26.08.2014

Tertulia Política número 171 (1 de Abril de 2009)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid

 

  • Las formas de Fe que reinaban antaño, las mismas que se reproducen bajo este Régimen.  Ejemplo en la esplicación del mundo desde dentro.  Ejemplo en la creencia en un principio del Universo todo. 

 

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TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Quería insistir un poco lo primero en el sentido de esto que hacemos aquí, que es, como sabéis, tratar de destruir la Fe.  Una tarea inacabable, pero sin embargo.  Que se entienda bien, desearía, que sin eso no hay nada que hacer que merezca la pena: mientras la Fe no se destruya, pues seguiremos el mismo procedimiento que sigue el Poder, que siguen los representantes de la Política, de la Ciencia, de la Filosofía y todo lo demás, es decir, intentar encontrar esplicaciones mejores, o más sutiles, más amplias, de esto del mundo, de nosotros, de cada uno, según el tipo de Realidad que importe, y todo ello sostenido por una Fe en que con eso de alguna manera nos acercamos a la verdad.

Como aquí hemos descubierto claramente que la verdad es del todo incompatible con la Realidad, con las cosas tal como son, que no cabe dentro de la Realidad nada de eso a lo que con ‘verdad’ se alude, ya veis que el resultado es que cualquier cosa que se haga sin haber perdido la Fe, no va a servir más que para consolidarla con el cambio, y para que más o menos sigamos contentos con el tipo de Gobierno, el tipo de Ciencia, el tipo de Filosofía, de Sicología, de Teología, que a nuestros tiempos corresponda, y que será el de siempre, con sus cambios; con sus cambios para seguir lo mismo, ¿no?  De manera que creo que es bastante claro que sin perder Fe, manteniendo algo de Fe, en la medida en que algo de Fe se mantiene, no hay nada que hacer.  Es decir, todo lo que hagas será para lo mismo, para seguir igual, y esta tertulia era, es, una rebelión contra el Poder, y el Poder es la Realidad, el Poder impone la Realidad, la Realidad sostiene al Poder.......La Realidad, que es la Fe en la Realidad, y todo lo demás, y esta tertulia era contra eso: el intento de que a través de nosotros, entes desgraciadamente, inevitablemente, reales, y encima personales, sin embargo, gracias a que nunca estamos del todo hechos, cerrados, se puede siempre confiar en que algo se nos escape que sea voz del pueblo que viene a decir lo contrario de lo que dicen los políticos, es decir, que sea voz de lo que no existe, del pueblo-que-no-existe, y que es lo sólo que puede levantarse y decir algo contra la existencia, contra la Realidad tal como se nos vende, impone, enseña, etc., todos los días.  Nos informan, sobre todo, acerca de lo que es, aprovechando todos los adelantos de la Ciencia y de la Técnica, para decirlo de maneras cada día más convincentes, y que se ganen por tanto el asentimiento y la sumisión de las poblaciones de cualquier Estado.

Así es como son las cosas, y entonces, el reconocimiento de eso, implica que no podemos aquí emplear ninguna de las armas que el Poder emplea; que, carentes de Fe, tenemos que estar carentes de Poder.  Esta rebelión está condenada a la impotencia, y se lanza contra el Poder desde la impotencia, desde la falta de Poder; si no, sería una contradicción flagrante, que creo que ya con esto que os he dicho os he recordado de una manera lo bastante clara. Por tanto, no podemos emplear el Futuro, que es la gran arma del Poder, lo mismo que no podemos emplear ni las bombas, ni las ametralladoras, ni los Cuerpos Jurídicos, ni las Leyes, ni las Istituciones, ni ninguna de las cosas que el Poder emplea, y que todas en definitiva están basadas en la Fe, en el Futuro.  No podemos emplear el Dinero, que es puramente Futuro, puramente Tiempo.  No podemos emplear nada de lo que el Poder emplea; nada puede servir para esta rebelión.  No podemos acompañarnos por tanto (el otro día me permitía decirlo en la conmemoración de un viejo anarquista), no podemos acompañarnos más que de la gente sin Poder: son los sin poder, los pobres, los que están abajo, los sometidos, los únicos compañeros que tenemos.  Esto, desde el punto de vista de una pretensión cualquiera de éxito de la rebelión, es tremendo, pero solamente desde esa falta de Poder puede tener sentido, y por tanto, ¡qué se le va a hacer!: estamos condenados a no emplear las armas del Poder, y a acompañarnos de los más pobres, de los más abandonados, y por tanto, es de suponer, de los más descreídos, al ser los más impotentes.

Esto es lo que os quería recordar, antes de pasar a algo que ya el otro día había surgido: para depreciar la Fe (como hay que depreciarla, según lo que digo), es útil entre otras cosas hacer como si nos creyéramos lo que las historias de nuestro mundo, y en especial de nuestra raza, del tipo de cosas que somos los hombres, nos cuentan, nos vienen contando, desde el comienzo de la Historia.  Hacer como si nos lo creyéramos, para utilizarlo justamente en contra de esa creencia, de esa Fe.  Es decir, ver cómo las formas de Fe que reinaban antaño, en el antiguo Régimen, son las mismas que se reproducen y que se nos imponen actualmente bajo este Régimen contra el que más directamente luchamos.  Esto vale en el sentido de que para esas imágenes de lo pasado, de las viejas Teologías, Filosofías, Ciencias, pues nos es fácil decir “¡qué cosas les hacían creer a nuestros abuelos!”.  De manera que una vez que nos damos cuenta de qué cosas les hacían creer a nuestros abuelos, es relativamente fácil mostrar que lo que se nos hace creer a nosotros es un heredero legítimo de lo mismo, es una reproducción de los mismos tipos de Fe.  Bueno, pues eso es lo que os estaba proponiendo: que me ayudéis a utilizar esta especie de recurso a las antiguas formas de Fe que se imponían a los antepasados, haciendo como si nos creyéramos algo de la historia.  Bueno, pues es bastante fácil, y para ello os pido vuestra ayuda.

Por ejemplo, acerca del mundo, ‘Cosmos’, “Universo’, las imágenes que se imponían ya sabéis cuales son.  Podemos atacarlo por lo Astronómico: durante milenios, nosotros, con la Tierra, nuestra Tierra, era el centro.  Alrededor de nuestra Tierra giraban los planetas, giraba el sol, giraba la luna, todos en su orden debido, cada uno en sus órbitas, y más allá estába el cielo de las estrellas; el cielo de las estrellas, que era como el límite, el cerco, del mundo, del cosmos.  Pues nuestros abuelos, pero durante milenios, han vivido con eso, y ésa es la Fe que les contaban.  Incluso sabemos que ya entre los antiguos, pues, poco después de Platón, Aristarco de Samos descentró la Tierra, propuso hacerla girar alrededor del sol; no le sirvió de nada, porque las cuentas que Tolomeo y demás hacían teniendo la Tierra como centro, las cuentas, la contabilidad respecto a los movimientos de planetas y de todo lo demás, marchaban muy bien, eran perfectas, y por tanto, no había por qué andar descentrando a nadie, ¿no?  Y así siguió siglos y siglos y siglos, fue la Tierra con centro que no voy a recordar, pues ya sabéis: en la Divina Comedia, la Tierra tiene dentro su Infierno, porque para eso tiene grandes profundidades; tiene también su Purgatorio, y sólo cuando se sale fuera de la Tierra, pues tenemos arriba el Cielo; eso sí, el Cielo con sus varias esferas, tal como las contaban, pues los antiguos, los medievales, la música de las esferas cada uno de los planetas, y la última del Cielo.

De manera que es asombroso, si seguimos el cómputo de la Historia, que desde hace muy poco, casi anteayer, el proceso de descentramiento de la Tierra, es decir, de nosotros, siguiera adelante, y rápidamente: no sólo es que, como Galileo estaba empeñao en demostrar, la Tierra se mueve alrededor del Sol como cualquier otro planeta, y queda reducida a un planeta, cosa que ya es bastante descentramiento, ya es quitarnos bastante de en medio, sino que enseguida después el Sistema Solar entero va a verse como un rinconcito de una Galaxia determinada, que no es más que una de un conjunto de galaxias que andan por ahí, y etc., de manera que parece que el progreso del descentramiento no puede ser más rápido, después de tantos siglos.  Bajo este Régimen en que se nos cuenta todo esto último que os he dicho como la verdad (“esto es la verdad”, y os la cuentan no sólo en libros serios, sino en la televisión si os descuidáis, todos los días, o cualquier periódico o revista), es útil ver cómo esto sigue siendo lo mismo: no hay tal descentramiento, no nos hemos quitao de en medio, la Fe sigue siendo la misma, mejorada.  Todo esto se ve ‘desde nosotros’; no voy a decir sólo desde nuestros telescopios, cada vez más potentes, que alcanzan a ver más y más galaxias, sino desde nosotros en general.  No ha habido un verdadero desmontamiento del cielo como límite, tal como en la versión antigua; ese cielo como límite sigue tomando formas mucho más sutiles (“Universo en expansión”, “ Multiversos que son un Universo”, y todas estas cosas que estos últimos años se inventan los físicos), pero da igual; lo importante es que todo está dentro; todo está dentro, y todo se ve desde nosotros.  No se ha roto la bóveda celeste; no se la ha roto, a pesar de todos esos inventos. 

Es decir, que no ha llegado a (entreverse) lo que aquí nos atrevemos a descubrir por vislumbre de cuando en cuando: que no se trata de esplicar el Universo, esplicar el Mundo, el Cosmos, dentro de, y desde dentro de, el Universo, sino que se trata de las cosas (‘la Realidad’, dicho en lenguaje culto), y descubrir cómo las cosas, nosotros entre ellas como un tipo cualquiera de cosas, lo que hacemos es estar deshaciéndonos en lo sin fin, en lo no sabido, en lo desconocido; ‘por fuera’, si queréis seguir con la imagen de romper la bóveda del cielo: por fuera, a lo desconocido, y por dentro a lo más íntimo; a lo más íntimo, donde hasta la Física misma en sus avances descubre que la esplicación última, que es la de la Mecánica Cuántica, exige efectivamente que aquello que se pone como fundamento último carezca de realidad, o localidad, o las dos cosas juntas.  Un mero vislumbre que no sirve de nada tampoco, como no sirven de nada las galaxias, porque todo sigue lo mismo, y no se ha hecho más que mejorar la credibilidad, la convicción que las nuevas visiones traen consigo, pero de ninguna manera se ha descubierto que por fuera, hacia lo más allá y más allá, y por dentro hacia lo más acá y más acá, lo que les pasa a las cosas y a nosotros, es que nos estamos deshaciendo en lo que no se sabe, en lo sin fin.  Al mismo tiempo, ya sabéis, que las cosas  y nosotros defendiéndonos contra ese deshacerse continuo; nosotros defendiéndonos entre otras cosas precisamente con estos artilugios de la Ciencia, o de la Teología.

En suma, se sigue cayendo en la misma confusión que siglos y siglos entre nuestros antepasados regía, entre ‘infinito’ y ‘todo’, que quieren hacer casar ‘todo’ con ‘infinito’, cosa que no puede ser (‘sin fin’ quiere decir que no hay ‘todo’ que valga), y lo mismo que la vieja Teología hacía que Dios intentara representar las dos cosas, pues así nosotros con todas nuestras esplicaciones del Universo y eso.

Esta es una de las maneras, un ejemplo que os propongo (ahora me ayudaréis a seguir por ahí o por otros sitios) de cómo se puede utilizar nuestro asombro y compasión de lo que hacían creer a nuestros abuelos, para que de rebote nos demos cuenta de que nos siguen haciendo creer lo mismo bajo nuevas formas.  Es uno de los ejemplos.  Otro, está implicado en este: es naturalmente el del Principio: “habláis de ‘Mundo’, de ‘Cosmos’, de ‘Universo’: ¿cuándo, como, por qué, empezó esto, y en qué sitio?”.  Bueno, aquí es donde se introduce la creencia efectivamente, con el principio, en un Tiempo que ha comenzado.  A ver, ¿qué os recuerdo de las fantasías tremebundas que hacían creer a nuestros abuelos?   Pues por cualquier sitio que tires: ahí tenéis la versión bíblica: ‘Génesis’, ‘el Génesis’: Dios creando el mundo en un momento determinado; es el comienzo.  Ahí para el pueblo elegido el libro está dando la esplicación que le tranquilice (“y si no hay un principio, ¿por donde nos vamos a perder?  Tenemos que tener un principio del que partir”), y así en el Génesis por ejemplo, entre otras muchas fábulas, pues está esa, y además, de una manera (que no es) tan descarada en otras versiones, está utilizando la unidad de Tiempo laboral por escelencia, es decir, la Semana: el mundo se va a hacer en una semana; en una semana, con sus seis días de trabajo y el consiguiente de descanso bien merecido.  Generalmente la cosa no es tan descarada, pero desde luego que en algún caso lo sea es para nosotros muy útil: efectivamente, lo primero es lo primero, y lo primero es la Semana, el trabajo.  Eso después se quiere hacer pasar como segundo, pero evidentemente en esta versión del Génesis, pues aparece descaradamente metido en la obra de Dios. 

Empieza, y no sólo es que el pueblo elegido siguiera creyendo esto, sino que también el resto de los civilizados, siglos, milenios, siguieron creyendo lo mismo.  Había incluso una fecha para el principio, que no la recuerdo ahora, pero era como el cuatro mil.........¿Alguien la recuerda?   Era, no sé, bueno, pues como el cuatro mil cuatrocientos cincuenta y cuatro, no me acuerdo cual es, años, desde antes de nosotros, ¿no?  Aunque os parezca mentira, esto hasta el siglo diecisiete lo siguieron creyendo nuestros abuelos en su mayoría.  Alguno avispao de vez en cuando se ponía a hacer cálculos respecto a como están hechas las rocas y cosas así, y veía que aquello no podía ser, pero no se atrevía a decirlo, y casi seguramente ni a pensarlo, porque el Poder tiene esto: el Poder tiene una fuerza para que no sólo se acalle cualquier descubrimiento de la mentira reinante, sino que casi se la calle uno mismo, no se atreva a decirlo.  Pero aunque os parezca mentira, anteayer, de  manera que así es como han sido las cosas.  Desde luego rápidamente, en ese mismo siglo o poco más, empezaron a hacer cálculos geológicos y todo eso, y efectivamente, empezó a ponerse la edad del mundo mucho, mucho, más antigua, mucho más antigua, primero unos pocos millones de años, después unos cuantos cientos de millones, y hasta un poco más, ¿no?, para comienzo de la Tierra, del Sistema Solar, antes de la formación de la Galaxia tal o cual, etc.  Y esto es lo que creeis, porque os lo han enseñao, en la Escuela y en cualquier sitio, y sobre todo en los Informativos acerca de la Realidad que os sirven cada día para que os enteréis bien, para que quedéis bien enteraos de cómo es la Realidad.

Es fácil ver que seguimos en las mismas: no nos hemos librado de la fecha del Génesis por el hecho de atrasarla y atrasarla más y más con los millones de años, y hasta los años luz que haga falta contar.  Evidentemente, por ese camino no se libra uno: como en el otro caso, se alarga el punto de la creencia, se le hace más sutil, más creíble en definitiva, pero nada más.  Y ahí está sirviendo todos los días el Big Bang, que es el Génesis......¿qué más dará?: efectivamente, os quieren hacer creer en el origen del Universo, pero que Universo quiere decir ‘todo’; ‘todo’, que es compatible con lo sin fin, como en la vieja Teología.  El origen de eso, y es un poco difícil de tragarse el Big Bang, cuesta; a muchos incluso de los estudiosos les cuesta, pero la Fe generalizada, la que domina, la que nos domina a vosotros y a mí, a través de la Información, es esa.  Ahí tenéis el Gran Acelerador que el otro día citábamos, no por esto, sino precisamente a causa de su esplendorosa avería, pero ahí tenéis el Gran Acelerador, que efectivamente, como misión bastante declarada tiene reproducir el Big Bang, que evidentemente es como si en el viejo Régimen a uno le dijeran “te voy a mostrar cómo Dios hizo el mundo”.  En hebreo como lo dijera, lo mostrara, pues esto es lo mismo: demuestran, por artificio, cómo es el Big Bang, y entonces, ¿quién no se lo cree, si se lo han enseñao por medio del artilugio de un Gran Acelerador, que cuesta cantidades casi imposibles de contar de millones de dólares, por lo que se revela el interés que el Poder tiene?: se revela que el Poder no repara en gastos para cualquier cosa que sea el mantenimiento de la Fe.  En el antiguo Régimen, cuando la Cultura era la Iglesia en nuestro mundo, en gastos para esto no se reparaba; cualquier cosa que sirviera para consolidar la Fe.  Y bajo nuestro Régimen, también: no se repara.  Pueden las Economías de los Estados dedicarse a manejos y hasta parsimonias en niveles pequeños, pero cuando se trata de sostener la Fe, no hay Estado bajo este Régimen que no abra la mano sin pensarlo, y el Gran Acelerador es entre otros una muestra. 

Ya veis que el absurdo del comienzo del Universo lleva a plantearse el comienzo del Tiempo.  Esto se ha dicho, aquí lo hemos comentado: naturalmente,  no se puede decentemente hablar de comienzo del Universo, porque enseguida cualquier niño pregunta “¿pero, y antes, qué?”, y el sentido común no hay quien lo mate nunca del todo.  Y como no se puede, pues entonces hay que soltar que es el origen del Tiempo, como si esto fuera menos absurdo, y esto ha venido reinando, esto ha venido imponiéndose, y es lo que si nos descuidamos rige también en nuestras conciencias, y nos sigue haciendo creyentes más o menos de lo que el Poder necesita que se crea.

Lo que se está ocultando con esto es lo que aquí nos es dado descubrir.  A lo mejor no nos lo podemos creer, porque estamos muy hechos a la Fe reinante, pero por lo menos podemos decirlo por descuido del Aparato, por descuido del sistema, que nunca está bien hecho del todo, y que por tanto puede dejar quiebras que nos dejen decirlo: no puede haber comienzo donde no hay fin, en lo sin fin; no puede haberlo.  La fabricación de las cosas, su deshacerse, es continuo; su defensa para no deshacerse es costante, y esto se da aquí, allá, antes, después, sin nada.  Nos saltamos el invento del Tiempo real; el Tiempo real y falso, que es justamente el que al Poder le hace falta como artículo de Fe antes que ningún otro, ¿no?: el Tiempo: descubrimos la mentira del Tiempo, volvemos a sentirnos nosotros y las cosas deshaciéndonos sin fin, y el Tiempo sólo nace de esa costante necesidad de sostenerse, de mantenerse, de existir, que las cosas tienen, en contra de el continuo deshacerse en que se encuentran, y nos encontramos; sólo eso es lo que establece el Tiempo.   Con su Futuro en primer lugar, como ya hemos razonado tantas veces: es donde es fácil establecerlo, porque donde no pasa nada se pueden hacer todos los manejos posibles de ideas y de cifras, y luego de Pasado y demás.

Lo que con esto del Big Bang, del Génesis, del Comienzo, se está también ocultando, es esto: que lo primero es el Futuro; lo primero es el fin, naturalmente; si no hay fin, no hay principio.  Entonces, ¿qué os recuerdo de lo que les contaban a nuestros abuelos?   Pues muchos de vosotros lo sabéis mejor que yo: el Juicio Final, el momento en que los ángeles trompeteros, como dice un personaje de los del Belli en sus sonetos, salen a llamar a los cuerpos y almas a que salgan de debajo de la tierra, que se sometan al Juicio, vayan pasando a Juicio, y una vez que entre Satanás y Cristo se han repartido las almas, pues “quedará el mundo para plantar berzas”, dice el soneto. 

Pues eso: el Juicio Final.  El Juicio Final naturalmente, que tiene que ser al mismo tiempo para todos, porque se pretende que todos esos cuerpos resucitados que asisten al Juicio Final son todos, es decir, tienen un cómputo.  Cosa que el sentido común declara que no puede ser, que no hay quien se lo trague, pero nuestros antepasados se lo han venido tragando siglos y siglos con una Fe firme, como todo lo demás, y naturalmente no atreviéndose, cuando era la Iglesia la que mandaba, ni a susurrar una duda respecto a esto, a poner en duda el Juicio Final, y apenas si atreviéndose alguno de los creyentes a pensarlo a solas, y dejarse él mismo retorcer en la duda respecto a la Fe que le habían enseñado.

Pues eso tenía que servir también, reproducirse, para cada uno: si se cree para todos, se cree para cada uno.  Esto es una cosa que podéis observar en cualquier sitio, de manera que están las ultimidades; las ultimidades, es decir, el Juicio del Alma, que en el trance de la muerte, si aunque sea por un pelo muere en pecado mortal, ¡al Infierno!, dentro de la Tierra.  Si no, pues Arriba, al Cielo, si está limpio.  Y todavía, si la cosa no es tan clara, tiene tiempo, pero un tiempo que sin duda tiene que ser el mismo que el nuestro, el del Purgatorio, el mismo que el nuestro, un tiempo contado en días, años, siglos, como el nuestro, el Tiempo real y falso.  Gracias a lo cual naturalmente la Iglesia, ya en siglos avanzados, podía hacer sus grandes negocios con las bulas, para que los vivientes pudieran comprar la absolución de trechos más o menos largos de tiempo en el Purgatorio para las almas de sus seres queridos.  Un negocio considerable, y que regía hasta el punto de que yo de niño todavía he sido testigo de esto, y a lo mejor muchos de vosotros también.  Hasta tal punto la Fe en el final, el fin, de todo, es decir, del Universo contado como un todo, y del final de uno, de cada uno, se mantenía, pues eso, hasta.....bueno, por no decir ‘hasta ahora’, pero por lo menos hasta los años en que yo era un niño, vamos, que eso sí que es ayer, ¿no?; seguía rigiendo.

Bueno, pues una vez que recordáis todo esto que nos parece asombroso que haya estado dominando milenios a generaciones y generaciones de creyentes, pues no hace falta más que recordar que sigue igual: naturalmente, si se cree en un Big Bang hay que creer en un Big Crunch (en los testos de Física, el ‘Big Crunch’), en que el Universo, como es natural, termine.  Pero lo que se oculta es que además la cosa está del revés, que lo primero es el fin; que lo primero es el fin, y esto es una cosa que se nos ha hecho evidente yo creo para la Realidad en general, y para nosotros, cada uno de nosotros: lo primero es el Fin.  Si no hay fin, el principio que se quiera inventar no sirve de nada; la Fe necesita que se crea ante todo en el Futuro, en un fin, porque ya a partir de ahí se pueden hacer manejos con los recuerdos más o menos difusos de lo pasado, para encerrarlos también en un principio.  Eso es lo que el Poder, los negocios, necesitan; es como operan.  Se os ha contado al revés; se os cuenta costantemente al revés, y naturalmente por motivos bien claros: cualquier negociante, cualquier poderoso dirá “si no hay fin, estamos perdidos; si no tenemos un Futuro al que aspirar, hacia el que progresar, un Futuro al que llegar, estamos perdidos: todos los negocios se hunden, no hay Dinero que valga, no hay Poder”.  Todo está sostenido por la creencia en el Futuro, en un fin, y a partir de ahí, pues claro, ya es falsificarnos el miedo de perdernos por lo de antes, que es lo mismo, en lo sin fin de antes, en la falta de principio, pero todo eso va con lo otro.

Bueno, aquí lo que nos hemos atrevido a dejar que nos salga por la boca son cosas justamente en contra de esta Fe, pero lo que sigue reinando es esa misma Fe respecto a cada uno.  Lo hemos dicho muchas veces: la información acerca de la muerte futura de uno, no sólo es que sea el arranque de cualquier educación para hacerse un hombre, sino que además es costitutivo de la persona; a partir de ahí empieza la existencia; antes no hay nadie; no hay nadie, está todo mal hecho; el bebé no es todavía nada definido, no digamos antes todavía, pero en cuanto se establece un Futuro, ya puede llegarse a decir “nací el tres de Junio de 1987”.  Se puede fijar el Génesis de uno con toda tranquilidad, gracias a que primero se ha asegurado la Fe en el Futuro.  Sin fecha fija: un defecto; un defecto: con un poco de progreso, incluso con ayuda de las Ciencias, pueden llegar a fijarte con más esactitud cuál es la fecha máxima a la que puedes llegar, pero en todo caso no hace falta: la Fe en que te vas a morir, ésa basta, y a partir de ésa se costituye todo lo demás. 

Estamos aquí contra la Fe, y por eso decimos también, con aparente presunción, que estamos contra la muerte; lo que estamos haciendo aquí es contra la muerte.  No en el sentido de que se nos prometa la Gloria Eterna, o la vida perpetua, o cualquier tontería así; no en ese sentido, sino contra la muerte que es la Fe en la muerte que acabo de volver a presentaros.  La muerte es en ese sentido como el verdadero arranque de la Realidad, del Tiempo real y falso, al que está reducido todo lo demás.  Por tanto, cuando pasamos a política más rastrera, descubrimos tranquilamente que la función del Poder es la administración de muerte, la administración de ese Futuro.

Pues ciñéndonos a los trampantojos de los abuelos, lo mismo: ¿cuándo se ha creído más en el Futuro?  Es verdad que no está de moda creer en la Gloria Eterna: que creyentes por ahí sean espiritistas, católicos, o lo que quieran ser, crean en el más allá y cosas así, se nos permite, porque eso es lo de menos, son acompañantes de la verdadera Teología, que es la Ciencia dominante, pero no está de moda creer en la pervivencia post-mortem, en el más allá o vida perpétua.  Por tanto, ninguna promesa de Cielo ni amenaza de Infierno.   Todavía cuando Shakespeare hacía monologar a Hamlet, como recordáis, parece que no era directamente la muerte lo que bastaba para meterlo en la duda y la desazón, sino que se pudiera soñar, es decir, tener presente el más allá, como Infierno, o como Gloria, o lo que sea.  No está de moda, sí, pero igual es porque lo hacen mejor, es porque el Poder promete y amenaza simplemente con el Futuro.  Basta con el Futuro.  Futuro puede ser el de uno, primariamente, el de la Familia de uno, el de la Patria o Estado de uno, el del Hombre incluso, la Humanidad o la Tierra destruida por la maldad de los propios hombres, que puede amenazar con destruirse.  En todo caso, para la fecha que sea, lo que rige es eso: nuestras vidas están cambiadas, si nos dejamos, íntegramente; cambiadas por el miedo, la esperanza, el Futuro......

Para evitar que se viva, el Poder no tiene mejor recurso que el de hacerle vivir en el Futuro; eso es un procedimiento seguro, porque en el Futuro no hay dios que viva........No, ni Dios tampoco, porque () trampa, pero desde luego nadie más, y por tanto no hay método más seguro: si se consigue que íntegramente vivas pendiente de lo que va a ser de ti, de las enfermedades que te amenazan, de los chequeos que tienes que hacerte, de los créditos que tienes que pedir, del piso que tienes que comprar, de lo que va a ser de la educación de tus retoños, de las infinidades de futuros que uno tiene encima, pues la cosa está asegurada: así no hay quien viva; así no hay quien viva, y de eso es de lo que se trataba.   De manera que ya veis que efectivamente la cosa también aquí sigue igual, no hace falta insistir mucho en ello, salvo que me lo digáis ahora. 

Me voy a callar, porque ya llevo un rato poniendo ejemplos.  A muchos de vosotros puede que se os ocurran otros más, de manera que os dejo ahora que veáis las posibles defensas que los creyentes, o la parte de creyente que a cada uno de vosotros os quede, puedan presentar frente a todo esto, y también a proponer más ejemplos de lo que hacían creer a nuestros abuelos.  Siempre es útil lo que hacían creer a nuestros abuelos; siempre es útil, naturalmente, para que se haga lo contrario de lo que ordinario se hace, que es decir: “¡lo que hemos superado, y ahora ya no creemos en nada de eso!”.  Es decir, como al principio del siglo pasado las revistas hablaban de “hay que ver mi abuelita la pobre qué trajes usaba, hay que ver esas faldas, señores, hay que ver esas mangas.  Y sin embargo a principios del veinte, y tan despechugadas; de la que nos hemos librado, ¿no?”.  Como si el Poder no pudiera hacer en la vestimenta todos los cambios que hicieran falta para seguir lo mismo.  Bueno, pues venga, os dejo ya, y ir sacando lo que buenamente se os venga a las mientes o a la boca.  Sí. 

-¿Es pensable que nuestros nietos, o bisnietos, o tataranietos, piensen de nuestra Fe, o de nuestra creencia, lo que nosotros pensamos de esos abuelos a los que tu aludes, esactamente igual?  Y me refiero al Big Bang, a las cuerdas, a todo lo que ahora es la Fe que nos domina.

A-Ya cualquier físico de los años sesenta se ríe de las cosas que Einstein se creía todavía; las cosas que Einstein se creía, a pesar de que estaba inventando la teoría de la relatividad, así que por supuesto.

-¿Pero al estremo que nos sorprende a nosotros?

A-Sí, claro, ya digo estos ejemplos recientes en el avance de la Física.   Pero si aquí no hacemos nada para romper la Fe, por supuesto que se cumplirá el Futuro que el Poder quiere: todo va a seguir igual, y por ejemplo eso. Todo va a seguir igual, y por ejemplo eso.  Ninguna esperanza para nuestros nietos ni tataranietos mientras la Fe no se rompa, mientras se siga creyendo lo que le cuentan a uno, mientras no se sienta que en la Realidad, en cada uno de nosotros, en las cosas, no cabe verdad ninguna mientras sigáis recibiendo la Información, tragando la Información, como si os dijera verdades de la Realidad.  Mientras eso siga así, evidentemente nada cambia.  Se cumple el designio, el Futuro del Señor.

-Has esplicado la necesidad de buscar un origen en el Génesis.  Desde el punto de vista de la estructura del relato, no veo tan claro por qué haga falta encontrar un final, lo del Juicio Final. ¿Qué razón dramática tiene el buscar un final?

A-¿Quieres decir que el fin sea lo primero?

-Sí, o que haya un fin, salvo, como tú bien esplicas, para que todo lo ponga en marcha ese fin.  Pero, ¿por qué el Juicio Final.....?

A-Una obra como un relato, o un poema, puede escaparse de eso, no es una necesidad absoluta.  Puede escaparse para bien, y gracias a que no está el creador del todo costituído como Creador, como Dios; se le puede escapar algún cuento sin ningún fin, o un poema, pero vamos, la regla es la regla, ¿eh? La regla es la regla: una película, un relato, tiene que tener un fin, y si no, no hay película que valga.  Tiene que tener un fin, y respecto al fin es como se juzga de ordinario todo lo que antes se haga; va destinado al fin.  Desde el fin se ve, echando la vista atrás, cómo estaba de alguna manera predestinado el protagonista, y sus acciones, y todo eso; eso es tremendo.

-Otra cuestión: has dicho también que a nuestros abuelos les han hecho creer.  ¿Quiénes hacían creer, creían también, o siguen creyendo también?

A-Más que nadie, eso ya lo sabéis: no puede haber creyente más firme que un gran banquero, que un presidente de un gran Estado, como en el viejo Régimen, que un Papa......No puede haber un creyente más firme, y se entiende bien, porque la manera de ascender, en la Sociedad humana también, ha sido siempre esa: la de la Fe más firme.  Si por ejemplo en la Biblia, Moisés es el elegido de Dios, es porque es el que más cree, y es porque es el que más cree por lo que puede arrastrar consigo al pueblo.  De manera que ningún creyente más firme que el que ocupa altos cargos de Poder; tienen que creérselo.

-Los intermedios, sí, pero los que están mas arriba, que crean.......

A-El de más arriba es el que más tiene que creer.  Si no, se produciría ese milagro que yo de adolescente soñaba, de estudiar mucho en el Seminario, hacerte un cura estraordinario, esplendoroso, que te nombraran Obispo de muy jovencito, y Arzobispo, y Cardenal, y que te hicieras Papa, y que te sentaras allí y que dijeras “era mentira”.  Si no fuera necesario que para llegar ahí hace falta una Fe a prueba de bomba, se podría producir un milagro como ése, en el cual, claro, no podemos sensatamente esperar mucho, ¿no?

-Me parece que respecto a domesticación del infinito se han hecho muchos progresos, y actualmente me parece que está muchísimo más domesticao que en todas estas fantasmagorías de la creencia de un más allá, y de un cielo plagado de ángeles, y de una vida eterna y todas esas cosas.   Por ejemplo con la vida eterna: Vida Eterna se llama hoy a la Tercera Edad: la han prolongao tantísimo, que se costituye como una condena a la eternidad.  Una eternidad cuantificable, por supuesto.

A-No le des tanta importancia, porque la condena es al Futuro, y esa es una de las muestras.

-Pero se vive como una creencia () inmediata.  Una segunda cuestión es que parece que incluso esa división primera laboral de la Semana, que parece tan laboral y tan jurídica en el fondo, también está sostenida primero por una creencia dijéramos ‘natural’ de la separación de los días y las noches, que parece que es el primer cómputo, un poco disimulado, pero que se plantea en el Génesis como la separación de la noche y el día, ¿no?, porque si no hubiera eso, tampoco habría una separación de siete días.

A-Sí, y incluso la pretensión es que la semana misma, considerada como cuarto de un mes lunar, esté sostenida por la ronda de la luna, pa colmo, y que el año esté sostenido por lo que antaño eran los ‘trópoi’, las vueltas del Sol arriba y abajo alrededor de la Tierra.  Y luego empiezan a fallar los cómputos, y incluso respecto al día, la división entre noche y día, como es irregular, pues presenta grandes problemas de tiempo, de cuándo empieza la noche, cuándo empieza el día: “¿esta noche, a esta hora, es ya del día anterior, o del día siguiente?” Ah, ¿quién fija la medianoche?  Hasta ahí.  No digamos ya con el mes, la semana, el conflicto de meses lunares con años solares, que sin embargo no impidieron que ese calendario siguiera rigiendo desde los babilonios y los aztecas hasta nosotros.

-Y también hay, ya para terminar esto, un perfeccionamiento de la Fe, porque antiguamente aquella Fe parece que no se contraponía de lleno con una Ciencia, sino sencillamente era la Fe dominante, y la Ciencia, pues era otra cosa.

A-Bueno, vamos a no entretenernos mucho.

-Ahora mismo, lo que pasa es que los científicos lo que parece es que luchan contra esas otras cosas que eran las religiones, el oscurantismo, y la Ciencia se manifesta como la Fe dominante, no toma conciencia de Fe dominante.

A-Vamos a no distraernos mucho.  Efectivamente, no está ya muy de moda eso; efectivamente, hace un siglo o cosa así, pues los científicos eran los destructores de las tinieblas de la vieja Religión.  Ya no está muy de moda; hoy no se molestan, y además no sólo no se molestan, sino que no hay inconveniente en que hasta un físico metido en su estudio, al mismo tiempo sea capaz de ser, no digo ya católico, sino por lo menos pues estudioso de los principios de los lamas tibetanos, o adherente a cualquier otra forma de Religión.  No se molestan.

-Pero un científico no se considera un creyente, ni que tiene Fe.  Un científico hoy día es la Ciencia.

A-Ya no se molestan mucho.  Efectivamente, el origen es así.  Como el sentido común no hay quien lo mate, descubre contradicciones tal como aquí tratamos de hacerlo, e inmediatamente viene la fase de recostrución: aquellos descubrimientos hay que amansarlos y cogerlos para costituír una Filosofía; o una Ciencia, da igual.  Y naturalmente, cuando nuevas irrupciones de sentido común descubren en esa Filosofía o creencia fallos, pues viene una Ciencia más perfecta, y en ese sentido, sí, la Ciencia es como un perfeccionamiento de la Teología medieval, aunque convivían ya.   Bueno, vamos a no.....Sí.

-En este sentido que dices, ¿no es más ridículo, y más víctima de la Fe, el científico que desde su Fe se sonríe ante la Fe de nuestros abuelos, que la propia Fe de nuestros abuelos?

A-Se sonreían.  Ya digo que no está muy de moda eso de que los físicos se sonrían.

-Quiero decir que desprecia, descalifica, la Fe de nuestros abuelos.  Parece que es más víctima que.....

A-Estaba más de moda hace un siglo, ahora no se molestan, eso no rige.  Cualquier científico lo verás participar incluso como diputado, o empleado en cualquier Estado, y sosteniendo el derecho a la diversidad de creencias en su Estado, el respeto de las Religiones, porque a eso hemos llegado, ¿eh?  A eso hemos llegado: los ilustrados, los no creyentes, los que no tienen más Fe que la Ciencia, sin embargo naturalmente, pues se dedican a establecer la libertad de creencias, la libertad de religiones.  Un verdadero descreyente de otra época, naturalmente estaría mandando a la vez al carajo a cualesquiera religiones.  Eso ya demuestra sin más que no hay tal cosa.  Tal vez sí lo hubo, tradicionalmente lo hubo: efectivamente, la Ciencia era la luz que destruía las tinieblas.

-Pero parece que no solamente parece que no nos hayamos sacudido las creencias de nuestros abuelos, sino que parece que son muchísimo peores las de ahora, si es que puede hablarse de mejor o peor en este sentido.  Quiero decir que la noción de un Tiempo eterno una vez que te mueras, si se le quitan los resabios de los premios y los castigos, etc., y del juicio, parece que anula también el tiempo en el que estamos, parece que no hay tanto lugar a afanes, a ambiciones, o a preocupaciones que son más del tiempo de ahora en el que sí hay un Futuro en el que ahora se nos dice que nos vamos a morir, y que ya no hay más, y que ahí se acaba todo, ahí parece que sí hay más lugar a que la condena a ese Futuro sea una condena muchísimo más radical, muchísimo más sangrante.  Un Tiempo eterno, parece como que de alguna manera cancela también, anula, el tiempo en el que estamos ahora también.  Parecería que lo de nuestros abuelos, si quitamos esos resabios de premios y castigos, es algo que incluso tiene su gracia, ¿no?

A-Más llevadero. Bueno, hay una diferencia cuantitativa: se puede decir, si efectivamente utilizamos módulos de cómputo, que cuanto más el Futuro se nos ha acercado y echado encima, más tremendamente impide el vivir en este mundo.  Puede decirse, cuantitativamente, pero desde luego, los registros que tenemos de nuestros antepasados o abuelos, no nos dicen que la presencia del Futuro, de la Eternidad (con Cielo e Infierno, pero la Eternidad post mortem), sirviera para liberarlos de las preocupaciones y afanes por los negocios y los quehaceres inmediatos.  La Iglesia, que era entonces en el viejo Régimen la que regía, se cuidaba de que lo uno fuera compatible con lo otro, de cómo efectivamente los negocios y la manera de llevarlos en esta vida eran como escalones para llegar a alcanzar la otra, y ......Sí, efectivamente, especialmente si hay Gloria hay Infierno, pero vamos, en todo caso, la presencia del Futuro a largo plazo no parece que impidiera mucho los afanes y los negocios.

-Un caso que es muy llamativo es que un pariente mío, un antepasado, que creía mucho en esto de la vida eterna, es el hombre que más se presentó a oposiciones de notaría, y finalmente aprobó la notaría, que es tomar acta inmediatamente de lo que sucede, aquí, ahora, de las propiedades y de todo, y era siempre el de la vida eterna.

A-Sí, sí, hay casos: grandes creyentes que son al mismo tiempo negociantes fantásticos, o gobernantes tremebundos, sí.

-A mí a veces me cuesta creer eso de que los que están Arriba son los que más Fe tienen.  En muchos casos a mí me cuesta creerlo, pero en otros casos sí, cuando parece que se vende una Fe que no es la que ellos practican tampoco, ¿no?

A-Ah, eso sí.

-Y basta para sospechar eso el hecho de la ocultación de información que hay......

A-Sí, eso sí es así.

-O de cierta corrupción muy estendida, como la de los paraísos fiscales, o que se nos haga creer en la justicia social, cuando realmente ciertas personas que hacen discursos sobre la justicia social, pues practican en sus vidas privadas algo que cuesta mucho argumentar.

A-Desde luego, tu dificultad para admitir eso de que los que más creen son los que más arriba están, se comprende. Incluso ha habido equivocaciones: tenéis el ejemplo de Maquiavelo, donde suponía un príncipe verdaderamente, como suele decirse, “cínico”, de manera que llegan a eso, y es una equivocación.  No puede ser: una lógica implacable te dice que para subir hace falta más y más Fe, y que lo uno depende de lo otro, puesto que el Poder mismo depende de la Fe.  Pero lo que has dicho del cambio es cierto: caben arreglos de ese tipo, es decir, el gobernante por ejemplo puede fabricar y distribuir formas de Fe apropiadas para los clientes, para los súbditos, para la plebe, que no son la suya, pero con tal de que él siga manteniendo la suya; eso cabe.  Y de esos arreglos, el Régimen de los abuelos nos da ejemplos sobrados, cómo efectivamente en los tiempos de la Iglesia, pues había grados en el Catecismo: cómo comunicar la Fe a los creyentes más bajos, cómo en cambio tener una Fe incluso imbuida de Filosofía para los que estaban más arriba, pero que la plebe no lo iba a poder entender si se les decía así, y había decírselo al estilo del Catecismo Astete, o más vulgarizado......Nos dan ejemplos de eso mismo, pero la presencia de su propia Fe, para el que manda, para el que rige el Dinero, eso es innegable, no se puede refutar, ¿no?

-Una cosita nada más: yo creo mucho respecto a la Fe en el Futuro, que creo que sí que está llena la gente poderosa de esa Fe.....

A-Es la primera.

-Es la primera, pero a mí me cuesta creer que haya gente de arriba que tiene Fe por ejemplo en la Democracia, que yo creo que sí que implica cualquier planteamiento de la Democracia que haya Información, que la gente que toma esas decisiones democráticas esté bien informada, y si desde Arriba se está ocultando sistemáticamente información, pues a mí me cuesta creer que sea gente que tiene Fe en la Democracia.

A-Sí, pueden tener Fe en la Democracia.  Lo que pasa es que naturalmente tienen una Fe en la Democracia que no les impide usar para las declaraciones y los Medios una Democracia “vulgarizada”, digamos, pero ellos por encima siguen manteniendo su Fe en la Democracia.  Si no........Bueno, la verdad es que esto es entrar en la sicología de los dirigentes, y no es lo que yo quería, pero bueno.  Podemos intentar imaginar cómo, para soltar las chorradas inmensas que sueltan todos los días, repitiendo bajo diferentes fórmulas esos principios democráticos y referentes a la Información, podrían arreglarse si no estuvieran movidos por una cierta Fe.  Es que para ser tan elocuentes en el peor sentido, para ser capaces de repetir esas historias una y otra vez, uno no puede menos de pensar que de alguna manera tienen que creérselo.   Si estuvieran muy corroídos por la duda, ¿cómo iban a tener el valor de soltar, ni en el Congreso ni en los micrófonos de los Medios, ésas cosas que sueltan?  Puede decirse que basta con ser muy bruto: sí, desde luego bastante imbécil hay que ser, pero eso es lo mismo que la Fe, eso va creciendo, no se puede distinguir.  Una cierta imbecilidad es algo que se va ganando según se asciende en el Poder, o más bien se va ascendiendo en el Poder según se va ganando, como queráis decirlo, ¿no?

-A mí me ocurre los miércoles que me empieza un ataque de falta de Fe.  Pero al mismo tiempo, según ese ataque va creándose, pues oigo lo que decimos aquí del Poder que tiene esa Fe, y lo veo en la información, en los Telediarios, en las televisiones, tal, de cantidad de (ejércitos), y entre ellos yo mismo, que vamos sosteniendo esa Fe. Y bien, pero llega este momento aquí, y es que lo veo, pero ¿qué es lo que hago yo con esto que siento aquí en este momento?

A-Eso es lo que empecé diciéndoos hoy: que no hay remedio, que no podemos estar más que con los impotentes y con los pobres.  No tenemos ningún Poder.  Si podemos pretender que esto que se hace aquí puede tener algún futuro, algún éxito, entonces tendríamos que usar las armas del Poder, y entonces no estaríamos haciendo nada más que lo mismo.  Qué se le va a hacer: no podemos.  Yo comprendo que te sientas, como yo, aplastao por la enorme cantidad de Fe que por todas partes rige, pero es que es así: no podemos contar con ningún Poder por nuestra parte.  Sí.

-Siempre dije que lo que no se sabe está más lejos de la Realidad, ¿no?

A-¿’Más lejos’, que qué?

-Lo que no se sabe es lo que intentamos aquí siempre, desmontar la Realidad.  Entonces, lo que no se sabe está más lejos de la Realidad.

A-¿’Más’, que qué?

-Bueno, más que la Realidad misma.

A-¡Hombre!

-Más allá.  Pero por ejemplo nuestros antepasados, siguiendo con el razonamiento tuyo, creo que nuestros antepasados se rigen por un Poder que está más cerca de lo que no se sabe.  El Poder de nuestros antepasados se regía por lo que no se sabe.

A-¿Ah, sí?

-Bueno, salvo el Juicio final, pero la mayoría de ellos......

A-Se lo sabían todo. ¿No te hicieron aprender en la catequesis el Catecismo del Padre Astete?  Se sabe todo; se sabe todo, de manera que nada.  No sé muy bien lo que quieres decir, pero me temo....

-Lo que quería decir con su razonamiento es que a mí me parece que nosotros estamos mucho más metidos en la Realidad y en el Poder que nuestros antepasados, simplemente.

A-Digamos ‘igual’, ‘de otra manera’, para que no creamos en el progreso, ni siquiera de la perversidad: ‘igual’, ‘de otra manera’.  Desde luego, no puedes creer en un manejo de lo que no se sabe: lo que no se sabe, es que no se sabe, y por tanto no hay dios que lo maneje, si no es convirtiéndolo en algo que se sabe.  Da lo mismo que sea a lo mejor una mística, otro descubrimiento.....: mientras no se le convierta en lo que se sabe (Doctrina, Idea), no hay quien lo maneje.  Hay que convertirlo en eso para manejarlo.

-Yo te quería preguntar, que cuando habláis del Poder en general, cómo se concilia eso con afirmar la falsedad de la Realidad, en la medida en que el Poder, o las Istituciones, o el Matrimonio, o la Prostitución, son reales, y en la medida en que continuamente se afirma que son falsas, qué significa eso, o es que son cosas que tienen un estatuto especial, las cosas que se deben combatir, o que consideras que son más negativas.  En la medida en que son falsas, ¿no crees que eso paraliza el ánimo de la gente para combatir nada de eso?  Incluso la mentira, ¿qué tiene de falsa la mentira, que está por todas partes?  Si fuera falsa, si está todo falsificao, ¿no debilita eso mucho el argumento?

A-Claro, metiendo otra vez el todo en lo que no admite ‘todo’.  Si nosotros tuviéramos que inventarnos una Doctrina o Filosofía que fuera la de la declaración de la falsedad de las cosas en general, estaríamos en el mismo sitio que cualquier Teología, Filosofía o Ciencia.  Aquí es que no hace falta: que para ver que uno se está continuamente deshaciendo, y que se está costantemente defendiendo, no hace falta.  No hace falta inventar nada, sino simplemente librarse de las ideas recibidas sobre la cuestión. De manera que el descubrimiento de la mentira, no es el descubrimiento de una Doctrina de la mentira: es simplemente dejarse llevar por la evidencia sensitiva, razonante, el sentido común de que las cosas no están nunca del todo bien hechas, que uno no está nunca del todo bien hecho, que se está deshaciendo, y que al mismo tiempo, con la Fe por ejemplo, se está defendiendo de ese deshacerse.  Si esto hubiera que inventarlo, pues no merecería la pena estar aquí; esto es una cosa que, o se siente por sentido común, por sentidos, o no se siente.

-Y dentro de la Fe, ¿cómo interviene la cuestión del Futuro?  Por ejemplo, ¿quién tiene más Fe, uno que tiene todo por delante, o uno que ya lo tiene todo hecho?  ¿Quién tiene más Fe, un monaguillo, o el Papa?  Porque uno es ya muy mayor y lo tiene todo hecho, y un monaguillo está siempre......quiere ser cura, quiere ser nosequé. Supongamos que no es un monaguillo cualquiera, sino un monaguillo con vocación. 

A-Bueno, no vamos a distraernos, ¿eh?  Desde luego, la ley que rige naturalmente es que cuanto más viejo más pellejo, pero eso es una ley, que se rompe como todas las demás leyes, de manera que con lo que no tienes que confundir eso, es con lo que ha salido antes de que los que están más arriba son los que tienen que tener más Fe.  No porque sean más viejos, sino porque están más arriba.

-¿No has dicho que lo del Futuro tiene que ver?

A-El Futuro es la primera Fe, el primer objeto de Fe.

-Es que la ley es muy importante, porque por ejemplo cuando el compañero ha dicho lo de que le da un ataque de Fe semanal, contrasemanal.......Perdón, lo que quería decir: yo digo que también resulta que la contrafé es semanal.

A-¿Que le da un ataque de ‘contrafé’, has dicho?

-Yo digo que también es semanal, la contrafé.

A-¿Qué cojones tiene que ver esto?  No traigas distracciones, por favor.

-Que la contrafé también es semanal.  Hay una ley, parece ser.

A-Perdona, Isabel: una de las maneras de contribuir a mantener la Fe, es distraerse en vano, ¿eh?, sacar cuentecitos.  Ésa es una de las maneras.  ¿Qué más quedaba por ahí?.

-Que se sigue creyendo toda la semana, y se viene aquí a decir que se pierde la Fe, y es el ataque...

A-Es lo que decía él.  ¿Qué cojones tiene que ver con la semana?  Bueno, por favor, Isabel, ¿eh?, cuentecillos no.

-No son ‘cuentecillos’.

-Que las verdades que se hacen creer, eso está siempre acompañado del palo, parece que eso tenemos que tenerlo en cuenta.

A-Bueno, más que palos directos, de ordinario...

-Parece que es como reducir a lo que ya se sabe, reducir eso del castigo, porque es que si no....

A-Son sobre todo la amenaza de castigo y la esperanza del premio.  Esto está en la Escuela y en todos los sitios, y efectivamente es revelador de que están tan juntos la Fe con el Poder y el sostenimiento del Poder, que no puede entenderse lo uno sin lo otro.  Lo que le importa al Poder es que se siga creyendo.  No sólo en la Escuela, sino que seguramente se encuentra por todas partes, es decir, si te encuentras metido por ejemplo en un mundo de Cultura, Literatura, Música, tal, “no vas con los tiempos”, eso es una amenaza tremebunda, porque quiere decir que has quedado privado de todo éxito.  En cambio, si te engarzas en los tiempos, tienes el premio, vas a tener el éxito y todo eso.  Sí, es tremendo: el modelo de la Escuela, aunque hace mucho que la férula del maestro haya pasado de moda, sigue siendo igual: es la amenaza de castigo y la esperanza de premio lo que está rigiendo como un palo; es la presencia misma del Poder en el acto de la Fe y en la enseñanza de la Fe.

-Lo que decías de que nuestra arma para lanzarnos contra el Poder era la impotencia....

A-‘Nuestra arma’, no: no tenemos armas.

-Bueno, que no tenemos armas, pero que nos lanzamos contra el Poder desde la impotencia.

A-No: que los acompañantes son los pobres, los impotentes.

-Bueno, había entendido mal entonces, había entendido que nos lanzábamos contra el Poder desde la impotencia. Entonces eso como que desgasta muchísimo; te va desgastando, te va desgastando, y al final lo que te sientes es completamente aplastao, y llegando un poco a paralizarte.

A-Te cansas, es lo corriente.  No, no, ‘a paralizarte’, no: acabas creyendo; te cansas, acabas creyendo.

-Además, la situación en que te coloca eso, es que es un aburrimiento la situación en que te coloca el Poder, o tu impotencia; todo eso es encontrarte siempre en la misma situación, bastante aburrida, ¿no?

A-¿Cómo ‘en la misma situación’?

-Pues porque se repite; o sea, con diferentes caras, pero la situación es la misma: situación de Poder, y tú allí con impotencia.

A-Vamos, si lo que quieres decir es que la Fe y la Propaganda del () del Poder es un aburrimiento perpetuo, de eso no cabe la menor duda.  Pero ten en cuenta que el aburrimiento es el Tiempo mismo, es el Tiempo vacío.  Yo desde luego, que, a pesar de lo viejo, se ve que me ha quedado algo no de bien hecho, en cuanto estoy en una conversación y empiezan a hablar de Futuro, inmediatamente me aburre tanto que no puedo estar; cualquier cosa de las que se vaya a hacer.  Ahora, mientras están contando algún recuerdo o cosas de esas, o discutiendo una teoría......Pero se ponen a hablar de lo que hay que hablar, que es justamente el chequeo médico, el crédito bancario, el presupuesto tal, y entonces inmediatamente, como no puedo aguantar el aburrimiento, pues me caigo.  Eso es el aburrimiento, pero el aburrimiento es el Tiempo vacío, y eso es lo que el Estado, y el Capital, y el Poder, cultivan, sostienen: Tiempo vacío.  Cuando a los chicos se les cambia la vida posible por Futuro, por la existencia, los están condenando a eso.  Y además, tanto es así, que les harán creer que cuanto más se aburran estudiando para el Examen, o después para la Oposición, más están haciendo, digamos en cierto sentido, ‘méritos’, para ganar el Premio.  El aburrimiento es, en nuestro Régimen, un mérito para llegar al éxito y ganar el Premio; supongo que muchos lo habéis sentido.   No sólo ya con el Examen y la Oposición: hay muchos que tragándose los rollos de cualquier periódico o televisión, tienen Fe en que aquello es un mérito, que aburrirse de aquella manera, aburrirse sin reconocerlo, es un mérito, y que a lo mejor con eso van a ponerse más al día, van a estar más informados acerca de la verdad.  Por todas partes.

-Corrígeme si me equivoco, por favor.  Es una impresión, ¿eh?: yo tengo la impresión de que en la época que nos ha tocado vivir, de alguna manera la Ciencia, a través de los científicos, han forzado al Poder Espiritual a mantenerse dentro de un campo, que es la Teología, y han dicho “tu herramienta de trabajo es la Fe, pero nosotros estamos en otro campo distinto, que es la Materia, y nuestra herramienta de trabajo es la lógica, y la razón, y la investigación”.

A-Antes ya discutimos eso: no está de moda.  Eso puede que lo puedas imaginar para hace un siglo; no está de moda, no es así: la espiritualidad y eso no tiene ningún límite preciso con la Ciencia, y los científicos pueden al mismo tiempo respetar las otras creencias, incluso están....

-Sí, pero no es su campo de análisis, y un científico está en su mundo, que es la materia.

A-No, no hay campos delimitados, se conllevan muy bien.  Eso vale para esta imagen que sacábamos del momento en que la Ciencia surgía desvelando las tinieblas, abriendo las tinieblas, y hace mucho que ni siquiera se molestan en pretender eso.  Posiblemente saben, se sabe, que la Teología primera es la científica, que ninguna puede competir con ella, y por tanto las demás, pues, como monaguillos para el engaño, no sólo se pueden permitir, sino que convienen, y se las respeta.  Todo está para practicar el engaño, todo es para imponer la mentira.  La Ciencia es la primera, no hay nada comparable, pero ya digo: como monaguillos o sacristanes que contribuyan a engañar al personal, o a distraerlo con cuentos, pues las otras cosas están bien, se permiten, y tan espiritual y material es lo uno como lo otro.

-Pero de alguna manera revolucionan el concepto del Universo, en la medida en que dicen que la Tierra gira alrededor del Sol, y no viceversa.

A-Lo revoluciona como todas las revoluciones: como he mostrado, lo revoluciona para seguir igual.  El descentramiento que ello traía consigo, que naturalmente, en la fase siguiente, anulado.  Sí.

-Yo pienso que siguiendo con el juego este de la Historia, que esta especie de renuncia un poco de los científicos a una especie de ateismo militante, viene cuando a principio del siglo pasado se descubren contradicciones en la Lógica y en la Ciencia muy sostenidas por la cuestión de la onda () y demás, que hacía muy difícil mantener una especie de rigor y de seguridad que le daba esa forma de lógica.  Entonces, cuando se dieron cuenta de que ahí no podían entrar firmes, se relajaron, dijeron “bueno, ahí ya entramos en zona más o menos de creencias”, y muchos físicos pasaron a ser, no ya digo católicos, sino budistas, y se dedicaron a eso, y yo pienso que la cosa va más bien por ahí.  Sentimientos que de alguna manera ponían en cuestión una especie de Fe en la razón de la propia Ciencia, ¿no?

A-Sí, puede que ese trance fuera importante en ese sentido.

-Pero una cosa que......

A-Bueno, pero por favor, no distrayendo, ¿eh?

-¡Ay, por favor, calla!  Es que hoy por ejemplo la Ciencia nunca reconoce que es un caso de lenguaje, que es lo primero que tiene que reconocer, lo mismo que la Sociología, o incluso las Matemáticas.

A-La poesía, sobre todo.

-Pero por ejemplo la Ciencia es un caso de lenguaje.  En cambio, como no lo reconoce, ahí está ya cayendo quieras que no en una falsedad de entrada.  Sin embargo, cuando los acercamientos del conocimiento de Dios a través de los místicos y toda esta cosa, por lo menos el sujeto al que le pasaba el arrobo, siempre no consideraba que era él el que él estaba eso, sino que él era un sujeto paciente, le estaba transitando algo que no era ni siquiera él.  Había más honradez en el acercamiento del conocimiento de lo no conocible que la Ciencia hoy día, pero muchísimo más.  Tienes a Eckhart, o la nube del no saber; todo eso que ahí se ha palpao ese no conocimiento, ese desconocimiento, y hoy día no hay ningún científico que reconozca esto que es tan simple.

A-Hablas con tanto fervor, que parece como si hubieras pasado por ese trance tú misma, cosa que no me creo.  Efectivamente, en las cosas que nos llegan, de rechazo, de las esperiencias místicas y todo eso...........que naturalmente están deformadas, porque nos llegan convertidas en lenguaje, en idioma, ¿cómo si no nos van a llegar?  Por ejemplo, de los centros (Gourdief), dentro de los cuales estuvo algún amigo, nos mandan recados, libros, donde ellos naturalmente lo que dicen es negar que se trate de un lenguaje ni nada, pero nos lo hacen llegar como un idioma, como un libro, como todo lo demás.  Mirando hacia atrás, en efecto, cualquier esperiencia mística puede haber tenido una raíz de descubrimiento.  O sea, lo que antes estábamos diciendo que hace falta para que esto no sea una Doctrina: sentirlo.  No hay por qué andar buscando seguramente ni Centros tibetanos ni nada, pero eso es una raíz: a partir de sentir el absurdo, la contradicción de las cosas y de uno mismo. Lo que pasa es que ya digo: esas esperiencias (que después de todo son del mismo orden que las que puede tener cualquiera dejándose sentir), ésas nos llegan generalmente ilustradas; ilustradas, convertidas en.......Que la Ciencia no se reconozca un caso de lenguaje, pues no es del todo verdad, porque a veces se discute mucho, entre los físicos mismos, respecto a cuestiones de lenguaje; no es verdad.  No sería una mentira, sino una omisión.  A la poesía le pasa lo mismo, y casi más rigurosamente: no hay poeta que empiece por reconocer que lo que está haciendo, lo que le está pasando, es un caso de lenguaje.  Es todavía más difícil; te entretendrán con cualquier otros cuentos o otras historias, pero no ésa.  Me temo que el ataque de Fe de hoy se nos está acabando, este ataque de falta de Fe, de pérdida de Fe.  Buscad más ejemplos que nos acompañen en esto de asombrarnos de lo que les contaban a nuestros abuelos para aplicárnoslo a nosotros, ¿no?  Sí.

-Yo pienso que cualquier error que aceptaran nuestros abuelos ha sido sucesivamente mantenido, incluso no ya dentro de otras Religiones: también dentro de la Ciencia.  Lo único que ocurre es que se ha llegado a entender todo eso como distintas etapas de civilización, que todavía persisten, que se pueden aliar, y que todo puede funcionar muy bien, y que incluso que el error del éxito de nuestra especie, que es mucho más afortunada que el lince ibérico, pues puede ser superado, cuando ya seamos muchos, pues