27.08.2014

Tertulia Política número 244 (25 de Agosto de 2010)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

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  •  Propuesta de análisis de la Sociedad, como siendo más fácil que un Sicoanálisis directo de uno mismo.

 

TRANSCRIPCIÓN:

Reanudamos entonces volviendo sobre aquello de la muerte.  Recordáis que esta tertulia, como política del pueblo que no es nadie, es una política de guerra contra la muerte, pero no la muerte de irnos deshaciendo como nos vamos deshaciendo, igual que las demás cosas, animales y demás, sino la muerte específicamente nuestra, que es la futura, la que nunca está aquí.  Esta distinción entre la muerte que está aquí AHORA, AHORA, AHORA, que no consiste más que en eso, en dejarse deshacer, se contrapone, es en cierto modo lo contrario, a la muerte que nos toca, nos domina, nos costituye, que es la que nunca está aquí.  La muerte futura, que nunca está aquí, pero que hace lo suyo, y es contra eso contra lo que aquí tratamos de guerrear.

No sé si ya el otro día quedaríais convencidos, si os he convencido, me he convencido a mí mismo, de lo que a esto toca, que es el reconocer que el que tiene miedo, terror, escalofrío, respecto a la muerte, es precisamente el que es eterno porque es puramente ideal, es decir, el que es el que es.  Ese ideal que desde Arriba está costituyendo nuestra Realidad, pero que no es más que un ideal, y es ahí donde situábamos el famoso miedo a la muerte: justamente el que está condenado a la inmortalidad, como Dios, porque es el que es, ése es el que paradójicamente tiene miedo, porque no observamos ni sentimos que las demás cosas puedan participar de ese miedo.  Esta lucha por la existencia que como a entes reales nos toca a todos, van tirando por ella como pueden, y por tanto la propuesta era justamente la de renunciar a ser uno el que es, porque ése es justamente el punto de la muerte ideal, dominante, la que nunca está aquí, mientras que la otra, el sentir que estamos ahora mismo deshaciéndonos, ésa ni sabemos lo que es, porque no lo sabemos, pero si tomamos ejemplo de las demás cosas, que no tienen eso de una muerte futura, nos cabe esa confianza en que podemos dejarnos, y esto era todo.  No sé si respecto a esto me he convencido a vosotros, os he convencido a mí, como queráis decirlo, porque justamente de eso es de lo que se trataba, pero confiando en que sí, de ahí tenemos que partir.

(Pequeña interrupción)

Partiendo de ahí, confiando en que poco o mucho os sentís convencidos de que el único que siente miedo es el que es el que es, el que es como Dios, que como Eterno no tendría por qué tener miedo de nada, pero que es justamente el sitio del miedo, mientras que lo de irse muriendo como irse viviendo, que nos toca en común con las cosas, eso naturalmente no puede tener nada ni de futuro ni de muerte, porque está pasando ahora, y miedo sólo se tiene de lo futuro, de lo que no está pasando ahora justamente.  Bueno, pues confiando en que más o menos me acompañáis en esto, y que al convenceros me estoy convenciendo, que siempre me hace falta, vamos a ver cómo nos podemos librar una vez más, cómo podemos seguir luchando por librarnos de este ideal tan poderoso de ser uno el que es.

Si hemos acertado, eso es justamente librarse de la muerte, y eso quiere decir ‘Sicoanálisis’, una disolución de “El Yo”, como suele decirse.  Los que me acompañáis sabéis que El Yo no es ‘yo’, ‘yo’ no soy El Yo, y esta distinción os ruego que la sigáis manteniendo todo el rato.  Se trata pues de un Sicoanálisis que se refiere a algo real, que es El Yo, la Persona, el Individuo, el Alma, o cualquier nombre que queráis decir.  Y como es real, entonces se me ocurre que podemos volver sobre el intento de que el Sicoanális se haga al revés de lo que suele entenderse, es decir, partiendo de lo social o público para de ahí encontrar que lo mismo se da en uno, en la Persona de uno, en el Alma de uno.  Pienso que es en cierto modo más fácil, más transitable, este camino de partir de un Sicoanálisis de lo público, de lo social, para desde ahí venir a encontrar el reflejo en lo íntimo, en lo propio de cada uno.  Suele practicarse al revés, y no tengo que deciros que al revés no parece que marche, de manera que os invito a intentar este camino: Sicoanálisis de lo público.

Es bastante fácil, porque por lo menos los que me acompañáis ya sabéis cómo andan las cosas por aquí, en este mundo de los hombres, de las cosas que son los hombres: hay gente (tomamos el término más neutro), y en la gente sabéis que están mezclados inestricablemente (salvo lo que ahora intentemos, pero inestricablemente por lo pronto), pueblo y personas.  Sorprendéos un poco de que diga esto, porque generalmente os hacen tomar lo de ‘pueblo’ y ‘personas’ como si fueran la misma cosa, y ahora os las estoy presentando como distintas, y al mismo tiempo mezcladas en esto que se llama ‘gente’.  Hay personas, esto es evidente, porque eso es lo que el Poder llama ‘número de almas’.  Cuando a veces ellos mismos dicen ‘masas’, tratan de confundir, porque las masas son justamente las que están compuestas de personas, y por ello son numerables, contables, de manera que nada de ‘masa indefinida’, y son estas masas de personas las que el Régimen costituye, y en las que se confía, en cuya Fe se confía para el propio sostén del Régimen.  No tengo que recordaros, lo veréis por todas partes: las poblaciones de un Estado, el cómputo de la clientela de una Empresa o de un Banco cualquiera, regimientos, ejércitos......, todo eso efectivamente está hecho precisamente de personas, contadas, o pretendidamente contadas de una manera esacta, sabidas.  Si no, el Régimen no podría contar con ellas.  Con eso es lo que esta mezclado algo de pueblo, algo de pueblo-que-no-existe, porque para existir hay que tener Fe, tiene que darse la impronta del Ideal, y pueblo tal como aquí deseamos emplear el nombre, no existe.  Lo hay, habla......  Cosa no tan esclusiva, porque sabemos que las cosas en general hablan, y por tanto lo que haya de cosas, lo que haya de cosa en nosotros, sin existir, lo hay, está hablando.....  ¿En qué consiste este descubrimiento de que lo hay?  De que lo hay a pesar de todo, es decir, a pesar de las continuas pretensiones de que nos confundamos, como hacen los políticos, los estadísticos, y tomemos el número de personas, la masa contada, como si fuera lo mismo que pueblo?  Tratamos aquí de separar al nombre, de liberarlo, de esa confusión habitual, y la evidencia para este descubrimiento es simplemente que lo otro nunca está de verdad cerrado, completo; que aunque en principio sea necesario contar en un número determinado el número de almas de un Estado, eso es por parte del Poder una ilusión.  Nunca lo van a conseguir, pero hacen como si.  Gracias a que esto no es verdad, a que nunca puede llegarse a contar el número de almas de nada, las poblaciones ni las colectividades de cualquier tipo que sea, la Sociedades, gracias a esto es como reconocemos sin más que hay algo más, algo fuera, y es a eso a lo que llamamos ‘pueblo-que-no-existe’, y que por tanto no se cuenta, y que por lo tanto no sabemos lo que es en el sentido de que podamos contarlo, pero que está ahí por la propia falta y falsedad del cómputo y de las ideas que nos están impuestas desde Arriba.  Está mezclado lo uno con lo otro.

 Hay que sospechar enseguida una cosa muy terrible, pero que está ahí, que es que en algún sentido la Mayoría van a ser individuos, la Mayoría van a ser sujetos.  ¡Qué se le va a hacer!  Si no, ni el Capital ni los Estados podrían funcionar, porque ellos, como se ve claro en el Régimen Democrático más perfecto, tienen que tomar la Mayoría como si fueran todos.  ‘Todos’ es un ideal, repito, inalcanzable, es una ilusión, pero el Régimen procede por esta vía, democrática, que es hacer como que la Mayoría fueran todos, y bueno, así van tirando, así se mantienen, gracias a esta trampa elemental, no hay que decirlo ni detenerse mucho rato a lamentarlo.   Pero la Mayoría no son todos.  Frente a la mentira del Régimen, democrática, descubrimos que la Mayoría no son todos.

De manera que así, en una población cualquiera, la Mayoría de lo que haya tendrá que ser lo que existe, es decir, personas (personas, individuos personales, sujetos), solo que eso no será todo, y gracias a eso quedará además, y mezclado, confundido, algo de pueblo, de eso a lo que os estoy invitando a llamar ‘pueblo’ de una manera precisa.  Y así se da por todas partes: podemos costatar en cualquier sitio por un lado la sumisión, la obediencia, la fe, las creencias propias, que son todo condiciones de las personas.  Lo costatamos a cada paso, y al mismo tiempo costatamos que ese artilugio de reducir la vida a mera existencia, que quiere decir Fe, creencia en el Poder y creencia en uno mismo, a pesar de todo no acaba de funcionar nunca, quedan siempre algunos restos de lo contrario: insumisión, una cierta rebeldía, dudas en contra de la Fe, dudas floreciendo por doquiera, y todo lo demás que os pueda decir, que es como veis de orden negativo, y que justamente se reconoce como contraponiéndose a lo otro, a lo positivo, a la Fe.  A la Fe en el Poder, en Dios, que es lo mismo que la Fe de cada uno en uno mismo.  Recordad que estamos intentando hacer un análisis de las poblaciones, de los conjuntos humanos, como un paso para pasar al Sicoanálisis de uno, pero estamos ahora más bien tomando lo que me parecía en cierto modo más fácil, más asequible, que es el Sicoanálisis de la Sociedad, en la cual necesariamente las personas, aunque sean Mayorías, están interferidas, estropeadas, por la presencia de algo fuera de eso, de algo más a lo que llamamos ‘pueblo’.  A lo que llamamos ‘pueblo’, y lo llamamos a sabiendas de que no sabemos qué es, de que no cabe definirlo más que de la manera que lo estoy haciendo: indirectamente, contra lo que sí se sabe, contra lo que sí es objeto de Fe, de saber, de creencias. 

Así que en los productos que salen de las poblaciones, que salen de la Sociedad en conjunto, tendremos que encontrar manifestaciones tanto de lo uno como de lo otro.  Por ejemplo estos días estaba volviendo sobre el reconocimiento de esto en el estudio de esos productos que son refranes, coplas, canciones, romances.......anónimos.  Es la única vía de primeras que se nos da, la del anonimato, porque desde luego lo que procede de las personas tiene un Autor, que él mismo se puede considerar poeta, músico, filósofo, lo que sea, el Creador de aquello que está diciendo, cosa que el Estado no sólo le consiente sino lo premia, porque ahí tenéis la Sociedad General de Autores, que está fundada en el derecho de cada uno a proclamarse Creador, fabricante desde sí mismo de esas producciones que a su nombre se puedan vender o divulgar de una manera o de otra.  De manera que en esas producciones anónimas tenemos que encontrar de lo uno y de lo otro, tenemos que encontrar algunas, algunos dichos, frases hechas, refranes, canciones, coplas, que proceden de las personas, y por desgracia ésas serán la mayoría, por lo que acabo de deciros antes.  Pero no todas, porque al mismo tiempo espigando, escarbando entre la balumba de las producciones que nos llegan, siempre se puede encontrar algunas que sencillamente no lleven la marca de Autor, no muestren que se trata de producciones de la Persona.  Tomad los refranes que os hayan llegado a los oídos como ejemplo, y ahí os encontráis con uno que dice “hombre prevenido vale por dos”.  Ése sabemos de dónde viene, está claro.  Sabemos de dónde viene, porque efectivamente ésa es la Ley de la subsistencia, de la existencia, de manera que está ratificando lo que el Comercio y el Estado mandan al mismo tiempo: la prevención.  O sea, lo que os hacen todos los días, que es vivir en el Futuro, que es el sitio donde no se puede vivir, pero que es justamente lo que al Capital y al Estado le convienen, de manera que este refrán no puede nunca haber salido del pueblo.  Ha salido de las personas que hay entre la gente, mezcladas con sus faltas, que son lo que es pueblo.  Tiene que haber venido de ahí por tanto. 

“Más sabe el diablo por viejo que por diablo”.  Lo conocéis, ¿no?  Se está exaltando lo que también está mandado desde Arriba: el poder de la esperiencia para alcanzar saber.  Esto rige de tal manera que no sólo rige en el Comercio, sino en la Ciencia: la esperiencia, y en el caso de la Ciencia la esperimentación, como medio de alcanzar el Saber.  Esto es lo que el Orden pretende, el Orden está fundado en cosas como éstas, y nosotros enseguida recordamos “¿es verdad eso de que la gente cuando se hace vieja se vuelve más sabia?”.   Y nos reímos supongo enseguida por lo bajo, porque desde luego mayoritariamente eso no se cumple: uno podría decir un poco desde el espíritu que nos anima en la tertulia que la gente cuanto más vieja suele hacerse más imbécil, más creída, más aferrada a sus creencias, más incapaz de ninguna cosa que pudiéramos llamar sabiduría.  La Mayoría, pero es de eso de lo que se trata: la Mayoría.  Efectivamente, el refrán sólo sirve para confundirnos y llamar saber a lo que el Poder quiere que se llame saber, y por tanto considerar que el sufrimiento del Poder durante muchos años le confiere a uno por gracia de la vejez ese saber, y lo acoge al individuo que sea en su saber.  ¿De dónde puede haber procedido este refrán?  Del pueblo no, seguro.  Del pueblo no, seguro, porque el pueblo, así como no sabe nada de Futuro (“hombre prevenido vale por dos”), no sabe tampoco nada de este truco de la esperiencia de la realidad conduciendo a un saber.  No sabe nada de eso, desconfía de ello, y nunca puede ese refrán haberse producido más que a partir de personas, viene de personas.  No voy a intentar seguiros sacando muchos y muchos refranes, la mayoría son así.  Los que os hablan de ‘popular’, y de ‘poesía popular’, deberían pensar un poco lo que dicen, porque dado lo mezclado de las poblaciones, resulta que la mayoría de los refranes por ejemplo (también de las coplas y de las canciones), la mayoría son así, es decir, tienen la huella del miedo por tanto al futuro, la huella de la creencia, la defensa del Orden establecido, y todo eso quiere decir ‘personas’, ‘individuos personales’, esos que creen cada uno que él es el que es, como Dios. 

Bueno, pero no todos, no todos: podéis encontrar de vez en cuando (no hace falta tampoco buscar tanto), refranes que simplemente no tienen esa marca, o uno honradamente no se la puede encontrar. “Donde menos se piensa, salta la liebre”.  ¿Qué interés podía tener el que inventara este refrán?  Yo no lo veo, no encuentro qué interés podría tener, y gracias a esa falta de interés, pues nos dice algo interesante.  Algo interesante y que aquí sabemos bien, que es que el sitio donde la liebre salta es precisamente donde no se piensa que va a saltar.  Esto es una sabiduría de pueblo, esto las personas no pueden saberlo, porque si no, no funcionarían bien ni como súbditos ni como clientes, y por eso a este refrán le dejamos libre. 

Uno que está más bien desusado, que dice “caballo que alcanza, pasar querrá”. ¿Qué es lo que dice este refrán?   Yo no veo que en enunciar esto, y descubrir, haya interés personal.  El interés personal es el mismo que el del Estado y el Capital, ¿eh?  La persona es un súbdito o cliente, y por tanto cuando buscamos rasgos personales quiere decir que buscamos rasgos de sumisión, rasgos de obediencia, porque las personas somos así, son así.  Si no le encontramos interés ni vemos que pueda este refrán servirle para nada al Capital llegado el trance, ni a ninguna otra forma del Orden, entonces eso nos permite tomarlo como venido de no se sabe dónde, es decir, del pueblo.  No de las personas, sino del pueblo, y que por tanto puede decir algo interesante, que no sea una invitación a la sumisión.  Hombre, a primera vista lo que dice es que las aspiraciónes del que quiere trepar son ilimitadas, incontenibles, que el que alcanza un puesto quiere el que está más arriba, pero eso es una cosa trivial y que bueno, ni para bien ni para mal, pero con ello mismo está de paso además sugiriendo algo respecto a la mentira física en que la Realidad se mantiene, la mentira de lo que se llama Tiempo real y movimiento.  Supongo que a algunos os está recordando ya a las aporías de Zenón de Elea, que dice eso, por lo menos según el otro día os formulaba la de Aquiles:  Aquiles no sólo puede, sino que tiene que sobrepasar a la tortuga, pero alcanzarla justamente nunca.  Nunca puede alcanzarla justamente.  Esa especie de límite que con el verbo alcanzar se da, es un límite perfectamente iluso.  “Caballo que alcanza, pasar querrá”.  No se va a quedar, porque no se puede, en lo de ‘alcanzar’; está queriendo literalmente ‘pasar’.  De manera que gracias a no encontrarle al refrán interés social, personal, gracias a eso puede estar diciendo cosas.  Pero no puedo dedicar mucho tiempo a más refranes.  Luego a lo mejor a alguno de vosotros se os ocurre alguno para sacarlo a la palestra y pensar lo que puede tener de persona o puede tener de pueblo. 

Pero no hay que engañarse, porque a eso que quede de pueblo, lo que tenemos por debajo de las personas, hay que atribuirle también una cierta forma de astucia, y por tanto hay refranes que pueden oírse de cara y de cruz, y por tanto que pueden engañar a la primera apariencia.  Por ejemplo, uno que parece tremendamente personal es el de “a la mujer y a la burra, cada día una zurra”.  Es una recomendación consagrada de mucho antes.  “¡Qué horror!”, diría uno, “¡aquí está el Poder patriarcal sostenido de la manera más brutal, parece que está hablando el Padre mismo, el Jefe de la Sociedad!”, ¿no?  Pues sin embargo ya la propia exageración del refrán hace sospechar que tiene su cruz.  Su cruz, aparte de su cara.  Por la cara, es tremendo, patriarcal, y es deshonroso no sólo para la mujer, sino lo que es peor, para la burra.  Para la burra es una cosa tremenda, pero la propia exageración yo creo que nos guía en este caso y en algunos otros semejantes.  Este refrán en algún otro sitio se cita con una continuación que dice: “tú no sabrás por qué, pero ella lo sabe”.  Lo habréis oído también.  “Ella”, no es la burra, es la mujer, por supuesto.  “Tu no sabrás por qué, pero ella lo sabe”, y esto desnuda un poco la cara inversa que estaba diciendo, porque efectivamente ahí se está declarando la falta de fundamento, justificación, de la culpa, y por tanto, lo que es más grave, de la causa.  De la causa: “tú no sabrás por qué, pero ella (es decir, a la que en principio le estaba destinada la paliza), ella lo sabe”.  Es como veis, como en otros muchos, algo irónico lo que en el refrán suena cuando se le oye por las dos caras, y efectivamente yo creo que éste es un ejemplo aceptable. No voy a sacar muchos de éstos que me he encontrao, porque tengo que recordaros que la inmensa mayoría son refranes de sumisión de la persona al Poder, que ya están hechos para sostener el negocio, la existencia.  La inmensa mayoría, no hay que olvidarlo. 

Bueno, y entonces voy a detenerme en lo que pasa con coplas o canciones.  Por ejemplo, entre los cuplés que en la primera mitad del siglo pasao y todavía más adelante se seguían oyendo (que eran no propiamente anónimos, porque eran de señores que se los fabricaban a las cupleteras para que los cantaran en los caféses y todo eso, de manera que sólo por el uso serían anónimos), había alguno demasiao desacarao, como aquel de (me da un poco de repugnancia, pero...) “que tú eres la bienpagá.  Bienpagá fuiste, mujer”.  Lo recordáis muchos de vosotros, incluso los que son mucho más jóvenes que yo, porque se lo habrán seguido metiendo por los oídos. Éste lo recordáis. Tremenda esta declaración, “que tú eres la bienpagá.  Bienpagá fuiste, mujer”. Tremendo sobre todo cuando uno piensa que eso se lo tragaban, tal vez lo repetían hasta las mujeres también. Hasta las mujeres también, comportándose naturalmente en esto, pues lo mismo que los hombres, como está mandado.  Hay otros que no son tan brutales, pero cualquier cosa que suene del tipo de “porque te quiero, mi vía, como nadie te ha querío”, etc., pues ya está diciendo bastante.

-(), y no pasa nada.

A-No.  Se te agradece, pero sí pasa.

-¡Que no pasa!

A-Sí pasa.

-¿Pero tú crees que cuando alguien canta eso está pensando en lo que dice?

A-¡No, no, no, no, no! No hace falta, hija, al Poder no le hace falta que nadie piense.  Al contrarío: sería una inoportunidad.  Basta con que lo trague y lo repita, que lo trague veinte veces por la radio y lo aguante.  No hace falta que piense nadie nada.  Al contrario: pensar es lo que estoy haciendo yo aquí, y eso es inconveniente.  Pero eso no quita para que el producto en sí sea todo lo odioso que a cualquiera en este momento os está resultando.  Al contrario: no sólo no quita, sino que favorece.

-Ahí está diciendo que al haberle pagado siempre los besos no podría (), porque una cuyos besos no pagan, el único beso que yo no pagué, es decir, que ahí está jugando una ecuación de Dinero, y el pagar () que tú tengas que enamorarte de mí, o yo de ti.

A-Hay otra que sería justamente el otro caso que estaba sacando con el otro ejemplo: “porque te quiero, mi vía, como nadie te ha querío”.  Es decir, la pura declaración de Amor sin tener que pasar a barbaridades como la del bienpagá.  La pura declaración de Amor de los cuplés, de la manera que suene, es una indignidad para el pueblo, que no cree en el Amor, que al contrario, está producido por y para la inmensa mayoría, que sí creen, porque es justamente condición del () del Poder que se crea en ello, de manera que por ahí van las cosas, ¿no?  Como siempre la Mayoría, ésa sí.

Pero la Mayoría no son todos.  Una vez estuve aquí recitando cosas ahí mismo, y me acordé de una de las que fabricaban estos señores para las cupleteras, que termina diciendo “un delito he cometío si un delito e her queré.  Yo la curpa no he tenío daber nasío muhé, ni daberlo conosío”.  Lo cual es un poco distinto por lo menos, ¿no?  De manera que hasta en estas producciones populacheras, pues puede haber de todo, y desde luego hay canciones por todas partes que están libres de sospecha.  La muy vieja ya “¡ay! que non hay, más ¡ay! que non era.  ¡Ay!, que non hay quien de mi pena se duela”.   Ésa por ejemplo, que se nos ha trasmitido a través de los músicos, que la habían recogido de la tradición oral.  Ésa y algunas otras de vez en cuando, no tienen por qué estar condenadas a lo mismo.  Bueno, creo que no puedo entretenerme con más ejemplos para mostraros lo que quería, que es esto: en cualquier población o colectividad se encuentra mezclado lo que son efectivamente productos de personas, sitios por donde las personas hablan, y que pueden ser la Mayoría, pero que no son todos, porque también se encuentran cosas que de verdad pueden venir del pueblo; pueden venir de lo que no se sabe, del pueblo, de la falta de intención.  Estoy por tanto tratando de deshacer la Sociedad en el sentido de hacer un análisis, algo que de ordinario no se hace, porque si no, no estaría molestándoos.  Hacer un análisis de la Sociedad en el sentido preciso que lo estoy haciendo.

Pero recordad que esto lo hacía para que desde ahí pudiéramos pasar al Sicoanálisis de uno mismo, que es lo que de ordinario se llama Sicoanálisis, es decir, a la disolución del Yo.  No hace falta que insista mucho en los paralelos, pero por si acaso: la mayoría de uno, la mayoría del Alma de uno, del Yo de uno, es eso que he llamado Persona, es decir, creyente, súbdito, cliente, lleno de miedo del Futuro, obligado a sostener la creencia en que es el que es, y así es como funciona la mayoría de las veces por todas partes.  Eso es el alma de uno, la persona, ya lo hemos declarado antes, y lo que en la Sociedad ocupa el lugar de, digamos por abreviar, ‘Dios’, es decir, el sumo Ideal, que sirve para costituir la Sociedad, el que es el que es, ente puramente ideal, que directamente no existe, pero que está costituyendo la existencia....  El lugar de Dios lo ocupa justamente el Yo cuando es el Singular, el que tiene su Nombre Propio, y todo lo demás que queráis.  No olvidéis que el uso de la mayúscula es revelador, y que Dios es el usuario por escelencia que convierte el sustantivo común en un Nombre Propio, y eso es justamente lo que se aplica al Nombre Propio de cada uno.  El Yo que está señalado por su nombre, es el que en este piso del Sicoanálisis ocupa el lugar de Dios, y viene a ser por tanto lo mismo.  Y una vez que vemos, tratamos de deshacernos de esta manera, de un Dios, una mayoría de creencias, acciones, sentimientos ideados y demás, que responden a la sumisión, a la Fe, a la creencia, al miedo, al Futuro, nos queda simplemente el reconocimiento, como en las poblaciones, de que así es la Mayoría, pero no es todo.  No es todo, nos queda algo de desconocido, a cada uno le queda algo de desconocido.  Al Banco y al Ministerio no le gusta que a uno le quede nada de desconocido, porque si no la cosa funciona mal, pero eso no nos priva de reconocerlo, y le queda siempre a cada uno algo de desconocido; algo de pueblo, por volver al paralelo con la Sociedad.  Algo de pueblo, lo que se dice en esta frase, ya recordáis, “el Yo no es ‘yo’, ‘yo’ no soy El Yo”.  El que así habla está renegando de su alma, de su propia sumisión, costitución, existencia, como queráis decirlo, y con eso se está saliendo fuera de la Realidad, porque quien habla así no puede ser ni un Yo, ni nadie real.  “‘Yo’, no soy El Yo”, esta declaración, quiere decir que yo me salgo de la Realidad costituída, es decir, lo mismo que ‘pueblo’, vengo a caer en lo mismo que ‘pueblo’.  Es decir, este yo que no es El Yo, que por tanto se sale de la Mayoría y de la costitución, es lo mismo que lo que hemos llamado pueblo en la otra parte del análisis.

Bueno, esto era así muy en breve la propuesta de vuelco del Sicoanálisis partiendo, por si os es más fácil y tragable, de la Sociedad, de las personas, para sólo desde ahí saltar al individuo.  Como en esto han salido supongo muchas cosas que os parecen discutibles, pues vamos a ello.  Os dejo correr ya la voz, y podéis aportar lo que sea, objeciones personales, que serán, ¡qué le vamos a hacer!, la mayoría.  A pesar de que estemos en la tertulia política del Ateneo, la mayoría es la Mayoría.  Opiniones personales, ejemplos que ayuden a palpar debidamente lo que yo he dicho de una manera muy rápida, que es la condición mezclada de los productos que salen como populares, o incluso anónimos, o de cualquier otra manera.  Así que empecemos por las opiniones, para ir más rápidos.

-Pues será un apunte personal o como lo quieras llamar, pero yo te digo que las mañas del pueblo, de eso que llamamos pueblo que no se sabe, porque tú mismo lo dices, es una mezcla muy confusa........

A-¡No, no, no, no!  Has oído mal.  Aquí lo que se ha dicho es que una población cualquiera, o colectividad incluso, es una mezcla de lo que se sabe, que son personas, y de lo que no se sabe.  Empieza otra vez.

-Las poblaciones éstas que se espresan por una canción, y sobre todo, ¿porque tiene prendimiento en una gran población, un gran número de gente, una canción, y otra no?  Por qué hay ese prendimiento es lo primero que tenemos que preguntarnos, y es porque de alguna manera aciertan a desvelar el desengaño de la Realidad, eso que tu llamas ‘la falsedad de la Realidad’, y no siempre por el mismo procedimiento que nos traemos aquí, que es el de la disolución, sino otro procedimiento sutil.

A-¿Por ejemplo?

-Por ejemplo: desde el inflar el engaño al máximo, el mostrar claramente por vía narrativa y por vía de caso particular lo que pasa generalmente.....

A-¡Ah!  A la mujer y a la burra.  A la mujer y a la burra, ya lo hemos dicho.  Así lo hemos tomado, sí.  Es la esageración de que hablas, sí.

-¿Puedo terminar?  Los trucos del arte para las canciones de las poblaciones, no pueden estar resumidos ni reducidos a un modelo de disolución......

A-El de Don Agustín.  Bueno, vamos a ver......

-Hay una época en que las relaciones entre el Dinero, el amor, y las mujeres, es una época en que se canta de una manera muy bien cantada, y una de ellas es precisamente ésta, la de la bienpagá.  Otra la de la falsa moneda, otra la del parné.  Son absolutamente emblemáticas en los mecanismos que se dan en las poblaciones, y escuchar eso de alguna manera te punza,  y lleva lo del desengaño de la Realidad a unos estremos mucho más sutiles y más revolucionarios probablemente que otros.

A-Que el de Don Agustín, que es de lo que se trata: “que el de Don Agustín”.  Bueno, me acompañáis en que está mintiendo, ¿verdad?  Es una objeción personal, está mintiendo.  No le digáis luego a la salida que ¡qué pena que no se le haga más caso!, o cosas por el estilo, porque está mintiendo y no conviene que le deis la razón, sino más bien que le hagáis ver que miente.  Que miente por necesidad personal, como siempre.

-Hay un refrán que me da cierto desconsuelo, que se utiliza mucho, y que será que le viene bien al Poder, porque no creo que sea del pueblo que tú hablas, que es el de “más vale tarde que nunca”.  Me pone muy nerviosa.

A-¿Qué pasa?  ¿Qué te parece?

-Es como diciendo “consuélate, que el Presente no existe”.  Es otra vez lo del Futuro: “más vale tarde que nunca, o sea, que fastídiate, que encima tienes que estar contento”.

A-La verdad es que generalmente se dice cuando ha llegado el consuelo.   Generalmente se dice cuando ha llegado el consuelo, es decir, de lo que te está consolando es de la espera desesperada que ha precedido, pero cuando llega, algo por lo menos, pues se dice como consuelo.

-¿Puedes hablar del de “no por mucho madrugar amanece más temprano”?

A-“No por mucho madrugar amanece más temprano”.  ¿Qué os parece?

-Genial, porque hay como una negación de la voluntad de la persona contra lo que va pasando.

-Que hay que dejarse morir.

A-Vamos a ver, tenéis que preguntaros así: ¿Éste, al Estado, al Capital, le gusta, o no le gusta?  Me parece que más bien no le gusta.

-No, porque llegarían tarde a la Oficina.

-Pero el mío, sí, ¿no?, el mío le encanta.  ¡Anda, que no le viene bien al Poder, éste!

A-Depende. Recordad que los refranes, aparte de su acuñación, que es un fenómeno muy importante, tienen su uso, su empleo en una ocasión u otra, y claro, los hay que efectivamente pueden cambiar mucho de valor según sea la ocasión y hasta el tono con que se dicen, ¿no?  Alguna vez puede pronunciarse un refrán, pues eso, más bien como haciendo burla del refrán mismo, como no creyéndoselo.  Esto sucede con frecuencia, este tipo de ironía. 

-Con respecto al refrán que has mencionado tú de que cuando menos se piensa, salta la liebre, no sé desde qué punto de vista se verá que sale del pueblo, porque yo lo veo, vamos, como policial, tremendo: “¡tú cumple las leyes, que como no las cumplas te puedes encontrar...!”.  Por ejemplo: “¡tú ve a revisión, que porque te sientas muy bien, puede saltar la liebre en cualquier momento!”.   “¡Cumple la Ley, porque no te pillará la Policía ahora porque no has hecho tal y tal cosa, pero cuando menos te lo esperes....!”.  Entonces yo lo veo brutal, de sumisión total.

A-A mí me suena que no has sido muy justa con la interpretación del refrán.  No voy a decir yo que predomine en otros usos, pero desde luego la inclusión que tú has hecho del “cumple con la Ley”, etc., está fuera.  Está fuera del refrán, no tiene que ver nada.  Justamente el valor de éste es que la liebre salta precisamente donde no se piensa, es decir, justamente lo contrario del Orden de la Policía y todo, que naturalmente piensan en un Tiempo real en el cual las cosas se cumplen en el momento en que deben cumplirse, se incumplen en el momento en que deben incumplirse.....

-Es como el que dice que hay que estar preparao para cualquier sorpresa.  No se sabe dónde.

A-“Preparao para que donde menos se piense”, es un absurdo, no tiene ni sentido.  Es como si dijeras que hay que estar preparao a no pensar.  Entonces estarías en el espíritu de la tertulia, porque normalmente se piensa en el Futuro, es lo que está mandado, y por tanto se llega a una recomendación de no pensar, porque gracias a no contar con el Futuro puede pasar algo.

-El de “más vale pájaro en mano que ciento volando”, ése es reaccionario, ¿no?

A-¿Qué os parece?  ¿Os parece que es tan claramente personal, ése?

-Puede parecer como conformarse con lo que tienes, no buscar más.

A-¿Alguien más respecto a éste de “más vale pájaro en mano que ciento volando”?

-Yo lo interpreto como que provoca la caza, creo que provoca ‘coger’, no conformarse, pillar lo que pase por delante de uno.

-Es que si alude a renunciar a posibilidades sin fin y quedarse con lo que uno tiene, es reaccionario quizás, pero si se alude a renunciar al Futuro que te están ofreciendo.....

A-Bien, bien dicho, y por tanto no estará claro, porque justamente lo que el Poder manda es que se viva de ilusiones.  Que es de lo que estáis viviendo todos los días, ¿no os habéis dao cuenta?  Pues todos los días estáis viviendo de ilusiones, es decir, de pájaros ciento volando, y que pueden ir desde que me toque la lotería, o que me den este puesto, o que se case conmigo, o cualquier cosa.  Es lo que está mandao.

-Sí, pero ya la imagen del pájaro en la mano, se las trae.

A-El pájaro en la mano lo estropea un poco, pero por lo menos entendemos que es como si dijera “aprovechar lo que pase ahora”.  Como tantas veces; no tenemos por qué llegar a una conclusión respecto a lo claramente que viene de personas, o lo que no viene de personas.  Bueno, ¿y qué más aparte de esto?

- Respecto a lo de la mujer, a mí no me parece tan mal, porque no creo que deje mal a la mujer.  Yo creo que el que queda mal es el hombre.

A-Te refieres al de.....

-A la parte ésa que dice “que tú no lo sabes, pero ella lo sabrá”.  O sea, se ve que él actúa siempre sin pensar absolutamente....

A-¡No, no! ¿Pero no te das cuenta de que aquí no se trata ya de hombres ni mujeres?  Se trata de la cuestión de la causa.

-()

A-¡No, no!  ¿Pero cómo él va a saber lo que ella sabe?  Él no puede saber lo que ella sabe.  “Ella lo sabrá”, es decir, es claramente una renuncia al saber la causa, que es un fundamento de la Sociedad.  Dejárselo a la mujer, de la cual realmente el hombre no sabe si sabe la causa o no la sabe, pero en todo caso se abandona a un sitio donde las causas se pierden.

-Esto está formalizao en un chiste muy dominante, el del que le da la ostia a la mujer, y le dice el amigo que por qué le pega, y responde: “por si acaso”.

A-Es lo mismo, es una versión de lo mismo.  Sí.

-Hay un refrán que yo creo que sí que es del pueblo: “Más vale la cara una vez roja que mil veces amarilla”.

A-¿A ver, a ver?  Repite.  “Más vale...”

-“Más vale la cara una vez roja que mil veces amarilla”.

A-‘Roja’, es el sonrojo.  ¿Y ‘amarilla’?

-El contenerse, contención, no sé.

A-Es un poco misterioso.  El rojo está claro que es el sonrojo, es decir, pasar la vergüenza, pero ‘amarillo’.......

-Se refiere a cuando estás enfadao por algo, y te vas callando, te lo vas tragando, y no dices “mira, me molesta tal cosa, así de claro”.

A-Me parece que no, Teresa.  Creo que no va por ahí la cosa.  Evidentemente,  en “más vale una cara roja”, ‘roja’ no quiere decir roja de ira, ni nada de eso: quiere decir roja de sonrojo, de manera que tenéis que partir de ahí, porque una cara roja no es de otras cosas.  “Más vale una cara roja, que..”......

-Que mil veces amarilla.

A-Más vale una cara roja, se supone ‘una vez’, que mil veces amarilla, que no entiendo bien el significado de ‘amarilla’.

-() 

A-Vulgarmente se emplean como sinónimos lo de ‘colorado’ y lo de ‘rojo’.  No entiendo nada.  Pensad en lo de ‘amarillo’, que no está claro. 

-Es la bilis que tragas.

-Se me ocurre que el amarillo puede ser del acobardamiento.

A-Desde luego, os estáis confundiendo, porque no sabéis en cuál personaje, si en el ‘yo’ o en el ‘tú’ se está poniendo la cosa: “más vale que tengas una cara roja, que no que muchas veces tengas la cara amarilla”. 

-()

A-No, no, colorada no puede ser de ira, “una cara roja” nunca se dice por iracunda.  Tenéis que tener un poco de paciencia.  Yo no lo sé todavía, pero un poco de paciencia.  Desde luego una cara roja, en el lenguaje vulgar, es roja de vergüenza, de sonrojo, no de ira.  Pasemos a otra cosa.

-Hay otro refrán que yo creo que es un poco ambiguo, que es el de “no hay mal que por bien no venga”.  A mí lo que me da por pensar, es que lo que se declara ahí es que los hombres no saben lo que quieren, o que piensan que lo que es bueno, es bueno.

A-Este refrán ya lo saqué.

-“No hay mal que para bien no venga” se dijo aquí en la tertulia, porque tú corregiste el ‘por’.

A-¡Ay!  Bueno, voy a volver un poco sobre esto, ya que lo has sacao.  No hay tiempo ya hoy para volver a los niveles de subcosciencia en que eso de el pueblo se sitúa, porque evidentemente, lo recordáis, uno es el de la lengua misma en que los refranes y las canciones se producen.  Ésa es algo donde vive el pueblo y donde no manda nadie.  Incluso os he recordado que cuando en una lengua hay un cambio (en la fonémica, en la sintaxis), tenéis que pensar en una especie de asamblea anónima.  No personas, que sería absurdo, que deciden que en la máquina de la lengua hay que hacer un cambio.  No podéis pensar de otra manera, porque si no seríais como esos poetas que se creen que la lengua se la han inventao ellos, hasta tal punto confunden la persona con lo demás.  Y ésa es la subcosciencia más profunda, pero luego está otra subcosciencia más cercana a Realidad donde se sitúan justamente la memoria, la recordación, y también la mala recordación y la introducción de variantes de las canciones, de los refranes, de los romances, o lo que sea.  Hay que recordar esto, porque naturalmente, si reconocemos en la Sociedad eso, los varios niveles que hay por debajo de la Ciencia, del Saber del Poder, pero que no son precisamente lo indefinido, sino que son más bien niveles de subcosciencia, esto mismo de vuelta tendríais que aplicarlo a uno, a la Persona, para reconocer en sí mismo que aparte de la oposición entre el que se cree que es el que es, y la verdad, que es que es mentira, que uno no es el que es, están estos niveles de subcosciencia diferentes, como a veces lo hemos sacado a propósito de Lengua y eso.  Pero en el refrán que has sacao sucede esta cosa curiosa, que es que se revela que los refranes, las frases hechas, por su propia perseveración formal, acaban por adquirir una cierta independencia respecto a la evolución de la lengua.  Cuando este refrán se inventó, es decir, por lo menos hace cuatro o cinco siglos, en español la vieja preposición ‘pora’ apenas estaba distinguiendo sus dos formas (‘por’ y ‘para’) para dos usos netamente distintos, que serían ‘por’ dicho muy mal, el de la causa, y ‘para’, dicho muy mal, el del fin.  Esto apenas se estaba introduciendo.  Entre nosotros rige, entre nosotros está ya mucho más especializado ‘por’ y ‘para’.  De manera que si uno oye, con la Gramática actual, “no hay mal que por bien no venga”, que es como se dice, ¿qué querría decir con la Gramática actual?

-Que no hay mal que para bien no venga.

A-No, no.  ¿Qué querría decir “no hay mal que por bien no venga”, en la Gramática actual?

-Que vienen disfrazados de bienes.

A-No, hay que precisar el uso del ‘por’.

-Que cualquier cosa siempre tiene un lado bueno.

A-¿Qué va a querer decir en español actual “no hay mal que por bien no venga”?

-Que viene por causa del bien, cualquier mal.

A-Se entiende como se usa ‘por’ en español, en el sentido causal, y por tanto quiere decir que no hay mal que no venga por algún bien, es decir, por culpa de algún bien.  En español es así, pero resulta que el refrán, por su propia perseveración, se ha salido del español, de la evolución de la Gramática, y nada más hay entonces que mirar la cara de la gente que lo dice en cada ocasión, y entonces está claro que lo que dice es efectivamente que no hay mal que para bien no venga, que no hay mal que no venga para bien, es decir, desgracia de la que puedan venir bienes o beneficios.  Esto está contra la Gramática, pero la gente lo sigue diciendo así.  Si lo oís, cuando la gente dice “no hay mal que por bien no venga”, lo que está queriendo hacer es animar a que por la desgracia que sea, se espere siempre que puede venir por contraste algún bien.  Si veis la cara de la gente en la situación, veis que dice esto, pero lo está diciendo contra la Gramática, en la cual se estaría diciendo lo contrario: que no hay mal que no venga por causa de algún bien.  Esto me entretengo en ello porque efectivamente es útil para entender lo de los niveles de subcosciencia y cómo pueden combatirse el uno al otro, ¿no?  Uno es el nivel de la Gramática suelta, en este caso respecto a la especialización de las dos variantes ‘por’ y ‘para’ de la preposición, y otro es el de los refranes o frases hechas que se mantienen como si tuvieran una cierta independencia.

-El de “no hay mal que cien años dure”, ése es como muy corriente.

-Es el de “dentro de 100 años, todos calvos”.

-Yo no sé si es a propósito, pero a mí me recordaba la sentencia de Heráclito, que decía que no es mejor para los hombres que les suceda cuanto quieren, ¿no?

A-Sí.  Bueno, no está muy próximo el sentido, pero bueno, efectivamente algo sugiere.  Éste es un refrán consolador, tal como se usa.  Consolador respecto a la desgracia: no importa cualquier mal que venga, porque de ahí podrán venir bienes.

-“Porque la muerte llega antes de los cien años”, está dicho así.   Cuando dice “cien”, es porque nadie llega a los cien ().

A-Estás mezclando las dos cosas.  Es un refrán también de consuelo.  Consuelo con la muerte, con la confianza en que la muerte va a acabar por arreglar todos los conflictos.  Una creencia evidentemente que al Banco y al Estado les gusta mucho: sólo gracias a eso pueden efectivamente hacerse los cómputos de las vidas y de los ingresos.

-En los casos que estamos viendo, distinguimos si viene del pueblo o de las personas sobre todo por el significado o por el sentido de lo que dicen, ¿no?  Pero más que en los refranes, en las canciones, a mí siempre me encanta encontrarme esos casos que parece que están liberados del tener que decir algo, y que la propia rima le va llevando paquí y pallá a veces, y el ritmo de la canción, y eso a mí me parece un caso claro en que no hay tanta intervención....

A-Ya, pero por desgracia no es ni mucho menos infalible.  En concreto la rima, sobre todo la rima consonante, puede llevar a cualquier sitio: a decir las cosas más conformes, o a decir algo rebelde.  El ritmo general es otra cosa distinta, pero por desgracia el ritmo así en principio parece que sirve para todo, y sirve para los Himnos y para las Marchas militares.  Ahí está también el ritmo, y de dónde vienen ésos, creo que no podemos dudarlo, ¿no?

-Pero digo cuando dicen cosas que no tienen sentido, nada más que ritman, ¿no?

A-Sí, que por lo menos no lo tengan.  La mayoría efectivamente, cuando uno las analiza con su sentido, significado y uso, la mayoría son así: vienen de personas.  Luego hay las que no vienen, y algunas de ellas pueden ser las que dicen absurdos o las que no dicen nada.  Otras son las que no dicen absurdos, pero que, como en los ejemplos que he buscado, como el “¡ay!, que non hay”, que tiene sentido, pero sin embargo tampoco se ve que proceda de pueblo para nada.

-Pero precisamente lo que dice Penélope se ve muy claro en esas producciones infantiles que se han copiado unos niños a otros,  que la gracia que tienen es que son juegos puros de la lengua sin necesidad de decir nada.  

A-¿Por ejemplo?

-Pues lo de “ambo ato matarilerilerile”, y que si dice Unamuno que si era un (), pero eso le importa un rábano al niño que lo canta.

A-Sí, sí, ha perdido el sentido, sí.

-Quiero decir que ésas son las que tienen mucha gracia, y no tienen ninguna clave semántica.

A-Son algunas de las que por vía únicamente negativa se salvan de la sumisión a un significado, que es justamente el que el Poder necesita. Se salvan de ella, lo que no quiere decir que tengamos que privar a las canciones de que tengan de vez en cuando sentido, y que sólo podamos elegir las que efectivamente no dicen más que silabeos o absurdos.  Desde luego éstas, las que dicen silabeos y absurdos, se salvan de la sumisión a un sentido determinado por el Poder, eso es cierto, pero no necesariamente.  Eso querría decir que no reconocemos más sentido de frase que el que al Poder le gusta, lo cual no es así, porque entonces no estaríamos haciendo aquí nada.  Pueden tener las frases sentido.  Bueno, os habéis divertido mucho con los refranes, y la verdad es que mi intento era bastante más ambicioso, era justamente este vuelco del Sicoanálisis empezando por los social, y ya no hay tiempo a hablar mucho más.

-Solamente decirte que hay una ambigüedad sustancial en los refranes, hasta tal punto que hay un estudio hecho que demuestra que por cada refrán que existe hay otro que dice esactamente lo contrario, y por ejemplo frente al de que al que madruga Dios le ayuda, pues está el de que no por mucho madrugar amanece más temprano.

A-No es ambigüedad, es que hay refranes, como he dicho....  El análisis que he propuesto lo que trata de revelar es la mezcla, hasta cierto punto inestricable, entre personas y lo que no es personas en cualquier población.  Si os habéis olvidao del intento, pues tendremos que recordarlo otro día, porque hoy no hay tiempo de más.

-Yo quería plantear otra cosa que me ha venido a la cabeza, que es que España no tiene Himno Nacional.  Todos los países tienen una letra.....

A-Tuvo, tuvo.  Me han dao ganas de hacerle uno, ya que hice el de Madrid, pero hasta ahora no he tenido () .  Bueno, pues hay que volver sobre el fondo.  No importa también que traigáis muchos más ejemplos de refranes y canciones, pero hay que volver a lo que trataba de proponer, si nos deja el Señor, dentro de siete días.