31.03.2010
Agustín García Calvo
Ateneo de Madrid
Tertu223-31-3-2010#Tertu223-31-3-2010.mp3
- Condición de 3 de la Realidad.
- 2 (la antítesis o contradicción, abstraída a partir de la condición de 3), referida primariamente al Tiempo real.
- Las dos dimensiones, propias del Tiempo real. Las dos dimensiones exigen los dos sentidos, que empiezan por lo futuro y se estienden a lo pasado.
- Reducción de la vida al Tiempo real.
TRANSCRIPCIÓN:
Pues vamos a aprovechar si os parece hoy que somos pocos relativamente...... Bueno, ésta es la condición o gracia de la tertulia: que podemos ser pocos, podemos ser muchos, podemos ser más, podemos ser menos........lo que no nos sucede es que podamos ser un número determinado de asistentes, ni de asiduos, ni de recién venidos, ni nada. No hay número, ésa es la condición de que gozamos.
Pues vamos a aprovechar hoy que somos pocos para intentar aclararnos, aclararme con vuestra ayuda, sobre alguna de las cuestiones que han ido saliendo últimamente. Estábamos en el juego entre los protos, que no son números todavía, 3 y 2, la cuestión de que la Realidad haya de ser 3, haya de ser ni más ni menos que 3, que es una ocurrencia que ya el día pasado os pedía que o con vuestros sentimientos confirmarais, o lo contrario, esta condición de 3 y no menos de 3. Una manera muy elemental o intuitiva es tratar de imaginar que no fuéramos nosotros ni las cosas eso, 3, de tres dimensiones. Porque, al revés de lo que está ordenado, partimos de cosas aquí, de las cosas, como si fueran lo inmediato, y es por tanto lo primero de que hay partir sensatamente, no partir de 1 ni de 2. Allá en lo Alto, en los Ideales, en la Casa de Dios, a lo mejor saben qué es 2 y hasta qué es 1 (el punto, que no existe pero se impone a la existencia), pero por acá abajo a mí me es imposible imaginar las cosas que hay sin que sean 3. Es decir, que en cuanto intente imaginar que las dimensiones fueran dos, me parece que la sumisión al plano, y no digamos a la raya, recta o no, es una sumisión, una esclavitud a la que las cosas pueden someterse, pero que desde luego no parece que pueda ser de las cosas en sí, ni aun costituídas propiamente como Realidad, es decir, dotadas ya de ideas. Pueden estar dotadas de ideas, y así es como nos las encontramos en Realidad costituída, pero les queda siempre algo de sencillamente cosas, de ésas que se encuentran cuando después de haber dicho ‘hay algo’, tiene uno que reconocer ‘hay cosas, porque no puede ser que sean una tampoco’. Entre las cosas de las que partimos pues, está parece esa condición, y la condición de sumisión a dos dimensiones, o una, al plano o a la raya, parece en efecto algo que está impuesto ya desde Arriba, pero que no se logra nunca del todo, que no se realiza propiamente, ni siquiera entre las cosas ya costituídas. Bueno, ésta es una de las justificaciones de la ocurrencia de partir de 3, y de entender que por tanto 2, y no digamos 1, son astracciones a partir de ahí, son cosas que se obtienen quitando, por ideación, por orden, casi manu militari, algo de lo que era primario, que era 3. Vuelvo otra vez a pedir por tanto vuestra ayuda, a vuestros sentires y pensares más que a vuestros pareceres, acerca de esta condición. Lo dejo para dentro de un rato, pero espero que todavía pueda encontrar contradicciones que me ayuden a aclararme sobre esto.
Partiendo de ahí desde luego es como tenemos que venir a 2, que se aparece de primeras, se nos aparece, sobre todo como no propiamente 2, sino ‘uno y otro’, es decir, en forma de la antítesis o contradicción que parece fundamental por todas partes. Aquí entre otros sitios nos hemos detenido en los opuestos incompatibles, en los ‘enantía’, y en otras muchas partes se encuentra la condición de simetría, sea propiamente así como en el espejo simetría especular, o sea una simetría que sea una repetición directa, pero siempre con un juego de lo uno y de lo otro. Esto es lo que se astrae primero a partir de la condición de 3: uno que se encuentra con otro, uno que se opone a otro, la contradicción como costitutiva. Y si por esto habéis entrado más o menos, de ahí toca pasar, claro está, a reconocer lo que ya más de una vez se ha apuntado: que eso primariamente se refiere al Tiempo, al Tiempo real. Sobre lo cual tenemos que volver un poco entonces. Este Tiempo real a lo mejor nos puede costar, dada la carga de ideas que tenemos, llegar a descubrir qué es propiamente, desnudamente, pero desde luego sabemos lo que no es: ése no es desde luego esto que de verdad está pasando ahora, esto en lo cual nos estamos continuamente deshaciendo, nosotros y las demás cosas, sin parar, sin discontinuidad que se pueda apreciar, como si dijéramos con la infinitud o falta de límites metida dentro..... Esto es lo que pasa, y el Tiempo real no es eso, desde luego; el Tiempo real es el de los calendarios y los relojes por así decir, y ese Tiempo real, en el cual se miden nuestras vidas, no es eso. Por el contrario, tenemos que intentar imaginar o hacernos presente ese Tiempo real a modo de un mapa (ahí está la reducción a las dos dimensiones), o lo que sería lo mismo, si quisiéramos en el lugar de un mapa plano imaginarlo como una esfera armillar. En todo caso un espacio fijado, un mapa, en el cual se pueden señalar las fechas, los minutos, los siglos, como puntos o lugares de ese plano. Ése es el Tiempo real. Ése no pasa, no es esto que nos está pasando ahora. Ése está ahí, en él están apuntadas, o se pueden apuntar, cualesquiera ocasiones que el recuerdo o la Historia misma nos traigan consigo, o cualesquiera plazos de una deuda financiera o de una empresa cualquiera que se quieran establecer, fijándoles fechas también a esos plazos, a esas empresas que persiguen un fin.
Cuesta trabajo, no por nada, entender esto, sino porque la confusión con lo que de veras está pasando ahora es una confusión que intencionadamente se nos ha impuesto desde Arriba, y por tanto despegar esas dos cosas, separar tajantemente lo uno de lo otro, no es de primeras tan fácil. Después de todo nosotros somos reales, estamos en la Realidad (no vamos a decir ‘nacemos en la Realidad’, pero estamos costituídos en la Realidad como entes reales), y por tanto condenados a creernos que tiempo es eso, y es normal que cueste trabajo desentenderse de esto que nos está impuesto para tratar de descubrir un poco qué es lo que hay ahí en eso del tiempo. Para esto también os pido ayuda, pero todavía antes quiero seguir apuntado un par de cosas.
Este Tiempo real son propiamente las dos dimensiones, es decir, lo primero que a partir de las tres que sin más se nos dan a las cosas, establecemos por astracción: las dos dimensiones. Y esto de las dos dimensiones, que el Tiempo real se pueda representar, como se representa de ordinario en los diagramas financieros o en los diagramas científicos, por una línea que va de A a B, esta condición, un tramo para delante, otro tramo para atrás, exige lo de los dos sentidos para delante/para atrás, que como esto es un mapa, también se puede decir ‘hacia la izquierda’ o ‘hacia la derecha’. Si hemos llegado a reconocer la condición de plano, de mapa, que el Tiempo real tiene, hacia la derecha por ejemplo si es hacia el Futuro, hacia la izquierda por ejemplo si es hacia el Pasado, en ese caso los dos sentidos se presentan en una simetría especular, y por eso alguna vez os proponía colocar en el camino un espejo móvil, que es el que va avanzando por momentos, y refleja en sí lo que del camino ya ha pasado, en un sentido, y lo que del camino va a pasar en el otro sentido. Estos son los dos sentidos del Tiempo real, del Tiempo en el que estamos costituídos, y ahora hay que decir que evidentemente esto, por más que quiera presentársenos como una simetría especular por ejemplo, exige una distinción y oposición en un sentido y el otro, y en la manera de establecerse. Esto os lleva a una cosa que recordaréis, porque a otros propósitos nos ha salido, y que es la de que sin fin no hay principio. Sin fin no hay principio, que es por lo que decimos muchas veces que la creación de los dos sentidos empieza por lo futuro, por el fin, y sólo a consecuencia de eso se estiende a lo pasado. Efectivamente, ¿cómo podríamos nosotros, los hombres en primer lugar, desarrollar planes para los negocios, o para una empresa cualquiera, o establecernos a nosotros mismo plazos en los que tenemos que terminar esto o lo otro, ponernos fechas a nuestra futura boda para siempre con alguien, o cualquier otra de las actividades a las que nos dedicamos, si no estuviera el fin? El fin último es la muerte. Ya sabéis que de esto estamos costituídos. Y naturalmente, la muerte no se nos presenta así a lo bruto como muerte de ordinario; se nos presenta como futuritos intermedios, pero que una vez que uno ha reconocido que las cosas están establecidas así, descubre fácilmente que son disfraces de la muerte; bastante tenues todos ellos, porque solamente con un fin último pueden tener algún sentido esos otros fines a los que nuestro Futuro se reduce. De manera que sólo a partir de ahí, del fin, puede establecerse este sentido del Tiempo real, esta mitad por ejemplo a la derecha de la raya del Tiempo. Y por una duplicación y por la tendencia a la simetría, lo pasado se trata, o bien con la simetría especular, es decir, un sentido en sentido contrario, desde adelante hacia atrás, de manera que eso es lo que obliga a, ya que se ha creído en un fin, encontrar cómo creer en un principio; lo uno viene acarreado por lo otro. Cómo creer en un principio, y buscar desde delante hacia atrás ese principio. O podemos darle la vuelta y imaginarlo directamente sobre el sentido del Futuro, y contar, en Historias, en Mitos, o en lo que sea, qué es lo que ha ido pasando lo uno detrás de lo otro, lo mismo que a nosotros nos va a pasar lo uno detrás de lo otro lo que nos venga encima hasta el fin. Son dos maneras con que la cosa se puede tratar.
De manera que éstas eran algunas de las aclaraciones, tal vez un poco elementales, respecto a estos dos sentidos del Tiempo, que hacen que lo reconozcamos propiamente como nuestro Tiempo, el Tiempo de nuestros relojes, de nuestros calendarios, de nuestra Historia, de nuestros recuerdos configurados por ejemplo en un álbum de fotos familiares, o en forma de nuestra agenda de ejecutivos con la que tratamos de llenar el tiempo desde aquí hasta mañana; el mañana en que el plazo se cumpla, o donde está el fin al que nos dirigimos. Ya comprendéis que esto solamente se puede decir así como lo he dicho si seguís pensando que el Tiempo real no pasa, sino que es un mapa en el que se puede trazar una raya para que la raya vaya en los dos sentidos. Ésa es la condición. Si no fuera por este convenio que establece el Tiempo real (y que desde abajo podríamos decir ‘de una manera contranatural’, porque de veras lo que pasa es que nos estamos muriendo a chorros, sin parar), si no fuera por esa imaginería en forma de mapa, no se podría ni establecer nada de eso, ni describirlo, ni creer en ello, como está ordenado que creamos, ¿no?
Bueno, solamente me queda añadir que a partir de aquí nos encontramos con lo que ya el otro día decíamos, y que voy a repetir: nuestra vida, esto que cada uno llama ‘su vida’, y llamamos en conjunto ‘nuestras vidas’, y ‘nuestra Historia’, y la Historia de las otras cosas que nosotros nos creemos que sabemos, y que por tanto podemos ordenar, está reducida a Futuro, que es lo que no pasa, porque evidentemente mañana pasar no pasa nada. Mañana no pasa nada, sólo ahora pasa, y el Pasado es un pasado donde igualmente no pasa nada, porque en el Pasado no pueden vivir más que los muertos y nuestros propios recuerdos en cuanto muertos, es decir, establecidos, reducidos a una ideación. De manera que si echáis cuentas y pensáis “¿cuánto de mi vida queda si le quito mi preocupación, mi imaginación, afanes, planes, proyectos, por un lado, y le quito el álbum de fotos, la Historia, mi Biografía, el recuerdo mentiroso del día que nací y todo eso?”, preguntando cuánto nos queda, pues...... tendréis la tentación de decir “nada”, hasta cierto punto razonable, porque ‘ahora’, que es lo que queda, ahora, no pertenece a la Realidad, y si no llamamos ‘cosa’ más que a lo real, pues ‘ahora’ no es cosa, no es momento ninguno, no pertenece al Tiempo real. En ese esquema que he descrito no hay ahora; hay un sustituto, ya sabéis, un punto de Presente que es el eje de simetría entre lo uno y lo otro, pero vamos, ‘ahora’ no hay, porque para que lo haya tiene que estar continuamente pasando ahora, y eso no lo hay ni cabe en el esquema.
Una tentación de decir “nada; no nos queda nada”; es decir, que el engaño o trampa que nos han hecho es total: nos han reducido cualesquiera posibilidades a esos dos sentidos de la raya trazada en el mapa, y sin más. Más modestamente se puede decir que no nos queda casi nada, creyendo que se puede decir eso pensando que nos queda ahora, nos queda lo que nos pasa, si es que nos pasa algo, cuando no nos están pasando futuros ni pasados por proyecto o por recordación. Algo, parece que nos queda algo. No está bien decir ‘casi nada’, porque lo de ‘casi nada’ parece que asimila ‘ahora’ a los hechos de la Realidad, y respecto a ellos se dice que es muy poquito, pero no es así, porque ‘ahora’ tiene esta virtud que nos saca directamente de la Realidad, porque en la Realidad no cabe ‘ahora’. De manera que cualquier posibilidad de que de verdad nos esté pasando algo escluye toda ideación acerca de tiempo, que sería la del Tiempo real, y por tanto la del mapa y la de la raya, y en esa raya no podemos pintar un punto que sea ‘ahora’, porque sería una traición palmaria: ese punto de tal manera está pasando que no habría momento en que punzarlo y pararlo como un punto para satisfacer las exigencias del diagrama del Tiempo real.
Bueno, pues éstas son las a mí me parecen elementalidades que quería recordaros para someterlas a vuestra discusión, porque se trata de cosas en las que nadie puede no haber pensado alguna vez, y hasta haber sufrido con ellas, y a las que por tanto cualquiera debe tener algo que decir. Ésta es la Fe esencial, la confusión que acabo de describiros: la reducción al Tiempo real, y el hacer pasar eso como un tiempo de verdad que está pasando. Es, yo creo, la entraña de cualquier forma de Fe; y sobre eso, claro, me apetece mucho saltar a la política más inmediata y averiguar cuál es la Fe dominante, pero como eso nos iba a distraer mucho de lo otro ahora me paro, y luego si nos da tiempo vendremos a eso, de manera que me paro para que respecto a lo que habéis oído podáis soltar cualquier cosa que os venga a las mientes, o si es posible que os salga del corazón, que también puede suceder, y que de ahí se os venga a las mientes, a partir de sufrimientos con el tiempo y demás, y con la Realidad........ De manera que nada, ya me quedo....
-Esto que estás hablando de los dos tiempos, me estaba recordando también a cuando analizas por ejemplo un personaje en el Teatro, que la acción digamos que hace el personaje, que sería como el ahora, acontece con un suceso determinado en la Dramaturgia, un suceso, y entonces la acción viene determinada (así es como analizas tú un poco el personaje) con las circustancias dadas, que serían el Pasado, y por otro lado el objetivo que tiene el personaje, que es el Futuro. Entonces se me ocurría para esto que estábamos hablando si ese ahora sería una operación que se produce precisamente en ese baile con el Pasado y el Futuro, no sé. O sea, ¿cómo nace, como surge el ahora?
A-Bueno, vamos a no distraernos mucho. Alguno de vosotros ya encuentra familiar esta referencia al Teatro que Ester saca. Evidentemente una obra de teatro con ‘mízos’, con ‘míto’, es decir, con argumento, ha venido a ser desde la creación entre los antiguos lo normal; dejando de lado lo de danzas de titiriteros y cosas por el estilo, lo normal es que sea una obra con argumento, donde pasan cosas sobre la escena, y como ha dicho Ester, el tiempo de los personajes es perfectamente real. Real. ¿De qué están hechos?: de pasados, de cosas que ellos mismos o otros cuentan que les han pasado, de futuros, cosas que piensan hacer o que les van a pasar..... Es decir, que son reales. Tan reales como son al mismo tiempo el tiempo de el actor, que piensa adónde va a ir a cenar esa noche, o que recuerda que ha estado con Fulana el día anterior mientras a lo mejor está recitando el papel; es decir, que está reducido igual que el del personaje a Pasado y a Futuro. Y quien dice del actor, dice las personas del público, que en cuanto personas que son, pues están recordando y echando cuentas si les habrán estafado con la entrada que les han vendido, o si efectivamente a la salida de la función podrán encontrar a Fulano o a Mengano. Son reales. Todo eso es Realidad, es decir, lo que hemos dicho que ni siquiera podía llamarse ‘casi nada’ en cuanto a pasar. Claro, te olvidas de lo más elemental, aunque lo apuntas luego, que es que entre tanto, aparte del argumento, aparte de las vidas reales de actores y de público, está pasando algo, que es el tiempo de la representación. El tiempo de la representación es como el tiempo que está pasando ahora, no hay ninguna diferencia esencial entre esto que está pasando ahora y una representación teatral: está pasando el tiempo de la representación, que no es el de lo representado, ni el de los personajes en su argumento, ni el de los actores en sus vidas, ni el del público con sus vidas. Está pasando algo. Se me ocurrió que el juego del Teatro tiene este único sentido de veras: jugar, contra el tiempo del argumento, el tiempo de la representación; contra las 24 horas o los 9 meses que dure el argumento, la hora y media aproximadamente que después de pasado dura el tiempo de la representación. Sólo después de pasado, porque mientras está pasando al tiempo de veras no hay quien lo mida; ahora, al terminar, se puede sacar el reloj y decir “hoy hemos tardado tres minutos más que ayer”. Es el tiempo que ha durado la representación, y ése es juego teatral por escelencia. Es un juego en el cual sucede que justamente en el pasar el actor deja de ser actor, el actor como persona real, y no por eso se convierte en su personaje, igualmente real, sino que hace saltar la chispa que denuncia la mentira de las realidades, del tiempo del personaje y al mismo tiempo del tiempo mío como actor o del tiempo del público. Ahí, si eso marcha se produce esa especie de cosa casi milagrosa que es el descubrimiento de la mentira del Tiempo, gracias a ese juego entre los Tiempos reales de personajes y de actores. Bueno, esto supongo que resulta bonito, pero más vale que no nos entretengamos demasiado, y sigo recogiendo entonces dificultades fundamentales, elementales para entender lo del Tiempo real.
-Yo respecto a eso de que el Tiempo que es real no pasa, recuerdo de pequeño estar pues no sé, en una situación como de estar pasándome algo, no sé, jugando o algo parecido, y preguntarme de alguna manera si estaba pasando algo o no estaba pasando. Y recuerdo no saber responderme de si pasaba, o no pasaba, en el sentido ése, pues no sabía si estaba pasando algo, o no pasaba nada, o...
A-Sí, di una cosa cualquiera, un recuerdo cualquiera de los que te plantearan ese problema.
-No, ahora mismo recuerdo la sensación de ser pequeño y de estar pensando en eso sin hacer nada, no sé, estar pensando precisamente en si estaba pasando ‘tiempo’, entre comillas, o no.
A-Pero a partir de acontecimientos que recordaras, ¿no? ¿O no?
-No, la sensación ésa de estarme preguntando yo a mí si estaba pasando el tiempo, o si no estaba pasando.
A-Sí, muy bien; eso es una revelación de lo que debía pasarnos de verdad, que es estar tan descontentos con lo que nos cuentan y con lo que nos miden, que esa sensación, que no es todavía una crítica, pero que es una revelación de la mentira, tiene que surgir ; como él dice, o de otras maneras. ¿Qué más?
-Estamos hablando de la Realidad todos los días, y hace un momento, al hablar de la representación teatral, la escena, el público, nos damos cuenta de que hay muchas Realidades simultáneas, o sea, que cada quién, cada grupo, cada situación, tiene algo que podría llamarse Realidad. La Realidad es como de grupo, y entonces.......
A-¿Y eso cómo lo sabes tú?
-Bueno, lo acabo de decir.
A-No, ¿cómo lo sabes tú? Lo que has dicho tú, que hay multiples Realidades y que cada uno tiene la suya, ¿cómo lo sabes?
-Es tan patente, tan evidente, no sé esplicarlo.
A-Pues para mí no es tan evidente, no.
-Que necesitamos como una Super Realidad con la que no equivocarnos, pero que cada uno tengamos más o menos la nuestra.....
A-No, no, no, para eso tienes que responder antes a mi pregunta: ¿cómo lo sabes, que los otros tienen cada uno su Realidad?
-Pues porque preguntando, no se suele coincidir.
A-Comparas las informaciones que te dan con las que tú tienes.
-Información, o no sé, o gestos, o marcas de Tiempo, o........
-Yo no sé si tiene que ver con esto, yo no sé si diría que hay Realidades diferentes, pero en los autobuses a mí me pasa una cosa estraña cuando veo cada cabecita y me imagino como la distancia tan tremenda, la imposibilidad de entender, de ver lo que hay en cada uno de ellos. No sé si puede tener algo que ver con lo que está diciendo, ¿no?
A-Es una imposibilidad, y además es un mal camino: quien tira por ese camino (ya recordáis de alguna sesión), no le queda más que venir a dar en el Solipsismo, es decir, “no hay más que yo, y todo lo demás son cosas que me aparecen, visiones que me entran, como si fueran mis sueños, en las cuales están incluídas las realidades que los otros nos cuentan, y que como suyas, están incluidos los......”. Y si esto resulta espeluznante o tonto....... Primero hay que reconocer que si se tira por ese camino se va a dar ahí, y que la última Fe es la del Solipsismo. Y si uno reconoce que esto es una Fe, y que por tanto está equivocada, como todas, entonces no queda más que reconocer que Realidad no hay más que la que está impuesta a las cosas, y que a nosotros nos toca como una cosa que somos a cada uno, y que la manera en que cada uno se debata con eso que le está impuesto podrá variar, pero que desde luego la Realidad está impuesta desde Arriba, y sobre las cosas, y sobre nosotros entre las cosas, y la pretensión de que uno tenga una Realidad distinta es ilusoria del todo. Uno no tiene más reloj que el reloj del Amo, por decirlo en dos palabras; no tiene más reloj que el reloj del Amo. Y si tiene uno propio suyo, pues en cuanto se de cuenta de que no marcha esactamente con el del Amo, ya puede empezar a esforzarse en ponerlo de acuerdo, porque si no, no está en el Tiempo real que tiene que estar.
-Pero también habría una Historia, o una Biografía de sedimentos de esa relación con la Realidad, pero individualmente, ¿no?, y cuando hablamos de Pasado y de planes futuros, pues parece que sí que habría una dimensión ahí en la que cada uno, o de traumas que tiene uno.......o de la Biografía de cada uno, vamos. Ahí no sé si sería de alguna manera una Realidad, pero el encuentro con esa Realidad daría una particularidad también real, ¿no?
A-No parece que ayude mucho a romper con eso, porque uno se traga muy fácilmente las biografías y Autobiografías de los personajes, se traga las Historias del mundo, y no le pasa nada. No le pasa nada, no hay ahí que yo sepa ningún descubrimiento: hay (lo que antes decíamos a propósito del juego de tiempos del Teatro, la representación contra lo representado), hay una posibilidad de hacer o de que sucedan choques, se produzcan choques, que efectivamente resulten reveladores, pero no en cuanto se cuenta el argumento, no contando el argumento de las vidas ni el argumento de la Historia humana, no.
-Es que se tienen los dos sentimientos, que son contradictorios, pero se tienen, los dos sentimientos. Por ejemplo el hecho singular, aunque por debajo sea común, de la máscara, de la persona, de la configuración del rostro, de la configuración personal, que parece que está esculpida en un tiempo del del Amo, del reloj del Amo, pero cuaja, se configura de una manera singular en cada uno de los de esa materia que se pone bajo el reloj del Amo, y esta contradicción que uno tiene y que ella comenta del autobús, pero lo tiene uno muchas veces, se da, porque tú estás sintiendo que por debajo está el reloj del Amo, pero que se materializa, se realifica de alguna manera con esa diversidad que es la Realidad misma.
A-Tú dices una máscara blanda que se configura según los rasgos de la cara que esté debajo.
-Sí, eso es, es una estructura blanda, como la de los relojes blandos, pero que está tomando una configuración personal siempre, y ese juego es lo más tremendo.
A-Eso sería una mascara muy mala; las máscaras no suelen ser blandas, las máscaras sólo son blandas cuando el cartón piedra con que están hechas está blando. No, es un error, Isabel, y creo que puede ser ilustrativo, y por eso me detengo en ello: el reloj del Amo, la realidad del Tiempo real, es igualmente de la máscara y de la cara que está debajo. Es lo que antes he estado tratando cuando intervino Ester de hacer sentir: los dos son reales, es decir, que el personaje, y por tanto la máscara, se mueve o cree que se mueve en un Tiempo real, que no coincide en cuanto a duración ni eso con el que está debajo. La cara del que está debajo es lo mismo que la máscara, pertenece a una Realidad. Bien, de manera que eso quede ya dejao de lado, y a ver qué más hay por ahí.
-¿Vamos a decir entonces que la Realidad es una?
A-¿Por qué?
-Porque no hay Realidades, y entonces tendríamos que decir que hay una Realidad. Y eso es como grave, es como decir que hay una Realidad toda.
A-Sí, ‘una’ sería mucho. Hay que decir que hay Realidad simplemente, y lo de las diversas clases de Realidades es muy secundario, una distracción respecto al reconocimiento fundamental. No hace falta decir ‘una’, porque una parece efectivamente que la estás contraponiendo con otra, y por tanto habría dos Realidades.....
-Una única.
A-Es que hay Realidad antes del cómputo. ¿Cómo hemos dicho la cosa?: la cosa era ‘hay algo, porque no puede no haber nada’, pero ‘hay cosas, porque no puede ser una’. Hay entes ideales, que son justamente donde están ‘todo’, ‘nada’, ‘1’, y demás, y ésos los reconocemos precisamente porque están imponiéndose y haciendo sufrir a las cosas haciéndolas existir, es decir, convirtiéndolas en reales. De manera que si a su vez al conjunto de la operación le llamamos ‘1’ por la imposición de la misma idea desde Arriba, no hay ‘1’; no hay ‘1’ más que por imposición. No hay ‘1’, y por la misma razón que no hay 2, ni 3, ni tantos cuantos son las cabezas de los pensantes, ni nada: ‘número’, ‘1’, ‘todo’, son cosas estrañas a las cosas, que se les imponen para hacerlas existir; que nunca se les imponen del todo, nunca pueden tener éxito ni llegar a imponérseles del todo desde Arriba, pero en eso consisten. ¿Qué más?
-A mí esto me estaba recordando un poco a algo que ya se había hablao aquí, que es que en la Realidad cada uno tiene que ser el que es, distinto de todos los demás, y a la vez uno de tantos, y que es una condición de la Realidad si me apuras que haya distintas visiones.
A-Bueno, no tanto. Es decir, hemos dicho que efectivamente para ir tirando uno tiene que tener, pues una cierta Fe; Fe justamente para ir tirando, para que como decíamos el otro día si te dicen “detrás de la tapia hay un barranco”, aunque no sabes de verdad el significado de ‘barranco’ ni de ‘tapia’, lo sabes lo bastante para entender al que te habla, fiarte de él más o menos, y en uno mismo igual tiene que haber una cierta Fe. A lo que tú aludes es un paso más adelante en la imposición o en la sublimación: es el paso por el cual te imponen un Nombre Propio y un Documento de Identidad que sólo sirve para ti. En este momento es en el que llevada la Realidad, o el intento de Realidad, al colmo, al darte el Nombre Propio (la Eternidad, es decir), te quitan la vida; te quitan la vida del todo, porque en la Eternidad no vive nadie. De manera que hay que ir por pasos, ¿no?: en esto de la Fe y de la configuración de la Fe hay pasos, y aparte de creer en las cosas, y creer, porque se lo han dicho o lo ha visto en el espejo, que uno es pelirrojo, o patituerto, o cualquier cosa característica, aparte de eso luego te quieren hacer creer que eres tú el que eres, como Dios. Eso es lo que te quieren hacer creer, y eso ya es una sublimación al grado estremo, ¿no? Bueno, más.
-Lo de que la Realidad es ‘3’, aparte de lo de las 3 dimensiones, ¿cómo hay que entenderlo? Porque yo no lo he seguido bien.
A-Ni yo tampoco, y es por eso que he pedido ayuda, pero ¿qué se puede decir? Me fastidia, y lo he dicho así, he empleado el término ‘dimensión’ entre comillas, porque sé que lo que estoy queriendo decir no se puede reducir a dimensiones, pero ¿qué otra manera?: desde el punto de vista negativo, cualquier intento de imaginar que todo fuera 2 en el sentido de simplemente uno contra otro, así en plano, me resulta imposible. Desde luego esta ocurrencia, como suelen ser cualesquiera cosas en esta política del pueblo-que-no-existe, le viene a uno para contradecir a la mentira que está impuesta, porque en cualquier Filosofía o cualquier Ciencia lo que os contarán es la cosa del revés, es decir, tratarán de partir del fin, del principio, del punto, te establecerán la raya o trascurso como si fuera de alguna manera o de otra una sucesión de puntos, los cortes entre los cuales, o no cuentan para nada, o si conviene más cuentan, de ahí por un entrecruce de líneas te establecerán el plano, y luego del plano, como en la Geometría escolar, pasarán ya al hexaedro, a la esfera, y a cualquier cosa de tres dimensiones. De manera que como lo cuentan así, y uno sabe cómo son las cosas que le cuentan en la Escuela regida por el Señor, pues uno tiende a decir “esto está del revés”; “esto está del revés: lo primero que hay entre las cosas son por todas partes ya el complejo al que decimos ‘3’, y luego lo otro se....”.
-Las imágenes, ¿no son de dos dimensiones? Las imágenes, que parece que son cosas reales.
A-¿Cuáles?
-Yo creo que todas, pero bueno, por empezar por los casos más sencillos, pues la imagen de una fotografía, por ejemplo. No la fotografía misma, claro, que sí que es tridimensional, sino la imagen plasmada en ellas; o la imagen de un dibujo, o la imagen de un cuadro.
A-Astraída, ¿no? Astraída, porque la foto en sí....... Esto estaba más claro en lo que el otro día sacábamos con la cinta de Moebius, la maravilla de la cinta de Moebius, de la cual se deduce, en una especie de Topología elemental, que no tiene más que una cara, una. Con el esperimento que os proponía, que es pintar un monigote en cualquier sitio de esa cara, y luego pintarlo por el revés, parece que se demostraba que al mismo tiempo tiene dos; pero lo primero es que tiene tres, porque una cinta de Moebius es un objeto que podéis tener en la mano, y que es como cualquier otro objeto de los que podéis tener en una mano, de tres dimensiones. De manera que lo de la foto vendría a ser el mismo caso: lo primero es que es una cosa, y después, por astracción y considerando, el () no tiene más que una cara. O dos, según cómo lo ().
-Una forma de ver lo de la Realidad y el 3, podría verse cómo en la dualidad, en el 2, hay una contraposición, pero precisamente para que esa contraposición se costituya, se tendría que hablar de una relación entre esos dos términos precisamente para contraponerlos, y esa relación sería precisamente lo que se sale de ellos dos y haría el 3. El 3 sería un poco como la relación de esos dos, y un poco viene también a cuento de que la Realidad parece que se costituye con lo que son las cosas por un lado, y la idea que tenemos de ellas por otro. El ponerlas en relación, el relacionarlas en esa tercera ‘dimensión’ de entender la Realidad o de costituír la Realidad, parece que por ahí podría ser lo del número 3 y la Realidad.
A-Bueno, en lo primero que has contao, que no tiene mucho que ver con lo segundo, desde luego has vuelto a seguir el camino que normalmente se sigue, el camino del silogismo, es decir, hay una afirmación, otra afirmación, y luego una conclusión en virtud de las dos afirmaciones. O sea, que va por ahí, no puede ser. Recordad que lo de esta ocurrencia de ‘no menos de 3’ no viene de la Realidad costituída, sino de las cosas tal como de primeras se nos presentan, y que subsiste aún cuando la Realidad esté costituída, de manera que no se puede volver al camino del derechas. En cuanto a las imaginaciones o los sueños, ya sabéis que son cosas. Es un poco duro tener que decir que los sueños también son de tres, pero ¡qué se le va a hacer!: los sueños son cosas, y si lo que estamos diciendo tiene razón, pues también son 3, son tridimensionales, y las imaginaciones o fantasías de cualquier tipo pues también son tridimensionales, y una Geometría misma en lo que dibuje o razone podrá tener dos dimensiones, pero en cuanto a Teoría es también tridimensional, y forma parte de las cosas. Las cosas no son sólo las palpables, hay que meter entre ellas las que se parecen a las palpables de una manera o de otra, y por tanto, al estenderles la condición de cosa, les estiendes la condición de 3, parece ser.
-Es que a mí me parece que para que haya tercera dimensión, o tres dimensiones, sólo puede pasar con cosas palpables, que se necesita la profundidad, o la que sea la tercera, porque lo que he dicho antes: se ven dos dimensiones, y entonces para meter la tercera dimensión tienes que meter el brazo o algo así, y palpar.
A-Ya. Por ejemplo: un sueño corriente.
-Por ejemplo, mirando ahora.
A-No, por ejemplo un sueño corriente.
-Sí, en un sueño puede haber tres dimensiones.
A-Un sueño corriente, evidentemente, del cual sólo podemos hablar gracias a que lo recuerdo, lo registro en el despertar. Con esa condición.
-Pero un sueño no sólo consiste en imágenes, en un sueño se pueden palpar cosas, se puede tener calor....
A-O sea, que ahí no. ¿Y en otra imaginación cualquiera?
-A lo que me refiero es que las imágenes, o el ver, forma parte de la Realidad.
A-En el caso de lo de la fotografía creo que es claro que ‘imagen’, con la pureza que tú la sacas, sólo se saca por astracción: la fotografía tiene sus tres dimensiones, en su estructura, en su fabricación......donde quieras. Y desde luego yo no puedo imaginar sueños en plano, o imaginaciones en plano. Me parece que si trato de imaginarlas les estoy haciendo lo mismo que los que pintan en una tabla las tres dimensiones y las pintan en dos; es decir, que estoy tratando de astraer, pero que de hecho se da en la imaginación o en el sueño algo con lo que referirme a ello por astracción.
-Pero lo invisible mismo, quiero decir, el aire mismo, o el vacío, o sea, lo que hay aquí al medio, esto que sí puedes meterle mano, pero ¿dónde están las dimensiones en el aire? Y más en el agua, dentro del agua. ¿Dónde están las dimensiones dentro del agua?
A-Pues eso, ahí está. ¿Cómo va a haber un aire plano, ni un agua plana?
-No, ni tridimensional, ni poliédrica, está fuera de lugar.
A-¿Cómo que no? ¡Pero hombre, por favor! ¡Aire! ¡Aire!
-Es que está fuera de lugar, es que son categorías que no son aplicables a lo invisible.
A-¿Qué dices? Bueno, venga, por favor. Como si la vista fuera el único sentido.
-Sí, porque son indivisibles también, como tú decías.
-¿Y el vacío, como ha dicho, tiene dimensión? Y los quantos ésos que se caen por el vacío, ¿tienen dimensión?
A-El vacío es un invento filosófico, y hay que distinguir las maneras en que unos y otros lo han metido, ¿eh? Desde luego lo que se llama ‘vacío’ entre nosotros, por ejemplo el vacío de un huevo huero, dentro de la cáscara, eso por supuesto tiene tres dimensiones, vamos, como cualquier cosa; sigue teniendo las mismas tres dimensiones que cuando el huevo está lleno. En cuanto al vacío científico-filosófico, depende. Depende. Ya recordáis que para Epicuro y Lucrecio no se parte más que de átomos y vacío, y vacío es justamente la absoluta falta de resistencia. Si fuera una falta, si fuera una pura negación, no tendría dimensiones: ‘nada’, no tiene dimensiones. Por desgracia ya en esa Física elemental sin embargo se le utiliza como un espacio que sería igual que el espacio real, solo que es subreal para que por él puedan estar circulando los átomos sin parar, a una velocidad insuperable debido a la absoluta falta de resistencia. Y bueno, en cualesquiera otras filosofías acerca de vacío habría que ir viendo cómo se ha tratao la cosa, pero desde luego lo que es vacío, los vacíos que se dan corrientemente, son tridimensionales, de eso no cabe duda. ¿Qué más?
-Si decimos que la Realidad es tridimensional, no sé si yo he entendido bien, pero parece que las dos dimensiones perteneciesen a lo ideal. Lo digo porque si eso fuese así, parece que lo de la izquierda y la derecha, o las oposiciones, serían una imposición también a las cosas.
A-Bueno, pero hay que decir que la idealización a la que estamos condenados se puede tender a cualquier cosa, de manera que efectivamente ‘Triángulo’ es un ente puramente ideal: en realidad no hay ‘Triángulo’, no hay más que triángulos, ninguno de los cuales es un Triángulo. Con ‘Esfera’, lo mismo, pero () lo tridimensional, y también puede venir una idealización geométrica, donde es lo mismo, de manera que ‘Icosaedro’ en realidad no hay ninguno, no hay más que imitaciones que Natura o los hombres, da igual, fabrican, imitando un icosaedro; o una pelota perfecta, una esfera, lo mismo, ¿no? De manera que puede darse ahí. Lo que a mí me venía es.....el origen por astracción, es decir, que el plano se deduce de lo que se da sin más. Del plano se deduce la raya, de la raya se deduce lo ya inconcebible, el punto, pero esas operaciones de astracción desde luego están regidas como todo lo demás por ideas; por ideas que nos vienen de lo alto, sea cualquiera la intención con la que nos vengan.
-Estos días he estado intentando leer la última tertulia que nos habéis enviado, donde estaba el diálogo tan jugoso entre Javier y tú, la cuestión de las tres dimensiones, y me ha sido muy difícil el leerla, no he podido, tengo que insistir, porque parece que asoma ahí una cuestión que no sé cómo hablar de ella, pero como que (va a resultar muy feo lo que diga), como que la Lógica tiene su genealogía, o sea, que la Lógica tiene su Historia, que la Lógica ha ido creciendo con el tiempo, ha evolucionado, y no es una categoría que esté en el mundo de las ideas y tal, sino que es un producto también del trabajo, de la razón, y de tal y de tal.
A-Por supuesto, por supuesto. Estás hablando de la Lógica de las Escuelas, la Lógica y los sistemas lógicos y eso, ¿no? ¿O de cuál?
-Sí, y la que puede haber debajo o arriba de ella también.
A-¡Ah! No, no. ¿Como si la Lógica quisiera decir razón, o razón común? No, no. Es una confusión.
-La razón. Bueno, eso es lo que me surge leyendo esto. Cuando hablamos de la Geometría, de la Lógica y tal, ¿por qué las tres dimensiones.....? Es como si todo lo que podemos estudiar, astraer, ordenar en el pensamiento y tal, proviene creo de un trato con las cosas del que nos ha ayudado a hacer astracciones, y eso es claro, luego.....
A-Por eso prefiero partir de ‘cosas’, y no de ().
-Claro, claro, luego no es que entre en conflicto con el mundo ideal, sino que si lo viésemos como producto a lo largo de la Historia y el trabajo y todo eso.....
A-¿Qué tiene que ver la Historia aquí? Simplemente que empezamos por ‘cosas’, simplemente sin más, y déjate de Historias, que eso no hace más que confundir. Empezamos por cosas, y descubrimos así por ejemplo en qué consiste eso del Tiempo real que a las cosas se nos impone.
-Si no hemos tenido trato con cuestiones de más de tres dimensiones, como está ocurriendo desde hace ya muchos años en la Física, pues eso se nos escapa, pero a este grado de astracción podemos llegar si nos dedicamos a estudiar fenómenos que sí lo necesitan, o sea, que tenemos un trato con las cosas muy concreto, o a lo largo de todo lo que ha pasado lo hemos ido teniendo y ha ido cambiando.
A-Respecto a esto, yo no he aludido para no armar lío a lo de 3 más que queriendo decir ‘no menos’, es decir, escluyendo lo de 2 y de 1. Las otras fantasías de las cuatro dimensiones, que están rigiendo ya ciertas ramas de la Geometría y también de la Física desde hace mucho, hay que ver que en primer lugar, si uno hubiera llegao a reconocer lo que os he propuesto de que el Tiempo real es un mapa, es decir, un espacio, entonces eso podría haber estado muy bien para que en combinación con las otras tres dimensiones se formara una ideación de 4. Pero ya veis que eso no marcha de ninguna manera, es decir, que este Tiempo real tal como lo he presentado es la primera creación de la Realidad; no ya de las cosas, sino de las cosas costituídas en Realidad y sometidas a eso, y por tanto no puede haber una simple equiparación con el espacio, sino al mismo tiempo una oposición total, que puede llegar a hacernos decir “donde tiempo, espacio no; donde espacio, tiempo no”. Que es que efectivamente ahí se está revelando, en esa formulación, la negación a que se confunda ese Tiempo espacializado, es decir, porque es un mapa, con lo que de veras está pasando. ¿Qué más?
-Pero cuando la gente decimos “y sabes qué me paso? O “¿qué pasa?”...... Bien es verdad que en cualquier momento puede saltar la liebre como que de verdad ahí se para el Tiempo de alguna manera; por lo menos cuando se dice que uno se queda en suspenso parece que ha pasao algo, que va a pasar o que está pasando, aunque simplemente uno se quede en suspenso diciendo “¿qué me pasó?”, y ya para huir como que con entender bien lo que decimos cuando decimos lo que pasa o lo que puede pasar, si cuando se dice “¿sabes qué pasó?”, “me ha pasao esto”, si eso efectivamente es un pasar no de la Realidad, sino que puede tener algo de vida, algo de verdadero.
A-Pero te olvidas de lo más elemental: que lo estás diciendo. ¿Cómo va a pasar si estás diciendo ahora que ha pasado, o que pasará, o que está pasando? No puede ser, es otra vez el intento de confundir ahora, que nos saca de la Realidad, con un punto de la Realidad. No pasa nada: ayer no pasa nada, mañana no pasa nada; y por consecuencia hoy tampoco pasa nada, porque cualquier cosa que pase es ahora, de manera que lo demás ya son referencias al mapa, como si lo estuvieras dibujando cuando te lo cuentan: “Mira, aquí fue el porrazo, aquí fue el choque de los autos, aquí esto o lo otro”.
-Pero se puede también revivir en cualquier momento.
A-¡Ah, sí, eso sí! Ya sabéis que los recuerdos en vez de estar configurados en el álbum de fotos o en Historia, de vez en cuando pueden escaparse y sin decir nada estar pasando, recordando. Hasta los proyectos también, es decir: el proyecto de la empresa con su fin y tal desde luego está en el mapa, no pasa, pero el rato en que yo me dedico a afanarme en ese proyecto y que me contradigo a mí mismo y me revuelco, eso por supuesto estará pasando, como cualquier rato. Y desde luego Aníbal está en su sitio en la Historia, pero si me da una ensoñación con Aníbal en la que más o menos me convierto en él, o lo veo con los elefantes y tal, mientras estoy recordando eso, pues la recordación igual que todo lo demás está pasando ahora, es decir, fuera de la Realidad. Está pasando ahora, pero eso no le da ningún pasar a lo que no ha pasado.
-Es que me estaba volviendo lo de las imágenes que son de dos dimensiones y que son parte de la Realidad, y lo que se me está ocurriendo no sé si es de interés: es como que las imágenes parece que dependen de las cosas, como que no podría haber imagen si no estuviese sustentada por una cosa, o algo así.
A-Sí, las imágenes son imágenes de cosas.
-Y sin embargo al revés parece que no.
A-Son imágenes de cosas, pero a su vez son cosas, como las imaginaciones o los ensueños. En cuanto son cosas, ya forman parte de la Realidad, estarán sujetas a lo mismo que eso, pero efectivamente se obtienen por astracción a partir de las cosas.
-Claro, pero sin embargo al revés igual no podía decirse que las cosas dependen de las imágenes, porque igual el pensar que depende de las ideas sería una manera de acercarse, pero sin embargo últimamente estábamos aquí sintiendo que las cosas no dependían tanto de las ideas para que las hubiese a un nivel muy vago, ¿no?
A-No, no, hay cosas antes que nada, pero lo que llamas ‘imaginaciones’ son lo que de verdad llamamos ‘ideaciones’, efectivamente es la costitución de la Realidad. No sencillamente cosas, sino la Realidad costituída, la cual se costituye ...... Bueno, ‘imágenes’ es un poco vago decirlo: se costituye por ideaciones de las que se les imponen a las cosas, ¿no?, que les puedes llamar imágenes si quieres.
-Actualmente y desde que está impuesto el Imperio Audiovisual, la Realidad está tabicada por imágenes, las noticias son los hechos, los sucesos, y los locutores dicen “han sucedido las siguientes noticias”, y no dicen “hechos”, por lo tanto las imágenes son lo que sucede. Es decir, son las que producen la Realidad.
A-Son realidades. Las noticias del noticiario, por más que sea penoso decirlo, son tan reales en cuanto cosas, como cosas realizadas, como tus ensueños, que en cuanto piensas en ellos se convierten en cosas, son cosas. Las imágenes parten de las cosas, no pueden menos de partir de ahí, por el proceso de idealización, pero eso no quita para que a su vez los ensueños, las imágenes, las noticias, sean todo cosas; sean todo cosas reales.
-La realización se hace más veraz por el procedimiento inverso que por el primero, fíjate.
A-No, es que no hay tal directo ni inverso.
-Por mucho que un pintor o un fotógrafo quiera pasar a imagen una cosa, produce menos Realidad que la inversa, que el hecho de que se produzca una imagen, que las imágenes den cosas.
A-Provocan sentimientos, reacciones..... Depende de lo fuertes que sean las cosas y las imágenes, no tiene especial interés. Depende de lo fuertes que sean las cosas ante-imagen y las imágenes después de las cosas. Pueden ser muy fuertes, sí, pueden tener una realidad muy fuerte, como en el caso de las escenas de los noticieros.
-Pero hay muchas otras cosas que así en principio no parece que sean tridimensionales: un sonido, una hipoteca, el cansancio...... No son tridimensionales, al menos como entendemos que es tridimensional una mesa.
A-¿Qué os parece de eso? Desde luego, lo del sonido y eso, o los olores, hay que dejarlo fuera. Tendría que preguntaros ¿con la imaginería científica habitual, podéis concebir de verdad vibraciones que sean planas?
-Las podemos concebir, pero entonces no las estamos oyendo.
A-No, no, es inconcebible, es decir, que las vibraciones son efectivamente tridimensionales, y el sonido, los olores, todo, no se apartan para nada. Las ideaciones, como la empresa o las hipotecas, son efectivamente realidades en el sentido en que aparte de que se refieren a un sitio donde no pasa nada, como es el Futuro, de hecho como cosas pueden atormentar, hacer reaccionar, traer consigo otras cosas del mismo orden o de un orden más material. De manera que efectivamente, sí, son también cosas, y desde luego ninguna de ellas prueba que se la pueda tomar en dos dimensiones ni en una.
-Y también ninguna. Vamos, yo no me refería a que fueran bi ni unidimensionales, sino a que ()
A-Sí, lo de ‘3’ queriendo decir ‘no menos de 3’ no es muy satisfactorio, sobre todo cuando se le añade como parece que tenemos que hacer el término ‘dimensión’, pero en fin, ¡qué se le va a hacer!, ya lo mejoraremos si podemos librarnos de esto, ¿no? Yo no estoy conforme. No estoy conforme con la formulación tal como nos llega.
-¿Por qué hasta el olfato, que se supone que es rectilíneo, en la percepción nuestra pasa inmediatamente a la forma de una rosa o algo así? Sólo el aroma o el olfato de algo.
A-Probablemente, sí.
-¿Por qué hay esta trasformación? ¿Por qué tendemos a esta idealidad del olfato?
A-Porque las cosas reales probablemente son así, 3, de 3. Bueno.
-Pues entonces vamos a dejarnos llevar por ahí, ¿no?, no hay por qué ir a la contra.
A-No nos tenemos que dejar llevar más que por el pensamiento, y tratar de encontrar todas las dificultades que se pueda para entenderlo, porque esas dificultades pueden ser reveladoras y ayudarnos a entender mejor.
-Pero parece que precisamente en la Realidad pasa el Tiempo que va de la vida a la muerte, y además pesa, y luego parece que precisamente cuando no hay Tiempo es cuando uno se lo está pasando bien, que no sabe ni el Tiempo que ha pasao ni nada.
A-Eso es ‘ahora’, pero en el otro caso no pasa nada, está pasao, está escrito. Está escrito. Esto de ‘está escrito’ me recuerda por cierto que no he vuelto sobre el ejemplo de lo que pasa con la lengua y el habla: para lo de los dos sentidos tenéis que recordar, porque aquí hemos traído varios esperimentos, que la escritura demuestra lo de los dos sentidos porque puede leerse de izquierda a derecha y puede leerse de derecha a izquierda. Y incluso una escritura que se lee de izquierda a derecha como la nuestra puede intentar leerse del revés, como os la he leído con lo de ‘aicnéjreme ed anadnev’, y eso con el habla no se puede, el habla no vuelve atrás. El habla no vuelve atrás, el razonamiento no vuelve atrás, es decir, se sale con ello fuera de la Realidad, está como en el ahora. No vuelve atrás: el habla, el razonamiento, el pensamiento, no vuelven atrás, forman parte de este pasar en el que estamos muriéndonos continuamente. Y pasar en el tiempo éste verdadero (que no se le debe llamar tiempo, porque el nombre ya está ocupado), pasar en ese tiempo quiere decir ‘en un solo sentido’, en el que nos estamos muriendo continuamente, sin vuelta atrás. Pero que como recordamos el axioma de que uno no es ninguno, eso no quiere decir que vayan en un sentido, sino que van en ningún sentido: en ningún sentido, porque la noción de sentido, que hemos estado esplorando hoy, se refiere esclusivamente a la Realidad, no puede referirse a lo que habla de la Realidad, a lo que está hablando de la Realidad. Se refiere a la Realidad, y ahí no puede haber en ese sentido, ‘sentido’, uno, que solamente tiene sentido cuando como en la Realidad son dos, hacia delante y hacia atrás, y si no, no.
Bueno, esto tenía que habernos llevao a lo que os anunciaba de después de esto volvernos a descubrir cuál es la Fe dominante, y claro, es muy tarde, de manera que tenemos que entregarnos al descuido o amabilidad del Señor que nos deje estar aquí dentro de siete días para volver sobre ello. Sin que intente volver a recordar, a recoger entre vosotros, más dificultades respecto a lo que hemos venido diciendo de Realidad y de Tiempo y demás. De ahí se salta a esa cuestión política de cuál es la Fe dominante. Bueno, pues si nos dejan aquí nos las veremos y nos las habremos.