26.08.2014

Tertulia Política número 176 (6 de Mayo de 2009)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid

 

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Para entender hay que sentir al mismo tiempo:


Las cosas son difíciles de entender, no por complicadas que sean, sino porque para entender hay que sentir al mismo tiempo. Y dejarse sentir es peligroso porque se juega uno el Futuro, y el Futuro es la Existencia misma, la Realidad personal de uno. Uno pretende seguir siendo el que es y para eso hace falta contentarse con los sustitutos, en este caso, con las ideas del sentimiento en lugar de los sentimientos.

Lo sin fin, lo desconocido, lo no discontinuo:


La velocidad, el movimiento, la aceleración, cuando se refieren a fuera de la Realidad, a lo desconocido, a lo sin fin, dejan de tener significado preciso. El problema de la gravitación universal pensamos que no puede tener sentido dentro de la Realidad.
Lo no fin, lo sin fin, lo no discontinuo, nos lanza fuera, está fuera de la Realidad, pero costantemente están penetrando en ella y en nosotros como ‘ideas de infinito’, ‘ideas de continuo’, que ya naturalmente son falsedades que se vuelven reales.

A lo infinito, a lo sin fin, no se llega por el camino del ‘muy’ sino por la negación:


Es un error pensar que por el camino del ‘muy’ (más y más, o menos y menos) se puede llegar, como un límite, al infinito o a lo infinitésimo. A eso de lo infinito, de lo sin fin, no se llega por el camino de ‘muy’ sino por la negación, simplemente por la negación. En este caso la negación de la Realidad en cuanto pretendiendo ser verdad.
Velocidad, aceleración, masa, cualquier cosa de las que se han hecho conocidas por la Ciencia o como sea, son costitutivas de la Realidad, lo que pasa es que la Realidad no es todo lo que hay. Y si no es todo lo que hay, tenemos que pensar que siendo las cosas y nosotros entre las cosas así, tantas, tantos, cambiando costantemente unas por otras, entrando de lo sin fin, de lo desconocido, a hacerse conocidas, sin embargo eso no sea un todo, no tenga límites. No tiene todo, porque continuamente se está perdiendo y costantemente se está recreando, rehaciendo. De lo sin fin están costantemente sacándose nuevas cosas que vienen a formar parte de la mentira de la Realidad.


Los que quieren imponeros la mentira de la Realidad como una verdad (que se vuelve mentira justamente porque se la hace verdad) acuden justamente a ese casamiento de lo infinito con límite.

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Querría hoy, lo primero, asegurarme de que se ha entendido lo bastante aquello que os sacaba el otro día acerca de velocidad y las velocidades. No es que esto sea muy complicado, tal como aquí os lo presentaba, prescindiendo de cualquier aparato, así, muy técnico o científico, pero es que las cosas son difíciles de entender, no por complicadas que sean, sino porque para entender hay que sentir al mismo tiempo. Eso es lo que a veces procuro que se produzca aquí, que lo que se diga no sea teórico, que traiga consigo sentimiento, un dejarse sentir, y eso lo hace difícil porque ya sabéis que ‘dejarse sentir’ es peligroso para uno, para que uno subsista como Dios manda y siga siendo el que es, o mejor dicho, pretendiendo serlo. Para eso hace falta contentarse con los sustitutos. En este caso, con las ideas del sentimiento en lugar de los sentimientos. Y con esto tenéis que contar, tengo yo que contar, tenemos que contar, como dificultad para entender de veras las cosas que aquí se dicen en contra de la Realidad, en esta guerra que nos traemos. Por eso quería, bueno, asegurarme un poco respecto a eso, y os dejaré pronto entonces pasar la palabra para que  me tranquilicéis o desaniméis del todo. 

Era aquello de que la velocidad, el movimiento mismo, la aceleración que es inherente a los cambios de velocidad, cuando se referían a fuera de la Realidad, a lo desconocido, a lo sin fin, dejaban de tener significado preciso. Os traía aquello de la imaginación de aceleración enorme, y os lo traía con el fin de ver que cuando se refiere a eso, a lo desconocido, eso es lo que tal vez se… con lo que se toca la noción tan debatida de la gravitación universal. Aquellos cambios de longitud, de velocidad, deja de tener significado, lo mismo si nos molestábamos en imaginar (porque podemos, es fácil) trascurrir el curso de nuestra vida, de una de nuestras vidas, en un segundo, que si dejábamos trascurrir de repente, como en una cinta que se volviera loca, toda la Historia de la Humanidad, estos diez mil años, en dos o tres segundos (en dos o tres segundos, cosa posible) donde se nos acumularan con esa rapidez todos los hechos, las batallas, los prohombres, que a lo largo de la Historia han venido apareciendo,  y os sugería que cuando esto se refiere a lo que los físicos llaman el Universo, y nos presentan en el origen (inmediatamente después del Big-Bang, inmediatamente después del istante de la Génesis) sucediendo todo a una velocidad tal que en millonésimas de segundo se han producido todas las condiciones fundamentales y principales del Universo, pues eso estaba tocando a la imaginación que os traía aquí. Ya sabéis que no es que nos vayamos a tomar ahora en serio el Big-Bang y toda esta especulación, pero eso, como tantas otras cosas, las traemos como muestra de qué fácil es engañarnos, qué fácil es contarnos cuentos y que nos los traguemos.

Pues esas diferencias, esas diferencias de trámites más o menos largos y por tanto de velocidades más o menos aceleradas, efectivamente no son nada de verdad, pierden en ese sentido el significado en cuanto los consideramos no dentro de la Realidad, dentro de la cual se producen esas historias de nuestra vida, nuestra biografía, de la Historia de la Humanidad, de los orígenes y desarrollos de la Tierra, del Sistema Planetario, el descubrimiento de las Galaxias, y las imaginerías de Universo en expansión, y de comienzo del Universo, todo esto está dentro de la Realidad: se sabe, no tiene sentido preguntar que sea mentira o no lo sea, pero se sabe, por tanto es real. Y cuando nos hemos desengañado de que la Realidad sea todo lo que hay, y por tanto el problema de la gravitación universal pensamos que no puede tener sentido dentro de la Realidad, y los esfuerzos de los físicos por encontrárselo son más bien un aliciente para pensar de esa manera, y que por tanto estas diferencias de velocidad en lo que pasa, y que las Historias o la Física nos cuentan, dejan de tener valor ninguno, significado.

Esto es muy importante y es sobre todo lo que quería comprobar que se entiende bien, porque toca a la cuestión del infinito más o menos domesticado, y sobre ella hay muchos errores de los que me temo que no hayamos todavía acabado de desprendernos.

Estas velocidades de dentro de la Historia, de desarrollo del Universo o desarrollo de la vida de uno, no es que dejen de ser nada o insignificantes con respecto a una velocidad suprema, a un límite inconcebible de la aceleración, justamente este error es el mismo que el que en general se da cuando se piensa que se puede de alguna manera llegar, venir a parar en lo infinito por el camino del ‘muy’ (dentro de la Realidad ya sabéis que tenemos que arreglarnos con el ‘más/menos’, con el ‘más o menos’) pero la aberración, el error costante consiste (no sólo entre nosotros, gente vulgar, sino entre los científicos y filósofos) en pensar que de alguna manera por el camino del ‘muy’ (muy deprisa, muy lejos, muy grande, o da lo mismo: muy deprisa, muy pequeño, más pequeño todavía) se puede llegar de alguna manera, como un límite, al infinito o a lo infinitésimo.

‘Al infinito o al infinitésimo’, esto es un error costante y por tanto importa saber que no, sentir que no, que a eso de lo infinito, de lo sin fin, no se llega por el camino de ‘muy’ sino por la negación, simplemente por la negación. En este caso la negación de la Realidad en cuanto pretendiendo ser verdad. Precisamente para pretender ser verdad y hacernos tragar que sea verdad es para lo que este error respecto al infinito y al infinitésimo cunde y se impone: se nos deja creer, ocasionalmente se nos hace creer, que efectivamente eso del infinito es una especie de término al que se alcanza por el camino de cada vez más, y más, y más, y más, y muy; o a infinitésimo cada vez menos, y menos, y menos y menos.

Nos hemos desengañado (deberíamos habernos desengañado) respecto de que esto tenga sentido, puesto que basta con reconocer que la Realidad no es todo lo que hay, y si no es todo lo que hay, por tanto tenemos que pensar en la Realidad entera (no digo el Universo, que es todavía peor), la Realidad entera, las cosas, tenemos que pensar en ellas como creciendo, desarrollándose, siendo más cada vez, cambiándose las unas por las otras, y todos los trucos que la Realidad utiliza para subsistir, dentro de, bajo, la condición de que eso está perdiéndose en lo sin fin, está abierto a lo sin fin, que de lo sin fin están continuamente sacándose… ‘costantemente’ (perdón) sacándose nuevas cosas que vienen a formar parte de la Realidad. Desde el momento en que ya son conocidas, pues ya no son lo desconocido, ya no puede ser la verdad desconocida, tienen que entrar a ser parte de la mentira de la Realidad. Pero todo eso así, no voy a decir con límites, porque eso querría decir que yo creía que la Realidad era un todo, pero no tiene límites, y esto es lo que tal vez, como demasiado simple, cuesta trabajo de entender: que siendo las cosas y nosotros entre las cosas así, tantas, tantos, cambiando costantemente unas por otras, entrando de lo sin fin, de lo desconocido, a hacerse conocidas, y todo eso, sin embargo eso no sea un todo, no tenga límites. No tiene todo, es justamente por eso, porque continuamente se está perdiendo y costantemente se está recreando, rehaciendo. 

Continuamente perdiéndose porque ‘continuo’ quiere decir ‘no discontinuo’, es decir, una negación de la condición de la Realidad (que es por fuerza discontinua en sus cosas y en sus medidas) como es negación -pura negación- lo sin fin. Los que quieren imponeros la mentira de la Realidad como una verdad (que se vuelve mentira justamente porque se la hace verdad, si no, no hay nada que decir), los que quieren eso acuden justamente a ese casamiento de  lo infinito con límite: una velocidad infinita ¿qué querría decir?, pues un límite de la velocidad, como decía el viejo Epicuro: una velocidad (anypérbleton) insuperable; o como en la teoría del propio Einstein figura: como límite de velocidades. No vamos a entrar ahora en doctrinas que ya conocéis de que después en los sucesores de la teoría de la relatividad unos hayan intentando saltarse ese límite o no saltársele, eso ya son especulaciones de físicos para andar por casa.

Pero así es aquello de que os estaba hablando que quería haceros sentir: no es la toda velocidad, el límite de la velocidad, sino una negación, una mera negación, no ningún ‘muy’, no ningún ‘cada vez más’, sino un NO puro y simple de las velocidades, de las diferencias de velocidades que se nos aparecen como sí, simplemente necesarias para la Realidad, costituyendo la Realidad, pero que en la medida en que pretenden ser verdad, ser todo, ya son mentiras y se vuelven pues nuestro enemigo. Se convierten en nuestro enemigo, nuestro gigantón, el Poder, la Realidad fundada en la Fe, necesariamente en la mentira. Y entonces podemos llamarlas ‘enemigo’, suponiendo que nos olvidamos de que cada uno de nosotros a su vez ya se sabe que es un representante del Poder, y tiene una Realidad que también tiene que creérsela antes que ninguna, y por tanto, si lo presentamos como enemigo eso, ya no podemos decir enemigo de quién, porque no es de nosotros como personas reales sino de alguien desconocido al que en vano se apunta con ‘yo’ a cada paso.

Bueno, esto era lo esencial, este error en el progreso hacia el infinito por el camino de ‘muy’ sustituyendo a la mera negación con las implicaciones que muy brevemente os he recordado, es lo que quería poner un rato a prueba con vosotros, de manera que, antes de pasar más adelante, os dejo ya la palabra para que o me exijáis hablar más claro todavía, o traigáis ocurrencias mejores para que esto se pueda sentir, o me digáis también simplemente “No entiendo”, yo diré “Claro, cómo vas a sentir -le diré a cualquiera que honradamente lo diga- cómo vas a sentir si no lo sientes, para entenderlo hay que sentirlo, y claro, eso no se le da a uno todos los días, y menos a todo el mundo”. Pero, bueno, de la manera que sea, os dejo ya correr la palabra porque es importante que nos ahinquemos en el desengaño respecto a todo lo que ronda alrededor del uso del infinito. No tengáis miedo de preguntar cosas elementales, es por el contrario, será muy de agradecer, y no tengáis miedo de meter la pata, porque todos la metemos y nunca se mete del todo, no pasa nada. Adelante.

    - Aparte de la velocidad, y los físicos y los químicos dicen que la materia no es infinita, que no se puede crear nada. Y luego, aparte de la gravitación, que es más complicada, pero sí se costatan fuerzas eléctricas y magnéticas…

    AGC-Bueno, antes de que pases, tengo que aprovechar lo que has dicho. Efectivamente, ésa es la condición que he dicho, esto está claro. El reconocimiento del límite es erróneo porque la Realidad se está costantemente cambiando y hacerse y haciéndose, y pensar que hay por debajo un sustrato que permanece todo, total (la materia, por ejemplo), es el error que acabo de denunciar ¿eh?, que se vaya [entendiendo]. Sigue.

    -Y luego, aparte de eso que le he dicho, la costatación de las fuerzas eléctricas, magnéticas, lo…

    - No se te entiende.

    - ¿Perdón-

    - Que no se te entiende bien.

    - “No se te oye”, dirás.

    - Que la gravedad es complicada, pero que hay una constatación de fuerzas eléctricas y de magnéticas, y eso es un conocimiento. Y luego, sobre todo…

    AGC-¿Y qué quieres decir?, no entiendo. Sí, sí, costituyen conocimientos, sí. ¿Por tanto?

    - Conocimiento físico: la electricidad y…

    AGC-Sí. ¿Por tanto?

    - Que está ahí, ¿no?

    AGC-Que ¿adónde vas a parar por eso?

    - Que está ahí. Que la gravedad es más dudosa, pero que la electricidad y el…

    AGC- No, no, si… Como ya he dicho, son costitutivas: velocidad, aceleración, masa, cualquier cosa de las que se han hecho conocidas por la Ciencia o como sea, son costitutivas de la Realidad, lo que pasa es que la Realidad no es todo. La Realidad no es todo, pero eso es otra cosa. Y las dudas o tropiezos con respecto a la gravitación las sacaba justamente para hacer costar esto: que cuando no se deja uno atrapar por una concepción de la Realidad, o el Universo, como una especie de cosa costituida, sino que la imagina (que no es tan difícil) como cosas y cosas entrando y saliendo, cambiándose unas por otras, y perdiéndose, sin que eso implique ningún cerco, ningún límite, ninguna totalidad, y que de todo eso por todo tiene que pasar respecto a lo que no es Realidad, lo desconocido, lo sin fin, la verdad. Entonces, con esa imaginación yo creo que…. Pero, vamos, si quieres tú mismo, o quien sea, insistir, sigue, no importa, está bien, bienvenido.

    - Y luego también está el sentimiento, yo creo, de conocer los orígenes y eso ¿no-

    AGC-Sí, sí, lo mismo: he empezao por sacar el ejemplo de las velocidades con respecto a la Historia, a la biografía de uno, al desarrollo del Universo, y efectivamente, el juego que os propuse ya el otro día y que ahora repetía era “¿qué impide?, ¿qué impide que eso pueda pasar muchísimo más deprisa, eso mismo que nos cuentan, y hacerlo circular en pocos segundos, lo que por otro lado nos cuentan que dura siglos o que dura cantidades inmensas de tiempo, hasta el Big-Bang?”.  Sí, sí, como veis, si os dejáis hablar, se tropieza uno con creencias que están muy arraigadas. Ésas son las que estoy tratando de ayudaros a romper aquí, ayudarnos, a mí en primer lugar, a romper aquí.

    - Yo quería preguntar una cosa respecto a si una condición básica para el conocimiento de cualquier cosa es la naturaleza de discontinuidad de lo que se conoce, porque si no, no formaría parte de la Realidad, porque parece que es condición de la Realidad la discontinuidad, supondría entonces que lo desconocido tendría que ser… por lo menos tener un rato de discontinuidad, ¿o no?, digo yo.

    AGC-Exacto. Como lo sin fin. Para evitar confusiones…

    - Entonces, para terminar el razonamiento sería… Lo que yo quiero preguntar es ¿cómo una cosa…?

    AGC-Sí, pero antes de lo que quieras preguntar. Para evitar confusiones ahí: ‘continuidad’ quiere decir ‘no discontinuidad’, es engañoso. Por tanto es otra vez el NO como en lo de ‘no fin’, sin fin, que nos lanza fuera de la Realidad ¿eh? En cambio, si se piensa que la continuidad es algo positivo, se vuelve real, y entonces de poco sirve que los descubridores nos cuenten que NO, que la noción de continuidad tropieza costantemente con unas cosas y otras.

(No olvidéis -entre paréntesis, y antes de que sigas- que sin fin, no discontinuo, nos lanza fuera, está fuera de la Realidad, pero que están costantemente, no continuamente, penetrando en ella y en nosotros como ideas de infinito, de continuo, que ya naturalmente son falsedades pero, al mismo tiempo por eso, reales, se vuelven reales). Terminemos.

    - Pero es ahí donde se me produce a mí el atasco del entendimiento, a lo mejor es que no doy pa más, es el hecho de cómo una cosa que parece que tiene ese rasgo de no continuo, o por lo menos tan radicalmente diferente a lo conocido como ‘continuo’ puede por el hecho de la…

    AGC-Ah, ¿qué es lo conocido como ‘continuo’?

    - Digo, como ‘discontinuo’, que me he equivocao. ¿Cómo puede eso por una operación, que no se sabe cuál es, de penetración que dices tú, convertirse…-

    AGC-No, no: eso no es. La penetración es de lo otro, de lo que no se sabe.

    - Sí, de lo otro, a estar -como si dijéramos- bajo la posibilidad de conocimiento. ¿Cómo eso, que es tan así, puede ser de repente de otra manera, de una naturaleza tan contraria por el mero hecho de un desplazamiento que no es topológico tampoco…?

    AGC-No, no. No, topológico no…

    - …un desplazamiento de naturaleza? 

    AGC-No es topológico. Tengo que decirte que te he…

    - No, por eso te digo que no es topológico.

    AGC-… Te he perdido. Te he perdido. Te has armao un lío…

    - No, que ¿cómo puede cambiar de naturaleza?

    AGC- …Te has armao un lío y no hay mucho que hacer ahí.

    - No, pero ¿cómo se haría esa operación de cambio de naturaleza…?

    AGC-No hay nada de cambio de naturaleza ni nada.

    - …¿de continuidad a discontinuidad?  

    AGC-No ‘muy’. No ‘muy’, no ‘más’, es lo esencial de lo que os estaba presentando. No por la vía de ‘muy’, no por la vía de ‘más’: la negación, la mera negación. Eso no quiere decir que porque neguemos el fin, el límite, conozcamos el infinito, no señor, no hemos pasao a ningún conocimiento. La negación (y esto es una cosa que ya en política elemental recordamos todos los días), la negación de algo no implica para nada la afirmación o conocimiento de otra cosa: es negación, puramente negación. Y lo que surja de ahí ya no nos toca a nosotros.

    - Yo lo que digo, Agustín, ese trasiego que dices tú que se produce desde… costante entre lo desconocido, continuo, a lo conocido, discontinuo y por lo tanto falso, ese trasiego implica un cambio tan radical de lo que sea, que no sé lo que será, que digo yo ¿cómo es posible que se produzca ese tras-… ese cambio?

    AGC-Pues, mira, es así. Así es. Así es el mundo, así es la Realidad: costantemente cosas que vivían, porque eran desconocidas, se nos convierten en cositas que conocemos. Esto quien…

    - A lo mejor es que no hay relación entre lo uno y lo otro.

    AGC-…Quien no reconozca en su propia vida esto es que no quiere reconocer nada. Continuamente aquello que era apenas un sentimiento vago se convierte en una idea, se vuelve conocido, muere, queda muerto, pero eso es lo que a la Realidad le hace falta. Y a este fúnebre proceso asistimos a cada paso en la vida corriente, en la Ciencia, y en cualquier sitio. La dificultad para entender es que hay que dejarse sentir, y que dejarse sentir es peligroso porque se juega uno…

    - Pero es por vía de sentimientos que no lo siento.

    AGC-… porque se juega uno el Futuro. Si se deja entender estas cosas, se juega uno el Futuro, y el Futuro es la Existencia misma, la Realidad personal de uno. Ésa es la dificultad. Bueno, ¿qué más?

    - Yo quería contar cómo está un poco el patio, digamos. Estoy haciendo un curso de Gestión Cultural, y entonces, nos vinieron a dar una clase el otro día de Innovación, y nos explicaban que en la Economía Mundial ahora mismo lo que está pendiente es de comprar ?digamos?, de poner al servicio del ámbito empresarial, precisamente a través de las Artes Escénicas, pues lo mismo para vender un coche o… vender un coche que una comida en un restaurante, pues que ese tránsito fuera una vivencia, implique emociones, lo desconocido. Entonces, eso es lo que ahora se quiere utilizar, ya el Marketing está pasao de moda, ahora es esto lo que se quiere... Entonces, a mí me salió, así, como a borbotones, no me dio tiempo ni a pensarlo, que lo dije en alto allí en medio de esa clase, dije “Sí, pero es que eso no se vende ni se compra ¿no?”. Y me dice uno “Explícate”. Dije “Bueno, pues esto es una falsedad muy grande ¿no?, y si merece la pena hacer Teatro precisamente es para un poco, pues evidenciar esta mentira ¿no?”. Y me dijeron… primero me dijeron que yo vivía en los mundos de Yupi, y después… y después me dijeron “Claro, claro, es que nosotros…”

    AGC-¿De yuppies, por qué? 

    - Porque este razonamiento que yo estaba teniendo era vivir en los mundos de Yupi. Esto es lo que me dijeron a mí, el profesor… el profesor me dijo que yo vivía…

    AGC-En los de yuppies no. Sería en los de hippies, porque con los de yuppies yo no veo…

    - Es un muñeco de la tele.

    - No sé. Bueno, pues el caso es que después de esto, que dije “Pero esto es engañar”, y me dijo “Claro, es que nosotros ?‘nosotros’, pluralizó? lo que queremos es que nos engañen porque lo necesitamos para ser felices”. Ésta es la explicación que me dieron.

    AGC-Lo llevaste seguramente adonde no quería él llegar, con esa declaración final. Por lo demás, es un…

    - Lo que claramente exponían es que ahora mismo la Economía Mundial…

    AGC-…Por lo demás, es un proceso bien sabido: cada vez más el Marketing, la necesidad del Mercado, trata de desarrollar más cosas de ésas que se llamaban ‘creatividad’, ‘sensibilidad’ y la puñeta en verso ¿no? Claro, esto son juegos del progreso del Marketing, y no se sale para nada de ello…

    - Hoy día le llaman a eso ‘apropiación emocional’.

    AGC-…en la absorción, la cosificación o realificación de aquello que tal vez rezongaba por debajo y molestaba porque no estaba debidamente administrado. Pero si la creatividad, la imprevisión, la sorpresa, el choque, el sentimiento, el asombro, si todo eso los haces objeto, se hace ideas, de una Escuela, pues ya está, entran a forma parte de las cosas, de la Realidad, y todos tan contentos siendo felices con el engaño, como le hiciste decir a ése hombre.

    - Y voy a poner algún ejemplo para que veáis de qué se trata esto de tener emociones: por ejemplo, irte a pasar un fin de semana a un hotel o una casa rural en la que se vende que vas a pasar miedo porque es misterioso ese sitio. Entonces, pues hay alguien que hace de fantasma y por la noche se dedica a asustar a la gente para que pase mucho miedo…

    AGC-Bueno, eso ya es demasiado infantil, no tiene interés. Pero dejémoslo. Más, más cosas. Sí.

    - Antes preguntaba si los que en el plano físico decimos que la velocidad es infinita o que no tiene fin, se correspondería con que la definición de la velocidad no está terminada, tampoco tiene… tampoco está cerrada del todo.

    AGC-Bueno, eso no se puede decir que sea (¿cómo dijiste?) dentro del espacio de…

    - Vamos, “en el plano físico” he dicho, creo.

    AGC-Ya, en el plano físico, sí. ‘Físico’ quiere decir propiamente referente a la Realidad (por tanto ahí no cabe, no cabe esta especie de abertura hacia afuera a la que os estoy invitando, ahí cabe la velocidad como límite: infinita, pero finita, como Dios en la vieja Teología: infinito, pero todo ¿eh?, que no se nos vaya a escapar por los bordes, siempre sigue igual) dentro de la Física, en el plano de la Física, que quiere decir una Ciencia de la Realidad, como justamente la que se desmonta por esto. No sé. 

    - No, y bueno, si se supone que la definici-… para la Física la definición de velocidad es espacio partido por tiempo ¿no?, para la Física tiene que ser eso la definición ¿no?, completa, o algo así.

    AGC-Bueno, está implicada, digamos que hay una implicación entre las nociones de espacio y tiempo, más viejas, y la noción de velocidad, más moderna. Es decir, lo que cabe es darle la vuelta y pensar que espacio y tiempo no tienen sentido, que lo que tiene sentido es la velocidad; y mejor que la velocidad, la aceleración, que es lo que hace falta ¿no? Y algo en este sentido, pues van algunas de las especulaciones de los físicos ¿no?

    - Una cosa con respecto a lo que dijo Isabel antes: la negación entonces, ¿no parte de ningún sitio?, o sea, ¿no parte como de negar una afirmación? O sea, es esa… eso continuo…

    AGC-Sí, sí: niega una afirmación. Lo que digo es que os guardéis de los que cuando decís “Es mentira” algo, “no es verdad”, dice “Entonces, ¿qué es la verdad?” y que te exigen un sustituto. Te exigen un sustituto. La negación se ejerce sobre la Realidad, que quiere decir ‘la pretensión de verdad de las cosas reales’: la pretensión de verdad, que es lo que hace decirle NO, decirle “Es mentira”. ¿Qué más?

    - Agustín, sí. Me parece que también por la vía del ‘más’ se podría llegar a atisbar eso infinito. O sea, repitiendo la operación sin pensar que… que diciendo más, y más, y más, y llega un punto en el que se da el salto y era tanto más que… que entonces empieza a ser como infinito ¿no? Si no se hace ese salto, si es la mera operación repetida sin fin, también ahí se atisba algo de esto que estamos hablando ¿no?, y lo trae aquí lo infinito ¿no? Lo trae tal vez…

    AGC-No, no.

    - ¿No?

    AGC-No. Creo que es una ilusión. Es una ilusión contra lo que he hablado: por el camino de ‘muy’ nunca se llega al descubrimiento de que esta Realidad está costituida como verdad mentirosa y que no es así, no se llega al NO. No se llega al NO por el camino ése. Porque, claro, puedes dejar que una persona corriente o un científico por el camino de más, y más, y más, y más pretenda estar acercándose… acercándose a un límite, puedes dejarlo porque es el juego de la Realidad, y bueno, mientras no acabamos de estar muertos del todo, pues nos dedicamos a eso y tal, pero evidentemente no es la vía de esta negación, de esta rebelión contra el Poder del pueblo-que-no-existe que aquí nos traemos, para eso… Por eso os traía los ejemplos de ejercer una aceleración caprichosamente con cualesquiera de las extensiones del Universo, de la Historia o de la vida de uno, y ver que da lo mismo que fueran más cortas o más largas, que da lo mismo que fueran más deprisa o más lento. Que da lo mismo porque todo eso se da dentro de la Realidad, es decir, dentro de la organización o costitución de la mentira, nada más.

    - Pero respecto a esto que dice Penélope, la sensación… por ejemplo, la experiencia que una repetición continuada, pero muy continuada, como por ejemplo oír una gota de agua que cae de un grifo de noche y de día, suponiendo en una celda un prisionero, produce tal catástrofe en eso de la razón y el entendimiento que la gente se puede volver loca. Es decir, a partir de esa experiencia realmente todo se descabala, la capacidad de conocimiento del mundo se rompe, sí.

    AGC-Ay, ¡pobrecillo!, sí. Pobrecillo al que le hagan eso. Pero, vamos, no por eso…

    - Pero podría ser.

    AGC-… No por más putadas que le hagan va a descubrir la mentira de la Realidad, no. Tampoco él. Encima va a ser desgraciado por partida doble, porque le van a desconcertar el juicio y encima no va a descubrir nada.

    - Sí, sí. Va a enloquecer, sencillamente.

    AGC No va a descubrir nada   No es así. Es la [naturaleza] de esta negación: no puede uno pensar que por el camino del ‘muy’ se va a ninguna parte más que dentro de los convenios de la Realidad. Si se trata del descubrimiento de que las cosas no somos todo lo que somos, eso no se puede hacer más que por la mera negación.

    - ¿Y lo que estaba diciendo antes, el cambio?

    AGC-Sí. Dime.

    - ¿Sería otra cosa?

    AGC-Otra cosa ¿que cuál?

    - Que la Realidad.

    AGC-No, no. No, no: el cambio es costitutivo…

    -  Por ejemplo: ¿si el dinero estuviera repartido? ¿Si no fuera de pocos?

    AGC-…costitutivo de la Realidad. No. No hay cosas no cambiantes, no hay una sola cosa no cambiante: es costitutivo de la Realidad. Las cosas están, estamos, necesariamente deshaciéndonos continuamente y defendiéndonos costantemente del deshacerse, por los trucos que sea, pero estamos deshaciéndonos; las cosas, nosotros, estamos deshaciéndonos continuamente, por tanto cambiando. Cambiando, algunas veces el cambio llega a ser tan grande que se le cambia el nombre en un idioma, otras veces no, bueno, eso es ya…

    - El dinero repartido.

    AGC-¿Eh?

    - El dinero repartido.

    AGC-¿Cómo “el dinero repartido”?

    - El cambio del dinero repartido.

    AGC-A ver si te entiendo. No… no estoy seguro

    - ¿Si eso sería Realidad también?

    AGC-No, no: el cambio es Realidad. No hay Realidad si no es con cambio: es costitutivo de la Realidad. Es que no hay una cosa que no cambie; no hay nada dentro de la Realidad que no cambie.

    - Pero está diciendo que la Historia sigue igual, deprisa, despacio, de una forma, de otra…

    AGC-No, no: eso os lo he sacao para que apreciarais de un golpe, si podía ser, la vanidad de las diferencias de  velocidad dentro de la Realidad cuando uno tiene en cuenta que la Realidad no es todo. Eso solamente tenía ese fin. Sí.

    - Tengo una pregunta, a ver si es oportuna para usted responder. La pregunta es: si tenemos que desconstruir el concepto de infinito y continuidad para entender la Realidad, ¿cómo lo podemos hacer si el mismo acto de pensar es continuo e infinito hasta el momento de la muerte?

    AGC - ¿El acto de pensar?

    - Es continuo e infinito hasta el momento de la muerte.

    AGC-Es que no estoy seguro de lo que quieres decir con eso segundo. Desde luego no puedes querer decir que actualmente, cuando el pensar se produce, sea continuo, no creo que se te ocurra decir eso, porque no hay más manera de pensar que discontinua, es lo mismo que el hablar. A lo mejor es que querías decir que no se acaba nunca. Eso es otra cosa. Eso es otra cosa distinta, que en la cual metes el pensamiento ése de que hablas como una cosa más de la Realidad. Pero respecto a lo primero, nada: el hablar, que es lo mismo que pensar (y teniendo en cuenta que las otras cosas que no somos nosotros también hablan, cada una en su idioma), eso es algo que se produce realmente, por tanto discontinuamente ?discontinuamente?. Otra cosa es que a eso se le llame continuo o se le llame infinito, y entonces podamos descubrir la mentira, decir NO, en un momento o en otro. Más. Sí.

    - Si nos puedes comentar un poco la paradoja del movimiento continuo, que es que si yo quiero llegar a la pared de enfrente tengo que recorrer la mitad del camino, y luego, cuando llegue a la mitad del camino, tengo que recorrer la otra mitad, con lo cual el movimiento continuo no puede ser porque no llegaría nunca, porque siempre me quedaría una mitad que recorrer ¿no? Y esto es… yo supongo que ésta es la paradoja de la continuidad, porque no puede ser, o sea, esto sería la contradicción más fundamental ¿no?

    AGC-Bueno, no sé, los que me han acompañao mucho durante estos años ya están… tal vez están un poco hartos de oír hablar de las Aporías de Zenón, que vienen a ser una demostración de eso. Yo creo que no podemos volver demasiado ¿no? Efectivamente, los intérpretes de las paradojas (de la de la flecha, la del corredor, la de Aquiles), pues los intérpretes, que eran aristotélicos, trataban de discurrir por caminos de “Si se supone el espacio continuo y el tiempo discontinuo”, “Si se supone el tiempo continuo y el espacio discontinuo”, y de esa manera, con esas suposiciones, pues desmontaban más o menos científicamente las paradojas. Es mucho más elemental. Tú lo has dicho: efectivamente, suponer que la trayectoria es de verdad continua, sin pasos, sin trances, quiere decir salirnos de la Realidad. Basta con intentar imaginar la continuidad honradamente para que eso nos eche fuera de la Realidad. Hasta tal punto la discontinuidad es costitutiva. Bueno, ¿qué más?

    - Bueno, no sé, siento insistir, pero es que…

    AGC-No, no: insiste, insiste.

    - …no acabo de verlo cómo... creo que lo que estás describiendo del más o menos en la Realidad es una cosa que es un poco más o un poco menos, pero si realmente se lleva esa operación, vamos, con una tenacidad (iba a decir ‘hasta el límite’. Sí, era la frase hecha)…

    AGC-Hasta el límite, ibas a decir, [].

    - … No, pero que ahí, sí, yo creo que se hace sentido, como cuando se pregunta uno por el principio de las cosas, siempre el antes ¿no?, ¿y antes?, ¿y antes?, que es una manera además también ¿no? Creo que esa vía… no sé, soy incapaz de entender que no valga esa vía para…
 
    AGC-No que vayas a descubrir el infinito, que puedas descubrir la mentira de la Realidad. Efectivamente sirven, sirven esas cosas. Generalmente no sirven  mucho porque hay arreglos, pero a veces, cogiendo a un niño, a una persona un poco desprevenido, si le dejas para decir ¿y antes?, ¿y antes?, ¿y antes más?, pues eso le lleva a decir “algo está mal”, “algo está mal planteao, porque si no, no se entiende”.

    - Pero en ese descubrimiento, creo que ahí aparece una noción que pueda tener que ver, o algo tenga que ver con lo infinito.

    AGC-No, no, no, porque infinito no es noción.

    - Bueno, ya lo sé, ya lo sé.

    AGC-Esto es lo importante.

    - Pero que no…

    AGC-De manera que no lleva más que hasta ahí. Pero ya bastante útil puede ser esa vía, el ponerse muy pesao y dejar al niño que pregunte mucho, mucho, pues puede ser una vía de desconcierto, de descubrimiento de que está mal planteado el tinglado, también.

    - Pero tú mismo dices cuando un niño se asoma a la noche estrellada de verano y lo primero que pregunta “¿Hay más allá o no hay más allá?”...

    AGC-Eso, eso: esa pregunta, sí.

    - “¿Es mentira que haya más…?”.  O sea, se le presenta como imposible las dos cosas…

    AGC-Sí, señora, así es.

    - …que haya más allá y que haya que contar aquello.

    AGC-Le han contado las dos cosas. Él por otra parte siente que no puede ser…

    - Pero es la única posibilidad, vamos…

    AGC-Si hay más allá…

    - …la posibilidad que queda.

    AGC-Si hay más allá, no puedo quedar conforme porque sigo siempre pensando más allá de más allá. Y si no hay más allá, me pierdo. Y efectivamente es el tormento de un niño que he usado tantas veces como arranque de cualquier tipo de guerra como ésta que nos traemos para el descubrimiento de la mentira de la verdad de las verdades de la Realidad. Es decir, la vía de la negación.

    - Lo que pasa que con eso que estáis diciendo es como que llega un momento en el que ves que no puedes seguir. Es como cuando te pones a oler una flor…

    AGC-No, no. No puedes ver nada, simplemente que te cansas. No, no: que te cansas.

    - O que te pones a oler una flor y quieres penetrar, penetrar infinitamente en ese perfume…

    AGC-No, no. No. Deja ‘infinitamente’. Llega un momento en que simplemente te cansas, porque motivo para no seguir no hay ninguno. Motivo en sí, para no seguir, no hay ninguno. No caben… en las gradaciones de tamaño y velocidad reales no hay motivo ninguno para no seguir. Puedes seguir diciendo “más, más, más, más”, puedes seguir oliendo más, más, más, más, ¿no?, únicamente que te cansas. No hay más…

    - Es que eso es muy femenino, eso de ‘más’. Más, más, más aún.

    AGC-Más vale no comentarlo. ¿Qué más?

    - Sí, Agustín. Vamos a ver: a base de más, y más, y más, y más, claro, uno puede tener la sensación de que está más cerca del límite que cuando está aquí, al principio. Sin embargo, si el límite es infinito va a estar igual de lejos. Y entonces, lo que creo es que aquí lo que juega un papel importante es el concepto de origen, porque lo que cuenta ahí verdaderamente es el trayecto que has recorrido, no lo que te falta por recorrer ¿no? A este hombre de la pared que va hacia la otra pared y que va de mitad en mitad, sí, estará más cerca de la mitad que el que no ha salido de la otra pared, o sea, del final de la pared del que no ha salido, por un lao, pero por otro, no va a llegar nunca, igual que el que no ha salido. Al tener como referencia el origen, claro, está más cerca de la pared, pero si quitas la referencia del origen están igual de lejos porque no van a llegar nunca.

    AGC-¿Si pones el infinito detrás, quieres decir, en lo pasado?

    - No, no, el infinito detrás no. Es decir, el problema creo que está en que delante se pone el origen. Entonces, como quieras que no, si tú te pones a andar, un espacio has recorrido. Entonces siempre estarás más cerca del infinito que el que no lo ha recorrido.

    AGC-No lo veo. No lo veo. Bueno, pones infinito como un…

    - Que si quitas el concepto de… sí, el del origen, claro…

    AGC-…infinito como un límite. No sé.

    - …no hay diferencia entre uno y otro. Y que…

    AGC-¿Eh?

   - El concepto de origen, la idea del origen, si se la cuestionamos o la quitamos, claro, el que ha andao 100 metros o 1 Km., no está más cerca que el que no ha andao.

    - Pero es que el fin es el principio. ¿No decías tú eso de que…?

    AGC-Sí, sí: el fin es el principio. Sí, no veo muy bien. Parece que tratas el infinito como algo a lo que hay que llegar o se puede llegar.

    - No, no, no, no, no: la ilusión ésta. Porque estamos manejándonos con infinito… un infinito domesticao ¿no?

    AGC-Eso, el infinito.

    - …claro, y creo que se puede domesticar por el concepto de origen, simplemente. Porque, claro, por poco que avances, ya estás más cerca del infinito que el que no ha avanzao, sea lo que sea el infinito.

    - ¿Cómo puede ser eso?

    - El tiempo recorrido, el espacio recorrido.

    - Claro, yo cuando voy de viaje pienso los kilómetros que me quedan pa llegar ¿no?, y como es un punto concreto, pues digo “Pues 100 Km., 50”. Pero claro, en caso de que fuera al infinito, contaría los que he corrido. Entonces pensaría que estoy más cerca que el que no ha salido.

    AGC-No veo muy lógico eso ¿eh?, no creas. Es curioso, pero…

    - Claro, y a base de más, y más, y más, digo “Bueno, pues a lo mejor algún día llego”. Porque a más y más sí es cierto que no llego, pero cada vez me separo más del origen, del punto de origen.

    AGC-Pero el punto de origen no sabes dónde está.

    - Sí, sí, sí, sí, sí. Sí sé dónde está, por eso puedo medirlo y eso es lo que me hace creer o tener la fantasía de que algún día puedo llegar al infinito a lo mejor.

    AGC-Que si fijas el origen ¿puedes fijar el fin?

    - No, no, no. Yo creo que es el espacio recorrido desde el origen lo que te hace tener la fantasía de que puedes llegar al infinito, porque ya tienes un espacio recorrido.

    AGC-Bueno, ayudar. Ayudar.

    - Te engañas, te engañas.

    - Que te queda menos, vamos.

    - Que puedo llegar a ese infinito que yo sé lo que es.

    - A base de andar más, y más, y más, como dice Penélope, pues claro...

    AGC-¿Eh?

    - Estoy muy lejos desde donde salí. Yo no sé si estoy llegando al infinito, pero me queda menos que al que no ha salido todavía.

    - Piensas más en la meta… Piensas en la meta, y la meta es la que te confunde con el origen. Porque origen no viene al caso. Es como llegar a una meta, y a mí me parece...

    - Sí, pero fijar una meta hay que fijar un origen.

    - Pero es que el origen me parece que es lo que está falseao.

    AGC-Bueno, ahí sí que hay ocasión de recordar esto ¿eh?: el fin es el principio. Es que efectivamente hay que contar siempre con esto: el fin (palabra que de por sí quiere decir simplemente ?finis?, quiere decir ‘límite’, ‘límite’ [mojón]) ha tomado, con buen motivo, el sentido de ‘fin último’. Es decir ‘fin último’, ‘fin hacia el cual’ ?hacia el cual?. De forma que la fijación del origen es secundaria, desde luego. Es fin hacia al cual, y esto tiene que ver con lo que traíamos con el ejemplo de la aceleración. Fijáos bien que ‘aceleración’ tiene sentido bajo la ilusión de aproximación al fin último. Que porque lo veis, así, en política rastrera, bajo el Régimen que padecemos y que es progreso de todos los Regímenes, vivimos bajo el reino de la aceleración. Eso es una cosa que cualquiera, por poco que se meta dentro, lo costata. Vivimos bajo el reino de la aceleración no sólo porque efectivamente cada día por los Medios, por la experiencia, veamos que se progresa en cuanto a la velocidad en el cumplimiento de las cosas, sino porque además tenemos una imagen de Progreso histórico que es una imagen que implica también una aceleración progresiva, cada vez avanzamos más deprisa. Es decir, no sólo es que de un día a otro nuevos inventos vengan a proporcionarnos una mayor rapidez para que las cosas se realicen, es que además sentimos que estamos a la cabeza de todo un Progreso histórico que cada vez tiene que ir más deprisa a alcanzar el límite…

    - Sí, Agustín, yo quería… Un momento, perdona…

    AGC-Perdona, perdona, perdona: no puedo cortar ahora. Bajo este Régimen estamos y conviene reconocerlo. Entonces, éste es el Régimen del fin, lo veis bien en los viajes (no sólo la velocidad de los automóviles que se venden, sino la velocidad de los trenes progresados, de los aviones y todo eso): de lo único que se trata es de llegar más pronto, todo lo demás se anula. La necesidad de llegar más pronto (en tren, en avión o como sea) anula el viaje, tiende a hacer el viaje nulo, porque lo único que cuenta es llegar más pronto. Es decir, esto es vivir literalmente bajo el Régimen de la aceleración. Y esto es muy útil sentirlo así, y además es muy inmediato porque efectivamente el fin (como fin último al que se tiende) se carga todo lo demás.

   - Se carga al espacio.

    AGC-No: se carga sobre todo lo que pasa: ya, es como si en el viaje no pasara nada. No voy a decir que lo han conseguido del todo, porque si no, ni podíamos estar aquí, pero el ideal al que tiende este Progreso es clarísimo: se tiende a llegar y que por lo demás, durante el viaje, no pase nada, de manera que sea completamente un tiempo vacío en el que no hay manera de que sucedan cosas imprevistas, ni nada por el estilo, lo cual estorbaría mucho. Hay una dialéctica muy clara entre la imposición del fin y la anulación del trayecto. El trayecto tiende a hacerse cada vez más corto, en el sentido de más rápidamente recorrido, y por tanto al mismo tiempo hacerlo que se vacíe de posibilidades de que pase algo. Anular en lo posible las posibilidades de que pase algo. Éste es el Régimen que padecemos. Y entonces, supongo que muchos de vosotros ya reconocen esto (lo que hablando en política decimos una y otra vez) de ‘Administración de muerte’, fin. Fin quiere decir muerte. La muerte es la costitutiva. El llegar cuanto antes al fin del viaje parece mentira que lo impongan a la gente sin que la gente se dé cuenta de algo tan claro. Pero el llegar lo más pronto posible al fin del viaje nos está enseñando lo que hacer con la vida, es decir, está metiendo la muerte, la llegada, la muerte siempre futura, la llegada, la está metiendo en la vida y anulándola. Supongo que esto ayuda a entender lo que tantas veces decimos que el Régimen consiste en Administración de muerte. El Régimen del Capital, del Estado, de la Persona de uno mismo, etc., consiste en Administración de muerte, y en este proceso de aceleración lo veis lo más claro posible. Dime.

    - En este proceso de aceleración, y no me refiero a la Física, sino al mundo corriente de todos los días, este virus de la gripe que está acelerando todo en un proceso que no sé dónde quiere ir, si para que la Realidad se convierta en más venta de muerte, o que se les está yendo de las manos, la gente está como diciendo “Bueno, otra cosa más”. Ya no hay una respuesta a esa aceleración de muerte como en otras cosas. Aquí, esta vez se ha ido de las manos algo, pero no es el virus, ni mucho menos, es una reacción al Progreso.

    AGC-Ya sabes que la Industria principal, con mucho, del Régimen es la Información. De manera que también ésta, esta Industria de la Información, está sujeta a la ley de la aceleración constante: tienen que producir cada vez más miedos de lo que puede pasar justamente para eso, para conseguir que no pase nada. Para conseguir que no pase nada, que no se viva, para eso está la Información, y tiene también, con aceleración progresiva, que producir cada vez más chismes: gripe, la guerra, da lo mismo, el caso es cantidad de informaciones que en definitiva no quiere decir más que prevenciones del miedo, previsiones de la muerte, para que no pase nada. Así el Régimen nos  vuelve insensibles (vuelvo sobre lo del sentimiento): la preocupación (Futuro), la preocupación, el miedo cada vez más potente, se nos hace presente, nos ocupa la vida, y entonces ya no sentimos nada lo que está pasando ahora, y no lo sentimos precisamente porque estamos viviendo en el Futuro, estamos viviendo lo otro, lo que puede pasar, el miedo. Eso es para que se vea que el Régimen no se refiere por lo Alto sólo al Capital y al Estado, vamos, que pasa en las almitas de cada uno de nosotros a cada paso. A ver.

    - Sí. Pues que una cosa que se refiere a lo del pensamiento mismo, a lo del pensar…

    AGC-Ah, creí que ibas a confesar a propósito de lo que he dicho.

    - …a lo del pensar.

    AGC-Creí que ibas a confesar.

    - No, tiene que ver con la información, pero estoy hablando del pensar…

    AGC-Ya, ya. Ya, ya.

    - …El pensamiento o el pensar es precisamente lo más veloz que hay. El propio pensamiento ¿no?, es decir más fácil, yo creo, que la luz.

    AGC-Dejémoslo. Dejémoslo.

    - ¿Me estás oyendo?

    AGC-Sí, sí, pero dejémoslo.

    - Bueno. Pero por una parte, pero por otra parte hay como otro tipo de velocidad que se está imprimiendo en el pensamiento hoy día pero en el hecho de concebir cualquier cosa, que es la velocidad ésta de la llamada comunicación: tú tienes que contarle a alguien lo que ha pasao, y además muy rápido… Con los ordenadores sobre todo, es la velocidad, la aceleración propia. Entonces, ¿qué distinción hay entre esa velocidad que está en el propio pensar y la velocidad del pensamiento como finalidad, como comunicación?

    AGC-El pensamiento o el habla, que es lo mismo, que es discontinuo, está condenado a las mismas leyes de aceleración que todo el resto de las cosas. Un pensamiento que no sea ése, el que se oponga a la Realidad, no tiene que ver nada.

    - ¿Y la velocidad en sí del pensar?

    AGC- No tiene que ver nada. Ni con la mucha velocidad ni con la poca. Más bien… más bien recojamos esto ¿eh?, recojamos esto: la necesidad de prever, comentar, tratar de, prevenir, traer… lo futuro nos invade cada vez más hasta el punto de volvernos insensibles a lo que está pasando ahora. Esta muerte, esta entrada de la muerte en lo más cotidiano, supongo que todos la conocéis conmigo. Todos la conocéis conmigo: no se trata de que nos estén pasando cosas horribles, se trata de que aún cuando no pasen cosas del otro mundo sino corrientes, el sentimiento que podía ayudar a entender algo de eso está tapado, entorpecido, por una continua preocupación por lo que se considera realista, para seguir existiendo ¿eh? que es lo futuro: lo futuro: la muerte. Eso es la Administración de muerte que por este camino ha tenido que salir una vez más. ¿Qué más?

    - Nos recordabas antes el que las diferencias de velocidad en la sucesión de acontecimientos de la Historia, cada vez más rápido, cada vez más lento, era indiferente para acercarnos a… o abrirnos a lo desconocido, a lo que no se sabe, pero sin embargo, ahora parece que se siente que la aceleración de acontecimientos contribuye desde luego a tapar grietas por donde eso pudiera entrar ¿no? Que de alguna manera para el establecimiento de la Realidad, el que la aceleración, el que la sucesión de acontecimientos sea alta, sea elevada, pues bloquea, impide ¿no?

    AGC- ¿Bloquea?

    - Tapa las grietas.

    AGC- ¿Tapa?

    - Las grietas por donde se pueda colar lo otro.

    AGC-Bueno, sí. Eso es más o menos (yo creo), más o menos lo que estaba diciendo: que te pasen muchas cosas, muchos embustes, muchos, para que no sientas nada. Eso es el papel que se revela en lo de la información, sí. Algo en ese sentido va. Algo en ese sentido.

    - Entonces parece que no es tan indiferente la aceleración, la velocidad.

    AGC-Forma parte de la Realidad, es costitutiva. Es que apenas ha dicho uno que el movimiento (o el cambio, que da igual, las dos cosas juntas) es costitutivo de la Realidad, tiene que reconocer que naturalmente como hay cuantías de cambio, cuantías de movimiento, la velocidad es costitutiva de la Realidad, y como hay velocidades distintas, la aceleración es costitutiva de  la Realidad. De manera que el que ahora estos días marche más deprisa o no, es aparte, pero es en sí costitutiva la aceleración, costitutiva de la Realidad. Sí.

    - Dijiste que lo que se trata es siempre de llegar lo más pronto, que el fin… o sea que si existe un fin… la velocidad y la aceleración es porque hay un fin ¿no?: llegar.

    AGC-No, ahora me estaba refiriendo a la prisa que nos meten en el Régimen actual. Vivimos bajo el Régimen de la prisa por llegar, de la prisa por llegar.

    - En el sin fin no existiría ni la aceleración ni la velocidad…

    AGC-No: en el sin fin no existe nada. Existencia es lo mismo que Realidad. Existencia es lo mismo que Realidad. Lo no fin niega la Existencia, y por tanto cualquier cosa de la que pueda decir ‘existe’.

    - No hay. No hay. En el sin fin…

    AGC-No existe nada. La Existencia es de la Realidad. Hay lo que no se sabe.

    - Por eso, no hay Realidad en el sin fin.

    AGC-Hombre, elemental. El descubrimiento es que la Realidad no es todo lo que hay.

    - Entonces, por ejemplo, los sentimientos no son parte de la Realidad, estarían en el sin fin.

    AGC-Los sentimientos no ideados, no mencionados, no son reales, a medida que se van mencionando…

    - Ya son reales.

    AGC-…esos se van [] cada vez más reales, sí. 

   - ¿Estarían los sentimientos en el sin fin?

    AGC-¿Qué?

    - ¿Los sentimientos estarían en el sin fin?

    AGC-‘Sentimientos’ los he sacao aquí porque sin sentimientos no se entiende nada. Y sentimiento quiere decir algo que le invita a uno a correr el peligro de descubrir su mentira, por decirlo en dos palabras. Eso es a lo que me refiero. Algo que le invita, le lleva, a uno a descubrir su mentira. Eso es peligroso, generalmente lo tapamos. Generalmente lo tapamos, eso es todo lo que decía.

    - Es que dijiste “Costantemente hay cosas desconocidas, por ejemplo, un sentimiento vago, se convierte en una idea en la Realidad”.

    AGC-Se convierte en una cosa, sí. Eso es ley de la Realidad. A cualquier cosa no denominada, desconocida, se vuelve conocida, se vuelve cosa.

    - …un sentimiento vago es algo desconocido.

    - Sin embargo en la cultura ésta de muerte, la gente que vaya en Ave o en avión, en dos minutos dicen… Esto es un desastre, la mitad de la gente del Mundo se está muriendo de hambre. O analizas la Historia y al segundo pensamiento dices “Si hasta hace ciento y pico años hubo esclavitud”, es decir que las cosas…

    AGC-Ya, pero no acabo de ver cómo relacionas lo uno con lo otro.

    - Que la Realidad va por un lao y la gente va por otro.

    AGC-No entiendo.

   - Que nadie está ahí en el Sistema éste, que nadie está en esto, o la mayoría de la gente.

    AGC-Uf, por favor, qué ideas tienes. ¿Tú crees que todos esos… todos los chinitos y los negros que salen en la televisión están fuera del Sistema? Están metidos en la televisión, hombre, ya con esos no hay nada que hacer. Están metidos en la televisión como tó Cristo, tó Cristo. Vamos, digo “tó”, digo “tó” para no decir todo, porque eso sería inexacto: no hay todo en la Realidad. Pero, vamos, prácticamente tó Cristo está metido: los pobres, los hambrientos, los ricos y todos. Que monten en avión o que no monten, es igual.

    - Hombre, la mayoría de la gente dice que esto es una mierda.

    AGC- ¿Cómo se llamaba aquél que hizo la película del Mondo cane?

    - Mondo cane, se llamaba… Bueno, ¡qué más da!

    AGC-Hace ya muchos años. Hace ya muchos años. Hace 30 ó 40. Lo siento, no me acuerdo del nombre. Sacaba imágenes de diversas partes del mundo, y la última y más conmovedora era la de unos indígenas de Nueva Guinea que a la salida de su pobladillo habían costruido con palos un avión. Habían costruido con palos un avión y lo habían hecho porque estaban todos los días viendo pasar desde Norteamérica aviones y sabían que esos aviones eran los que traían el alimento y los que traían la riqueza. Entonces, ellos, mezclando su sumisión al Régimen actual con los restos de sus supersticiones, pensaban que fabricando un avión iban a conseguir atraer aviones por magia mimética y que por tanto les iba a venir de ahí, de alguna manera, el maná. El maná, la riqueza. No hay, por desgracia, no hay. Los más pobres, los más hambrientos no se escapan del Régimen, están costituidos por el Régimen, igual que los más ricos, igual.

Bueno, no sé si para seguir con otra cosa que pensaba se nos va