26.08.2014

Tertulia Política número 180 (3 de Junio de 2009)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid



 

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TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Para que quede bien claro, por si acaso no lo estaba, el sentido de las cosas que nos traíamos el último día, aquello de quedarnos… eso de quedarnos agobiados por el imperio de la Ley del Sustituto, que domina, que es la Fe de las mayorías, y aquello de que sometíamos en consecuencia a un tanteo, en modo alguno, una votación, una pregunta como ¿Crees que es necesario que haya un Gobierno de la clase que sea? Los que estabais aquí ya recogisteis cómo… cómo la cosa resultaba, fue bastante ejemplar. Es una pregunta evidentemente a la que la mayoría responde “Sí, creo”-eh-, “Padre, sí creo” (que es necesario que haya un Gobierno de la forma que sea). Y hay que aclarar que ‘mayoría’ en este caso quiere decir no sólo la mayoría de las poblaciones a las que el Régimen que hoy padecemos, el Régimen Democrático, tiene empeño en hacer pasar como equivalente de ‘todos’ (cosa que aquí sabemos que nunca… que nunca cabe en la Realidad; nunca cabe ni ‘todos’, ni ‘nada’, ni cosas por el estilo). De forma que la respuesta sí es de la mayoría de las poblaciones pero también de la mayoría del alma de cada uno, una cosa en la que hay que insistir aunque hayamos tropezado con ello muchas veces: no se está hecho más que a medias, a trompicones, como las cosas nunca están hechas del todo tampoco, y nosotros entre las cosas, pues igual, pero hay una parte que es mayoritaria, la que en cada uno está atenta a la Ley de la Existencia, a la necesidad de subsistir -subsistir uno siendo uno el que es-, y ésa, naturalmente, ante una cuestión como ésa declara “Sí”. Pero, como también palpasteis aquí en ese tanteo, eso no es todo, queda también algo que no es la mayoría de uno ni la de las poblaciones, queda algo también de pueblo-que-no-existe, donde no hay ni mayorías ni mayorías, siendo naturalmente… estando libre de eso de la Existencia y de la Ley de la Existencia. Queda siempre a pesar del Poder, a pesar de todo, queda siempre algo vivo de eso y por tanto nunca la respuesta podía ser, ni el otro día ni ahora, “Sí, creo”, sino también un lío de dudas, más o menos declarada “Sí, creo”… “No creo”, “No me lo creo”.

Bueno, pues os quería recordar que la raíz de todos estos intentos, estas investigaciones sobre nosotros mismos y sobre las cosas, el descubrimiento de la Ley del Sustituto y otros descubrimientos así, tienen una raíz muy elemental que es que “no me olvido nunca de lo bueno que era”. No sé si  esta manera, en lenguaje vulgar, os basta, pero ésta es la raíz “no puedo nunca olvidarme de lo bueno que era, por más que me hagan, por más que me haga a mí mismo, no me olvido nunca de lo bueno que era”. Si tratara de deciros esto en un lenguaje más culto, pues sería peor, de manera que quedaros con una formulación como este tipo y ya le iremos dando vueltas al asunto.

La Administración de Muerte es lo que nos rige, y con respecto a eso no cabe que nada bueno subsista: mi experiencia, la experiencia o sentimiento de cualquiera de vosotros, es que a cada paso, costantemente, las apariciones de aquello bueno que era, la maravilla de la diversidad misma de las cosas, la dulzura que le viene a uno de más abajo -de mucho más abajo que el alma y todo lo demás- de vez en cuando, todo eso queda istantáneamente cortado, suprimido y sustituido; sustituido por otra cosa que no es naturalmente ni sensación, ni sentimiento, ni descubrimiento de maravillas, sino que es la Ley, obediencia a la Ley y teniendo que ver con el Futuro, que es el sustituto de  eso que llaman ‘vida’ todavía: el Futuro, eso es la Administración de Muerte. Y el hacerse uno su Futuro es el sustituto de aquello de vivir y que no puedo olvidarme de lo bueno que era: no es, no ha sido, en la historia, queda de esa manera… de esa manera indefinida.

Cuando en esta Existencia que nos traemos se realiza un sueño, una aspiración, un deseo, evidentemente con lo de ‘realizarse’ viene a ser lo que no era, viene a quedar enteramente falsificado, ya es otra cosa, la Realidad es enemiga mortal de las posibilidades abiertas: aquello podía ser, iba a ser, pero inmediatamente se le mata y se le cambia por un “va a ser”, “tiene que ser”, “está destinado a ser esto o lo otro”, es decir elaboración de Futuro y que es el Sustituto, como hemos dicho.

Todo esto lo doy como una experiencia mía pero con la confianza desde luego de que más o menos en cualquiera de vosotros este sentimiento, esta rotura de los sentimientos, esta sustitución se reconoce como algo de la vida cotidiana, por eso es por lo que también tenemos que volver a insistir: lo que aquí se hace en esta tertulia (lo que aquí se hace es desde luego, como el otro día empecé recordándoos, no sirve para nada, y es muy importante acordarse de que no sirve para nada, no está destinado a producir ninguna posición, actitud, idea, medidas, reglas, etc.), eso que aquí hacemos, si tiene alguna gracia, es justamente eso: que no es el cumplimiento de un plan previo, que no es por tanto una sumisión, por lo menos clara, a la Ley del Sustituto, que sigue todavía respondiendo a eso de que “no puedo olvidarme nunca de lo bueno que era”, que por tanto no pertenece a la teoría, no es ninguna Filosofía ni cosa por el estilo, ni una Ciencia, ni una Teología, ni nada ?que todas vienen a ser lo mismo: sumisión a la misma Ley del Sustituto?, sino que parte de esa raíz y desde luego toca directamente a la práctica de la vida, al descubrimiento más o menos inoportuno de que esa práctica es una sumisión mayoritariamente a la Ley, y para evitar confusiones y distinciones vanas entre teoría y práctica esto conviene recordarlo también.

Las reglas que nos vengan de Arriba o las que uno mismo se imponga también, se imponga como reglas higiénicas para bien vivir, o reglas para la propia mejora y educación de su Cultura, o reglas para conseguir trepar en la pirámide, sacar una oposición u otra, o de alguna manera conseguir un poco de nombre y fama y, si es posible, alguna imagen en la televisión que le permita a uno ser un poco más lo que es (en lo que es, y no lo que vive): todas esas cosas que se impone uno, las mismas que se le imponen desde Arriba por Leyes, Reglamentos, que son, como recordáis, si fuéramos capaces de comparar el momento actual con otros momentos, son cada vez más abundantes, agobiantes, ramificadas hasta el punto que uno acaba por sentir como si la vida consistiera en una especie de burocracia, de reglas de todo tipo ?políticas, jurídicas, educativas, medicinales? y que viene a reducirse a eso. Tantas son las que a uno le incitan a que se las aprenda, a que más o menos las obedezca, que tiende a pensar desoladamente eso: que eso es la Existencia y que no hay más vida que esa Existencia que es un conjunto de Leyes y Reglas de existir. Ya se sabe que [] que aquí desde luego hemos descubierto que en Realidad nunca hay todo, ni uno es del todo, ni las cosas son del todo, y que el descubrir la falsedad de la verdad de que uno es el que es, de que son lo que son, es la sola alegría limpia que se nos da, ¡menos mal!

Pero es importante reconocer que si a uno le quedan por bajo, como le quedan a las otras cosas en general, le quedan siempre restos de eso que no se sabe, de eso que podía ser de veras vida, que podía ser de veras pueblo y que no existe, todo eso, si a uno le queda algo de eso y hasta le quedan restos de esas cosas que los científicos hablando de los otros animales llaman ‘istintos’ o cosas por el estilo, le quedan restos de istinto o una sabiduría no formulada, no declarada, que le guía más o menos a sentir (saber, sentir) qué es lo menos malo (por no decir qué es lo bueno) en el camino… en las cosas que se encuentran por el camino y tirar por ahí. Y, bueno, la cosa es que todo eso queda estropeado precisamente porque hay Reglas que lo saben. Porque hay Reglas que lo saben, de forma que ésta es la [] de la no inocencia de las Leyes y de las Reglas es de primera importancia, al convertir, al intentar convertir los restos de deseos, de sentimientos, de istintos incluso, convertirlos en formulaciones, en formulaciones como las Leyes o las Reglas, esa sustitución es mortífera, eso [].

Llamo también en esto a vuestra experiencia cotidiana: palpadlo, por ejemplo, en ése, en el asunto de la salud, que parece por muchos motivos el más elemental: es posible que a algunos les quede un poco de esa sabiduría que le lleva a repeler cualquier cosa que le pueda sentar mal, que le lleva más bien a tirar por los caminos que siente por lo bajo que le son buenos para la salud, es posible que nos quede aún algo de eso, pero palpaos a vosotros mismos, eso os ha quedado ya por lo bajo, soterrado, porque encima estáis cargados de una cantidad de Reglas de higiene y de medicina que naturalmente no pueden consentir que aquello otro siga funcionando. En ese sentido la sustitución es mortífera: no puede uno (no puede uno aquí, partiendo de esta tertulia política contra el Poder), no puede uno pensar en un casamiento entre uno y lo otro: se dan en uno porque uno está mal hecho y uno es lo uno y lo otro, se dan en uno, pero no hay casamiento entre lo poco que pueda quedar de vivo y de sabiduría de abajo y la adquisición, el aprendizaje y la obediencia de las Leyes de la higiene, de cómo vivir, de la medicina de esos que creen desde Arriba que saben qué es la salud, cómo hay que conservarla, cómo hay que promoverla, que os dan estadísticas respecto a eso que se llama la esperanza de vida, y cómo la esperanza se puede estadísticamente alargar más o menos, esos imbéciles del mismo orden que los que saben que “fumar mata”: lo han averiguo, ellos han establecido una [], lo tienen seguro, y como son queridos del Poder, pues ya veis el resultado: cualesquiera de estas afirmaciones (afirmaciones sin verdadero fundamento ninguno) se pueden publicitar, extender, imponer, con todo el Dinero que haga falta y cueste lo que cueste, pero es natural, todo ello está destinado a esto que llamamos Administración de Muerte. Eso es lo que el Poder quiere: administrar la muerte, es decir, el tiempo. El tiempo se nos cuenta desde aquí hasta el día de nuestra muerte, amén. Y que es a lo que llaman… a lo que llaman vida.

Ésa es la necesidad de cómo la Regla -la Ley higiénica, por ejemplo, o medicinal- consiga lo que consiga en un plan estadístico, que es al que ellos les gusta, desde luego lo que de inmediato hace es estropear la poca sabiduría que nos quedara en este cuerpo y que nos hacía repeler unas cosas y buscar las otras sin Regla ninguna, sin formulación ninguna de Regla.

Tened en cuenta que aunque os hable de una manera preeminente de la imbecilidad reinante o pública, tened en cuenta que cuando uno se aplica a sí mismo reglas también de vida, cuando uno se va a un local de fitness, por ejemplo, porque tiene Fe en que puede fabricarse un cuerpo, cuando uno toma una decisión de vivir de esta manera o de la otra, de vivir más alto o más bajo, de comer dulce o no comer dulce, se está haciendo la misma puñeta que el Poder, se está haciendo la misma, porque evidentemente lo que se está haciendo es, con la Fe en que sabe qué es lo bueno, matar la confianza que podía quedar y el sentir y la sabiduría de lo que era bueno.

Fijáos, para cerrar esto y pasaros a volver a hacer alguna consulta, fijaros en lo que es esto de el Sustituto éste de la vida: uno… uno sabe, se sabe, que uno está necesariamente expuesto a que en un momento cualquiera, por ejemplo éste, le dé un torozón y se quede en el sitio, esto lo sabe tó Cristo. Esto lo sabe tó Cristo y [], y con respecto a ello no valen las atenuaciones de que, claro, uno puede ponerse en peligros (por ejemplo, coger un avión o no ponerse, no coger un avión) y que entonces las probabilidades le pueden disminuir un tanto, o algunas atenuaciones por el estilo. Esto no quita para que en general valga esto: a uno en cualquier momento le puede dar un torozón y quedarse en el sitio, y esto es un momento cualquiera, y los momentos van pegadillos uno detrás de otro. Imaginaros ahora uno que quiere preveer a cada momento que le vaya a dar el torozón, y imaginad la cadena de los momentos con la previsión de que llegue el momento eso. Bueno, pues eso, llevado al último extremo, es a lo que el Poder quiere que se reduzca la vida, a ese cómputo, a esa Administración de Muerte. Puede parecer, así, un poco exagerado, pero desde luego en muchos casos se acerca bastante ¿no? Hay casos en que el miedo mal sentido, le lleva a uno o una a tomar esta actitud: el miedo de lo que pueda pasar, que nunca se sabe, le obliga a intentar momento tras momento preveer lo que puede pasar en el momento siguiente. Esto es mortífero. Yo tengo a mi lado un ejemplo del que me gustaría que algunos ayudarais a desconvencerla de acercamiento a esos…  

    - …aún estando alerta hasta lo del torozón te cae. O sea que…

    AGC - ¿Qué?

    - Que aún estando alerta te da el rayo divino…

    AGC - De cualquier manera, en cualquier momento, a uno le puede dar un torozón y caer. Esto… esto se dice así.

    - Pero ¿tú no sabes esa especie de conjuro?, ¿o qué?, ¿no lo has oído a las tribus primitivas que hacen conjuro, conjuro, porque al estar alerta espantas el mal? 

    AGC - La distinción es entre posibilidades abiertas, que son sin fin, no tienen fin, literalmente incontrolable, y conversión de esas posibilidades en momentos futuros que se pueden prever. Esto, que se refiere a la naturaleza misma del tiempo y su falsificación, es lo más importante aquí, esa sustitución: las posibilidades abiertas, sin fin, sustituyéndose por una cadena o serie de momentos sucesivos que pueden ser objeto de… objeto de previsión. Ni qué decir tiene que la aplicación directamente política de esto está a la mano de cualquiera. Recordando esto que se dice para esto tan elemental de la salud se está diciendo lo mismo respecto a la ordenación gubernamental y toda imposición de las Leyes jurídicas y políticas. Aquí, en esta tertulia, donde se trata de dejar voz al pueblo-que-no-existe a través de y a pesar de la persona de uno, donde se trata de eso, puede que no sepamos nunca por dónde tirar ni qué hacer. Yo, por lo menos, y supongo que los que más o menos andéis conmigo, sabemos que venimos aquí y no sabemos por dónde tirar, ni para qué, ni a qué fin. Pero justamente eso es. Lo que está claro es que no podemos imitar los procedimientos del Poder y de las Leyes que sí saben, que sí saben. Cuando algo por debajo de uno responde como el otro día a “¿Es necesario un Gobierno de cualquier clase que sea?”, responde “No: no es necesario”, le viene de abajo, eso no le compromete ni a él ni a mí a que digamos en cambio cuál es el Sustituto, cuál es una especie de cosa que sustituiría a la gobernación, porque aquí justamente lo que no podemos hacer es eso de los Sustitutos: aceptar los Sustitutos y aceptar las Leyes en sustituto de lo que nos pueda quedar de vivo, de sabiduría, lo []. En suma, eso, seguramente no sabemos qué hacer, por dónde tirar, pero desde luego, con las cosas que os digo, está claro lo que NO, lo que NO podemos admitir como método ni como guía para ninguna forma de rebelión de lo oprimido, de lo no existente, contra el Poder de Arriba.

Bueno, pues esto era, por lo pronto, lo que se me ocurría soltaros. Y ahora yo creo que aparte de que por vuestra parte me soltéis las ocurrencias o dudas que os hayan surgido o disgustos o lo que sea, convendría que intentarais también volver como el otro día a intentar responder a una pregunta sencilla sobre la necesidad…

    - ¿“Sobre”?

    AGC - Sobre la necesidad (que viene a ser la misma pregunta): ¿Es necesario que uno se cuide? ¿Es necesario que uno se cuide?

    - De los lobos.

    AGC - Esto desde luego la respuesta mayoritaria ya sabéis cuál es, nada más tenéis que ver que hasta han hecho que la gente, corriente incluso, haya tenido que aceptar como término de despedida (en lugar de decir “adiós”, que por lo menos era más franco porque mencionaba a Dios) decir “Cuídate”; “Cuídate” o “Cuídate mucho”, ¿no? De manera que la respuesta mayoritaria ya se sabe cuál es, pero aquí por eso tenemos que  ver hasta qué punto esta respuesta es reina o absoluta. ¿Es necesario? Recordad que el término es el término ‘necesidad’ sobre el cual tendremos todavía que volver como el otro día cuando os preguntaba ¿Es necesario un Gobierno de una manera o de otra?, lo mismo: ¿Es necesario que uno se cuide? (que uno se cuide, que uno cuide de sí mismo).De manera que alternativamente, ahora ya os paso la palabra. Alternativamente o sacáis cualquier cosa en contra o a propósito de lo que os he soltado este rato o directamente ya intentáis responder a la pregunta ¿Es necesario que uno se cuide? De manera que ya está, ya espero sin más a lo que se os ocurra.

    - Yo te respondo a esto que acabas de decir…

    AGC - Sí, sí. Perdóname un momento, enseguida te voy a dar la voz. Vamos a ver, es que hoy, como no está Teresa, no… nadie de se ha acordado de traerme un botellín de agua y me…

    - ¿Quieres Coca-Cola?

    AGC - Ah, bueno, bueno. Bueno. Vamos a la Coca-Cola, al sustituto del agua.

    - Bueno, venga.

    AGC - Adelante, Isabel.

    - ¿Quieres agua? Yo tengo agua, si no te importa…

    AGC - Ahora ya bebí un poco Coca-Cola.

    - Aquí tienes, mira, agua.

    AGC - Bueno, bueno, es lo mismo.

    - Agua de la fuente []… La mejor…

    AGC - Adelante. Ah…

    - No, si estoy esperando que acaben []

    AGC - Ah, no, no: si es que creí que habías pedido la voz.

    - Sí, he pedido la vez, pero estaban hablando y estoy esperando a que []. Bueno, pues efectivamente, es verdad que no hay más salud que  lo vivido, el desentendimiento y el olvido de eso que llamamos cuerpo y de uno mismo ¿no?, que es lo que le pasa a los niños, que no tienen ni buena ni mala salud, sino que se olvidan del cuerpo, pero que es también -yo creo- demasiada confianza creer (o confiar, perdón), confiar en que haya ni siquiera que se pueda confiar en eso que llamamos istinto a unos seres o animales o lo que sea, que nacen en hospitales, en clínicas, que nacen bajo una previsión profiláctica, que nacen dentro de una cárcel, que nacen [] la Realidad, y que aunque les quede algún resorte de mecanismos todavía no [], lo que está claro es que si no se hace un pequeño ejercicio de… no diríamos de voluntad, pero sí de conjuro, de conjuro del peligro ¿eh?, como por ejemplo a un niño pequeño, tú, si ese niño nace en un prado en medio de mulitas o de lo que sea, a lo mejor está muy bien todo eso de no previsión ninguna, pero es que los niños nacen ahora entre cagadas de perros, entre pivotes de hierro donde aparcan los coches, donde pasan los coches así y asao, uno tiene que estar costantemente subiendo y bajando escaleras, vive dentro de un… como un faquir, dentro, dentro de una cama hirsuta, o sea, no se puede vivir: se nace en una Realidad que es una cárcel [] por el peligro inmediato. Entonces contra eso… contra eso claro que se destartalan los mecanismos del istinto y se exacerban como una especie de plus de compensación de defensa, de legítima defensa de una Realidad…

    AGC - No he entendido lo que… ¿qué son los que “se exacerban”?

    - Los mecanismos de… los mecanismos…

    AGC - ¿La sabiduría?

    - Los mecanismos…

    AGC - ¿Los istintos?

    - …voluntariosos o conscientes de sustitución de los istintos estropeaos.

    AGC - Ah, claro. Claro, claro.

    - Eso es lo que pasa.

    AGC - Es lo que hemos hablao, sí.

    - No.

    AGC - Bueno.

    - Quiero decir que no podemos caer ahora en ninguna creencia, en nada natural. No estamos aquí en ningún…

    AGC - No, no, nada, nada. Como he dicho antes, el declarar “No es necesario ningún Gobierno” no le compromete a uno para nada a decir… a decir “Lo que creo es en que los hombres son libres” como lo del ‘Buen Salvaje’ de Rousseau, o cualquier otra tontería por el estilo. Nada.

    - Podemos por ahí llegar a eso. Por ahí podemos llegar a eso.

    AGC - Y por tanto aquí también. Bueno, ya, en resumen, lo que Isabel ha dicho con esta enumeración de todo lo que pesa sobre nosotros es que estamos muertos del todo, que no se puede confiar…

    - No, no: sí…

    AGC - …que en esas condiciones no se puede confiar…

    - …digo que hay otros mecanismos en compensación…

    AGC - …en ninguna especie de resto de sabiduría, ni de istinto, ni nada. Una declaración de que estamos muertos del todo, que es congruente, porque efectivamente eso es lo que el Poder manda.

    - Hasta el propio Freud distingue entre el principio de placer y principio de Realidad. Y es una guerra constante entre esas cosas.

    AGC - No puede confiarse (es lo que ella ha dicho, es muy revelador), no puede confiarse en algo tan desconocido, impalpable, como resto de istinto, y no puede confiarse quiere decir “estamos muertos del todo”. Contra eso…

    - No es así, lo estás entendiendo mal, yo no te he dicho eso: yo te he dicho que estamos en guerra, que no hemos nacido en ningún prado, que te bajas de la escalera y si no te agarras a la barandilla te despeñas como el otro día.

    AGC –En una guerra estamos, porque estamos aquí, en esta tertulia que es parte de la guerra.

    ? Pues claro, y entonces tenemos que mantener un ten-con-ten.

    AGC - A no concentrarnos demasiao en esto. Vamos a ver más voces por aquí. Venga.

    - Una pregunta quería hacer.

    AGC - Sí.

    - Que sabes tú mucho más que yo de esto []…

    AGC - Perdón, no te he oído.

    - … []¿Que es que había antes y que lo hemos perdido?

    AGC - No, porque no es ‘antes’. Cuando yo he dicho “era” he empleao ese imperfecto: “No puedo olvidarme de lo bueno que ‘era’”, pero eso no se refiere a ninguna época. No se refiere a ninguna época de la Historia ni de la Prehistoria porque eso sería colocarlo otra vez dentro de la Realidad. Se refiere simplemente a lo que dado que la Realidad no es todo lo que hay, queda por fuera, hay siempre algo más. Se refiere a eso, pero no a ningún tiempo. No a ningún tiempo. Aquí lo que nos toca es una guerra, si es posible, de eso que nos queda de vivo contra la Administración de Muerte que ordena cambiarlo por un Tiempo contado, todo. ¿Qué más?

    - En la pregunta…

    AGC - Sí. ¿Perdón?

    - En la pregunta, lo primero que se me viene a la cabeza es que “necesario” ¿para qué? O sea, que cuando se pregunta ‘necesario’ parece que el para qué ya está implícito, y sin embargo está ahí actuando de alguna manera. O sea, no sé, no [] que algo es necesario sin referirlo a…

    AGC - Sí, perfecto, Penélope. Es así. Es así. Os he lanzado la pregunta precisamente dejando esa ambigüedad abierta para que te dieras, os dierais, cuenta. [] Necesario ¿para qué?, necesario ¿para quién? Y efectivamente el ‘necesario’ exige eso, y entonces, pues allá tú. ¿Qué responderás a la cuestión o del Gobierno o de las Reglas de higiene? Responde ¿necesario para tal?: sí o no.¿Necesario para tal?: sí o no. ¿Cómo lo harás por tu parte?              

    - Hombre, poniéndome en buen plan por ejemplo, pues está el tema de la salud, que ya suena bastante mal, pero aún así []…

    AGC - Hay que decir como el pueblo: para evitar…

    - ¿Cómo?

    AGC - Como hay que decir pueblo-que-no-existe hay que decir salud-que-no-se-sabe. Y ¿para la salud-que-no-se-sabe?

    - Claro, entonces ahí ya, como que lo pensamos…

    AGC - Entonces, ¿es necesario el cuidado de uno?

    - Es que además probablemente los médicos o los científicos… los físicos reconocen que sólo se imaginan el 4% de lo que ellos imaginan. Y la Medicina ahora quieren declarar… pasa exactamente lo mismo, casi todo son hipótesis, no son… Son inventos que se inventan para []…

    AGC - No, sobre todo, ya sabes, para servir al Señor y mover Capital, que es para lo que están las Ciencias también. Pero aparte de… aparte que se trata de conjeturas, hipótesis, hay otra cosa que nos toca… que nos toca más directamente: es que cualesquiera de esas cosas que ellos saben, por ejemplo, acerca de la salud, es de una simplicidad, de una simplificación aterradora. Para poder llegar a las declaraciones en las cajetillas de “Fumar mata” hay que haber realizado una simplificación de todos sus propios datos de laboratorio, de todas sus propias estadísticas, una reducción a la más descarnada relación causal que es realmente propia de un imbécil ese juego de simplificación. Pero esa especie de simplicidad es justamente… es justamente la que reina ¿no? Porque, claro, cualquier otra versión, aunque sea científica, que sea muy cuidadosa, que reúna muchos datos en pro y en contra, que se vuelva muy complicada, que se vuelva muy liosa, ésa al Poder ya no le sirve. Ésa ya al Poder no le sirve, requiere… requiere una simplificación idiótica. Ésa es la que funciona, sí.

   - Pero el Poder es contradictorio: da istrucciones y las contrarias. Porque eso del tabaco… y admitir ahora “El tabaco mata”…  Ha estao durante no sé cuántos siglos diciendo que el tabaco te da la vida, y escribiéndolo y diciéndolo y figurándolo en las pantallas. Por ejemplo: “la velocidad mata”, pero sin embargo se fabrican coches a 200 por hora, y esa instrucción es más potente que que te digan “La velocidad mata”. Es decir que las istrucciones de la negación y de la prescripción son iguales y luchan las dos. []  

    AGC - Ordenan de todo: leyes hay de todo. Si os cogéis cualquier Código, Civil o Penal, encontraréis lo mismo. Bien mirado, efectivamente lo mismo mandan lo uno que lo contrario pero en diferentes sitios y para armar más lío. Está bien, no hay lugar a comparación de más o menos. Está bien sacar a colación que encima las órdenes del Poder pueden ser contradictorias entre sí y parece que no pasa nada, porque la sumisión mayoritaria sigue siendo igual; le da lo mismo que las órdenes sean contradictorias: se somete a las unas y a las otras. Sí.

    - Es que el término ‘salud’ es también difícil ¿no? porque a ver a qué nos referimos, porque si ponemos reglas… Por ejemplo, me estoy acordando de la televisión, por ejemplo, como salud: no ver la televisión porque es malo para la salud, se podía entender como reglas, pero luego, a veces, aunque no sean buenas para el cuerpo, simplemente que te sienten mal ¿no? Comer hamburguesas, pues como el tabaco a lo mejor no mata comer sólo hamburguesas, pero entristece, entristece bastante sólo comer hamburguesas ¿no?...

    AGC - ¿“Pero”?  ¿“Pero”?

    - Entristece. Digo que entristece estar todo el día comiendo hamburguesas, te puede  alegrar comer otra cosa, una cosa verde u otra cosa diferente. Te pones eso, reglas. De la televisión igual, por ejemplo determinadas cosas pueden ser salud…

    AGC - Sí, entristece la sustitución. Desde luego, como todos los términos, [entre ellos], los de la lengua vulgar, ya se sabe que, como nunca están bien cerrados del todo, siempre tienen acepciones diferentes, usos que no casan unos con otros, pues []. Antes por eso decía mejor decir ‘salud-que-no-se-sabe’ para que no haya dudas, para… que se trata de la salud-que-no-se sabe, para oponerla a la salud de los médicos y de la higiene. Notad que lo que en la Realidad se nos da, en esta Realidad, ‘humana’ además, en la que se nos ha hecho entrar desde poco después de nacer, lo que hay es enfermedad, de forma que salud se deduce por negación, de lo que no puede uno olvidarse de lo bueno que era, pero lo que hay realmente son enfermedades. Son enfermedades más o menos graves y más o menos diversas.

Alguno de los que me acompañáis hace mucho recordará, recordaréis, alguna sesión en que se relacionaba inmediatamente la enfermedad con la conciencia. Con la conciencia. La conciencia en el sentido de la conciencia humana, no esa especie de conciencia común que tenemos que atribuirles a las demás cosas también. La conciencia humana, específica, efectivamente es la enfermedad, es lo mismo que la enfermedad, es eso de que la istancia superior de una persona se vuelva sobre su cuerpo, invente un alma, le imponga Reglas y cosas por el estilo. Eso es conciencia y eso ya es directamente enfermedad sin necesidad de insistir mucho en ello. De manera que salud, eso, salud se deduce gracias a que la Realidad no es todo lo que hay y que las cosas nunca son del todo, que uno mismo nunca es del todo el que es, y por tanto, pues queda… queda el resto, lo que no se sabe, y hay salud. Como todo lo bueno: no se nos alcanza nunca directamente, solamente por negación. Libertad no se nos da, después de todo lo dicho no tiene ningún sentido, pero la deducimos de la esclavitud, de la servidumbre y de que reconocemos que la esclavitud no es perfecta, no es total, que nada es nunca del todo. Nos volvemos contra ese todo y descubrimos así libertad, que desde luego no es real porque está en contra de la Realidad. Lo mismo con salud, lo mismo con pueblo. Bueno, ¿qué más? Sí.

    - Todo esto que pintan… por ejemplo el dolor, y a lo mejor el placer, se podría preguntar, porque definimos la conciencia como la intervención de las otras istancias superiores del alma por uno mismo, conciencia como enfermedad, pero a veces da la impresión aquí, de que la conciencia sobre el propio cuerpo podría estar provocada por el dolor, que yo el cuerpo como  lo siento, estoy [] y de repente llega el dolor y me viene la conciencia. Y entonces parecería que es al revés, que no es la conciencia la que hace enfermedad, sino la enfermedad o el dolor o miedo la que hace conciencia, en todo caso van juntos.

    AGC - Sí, tal vez… tal vez tú estás empleando el término ya con el sentido ése general que les atribuimos a los animales y a las cosas, no en el sentido de la conciencia específicamente humana, porque evidentemente parece que no se nos da [] que a los otros animales, incluso a plantas y eso le suceda que si reciben un hachazo, una herida, pues reaccionan, y reaccionar parece que quiere decir que efectivamente algo funciona. Pero, vamos, a eso que es propio de cualesquiera cosas, y de nosotros entre ellas (la reacción al dolor, al hachazo, al choque) es algo que entre nosotros específicamente se ha desarrollado en forma de esa conciencia que es saber de y dominar a lo otro, cosa que a los demás no… (a los animales y eso), no les podemos atribuir, parece ¿no? Así que es el término ‘conciencia’ el que ahí tiene los dos usos. Pero está bien recordar esto ¿eh?, aunque ahora nos dediquemos a analizar fenómenos que son específicamente humanos, como éste de la enfermedad, que es conciencia, no olvidéis que hemos descubierto que alguna forma de lengua, de razón, de conciencia, es de las cosas cualesquiera, no es ninguna posesión humana específica. De manera que, bueno, aunque esto está bien recordarlo siempre, ahora volvemos sobre el caso especial. Si volvemos a utilizar a los animales, pues, claro, nos damos cuenta de que ni con la peor intención puede la Ciencia ni nadie reconocer que los animales padezcan enfermedades de por sí. Que se sepa o se registre, eso sólo se da y se dice de los animales sometidos a los hombres, perros y todo eso ¿no?, y de los demás, pues no, no hay testimonio de enfermedades. Hay testimonio de lucha por la existencia, es decir condena a muerte, que quiere decir simplemente condena a cambio: tenemos que cambiarnos los unos por los otros. Ya sabéis que la cosa es así, y las cosas tienen que cambiar costantemente las unas por las otras, y hay una lucha, una defensa contra eso en las cosas igual que en nosotros, que toma diferentes formas lo que lucha por la subsistencia. Por la subsistencia frente y junto a, a esa condena a muerte, a esa condena al cambio… al cambio inevitable de lo uno por lo otro. Todo eso es general de las cosas y de nosotros, luego hay pues perversiones específicas de las que nos tocan más así, de cerca de casa, y una de ellas es las enfermedades que no podemos atribuirles a los animales. No podemos atribuirles a los animales, lo más, atribuirles eso, un zarpazo (un zarpazo del tigre sobre la gacela o cosas por el estilo) y la reacción consiguiente, la defensa (de la gacela o de quien sea) pero lo específico nuestro son enfermedades. Enfermedades que os estaba proponiendo que son lo mismo que conciencia en el sentido de conciencia humana, es decir, esa conciencia que implica la ideación del Tiempo y la interpretación de vida como tramo de Tiempo.

    - Parece que parece que podría ser que en Realidad haya una conciencia de la enfermedad, un saber de la enfermedad, y otra cosa diferente es que estemos olvidados de ello durante muchos o pocos momentos según vamos tirando, pero que está de alguna manera ya dentro de una verdadera enfermedad, la conciencia de la enfermedad, []…

    AGC - Bueno, lo que os digo que se puede confundir bien con la enfermedad no es sólo la conciencia de la enfermedad es la conciencia general, la conciencia humana en general. El tener… la conciencia que tenemos de las cosas, incluida la conciencia religioso-teológica-científica-filosófica, es una enfermedad, una perversión. Es una perversión, y luego, entre otras, cuando… cuando ese saber incide sobre lo que nos queda de cuerpo vivo, desconocido, pues se traduce en enfermedades, enfermedades humanas. Sí.

    - Yo es que… el miedo nos hace buscar la seguridad y que podemos controlar de algún modo el proceso, que eso hace que se destroce ese sentimiento. Por ejemplo, [], “Si te cuidas esto no te pasará”, cosa que es absolutamente [].

    AGC - Exacto.

    - “Si haces mucho deporte…” []

    AGC - Ésa es la condena.

    - [] el deporte es una maldición en nuestra época []…

    AGC - Ésa es en general la condena. Es, lo que he dicho antes, un miedo mal entendido, como suele ser: un miedo que se traduce justamente en un saber, en un preveer que es un saber, un saber de lo futuro. Porque miedo… miedo en un sentido que no sea eso, otra vez tenemos que atribuírselo a los animales, a las plantas y hasta el resto de las cosas: miedo, un miedo que le hace a uno retirar la cabeza, si le da tiempo, cuando viene una piedra por el aire. Eso… eso nada. Pero es un miedo ya entendido, mal entendido, que es justamente lo que has dicho: que nos hace  creer que podemos preveer las consecuencias. En contra de esto []: las posibilidades son sin fin, por tanto imprevisibles, imprevisibles. Estamos aquí, en esta lucha, solamente gracias a que puede pasar cualquier cosa. Si creyéramos como el Poder manda: que hay un Futuro (hace sus estadísticas, sus cuentas financieras para el año 2027 y todo eso), si  creyéramos eso no podríamos estar aquí intentando hacer nada, ni sentir nada, no tendríamos más que haber agachado la cabeza a la guillotina, y decir “Pues sí, Futuro”. El Futuro, o sea, la muerte adelantada ¿no? Las posibilidades son sin fin, es mentira el cómputo de posibilidades. En ese sentido el otro día, me parece, que acudíamos también a una declaración de los propios físicos, cuando se preguntan por lo que ellos llaman el ‘Universo’ (un término que aquí rechazamos reemplazándolo por ‘cosas’, ‘Realidad’) y declaran que este Mundo es sumamente improbable. Se podía declarar también “Es tan sumamente improbable este Mundo (esta maravilla de las cosas cambiando sin fin y haciéndose unas y otras de que antes he hablado), es tan improbable que anula de por sí cualquier cálculo de probabilidades”, no tiene… deja de tener ya ningún sentido, solamente se puede decir “es muy improbable” cuando uno se coloca antes del Universo y empieza a calcular cuántas probabilidades hay de que venga un Big-Bang que haga este Universo, y cuáles probabilidades de que haya otra tal… Estas tonterías tremebundas de los divulgadores de la Física ¿no?, nada más. Sí.

    - Agustín, llevo la voz pedida…

    AGC - Ah, no me he dao cuenta.

    - Mira, es que yo creo que hay una acción más primitiva todavía de la que estamos hablando, del miedo, que es una función que no… creo que habría que llamarla como de ‘conjuro’, de espantar… de espantar el tiempo. Y que desde luego tiene en cuenta esto del Tiempo (lo que va a pasar, lo que va a pasar). Y esto le pasa a [], los animales no van descuidados, la cebra no va descuidada, el gato cuando va andando así, no hace ruido cuando pasa delante de un [] para que no le oiga. Es decir, hay como una previsión de que si no toma medidas, las que sean, aquello va a terminar mal. Pero yo lo que quería referirme fundamentalmente es a esa sensación que uno tiene cuando coge un avión (por ejemplo, yo misma, tú mismo, pero yo misma sobre todo) que lo que sostiene el avión es la suma del miedo de los pasajeros. Y, como los demás disimulan el miedo,  me veo obligada a subir yo el avión yo sola con mi miedo, al miedo de los 300 pasajeros. Y eso es como se cumple []…

    AGC - No podemos estar gemelos, Isabel. Eso me lo has copiao a mí, porque eso fue lo que…

    - [], eso es una cosa que yo he sentido []…

    AGC - …Eso fue lo que efectivamente me asombró a mí alguna vez que me montaba a uno y veía que cada uno sacaba su periódico, le cogía el whisky a la azafata, charlaban de esto y de lo otro, es decir, la cosa más natural del mundo. ¡Cosa natural!, esto de que le metan a uno en un bicho, lo lleven a 3.000 metros de altura de repente y le hagan danzar nada menos que entre las nubes: la cosa más natural del mundo. Ante eso efectivamente hay una repulsa… una repulsa que dije “Alguien tiene que conservar un poco de sensatez entre todo este pasaje”. Un poco de sensatez, y la sensatez efectivamente tiene que traducirse en una obligación de tener miedo, de tener miedo para compensar, como Isabel ha dicho. Bueno, lo importante es lo otro que Isabel ha dicho. Efectivamente hay que recordar todas esas precauciones istintivas del gato, de la gacela, que nos ha recordao. Todas ésas pertenecen a eso de lo que nos queda a lo mejor un poco: esa especie de sabiduría sin saber. No hay desde luego ningún cálculo del Futuro, que no podemos atribuirle a las gacelas, ni siquiera a los gatos, pero puede quedarnos algo de lo que en ellos también se manifiesta ahí. Y adelante.

    - Me pregunto si parte de la trampa no está en ese reflexivo “cuidar-se”. Es decir, cuando alguien cuida a otro es como si estableciéramos otro tipo de actividad, cosas distintas, una madre cuidando a su hijo, por ejemplo. O por ejemplo la Seguridad Social, que supone que ellos te cuidan a ti. Claro, evidentemente “cuídate a ti mismo” porque, entre otras cosas, no tenemos dinero para cuidarte, tienes que no enfermarte para que, así, entonces, con menos dinero podamos hacer más []. O sea, ahora corre de tu cuenta, es una especie de privatización [] todo esto. Pero me pregunto si este reflexivo de ‘cuidar-se’ es diferente a ‘cuidar de’.

    AGC - ‘Cuidar de’, ¿cuidar a otro? Pues efectivamente es distinto [], no cabe duda. Cuidar a otro (de eso tenemos también todos, vosotros, yo, cualquiera), con Seguridad Social y también sin ella, tenemos una multitud de experiencias. Cuidar a otro evidentemente se hace de dos maneras harto distintas, hasta contrapuestas, y sin embargo las dos se llaman ‘cuidar’, ‘cuidar a uno’. Hay una manera mayoritaria de cuidar a uno que es efectivamente pues el de aumentarle la conciencia de que está en peligro o tal vez al borde de la muerte, y que por tanto necesita mucho los cuidados, y hacerle ver al niño que está a punto de caerse a cada momento que avance un pie. Esto es mayoritariamente el amor de madre, y el amor de médicos o enfermeras en caso de la Seguridad Social. Pero sólo mayoritariamente, porque hasta una madre de vez en cuando puede darse cuenta de lo tonto y lo criminal que es esa manera de cuidar. En cambio, quedarse admirada de lo bien que el niño anda y hasta vuela, y quedarse pasmada y no hacer nada, no hacer nada, y eso es de verdad cuidar al niño. Y hasta una enfermera a sueldo, aunque de ordinario lo que haga sea cumplir con su deber que es hacer la puñeta al prójimo por orden de la Seguridad Social, bueno, de vez en cuando puede de  verdad tener un arranque de piedad, un sentimiento, una cosa piadosa que le haga al otro, enfermo o no enfermo, de perder algo de la Fe en el Futuro y descuidarse y sonreírse y relajarse. Eso sería cuidar de veras, y la verdad es que se da junto con lo otro. Observad que a lo uno y a lo otro se les llama ‘cuidar’. Hasta a esa confusión estamos sometidos. Sí

    - Bueno, pues lo que se oye desde luego… lo que conviene recordar que es lo que canta el pueblo sobre los médicos ¿no?, que tiene mucho que ver con lo que decías de la conciencia, el repasar el caso de los médicos, gracias a los istrumentales que tienen para darse cuenta de las cosas, que es el que vas al médico y para curarte de una cosa te saca tres. Así que ¿es necesario que uno se cuide?...

    AGC - Sí, eso es un truco a veces de que el médico mismo… el médico mismo, pues claro, no acierta, a lo mejor no sabe qué te pasa, cuando vas allí y, bueno, hace un esfuerzo por catalogarlo según sus tesis de lo que está mandado, y no se queda a gusto, y entonces, naturalmente, para cumplir mejor con su deber te saca otra… otra pejiguera que no se te había ocurrido, otra [] someterte a un examen más. Es decir, hasta ahí el médico está cumpliendo con su obligación mortífera que es condenarte al análisis, a la observación, al chequeo periódico y más cuanto más frecuente y todas las cosas. Pero, como digo, claro, eso no es ninguna Ley general. Que, quienes van a los médicos, de vez en cuando te puedes encontrar con alguno, a que, médico y todo, pues tienda a decirte “Que no, hombre, no: que no te pasa nada: ¡a la calle!”. Eso es un médico que no cumple con sumisión, pero los hay.

    - []

    - Yo quería decir una cosa: antes, que hablabas tú de la mayoría y de la opinión, del pensamiento particular, no he visto que nadie dijera nada, y si acaso voy a decirlo: todos los Medios (la prensa canallesca más que en los [] que oigo o cuando leo los… cuando oigo la radio y cuando leo los periódicos) lo que más está de moda y lo que más prima es ‘tu opinión’. Y entonces cualquier gilipollas te dice cualquier gilipollez que el otro te lo va a defender, dice “Ah, no: es la opinión de ese señor que es un ilustre señor de tal”.Y entonces, en virtud de la opinión, que es la de él, eso es lo que más se lleva. Si tú planteas que la cuestión mayoritaria es una idiotez y que no descubre nada, es como si se te echaran encima, y los más… los que más defienden esto, curiosamente, son los progres, son los más imbéciles y los más demócratas que hay ahora en el país. Como se te ocurra decir que uno (lo que decía Heráclito) para mí y es mío, pues ya te tildan [], o vaya Vd. a saber de qué,  [].

    AGC - Ya sabéis lo de la identidad entre el Poder y uno: las mayorías desde luego están hechas exclusivamente de personas, de individuos personales, un número de almas. No hay mayorías que no sean contables, si no, ninguna Democracia podría funcionar. De manera que la idiocia general está compuesta necesariamente de idiocias particulares, entre otras, las opiniones diversas que Galín… que Galín dice. Al pueblo-que-no-existe no le pasa eso, en el pueblo no hay personas, en el pueblo no hay individuos, gracias a eso de ‘no existir’. Pero en la Realidad las mayorías están hechas sólo de personas, y los Medios se llaman por eso, ya hace tiempo, Medios de formación de Masas de Individuos. Medios de formación de Masas de Individuos, para que no haya duda.

    - Agustín, dos cosas: yo me acuerdo del istinto de los animales ¿no?, parece que hay naturalistas que documentan islas en las hay especies que no han tenido contacto con otras y que no las rehúyen, y de la nuestra, pues parece que puede haber algo de aprendido del istinto ¿no? Y luego otros casos, por ejemplo…

    AGC ? ¿Cómo?, ¿qué hay especies que han cambiado…? ¿Especies que han cambiado?

    - Especies en islas, que no tenían contacto con algún [] (por ejemplo, nosotros), y que no los rehuían.

    AGC - ¿“Y que no…”?

    - Que no tenían miedo. Y luego, por ejemplo, los casos que algunos [] animales conviven, perros y gatos, que se llevan bien. O un caso que vi yo en la prensa que era muy curioso, de un lobo que estaba en un zoo en Kazakistán o por ahí, y le llevaron un burro tullido, lógicamente para que se lo zampara, y se hicieron amigos. Y luego con lo de la pregunta, ésta de si es necesario la salud, el Estado, y esto de cuidarse…

    AGC - Espera. Respecto a esto efectivamente es bueno recordarlo: nada de lo dicho implica que los animales y las plantas y demás no aprendan, aprenden ¿eh?, aprenden. Eso son ejemplos. Aprenden y aprenden efectivamente pues a reconocer enemigos como en los casos que recuerda Oscar, enemigos que antes no conocía y que por experiencia, por sufrimiento, pues claro, los animales aprenden ¿eh? Pero eso no implica la adquisición de una conciencia, de un Futuro ni un cómputo, pero sí de un aprendizaje. En cuanto a la pregunta.

    - Sí, un caso que igual yo no sé si incluso hasta lo habrás citao alguna vez aquí, no recuerdo la obra, lo leía el otro día en un texto que lo citaban, creo que era un sirviente que ante las órdenes del amo, como sabía que si decía que no, le iba a ir muy mal, pues decía esto (era en inglés ¿no?) “I will prefer not to” ¿no? (“preferiría que no”).

    AGC - “I will prefer not to”    

    - Preferiría que no.

    - Preferiría no hacerlo.

    - El amo da una orden que a él le fastidiaba cumplirla, no le hacía ninguna gracia, pero como sabía que si no la cumplía le iba a ir muy mal, pues decía eso. [] ¿Te importa hacer esto?, ¿quieres hacer esto?, entonces decía “Preferiría que no”.

    AGC - Ya, pero no entiendo muy bien el…

    - []

    AGC - …No entiendo muy bien el sentido al que lo traes.

    - Sí, quizás no termina de casar con esto ¿no?

    AGC - No: el caso es una astucia del…

    - Sí, como escaparse o algo así.

    AGC - Una astucia como la de cualquiera, las reglas de cortesía…

    - Preferiría no tener que hacerlo ¿no?, prefería no tener que padecer al Estado.

    AGC - No, que él sabe que decir directamente “No” es muy ofensivo, y en cambio decir “Prefiero no hacerlo”, pues…. Son las reglas que usamos costantemente en lugar de decir “No”, o dar una orden declarada, lo hacemos por vueltas y todo eso.

    - De cualquier manera, con respecto a lo que tú decías de los documentales de animaluchos, los muestran como si “las abejas han puesto el polen, y los colores para que las abejas vayan es pura inteligencia por parte de ambos”, y es mentira, para que los miles de millones de especies que se extinguieron []. Y los documentales de la 2 son falsísimos. O sea que ninguno está de realidad: se han hecho en terrarios, se han hecho en escenarios preparados, son oropeles…

    - Yo pensaba más en [] que encontraban islas perdidas por ahí con animales que no habían visto al hombre ¿no? Yo pensaba más en []…

    AGC - En todo caso ni una teoría que rechazas ni otra que parece que defiendes pueden ser verdad. Ni teorías al estilo de Darwin ni teorías al estilo anti-Darwin: ninguna puede ser verdad porque… (Vamos a terminar porque yo, la verdad, es que me estoy cociendo más que asando), ninguna verdad de la Ciencia puede ser de verdad. Las verdades son [] mentirosas. No puede la Ciencia progresar de otra manera ni el Poder sostenerse de otra manera más que por mentiras. Y las mentiras no son de las cosas, son de las verdades: mentira de las verdades que se dicen por teorías o por leyes o lo que sea.

Bueno, pues en vista del calorazo, si el Señor no nos asfixia demasiao pronto, dentro de siete días, pues seguimos dándole a esto.