10.12.2008
Agustín García Calvo
Ateneo de Madrid
-
La irreversibilidad del Tiempo real.
-
El Tiempo real como flujo.
-
El Tiempo real como ilusión.
-
La ideación del Tiempo real como Pasado y Futuro.
Tertu155-10-12-2008#Tertu155-10-12-2008.mp3
TRANSCRIPCIÓN:
Estoy pensando en volver a prolongar el ensayo que el último día hacía con vosotros, contando con vuestro permiso, o aquiescencia, de ver qué se os ocurre responder a algunas de las locuras o intentos desesperados de los físicos por entender eso del tiempo, que como recordáis está en estos momentos muy en vilo, como demuestra ese concurso anunciado del que ya nos informamos, y del que a través de Caramés he recogido, él ha recogido, más todavía, cantidad de entradas en la Red, con propuestas y contrapropuestas respecto al entendimiento de eso del tiempo. Por lo menos que sirva para haceros sentir cómo las cosas por allá arriba están muy lejos de estar claras, y dan lugar a toda esa serie de disensiones, y de nuevos intentos, y propuestas...... Y como me parece que con los descubrimientos que aquí hemos venido haciendo estos años se puede contestar con facilidad, descubrir los errores, elementales, que puede haber en alguna de esas propuestas, por eso el otro día me dediqué a consultaros, especialmente a los que habéis estado conmigo más o menos continuamente estos años, para ver cómo se respondía, y voy a seguir haciéndolo si tenemos tiempo.
Pero antes, para que no sea empezar por ahí, por esa especie de examen o recordatorio, voy a meterme yo por mi lado en un punto del asunto, que es el de la irreversibilidad del Tiempo real. Ya sabéis que en la Física corriente, lo mismo que en el trato práctico habitual, se da por supuesto que es así: que el tiempo es irreversible, que no se puede volver de Futuro a Pasado; y eso, al mismo tiempo, trae consigo la distinción primaria entre Presente y Pasado. Es sólo cuando la Física misma ha venido a profundizar en el intento de dar razón de lo que pasa, de cómo son las cosas, cómo pasan, cuando con la Cuántica se ha venido a reconocer más o menos decididamente un tiempo reversible, es decir, un tiempo que por tanto no está situado en una especie de cadena causal inquebrantable de Pasado a Futuro. Es al mismo tiempo ahí, en los avatares de la Mecánica Cuántica durante nuestros años, cuando el problema de la gravitación universal se presenta, respecto a lo cual tengo que recordaros lo que el otro día os presentaba de primeras haciendo ver, con un poco de atrevimiento, cómo alguno de estos colaboradores involuntarios que tenemos aquí entre los físicos decía “cuando en la ecuación de Schrödinger, la fundamental, se suprime en el brazo derecho la nota que hace referencia al tiempo, es precisamente entonces cuando parece que la cuestión de la gravitación se vuelve de alguna manera resoluble”. Porque era, sigue siendo, a pesar de todos estos intentos, irresoluble de principio el intento de dar razón de esa especie de fuerza, o lo que sea, primaria, a la que aludimos con eso de la gravedad o de la gravitación universal.
Bueno, pues a eso toca eso de la irreversibilidad del Tiempo real. Es por tanto precisamente del Tiempo real en el sentido que aquí entendemos real (Realidad, existir), no a estos intentos donde al salirse del Tiempo real, condenado a la irreversibilidad, parece asomar otra forma de tiempo, si se le sigue llamando así, que por tanto nos sacaría en cierto modo de la Realidad. Aunque desde luego, en la intención de los físicos de la Cuántica, la cosa sigue refiriéndose de alguna manera a la Realidad, pero de una manera que espero que veamos como contradictoria.
Desde siempre, desde mucho antes de la Cuántica, los físicos sobre todo, también la gente corriente de vez en cuando, no dejan de asombrarse de reconocer, como un fenómeno que revela de alguna manera la natura fatal que rige las cosas del mundo, no dejan de reconocer y asombrarse de eso de que si una taza, de loza por ejemplo, se cae de la mano y se hace añicos contra el suelo, sea imposible que el proceso pueda volver atrás, y que de los añicos la taza se rehaga, y que suba, que en una especie de contracaída vuelva otra vez al puesto donde estaba antes, enterita. Esto es lo que no puede ser, y parece que pasa como una condición de la Realidad. De la Realidad en nuestro sentido, ¿eh?: de la Realidad que son las cosas, y los procesos de las cosas, pero que descubrimos al mismo tiempo que no es todo lo que hay. Estamos refiriéndonos justamente a la Realidad y al Tiempo real.
Lo notable es que esto no se dice de la taza, sino del Tiempo: se hace pasar como un testimonio de que el Tiempo, real, es irreversible, esto de que mientras es normal que una taza caiga y se rompa, no es normal que se recomponga y contracaiga. Bueno, pues esta es la cuestión. Yo creo que con las cosas que hemos venido más o menos destapando aquí, y que os he dado a discutir una y otra vez, se puede aclarar bastante la cuestión de por qué en el Tiempo real esto es así.
Hemos descubierto aquí que lo primero es el Futuro, donde se establecen necesariamente en línea las cosas que van a suceder; no por ninguna otra razón, sino por la razón de la práctica: porque así tiene que hacerse para cualquier tipo de negocios o asuntos que se lleven a cabo, y también para la esperimentación científica. Y de ahí, en sentido inverso, esto hace que a lo que se llama Pasado se le imponga una ordenación igualmente en línea; y no sólo en línea, sino como cadena causal, de tal forma que cada cosa va resultando de la anterior, para que de ella a su vez resulte la siguiente, etc., etc: primero línea, es decir, dirección, y luego, en la dirección, los dos sentidos, de atrás adelante y de adelante atrás, que es a los que el problema se refiere.
Es decir, que, por volver a la formulación más vulgar, no se aperciben de que una taza no está hecha de añicos. Parece como si la pretensión contraria implicara esto, pero está claro que una taza no está hecha de añicos: una taza está hecha de taza; de taza anterior, y la taza está hecha de una infinidad, o casi infinidad, de factores. Nada más tenéis que pensar un poco razonablemente lo que hace falta para que una taza llegue a hacerse lo que es: una taza. Tiene que haber por un lado una cantidad de materiales, si es de loza por ejemplo, de porcelanas, de arcillas, de lo que sea, que se combinen de una manera determinada; no digamos si la taza está hecha con un material más sofisticado y complejo que se consigue en la fábrica y tal. No sólo eso, sino las decisiones de ejecutivos de sucesivas escalas, que tienen que regir para que se establezca la fábrica de tazas, y las tazas se produzcan en serie de una manera determinada, y por tanto, a consecuencia de ello, la cantidad de máquinas diversas que vienen a intervenir en la fabricación.... De manera que es literalmente una casi infinidad de causas; que desde este momento ya no se pueden llamar causas, porque la noción de causa está hecha precisamente para la sucesión en línea de una causa detrás de la otra; y tal como os lo presento ahora, eso falla por todos los lados, de manera que podéis decir ‘una casi infinidad de factores’. Lo de ‘casi’, entre paréntesis, lo añado para que recordéis que estamos en la Realidad, de la cual no se puede decir directamente que sea una infinidad o infinitud, sino que sale precisamente de ahí.
De manera que, ¿cómo se iba a recostruir una taza después de romperse y después de hacerse añicos en el suelo, si no es verdad lo de la cadena de causas que se nos impone? Si fuera verdad, la taza se podría recostruir recorriendo la línea de adelante a atrás en lugar de recorrerla de atrás adelante, de manera que por la misma vía que se deshizo en añicos, los añicos se recompondrían tranquilamente en una taza, y por supuesto el movimiento de arriba abajo de la caída se podría recorrer tranquilamente de abajo a arriba. Si fuera verdad. Pero es mentira; es una condición de la Realidad que es mentirosa, ya sabéis. La mentira esencial, os la recuerdo, es que las cosas, y entre ellas uno mismo, tienen que pretender ser lo que son (la taza es una taza, esta taza es esta taza, yo soy el que soy), al mismo tiempo que no pueden serlo: nada en la Realidad es del todo lo que es, la Realidad nunca es total ni cerrada, de manera que en la aceptación de esa contradicción está la mentira esencial de la Realidad.
De manera que ése es el motivo por el cual no tiene sentido proponer que la taza se recomponga lo mismo que se descompone, y que vuelva a ser la misma, porque no procede de una línea de hechos causales bien ordenados (esto es mentira), sino que procede de una infinidad de factores, y ¿cómo se va a volver desde ahí atrás?, ¿qué base daría eso? No hay ningún sentido. Si reconocéis lo de la casi infinidad de los factores, no hay manera de que se vuelva: la taza no se rompe sencillamente en añicos, numerables, ordenados, y que puedan por tanto volver a pegarse unos con otros tranquilamente. Esto no es verdad, no se rompe en añicos: se vuelve a deshacer, como les pasa a las cosas en general de la Realidad, que costantemente están amenazadas de dejar de ser lo que son, están desliéndose en la verdad de lo que no se sabe, y al mismo tiempo están defendiéndose contra esta necesidad, y tratando de renovar maneras para seguir siendo cada una de ellas lo que es, y las cosas en general lo que son.
¿Qué ha pasado con el tiempo? Pues el engaño que lo mete ahí está claro: es evidente que los procesos que os he contado y razonado no han tenido que referirse a tiempo para nada: se han referido a tazas, a ordenación real y falsa, en línea, del Futuro primero, del Pasado después, pero del tiempo en que la taza ha caído y se ha roto, o del tiempo en que podría imposiblemente recomponerse, no se ha dicho nada. Eso les pasa a las cosas, no al tiempo. ¿Por qué diablos se mete el tiempo ahí? ¿Por qué se dice del tiempo que es reversible? Esa es la cuestión que con este pequeño esperimento os dejo planteada para que entremos ahora a responder.
Del tiempo, los físicos, como la gente corriente, suelen decir cosas como que es un flujo, ‘flow’. En alguno de ellos está que se hacia sentir sobre todo el tiempo como un ‘flow’. No me acuerdo quién de ellos criticaba las teorías físicas reinantes porque no daban razón de lo que según él es el parecer corriente de la gente, que es que el tiempo sea un flujo, una corriente, un ‘flow’. Efectivamente: hasta en el habla corriente se encuentra muchas veces así esto de hablar del tiempo como si fuera un flujo, una corriente, por ejemplo.
Bueno, pues ¿qué es lo que habría que decir frente a esta propuesta de tomar el tiempo como un flujo, un flow, una corriente? Yo creo que los que habéis estado conmigo en todos estos descubrimientos de los últimos años ya tienen algo que decir, ¿no?, de manera que por ahí empiezo a preguntaros, o consultaros. ¿Qué hay que decir desde el sentido común, que pretendemos que aquí nos guía a razón común, que está siempre contra las ideas, lo mismo si son científicas que si son vulgares? ¿Qué se os ocurre a alguno que habría que decir frente a eso?
- La alusión que hace ahí Heráclito por ejemplo de la corriente.
AGC- No, no, no, Heráclito no habla del tiempo, ¿eh? Ése es un error también. Heráclito hace notar, con sentido común, tranquilamente, la contradición: “en unos mismos ríos entramos y no entramos, estamos y no estamos”. Ahora estoy presentándoos para el ataque algunas de las maneras de hablar del tiempo, y esta, que no sólo es vulgar, sino que pasa también a los científicos: que el tiempo sea un flujo, una corriente. Venga. Sí.
- A mí lo que me sale de pronto es que al considerarlo un flujo están queriendo decir que es una continuidad, y sin embargo lo que se percibe del tiempo son más bien observaciones a trechos, trozos. Es imposible esa continuidad: son fotografías istantáneas, mediciones, nunca la continuidad. Es inobservable, ¿no?
AGC- Sí señor, eso hay que tenerlo en cuenta. Justamente este hombre encuentra una manera de hacer que las teorías recobren una capacidad para reconocer el tiempo como un ‘flow’, como un flujo, pero esto hay que recordarlo, reservarlo para dentro de unos momentos: cualquier teoría o ideación acerca de eso implica la discontinuidad. La Realidad es discontinua, es su primera condición: las cosas, siempre diferenciándose unas de otras, o defendiéndose de que se confundan, están continuamente haciéndose y deshaciéndose, pero no continuamente de verdad: costantemente; costantemente, por trozos, por trechos, a momentos. De manera que eso hay que tenerlo en cuenta. Ahora prefería que la respuesta fuera todavía más elemental: ¿qué os debe lanzar contra cualquier pretensión de que sea verdad eso de que el tiempo es un flujo?
- Yo estaba pensando que lo único es que el tiempo en realidá no existe, ¿no?, es una invención nuestra. El tiempo en realidad no existe.
AGC- Eso ya lo sacamos a la palestra el otro día, no sé si estabas. Fue lo primero: ante la entrada en la Red de uno que titulaba ‘What if?”, “¿Qué pasa si el tiempo existe, a pesar de todo?”.... Porque él ya cargaba con toda la reata de declaraciones también de científicos en el sentido negativo, en el que has dicho de que el tiempo no existe. Y recuerdan los que estaban aquí el día pasado que en lo que estuve insistiendo es en que cuando se hace esa pregunta (“¿el tiempo, existe?”, o con la negación, “¿el tiempo, no existe?”), el problema no está en la palabra ‘tiempo’, sino en la palabra ‘existe’; sino en la palabra ‘existe’, que aquí efectivamente hemos estado tratando costantemente como un tema fundamental. “Existe” quiere decir ‘es real’, ‘pertenece a la Realidad’. Así usamos aquí esos términos escolásticos (existir, real, Realidad), como correspondiendo los unos con los otros. Y entonces, desde el momento en que uno se pregunta qué es ‘existe’, pues ya la cuestión no puede tener ninguna respuesta simple. Pero bueno, eso era del otro día. Ahora estoy....Sí.
- Lo que está pasando, está pasando siempre, y eso parece que no es real, porque en la Realidad aparecen cosas que parecen diferentes, pero esto que está pasando siempre es como si fuera siempre lo mismo, lo que pasa.
AGC- Un poco confuso está eso, pero bueno, puede dar lugar a.........Ya recordáis que fuera de la Realidad hay principalmente dos no- realidades, dos no- existencias, que son contrapuestas la una con la otra. La una es la del ideal, la de ‘todo’, la del ‘siempre’, la del ‘uno’.....que no se da en la Realidad, pero que está continuamente rigiendo la Realidad. Y la otra la de lo sin fin, la de la perdición; la de la perdición. “Las cosas están pasando siempre” junta lo uno con lo otro, y la verdad es que no pueden juntarse. Pero algo más elemental en el uso de los términos: ¿qué tenéis que decir contra que se pretenda que el tiempo es un flujo?
- Es que a partir de que se define como un fluido, se le trata ya como una cosa.
AGC- Eso es más elemental. Efectivamente, gracias: lo primero es que se habla del tiempo como si fuera una cosa, es decir, una de las cosas que son parte de la Realidad. Y una vez dicho esto, ¿qué os parece de eso a su vez, de que el tiempo sea una cosa?
- Lo que no acabo de ver, y al mismo tiempo sí, es que el tiempo real casa con el espacio; hasta ahí no hay problema: es como que ese flujo trascurre por un lugar, y.......Como que el tiempo real trascurre como un flujo que va por un espacio. El verdadero requeriría un espacio tan idéntico, que dejaría de ser lugar. Porque si no ya habría Presente y Pasado, pero no dado por el......Quiero decir que Presente, Pasado y Futuro yo creo que en el propio tiempo no se pueden instalar.
AGC- Bueno, más vale que pienses otra vez, a ver si lo dices de una manera más elemental. Empieza otra vez, sí.
- ¿Desde dónde se fijan el Presente, el Pasado y el Futuro? Parece que requieran el espacio para poder hablar de lugares en el tiempo. Desde el propio tiempo no se podría establecer ni Presente ni Pasado ni Futuro. Es lo que ha dicho Arturo de la repetición de.....
AGC- No creo, pero bueno. No creo, pero intenta tú decir lo que sea.
- Yo intento decir eso: que parece que para establecer lugares, los lugares desde luego no vienen dados por el tiempo.
AGC- Los lugares, vienen dados por el tiempo.
- Y Presente, Pasado y Futuro son lugares en el tiempo; pero son lugares; espaciales, quiero decir.
AGC- ¡Ah! Sí, ya sabéis que eso también es vulgar y científico: al tiempo no sólo se le trata como una cosa, sino que se le trata lo mismo que al espacio, lo cual da lugar, en la vulgarización científica, a los viajes por el tiempo que todos habéis sufrido. Hasta tal punto el tiempo se ha convertido en un espacio. Eso es justamente una de las cosas también elementales que cuando saqué el libro ‘Contra el tiempo’ se decía, tratando de decir la verdad: “si espacio, no tiempo; si tiempo, no espacio”, para contrarrestar esta pretensión de meter el tiempo en la Realidad como un espacio. Pero quedémonos con esto más elemental: efectivamente, como Rosa ha dicho, si se le trata como un flujo, es primariamente que se le trata como una cosa. Estoy preguntando qué hay que decir frente a eso de que se le trate como a una cosa. Así de elemental es lo que nos traemos. Sí.
- Pues supongo que le pasará como a todas las cosas: que cumplirá la contradicción esa de ser la única e irrepetible y ser a la vez una de tantas; uno de tantos flujos, y como tal tiempo único e irrepetible. Como tiempo, en el sentido del flujo del tiempo, ser como tantos otros flujos, pero con la especificidad del tiempo, ser único e irrepetible, ¿no?, como pasa con las cosas.
AGC- No sé. No sé si es lo mismo que pasa con las cosas corrientes.
- Hombre, a mí me llamaba la atención, porque el tiempo, si le tratamos como a una cosa, me cuesta también encontrar la contradicción que cumplen todas las demás cosas, porque el tiempo parece más universal, no parece que haya muchos tiempos, como hay muchas tazas y muchos vasos, para que se puedan contar, y que se pueda contar.
AGC- Sí, esa pretensión parece que reina: tiempo no hay más que uno: el Tiempo real.
- Lo que tú siempre dices, Agustín, que no acabo de entender, es que las cosas son falsas, que quieren ser pero no son.
AGC- Que al mismo tiempo tienen que ser las que son, y al mismo tiempo no pueden; no pueden, se están deshaciendo costantemente, y tienen que defenderse contra ese deshacerse, contra ese dejar de ser lo que son.
- ¿O sea, que el tiempo cae en su propia superchería, o qué?
AGC- “¿En su propia superchería?” ¿Por el hecho de que se le trate como una cosa? No sé; no sé cómo estableces la relación. Puede ser; desde luego, en la superchería general, cae, ¿eh?: si es una cosa, es verdad que.......
- Lo que pasa es que no es una cosa, ¿no?
AGC- Bueno, es lo que estamos preguntando, qué es lo que pasa. Hablamos del Tiempo real, ¿eh? Estamos hablando del Tiempo real, porque suponemos que incluso los que hablan de él como un flujo, iscriben ese flujo en la Realidad. Hombre, yo creo que lo primero que se le podría ocurrir a cualquiera es que con los otros flujos fluyen cosas, agua por ejemplo; agua; fluye aceite, fluye hasta éter, incluso fluyen entes gaseosos. ¿Y qué es lo que fluiría en el flujo del tiempo?
- El tiempo mismo.
AGC- Claro, sería una situación sumamente sui géneris, sumamente estraña, ¿no? A ver.
- Si las cosas pretenden ser lo que son, decimos que costantemente están cayendo en lo sin fin. Entonces, ése costantemente que están cayendo, y ese costantemente que pretenden ser lo que son, ahí es donde incluimos el tiempo, en esa variación, en ese caer costante en cada una de esas caras que van cayendo, no sé cómo me lo imagino, ahí es donde se pega el concepto Tiempo este real que hablamos.
AGC- Tendrías que esplicarlo un poco más, a ver cómo se incluye en eso.
- En esa pretensión de las cosas de ser lo que son, en ese cambio costante que tienen las cosas, en ese cambio costante es dónde en cada momento se está produciendo un cambio; ese momento que produce el cambio para mí es el tiempo.
AGC- El momento. Sí, la verdad es que es una cosa que aquí hemos dicho como un poco así groseramente: si se habla de creación de realidades, de creación de la Realidad, desde luego la primera cosa que se crea es el tiempo precisamente como momentos, como fundamento de la falsificación general de la Realidad. Sería como la primera creación, la primera falsificación; la primera falsificación, la primera creación, porque evidentemente, como tú mismo al decirlo has hecho ver, ahí el tiempo en el sentido corriente desaparece.
- ¿Se podría decir que es un absurdo intentar definir el tiempo como flujo, y por tanto como cosa, cuando precisamente es el tiempo lo que se usa para que las cosas se costituyan como cosas, en el sentido de que una cosa es aquí lo que es, y luego es eso que es?
AGC- Tiene algún sentido; viene a ser eso: lo primero es el momento.
- Entonces, no puede ser una cosa si es lo que se usa para istituir las cosas.
AGC- Sí, sí. Fijaos que desaparece, ¿eh?, que en cuanto pensáis por ese lao, el tiempo desaparece, porque queda solamente el.....Hombre, uno de los que hemos recogido es otra vez un viejo amigo, Lynds, el neozelandés, que ha vuelto, con motivo del concurso este dichoso en el que estamos metidos, a sacar una cosa que sacó hace.....sí, en el 2002, yo creo, hace unos seis años, y que a pesar de que estaba presentada sin formulación matemática, lo cual es un pecado, sin embargo logró levantar mucho escándalo entre los físicos. Y ahora vuelve sobre ella también aquí. Él partía de lo que él pensaba que era una manera de resolver las paradojas de Zenón de Elea, la de la flecha y las otras, para venir a esta conclusión que es que en lugar del tiempo, que queda fuera, nos tenemos que quedar solamente con el cambio: lo único que hay en la Realidad es justamente el cambio, como una cosa perpetua, ¿no? Esta es la actitud que ha vuelto a renovar este viejo amigo Lynds. ¿Pero qué más? Sí.
- Habría que hablar también del tiempo y del olvido, ¿no?
AGC- Sí, habría que hablar, pero perdona, en otra ocasión; en otra ocasión, porque si no ahora nos perdemos mucho. Ahora vamos a seguir hablando por favor de esto, que es un ataque del que sois capaces contra las maneras en que científicos primariamente, y también vulgo, hablan del tiempo.
- Otra cosa que se me ocurre es que no solamente hay un tiempo, sino que cada cosa de la Realidad tiene su propio tiempo.
AGC- A ver.
- No es lo mismo el tiempo de un iceberg, por ejemplo, que el tiempo de un elefante.
AGC- ¿No?
- Creo que no.
AGC- Pero al mismo tiempo, el tiempo es el tiempo, ¿no?, en la concepción real. Tú ahora estás volviendo a meterte otra vez dentro de eso de lo que queremos salirnos: del tiempo. El tiempo, que aquí se trata como el Tiempo real.
- Sí, pero el tiempo considerao como un cambio, como los cambios costantes.
AGC- Sí, las cosas cambian cada una como pueden; no como Dios les da a entender, sino como les da a entender el otro que no es Dios, pero viene a ser lo mismo: cada una como puede, sí. Y nosotros entre ellas también. Más.
- ¿Cambio y sucesión viene a ser ahí lo mismo?
AGC- No.
- ¿Entonces por qué se carga tanto la tinta en el cambio, y no en la sucesión?
AGC- Porque se trata de desbancar al tiempo, y la sucesión no lo desbanca.
- Claro que no: lo instala. Pero el cambio tampoco.
AGC- En las ideas que a estos les salían, y en lo que dice Lynds, parece que sí: nos quedamos con el cambio como la realidad fundamental, y luego el tiempo como....
- A mí se me ocurre también que el Presente no existe, que sólo existen el Futuro y el Pasado.
AGC- Sobre eso tenemos que pasar. Quería haber sacao algo más de esto, pero bueno, ya que lo sacas, pasamos ahí. Entre los que desde los antiguos hasta nosotros han atacado esta noción del tiempo, ya recordáis (el otro día os lo hice ver aquí a propósito de uno de los ensayos), que están los presentistas, entre los que nuestro autor del otro día no sólo ponía a Parménides, sino también a San Agustín de otra manera, ¿no? De manera que era una vía de escapar del tiempo, diciendo “eso de ‘Pasado’, son memorias ahora; eso de ‘Futuro’, son proyectos ahora: lo que hay es Presente”. Esa es una manera de escapar; ya la estuvimos criticando el otro día, pero por si no quedó claro, la vuelvo a presentar para que salgáis por donde queráis. ¿Qué decís de esa vía de escapar del tiempo por reducción al Presente? Sí.
- No sé si vendrá mucho a cuento , pero es que llevo toda la semana dándole vueltas a esto de cómo los ideales de ‘siempre’ y de ‘nunca’ se conjugan con ‘ahora’.
AGC- “Se conjugan”, no sé.......
- Decimos aquí mucho que nunca podemos decir ‘ahora’ con verdad, porque en cuanto lo decimos ha dejado de serlo, con lo cual podemos decir.......
AGC- No podemos decir nunca ‘ahora’ en realidad. Lo decimos, pero en falso. Pero pretender que eso que se dice al mismo tiempo esté diciendo algo de verdad y sea real, no puede ser.
- Con lo cual podemos decir que nunca es ahora. Y por el otro lado sin embargo, también sí que parece que es posible decir que siempre es ahora, que cada vez que se habla, que cada vez que se dice algo, es ahora.
AGC- Esto segundo es lo que estaba en los versos de la Diosa a Parménides: “no fue ni será, porque ahora es todo a la una”; “es todo a la una” en ese sentido. La presentación simultánea, que varía, de ‘ahora’, que sería eso que llaman ‘el Presente’, con los entes ideales, como’todo’, ‘siempre’, ‘nunca’, es ilustrativa. Recordaros: de lo que no existe, pero que lo hay, hay dos tipos contradictorios: los ideales (que no existen nunca, que no existen en la Realidad, pero que la están rigiendo, como ‘todo’, ‘uno’, ‘siempre’), y lo sin fin, lo desconocido, que lo hay pero no existe; pero no existe de otra manera, de la manera contraria. Esto hay que notarlo aquí. De manera que a ver. ‘Ahora’ tira por un lado, sin duda......
- Parece que ‘ahora’ se traga los ideales.
AGC- Tira por el lao contrario: ‘ahora’ tira por el lao de lo sin fin, sin duda; es decir, que no pertenece a la Realidad precisamente de esa manera. Lo hemos usao mil veces aquí ya: la forma inmediata para un niño, para vosotros, para mí, para cualquiera, de hacerse cargo de la falsedad de la Realidad, es ‘ahora’, es decir, algo que cuando se dice ya no es ‘ahora’, y que por tanto nos presenta de una sola puntada, certeramente, la evidencia de lo que hay sin existir, de lo que hay fuera de la Realidad, pero por ese camino de la parte de abajo. Por el contrario, el tiempo todo, el ‘siempre’, eso es del dominio de los ideales. Justamente algunos de los que defienden la existencia de tiempo, como en la sesión anterior os lo hacía ver, para efectos de hacerlo válido en Teoría Física tienen que acabar de reconocer que al mismo tiempo es eterno, es decir, el ‘siempre’, y evidentemente tampoco ‘siempre’, ni ‘nunca’, ni ‘nada’, ni ‘todo’, pertenecen a la Realidad. La Realidad no es ni siempre, ni nunca, ni toda, ni nada; todo eso son ideales estraños a la Realidad, pero que la están rigiendo siempre, y justamente dando lugar a la falsificación costitutiva de las cosas, ¿no? De manera que ahí tenéis otra evidencia de descarrío, cómo el intento de seguirle dando existencia al tiempo parece que tiene que hacerlo eterno; y eterno quiere decir siempre, todo, lo cual evidentemente nos saca por el lado de arriba, en lugar de por el de debajo, de la Realidad. ¿Qué más?
- Yo es que quería seguir. Esto de siempre es ahora y nunca es ahora parece que se nos plantea por el lado de la lengua en marcha, por el lado de la producción, desde el momento en que se pone a funcionar la máquina. Por el lado del aparato, por el lado de la máquina, parece que sí que la lengua también deja decir que siempre no es ahora, y que nunca no es ahora.
AGC- Pues sí, claro, es lo que la lengua ha estao diciendo en este momento: una de las maneras de estrañeza de la Realidad, o de contrarealidad, es la de ‘siempre’, ‘nunca’, y por tanto la inclusión entre las cosas, en nosotros, en la Realidad, es declaradamente un engaño. ¿Qué más? Sí.
- A mí se me ocurre que es como si existiese una gravedad, ideal, o que no sabría definirla ni darle un nombre, pero como si esa gravedad impulsara al tiempo como cosa real a caer siempre en lo sin fin, es decir, imposible de detener, puesto que detenerlo sería congelar el momento y parar ese flujo, y el flujo es imparable.
AGC- Bueno. O sea, que todavía sigues creyendo que se puede hablar del flujo del tiempo y cosas así. Poca destrucción hemos hecho en este rato, hay que destruir un poco más a fondo. Se nos ha puesto yo creo bastante en tela de juicio lo dudoso que es que se pueda decir eso.
- En esta línea de centrarnos en el cambio podríamos decir que el tiempo es sólo un ente del que hablamos siempre en relación a un antes y un después, que son el antes y el después del cambio. Y si hablamos del tiempo......
AGC- Sí, sí, ésa es esactamente la......Si quieres te dejaremos una copia de la actitud de este Lynds, que justamente es eso: hay cambio, y luego lo de tratar los intervalos como Pasados y Presentes ya es cosa nuestra. Vamos a ver: una cosa más, porque hay que intentar destruir por todos los lados posibles, porque nuestras ideas están demasiado bien establecidas; sabemos siempre demasiao, y en un rato que tenemos aquí en la tertulia, pues no se puede aspirar a que todo quede limpio y barrido en un momento, ¿no?, hay que ir por varios laos. Vamos a ver esta otra propuesta: “es una ilusión; el tiempo, es una ilusión”. Ya que no ha salido, a ver qué tenéis que decir de esta.
- Que esta parece más razonable, en el sentido de que como decía antes de los trechos, y de lo que no son trechos y que la ilusión parece que es lo que los hilvana.
AGC- No, no. Estoy preguntando qué tenéis que decir contra esta otra cosa. ¿Qué tenéis que decir contra esto de ‘el tiempo, es una ilusión’?
- Que por un lado está el tiempo que se mide con el reloj, y por el otro el tiempo de cada uno, que es muy variable. El del reloj no varía, un minuto tiene sesenta segundos, pero luego el tiempo de cada uno es realmente una ilusión.
AGC- Pero ya sabes que en la Relatividad General los relojes acompañan a cada uno, al móvil, y le dan un tiempo propio que trataba de diferenciarse del otro tiempo así en general.
- Pero si no miramos los relojes realmente es una ilusión, porque para cada uno un minuto o una hora se siente de una manera diferente.
AGC- Eso no es atacar, sino defender, ¿eh? De manera que está bien que lo vuelvas a repetir, y sigo preguntando si hay algo contra la formulación “el tiempo, es una ilusión”.
- Un poco lo mismo: lo estamos tratando como una cosa, en este caso ilusión.
AGC- Bueno, por ahí la tratamos como tema de una predicación bimembre donde la segunda parte trata de borrar la primera: “ el tiempo que llaman (puedes decir), eso no es más que una ilusión”.
- Entonces no sé si puedo decir, ante la pregunta anterior de qué es el tiempo, que en la vida, pues entonces la vida, una ilusión......
AGC- Sí, pero no te pierdas. Yo estoy preguntando si se os ocurre algo que decir contra la formulación “el tiempo, es una ilusión”.
- Decir que es una ilusión es como si se dijera que no es real, o algo así.
AGC- Sí. En el dialecto corriente decir ‘es una ilusión’ puede ser equivalente a decir ‘no es real’. Y.....
- Pero para sostener que el tiempo es una ilusión habría que sostener que el cambio es una ilusión, porque si hay cambio parece casi como una referencia esencial al cambio la referencia temporal.
AGC- Bueno, no tan inmediato, no tan inmediato. Pero ¿qué es lo que no debería satisfacer a vuestros corazones cuando la cuestión se les resuelve diciéndoles ‘es que es una ilusión’?
- Es una manera de quitarse de encima el problema
AGC- ¿Y dónde está ahí la trampa?
- Es que las ilusiones son reales también.
- Lo que viene a decir es que el tiempo es tiempo, mas una ilusión. O sea, que le está dando una faceta de Realidad todavía mayor.
AGC- Lo elemental que a un niño se le debe ocurrir ante eso es preguntar “¿de quién?”; “una ilusión, ¿de quién?”.
- Que quiere decir ‘de los hombres’.
AGC- Quiere decir ‘de los hombres’, quiere decir también de cada individuo, de los hombres en general también, y........Y.......Y entonces.......
- Que son unos ilusos.
AGC- Sí, sí, se atribuye lo de la ilusión sin duda a algo como los hombres, o cada uno de los hombres, o los hombres en general; o si no, ilusión ¿de quién? No va a ser una ilusión de Dios, o......Podía decirse que una ilusión de la propia materia, que dicen los físicos, de las cosas; pero no, vamos, cuando os dicen eso desde luego están pensando en nosotros los hombres y cada uno de nosotros, y eso no puede ser. ¿Por qué?
- Cada uno tiene la suya.
AGC- Sí, que la tenga cada uno o sea general, el caso es que se refiere a los hombres.
- () de una planta no mira si es primavera para salirle la flor.
AGC- Sí, eso parecía dar razón, pero aquí estamos buscando la contrarazón. Eso no tiene sentido; entre nosotros no debe tener sentido ninguno ya, porque nosotros no somos más que cosas, y lo que es una ilusión es creer que estamos aparte, y que nosotros fabricamos las ideas y fabricamos el mundo. Esto es lo que domina, es el maldito Humanismo que estoy aquí combatiendo todos los días: la idea de que frente a las cosas estamos nosotros que las pensamos, que las soñamos, que las inventamos, que nos hacemos ideas de ellas, que nos hacemos ilusiones sobre ellas. Y esto es falso. Lo único que aquí cabe es la modestia más desnuda: nosotros no somos más que un caso de cosas, de manera que difícilmente podemos salir del asunto declarando al Tiempo una ilusión como si dijéramos ‘fuera de la Realidad’, cuando los que decimos eso somos nosotros, que estamos metidos dentro de la Realidad, con nuestras ilusiones, con nuestras teorías científicas, con nuestros sueños de todo tipo, que todo ello forma parte de la Realidad. De manera que no puede ser, salvo que se dijera que es una ilusión de las cosas, con nosotros incluidos, que no era el sentido en que la cosa se formulaba; una ilusión de las cosas queriendo decir, malamente, que las cosas, y nosotros entre ellas, obedecemos al ideal de ser el que somos, ser cada uno el que es, ser las cosas las que son, y para cumplir ese ideal desde luego es verdad que hace falta la ilusión del tiempo, porque la demostración de que yo soy el que soy, sólo se consigue cuando soy a los 35 años el mismo que a los 75, cuando soy el mismo en un viajecito a Atenas que cuando estoy aquí en Madrid. Sólo así se consigue. De manera que si a eso se le llamara ilusión, pero que sería ya un nombre muy sacado del tiesto, sí, pero eso es la necesidad de defenderse, defendernos, contra esto de que nos estamos costantemente deshaciendo en lo que no sabemos; defendernos, volviendo a pretender ser el que somos, a pesar de todo, y por tanto la prueba, a pesar del tiempo, a pesar del espacio, venciéndolos nuestro ser mantenido aquí y allá, antes y después. Eso sí, eso efectivamente les pasa a las cosas, y a nosotros sencillamente nos pasa entre las cosas como les pasa a las cosas; naturalmente a nuestra manera y con nuestras componendas, porque cada cosa habla en el idioma que le corresponde, pero no hay ninguna distinción de principio.
- Esa formulación de “el tiempo, es una ilusión”, ¿a qué viene? Porque nosotros, como cosas que somos, somos productos del Tiempo, que es uno de los parámetros fundamentales de la Realidad.
AGC- No podemos mantener al Tiempo después de todo lo dicho en esa formulación.
- Nosotros como cosas que somos, como cosas reales. Necesitamos el Tiempo para ser lo que somos. Entonces, ¿cómo va a ser una ilusión nuestra? En todo caso seremos una ilusión del tiempo, nosotros
AGC- No, no, no, no: nosotros, para ser quien somos, necesitamos entre otras cosas la ilusión, o más bien creencia, del tiempo; necesitamos creer en eso; calcularlo, vencerlo en definitiva, porque vencer el supuesto flujo mentiroso es la prueba de la permanencia; de la permanencia de las cosas y de que uno es el que es.
- ¿No es una desilusión? El tiempo para ciertas personas, en ciertos momentos, es una desilusión.
AGC- A ver, esplica; recuerda casos, di qué es lo que quieres decir.
- Una persona pensaba hacer esto, lo otro, lo de más allá, y llega un momento en su vida en que dice “no he hecho esto, aquello y lo de más allá”. Entonces, asocia lo que no ha hecho, aquellas metas, aquellas costrucciones que se había propuesto realizar, con la desilusión.
AGC- Por lo que veo la relacionas con el tiempo justamente, no con la desilusión. Tú lo que quieres decir es que en un momento de esos a uno le fastidia no haber hecho lo que él creía que tenía que hacer, o pensar que no va a poder hacer aquello que piensa que tiene que hacer. Pero todas esas cosas le vienen porque cree en el tiempo; no sólo en el de su edad y en el del trascurso de su edad, sino en el tiempo en general; y entonces eso no hay que llamarlo desilusión; eso es un dolor y un fastidio que a uno le puede venir, pero a consecuencia de su creencia, a consecuencia de su Fe en el tiempo, no en otra cosa, ¿no?, pienso. ¿Qué más?
- A mí se me ocurre una pregunta entonces: ¿la pretensión de ser cada cosa la que es, trae el tiempo?
AGC- Sí. Es una necesidad primaria por lo que he dicho: porque uno tiene que ser el mismo antes que después a pesar del cambio; una flor tiene que ser la misma antes que después; incluso un gusano tiene que ser el mismo que la mariposa; es un caso difícil, una prueba que se les pone a las cosas en casos estremos, pero de todas formas la pretensión sigue siendo así.
- Pero eso sería parar el tiempo, ¿no?, lo de ser el mismo siempre.
AGC- ¿Parar el tiempo? No, no, pretender ser el que se es a pesar del cambio; a pesar del traslado también; a pesar del traslado y a pesar del cambio.
- ¿Y se puede evitar esa pretensión?
AGC- Sí: uno puede perderse. Pero cuando se pierde uno, es uno el que se pierde. Eso es lo que aquí decimos para no hacernos ilusiones en esta tertulia política. Por supuesto, se puede luchar contra la mentira, que es costitutiva de la Realidad. Se puede luchar contra la Realidad, perderse; pero uno pertenece a la Realidad, de manera que uno no va a ganar personalmente nunca nada, porque está incluido en la Realidad. Pero poderse, se puede, porque la declaración “es imposible” es de los que quieren mantener eternamente el Estado, el Capital; esos son los que tienen que declarar, por la cuenta que les tiene, que algo como lo que aquí tratamos de hacer contra la Realidad es imposible. Pero es mentira: la Realidad nunca es todo lo que hay, y gracias a eso, eso es la libertad, la liberación: nunca es todo lo que hay, siempre hay posibilidades. La declaración de ‘es imposible’ pertenece a los que creen en ‘siempre’, en ‘el todo’, en los ideales, que desde luego son un objeto primario de Fe para el Capital o para el Estado entre otros; para el individuo también.
Bueno, voy a saltar, pero la verdad es que debían......Bueno, como continuaremos supongo estos días, ya habrá tiempo de más. Voy a sacaros otra prueba. Por lo que veo en estas entradas en la Red que hemos ido recogiendo, los hay que confunden bastante claramente la cuestión del Tiempo como flujo con la cuestión del Pasado/Futuro, y el Presente en medio; es decir, que cuando pese a las teorías, físicas por ejemplo, tratan de salvar lo que se considera la opinión mayoritaria y general en el Tiempo, que pasa como un flujo........
Entre paréntesis, esta opinión es sólo mayoritaria, general, nunca de tó quisqui ni de todo el mundo; ahí está el todo, ¿no? Incluso cuando os sacaba al principio lo de la idea del flujo, podíais haber recordado que la gente, entre nosotros, cuando se ponía a reflexionar sobre esto que nos pasa, decía “el tiempo no pasa, pasamos nosotros”. ¿No lo habéis oído? Eso era de conversación vulgar y general, ¿no?
Cuando sacan eso, cuando tratan de salvar, a pesar de los tremendos inconvenientes que hemos sacado aquí, la idea que se considera mayoritaria del tiempo como un flujo, que el tiempo pasa (no que pasamos nosotros, no: que el tiempo pasa), eso inmediatamente lo hacen idéntico con la idea de Futuro, Pasado, y Presente en medio. No parece que sea lo mismo, pero evidentemente parece que se presta bastante a la confusión, y así me la encuentro incluso en alguna de las entradas. ¿Qué tenéis que decir a eso? De lo del flujo ya hemos hablado antes, ya recordáis que a ese propósito os saqué lo del establecimiento de dirección, línea, suceso tras suceso. Pero ¿qué hay con lo de Pasado/Futuro/Presente?
- Si es un flujo que es continuo, ¿qué partes vas a establecer en él?
AGC- No, es que cuando piensan que es un flujo, creen que eso es compatible desde luego con el hecho de que sea un flujo en el que se pueden tener moléculas, sí. Bueno, de algo de esto estamos aquí en la tertulia política tratando todos los días, es decir, en cuanto a la relación de la idea de Futuro con la idea de Pasado y todo eso. ¿No?
- () un Futuro, con un Pasado, y un Presente en el medio, eso parece una dirección. Y luego está la otra, ¿no?, la del Pasado al Presente y al Futuro
AGC- Sí, la dirección está, desde luego; eso es lo que estábamos al principio analizando. Pero además.....el sentido; aparte de la dirección, el sentido, es decir, los dos sentidos contradictorios. Esto es lo que al empezar la tertulia os sacaba, recordándoos las dificultades que pueden darse con la taza cayendo y partiéndose en añicos, ¿no?: los dos sentidos, aparte de la dirección. Y en cuanto al tratamiento de esos dos sentidos, que son evidentemente de Pasado a Futuro y de Futuro a Pasado, ¿qué es lo que tenemos que decir y estamos aquí diciendo todos los días?
- Que el Futuro es muerte.
AGC- El Futuro es el fin, el Futuro es muerte, pero ¿qué decimos respecto a los dos sentidos? (Silencio) ¡Hombre, si esto para la acción política que nos traemos aquí es que es tan elemental que no puede menos de estar saliendo todos los días de una manera o de otra, el sentido de Pasado a Futuro, el sentido de Futuro a Pasado!
- Lo que estamos diciendo siempre es que lo primero que creamos es el fin.
AGC- Que el fin es lo primero. Por tanto......
- Y de ahí viene el Futuro, y de ahí vienen las causas, el Pasado, causa a causa hasta llegar a ese Futuro, a ese fin.
AGC- Sí, eso es lo que estamos combatiendo todos los días, notando que la opinión mayoritaria impuesta desde Arriba es por supuesto que se pasa de lo Pasado a lo Futuro; y luego, para completar la ideación, se dice que se pasa a través del Presente, donde eso de el ‘ahora’ de verdad queda muerto, el pobre, pero en todo caso se pasa de Pasado a Futuro. El descubrimiento aquí ha sido que en verdad es justamente al revés.
- Y las dos cosas son una ilusión también, el Futuro y el Pasado.
AGC- Bueno, bueno, eso forma parte de eso: si dices otra vez ilusión, tengo que preguntarte de quién, y.....
- De cada uno, porque nos inventamos tanto el Futuro como el Pasado.
AGC- Pero no se puede decir que nosotros, no; nosotros somos cosas. Esto se plantea para la Realidad en general; nosotros no inventamos nada, sino que padecemos imposiciones que vienen de Arriba, del ideal, donde está justamente el fin, y viene de abajo la tentación que tenemos de dejarnos perder, dejar de ser lo que somos. ¿Qué hora es?
- Menos diez.
AGC- Sí, me estaba temiendo que...... Y está bien que cortemos así, un poco a lo bruto, para que a lo mejor os queden más ganas de volver sobre esto. De manera que esta nueva cuestión de lo de la ideación de Pasado y Futuro la dejamos ya, si el Señor nos deja tanto, para dentro de siete días.