27.08.2014

Tertulia Política número 252 (20 de Octubre de 2010)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

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  • Negación del Ideal de Todo y Uno, apelando a las cosas cuando aún no están costituídas como entes reales.

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

Os dejaba el otro día con una especie de caricatura del Mundo hecho Hombre definitivamente, el Mundo hecho Hombre vagando por los espacios. ‘Todo’ y ‘Uno’, ésos son los ideales con los que nos matan, que están pesando siempre sobre la Realidad, incidiendo en ella, y contra los que quiero volver a hablar con vosotros.  Todo, Uno.....  El Mundo, el Universo, las cosas que digan, tienen que tener la condición de ser todo lo que hay;  el descubrimiento que aquí nos guía es que la Realidad no es todo lo que hay, de manera que en cuanto ese Mundo, Universo, etc., del que nos hablan, sea real, en esa misma medida no es todo; no es todo.  Por tanto os estaba presentando el Ideal de que en la consumación de los tiempos el Mundo queda reducido a ser Hombre, llamando Hombre a este siervo de la ideación, a este siervo del Poder, que se ve obligado a tener esa Fe en cosas como ser todo, ser del todo, ser todos, y cosas como ser uno, uno solo, único, singular, etc.  Eso sería el ideal al que el Hombre aspiraría, que todo el mundo fuera Él. 

Ya comprendéis, o recordáis, que esta imposición del Ideal de Todo y Uno se muestra en situaciones muy claras, por ejemplo la de la muerte, porque es ahí donde se ve que la muerte de uno es la muerte de todo; ésa es por lo menos una de las maneras de sentirlo que entre nosotros corre, y que alguno de vosotros tal vez sienta como una tentación de Fe: la muerte de uno es la muerte de todo; uno ha muerto, y se acabó; y se acabó todo: el Mundo, las cosas, y demás.  Es, como otras veces lo hemos hecho sentir, una costatación intolerable, y por eso nadie de verdad puede creer en su muerte; y no puede creer en ella justamente en cuanto se la toma así, como siendo ese absoluto, la muerte de uno, que implica la muerte de todos.  Os lo recuerdo para que veáis hasta qué punto éstas dos maneras del Ideal (Todo y Uno) están entre sí enlazadas y no pueden separarse la una de la otra.  Por ejemplo la Ciencia tiene que creer en llegar a una esplicación de ‘todo’; una esplicación de la Naturaleza, si queréis, el Mundo, el Universo, pero en cuanto tomados como todos, capaces de dejarse tratar así, como todos; si no, no tienen sentido.  Y al mismo tiempo a la fuerza se viene inevitablemente a creer en átomos, no hay otra manera.  Estoy empleando aquí ahora la palabra de una forma anticuada y originaria, pero todos me entendéis: no hay otra manera más que la de hacernos creer que ese todo, esa Realidad total, está compuesta de elementos mínimos, indivisibles, que son los que representan justamente el Uno, siendo cada uno de ellos absolutamente el que es, y eso quiere decir lo que hemos dicho refiriéndonos a la primera ideación de este tipo, la de Epicuro y Lucrecio, cuando decíamos ‘absolutamente duros’, ‘el átomo es absolutamente duro’; eso, saltando a la Metafísica, como es fácil, quiere decir que es absolutamente el que es.

Ya recordáis, me parece, de algún otro tiempo, que este término griego, ‘átomos’, que quiere decir ‘indivisible’, cuando la Doctrina de Epicuro pasó al latín con el canto de Lucrecio, no se adoptó así, no se adoptó la palabra ‘indiuisivile’, o la palabra ‘indiuiduum’, que sería la traducción del griego ‘átomos’:  Lucrecio prefiere llamar costantemente a los átomos ‘principia’, (‘principios’), llamarlos ‘primordios’, es decir, ‘los primeros en el orden de Creación’, ‘primordia’, llamándolos ‘córpora’, o ‘córpora prima’ (‘cuerpos esenciales’): es decir, de unas maneras positivas, y no a la manera negativa de ‘indiuisivile’, o ‘indiuiduum’.  En cambio esta traducción ‘indiuiduum’ pasó a latín, pues ya sabéis cómo: desde Cicerón en adelante tomándose para referirse, no al mundo de las cosas, sino al mundo de los hombres precisamente, de manera que ahí ha venido a dar en nuestro cultismo vulgarizado ‘individuo’.  Éste es por tanto también el Uno cuando se trata de este tipo de Realidad que es la costituída por nosotros: es justamente indivisible, y al que por tanto le corresponde eso de ser de veras el que es, dicho de una manera más limpia.  Eso se pretende que seamos cada uno de nosotros; vosotros veréis hasta qué punto a cada uno le sienta bien el ser un individuo, pero la Fe impone eso, que creáis eso: que sois cada uno tan uno como la Realidad es un total, un todo; eso es lo que se nos impone.

La gente ha tomado el término (como siempre cuando toma términos cultos de ese tipo, como ha pasado con el verbo ‘existir’, o con la misma palabra ‘Realidad’), los toma como para hacer burla de ello: ya sabéis con qué tono se suele hablar de ‘un individuo’, que es una manera un poco más bien denigrante, pero denigrante por ese paso por lo metafísico de decir ‘un hombre’, ‘uno’, simplemente, como se dice, ¿no?  Os llamo la atención sobre este trasvase entre la Física y la Sociología, entre la Realidad se supone que estrahumana (la de las cosas costituídas en todos, en conjuntos, en un conjunto total), y el mundo de la realidad social, el mundo en el que cada cual tiene que ser uno precisamente para servir al Ideal de que entre todos seamos todos, que nada se quede fuera.   Todo el mundo reconoce la presión de este ideal por todas partes, porque es la que rige cualesquiera manejos del Capital, del Estado, del Poder; es la que rige todo eso: que nada se quede fuera ni dentro, es decir, que no haya nada fuera de todos, ni de todo, ni haya nada más dentro en mí que yo mismo.  Bueno, pues éstas son las cosas que os quería recordar para seguir un poco adelante.

Hay una manera de revelarse contra el Poder; esta tertulia intenta, aunque sea muy de lejos, muy torpemente, ser un inicio; la manera consiste en primer lugar en negar eso que acabo de contaros, en negarse a eso que acabo de contaros, que claramente es lo que la Ciencia y el Poder necesitan que se crea.  ¿A qué apelamos aquí para librarnos de eso?: pues hace ya bastantes sesiones que creo que esto se ponía claro: apelamos a las cosas cuando no están todavía costituídas como entes reales, cuando no han sufrido todavía la presión del Todo y el Uno.  ¿Cómo podemos creer esto?  No puede ser un objeto de Fe; simplemente es que no tenemos más remedio que pensar que si el Poder se ejerce, se ejerce sobre algo que antes de ejercerse no era aquello que resulta cuando se ha ejercido.  Esto es tan elemental que por ello mismo a lo mejor puede ocasionar dificultades.  Sabemos que el Poder se ejerce, y este sufrimiento es de cada día; es este sufrimiento, propio y ajeno, el que nos trae aquí a intentar hacer algo en contra.  El Poder se ejerce, la Fe, que acabo de referiros brevemente, se nos impone, todos los días; se nos hace creer en eso de que uno es el que es, un todo, que la Realidad es algo definido a lo que la Ciencia puede llegar en un futuro (como está mandado, puesto que se trata siempre de un aplazamiento para el Futuro)........  De manera que el ejercicio, la presión, como queráis llamarlo, del Poder sobre acá abajo, es clara, y no hay más remedio que pensar que si esa presión se está ejerciendo, se está ejerciendo sobre algo que no es lo que ha resultado después de haberse ejercido, que es justamente la Realidad sometida ya a esa Fe.  De manera que para pensar en cosas no costituídas todavía (entre las cuales cada uno de nosotros en cuanto cosa no costituída todavía), para eso no hace falta ninguna Fe, se impone solo: el propio sufrimiento del Poder, y la necesidad de que se esté ejerciendo sobre algo, hace sentir y hace pensar en......cosas; y ‘cosas’ en esa situación quiere decir cosas que ni están costituídas cada una, porque el Poder no se ha ejercido: ¿cómo un higo va a ser un higo antes de que el Poder le mande ser un higo?; eso no tiene sentido: cuando viene a ser un higo, y figura ya en el Diccionario, y por tanto es objeto ya de cualquier Ciencia (Botánica o lo que sea), está ya costituído, es eso, pero ¿cómo un higo va a ser un higo de verdad antes de que el Poder le mande ser un higo, lo denomine como ‘higo’?  Supongo que esto, a pesar de su gran simplicidad se entiende, que me acompañáis bien en ello; si no, pues ya habrá que volver. 

De manera que sentimos y pensamos en cosas no costituídas todavía; cada una de ellas no es lo que es; vendrá Dios después a decirle lo que es, pero ella de por sí no lo sabe; ella de por sí no lo sabe: para saber el nombre, para imponer esa pretensión de verdad, está Dios, lo de Arriba, el Poder, la Ciencia, lo que sea.  Ella entretanto no lo sabe, es más o menos; no se distingue tampoco mucho de las otras, se confunde fácilmente, porque al no tener límites precisos......  ¿Cómo una cosa que no tiene límites precisos puede estar rigurosamente separada de las otras cosas?  No, eso les pasa a los átomos, de cuya idealidad hemos estado hablando: los átomos absolutamente duros, siendo cada uno de ellos el que es, no pueden relacionarse con otros átomos más que chocando de la manera que en Epicuro y Lucrecio aparece; chocando, y saliendo disparados del choque a velocidades inconmensurables.   Eso implica la entidad ideal del átomo, del individuo, pero cosas que no se  han definido, que no son átomos, ¿cómo pueden estar rigurosamente separadas de las otras?; no podemos pensarlas más que en una relativa confusión, en un relativo emborronamiento de los límites, en un cambio de estar separadas a estar juntas sin que ninguna de las dos cosas esté muy clara......  No podemos más que pensar en esas maneras negativas, es decir, ‘descreer’; ‘pensar’ como descreer en las nociones o conceptos que en cambio se nos imponen. 

Ni por tanto en esas condiciones pueden ser nunca ‘todas’: ¿cómo van a ser todas, si ni siquiera cada una de ellas es la que es?, para que se puedan sumar, y llegar a una suma, que es el Ideal de todos, pues tendría que ser cada una, una; pero si cada una no es una, ¿cómo pueden ser entre todas, ‘todas’?; eso no tiene sentido ninguno.  Pues a esa situación es a la que aquí apelamos.  En tiempos, fijándonos como es natural lo primero en el tipo de Realidad que es la nuestra, la Sociedad, la Humanidad, descubríamos en esta guerra política el pueblo como algo que no es nadie; ésa era la primera aparición: aquí decimos que cuando venimos a hablar, si se nos deja, es para que a través de la boca de cada uno de nosotros hable lo que nos queda de pueblo, de no-persona, y solemos decirlo así: sabemos, o hemos descubierto, que en la Realidad eso de ‘pueblo’ está mezclado con las personas, que son reales, es decir, individuos; pero no deja de haberlo, puesto que el Poder no ha cumplido nunca del todo su fin, que es reducir cualquier forma de aparición de Realidad a ‘todo’, de manera que siempre con lo que nos encontramos en la Realidad humana es pueblo-que-no-es-nadie, que gracias a eso es así de sabio, de carente de ideas, que de esa manera se mete por todas partes, se nos escurre queramos o no, y personas, individuos, cada uno de los cuales se cree que es el que es, y por tanto le atribuye también a sus prójimos la misma condición de ser lo que son, y se separa de ellos nítidamente, pero al mismo tiempo desarrolla maneras de composición, de alianza, de matrimonio, de los unos con los otros......  En fin, todo el rollo de la Sociedad, todo éste en el que estamos metidos.

Pues bueno, fue a partir de este primer descubrimiento en la Sociedad como hemos venido a pensar en eso de ‘cosas’: no hay por qué quedarse con este tipo de cosas que somos nosotros; a las demás cosas cualesquiera tiene que pasarles lo mismo, y por eso, donde se dice ‘pueblo’ para el tipo de cosas que nosotros somos, se puede decir en general ‘cosas’ para cualesquiera cosas no costituídas, no sometidas a ser ni cada una la que es, ni en conjunto todas; siempre más o menos, aproximadamente, torcidamente, mal, tratando de ser las que son, o tratando la Ciencia de hacer las que son, como cada uno de nosotros trata de arreglárselas con ese conflicto entre la falsedad de la Persona, del Ideal, de su propia muerte de cada uno que implicaría la muerte de todo al mismo tiempo; conflicto de eso con lo que sin embargo, a pesar de todo, nos queda de pueblo-que-no-es-nadie, pueblo que no se sabe, que no está sometido ni a reglas, ni a istrucciones, ni a Futuro, ni a nada por el estilo.  A eso es a lo que en esta tertulia política se apela, por si no os habíais dado cuenta y había que recordarlo; y cada uno, hoy o cualquier día, dirá cómo siente esta política de desengaño que nos lleva a, no solo ‘pueblo’, sino ‘cosas no definidas’. 

Importa sin embargo reírse un poco de la pretensión de uno de ser uno; nunca se reirá uno lo bastante: entre la gente, de vez en cuando, surgen efectivamente apariciones, hasta en chistes, que muestran la estupidez de esa pretensión, la pretensión de que uno se crea uno, pero conviene percibirlo y reírse de ello de la mejor manera.  Ya sabéis que aquí se trataba también de lo del Libre Albedrío, el Free Will al que los físicos han vuelto en nuestros días con el viaje de ida y vuelta.  Tal como las cosas se presentan en el poema de Lucrecio, se trata de que la indeterminación, la incertidumbre de los átomos en su caída......  Ya recordáis: de por sí, por Ley, tendrían que caer absolutamente verticales, por así decir; por tanto todos paralelos; por tanto no podrían chocar nunca; por tanto no podrían dar lugar a cosas, porque las cosas no están hechas más que del entrechoque de átomos más o menos espeso; y de ahí se desprende nuestra libertad.  Ya veis cómo también a nosotros nos pasa eso de que a pesar de la Ley que se nos impone (por ejemplo la del propio peso, por ejemplo la del empujón de otro que se nos echa encima), a pesar de eso vale que cada caballo, o cada uno de nosotros, puede torcer para acá, torcer para allá, decidir por dónde marchar, libremente.  Otros días os he recordado, en sesiones pasadas, que parece como si el proceso se hubiera recorrido al revés: la evidencia de que el esperimentador puede libremente preparar su esperimento, y decidir cuántas tomas debe tomar, cómo compararlas una con otra, etc. (porque si no, ¿cómo iba la Física a marchar, si al esperimentador se le negara esa libertad?), de ahí se deduce que también los átomos, en este sentido general de la palabra, tienen su Free Will, su Libre Albedrío; como si dijéramos que también ellos saben como nosotros, cada uno por dónde va, qué es lo que quiere, adónde tiene que ir, y por dónde tiene que torcer.  Éste es el viaje de ida y vuelta del Libre Albedrío entre los átomos y nosotros, entre los átomos y los individuos de la Sociedad.  Podéis tomarlo en cualquiera de los dos sentidos, y para nuestra lucha, pues lo uno y lo otro puede servir, según las ocasiones.

Es importante reírse de esto.  ¿Y quién es capaz de reírse de esto?, ¿quién es capaz de haber llegado de verdad a negar su libertad, su libertad de elección, de decisión, y demás?, ¿quién es capaz?  Pues bien, eso es lo que se dice en esta tertulia política: sólo negando esa libertad se puede decir que se está luchando por la libertad, por la liberación; no se sabe de quién, pero la negación, la refutación, la renuncia, a la Fe en la propia libertad de cada uno, es una condición necesaria.  ¿No veis como el Poder lo sabe, del lado del revés?:  ¿cuál es el mejor Régimen que padecemos?: la Democracia; ¿en qué se funda la Democracia?: en la libertad personal de cada uno, en que cada uno sepa qué quiere, qué compra, dónde va, qué vota, y todo eso.  ¿No es éste el Régimen que os ha tocado padecer?; pues ya lo veis bien del lado del revés: eso revela claramente que si la lucha contra el Poder cualquiera, la Democracia o cualquiera, tiene su sentido, es partiendo de esa negación: uno no sabe lo que hace, como declaró Cristo en la cruz.  Pues esto es lo que es difícil de veras de reconocer, y es el gran impedimento para cualquier levantamiento contra el Poder.  Fijaos por ejemplo en lo de las intenciones; lo de las intenciones con que cada uno hace lo que hace, o deja de hacerlo, o cambia de idea......¿con qué intenciones?  Las intenciones, un refrán lo decía: “de buenas intenciones está el Infierno lleno”; “de buenas intenciones está el Infierno lleno”, decía el refrán.  No os engañéis, porque para saber lo que en este refrán, como en tantos otros, hay de popular, y no de personal, como tienen la mayoría, hay que desentenderse de la parte más superficial, del significado ‘Infierno’, desentenderse de eso del todo; no importa concretamente lo que se diga, pero lo que vale es la negación que está implícita en el refrán.  “De buenas intenciones está el Infierno lleno”, quizá tendría que complementarse añadiendo “de malas, el Cielo”; si no, la cosa puede quedar coja: “de buenas intenciones está el Infierno lleno; de malas, el Cielo”, lo cual es efectivamente una negación de la pretensión de que de verdad uno hace, quiere, o sabe, lo que pretende, adónde va.  Esto es mortal para el Régimen; el Régimen está fundado en el Futuro, el Régimen mismo sabe adónde va, os lo cuenta todos los días; hace que la Ciencia, servil, al servicio del Poder, os lo cuente todos los días, adónde va; hace que los meteorólogos, hace que los financieros, os lo cuenten todos los días: ellos saben el Futuro, porque el Régimen lo sabe, de manera que el descubrimiento de que las intenciones no van adonde ellas creen que van, es fundamental.  Es en ese sentido como lo mismo da: lo que uno haga con buena intención puede dar los resultados más desastrosos, hasta para él mismo; lo que hace con mala intención, puede por el contrario llevarle por un momento a la felicidad; y lo que hace con ninguna intención, pues desde luego mucho mejor, pero eso es difícil, porque uno está educado en tener intenciones, o buenas o malas (ése es el fundamento de la moral, que es la política), de manera que reconocer eso es importante.  

Tendría que pararme todavía, pero hoy se va a hacer demasiado tarde, en volver sobre lo que pasa en el Régimen actual, que por el contrario exalta el átomo; el Individuo, quiero decir, exalta el Individuo; no es ya que la Ciencia por su lado, la Física, esté condenada a buscar una forma de átomo que vaya a ser de verdad la última (cosa impensable para el sentido común, pero que rige la Ciencia), no: es que en la Sociedad, la exaltación del Individuo es la costante.  ¿Cómo se nota?: se nota en el progresivo dominio del nombre sobre cualesquiera cosas y cualesquiera artes; se nota también no sólo en el tratamiento de los poetas, artistas, etc., que están vivos y tienen un Futuro, como ellos dicen, sino también en el trato de los muertos; en el trato que se les da a los muertos, eso de la Memoria Histórica que tanto os suena.  De manera que convendría también fijarse en este interés sumo del Poder en exaltar al Individuo, para acabar de animarnos en esta lucha en contra; pero tal vez os he soltao demasiadas cosas, de manera que dejo esto para si el Señor no se pone muy a malas, o se distrae, y nos deja estar aquí dentro de 7 días; y por lo pronto el resto del tiempo que queda, pues os dejo ya para que soltéis por esas bocas lo que os venga respecto a las múltiples cosas que os he soltado, de manera que adelante.

-A ver si logro articular, porque hablo tan deprisa que no articulo:  hace un par de años cuando me voy a afeitar me insulto ante el espejo, porque es que si no me armo de valor, no soy capaz de salir a la calle.  Y me digo “¡un estúpido más!”.  Es que si no me insulto en el espejo, no tengo valor para salir a la calle.

A-Bueno, muy al revés de lo que suele hacerse, que él o ella se mira al espejo precisamente para decir “pues no estoy mal”, “allá me lanzo”.   Está bien que te lo tomaras del revés. 

-Pero lo que digo es que esto es tan degradante que si no me sumo en la estupidez humana, no soy capaz de poner el pie en el semáforo.  Si no me insulto, no salgo.

A-Eso va en el sentido que hemos dicho: sin descreer de uno mismo, no hay nada que hacer; eso es verdad.  Sí.

-Una formulación muy elocuente de la sorna que se trae el pueblo con lo del Individuo y la Persona, es esa copla que recoge Demófilo, que dice “¡anda y que te den dos tiros, que te () mi persona, y a la cara no te miro!”.  Eso es como muy vivo de esto, ¿no?, de la cosa.

A-Se contradice muy útilmente, porque la cara es, como se sabe, la máscara; es la ‘persona’.

-Pero quiere decir que por muy persona que sea, le pasa desapercibido al otro, no se lo cree ni siquiera como persona.  Eso por un lado.

A-No, lo de “no te miro la cara” quiere decir “no quiero saber nada contigo”.  Adelante.

-O “no me eres importante”.  Está muy bien dicho. Pero luego hay otra cosa, que es que en mi tierra, será porque es zona de picapedreros, pero se dice “de buenas intenciones está el Infierno empedrao”.

A-También lo he oído, sí.  ¡Más, por favor!

-A mí no me ha quedado claro lo que decías, y me ha parecido entender que ‘pueblo’ y ‘cosa’, sin costituír la cosa todavía, sin que haya ejercido el Poder su acción, su poder, sobre la cosa, si es lo mismo ‘pueblo’ y ‘cosas’.

A-En la negación: ‘pueblo’ quiere decir ‘las no-personas’, es decir, aquella parte de nuestro conjunto que no está costituída.

-¿Es cosa, o no?

A-Es el pueblo, y ‘cosas’ quiere decir, en el mundo en general, no ya sólo en nuestra Sociedad, ‘aquellas que no están todavía costituídas como el Poder manda, como el Ideal quiere’; por tanto ‘pueblo’ y ‘cosas’, son apariciones; una general (‘cosas’), y otra referente a la realidad social (‘pueblo’); son apariciones de lo mismo, en lo más general, y en lo referente a lo social.  Yo saqué la historia porque para mí el descubrimiento fue primero respecto al pueblo que no son personas, y de ahí, pasando a lo físico, lo referente a las cosas no costituídas.  Vamos, creo que se entiende bien, sí.  Sí.

-Si al objeto se le pone nombre, de alguna manera eso es un acercamiento, aunque sea una falsedad, pero si no se le pone nombre, no puede haber acercamiento ni diálogo.

A-“Si no se le pone nombre”.......

-Que solamente podemos negociar, o podemos hablar, de cosas que sabemos.

A-“Que podemos hablar”......

-Sí, por ejemplo yo digo un objeto, ‘cuadro’ , y al decir cuadro, es como un convenio de cosas, pero seguro que si hay otra gente que mira, a ese mismo objeto le pone un nombre parecido, con lo cual podemos.....

A-O el mismo; si hablan el mismo idioma, le pondrán el mismo; o por lo menos se pretenderá que sea el mismo el que pronuncia cada uno.

-Entonces por ejemplo cuando decimos ‘átomo’.....

A-Igual que con el cuadro.  Lo que pasa es que yo no sé si he entendido bien la dificultad.  Efectivamente: para los tratos reales, para lo que está mandado, no hay otro remedio que aceptar, no sólo el nombre, sino los nombres de una lengua determinada, esa capa superficial de la Gramática que es el vocabulario; no hay más remedio; eso es para el Reino de la Muerte y para su conformidad; no hay más remedio, ése es el trato.  Que eso no sea todo, es el descubrimiento; y de lo otro naturalmente no se puede decir nada más que negativo, porque para que de lo otro se pudiera hablar, tendría que ser ello lo que habla; queda fuera de la Realidad.  Nuestro descubrimiento fundamental es que la Realidad no es todo lo que hay, y una vez que uno ha renunciado a esa aplicación del todo, las dificultades yo creo que tienen que desaparecer.   ¿Qué más?

-No acabo de ver claro esa estupidez de ser uno mismo, ese descreerse de uno mismo, porque por otra parte me parece que siendo uno mismo de verdad, profundamente uno mismo.....

A-“De verdad”, ¿qué quiere decir?  “De verdad” quiere decir ‘como Dios manda’, no se te olvide, porque la Verdad está allá Arriba, así que siendo uno como Dios manda.......

-()

A-Siendo uno como Dios manda.....

-.....desobedecer al Poder, y de alguna manera ser obstinado.

A-Imposible, Dios estar contra el Poder.  Imposible; y la muestra la tienes en lo que he sacado: el Régimen más perfecto está fundado en la fe en que cada uno es perfectamente el que es; de manera que sobre eso yo creo que sí, es muy difícil de tragar, hay que darle vueltas, pero desde luego es fundamental la rotura con esa fe.  En la Realidad no hay verdad; la Verdad la impone Dios, de manera que está en cuanto imposición: no hay verdad, ni en uno mismo tampoco puede haber verdad.

-Pero cuando uno es capaz de sentirse a sí mismo, su sentido de vida, que a lo mejor no sé si tendrá que ver con ser uno mismo, pero desde ese momento está siendo obediente a algo que no es las normas de la Sociedad, ni la Autoridad, ni el Poder.....

A-¡No me digas!  ¿Qué quiere decir “cuando uno se siente a sí mismo”?, ¿quién es el que siente, y qué es lo que siente?  Porque son dos.  Evidentemente, cuando dices “cuando uno se siente a sí mismo”, te estás haciendo dos.  ¿O no?

-Yo creo que sólo hay uno.

A-Cuando dices eso te estás haciendo dos, es evidente, porque uno es el que siente, y otro es lo que siente.

-De verdad no hay más que una persona: la que siente, y el que se da cuenta de que siente.

A-Ahora ya ni te sigo siquiera.  Yo creo que tu equivocación tenía razón, aprovéchala: efectivamente, si uno intenta hacer eso, y dice “cuando uno se siente a sí mismo”, se da cuenta de cómo empieza a partirse en dos, por lo pronto; y la renuncia a esa Fe, que es pura Fe en la Verdad, es como digo lo primero para intentar hacer algo, porque si uno cree en sí mismo, sigue sus intenciones, sabe, etc.: todo el tinglado; todo el tinglado en el que estamos metidos.  Sí.

-Entonces el Poder a una de las cosas que más se acoge, una de las cosas que más le viene bien, es decir, como dicen ahora, “sé tú mismo”.    Eso yo creo que viene del Poder directamente.

A-Es una de las muestras del Poder más avanzado, sí.  Cuando yo era muchacho incluso salió una película que se titulaba “Cree en ti mismo”, o “Ten Fe en ti mismo”, una película americana; y la cosa ha avanzado, es una orden.  Y cuando te quieres meter, si eres un muchacho, en una escuela de Marketing, lo que te dirán costantemente es que tienes que tener Fe en ti mismo, porque si uno no tiene fe en sí mismo, no marcha, ni como vendedor, ni como publicista, ni en ningún otro negocio.  Es una predicación costante, la Fe en uno mismo.

-Pero en las palabras de Jesús de “niégate a ti mismo”, luego cuando dice “abandona a tu padre y a tu madre y sígueme” y tal, pero hay un episodio del que yo ahora no me acuerdo, pero que está muy cercano a eso, que quizá tú te acuerdes, cuando dice que hay como una división de dos, “vendrá y te encontrará dormido, o te encontrará despierto”.  ¿Cómo era aquello?  Venía muy a cuento con el ‘niégate a ti mismo’, y la esplicación que haces tú del negarse.

A-Tú te estás acordando de la interpretación que Machado hace en “todas tus palabras fueron una palabra.  Como no sabes la hora en que te han de despertar, (os esperarán dormidos si no veláis, despertad”).  No hay ninguna frase en el Evangelio que diga eso claramente, pero Machado lo interpretaba, y vamos a dejar la Literatura.  ¿Qué más?

-Agustín, un inciso muy corto: si yo conozco por la Historia la 14 dinastía, yo no puedo pretender que cuando yo muera ya no exista nada más.  Si yo he leído lo de Tutankamon, y esas historias chinas y demás, y yo no había nacido, y eso existía, ¿cómo voy a pretender que cuando yo muera ya no hay nada más?  Es imposible; seguirá la Historia.

A-Bueno, olvídate ya del verbo existir, porque el verbo existir sólo se aplica en la Realidad.  Cuando tú no habías nacido, no es que no existieras, porque eso es una trampa: al decir que no existías, estás aceptando el lenguaje de la Iglesia, el lenguaje del Poder, y cuando es fuera de la Realidad, cuando uno no está costituído, no es que no exista, es que simplemente no es el que es.   Cosas, hay.  “Cuando naciste, surgieron todas las cosas de repente”: ¡no hombre, no, no te creas eso!: cosas, hay, pero existir sólo existen las cosas y las personas que están realizadas por una imposición del Ideal, dentro de la Realidad, no antes ni después.   No antes, no fuera, ni después.  Pues ésa es la actitud que tomamos aquí: apelamos, contra todas las trampas y mentiras que he recordado brevemente, a eso: a cosas que no son lo que son, entre las cuales uno deja de ser el que es, y por tanto la muerte futura y costitutiva desaparece sin más si uno es capaz de la negación del creer en que es el que es.

-Cuando decía usted esto que dicen en las escuelas de Marketing, “cree en ti mismo”, me acordé de la frase esta que ponían en el Oráculo de Delfos “conócete a ti mismo”.  ¿Es lo mismo?

A-Pues sí: cuando estaba en el templo de Delfos y en el frontón, es que a los sacerdotes, y por tanto al Poder, le interesaba mucho.  Esto lo que muestra es la estupidez de los historiadores de la Filosofía, que se equivocan, empezando porque Platón mismo ya introduce el equívoco, y le atribuyen eso a Sócrates, nada menos; a Sócrates, que se dedicó por las calles de Atenas todo el tiempo, a fuerza de preguntas a descubrir que no se sabe; no se sabe ni qué es en el fondo, ni quién eres en el fondo.  Porque precisamente en los diálogos de Platón, Sócrates aparece más de una vez utilizando la frase del frontón del templo de Delfos, y la utiliza en el diálogo para que a lo largo del diálogo se vaya descubriendo que no lleva a ninguna parte, que eso de “conócete a ti mismo” es como lo que le decía antes a esta chica cuando hablaba de sentirse a uno mismo: eso por lo pronto empieza a dividirlo a uno en dos, uno el que conoce y otro lo que conoce, y con ese motivo lo está metiendo ya en la Realidad, ¿no?  La intención de “conócete a ti mismo” se parece a la actual intención, como lo has reconocido bien, del “ten Fe en ti mismo” de cualquier escuela de Marketing.

-Es que con respecto a lo que yo hablaba antes, que ese ser uno mismo que nos lanza el Poder, no tiene que ver con la obstinación de uno mismo, por ejemplo de Sócrates. 

A-No entiendo lo de la obstinación.

-La obstinación de ir en contra de normas, y de sentirse a sí mismo, y de ser obstinado en lo que uno siente.

A-¿Y eso a quién se lo......?  ¡Ah, que dices que el tener fe en sí mismo no quiere decir que uno se obstine!

-A mí me parece que obstinarse es una cosa que no tiene que ver con el ser uno mismo del Poder.  Es diferente.

A-Sí, sí, tiene que ver: desde luego, el Poder, una que vez que te manda creer en ti misma, no sólo no te recomienda que seas obstinao, sino que por el contrario: muchas veces te recomienda que seas variable, que estés abierta a cosas.  Esto los Medios mismos te lo recomiendan todos los días, de manera que eso no quita para nada para que la Fe esencial esté ahí, esté mandada:  Ser el que se es.

-¿Puedo decir que me despojo de mí misma en ese momento en que por ejemplo después de comer me relajo, me tumbo, estoy perdiendo la conciencia, y me olvido de todo lo del día, de que tengo que trabajar, que tengo que cuidar ciertas cosas y eso?  ¿Puedo ahí en ese momento perderme de mí misma?  Es que yo me pierdo en ese momento, yo sí reconozco que ahí me pierdo.

A-No del todo.  Es una aproximación que a veces puede ser útil, pero no del todo, porque ya se sabe que eso de la Conciencia, de lo que otros días hemos discutido y hoy no hay tiempo, tiene escalas, nunca se pierde del todo, estás durmiendo pero sigues creyendo en ti, porque eso lo revelan los sueños: incluso en el momento de máxima relajación puedes tener efectivamente sueños reveladores de esa intervención de la Conciencia.  Mientras se está vivo, lo que hay es un conflicto entre eso del ser el que se es (la Conciencia), y una tendencia a dejarse ir, a dejarse morir, que chocan la una con la otra, y en cualquier momento de esos de abandono a la relajación o al sueño, ese conflicto sigue, hay siempre uno que está tendiendo a eso del dejarse ir, perderte en las cosas, y otro que te está manteniendo; que te está manteniendo en existencia.  ¿Qué más?

-Yo tenía también una cosa, sobre todo con el planteamiento inicial de las cosas, lo que hay previamente a lo costituído, y después unos poderes, unas fuerzas que lo costituyen.  Esos poderes, esas fuerzas, ¿qué son?, ¿de dónde salen?, ¿son también cosas?, ¿dónde estaban antes de que lo demás se costituyera?

A-Yo no lo sé; no lo sé, pero lo padezco.  Quien no reconozca que el Estado, el Capital, están ahí, aún sin saber de dónde han nacido, no puede dar un paso, y la culminación, que es Dios.  De manera que no se sabe de dónde puede haber venido, pero eso no quiere decir que no esté uno obligado a reconocerlo, porque nos está haciendo la puñeta costantemente, y para mí basta.  No sé por qué, ni de dónde ha venido a estar Dios ahí arriba, pero desde luego, que está, lo reconozco, porque me está haciendo la puñeta; Dios, el Capital, y cualquiera de sus manifestaciones, ¿eh?  De manera que bueno, no digo yo que sea inútil averiguar al estilo científico, o histórico, de dónde puede haber surgido el Poder, el Capital, Dios, la Verdad, pero vamos, para efectos de este descubrimiento y de esta guerra, no hace falta, basta con sufrirlo.  ¿Qué más?

-Cuando dijo eso del desprenderse de uno mismo, pensé en las veces en que menos he sido yo, y me viene a la cabeza estando yo en un escenario haciendo teatro, y es un poco contradictorio, porque justamente cuando haces de otro, es cuando menos eres tú.   Es decir, cuando eres tú, mas el que hace, mas el otro tú, es justamente cuando menos eres tú, ¿no?

A-Sí, se habla mucho de la función que el teatro podía tener en  esto.  En los tiempos en que no venías por acá todavía a esto le dimos mucha importancia, y incluso tuvimos que desarrollar una especie de descripción de lo que pasa en el momento de la actuación teatral en comparación con lo que pasa en la situación del sueño que decíamos antes.  Es muy tarde hoy para volver sobre ello, pero bueno, aunque sea muy brevemente: si uno en el caso corriente está durmiendo y está soñando, y está soñando incluso consigo mismo, se encuentra en la situación de un actor que por un lado está sobre la escena, delante de un público, y por otro lado está representando un papel, otra persona, y entonces esa trinidad que ahí se establece es decisiva para entender, porque reales son al mismo tiempo el actor de carne y hueso, con su nombre más o menos famoso, que puede estar en el cartel de afuera, y real también la figura con que se sueña a sí mismo, () del sueño.  Ésos son reales, es donde aparece, sin aparecer, lo que somos.  Luego está el que sueña, que ni es el que está durmiendo, ni es el que se ve en el sueño.  Eso se puede aplicar al teatro de la misma manera que al sueño, y es revelador por supuesto de lo mal y complejamente que estamos hechos, pero también de que nos cabe siempre alguna posibilidad de, desde fuera, por así decir, desde lo que nos queda de vivo y de pueblo, contrastar las varias realidades que se nos venden una con otra.  Puede ser una vía de descubrimiento. Sí.

-Que hablando de política, y moral, y de libertad individual, también cunde mucho entre la gente la ilusión de creerse tan libre como para poder hacer algo que se cree que es malo, que ya hemos argumentado aquí que eso es una ilusión y que es una falsedad, porque incluso cuando uno se cree que está haciendo mal, eso en verdad no puede ser así, sino que ya hemos alguna vez reconocido que cuando uno hace algo tiene que estar convencido de que eso es lo bueno.

A-Sí, en todo caso es una situación que es también una ayuda para entender la cosa: lo importante es creer; luego, creer que es lo mejor que se puede hacer, es lo normal.  Creer que es lo malo, puede uno decírselo ocasionalmente, pero da igual, porque lo importante es tener Fe en que sabe qué es lo que está haciendo; eso es lo fundamental, y eso no se quita ni con lo uno ni con lo otro.  Así es como tradicionalmente se creó la figura del Diablo: siempre ha habido enamorados del mal, que se han proclamado enamorados del mal, pero lo mismo hay que decir de un delincuente corriente y normal, que ése no está haciendo la revolución, ¿no?, porque al delinquir, crea él lo que crea que hace (que hace bien, o que lo hace por necesidad estrema, o que por el contrario lo hace porque se lo manda Dios), da lo mismo: al creer en eso está contribuyendo al sostenimiento de la Ley, porque el delincuente, lo mismo que el juez y que el policía, colaboran en el sostenimiento de la Ley; ninguno de ellos tiene sentido si esa fe desaparece.

-Estaba pensando, si he entendido un poco lo que decíamos del Oráculo de Delfos del conócete a ti mismo, de que también hay dos, y que quién conoce a quién, () del principio del sermón, que decías que negar la libertad de uno, que es lo que hacemos aquí, lo poco que hay, la negación, negar la libertad de uno, aunque ahí también hay dos, el que niega y lo que niega, ¿no?  Entonces parece que al final, como otras veces ha salido, lo que nos queda es la negación (la negación es lo único que hay, negarse, el no, nada, nunca), y entonces a lo que se llega es a una situación, aunque sea una tontería, de verlo igual al “si, todo, siempre”, que tampoco afectaría al Poder, porque si a lo que nos oponemos es el Poder, creo que tampoco afectaría nunca el “sí, todo, siempre”.  Entonces, si sólo nos vale la negación, con el “conócete a ti mismo”, que es positivo, o con el contrario de “no tengo Libre Albedrío”, entonces igual es algo pasajero y es una tontería, pero me parece igual.

A-Yo creo que no tienes fundamento para armarte muchos líos, ¿eh?  Es verdad que lo sólo que lo que nos queda de pueblo dice es NO; lo hemos repetido no sé cuantas veces: lo sólo que dice es NO. Lo que nos queda de pueblo es lo que está sometido a las personas y al Poder, y ésa es la Realidad; es lo primero que se nos da, la Realidad; lo primero que se nos ha dado cuando hemos venido a esta tertulia, la Realidad; eso es lo primero.  Y entonces, por tanto, contra eso, lo de pueblo, o cosas, que no tienen vocabulario semántico, ni voluntad, ni creen en ningún sustituto, no puede decir más que NO.  Pero estamos en la Realidad, y lo único que importa es que ese NO, como hacemos aquí, sea un NO que se diga a las múltiples cosas que dicen SÍ, y si tenemos buen tino, a las más importantes en primer lugar; a las más importantes, a las que más importan al Poder, pero desde luego siempre a una y a otra.  ¿A qué venimos aquí?, ¿qué es lo que hemos estado haciendo hoy, o cualquier día?  Es decir, llevando ese NO a cosas que están dichas que sí, y de una manera muy firme, en esa Fe que tiene una importancia especial, de manera que no hay motivo.  El NO, no es NO nada más que cuando está actuando; si luego le conviertes en “El No”, eso ya es cosa tuya, que te dedicas a hacer Filosofía o lo que sea, pero es el NO del pueblo-que-no-existe, que sólo es NO en cuanto está actuando, en cuanto está haciendo.  Sí.

-Estamos diciendo esto de el No contra la Fe, contra el Poder, contra el Estado.......

A-No estamos diciendo “El No”, ¿eh?, estamos diciendo NO.  No estamos diciendo “El No”, porque “El No” es la misma trampa de siempre.

-Hablábamos de moral, de bien y de mal.  No contra el Bien, o no contra el Mal.  Eso también es una forma.....

A-Bueno, en primer lugar contra la clasificación, y la clasificación es real: no hay realidad humana que se sostenga sin distinguir y oponer Bien con Mal, así que el NO a lo primero que va es a la división, a la clasificación, de ninguna manera por separado.

-¿El sentimiento que tiene uno de la lucha contra el Poder, es posible saber, o costatar, que no proviene de uno mismo?  Porque entiendo que si proviene de uno mismo.......  O sea, ¿en qué parte está ayudando de alguna manera?

A-Está bien, es una pregunta terrible.  No, no se puede llegar a saber eso jamás; nunca se puede estar seguro de que lo que estás haciendo nace de verdad de lo que te queda de pueblo, de lo que te queda de no ser lo que eres, de lo que te queda de libre por debajo de tu persona, o si a lo mejor viene de que tuviste mala suerte en tu nacimiento, y si hubieras nacido de otros padres, o un poco más tarde, si no te hubiera pasado esto o lo otro......  Por desgracia, siempre puede venir alguien que te analice en el mal sentido, y descubra que efectivamente es tu historia personal la que ha determinado que te hayas vuelto un negador.  Pues por desgracia uno se dedica a esto sin poder saber jamás si de verdad esto le está viniendo de algún sitio desconocido, común, o si está determinado por así decir por su historia personal, que en lugar de darle por ser un ejecutivo o por emborracharse, pues le da por ser un negador, ¡vaya usté a saber!  La mala intención, que está siempre ahí, siempre puede afrontarte con esto, y no hay manera de defenderse; si te defiendes, estás contribuyendo al juego.  Hay que decir: “no lo sé; lo hago precisamente porque no lo sé; si supiera que está determinado por mi historia personal, y que se debe a eso, pues no lo haría.  Me limito a no saber eso ni saber lo otro, nunca puedo decidir, pero así es la guerra, ¡qué se le va a hacer!”

-Hay una frase de un francés cojonudo que dice “soy esclavo, pero no conozco a mi....”.  Es una frase famosísima del 14 que dice “je suis esclave, mais je ne connais pas mon maitre”.

A-Bueno, nosotros desde luego ya hemos dicho antes de Dios que no es que sepamos de dónde viene, pero que  sabemos en el sentido de que lo sufrimos; eso no se puede olvidar.

-En cualquier caso ¿esa lucha contra el Poder siempre hace daño al Poder, o cuando viene de uno mismo de alguna manera puede ser una escusa que precisamente  lo sustente?

A-Está bien dicho.  Cuando el Poder consigue aceptar al negador, al filósofo negativo, al alabador de la podredumbre y cosas por el estilo, como lo hace costantemente, se acabó; es que efectivamente aquello venía de las personas.  Mientras no lo consigue, pues no lo consigue.  Yo por ejemplo creo que con lo que hacemos aquí no lo ha conseguido todavía; todavía no hemos salido en una Enciclopedia ni nada por el estilo.

-Alguna escaramuza ha hecho el Poder aquí.

A-No, no, efectivamente: el Poder está costantemente desarrollando capacidades para domesticar la negación y convertirla en un elemento de Progreso, porque cualquiera de ellos desde luego te lo dirá que efectivamente esas negaciones y todo eso han contribuido al progreso de la Ciencia, o al progreso de las formas de gobierno.  Cualquiera te lo dirá; así que a eso hay que estar atenido: como uno no sabe de verdad de dónde le viene, pues ¡qué se le va a hacer!: está atenido a cualquier descubrimiento......

-Entonces hay que tener mucho cuidao con sentirse rebelde.

A-Simplemente hay que recordar que uno nunca lo es; uno nunca lo es.  Lo primero para una guerra contra el Poder es la pérdida de la Fe en sí mismo, () está ya implicao ya de sobra, ¿no?  Uno nunca lo es; uno, en cuanto uno, no es rebelde, ¿eh?: es obediente, esclavo......  Adelante.

-¿Es estúpido entonces intentar cosas, intentar algo contra el Poder, sea útil o sea inútil?

A-Yo por lo menos no lo pienso así, porque yo estoy aquí.

-Esa intención.....

A-No, intención, no: este hecho: estoy aquí, y llevo 13 años viniendo todos los miércoles, así que no creo que sea estúpido.

-¿Pero esto no es intentar algo?

A-Sí, sí, esto es una guerra contra el Poder; es una guerra contra el Poder.  Lo que no tiene es Futuro, claro, eso es evidente; lo que no tiene es Futuro, no trata de conseguir una cosa, pero la negación sí, es una guerra contra el Poder.  Y yo no pienso que sea estúpida, porque justamente lo que nos guía es que la Realidad no es todo lo que hay, y que el Poder nunca es todo, y que nada está hecho del todo, y esta costatación hace que este intento no sea estúpido.

-Volviendo a la cuestión del refrán ese de las buenas intenciones y el Infierno, yo pienso que formular buenas intenciones sólo se puede hacer teniendo una idea de Bien; y tener una idea de Bien es definido frente a Mal. Es decir, que deshacemos la antítesis: en cierto sentido el poner después el Infierno es claramente deshacer la antítesis ‘Bien/Mal’.  Se puede decir del revés.  Yo no veo cómo se sale uno de eso.

A-Del revés, no en el sentido en que yo lo he dicho.

-No, es como cuando decías “de malas intenciones está lleno el Cielo”, que viene a ser lo mismo:  tenemos una idea de Mal, definido en función de Bien, y en ambos casos es una antítesis entre Bien y Mal, y.......

A-Lo que el refrán hace, dejando al Infierno y al Cielo aparte, es poner en duda, resquebrajar, la creencia en las intenciones; eso es lo que hace.

-Pero es al mismo tiempo la creencia en las ideas de Bien o Mal.

A-¡Eso!  Con ellas va también la antítesis, la división, que antes dijimos que era lo que tenía que atacarse lo primero.  Bueno, se ha hecho muy tarde, así que como os dije, si nos dejan, quien sea, dentro de 7 días veremos a ver qué pasa; veremos a ver qué sigue pasando.