los trae a mal traer)  en el problema de la simetría presentándose en esas regiones de la investigación de las cosas, ¿no?.  Más.


- Cabe también dar explicaciones que creo que deshacen el misterio, que es muy maravilloso, pero que no tiene por qué estar ahí: cuando hablamos del espejo, estamos hablando de una operación de simetría, lo de un lado del espejo, y lo del otro lado del espejo.  Lo que pasa es que cuando lo miramos en el espejo, se pone por medio otra simetría, que es nuestra izquierda y derecha, porque tenemos sólo un plano de simetría, que lo ponemos enfrente del espejo, pero son dos simetrías sencillísimas geométricamente, o sea que misterio, ninguno.


AGC- ¿Pero, y eso, qué toca al misterio?  No lo entiendo.


- Porque la emoción del niño, del espejo, maravilla, pero es una situación tan sencilla, que no....


AGC- No toca nada, al problema no lo toca eso, no.  Efectivamente, lo de la simetría lo hemos introducido ahora, porque decimos que tampoco entre las cosas se puede percibir una verdadera simetría, es decir, identidades perfectas de dos mitades.  Pero incluso el que se presente en regiones subreales, o subatómicas, es también un problema que está relacionao con esto.


- Estaba hablando de Geometría, no de Física, la operación de simetría es absolutamente geométrica.  Que luego eso se pueda organizar perfectísimamente, es otra cosa, pero la operación geométrica es inapelable.


AGC- Sí, sí, geométricamente ya sabes que no puedes () una operación por vía topológica,  que podría estar el contrapuesto incongruente en el otro, y entonces el problema es ()dinámico.


- Pues yo creo que sí.


AGC- ¿Sí?  Ah, pues adelante, porque efectivamente eso sería muy útil: ¿qué operación, digamos “algebraica”, sería la que nos pasara de una geometría a la otra?


- Sí, tan sencillo como eso.


- Yo no he seguido muy bien lo que está diciendo de la operación algebraica.  ¿Qué decías?


AGC- Que él ve una operación por la cual se pasa de la simetría de delante del espejo a la simetría de detrás.


- “Reinventando”, como dicen ellos, las dimensiones, saltando fuera, saliéndose fuera.


AGC- En el plano, con dos dimensiones, no hay problema: un triángulo escaleno, que tiene el ángulo más cerrado hacia la izquierda, tiene enfrente a su contrapuesto, que es el mismo, pero con el...  Entonces, basta con acudir, sacarlo de sus dos dimensiones, donde había nacido el triángulo, meterlo en otra, (soltar), plegar, y ya está.  Pero una mano tiene ya tres, de manera que el problema puedes enunciarlo así: “¿a qué otra dimensión saltamos para reducir a una mano izquierda a una mano derecha?”  Esta es la cuestión. El fenómeno al que nos referimos se refiere siempre a cosas de las normales; de tres dimensiones, vamos.


- Si hacemos una traslación, no va a corresponder, pero si hacemos una simetría, perfectamente, punto a punto en una simetría se corresponden todos los puntos.


AGC- ¿Cómo, “si hacemos una simetría”?


- Nos ponemos delante del espejo, y la mano derecha, tiene, con la que parece izquierda allí, correspondencia exacta, punto por punto, las tres dimensiones, y estamos manejando tres dimensiones nada más.


- Pero un plano es una cosa geométrica, no tiene nada que ver con el problema de las manos.  O sea, si quieres reducir.....


- Luego me explicas ()


- Quieres decir que conseguirías una imagen en el espejo, pero plana, pero no el objeto real.


- No, no, la imagen es profunda, tiene tres dimensiones, igual que la mano.  No está en el espejo, está al otro lado del espejo.


AGC- de cómo se pasa de un lado al otro del espejo.  Es decir, yo estoy de acuerdo en que el que está enfrente, en el otro lado del espejo, es igual que yo, sólo que con esa virtud de que su derecha es mi izquierda y viceversa.  Si yo creyera que en la vida real, sin espejo, hay cosas idénticas una a otra, y al mismo tiempo asimétricas, podría ver un caminante esactamente igual que yo, que viniera de frente por el camino, y no me haría falta espejo; diría: “somos iguales, pero del revés; del revés, porque usted tiene la mano derecha.....”  ¿Y cómo me convierto en el?: pues dejando de ser el que soy, dándome la vuelta, poniéndome de frente, y ya está.


- Agustín, si la pretensión es que sea igual que el que viene, es sencillísimo: con poner dos espejos justo en ángulo recto, la imagen que te da vuelve otra vez a ser....


AGC- No, no si usáis los espejos, desde luego.   Pero dejemos los espejos, porque eso no tiene interés ninguno; efectivamente, que el espejo () vuelva a hacer lo mismo, que por tanto va a ser volver (), no tiene interés: estás viendo a uno aquí mismo, uno igual que tú, que viene por el camino de frente a ti; entonces


- Si en la mano derecha tienes el sombrero, el que viene con dos espejos.....


AGC- No, deja ya los espejos; hemos dejao los espejos, hemos preferido dedicarnos a pensar en un imposible, que es que en la Realidad pudiera haber dos cosas exactamente iguales.


- No es ni siquiera necesario que sean exactamente iguales: cuando tú ves a otra persona, tienes que sentir cuál es su derecha y su izquierda; o sea, tal vez el hecho de tener necesidad de identificar la derecha y la izquierda, se deba a que hay un observador, o que nosotros somos nuestros propios observadores.  Si no viéramos, si fuéramos ciegos, quizás eso no lo necesitaríamos tanto.


AGC- Hombre, no creo que sea cosa de vista sólo, el fenómeno vale igual para los ciegos.


- Pero no te planteas tanto si el árbol es la derecha o la izquierda; la derecha del árbol, la izquierda del árbol; la derecha del pato, la izquierda del pato, yo nunca me lo he cuestionado, eso; sí me cuestiono mi derecha y mi izquierda, pero cuando veo un pato, me da igual su derecha y su izquierda.


AGC- Ya os dije que si queréis poner ejemplos, que no sean las manos, para evitar todas estas tonterías; acordaos de cuando hay que fabricar un picaporte para dentro y otro para fuera, y que se quiere que sean exactamente iguales, como suelen ser en muchas puertas, picaporte de dentro y picaporte de fuera: son absolutamente incompatibles; son esactamente iguales, y lo mismo que las manos, no puedes fabricar el uno con el molde del otro, no puedes reducir el uno al otro, son incongruentes en ese sentido, para evitar pensar en que esas () no son.  Bueno, vamos ya...


- Estamos aplicando la noción de igualdad, creo que impropiamente: la noción de igualdad pertenece a la Lógica; en el mundo de la Realidad de que hablamos, confundimos igualdad con equivalencia; “esta es equivalente a esta”, pero sabemos de sobra que no pueden ser iguales.


AGC- Sí, sí, son lo bastante iguales pa ir tirando; eso es la Realidad, y ya lo he dicho, lo dije en la imaginación de uno que viene frente a mí y que es igual a mí, con esa contrarrealidad; de ordinario aquí somos iguales lo bastante pa ir tirando; ya sabéis que en la Realidad es todo así, es todo de más y menos.  Por eso, cuando decía antes que, corrigiendo el lenguaje de los físicos, se quitara “Natura” y se dijera “Dios”, el ideal, iba en este sentido, porque el problema parece plantearse en sí o no, mientras que la Realidad es de más o menos, por decir esto de la manera más....La Realidad nunca es de sí o no, es de más o menos, pero está costantemente regida por el ideal, por el sí o no, y por tanto tratando de confundir lo que era aproximadamente igual, relativamente diferente, relativamente contrario, con algo que lo es todo, en absoluto.  Bueno, pues por ahí va la cosa.  Sí.


- Yo ando bastante perdida en esto, pero ¿tendría que ver algo la fotografía, en estos contrarios que hablamos?  Yo no sé si alguien aquí sabe de fotografía, pero ¿no se coge la luz, y entonces el negativo es al contrario, y te sale ya la....?


AGC- ¿Y qué quiere decir “al contrario”?


- Que cuando uno hace una foto, y está ahí, ¿el negativo no es al revés?


AGC- ¿Pero al revés de posición?


- De todo.


- La parte superior, en el negativo es la inferior, y la derecha es la izquierda.


- A mí siempre me ha parecido misterioso eso, que captas la luz, pero la captas al revés.


AGC- No se me había ocurrido el ejemplo, pero es otro más, sí.  Bueno, seguimos un poco, vamos a ver......


- Hablando de fotografía, me he acordado de unas fotos famosas de (Manray), que creo que tiene que ver con la ilusión del ideal de la Realidad, que tenemos el juego de la simetría y del doble. Él coge el retrato de (Buñuel), supongo que lo habéis visto, y lo parte por la mitad; entonces junta las dos mitades, pero diferentes, que son esactamente iguales, y salen dos retratos monstruosos, y muy inquietantes.


AGC- ¿Que le da la vuelta.....?


- Parte el retrato en dos mitades, y junta las dos mitades exactas; las dos mitades del rostro no son esactas, pero lo hace dos mitades y hace dos rostros esactos, simétricos.  Y pocas fotografías he visto yo más siniestras.


AGC- Pero tiene que darle la vuelta, para hacer eso; tiene que darle la vuelta a una mitad; a una de las dos mitades tiene que darle la vuelta; si no, no


- Bueno, él las trabaja de manera que las dos mitades del rostro sean exactas.


AGC- No, pero aparte de eso, para hacer ese montaje tiene que darle la vuelta a una de las dos mitades.


- Sí, pero yo creo que lo siniestro está en el juego de simetrías, en que costruya una cara con las dos partes del rostro perfectamente simétricas, burlándose del ideal de simetría que tenemos, ¿no?


AGC- No sé, no me he fijado (); puede ser.  Hemos, a lo largo de los días, venido descubriendo aquí que efectivamente, cuando decimos que la Realidad es falsa, es en el sentido de que la encontramos contradictoria, de manera que yo creo que hay que partir de esa contradicción, costitutiva, para intentar entender algo del problema.  La contradicción, por decirlo ahora en breve, consiste en eso, en que una cosa no es la que es, lo que acabamos de recordar ahora respecto a igualdades aproximadas y diferencias relativas: una cosa no es la que es, y al mismo tiempo está obligada por el ideal a ser la que es; esa es la manera más simple, yo creo, de enunciar lo de la contradicción como costitutiva de la Realidad.  No voy a recordarlo más, porque los que habéis estado conmigo, pues ya tienen de esto mucho recuerdo, pero es lo que acabo de decir, la contradicción: es lo que es, pero es imposible que sea lo que es; o del revés: nunca es lo que es, pero siempre está siendo lo que es.


Todo esto son cosas, como veis, de lógica, de lengua, de dialéctica, de manera que yo creo que el problema consiste en encontrar la manera de pasar de lo que desde luego puede enunciarse lógicamente, como acabo de hacerlo, hacerle pasar a las apariciones de la Realidad, incluso a las de los cuerpos sólidos que caen en la situación de contrapuestos incongruentes; un salto, y yo lo que () es tirar por ahí, a ver por dónde se puede dar ese salto.  Y que quede lo que he dicho: la evidencia de la contradicción, consistente en que uno es el que es, porque está obligado, pero no puede nunca ser el que es, porque eso es incompatible con la Realidad.


Se me ocurría por tanto acudir a esos () lo que al estudiar la lengua descubrimos y reconocemos como “el campo en que se habla”.   El campo en que se habla, es algo que se contrapone desde luego al mundo de que se habla, eso está claro; el campo en que se habla es donde estamos tú y yo cuando no somos más que tú y yo, son los puntos que en ese campo están, adonde apuntan los pronombres personales que en una lengua se digan, “yo”, “me”, “tú”, “a tí”, tal.....; adonde apuntan, con tal de que “tú”no seas absolutamente nadie más que “tú”, y “yo” no sea absolutamente nadie más que “yo”, lo cual nos saca de la Realidad. Efectivamente, esto es así: “yo” no es nadie, porque es cualquiera que en cualquier momento esté hablando, y eso no es ser nadie; y a ti te pasa lo mismo, por supuesto. 


Bueno, pues entonces, está claro que “tú”, “yo”, en ese sentido, son, me parece, un ejemplo perfecto de contrapuestos incongruentes.  ¿Por qué?: porque efectivamente, “yo” es lo mismo que “tú”: en un sentido, sólo puede ser tú quien es yo, sólo puede ser yo quien es tú.  Recordad  que si no hay personas, no hay Realidad, ¿eh?: () tú y yo, que no sean más que tú y yo.  Por un lado son el mismo, por otra parte se contraponen, en el sentido de que en cada acto de hablar se establece una contraposición irrebatible entre tú y yo; en cada acto de hablar hay un yo que estoy frente a ti, tú frente a mí, la función es complementaria y contrapuesta, de manera que hay efectivamente esa condición de la identidad por un lado, y por otra parte, la contraposición, la imposibilidad de reducción mutua en cada acto. Esto nos podría, yo creo, ayudar, a darle vueltas a esto del campo en que. 


Claro, lo del campo en que, tiene este pequeño inconveniente, que es que no existe, no es real, y nosotros, en cuanto nos hablan de cosas de las que se dice al mismo tiempo que no existen, pues no estamos acostumbrados; generalmente estamos acostumbrados a hablar de la Realidad, a hablar de las cosas, de manera que éste es un pequeño inconveniente: el campo en que, no existe; no existe, porque cada acto de hablar no determina Realidad ninguna; lo mismo que “ahora” tiene esta virtud de que cuando se dice “ahora”, ya no es ahora, y por tanto con eso nos saca de la Realidad, pues tú y yo, lo mismo que “ahora”; tienen esta condición de que efectivamente funcionan, y juegan, y lo que queráis, pero no existen, no son reales, como las personas.


Pues la propuesta es que a partir de ahí veamos pasos posibles para la referencia a la Realidad.  Desde luego, ya sabéis que en la situación corriente, la verdad es que yo no es nadie, porque cualquiera que hable en cualquier momento, es yo; y tú, lo mismo; pero sin embargo, identificamos, más o menos, yo con una persona, que es real; de manera que, cuando digo “están muy caras las espinacas”, esto, en lugar de tomarse como una declaración del que está hablando, se refiere a un señor, y ése, ¿qué sabrá?, ¿qué esperiencia tendrá?, ¿de dónde parte?, ¿qué condiciones tiene para decir lo que dice?: le atribuimos inmediatamente la frase a una persona real; no a mí, o a ti: a personas reales.  De manera que esta situación contradictoria a su vez en que nos encontramos, que es la de tener que tratar el campo en que, que no existe, confundiéndolo con la Realidad, con lo que existe, es desde luego la pista que sin duda tenemos que seguir, esa confusión que es cotidiana, con la que nos encontramos cada día, y por ahí, ver cómo la contraposición yo/tú puede referirse a personas, y las personas, como son cosas, como son reales, no pueden ser nunca de verdad contrapuestos de sí o no, pero “yo” y “tú”, sí, como he mostrado; pero la confusión reinante no se para en eso, y trata de realizar esa confusión.


Por otro lado, yo y tú se pretende que al mismo tiempo no, pero un momento después de haber actuado, otro puede hablar de ti y de mí, y entonces nos convierte en lo que se llama terceras personas; nos convierte a ti y a mí en terceras personas, porque habla de nosotros, y entonces, claro, eso ya es una vía, es un paso a la Realidad. 


Bueno, pues por ahí os dejo abierta la cosa para ver cuánto se os ocurre, puesto que eso se refiere a la práctica del habla, la práctica de una lengua, cada día, y es sobre ella con la que se os está invitando a pensar y darle vueltas, para después ver si eso nos llega de alguna manera a aclarar la cuestión en cuanto referente a la Realidad física.  “Realidad”: nada de “Natura”, de lo que no hay o no sabemos: la Realidad, lo existente, tan sólo.  Bueno, no sé si antes de marcharnos tenéis cosas respecto a esto que puedan ayudaros, para que por lo menos la cuestión quede bien planteada.


- A mí me gustaría, Agustín, aprovechando tu persona, hoy, aquí, y dado que hay un tema de excesiva puntualidad, y muy fresco, y muy cómodo, en España, en el Estado, y dado el Manifiesto, que van setenta u ochenta mil personas ya, dando firma, firmando, en la defensa del ataque del castellano, que los vascos dicen que se le está atacando otra vez       y los del centro, pues dicen que se nos está conculcando el idioma en el País Vasco y en Cataluña.  ¿Podrías determinar un poco razón de ser del problema, y una especie de veredicto?


AGC- No recuerdes más comidilla, sí: lo he hecho, lo acabo de hacer; me he sacrificao mandándoselo a El País, y lo han sacao; la andanada que he lanzao, está tan clara y tan corta, que no puede menos de llegar.  Aquí estoy invitando a otra cosa, ¿eh?: a que aprovechemos lo del tú y yo, ahora, campo en que, que no existe, pero que puede tal vez, por pasos como los que he sugerido, al revés de la reducción de persona real, y hasta con nombre propio, otro el hecho de que se piense que es el mismo el que habla que aquel de quien otro habla, sea cosa que nos pueda aclarar un poco.


- El mundo supuesto en el que no se distinguiera izquierda de derecha, o que la gente no lo tuviera muy claro, se parecería bastante al mundo del que estamos hablando que no era real.


AGC- El mundo en que.


- Sí, una especie de mundo en el que la gente estuviera completamente despistada, que no supiera muy bien ni donde está la derecha, ni donde está la izquierda, ni tuviera unas coordenadas claras de dónde están las cosas.


AGC- No, una analogía hay, por eso lo he sacao, y he dicho incluso que saliéndonos de la Realidad, en el campo en que, tú y yo parecen funcionar como contrapuestos incongruentes; pero de eso a llegar a dar el paso que tuviera consecuencias por ejemplo como las que dices, en la práctica real, falta mucho, ¿eh?, tenemos que....


- Lo mismo es una tontería, pero normalmente, al hablar, tú y yo nos ponemos uno enfrente de otro, entonces nos hacemos uno espejo con respecto al otro, y la derecha tuya es la izquierda mía.


AGC- Sí, pero si dices “la izquierda mía”, “la derecha tuya”, ya las estás convirtiendo en entes reales.


- Sí, sí, por eso digo, por lo de ver el paso a la Realidad; eso sería una realificación, en la medida en que yo me identifique con este cuerpo.


AGC- Sí, sí, en la medida en que la situación en el campo en que, se parece por lo menos a lo de mi imagen en el espejo y yo delante de ella, o el que viene por el camino y yo que le salgo enfrente; evidentemente hay un parecido y hay tal vez una vía de encuentro de algo.


- A lo mejor tampoco viene a cuento, pero en tanto que se habla de spin, de derecha/izquierda, de giro, que siempre se tiene que elegir, o del espejo, o de alguien que se encuentra con su doble en un camino; parece que siempre tiene que haber ahí una directriz, o un eje, o una especie de dirección de uno hacia otro, mientras que en el mundo en el que tú y yo hablamos, parece que es el acto de hablar, y no hay directriz ninguna de mí hacia ti, o de ti hacia mi.


AGC- Bueno, yo justamente cuando saqué el primer libro de lenguaje, llamé directrices a esas que se dan en el campo en que, fuera de la Realidad, se puede decir, porque efectivamente, una cosa es lo que va de yo a ti, y otra cosa es lo que va de ti a mi, son del revés, y se les puede llamar directrices o sentidos.


- Respecto a la    esta que sacábamos, de que       el espejo, yo me he encontrado muchas veces con que al decirte “tienes una cosa aquí”, el que tienes delante, no sabes si te lo está señalando como en un espejo, o        ; y muchas veces te confundes y dices “¿dónde?, ¿aquí?”: “no, no, aquí”.


AGC- Sí, hay una ambigüedad en la práctica de eso, sí, a mí también me ha pasado muchas veces: parece como si hubiera dos maneras de hacer la traslación, una manera al modo de espejo, y otra manera sin espejo, y hay confusión, sí.


- Parece que “yo” y “tú”, es mucho más real que cuando.....


AGC- No, no, yo y tú están fuera de la Realidad; “Realidad” es eso que decimos que está costituído por la contradicción “cosas que son lo que son, y que al mismo tiempo es imposible que sean lo que son”; todo eso es Realidad; yo y tú, están fuera, están fuera de la Realidad, el campo en que, está fuera; el campo en que se habla, no es aquello de que se habla; “ahora”, no es ningún tiempo real, porque sólo con decir “ahora”, ya el tiempo real ha quedado denunciado.


Pues si el Señor no nos echa para la derecha demasiado.........perdón, quería decir para la izquierda, pues entonces, dentro de siete días seguimos.