26.08.2014

Tertulia Política número 172 (8 de Abril de 2009)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

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Comparativa entre las creencias de nuestros antepasados y las nuestras: (Creencia en la comunicación de los más Altos con los Dioses; concentración de la culpa en un chivo expiatorio; creencia en la otra vida, en el más allá y en la inmortalidad).


Las creencias actuales son las mismas mentiras en las que creían nuestros antepasados pero con otras capas.


Convivimos con la muerte: Nos arreglamos con un atavío de creencias (subterfugios, cuentos, creencias, fábulas, hasta chistes) que de alguna manera nos permiten coexistir, convivir tranquilamente con la muerte, incluso cuando descubrimos, como aquí descubrimos, que es la raíz misma, la creación de todo el resto de las ideas y las mentiras.


Los Medios suministran cada día una serie de cuentos donde el más allá y la inmortalidad se incluyen, como sin darse cuenta, muchas veces con apoyo de la propia Ciencia, que de ninguna manera se puede decir que derecha se lance a romper con esas creencias, por el contrario, muchas veces lo cultiva.


Nos arreglamos así para convivir con la muerte, pero no hay porqué. No hay más razón que esta necesidad de sostener nuestra Realidad que tenemos.
La muerte (de uno) es intolerable:


Si la muerte fuera de verdad, sería absolutamente intolerable, es por tanto inconcebible.


Vía que se propone respecto a la muerte en esta tertulia política:


Desnudar a la muerte de sus atavíos, desnudarla de los entretenimientos, las creencias, todas las cosas que reinan y que se nos imponen, desnudarla es la vía política (si la muerte fuera de verdad, sería absolutamente intolerable) y que entonces nos hace ver que no es verdad ni la muerte ni la Realidad que está fundada en ella. Es siempre la imposición de ideales lo que hace mentirosa a la Realidad


Negarse a que el ‘miedo’ se nos convierta en un ‘saber’.


El miedo no sólo se mantiene sino que se nos convierte en un saber, en una idea, gracias a la necesidad de sostenerse la Realidad y sostenerse la Realidad de cada uno de nosotros.


Y si tenéis la ingenuidad de preguntaros por lo que queda cuando eso se descubre, pues lo que queda será lo que sea y no hay Dios que lo sepa, pero eso que queda no tiene miedo.

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Estábamos intentando ver lo que daba de sí esta táctica de sacar a la luz las grandes mentiras con que engañaban a nuestros abuelos, a nuestros antepasados, y que nos asombran, nos chocan, vistas desde aquí, pero que podía servir para descubrir cómo actualmente son las mismas mentiras con otras capas, y por tanto resucitar un poco el asombro de nuestras propias credulidades, de nuestra propia Fe, en la situación actual. Ése era el truco y lo estuvimos usando casi toda la sesión anterior.

Os dejé preguntando si a alguno de vosotros se le había ocurrido, aparte de las que se usaron como ejemplo, algún otro de esas asombrosas mentiras que se tragaban nuestros antepasados y que nos asombran. No sé si a alguno le habrá venido una ocurrencia por ahí. ¿No? ¿Tan agotao quedó aquéllo? A ver.

    - No sé, es que esto me viene de leídas, pero es que estábamos leyendo historias de los indios antiguos y allí se da como muy natural la comunicación de los hombres principales de la tribu con los dioses, con unos dioses, que tienen allí como la representación de lo que es el Poder, pues está el rey, está el sabio, y entonces los sabios y los reyes de la Tierra se comunican con ellos. Y me daba… digo, no sé si valdría.

    AGC - Sí. Es un buen ejemplo. Efectivamente en más de una tribu del Mundo se habrá dado esa creencia en la comunicación de los más Altos con los Dioses, con el Cielo. Es fácil ver -tú misma- cómo eso se traduce. Cómo eso se traduce, cómo eso que nos puede parecer una credulidad de los tales indios se convierte en nuestra credulidad. Por ejemplo, tú misma sigue.

    - ….No sé.

    AGC - ¿Nos creemos nosotros eso?, es la pregunta.

    - Hombre, por ejemplo, parece que nosotros creemos que no entendemos cómo funciona la tele pero que alguien allá Arriba sí tendrá el verdadero conocimiento y sabrá cómo funciona una tele. Eso es lo que a mí me recuerda esto ¿no?, que hay técnicos, que Doctores tiene la Iglesia, vamos.

    AGC - Sí, por ejemplo, y en muchas otras ocasiones. Seguimos creyendo igual que esos indios en que los que están en lo Alto tienen una comunicación con la Divinidad, con lo Sublime, donde se saben de verdad las cosas. Y lo mismo que entre nuestros abuelos, sin acudir a los indios, naturalmente la creencia en que el sacerdote, y no digamos el Papa, tienen alguna comunicación más directa con Dios, era parte de la creencia. Y efectivamente es así: los prohombres en la actualidad, los prohombres, nuestros prohombres, están en comunicación preferente con la verdad por todo lo Alto, Dios, ellos saben, Doctores tiene la Iglesia. Y si alguno tiene dudas de que seguimos creyendo esto, que me lo diga, porque para mí es muy evidente que esa creencia sigue reinando, si no, no habría nadie que fuera capaz de aguantar el aburrimiento de leerse, no digo ya las Encíclicas papales, sino simplemente las declaraciones de los presidentes de Estados Unidos o de cualquier otro Estado. Evidentemente, no os voy a decir que os las tragáis, para no insultaros, pero la mayoría se las traga. La mayoría se las traga y evidentemente eso sólo puede estar sostenido en la creencia de que por allá Arriba se sabe, se sabe, hay una comunicación con el Saber Supremo. Sí, muy bien, ¿algún ejemplo más? Efectivamente, en lugar de acudir también a antepasados se puede acudir a indios, a negros, a polinesios, o a lo que se quiera.

    - Sí, la responsabilidad, el destino o la culpa, cómo antes se pensaba que estaban perpetrados de alguna manera por los Dioses, y ahora que como se ha interiorizado, individualizado, y se cree que uno es el dueño de su propio destino y el responsable de sus propios actos, no deja de haber la noción de culpa y de responsabilidad, no deja de estar presente en los dos laos de una manera o de otra.

    AGC - Sí, bueno, no es exactamente la táctica. ¿Alguna cosa chocante que entre los antiguos griegos, los antiguos indios, los antiguos chinos, los antiguos polinesios, revelara eso que estás diciendo y que a nosotros nos choca, porque somos actuales y hemos progresado, y que [] podemos volver del revés? La interiorización no es el criterio desde luego, porque parece que siempre se ha dado eso en cualesquiera creencias: la creencia en la culpa de uno como costitutiva. Eso se ha mostrado en muchas otras ocasiones, y de las maneras más flagrantes, en las prácticas que en tantas tribus del Mundo y entre los antiguos se hacían alrededor de la víctima propiciatoria, es decir, el que cargaba con la culpa de la tribu. Esto lo encontráis por todas partes. Se encontraba al que estaba cargado con la culpa de la ciudad, de la tribu, y entonces se le expulsaba a pedradas, por ejemplo; se le quemaba o cualquier otra cosa, pensando que de esa manera, al matar la culpa de uno en que la culpa se había centrado,  pues la tribu se libraba, se limpiaba, de esa culpa ¿no? Esto lo habéis oído contar de mil sitios y también entre nuestros antiguos mismos se daban ritos de ese tipo. Entonces, la segunda parte, darle la vuelta a eso ¿seguimos nosotros creyendo lo mismo? ¿Seguimos creyendo en eso, en el chivo expiatorio? ¿Seguimos creyendo en la víctima propiciatoria a la que hay que quemar o apedrear?

    - De la misma manera no. A lo mejor no de la misma manera, porque desde luego sacrificios sangrientos no vemos. Bueno, la verdad es que…    

    AGC - También.

    - …La verdad es que, bueno, pero…

    AGC - También en aquellos de los Estados de los Estados Unidos donde no se ha abolido la pena de muerte, pues ahí lo tenéis, directo. Pero desde luego no hace falta. No hace falta que sea así. Sigue, sigue.

    - No, bueno, quizá pues han adquirido un aire menos concreto ¿no?, o digamos que ya no hace falta llegar a un espectáculo cruento o algo así para ver. Que siempre también hay… se eligen chivos expiatorios, por ejemplo en este caso.

    AGC - La cuestión esencial está en lo de la concentración, la concentración de la culpa. Esto es justamente lo que el ejemplo nos propone: la concentración de la culpa, que en esos ritos se presenta de la manera más (para nosotros) bárbara, chocante, y que entonces tenemos que ver cómo se presenta entre nosotros, porque desde luego se presenta. La concentración de la culpa se sigue presentando en nuestras tribus actuales. (No olvidéis -entre paréntesis- que los propios teólogos veían hace mucho tiempo que Jesucristo, tal como lo presentaba la Iglesia, era un ejemplo eximio, pero un ejemplo del chivo expiatorio, era lo mismo: era Él el que, como reuniendo en Sí la culpa de todos los hombres, con su muerte los redimía. La cosa no puede estar más clara). Concentración de la culpa, ¿sigue siendo eso una necesidad?, ¿no es verdad que… (no voy a decir ‘vosotros’, para insultaros), pero que la mayoría cree en la eficacia del castigo del criminal en que la culpa se ha concentrado -el asesino, el violador de niñas?-, ¿no costituyen un caso sobre el que la tribu entera se lanza con ansia a través de los Medios pensando que matando la culpa ahí, se va a matar la culpa y nos vamos a quedar limpios los demás?, ¿no es verdad esto? O si alguno cree que no, pues que me lo diga, porque yo estoy tratando de seguir utilizando este truco de todas las maneras posibles, como truco para descubrir indirectamente lo que nos pasa, que directamente parece que no se nota mucho. Es de eso de lo que se trata.

   - Sí, yo creo que se cree en la capacidad de reparar ?¿no?? de la Justicia, de alguna manera ¿no?

    AGC - Sí, sí, pero, vamos…

    - O, bueno, o ésa es la manera de presentarlo ahora un poco, ¿no?

    AGC - Sí, sí, pero lo cierto es que sin la idea de la concentración de la culpa ningún aparato de Justicia funcionaría ni seguiríamos viviendo tan tranquilos como vivimos: es preciso que haya criminales, es decir, culpables electos; culpables electos sobre los que al resto de la población se echa ansiosamente reclamando castigos, si es preciso. Lo cual evidentemente revela la Fe en que ése es un procedimiento de limpieza; es un procedimiento de limpieza para la ciudad. Aquí, a lo mejor, como tendemos a aprender a no creernos nada, tampoco nos creemos eso, pero que es lo que reina, que es la Fe que reina, no lo podemos negar. ¿O no?, ¿o qué?

    - Esto… ¿podríamos concluir que la venganza es una forma de limpieza, entonces?

    AGC - La venganza sería una forma muy primitiva, aquí se llama Justicia, y la acabo de describir: es Justicia.

    - Bueno, iba a decir que en las relaciones de pareja, cuando se rompen, desde luego siempre es necesario encontrar un culpable. Eso…

    AGC - No, ahora estamos buscando indios, antiguos, primitivos, donde eso se revele de una manera chocante para nosotros.  No, no, vamos a agotar esta posibilidad. ¿Qué cosa recuerdas tú donde eso se presente de una manera chocante?

    - Quizá no entre indios, entre los europeos, y que probablemente haya venido por la necesidad de echar la culpa de lo que había pasao en los Balcanes en estos últimos años, esas guerras y esas matanzas. Y entonces se ha cogido una persona, un chivo expiatorio, el Slobodan Milosevic, y se le dijo a todo el mundo que le iban a juzgar con la televisión atenta a cada procedimiento, que iban a demostrar su culpabilidad, y no sé qué. Les salió tan mal la operación que lo tuvieron que envenenar, y murió antes de nada porque no cumplía ese papel de chivo expiatorio o de un acto de justicia…

    AGC - Bueno, lo cumplió después de todo.

    - Claro. Luego sí, porque luego al haberlo matao, pues luego la gente decía “Es que se lo merecía”.

    AGC - Claro, claro, lo cumplió, de una manera o de otra. Sí, sí, por supuesto, también…

    - Pero, vamos, como justicia quedó muy flojo. Un poquito flojo…

    AGC - …también en los crímenes más generales. Así como se presupone que el Presidente de un Estado es de verdad el que manda y el que decide que se lance una guerra en tal sitio contra [], y para que él sea el que de verdad manda, si las cosas salen mal, tiene que ser igualmente él el que tiene la culpa de todo. Lo uno va con lo otro. Si no se concentra la culpa en individuos determinados tampoco se sostiene la Fe en que el que manda es de verdad el que manda: una Fe necesaria para que sigamos tan sumisos como seguimos.   

    - Es que justo es lo que me parece que sucede, que se ha ido con el dominio o el imperio del individuo, con la aparición de la Ciencia Psicológica y el individuo como supremo gobernador de sí mismo, la concreción de la culpa casi siempre tiene nombre propio, sea un delincuente o sea un gobernante. Pero si retrocedemos un poco más atrás, parece que la culpa se concretaba en una raza; por ejemplo, “Hay que exterminar a todos los judíos” o “Hay que exterminar al pueblo…”

    AGC - No, no. Eso no es de más atrás. Eso, por el contrario, es progresar mucho, porque lo más primitivo…

    - No, no, es progresando, es ir del género al individuo, en la especie.

    AGC -  …lo más primitivo es el chivo expiatorio: concentración en el individuo. Eso es lo más primitivo. Avanzando, progresando mucho, se llegó…

    - Pero en la familia. En la familia. La tribu, la familia era primero.  

    AGC - …progresando mucho se llegó a eso, a que cuando ya se habían hecho hasta las razas, se habían convertido en algo como individuos, podía venir la pretensión nazi de “Matarlos a todos”, con eso, el resto, los que no sean esos… Pero eso es un progreso respecto al chivo expiatorio.

    - Pero antes eran las familias o la tribu determinada.

    AGC - De todas formas nos asombra, aunque es reciente, nos asombra muchísimo y siempre conviene volverlo a recordar -¿eh?- el famoso holocausto, bastante al revés de cómo se le recuerda por todas partes, para que lo veamos realizándose entre nosotros, el mismo ?el mismo?, el mismo y no otro, y no aquél históricamente situado, que por tanto no nos haría daño y nos podría tranquilamente escandalizar ahora muchísimo, porque ahora no lo hacemos así. No lo hacemos así y lo hacemos de otras maneras, y eso es lo que con esta táctica se está tratando de poner al descubierto. ¿Qué más? Sí.

    - Pues que la reencarnación o resurrección y lo que me parece a mí su forma moderna que es la donación de lo que sea, de órganos, o de propiedades, o de cuerpos o…

    AGC - Sí, no veo muy bien la conexión…

    - La creencia en Oriente, por decirlo así, era la reencarnación, y digamos que en Occidente, más o menos, la resurrección.

    AGC - ¿La resurrección al estilo de la de Cristo?

    - Por ejemplo las trompetas que iban a sonar y…

    AGC - No, ése es el Juicio Final. Jesucristo resucitó al tercer día sin trompetas ¿eh?, hay que recordarlo. Simplemente se presentó a la Magdalena, le dio un susto y la dejó completamente perpleja, y todo eso. No fue así. Y tú pones eso en relación con la donación de órganos y sangre mismo ¿no?

    - Sí, porque perpetuarse o de ir más allá de…

    AGC - No se ve… Sí, desde luego subsiste por debajo de todo eso, y hoy es de lo que pensaba hablaros, una creencia en la perpetuación de las vidas o de las especies. Bueno, y ya que lo has sacao, pues vamos a… os voy a seguir pidiendo más ejemplos, porque están muy a la mano,  y yo creo que el truco es muy… es muy eficaz ¿eh? De manera que os seguiré pidiendo más ejemplos, a ver si se os ocurren. Sí.

    - El enterramiento en las pirámides…

    AGC - (Tenéis algún sitio por ahí, podéis pasar tranquilamente).

    - Los enterramientos en las pirámides que se hacían con riquezas y con comidas, con oro, con… incluso a veces con personas dentro...

    AGC - No, no. Era así.

    - …vivas, quiero decir, para que… ¿no?

    AGC - Sí, sí, para que siguiera comiendo y bebiendo en la otra vida, sí. Adelante.

    - Pues eso, que es un ejemplo ¿no? también de…

    AGC - Asombra, sí. Nos choca bastante. ¿Y ahora? Nos choca bastante, ¿y ahora?

    - En la cuenta bancaria…

    AGC - ¿Y ahora?

    - …se meten los dineros a nombre de los herederos.

    AGC - Pues sí, seguimos creyendo igualmente en la otra vida, en el más allá y en la inmortalidad. Y si creéis que no creemos, pues decídmelo, porque ahora voy a pasar -que es lo que me traía pensado-, voy a pasar a demostrar (dejemos ya esto), voy a pasar a mostraros esto, que venía hoy decidido a justamente hablaros de la muerte.

Haciéndoos recordar que con la muerte convivimos, convivimos con la muerte. ‘Convivimos’ (si a esto no se le quiere llamar vida, que no se debe) en el sentido de que ‘coexistimos’. Coexistimos con la muerte, es decir, vamos tirando con ella, junto con ella. No sé si hay que decirlo de más maneras, pero ésta es una evidencia. Nos arreglamos para convivir con la muerte, pues por medio de muchos subterfugios, cuentos, creencias, fábulas, hasta chistes, chistes acerca de la muerte ¿por qué no? también, y en resumen con un atavío de creencias que de alguna manera nos permiten pues eso: coexistir, convivir tranquilamente con ella ¿no?

Los trucos son de todo tipo, y en general se trata de todo esto que los Medios de una manera eximia nos suministran cada día: una serie de cuentos donde el más allá y la inmortalidad se incluyen, como sin darse cuenta, muchas veces con apoyo de la propia Ciencia ?¡cómo no!?, que de ninguna manera se puede decir que derecha se lance a romper con esas creencias, se lance a romper con eso, por el contrario, muchas veces lo cultiva. O si no con entretenimientos de todo tipo que, lo mismo, sirven para que mientras nos divertimos, pues podamos seguir conviviendo con la muerte, incluso cuando descubrimos, como aquí descubrimos, que es la raíz misma, la creación de todo el resto de las ideas y las mentiras, pues de alguna manera tendremos que arreglarnos para ver cómo nos tomamos eso y seguirlo tomando como tolerable, coexistiendo, y todo eso.

No sé si hay que dar muchas pruebas de la pervivencia de esta Fe. Seguramente a vosotros, si os la presentan a la forma de los abuelos ?es decir, la Fe en la inmortalidad del alma, por ejemplo, y el alma separándose del cuerpo en el momento de la muerte y yendo a otro lugar, el cielo, el infierno, da lo mismo, pero en todo caso a otro lugar, y todo eso? os parecerá que eso está pasado, que nadie cree ya en eso. Y efectivamente, de esas maneras, pues probablemente son poquitos los que creen, vamos, no tan pocos tal vez, por lo menos de boca hay muchos que seguirán como creyentes de una Religión u otra sosteniendo esa creencia, pero los demás tampoco dejan de verdad de creer en eso. Tampoco dejamos de verdad de creer en eso, aunque no sea de esas maneras chocantes, lo seguimos manteniendo. Yo me encuentro de esto evidencias por todas partes, ahora, en el curso del millar y no sé cuánto de novelas inglesas de señoras que me he venido leyendo como entretenimiento para dormirme durante estos cuarenta y tantos años, pues me ha tocao, porque había alguna de una señora americana, Sebold, que se llama Lovely bones, es decir, ‘Encantadores huesos’ se llama ?Lovely bones?, que resulta que es una muchacha a la que un vecino viola y que va a su cielo (un cielo muy especial), y que desde el cielo cuenta todo: cuenta la violación, la persecución (no he hecho más que empezarla), la intervención del padre, de ella, del policía, los lamentos y desolaciones de la familia que abajo se ha quedado, etc.

Bueno, una novela de anteayer, por tanto, ya veis, está fundada en eso. Es una de las novelas que me caen y que desde luego me revienta de tal manera que me la tengo que tragar por una especie de vicio de descubrir hasta qué punto se puede llegar en el cultivo de estas creencias, pero que no por eso deja de hacérmelo pasar mal y reventarme todo lo posible. Pero bueno, pero por lo menos me ha servido la coincidencia para presentárosla como ejemplo.

O, esta mañana, en la revistilla de la Muface, que nos mandan a los que en tiempos fuimos funcionarios de esos, me mandan una entrevista con Maruja Torres, una periodista famosa, que a consecuencia de que compañeros suyos han debido -ilustres-, han debido morir recientemente, me parece, Vázquez Montalbán y Terenci Moix, si no me equivoco, pues saca sus cosas de ésas y dice la broma de “El más allá se va poniendo cada vez más interesante”. De manera que ya tenéis… ya tenéis otro ejemplo. Es evidentemente una mujer que (que es para lo que a mí me sirve) se considera atea, es atea y irreligiosa, desde luego, y sin embargo, pues ya veis. Sin embargo ya veis. Esta broma, lo mismo que los horrores de la Sebold, está atestiguando que se cuenta con esa creencia, vamos, pero como si fuera algo con lo que se pueden hacer lo mismo bromas que producir terrores, da igual. Se cuenta con ello, forma parte… forma parte de la Realidad. El más allá está en el más acá, por supuesto. Está en el más acá en la forma de Fe y sirve naturalmente para lo que toda Fe sirve.

No sé si tengo que entretenerme en mostraros más ejemplos actuales de la pervivencia de una Fe de este tipo que si nos preguntan con ejemplos de los abuelos rechazaríamos, pero que sin embargo sigue subsistiendo de una manera o de otra. Si alguno quiere ahora, durante un rato, colaborar en sacarme más evidencias de cómo seguimos creyendo en la inmortalidad del alma o un equivalente en el más allá, o en un equivalente y cosas por el estilo, pues que me lo diga.

    - Pues también es que ahí se puede incluir, en esa Fe, lo de los Mercados de Futuro. Antiguamente no se hacía un Mercado de Futuro de la avena o del trigo que se va a vender el año tres mil después de Cristo…

    AGC - Ya, no, no. Claro, ya ves. Pero aquí nos estamos centrando…

    - …Ahora toda la Economía se basa en un más allá…

    AGC - Sí, sí, sí. Sí, sí, eso ya el otro día lo dije. El otro día estuvimos denunciando la creencia en el Futuro de la Iglesia…

    - Pero ése es el más allá, la economía. El más allá de la economía.

    AGC - …percibiendo esto. Pero ahora estamos hablando de la Fe específica en la inmortalidad del alma, por decirlo al estilo antiguo...

    - Pero ése es el Dinero, la inmortalidad del Dinero.

    AGC - …pero que se puede decir de otras maneras. No, no: no confundamos…

    - Es igual.

    AGC - …No confundamos: os estoy hablando de la muerte, y por tanto, en consecuencia os hablo de las evidencias de disimulos, entretenimientos y atavíos que le ponemos a la muerte para poder coexistir, para poder seguir viviendo con ella.

    - Eso que se suele poner en las esquelas mucho ¿no? de “Siempre estará con nosotros”, por ejemplo ¿no?, que es un… o sea, es algo muy, muy común…

    AGC - Aunque no pongan la cruz ¿eh? Aún en casos en que no pongan la cruz. En casos de que sean declaradamente no creyentes, pero fórmulas…

    - Esa idea de que “Siempre nos acordaremos”, de que cuando eso obviamente no es verdad, porque…

    AGC - …Fórmulas de ese tipo sirven.

    - …Bueno, a mí me parece que no es verdad. Desde luego ya…

    AGC - Evidentemente, no es verdad…

    - …Simplemente poder recordar la cara suele costar bastante ¿no?

    AGC - … no es verdad. Gracias. Y vamos a eso. Vamos a eso. Lo que estoy proponiendo es esto…

    - Aquí.

    - ¿Puede ser…?    

    AGC -  ¿Perdón? Sí.

    - Maestro: ¿puede ser que a veces el alma no quiera irse del cuerpo?

    AGC - Tú eres una creyente.

    - No: yo no creo en Dios. Creo en las energías…

    AGC - No, no, pero eres una creyente…

    - No, no, no. ¿Puede ser que el alma…?

    AGC -  Eso no puede ser. Yo estoy poniendo… Bueno, tú misma das ejemplo, cuando planteas un problema así es que efectivamente, cuentas que hay una…

    - No: yo lo pregunto, porque desconozco. Lo único que ‘si puede ser’, es un pensamiento.

    AGC - Sí, sí, pero el que preguntes una cosa así…

    - Es un pensamiento.

    AGC - …te convierte en ejemplo de creencia. Porque para preguntar eso hace falta creer efectivamente que el alma se separa del cuerpo para que algunas veces ella, la pobre, no quiera separarse.

    - Evidentemente, el alma llega... Pero, ¿puede ser…? Mi pregunta, que es un pensamiento mío, mío…

    AGC - No, no. No quieres…

    - …Sólo es un pensa-… El pensamiento es libre.    

    AGC - …No quieres oírme. Que te digo que, sin ofenderte para nada, ese pensamiento tuyo te costituye en un ejemplo de lo que estoy diciendo. Eso es de lo que se trata, y no pasa nada, porque todos seguramente…

    - No, no pasa nada, claro.

    AGC - …Todos pecamos de esta necesidad, por así decir, aunque no sea absoluta, de revestir la muerte con toda clase de aderezos y de distracciones y de colores y lo que sea. Bueno, pues eso que os digo es “No hay porqué”: lo hacemos así (y espero que no haga falta sacar miles de ejemplos para probarlo), lo hacemos así, nos arreglamos así para convivir con la muerte, pero no hay porqué. No hay porqué, es decir, no hay más razón que esta necesidad de sostener nuestra Realidad que tenemos: no hay porqué, no hay razón por la que tenga que hacerse eso. Es por lo que estamos aquí, en una tertulia como ésta, que es una tertulia contra la muerte.

Y esta vía que os voy a proponer es ésta: la muerte es intolerable. La muerte de verdad sería intolerable, es inconcebible. Esto es lo primero que, en contra de los disfraces corrientes, querría que quedara lo bastante claro, es algo que digo apelando a vuestro sentimiento, es decir, apelando a que supongo que por debajo sentís lo mismo que yo: si la muerte fuera de verdad, sería absolutamente intolerable, es por tanto inconcebible.

Naturalmente hay que hacer un paréntesis para acordarse de los muertos: (esto se refiere a la muerte de uno ?a la muerte de uno?. La muerte de los otros, los muertos, naturalmente nos pueden condoler mucho, seres queridos o millones de víctimas de alguna barbaridad que otra que nos llegan por los Medios, nos puede condoler mucho la muerte de un ser de los más queridos, pero mientras sea uno el que se conduele, no pasa nada, ésta es la verdad. Mientras siga siendo uno el que se conduele, no pasa nada, y lo que estaba sacando, todas las condolencias y todas las cosas que se dicen de los muertos y todo eso, pues naturalmente forman parte de la Realidad en la que uno sigue debatiéndose y conviviendo tranquilamente con la muerte, y no tocan para nada a lo que estoy diciendo: es la muerte de uno. Uno no se conduele ni del ser más querido que haya muerto. Lo contrario, el pensar que sí, sería decir que el otro se ha hecho uno, o que hay dos unos, lo cual es un absurdo. Que el otro es tan como yo que somos dos unos el uno y el otro, y eso querría decir que la muerte de éste, el más querido del mundo, me duele como la mía, pero eso sugería este absurdo de que hubiera dos unos, y no hay dos unos, porque uno es uno, una cosa evidente).

    - Pero, Agustín, ¿no dices que uno es un caso de cosa?

    AGC - Uno es uno. Y por tanto ya comprendo que decir eso, aunque sea aquí, en el Ateneo, una cosa que puede ser molesta y fastidiosa hasta el extremo, precisamente porque uno vive creyendo lo contrario, y por tanto haciendo esas esquelas y haciendo esas condolencias y diciendo todo eso. Pero lo que os estoy proponiendo es que no hay más remedio, en esta tertulia política, que reconocerlo: la muerte (de uno, se entiende) es inconcebible -inconcebible-. Muchos de vosotros a lo mejor han intentado, como muchos de los sabios del mundo, concebirla, hacerse una idea de, pero ‘hacerse una idea de’ naturalmente es lo mismo de vano que llorar por los muertos y confundir su muerte con la mía. Es igual de vano (son de los trucos acostumbraos). Es inconcebible, si fuera de verdad sería absolutamente intolerable.

    - Perdón, yo quería preguntarle qué opinaba usted -porque yo estoy muy de acuerdo con lo que está diciendo, que solamente al pensamiento de la resistencia con la muerte lo hace intolerable, inconcebible-, y ¿cómo…?  

    AGC ?-No, no. Perdona, perdona. No, no: no he dicho que el pensamiento lo haga así.

    -  No, bueno, o la coexistencia con ella.

    AGC - No. Digo que es, que si fuera verdad.

    - Claro. Claro, claro, claro. Y me gustaría saber ¿usted qué opina, lo que para mí incluso podría llegar a ser una perversión de eso, que podría ser lo que se hace en alguna Religión, por ejemplo la Católica, que es un poco lo que más conozco, que incluso se da la muerte en sí como el gran premio a la vida? O sea, que como que lo bueno empieza con la muerte

    AGC - Sí. Pero no, no le des a eso demasiado importancia: es uno de los muchos cuentos, fábulas y distracciones de que he estado hablando ¿eh? Efectivamente éste es el cuento del que el otro día tratábamos, el cuento del Futuro. Naturalmente como el alma sube al cielo o incluso va al infierno, pervive, pues resulta que el final, la muerte, es casi como un paso a una vida mejor. ¿Cómo decía la…?

    - Como una nueva vida, la gran vida.

    - …¿Cómo decía la mística? “Que muero porque no muero”, “Y tan alta vida espero, / que muero porque no muero”, Santa Teresa, si no la calumnio, o por lo menos a ella se le atribuye.

    - Pero Agustín, lo que pasa es que la separación a veces me confunde un poco, cuando hemos hablado de que la muerte nos costituye y que es parte de nosotros, eso de que  no sea necesario convivir con ella, pues me confunde esa separación, como si… como si la vida fuera por otro lado o la propia Realidad que decimos aquí. Porque…

    AGC - Efectivamente.

    - …intolerable, sí, pero inconcebible también es la Realidad. La Realidad es inconcebible.

    AGC - No: la Realidad está concebida, es justamente lo que se sabe...

    - Bueno, se sabe mal.

    AGC - … incluida la muerte. Incluida una idea de la muerte, falsa…

    - Pero sería un poco parecida…

    AGC - …Falsa como las demás.

    - Claro, ilusoria. Es inconcebible, y entonces cualquier cosa que se conciba acerca de la Realidad, de la muerte, es una ilusión, se podría decir…

    AGC -  Sí, y de las demás cosas…

    - …Todo lo que concebimos es una ilusión.

    AGC -  …Cuando yo digo que no hay razón para hacer eso con la muerte, efectivamente es que no hay razón tampoco para la Existencia, para mantener la Existencia tal como el Orden la impone, si eso es lo que querías decir. Efectivamente, se puede prolongar, no hay inconveniente. Sólo que aquí nos estamos centrando en este punto de la Realidad, que consideramos incluso como fundamental o costitutivo, el de la muerte.

    - Yo creo que lo más inconcebible es eso de estar vivo, lo de ser vivo…

    AGC - A no distraernos.

    - … lo de ser vivo.

    AGC - A no distraernos, sí.

    - No, no: lo de vivir…

    AGC - Sí, sí.

    - …Lo de vivir es lo más inconcebible…

    AGC - Sí, es lo que decían nuestros místicos “Esta vida…”

    - …¿Cómo va a estar vivo uno?

    AGC - …“Esta vida es una pura ilusión”…

    - No, no: ilusión no…

    AGC - …“y luego viene la verdadera”…

    - Es inconcebible.

    AGC - …“Esta vida es una pura ilusión…”

    - No, no: que es inconcebible.

    AGC - Vida, por supuesto…

    - Que no se sabe por qué se le llama ‘vida’.

    AGC - …Vida, por supuesto, es (si no se confunde con Existencia) es inconcebible, pero en cambio la Existencia…

    - Pues eso es a lo que me refiero.  No, no: yo digo vivir, vivir.

    AGC - …La vida es lo que no se sabe, y lo que no se sabe, no se sabe.

    - Pues le pasa como a la muerte, entonces.

    AGC - Lo que no se sabe, no se sabe. Pero resulta que la muerte no es  como la vida (que simplemente no se sabe lo que es), la muerte es que se sabe falsamente hasta el punto de ser el principio de todo saber. Eso es lo que tiene de tremendo. Y por tanto la situación no tiene mucho que ver. No tiene mucho que ver el reconocer que esta Existencia no es vida, que [] esto no es vida, es una cosa, porque vida ni se sabe qué sería. No tiene nada que ver con esto que estoy diciendo ahora respecto a la muerte: que si fuera verdad sería absolutamente intolerable.

Entonces ésta es la vía o truco que propongo. Una vez que se llegue a reconocer que esto es así, entonces parece que la vía de desnudarla de sus atavíos, desnudarla más y más de sus atavíos, dejarla cada vez más descarnada, sería una vía que evidentemente podría ser políticamente…

    - Pues también se hace: se le hace un esqueleto… Está más descarnada que nada.

    AGC - …desnudarla de los entretenimientos, las creencias, todas las cosas que evidentemente he tratado de mostraros que reinan y que se nos imponen, desnudarla es la vía -digamos- política, en el sentido que aquí se emplea. Porque es una vía por la cual evidentemente se vendría a descubrir la falsedad de la Realidad misma, es decir, a descubrir la mentira de que a la Realidad se le impongan ideas sublimes, ideales como los de ‘todo’, ‘uno’ (‘uno’ que es el que aquí estamos tocando más de cerca); ‘todo’, ‘uno’ y cosas por el estilo.

Esto es una cosa a la que tal vez hemos llegado a descubrir, destapar, por otros caminos: que evidentemente la Realidad si es mentira es porque pretende ser verdad, y todos los días nos están confundiendo Realidad con verdad; nos hacen pasar los accidentes que pasan, han pasado, incluso van a pasar predeciblemente, nos los hacen confundir con la verdad, es decir, esos cálculos aproximativos, esos tanteos con los que vivimos y con los que se mantiene la Política de los políticos, y la Ciencia de los científicos, y demás, se nos hacen pensar como verdad, como si en algún sentido fuera todo o nada o uno, absolutamente uno.

De manera que aunque esto lo hayamos descubierto por mil caminos, porque lo descubrimos gracias a que la Realidad no es verdad, nunca está bien hecha del todo, la de uno tampoco está nunca hecha del todo, y entonces por los poros, como decimos, se nos cuelan intimaciones, intimaciones de la mentira en la que estamos viviendo. Se nos cuelan por muchos, pero desde luego pienso que ésta puede ser una vía muy eficaz, la de desnudar a la muerte de sus atavíos, dejarla… dejarla que se presente así, como he querido presentárosla, como algo que de ser verdad sería absolutamente intolerable, y que entonces nos hace ver que no: no es verdad ni ella ni la Realidad que está fundada en ella. Y, si es inconcebible, es que nuestra manera de concebir la Realidad es falsa, es una imposición de un [medio] ideal de ‘todo’ o de ‘nada’, o de lo que sea.

No sé si se entiende bien cuál es esta vía que se me ocurre, y que se me ocurre desde luego no por especulación filosófica, se me ocurre desde las entrañas, tratando de descubrir, como cada vez que vengo aquí, cuáles pueden ser los medios para luchar contra el Poder, que quiere decir descubrir la mentira de la Realidad. Y la muerte y nuestra creencia en’ y convivencia con la muerte es un trance fundamental para ese descubrimiento.

Dicho de otra manera: negarse a que el ‘miedo’ se nos haga ‘saber’: que el miedo se nos convierta en un saber. Porque eso viene a ser también la misma… la misma cosa: si esta Realidad se nos ha convertido en algo esencialmente futuro como el Dinero, y la vida se ha convertido en una Existencia ?en una Existencia contada, medida, creída, malpensada, según las normas que se imponen?, pues entonces, por supuesto la negación de ese miedo solamente se puede hacer por esta vía. Evidentemente miedo, por ejemplo a la muerte, sólo se puede tener mientras se cree de alguna manera tal como he estado denunciando que se cree. Un desnudamiento de la muerte, de todos sus atavíos, vendría a descubrir inconcebible la Realidad misma que está fundada en el fin, en la muerte.

Y naturalmente si tenéis la ingenuidad de preguntaros por lo que queda cuando eso se descubre, pues desde luego lo que queda será lo que sea y no hay Dios que lo sepa, pero desde luego eso no tiene miedo, eso que queda no tiene miedo. El miedo solamente no sólo se mantiene sino que se nos convierte en un saber, en una idea, gracias a la necesidad de sostenerse la Realidad y sostenerse la Realidad de cada uno de nosotros.

Bueno, esto que ha tomado las trazas un poco casi de sermón, salvo las bienvenidas interrupciones, es lo que os dejo aquí para que ahora saquéis con toda la libertad posible cualesquiera contrariedades, o repugnancias, u objeciones, que se os ocurran respecto a la vía que se os propone.

    - A mí lo que me pasa es que me da más miedo esa sensación de no saber qué es lo que va a pasar. O sea, de saber que esto no se para y que no sabemos lo que va a pasar, y la ideación ya de las muertes que puedan acontecer, de lo…

    AGC - Pero sabes que te vas a morir.

    - No lo sé. Pero…

    AGC - Ah, ¿no?

    - …Pero, pero esa ideación de no saber…

    AGC - No, no. No: no te hagas ilusiones, no. No es al no saber al que se tiene miedo, es al saber. Es siempre al saber, al saber. Al saber o a la Fe que viene a ser lo mismo. Si no, efectivamente si se pudiera seguir, que desde luego uno personalmente nunca puede llegar, pero si sucediera ese desnudamiento de la muerte de todos sus atavíos, lo que quedara no podría tener miedo. Eso sería lo que no se sabe y no tendría miedo ninguno. Evidentemente ya sabéis que se os está proponiendo al… quitarle a la muerte los atavíos, denunciar la Fe en la muerte, se os está proponiendo algo que está en contra de la persona de cada uno, lo que estamos hartos de recordar: cómo se costituye la persona de uno, y se costituye desde la muerte, desde el anuncio de la muerte futura.

Bueno, venga, más. Sí.

    - Sí. Es un poco con lo que decías antes, que he intentado intervenir, pero no sé si me has visto: de otra tribu, pero que quizá nos pueda ayudar a ver esto ¿no? de la Fe o de la creencia en que el alma no muere ¿no? En Brasil es muy típico, es un lugar común hablar de las vidas pasadas o de la vida que va a venir, no sé si porque hay mucho espiritista por allí ¿no?, pero es bastante frecuente ¿no? Por ejemplo, a un artista que se le pregunta “Y, bueno, ¿y cómo te vino esta ispiración de hacer esto?”.  “Bueno, quizás en la vida pasada yo tal, no sé qué…”. Es un lugar común, es una cosa que se dice y se oye mucho ¿no?, lo de ‘la vida pasada’. Y luego otro caso ¿no?, que creo que no tiene mucho que ver con esto ¿no?, que es el de gente ¿no?, me acordaba de una amiga que dice “Es que, cuando me muera, se acabó”. O sea, ya no hay nada. La negación de que vaya a haber algo después de esa muerte ¿no? La negación total y descreimiento total de que vaya a haber algo después.

    AGC - Gracias, Óscar. Vamos por separado: respecto a los espiritismos no hace falta ir al Brasil. En Brasil la noticia de Óscar es actual, pero evidentemente los que estamos progresados lo reconocemos como una primitividad, y efectivamente superstición, superstición []. Pero al subir del Brasil a Michigan, en donde esté la señora Sebold que me he encontrado, es decir, a la proa del progreso y novelista best seller en Norteamérica, y os encontráis lo que os he contado, [] argumento. De manera que efectivamente es lo mismo. Sí, el otro punto es fundamental: hay mucha gente que declara que no hay nada, llega la muerte y no hay nada. ¿Qué te parece, os parece, respecto a esa declaración?

    - Que cada uno es libre ¿no? de…

    AGC - No, no: no digo que esté bien o mal, digo que ¿qué se os ocurre pensar acerca de eso?

    - Pues eso es ya que tiene miedo, directamente. Directamente tiene miedo. Entonces, ni la Realidad de ahora, ni viva, ni la Realidad de después la va… Vamos, no sé, es lo que pienso.

    - Que no es tan fácil deshacerse de Dios o de la muerte.

    AGC - Bueno, la declaración que Óscar ha sacao es bastante vulgar ¿no?, se oye de vez en cuando, no es ninguna rareza. Y lo que os pido es ¿que si es esa declaración lo que os estoy proponiendo todo el rato respecto a la vía de desnudar a la muerte de sus atavíos y dejarla que se haga del todo intolerable?

    - No, porque eso es… Tú estás diciendo lo de inconcebible, es decir, de no saber. Y esa otra versión…

    AGC - Estoy preguntando si es lo mismo o en qué se diferencia.

    - …No: es un saber también. Y al ser un saber, pues implica la misma necesidad de concepción de la nada ¿no?, y por lo tanto es lo mismo, es como un negativo de lo otro, más desengañao…

    AGC - Sí.

    - …Pero desde luego es lo mismo.    

    AGC -  ¿Cómo?

   - Que es un negativo un poco más desengañao del que cree en la inmortalidad, pero que es algo que se concibe, y por lo tanto es…

    AGC  - Ah, sí, sí. No: pervive eso, sí. En el propio empleo del término ‘nada’ ?que yo no he empleado en mi vía? se revela eso. Porque ‘nada’, ya sabéis que es lo mismo que ‘todo’, y por tanto implica ya una fidelidad a la Fe habitual en las creencias que nos permiten convivir con la muerte tan tranquilamente. Hay otros que tiran, como Epicuro y Lucrecio, por el camino de decir que todo es material, el alma también. Y que entonces cuerpo y alma se deshacen en átomos y andan por ahí. Claro, esto se parece más, se parece más a la vía que propongo, pero desde luego implica también una creencia en los átomos y por tanto en la propia Realidad, y no es eso. La vía es, una vez que uno reconoce con cuántos atavíos convivimos con la muerte, desnudarla, descubrir despiadadamente la mentira de todas esas creencias y atavíos, y nada, dejar a ver qué pasa, cómo, siendo inconcebible la muerte, nos hace reconocer que la Realidad no puede estar bien concebida, que está mentirosamente concebida. Es nuestra lucha contra el Poder.         
       
   - Sí, pero si el inicio es una información: “Te tienes que morir”, ¿cómo te vas desinformar de eso con vía retroactiva?...

    AGC - Pues sí,…

    - …¿Desde cuándo…?

    AGC - …por este motivo.

    - …¿vas a echar detrás a desinformarte? Eso es una utopía, es imposible.

    AGC - Por ese motivo. Porque evidentemente aunque esa información ?como hemos dicho mil veces? nos costituye desde que se nos anuncia, se ve que no basta, porque el Poder y los Medios…

    - …Hay que imaginarse a un niño que no se le informe nunca.

    AGC - …todos los días tienen que estar suministrándonos lo que he dicho: atavíos. Atavíos para que podamos coexistir con esa idea. No hay contradicción. Evidentemente esa información es costitutiva pero, como les pasa a todas, no basta: la Fe tiene que seguirse sosteniendo. No basta con que el niño a los dos años o algo antes que se le diga, se lo crea, “Te vas a morir”, no basta. Esa Fe tiene que seguirse alimentando cada día, y se alimenta sobre todo haciendo a la muerte tratable, coexistible…

    - [] el abuelo, ve morir a la gallina. Claro, primero el abuelo, luego la abuela.

    AGC - …tratable, coexistible. Sí.

    - A mí todo esto me estaba recordando que en una época de mi vida, pensando que…, o sea, sin creer en Dios ni en todas estas cosas, pero yo vivía en una casa en la que me tuve que ir porque había espíritus, o sea, y se oían pasos, te tocaban, te encendían la luz, y no solamente me pasó a mí sola, sino con la gente con la que estaba. Entonces, de repente, yo me sorprendía teniendo que creer en cosas que no creía, pero porque pasaba que se abría esa ventana y venía una ráfaga de aire en pleno verano. O sea, pasaban cosas absolutamente asombrosas. Sin creer en espíritus, pues vivía con… y me tuve que ir de ahí.

    AGC - Espíritus o duendes, dejemos eso. Una cura para eso, que evidentemente no hay manera de…

    - []

    AGC - …no hay manera de rechazarlo por las buenas, una cura para eso es la que hace dos o tres sesiones salía aquí: descubrir que los que hacen que puedan funcionar los teléfonos móviles y el sistema Dicta son duendes evidentemente. Esos son duendes, espíritus, y si uno llega a descubrir la condición necesaria de espíritus o duendes que tienen los que permiten los milagros del teléfono, el fonógrafo, o los móviles, o eso, pues entonces los duendes de esa casa ya no tienen importancia. Pues, claro, como todo lo demás, por todas parte hay agujeros, por todas partes [] se tratan de tapar, y por tanto, normal. A ver.

    - Vamos a ver, ¿por qué tener miedo?, ¿de qué? ¿Por qué no se puede hacer bonita una muerte igual que se hace bonita y se recibe una vida?

    AGC - Sí, sí, es lo que se hace. Es lo que he estao denunciando: nos la atavían todos los días para poder coexistir. No tiene mucho éxito porque tienen que renovar el procedimiento, si tuviera mucho éxito eso, si hubieran conseguido hacerla bonita y tratable, pues no habrían tenido que seguir. Sigue.

    - Pero sería más llevadero y más…

    AGC - Sí, cada vez, sí, sí. La muerte de verdad es… sería absolutamente intolerable, y por tanto el camino que se propone es desnudarla de todos esos adornos y florituras para, por ese camino, que es su inconcebilidad, nos despierte a la no verdad de la Realidad en general, contra el Poder.

    - Pero Agustín, hay personas que se preparan para morir.

    AGC - Sí, sí, sí, también, por supuesto. Sí, se preparan para el gran negocio de…

    - Claro, igual que los mesiánicos, también…

    AGC - Sí, pero no sé por qué me lo dices, ¿para qué?

    - No, no, no, no. No. Bueno, nada. No, entonces no digo nada.

    AGC - No, sí. No, está bien. Está bien, pero…

    - No, porque no… Pues me has contestao, pero me parece muy escueta la contestación, porque me interesa muchísimo tu opinión porque es una enseñanza…

    AGC - Si yo no tengo opiniones. Es una cosa…

    - …Entonces por eso, a lo mejor te demando.

    AGC - …es una cosa que cualquiera de los compañeros te dirá. No tengo opiniones, ninguna. Cuando esto…

    - Ah, vale. Entonces nada.

    AGC - …Cuando cualquier cosa de la que oigas sea una opinión se habrá hecho absolutamente mentira. Es lo que…

    - “Tu enseñanza”, he dicho. “Opinión y enseñanza”.

    AGC - Cualquier cosa de las que se dicen aquí, mi boca u otra boca, en el momento en que sean una opinión, una doctrina, una enseñanza, serán ya mentira sin más. Aquí no se hace más que destruir, no te hagas ilusiones. No se hace más que destruir, por desgracia se equivoca uno de vez en cuando y deja que se vuelvan positivas algunas destrucciones, qué se le va a hacer, pero en ese momento se sabe y ya son mentira. Ya no han atinado… no han atinado a lo que deseaban, que era la destrucción de la Fe y de las creencias.

    - Pero es verdad que casi todo conduce a una doctrina. Pero, por ejemplo, tú mismo sabes que Krishnamurti abunda en este tema de lo del miedo en relación al saber futuro, y no ha creado ninguna doctrina,…

    AGC - Bueno.

    - …ha hecho un razonamiento bastante honesto.

    AGC - Sí, Krishnamurti es bastante respetable en ese sentido, sí. Y desde luego unos se equivocan más que otros. Pero desde luego lo que importa es saber que en cuanto cualquier negación se convierte en una opinión,…

    - Éste era su tema, su obsesión.

    AGC ? …en una doctrina, ya es falsa, como todas. Se me olvida recordaros (perdona) para que se vea que esto de el trato con la muerte y lo intolerable de la muerte no es cosa de pensadores, de filósofos, recordaros lo que Don Miguel de Unamuno había recogido de boca de un labriego (que no me acuerdo exactamente si de la Armunia o de más abajo, de alrededores de Salamanca) una copla que él cita y que dice lo que tiene que decir “Cuando me pongo a pensar / que me tengo que morir, / echo la manta en el suelo / y me harto de dormir”. Eso, no hay motivo para dudar, lo había recogido de gente no letrada, es de Unamuno, él hizo de ello un uso, pero yo quería que aquí  le hiciéramos otro, porque evidentemente ese hombre está declarando lo de que ‘si fuera verdad sería absolutamente intolerable’. Por tanto encuentra el camino de echarse a dormir más o menos eficaz, porque también se sueña, pero bueno, pero por lo menos revela que hay una especie de conciencia de que aquello es intolerable, que no es… “Cuando me pongo a pensar”, que no sirve de nada seguir pensando, y renuncia. No sé si veis bien clara la relación, pero desde luego esto es una manera muy [].

    - Sin embargo eso de dormirse es lo más parecido a una muerte verdadera ¿no?

    AGC - Sí.

    - Es decir, que por lo tanto la copla ésa cuando dice que se echa a dormir…

    AGC - Pues sí.

    - …es porque está haciendo un ensayo general todos los días,…

    AGC - Efectivamente, uno de los…

    - …antes de la representación.    

    AGC - …Uno de los adornos de los innumerables es lo de que sean hermanos, hermanos o cosa por el estilo, el Thánatos y Hipnos (muerte y sueño), esto ya sabemos. Bueno, a ver.

    - Respecto a la segunda cuestión que sacó Óscar antes, de quien dice que “Después de mi muerte, nada”, me parece que tiene que ver con una cuestión que quedó abordada o recién abordada hace unas sesiones, que era el solipsismo.

    AGC - ¿El?

    - El solipsismo. Y ese aspecto me…

    AGC - Sí, merece la pena enlazar. Son siempre la imposición de ideales lo que hacen mentirosa a la Realidad: uno solo, evidentemente lo saqué porque el solipsismo es irrefutable de por sí, no hay nada que a uno solipsista le demuestre que no tiene razón, y aquí se trata de la declaración de ‘nada’, y la conexión entre ‘uno’ y ‘nada’ ?o ‘todo’? es bien evidente por todas partes, por eso le decía “No es eso lo que os he estado proponiendo, sino eso: la labor negativa, como siempre, desnudamiento de creencias, descubrir que las tenemos, que las padecemos y matarlas, librarnos de ellas en lo posible”, eso va camino de hacer inconcebible o declarar mal concebida la Realidad misma. Es de lo que se trata en esta guerra.

Y, bueno, como se ha hecho tarde, pues habrá que hacer tregua o interrumpir simplemente la guerra ésta. Y supongo que después de esto, el día que viene, si el Señor nos deja volver por aquí, pues tendréis ocurrencias que nos puedan ayudar en ese camino.