25.08.2014

Tertulia Política Número 2 (04 de Enero de 2006)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

  • Constitución ideal de la realidad
  • Los ideales en la física, geométricos
  • “uno” y “punto” como ideales
  • Gustos y opiniones
  • La proliferación de opiniones como caso de la proliferación de las cosas

 

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TRANSCRIPCIÓN:

 

Después de que en la última sesión estuvimos largamente planteando la cuestión de los ideales en las apariciones sociales sobre todo, esos entes que se caracterizan por ser irrealizables, que por tanto no pueden directamente pertenecer a la realidad, pero que por otra parte son necesarios para el sostenimiento de la realidad, que sin ideales no puede defenderse, sostenerse, que es lo que la realidad está constantemente haciendo, como recordáis: consiste esencialmente en “defensa”, defensa ante la amenaza, ante el peligro del descubrimiento de su falsedad.  Pues para esto necesitaba ideales, y no voy a volver a recorrer los varios ejemplos que estuvimos usando de esta necesidad del ideal en la cual a veces  no se para mientes.  En eso os puse el ejemplo sobre todo del ideal de la pureza de la raza aria bajo el dominio de los nazis, con la eliminación de “todos” los judíos; lo importante es en eso el “todos”, en eso es en lo que se funda lo que decimos de “irrealizable”: el ideal es irrealizable, ni puede definirse nunca lo que es “judío” ni por tanto se puede contar a los judíos, pero el que fuera irrealizable por supuesto no impidió para nada, sino que por el contrario sostuvo, todos esos horrores que tanto os entretienen cuando los veis en peliculitas o en televisión de los campos de exterminio y todo lo demás.  Era un ejemplo característico, y no voy a recorrer los demás.

 

Como os dije, este reconocimiento de la necesidad de los ideales irrealizables  () sobre todo a través de las especulaciones de los físicos, es decir, que no era algo que se refiriera de una manera especial a “nosotros”, (empleando una vez más este término, para huir de otros peores, como “humano”, “el hombre” y cosas por el estilo)  no es característico, sino que en esto como en lo demás eso de “el hombre” no es mas que un caso entre las cosas, es una de las cosas, es un caso nada más, y por tanto esta aparición de los ideales en las sociedades humanas no es mas que un caso de algo que está mucho más profundo en la constitución misma de la realidad, la cual efectivamente necesita constituirse con cosas “distintas”, y luego por tanto “distantes” en alguna forma de “espacio” entre si, cosas que son de alguna manera realizables, (aunque desde luego nunca del todo;tampoco aquí cabe lo de “todo”, puesto que como sabéis los significados de las palabras de un idioma cualquiera nunca están perfectamente definidos, y por tanto lo que he dicho de los judíos se puede aplicar a las rosas: nunca se puede saber exactamente qué  es una rosa, ni por tanto contar rosas tranquilamente) pero que se realizan en cierto modo en ejemplares que pretenden representar el tipo, ser representantes del tipo.

 

Y al lado de las cosas tiene que haber igualmente aquí  “irrealizables”, tiene que haber entes de este tipo ideal, irrealizable, que por tanto sólo por confusión se pueden equivocar con “cosas”, con partes de la realidad, pero que por otro lado son necesarios para que las cosas se sostengan en su ser, que implica, como recordáis bien, su movimiento como primera aparición y necesaria de la realidad acompañando a la propia discontinuidad o separación de las cosas que la constituyen.

 

Estos ideales, en la Ciencia de la realidad, en la física, son ante todo los que podemos llamar “geométricos”, y no voy a entretenerme mucho aquí en esta pugna constante entre geometría y física, sino simplemente recordar algo de lo más esencial: efectivamente, en su progreso, la Ciencia de la realidad, la Física, no puede menos de adoptar un formalismo, un aparato matemático, y junto a la cuestión de los números necesita igualmente tratar de aplicar a la realidad una geometría; son de esta geometría los entes ideales, irrealizables, que sin embargo tienen que sostener a la Ciencia física, como tienen que sostener a la realidad misma, lo uno va con lo otro.   No es tanto que la geometría, como las matemáticas en general, entren en la ciencia de la física, se pongan al servicio de la física, sino que es que la física misma no puede menos de tender a convertirse en una geometría; precisamente en el intento de explicar las realidades, parece que no puede seguir otro camino mas que ese: que la física venga a ser geometría, cosa que en los debates de estos últimos años, sobre todo a partir de Einstein  se ha visto una y otra vez aparecer de mil maneras distintas, no voy a detenerme en ello.

A esta geometría y a estos ideales pertenecen otros muchos seres, necesarios, pero me voy a parar, porque me parece más elemental “punto”, “el punto”, porque este es el que me lleva a una serie de disquisiciones en las que quería metéros hoy. 

 

 

“Punto” es evidentemente un ideal, un puro ideal irrealizable. Es momento de que nos paremos un momento a considerar la irrealizabilidad, en qué consiste; la declaración de “irrealizable” para alguno de estos seres consiste en que entre en contradicción directa con lo que hemos descubierto como esencial de la realidad, eso quiere decir “irrealizable”.  Y “punto” desde luego reúne estas condiciones, entra en contradicción con la constitución misma de la realidad; y entra “punto” en contradicción con ella al mismo tiempo que entra “todo”, es decir, es la idealidad del “uno” y la idealidad del “todo” las que aquí entran en juego y las que estamos sometiendo a juicio, la una va con la otra, no se pueden separar.  Lo mismo que con respecto a los ideales sociales decíamos “cuidado cada vez que os hablen de “todos”,  porque no hay “todos” ni en una población ni en ningún sitio, tenéis que tener cuidado cuando os hablen de “uno”, singular y único, porque no hay tampoco eso.  La realidad necesariamente reúne las condiciones que hemos descubierto y que estamos voceando todos estos meses: tiene una condición de conjunto, si se quiere, pero un conjunto no cerrado que rompe en verdad la noción misma de conjunto, la realidad no es un “todo”.  Muchas de las especulaciones de físicos, astrónomos y de otros tipos consiste en que confunden la realidad con lo que llaman “universo”, por ejemplo; con eso ya estamos perdidos desde el comienzo, porque “universo” es una cosa que se dice, como todas las demás, dentro de la realidad, y por tanto no puede servir ya para descubrir lo que con la realidad de verdad pasa.   Tiene que ser un conjunto abierto, y los elementos de ese conjunto, a los que llamo “cosas” de una manera precisa, nunca pueden por tanto estar a su vez bien definidos, cerrados; y cuando se habla de unos cuantos de ellos, se les cuenta luego por números, y a partir de ahí se deduce también la unidad, el uno.  Hay que tener en cuenta que eso sucede precisamente gracias a que en la realidad rige el convenio de que los que no pueden ser el mismo porque son distintos sin embargo son el mismo a la vez, esa es la condición del significado de una palabra y supongo que no hace falta mucho insistir en ello. 

 

La condición por tanto de “uno”, “singular”, “único”, representada con ese ente ideal que llamo “punto”, está claramente en contradicción con la realidad misma, con esa constitución de la realidad; es en ese sentido irrealizable, puramente ideal, y al mismo tiempo es necesario cuando la física intenta aplicarse una geometría como medio de formulación  y de explicación, sin “punto” no habría qué hacer.  Ante los inconvenientes y tropiezos con que esto se encuentra, pues se puede llegar a cosas como que si se sostiene al mismo tiempo eso que se llama “espacio” como algo físico, ese espacio a su vez puede estar lleno de puntos, y hasta constituido puramente por puntos.  Vuestra imaginación y la mía no puede llegar ni siquiera a asomarse a semejante cosa, pero sin embargo la formulación tiene que llegar a suponerse hasta eso.  “Espacio”, dicho sea de paso, no es algo que pertenezca a la geometría en cambio: la geometría se puede aplicar sobre una noción previa de “espacio” que viene de la ciencia física, pero el espacio, a diferencia del punto, no viene de la geometría; en la geometría por sí misma no hay “espacio”, no hay mas que “figura”, y la figura es la que determina su propio espacio, que no es ningún espacio exterior, y es solamente a partir de su figura como en geometría puede de alguna manera aparecer definido el punto y los puntos.  De manera que el lío es cuando a una cosa que contiene todavía la vieja idea de “espacio” como “sitio por donde las cosas se mueven”, se trata de aplicarle con rigor una geometría, y entonces puede llegarse a cosas del tipo ese de un espacio que consiste en “puntos”, y que además está lleno de “puntos”.

 

Bueno, no voy a tratar de traeros aquí a colación más de estas cosas, vuelvo sobre el “uno”, y volvemos a saltar entonces de la física a esta manera de realidad que es la que decimos “nuestra”.  Lo del “uno” está ahí, está bien claro.  “Uno”, como único y singular, lo hemos visto varias veces, no puede ser verdad, no puede de verdad aparecer en la realidad, y la manera de realización es una falsedad notoria en la que una y otra vez hemos insistido: uno tiene que ser al mismo tiempo único, singular, lo cual es imposible en la realidad, y al mismo tiempo tiene que ser uno de tantos para que se le pueda contar como un ejemplar del tipo o un elemento del conjunto (un ejemplar del tipo, mejor dicho, para acudir a lo que pasa en las lenguas, donde aparecen múltiples realizaciones del significado, la “extensión del concepto” que decían los viejos lógicos) .   Y sólo gracias a esa trampa estáis aquí como “unos” y yo como”uno”, sólo gracias a esta trampa, habiendo tragado que al mismo tiempo uno puede ser singular, único, ideal, irrealizable, y al mismo tiempo que uno realmente no es más que uno de tantos y se le puede contar junto con ellos, sólo gracias a ésa trampa.  Pero ya veis que para sostener esta trampa que sostiene la realidad misma el ideal de “uno” igualmente es necesario, es una necesidad, lo mismo que es necesaria la fe en que se puede decir “todos” o incluso que “la realidad es todo lo que hay”, la primera gran mentira contra la que aquí berreamos una y otra vez, el “uno” y el “todo”.

 

Pues se me ocurre ahora que para atacar esto de una manera más concreta, tal vez lo más oportuno sea que nos dediquemos a tratar de las opiniones de los mortales; de las opiniones, de los gustos también, porque no se puede separar lo uno de lo otro, las múltiples opiniones de los múltiples gustos de los mortales.  Me gustaría que, aunque ahora lo voy a dejar un poco de lado, desde aquí tengáis en cuenta que como el hombre no es mas que un caso de las cosas, esta cuestión de las opiniones de los mortales  (el término mortal se emplea con precisión queriendo decir “los que saben su muerte”, es decir, los que han cargado con un futuro; ya sabéis que una persona real se constituye en el momento de su condena a muerte) como eso de las opiniones de los mortales no es mas que un caso de lo que pasa en general entre cosas; no olvidéis que esto al mismo tiempo tiene que referirse a esta increíble multitud y maravilla de las maneras en que plantas, animales, rocas, estrellas, se producen por ahí una detrás de otra, y cómo nos cuentan que se han venido produciendo y cambiando a lo largo de los millones de años y de todas las eras que se nos quieran pensar: esa inagotable, increíble maravilla de la multiplicidad de las cosas, no sólo de las cosas cada una por sí, sino de los tipos de cosas o clases de cosa también incontables, todo eso tenerlo al lado, porque cuando hablemos de nuestras opiniones, estamos sin duda tratando de un caso de eso otro más general y asombroso hasta lo increíble.

 

Las opiniones nuestras, de cada uno y de los conjuntos de cada unos, nos han llamado más de una vez la atención, nos la llaman ahora, porque como sabéis forman parte de la creencia fundamental, del primer artículo de fe sobre el que está claramente sentado este régimen que padecemos, la Democracia desarrollada; la Democracia, que como sabéis tiene derecho indelegable de cada uno a tener su opinión propia, su gusto propio; sin esto, ni democracia, que es el régimen más perfecto de los regímenes, y por tanto, ni realidad histórica, ni social, ni nada .  Este es el artículo de fe fundamental, por eso es normal que me llame tanto la cuestión de las opiniones.

 

Vamos por tanto a reflexionar un poco sobre esto de lo que cada uno opina y lo que a cada uno le gusta, y vamos a ver qué es lo que pasa.  Desde luego, para el éxito del régimen, para el éxito del dominio, se requiere pensar que no hay más verdad que las opiniones de cada uno, y paralelamente, que no hay nada bueno más que lo que a cada uno le gusta; esto es  un trasfondo  que está implícito en esta misma creencia, admisión, de las opiniones y de los gustos personales, supongo que veis claro cómo.  Las opiniones de un conjunto, un conjunto de opiniones cualquiera, de una población cualquiera, tienen esta condición: que ninguna de ellas puede ser verdad, supongo que no hace falta pensar mucho para darse cuenta de ello: es condición de que ninguna de ellas, cuantas sean, pueda ser verdad.  ¿Cómo es este razonamiento? pues porque está en contra de la constitución misma de la realidad : si alguna de las opiniones fuera verdadera, ya no estaríamos en la realidad, estaríamos en un limbo completamente inconcebible, donde de verdad (hubiera cosas), se viviera, no estaríamos en la realidad; la condición de la realidad exige que ninguna de las opiniones que se pronuncien ni que se hayan pronunciado puedan ser verdad; es algo que se entiende bastante bien, y cómo está ligado con la constitución misma de la realidad.  Nadie, en cuanto hombre real, en cuanto ser real, nadie puede decir la verdad, es otra manera de decir lo mismo: no hay ningún ente real, ninguna boca mortal, que pueda decir la verdad, eso sería contradictorio con la condición misma de la realidad.  

 

Bueno, pues una vez que esto se reconoce más o menos, que esta modestia se lleva hasta todo el extremo que se pueda llevar, al reconocimiento de la contradicción, de la imposibilidad de pretender que alguien pueda nunca decir la verdad o haberla dicho, tenéis ahora que contraponerla con lo que antes os he presentado como trasfondo implícito de la actitud democrática, que era como recordáis que no hay más “verdad” que las opiniones de cada cual, ni más “bueno” que lo que a cada uno le gusta.    Esto es así, apenas tengo que volvéroslo a recordar, lo palpais los días, cómo se realiza esta  sustitución: que os venden en lugar de “verdad”, (y esto es necesario para el éxito y para la marcha del Capital, os venden una mayoría de votos en cualquier situación, simplemente  es así, es el cambiazo que padecéis todos los días os deis cuenta o no, os duela o no os duela, pero os han dado el cambiazo, os han vendido en lugar de “verdad”, pues una mayoría de votos.  “Verdad” es lo que vence en la votación, la verdad está por tanto inmediatamente ligada al éxito; el cambiazo está justamente ahí, y esto, con un breve paréntesis, no es extraño a lo que pasa con la Ciencia física, donde el éxito de la predicción, el juego con el futuro por cálculo de probabilidades y por tanto el éxito de la predicción comprobada experimentalmente, es lo que se vende igualmente como prueba de verdad, con la misma sustitución una y otra vez .  Cierro aquí este paréntesis físico y nos seguimos fijando en esta realidad nuestra.

 

Os pedía que compararais lo que la modestia llevada hasta el infinito nos dice de que nadie dice ni puede haber dicho verdad, ningún ente real dice ni puede haber dicho verdad, que ninguna opinión puede ser verdadera, que la verdad, como decía este nieto mío que me ha salido por ahí “verdad es lo propio de ninguno”.  Comparad esto de que nadie puede decir ni haber dicho verdad con esta otra formulación que, de la creencia firme, necesaria, en la opinión y en el gusto de cada uno, deduce que “no hay verdad”; que no hay verdad, porque no hay más verdad que las opiniones, que no hay “bueno” de veras, porque no hay más “bueno” de veras que lo que a cada uno le gusta, y que tanto más demuestra que es bueno cuanto más crece el número de los que compran esa cosa buena, lo mismo que tanto más crece la verdad de la opinión personal cuanto más se agrupa en mayorías que consiguen el éxito.

 

Pues comparadla, y antes de pasar yo a seguir soltando otra cosa, decidme.  No se si está claro lo que os planteo, lo vuelvo a repetir por si acaso, creo que está muy claro: la constatación sumamente humilde de que ninguna opinión puede ser verdadera, que ninguna boca mortal puede decir ni haber dicho nunca la verdad, comparada con la conclusión de que no hay más verdad que las opiniones personales de cada uno, no hay más cosa buena que los gustos personales de cada uno.  Esta es la comparación con la que os paso ahora la palabra para que corra por donde pueda, de manera que adelante, y si no está clara la cuestión, pues exigidme que la plantee más claro.

 

            -  ()

 

            A-Lo que hay que decir a eso que dices es: “puede ser”, puede ser que suceda, puede ser que haya sucedido, pero la condición es que ni el que lo dijo se ha dado cuenta, ni nadie lo ha reconocido; sin esa condición no marcha.  La condición de que eso sea posible, que puede que a una boca mortal, a pesar de ser una boca mortal, es decir, condenada al futuro, por la propia imperfección del ser de uno, se le escape algo que viene de otra parte y que a lo mejor no era una opinión, y por tanto no era mentira.  Que todas las opiniones son falsas es lo que estamos diciendo.  Eso puede ser, pero su condición es que ni uno, el que supuestamente lo haya dicho, lo sabe, ni nadie puede reconocerlo como habiéndolo oído.  Esta es la  situación de las posibilidades que os recuerdo: las posibilidades están abiertas, justamente la realidad está constantemente hundiéndose en posibilidades sin fin y reaccionando por el procedimiento consabido: convertir posibilidades en cosas, que por tanto ya dejan de ser posibles para ser reales; de manera que las posibilidades están siempre abiertas, pueden colarse por todas partes.  Pero la característica de las opiniones es que si que se sabe, si que uno se cree que es él el que lo dice, si que sus prójimos le atribuyen aquello como si fuera lo que él dice, su opinión respetable, de manera que eso queda fuera de las posibilidades, entra en la realidad, y en la realidad  no hay opinión que no sea falsa, todas las opiniones tienen que ser falsas en la medida en que son opiniones de entes personales bien constituidos.  Pero no olvidéis que lo que os pedía era la comparación entre esto “ todas las opiniones son falsas, nadie puede decir ni haber dicho verdad, ninguna boca mortal”, compararlo con lo que os rige todos los días aunque no os lo cuenten, la conclusión de que “no hay más verdad que las opiniones personales, mayoritarias, no hay “bueno” mas que lo que le gusta a uno personalmente, y sobre todo, si se juntan muchos, mayoritariamente” , comparar lo uno con lo otro.

            -Digo que cuando en el Juan de Mairena se dice  “tu verdad no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela”, y luego después, al cabo de unos cuantos versos más se dice algo así como “confiemos en que no será verdad nada de lo que pensamos”.

 

            A-No, Isabel: “confiamos en que no sea verdad nada de lo que pensamos, confiemos en que no será verdad nada de lo que sabemos”, hay que contraponer lo uno con lo otro.  Esto no es nada del Juan de Mairena, es de los proverbios.

 

            -¿Y qué quiere decir ahí Don Antonio en el sentido de que en realidad lo de “vente conmigo a buscarla”, la verdad tendrá que ser algo que de alguna manera esté siempre en una situación de búsqueda, pero que en cuanto sea considerada como una verdad y por lo tanto pueda ser dicha por Agamenón o por su porquero, ya ¿sigue siendo verdad aunque la pueda decir Agamenón o  su porquero?  Te lo digo por lo de la boca del mortal.

 

            A-  “Buscar” es un problema en ese proverbio. “Buscar” parece que representa generalmente “intención”, y por tanto futuro, es  problemático: “vente conmigo a buscarla”.  Sin embargo, “buscar” es lo que en términos científicos se llama “investigación”, de manera que fijaros en lo que pasa con eso de la investigación: efectivamente, la investigación en principio está condenada a eso de la intención, de la busca del éxito de la predicción, y por tanto a la necesidad de llegar a una verdad en un futuro.  Lo que pasa es que la investigación no marcha tan bien como Dios querría, se le escapa, y da de sí muchas cosas de las que aquí tenemos testimonio, muchas de ellas a través de los propias especulaciones de los físicos, de manera que había que pensar que en el proverbio, lo de “buscarla” quiere decir “ven conmigo a buscarla”, sabiendo que no podemos encontrarla mas que por falta de fin, por falta de intención, por descuido, por imperfección.  En otro proverbio dice “encuentro lo que no busco, las hojas del toronjil huelen a limón maduro”: “encuentro lo que no busco”, esa es la condición, o sea que entendiendo de esa manera, quitándole a “buscar” todo lo que lleva implícito de intención, de persecución de un fin, bien podría decirse.  En todo caso sigo pidiéndoos la comparación entre el descubrimiento de que nadie puede decir ni haber dicho la verdad y la conclusión democrática “no hay más verdad que las opiniones de cada uno, no hay cosa buena mas que los gustos de cada uno”; es la comparación entre lo uno y lo otro lo que estoy pidiendo, no nos distraigamos demasiado.

 

 

            -¿Cómo puedes distinguir la voz de la boca?, porque en este proverbio de Agamenón la boca está confusa.

 

            A-Dejemos un momento la literatura, eh? Está confusa, y es complicada, y no me voy a distraer. con ella               

 

            -Dentro de las opiniones estaba la posibilidad de decir, o los gustos personales, “esto es bueno”, o “esto es verdad”, mientras que aquí muchas veces hemos dicho que la única verdad que nos cabe decir es que “todo” es mentira , que cualquier pretensión de “todo” es mentira, siempre una labor como negativa.  Parece que hay una diferencia, no?, parece que la única verdad          Yo eso lo veo claro      en lo que no veo tan claro es si es bueno o malo, porque si bien es verdad que en las opiniones       

 

            A-Bueno, en primer lugar para no descolocarnos: esto es un poco salirse; efectivamente es salirse en el sentido de que parece que como decimos que a este viaje de perdernos en lo que no sabemos, a lo que por lo visto esta tertulia política se dedica, en este viaje de dejarnos perder en lo que no sabemos, no nos guía nada, el amor a la verdad que en realidad no es mas que odio de la mentira, parece que efectivamente, según ahora Carlos recuerda, se reconoce una especie de verdad, que sería el descubrimiento de la mentira, pero eso no nos impide decir que eso no es ninguna verdad, que eso es simplemente un odio de la mentira, y que el descubrimiento de la mentira no es ninguna verdad, y que por tanto ninguna boca mortal puede llegar a hacer ese descubrimiento del todo, tiene que estar siempre de alguna manera mintiendo, porque la mortalidad implica mentira.

 

            -....el descubrimiento de que nadie puede decir verdad, de que por boca mortal no puede salir verdad, parece que se ha perdido en la conclusión esa de que no hay más verdad que los gustos personales           mientras que la segunda es totalmente totalitaria, inmodesta, está diciendo de alguna manera que la realidad es todo lo que hay, que sólo hay opiniones.       

 

 

            A- Es totalitaria.  La Democracia, como cualquier régimen bien constituido implica una soberbia porque implica una fe, y toda fe es soberbia.   Toda fe es soberbia, de manera que en efecto es lo contrario de este reconocimiento humilde hasta el extremo de que nadie dice ni puede haber dicho verdad nunca.  En efecto ()       comparación: si seguimos llevando la cosa por el lado de la verdad y de lo bueno, creo también recoger lo que Carlos decía, yo creo que se puede llevar lo uno con lo otro: también la creencia en el gusto personal de cada uno, donde tiene derecho a tener su gusto, es una especie de declaración implícita de que no hay ni bien ni hermosura que valga, de manera que es otra vez hacer recaer sobre la persona, sobre ese uno cuya irrealizabilidad hemos visto al principio y su contradicción después, cargar sobre él toda esta capacidad de saber, de tener opinión, gusto; lo uno yo creo que va con lo otro, pero todavía sobre ello volveremos.

 

            -Yo quería hablar sobre estos       que dices entre la Democracia y      .Entonces yo quiero poner por ejemplo de la zancadilla que nos hace creer que todo lo que opinamos es verdad, por tanto como del tabaco.  Me refiero a eso porque lo tenemos inmediato, nos han dicho “bueno, tu puedes ser tú, tu puedes hacer lo que quieras.  De repente viene la Democracia y te dice “pues no”.

 

 

A- No, pero ya ves que es por tu bien, no?

 

- No, pero un momento, un momento.    Dictatorial         la mentira      

 

A-Si, si, todo lo que tu quieras, pero es por tu bien, por el bien de la persona, la persona real, que es incapaz de verdad de tener salud ni de estar sana, nunca sabrá que es eso, pero que en cambio tiene sustitutos muy eficaces de la salud, tiene muy eficaces sustitutos de la salud, sustitutos eficaces de la salud que se expresan muy bien en el saludo que ya hemos criticado una y otra vez de “cuídate”.  No se sabe qué es lo que tiene que cuidar uno, pero con esos sustitutos de la salud ya se pueden desarrollar toda clase de enfermedades y de medicinas, y de campañas contra el tabaco y cualquier cosa, todo puede estar montado sobre la mentira esa de la creencia en que hasta la salud es de uno, esta estupidez sangrienta, imposible, pero que es la que rige: hasta la salud es una especie de propiedad de uno, cuando cualquiera por lo bajo sabe que la única salud es perder la propiedad, y que si pretendes casar la propiedad de uno con la salud no hay quien las case, están divorciadas de antemano.  Bueno, mas cosas por ahí respecto a esto, respecto a la comparación.

 

.Que esto de que el gusto y la opinión es todo uno         se ve bastante caótico que no pueda haber una verdad sino la suma de todo ese mejunje de opiniones

 

A-    Perdona que te interrumpa, no puede haber suma de todas, porque no hay “todos”, es mentira, es uno de los ideales irrealizables.  Pero la sustitución está a la mano: es la mayoría, la mayoría pasa por “todos”.  ¿Qué falta le hace a la democracia “todos”, que es un imposible, si puede contar con la mayoría, que es la condición del éxito?.  Sigue.

 

-Pues eso, que parece que se ve bien al configurar que haya      en la realidad si la suma es  que cada uno tiene su gusto y además se dice, y hay refranes que efectivamente ahondan un poco en que no hay ni verdad ni mentira ,

 

A-Algunos, otros son muy reaccionarios, pero bueno, de todo hay, en los refranes también, si.

 

-Bueno, este es reaccionario, no?, que niega efectivamente que la abundancia de gustos hace que no haya algo bueno o verdadero.

 

A-Si, si, cuando se declara“sobre gustos no hay nada escrito”, que no es tanto como un refrán, era un proverbio venido desde las escuelas, pero bueno, que caló bastante.  Eso está implícitamente haciendo eso, declarando que cada uno tiene pleno derecho a tener su gusto, a tener su opinión; implícitamente, porque no hay mas que eso, porque no hay más verdad que eso, ni hay más bien o hermosura que eso.

 

-Pero en la realidad las opiniones son verdad en el sentido de que uno cuando opina cuenta que lo que opina es verdadero y hay muchas verdades.

 

A-Si, si, no solo eso, sino que después el régimen las recoge, las opiniones de cada uno fundada en que él cree que sabe lo que dice, que sabe lo que vota, las recoge, las suma en mayorías y hace que eso funcione así, así es para la realidad.

 

-Se me ocurre relacionar la verdad con la idea de Dios, y como decía Spinoza: “digas lo que digas de Dios dices mentira”.

 

A-El Maestro Eckhard, el maestro Eckhard.

 

-  Vale, el Maestro Eckhard.  Pues en esta relación, ¿hasta qué punto la verdad no es una () ideal, porqué no pueden ser,,

 

A-Es que es lo que estoy preguntando ¿es así, dada la comparación que os he presentado, o no es así? , esa es la cuestión.  ¿O tenemos que marcharnos para casa sin haber encontrado alguna respuesta a esto?  ¿Si o no?

 

-Según lo que estamos diciendo aquí parece que la verdad no se puede decir,   no tenemos idea, no parece que haya nadie que la haya dicho, pero un ideal si podremos, de hecho es lo que hablaba, el ideal es

 

A-Es lo que él decía: un ideal vacío decía él: ¿es así? porque entonces estaríamos muy perdidos en los deseos de este viaje de hundirnos en lo que no se sabe, y de descubrir de veras la mentira de la realidad.

 

-....a quien dice que las opiniones es lo único que hay, que sólo hay sus gustos  y que no hay nada más, y que esa es la única verdad, o sea, que no hay verdad.

 

A-    O sea, que no se desprende.

 

-             Hay otra posibilidad, y es que la verdad no sea algo formulable en términos positivos, sino una especie de negación que permite la posibilidad de otra cosa.

 

A-Bueno, antes eso ya lo hemos () al paso : al descubrir la mentira no se le debe llamar una verdad: es una acción.

 

-             Entonces, al callejón sin salida que me lleva esto es a poner en un lado la realidad y en el otro lado la verdad, o sea, si tenemos realidad no tenemos verdad, y si caemos en la verdad, pues no se donde estamos.

 

A- La realidad es falsa, eso lo sabemos ya casi desde pequeños, porque hace tantos años que venimos al Ateneo que puedo decir casi eso, que lo sabemos casi desde pequeños: la realidad es constitutivamente falsa, no cabe en la realidad “verdad”; por eso es precisamente por lo que estoy diciendo “no hay boca mortal, no hay ente real que pueda decir la verdad”,  porque sería admitir que era compatible eso de la verdad con la realidad.    Ahora, eso es otra cuestión, otra cuestión es lo de que la verdad fuera como un ideal, cosa que sin duda nos está sonando mal a todos.  A ver.

 

-Hay una cuestión: que todas las ideas, en principio, cuando se habla de cualquier opinión, se dice que todas las opiniones hay que oirlas, que son aceptables, que    el pensamiento correcto de la realidad, todo es aceptable, todo es entendedero, y luego se recoge la mayoría, la mayoría es la verdad; pero yo no pienso así, yo pienso que directamente en cada opinión, en cada caso, cada uno de nosotros tiene una opinión y un criterio, y en esos criterios es donde se establece ya una confrontación que de ninguna manera se puede relacionar con la ley de mayorías.

 

A-Si, gracias a que se puede hacer apaños, por supuesto; es decir, si  de verdad la opinión de uno fuera de uno, íntegramente, no se podría sumar a la de los varios; pero el apaño está a la mano, hay opiniones ligeramente distintas, personales, cada uno la suya, pero que se pueden sumar por lo menos en cierto nivel de abstracción, y con eso basta para que efectivamente la votación, las democracias, funcionen, con eso basta.  No olvidéis que nos estamos deteniendo en si eso entonces de “la verdad” es una especie de ideal que anda por ahí.

 

-Lo estoy viviendo como si fuese una batalla entre la lógica y la física, porque si la verdad pertenece a una especie de categoría lógica, y se tratara de compaginar la aplicación de la lógica con la física,        un poco también entrar en una especie de          de la relación entre la lógica

 

A-Ya, bueno, pero algo de eso estuve al principio dándole, eh?, sobre todo cuando vine a parar en la noción de punto y en la necesidad que la física tiene de una geometría, que quiere decir de ideales, como por ejemplo ese, “el punto”

 

-Hay un proverbio que dice: “di la verdad o miente, pero cógele el truco”, y eso sería un poco lo que pretende la realidad: que las cosas funcionen, mas que decir la verdad .

 

A-    No, si, eso quiere decir; quiere decir “aquí lo que vale es el éxito”, de manera que el que sea verdad o mentira......

 

-Claro, luego supongo que para que haya una verdad tiene que haber una causa, y como hemos hablado mas veces de que las cosas son sin fin, que la verdad es sin fin, luego no está en ningún sitio.

 

A-Dentro de la realidad no puede haber “verdad”, esto es lo primero; en consecuencia, nadie puede haber dicho verdad, nunca puede haber habido en la realidad, como real, nada bueno.

 

-La pregunta de si es realizable o no realizable, pienso que cuando se dice “no hay () real y útil que la de cada uno, o la suma de muchos, de la mayoría”, entonces esto ya es realizable, esto ya es “cosa”, y de hecho es lo que manda.

 

A-Es realizable, pero está fundado en el ideal que he planteado el primero, el ideal de “uno”,      .”Todo” está sostenido por “la mayoría”, pero antes, como primer artículo está “uno” igual que “punto”, es un ente puramente ideal, irrealizable.  Luego lo demás, partiendo de ese truco.....

 

-..........la verdad de cada uno es tan realizable que es la cosa, es la vida.

 

A-No, no, no, es su opinión, es su opinión personal que lo constituye como ente real: “uno”, “singular”, “único”, es irrealizable, igual que un punto geométrico que trata de convertirse en físico.

 

-Entonces, opiniones y gustos se supone que salen de la boca, pero hasta las cosas más instintivas pueden estar en la picota de la verdad o de la mentira cuando se dice a alguien:“eso son lágrimas de cocodrilo”.     Quiero decir que no es sólo lo que se dice por la boca, sino lo que el cuerpo dice a veces se cuestiona como mentira.

 

A-Si, eso viene bien para dar el paso que teniamos que estar dando ya  antes de que se haga demasiado tarde, volviendo sobre lo que os dije al principio,( vamos, no al principio, pero poco después de empezar), que lo tuvierais de lado: que este asunto de las opiniones y gustos humanos, nuestros, no es mas que un caso de algo que pasa con las cosas en general, el hombre es solo un caso de cosas.  Eso puede ser un paso, puesto que ahí, en reacciones que se dicen puramente sentimentales, como la del llanto, parece que uno de nosotros se está comportando como “cosa”, mas bien.  ¿Tiene eso de “verdad” la condición que he estado diciendo todo el rato de un ideal irrealizable, caso en el cual estaría contribuyendo como todos los ideales al sostenimiento de la realidad, o no es así?

 

-Parece que sí, no?

 

-Yo opino que no, y al decir “opinar que no” estoy diciendo.....

 

A - Bueno, no hace falta que digas “opino”, tu di directamente que no, y ya está, para que no tengamos que...

 

-Opino que no porque creo que la verdad pertenece a eso que llamamos las posibilidades sin fin, que en el momento en el que llega la opinión, entran en la realidad y entonces ya se acaba, o sea, que está fuera de la realidad.

 

A-En cierto modo “fuera” no cabe duda que está desde el momento que declaramos que la realidad es constitutivamente falsa como que está fundada en esta primera mentira que es “que la realidad es todo lo que hay”.  O sea, que desde el momento en que la realidad es radicalmente falsa, fundada en esta mentira, si hay verdad estará fuera,  eso desde luego, como “fuera”decimos que hay posibilidades sin fin, como decimos que fuera de la realidad hay pueblo, o restos de pueblo, como decimos que fuera de la realidad estoy yo cuando no soy mas que “yo”, es decir, cuando no soy nadie real.  Son “cosas” que no son “cosas”, que por traición necesaria del idioma tenemos que hablar de ellas como si fueran cosas, pero que nos permitimos con esa contradicción decir que están de alguna manera fuera, están fuera de la realidad.  Y una vez que reconocemos esto de estar fuera, hay que preguntarse entonces que esto de verdad que está fuera, que es ajeno a la realidad qué es lo que hace dentro de la realidad, ¿funciona como un ideal irrealizable, funciona de otra manera?

 

- Está en la frontera entre “fuera” y “dentro”, lo mismo que la razón.

 

A-La frontera entre “fuera” y “dentro” ya sabéis cual es: es “ahora”; esto supongo que cuando comencé a presentaros el esquema del descubrimiento quedó claro: no hay otra frontera, frontera es “ahora”, que tiene la condición de límite perfectamente inasible e inconcebible,  y ese “ahora” es ese límite, porque constantemente, continuamente, la realidad está descubriendo su mentira, y constantemente está defendiéndose contra ella adquiriendo nuevas cosas “ahora”; “ahora” es límite, no creo que se pueda hablar de otro límite.

 

-Pero cuando se ha trasladado acá y funciona, por supuesto funciona dando...

 

A-La segunda dinámica: cogiendo posibilidades que se convierten en realidades, se convierten en cosas, la segunda rama de la dinámica.

 

-Entonces, si todos los idiomas son falsos y la verdad tiene que estar fuera de los idiomas, ¿cómo se va a llamar verdad ni ninguna otra cosa, porqué se sigue llamando verdad?

 

A-No se si entiendo bien.

 

-Vamos a ver: si los idiomas son falsos y la verdad en este caso tiene que estar fuera de los idiomas, porque al ser llamada verdad, formaría parte del idioma que dice la palabra “verdad”....

 

A-No, y peor todavía: lo es, está en el diccionario.

 

-No se podría llamar de ninguna manera, tendríamos que prohibirlo, decirle “verdad” a la verdad.

 

A-Eso es como....lo acabo de decir acerca de “sinfín”, “pueblo”, “yo”:son cosas de las que por supuesto hablamos en plena contradicción porque no nos queda más remedio, porque hemos nacido en esta carcel y hablamos en un idioma; no nos queda más remedio, pero hablamos en plena contradicción de lo que hay fuera de la realidad, y nos lo permitimos sólo por este descubrimiento, “que la realidad no es todo lo que hay”, y así, pese a tener que usar términos de un idioma, no hay otra manera........No hay otra manera, porque incluso ya recordais que también una matemática es un idioma, y no hay más remedio que cargar con esa condición.

 

-...no se puede evitar el diccionario, o sea, sin esta bisagra de la verdad que permite estar aquí y allí, todo el lenguaje se derrumbaría, porque está haciendo como que es verdad.

 

-Pero a lo que me refiero es que hay ciertos vocablos que están bajo sospecha permanente,  y a los cuales convendría no tratarlos nunca directamente, sino con el “no”.

 

A-No, recetas no, no hay recetas: reconocimiento inmediato de la contradicción en que uno cae cuando hace eso, haciéndolo y reconociendo inmediatamente la contradicción a la que está condenado por ley de tener que hablar en un idioma.  No se si es el momento de referirse a esta triste necesidad de hablar en un idioma, pero en todo caso no es grave.

 

-....de nombrar la verdad.....acaban todas convirtiéndola en un ideal, porque siempre hablan de la verdad tanto los partidos populares como los partidos nazis.

 

A-Eso, claro, está en el diccionario.

 

-Siempre dicen “la verdad” los partidos, las dictaduras.

 

A-Siempre, como los fascistas hablan de “el pueblo”, y como la dictadura habla de “la persona” como si fuera “yo” cuando en verdad no es “yo”, pero amiga, ahí está, y hasta el sicoanálisis se pervierte hablando de “el yo”.  Ya sabemos que ésta es la situación en que vivimos: “el yo”, “el pueblo”, “la verdad”, ya sabemos; se les echa mucha fe a esas cosas, para eso están los ideales.

 

-.......el posibilismo no le echa tanta fe.

 

A-“El posibilismo”, no se a qué te refieres, pero lo de la norma de “dentro de lo posible”, desde luego es esencial para una Democrática bien funcionante, todo tiene lo suyo en ese juego.

 

-.....una memoria de la cultura?

 

A-No, la cultura está de parte de la realidad. No, olvídese de la cultura: la lengua ésta contra la Historia que estamos aquí usando en esta especie de experimento o viaje, olvídese de la cultura y de todo lo que nos ha traído.  No hace falta decir “no existe dentro de la realidad”, basta con decir “no existe”, porque existencia y realidad las usamos como lo mismo, de manera que desde luego “la verdad” no existe, “el pueblo” no existe, “el amor” no existe, “yo” no existo,  “lo sin fin” no existe; no hace falta reincidir en la realidad, porque eso es la realidad, la existencia es la realidad.

 

-Habría que distinguir entre “lo común” y “lo colectivo”.  Por ejemplo común es que el agua le guste a la gente, lo bueno es el agua, y eso es lo común.  En cambio, a lo mejor los gustos están......Yo pienso que hay cosas que son mayoritarias, comunes.

 

A-Está bien () contradicción; volvemos a lo que antes decía: puede ser que a cualquiera le guste el agua, a diferencia de la Coca-Cola, que solo le gusta personalmente a las personas.  La Coca-Cola le gusta personalmente a las personas, y el agua a cualquiera.  Puede ser.  Lo que decíamos antes: puede ser, eso es lo bueno, que no existe porque no se sabe: puede ser, algo en nosotros o en ti misma sospecha que puede ser, que puede ser que “agua” por ejemplo sea bueno de verdad para cualquiera, no personalmente.  Es posible, eso puede ser, está dentro de las posibilidades, y esto ayuda a seguir atacando el problema que nos traemos entre manos.

 

-Y sería “verdad” por lo tanto el agua.

 

A-“Bueno”, “verdad”, por tanto no sería “gusto”, no sería “opinión”, eso es una posibilidad.

 

-El mundo de lo desconocido parece que es activo, está actuando de contínuo.

 

A-No es ningún mundo; es activo, y es activo además de las dos maneras que en el esquema del descubrimiento se ha dicho.  Es activo en el sentido de que la realidad se está hundiendo constantemente en ello, y es activo en el sentido de que la realidad está cogiendo de ello posibilidades que se convierten en cosas; es doblemente activo.

 

-Niega al mismo tiempo....

 

A-No, nada, nada, para ser activo le basta con sufrir esas dos cosas, con recibir en sus senos, sin fin, a la mentira de la realidad.

 

-Su actividad es socavante de aquello que trata de encorsetarle.

 

A-No, no, es mucho más que “socavante”, es que la realidad es mentira y está cayéndose, de manera que no se puede ni siquiera decir que ello o eso otro esté actuando por su cuenta como si fuera tal realidad.  Su actividad es la propia mentira de la realidad.

 

-Cuando se habla de la realidad, una comparación con lo que sufrimos puede ser la verdad.  Donde hay una comparación ya hay....Toda confrontación de realidad y verdad siempre será falsa.

 

A-Quieres decir que aquí decimos que descubrimos que la realidad es una mentira.

 

-Si, porque tú puedes hablar de la realidad con una  ()racional, lógica.  La realidad puede intentar explicar, pero la verdad no se puede explicar, no puedes indagar ahí.

 

 A-Pero dices que sin embargo, a pesar de ese algo inexplicable, etc., por el hecho mismo de que declaremos mentira las cosas estamos dando por supuesto que hay “verdad” de alguna manera; ¿estamos dando por supuesto que hay verdad con el hecho de que declaremos que las cosas son mentira?, ahí esta la punta de la cosa.  ¿Hay verdad?  Desde luego la verdad no existe, pero amigo, hay una diferencia tan grande entre estas dos frases “la verdad no existe” y esta otra “hay verdad”, que supongo que a cualquiera de vosotros os llega la diferencia y la contradicción.  Desde luego, declaramos mentira en las cosas de la realidad.  ¿Eso implica, presupone que hay verdad?  Recordad, porque voy a tener que cortar, porque creo que se ha hecho muy tarde, recordad que digo que todo esto que nos pasa a nosotros tiene que pasarle a cualquier cosa, a las cosas en general; de manera que a mí me viene, cuando veo la multitud inmensa de las opiniones del mundo, de las que actualmente corren por todas partes en el () de la política, de las que en la Historia han corrido y se han convertido unas a otras, se me ocurre pensar inmediatamente en la multitud de ensayos sucesivos de tipos de animalitos, de tipos de plantas que se nos cuenta que, como se decía antes “la madre natura” ha venido realizando desde tiempos inmemoriales, y toda esa multitud que nos asombra de peces de formas rarísimas que nos descubre de vez en cuando hasta la amable televisión para entretenimiento de los hogares, peces de los mas raros, bichos prehistóricos que también a los pobres los descubren:  bueno, las maravillas que antes se decía de “natura”, las creaciones de madre natura, tal como antes se decía.  Y no puedo menos, para pensar en las opiniones humanas, que pensar en eso al mismo tiempo, y la relación que eso pueda tener con la cuestión de “bueno”, y de “verdadero”.  ¿Qué relación puede tener eso a su vez igualmente, esa creación constante de maravillas, no solo de nuevos seres singulares, incluso nuevos tipos, nuevas ocurrencias de seres, nuevos tipos de los cuales se producen a su vez ejemplares, cómo eso se junta con el caso particular de las opiniones y gustos humanos, qué tiene que ver eso con eso de que la verdad no existe y en cambio de alguna manera “hay verdad”, qué tiene eso que decir?  Son todas las cuestiones que os dejo y me dejo a mí mismo en el aire por si acaso dentro de siete días el señor todavía nos deja seguir repitiendo las preguntas.