09.02.2011
Agustín García Calvo
Ateneo de Madrid
Tertu268-9-2-2011#Tertu268-9-2-2011.mp3
- Planteamiento de la falsa separación entre Hombre y cosas en la cuestión del Tiempo.
- El elemental y estendido error de confundir el pasar las cosas con el pasar el Tiempo.
- La diferencia entre las cosas y el Hombre como paso de los sentimientos a la Información o Saber.
TRANSCRIPCIÓN:
Bueno, vamos a ver esto que estamos haciendo entre nosotros, “¿qué es lo que la tertulia hace?”, una pregunta que puede parecer impertinente al mismo tiempo que pertinente, y que tenemos que repetirnos una y otra vez. Parece que en cualesquiera otras cosas, otras situaciones similares a ésta, lo que se pide es alcanzar una visión, una mejor visión, del Mundo, o de Natura, o de las cosas, de lo que hay en general; y de una manera bastante esplicable, porque como sabéis eso de ‘Idea’, las ideas, tienen originariamente que ver con la visión, y por tanto que una vista de cómo son las cosas, que una visión del mundo, se pida, es normal; es normal, pero detestable, y esto es lo que querría que quedara bien claro entre nosotros. Se sabe siempre demasiado, eso de las ideas es algo que hay siempre más de las que harían falta para hacer algo, hay siempre muchas que están invitando al reconocimiento de la Realidad, a la obediencia, y por tanto el intento de la tertulia es naturalmente negativo: ‘desprenderse de’; desprenderse de ideas acerca de lo que hay, sea lo que sea, o de lo que se puede llamar Mundo, Natura, o como se quiera llamar. Desprenderse de ideas, saber cada vez menos, y esto es duro, porque uno personalmente es también real, como sabéis, y por tanto necesita, igual que el Estado o el Capital, una idea de sí mismo, un reconocimiento de sí mismo, y esto hace que la lucha política, como tantas veces hemos reconocido, venga a ser también una especie de Psicoanálisis en el sentido de ‘disolución’; disolución de uno mismo. Está claro todas las dificultades que esto trae consigo. Ya habíamos visto que es justamente este reconocimiento de la Realidad, una actitud realista, lo que condena a cualesquiera revoluciones, porque ya desde este momento se han entregando al enemigo, desde el momento en que tratan de ser realistas, tener un Futuro, y por tanto por ese camino ya se sabe adonde van a dar: a una especie de reproducción de lo mismo en el cambio, que es lo que a Dios le gusta, lo que al Poder, al Estado, al Capital, les gusta, y también a la persona de uno. Por eso lo que veníamos tratando aquí.
Veníamos a dar también en esta cuestión del Tiempo, que tiene tal vez un doble interés: en primer lugar, porque el Tiempo real es la Realidad misma, es el fundamento de la Realidad, y no podemos encontrar un cimiento más profundo que el del Tiempo contado por siglos, por segundos, de cualquier manera (el Tiempo de los relojes y los calendarios es el fundamento mismo de la Realidad), y por otro lado porque esta cuestión afecta a esa separación que estamos aquí combatiendo entre las cosas y el Hombre, entre nosotros y las cosas. Ya habéis visto que se ha tomado aquí una actitud claramente antiHumanística en ese sentido, reconociendo que en esa separación, secularmente mantenida, entre observador y observado, Hombre y cosas, es justamente en lo que en parte se funda toda esta desgracia de la Realidad que tenemos encima; de ahí la invitación contraria a dejarnos ser como cosas, es decir, nada nunca del todo definido siempre pugnando por definirse, y al mismo tiempo levantándose contra esa necesidad o esa orden de definirse.
En la cuestión del Tiempo también se plantea de la manera más clara esto, esta falsa separación, y por eso es por lo que volvemos sobre ella; vamos a ver si acierto a recordároslo o presentároslo de la manera más breve y más clara. Lo único que se puede llamar verdad es lo que no se sabe, y cualquier otra cosa que se llame verdad está confundiendo verdad con Realidad, después de haberse descubierto que verdad en la Realidad no cabe. De manera que lo solo que podríamos llamar verdad es que las cosas pasan (y nosotros también, claro: en cuanto cosas, no de otra manera, nosotros también, en cuanto cosas, pasamos), y esto de pasar, por si es confuso, quiere decir que lo que no ha pasado venga a pasar. Es una tontería, una de las perogrulladas habituales, pero de las que esta tertulia se está manteniendo costantemente, esto simplemente: que lo que no ha pasado venga a pasar. Esto os lo tengo que decir para que penséis qué pasa con el inverso, es decir, que lo que ha pasado venga a no pasar; que lo que ha pasado venga a no pasar. Bueno, ya me diréis si esto está demasiado claro, porque tal vez está demasiado claro: lo único que pasa es que lo que no ha pasado venga a pasar, y la pretensión de que lo que ha pasado venga a no pasar no es que sea ninguna otra Doctrina o actitud, es que es sólo un contrasentido. Esto es lo que denuncia de la manera más clara la mentira del Tiempo real, en el cual no puede haber por tanto nada de verdad. No hace falta que os recuerde, yo creo, que muuuchos de estos físicos en los que venimos ispirándonos de vez en cuando en cuanto presentan, por la Red principalmente, algunos intentos desmandados de plantearse de veras los problemas, presentan problemas como el del doble sentido del Tiempo, es decir, que vamos hacia la derecha y hacia la izquierda.............por no decir ‘hacia arriba y hacia abajo’; pero en todo caso un doble sentido. La entrada que el otro día mismo usaba con vosotros del señor Ostrowsky en realidad se titulaba “Information and the arrow of Time”, es decir, “Información y la flecha del Tiempo”. Esto de la flecha está por todas partes, no es ningún invento de última hora, se sigue usando, lo encontráis por todas partes, la flecha. Un sentido que supone el contrario, por supuesto, por lo cual viene el problema de la reversibilidad o no reversibilidad del Tiempo, si el Tiempo que va en un sentido puede ir en el sentido contrario. Es un problema que está todavía palpitante, como se puede percibir asomándose a estas entradas de los físicos, por la Red o como sea. Incluso llegan a plantear (una vez o dos lo he leído) la cuestión de “¿por qué no recordamos lo futuro?”, que es una cuestión muy lógica una vez que se ha admitido todo lo que antes os he presentado. De manera que está claro que para una Física, por más desmandada que quiera hacerse, el Tiempo real tiene dos sentidos, uno contrario al otro, uno que va de Pasado a Futuro, otro que va de Futuro a Pasado, y así es como andan las cosas.
Desde luego hay debajo de todo esto una confusión todavía más elemental referente a un verbo como éste nuestro de ‘pasar’, porque, no los físicos, sino antes ya la gente corriente está confundiendo el pasar las cosas que pasan con el pasar el Tiempo. Esto lo encontráis también en los dialectos vulgares: cuando muchas veces se habla de, no ‘que las cosas pasen’, sino ‘que el Tiempo pasa’, se está ya cayendo en este error sin embargo tan claro, tan evidente. ¿Cómo se puede haber dado este salto? Pero además quiero recordaros que después entre los especialistas de la Ciencia de la Realidad, físicos y demás, este error sigue también manteniéndose, el pasar las cosas que pasan se hace como si fuera el Tiempo que pasa, y no tiene ningún sentido. Sólo así es como se funda este Tiempo de la Realidad, el de los calendarios y los relojes, en los que os hacen.......... iba a decir ‘vivir’, pero claro está que esto es una falsedad: ‘existir’, es lo que tenemos que decir: os hacen existir en esa existencia, que justamente por estar contando sobre este Tiempo real en los dos sentidos se traga cualquier posibilidad de vivir de la manera que os he dicho antes: en un pasar que no tiene más que un sentido, porque el sentido contrario es un sinsentido, y que (éste es el paso que tenéis que dar enseguida) una vez que no tiene más que un sentido, no tiene ninguno. Porque para que haya un sentido, para esa flecha del Tiempo de los físicos, hace falta que tenga dos; si no, un sentido solo, tal como lo estoy presentado como lo solo que de verdad pasa, es ningún sentido...........o cualesquiera sentidos, me da igual, pero en todo caso en ninguno determinado, que es lo que nos importa. En contra del cual el Tiempo éste real en el que nos hacen existir, con su Futuro y su Pasado, tiene los dos sentidos: el pasar de lo Futuro a lo Pasado, y el pasar de lo Pasado a lo Futuro, de dos maneras evidentemente distintas.
Ésta es por tanto una de las grandes mentiras sobre las que la Realidad está establecida y se sostiene, y me gustaría que la recogierais de una manera muy clara, y que ahora cuando os deje pasar la voz sacarais todas las dificultades que se encuentren tal vez por la escesiva simplicidad de lo que os estoy diciendo. Bueno, pues esto es al mismo tiempo lo que separa al Hombre de las cosas, porque ya hemos reconocido más de una vez que mientras el estar sometido a la Ley de la Existencia sin más es algo común a cualesquiera cosas y a nosotros en cuanto cosas, en cambio esto de el Tiempo real con sus dos sentidos es un invento específicamente humano. Es para mí la sola cosa clara que, una vez que me considero, os considero, nos consideramos, como cosas entre las cosas, nos distingue con una peculiaridad: el creer en este Tiempo, que quiere decir primariamente creer en el Futuro, saberlo; ésa es la característica humana. Es el saber la muerte (quiere decirse ‘saber de antemano’, ‘saber la futura muerte’), porque efectivamente (casi no hace falta tan apenas recordároslo), las otras cosas no nos han dado nunca motivo para que creamos que les pasa esto de saber el Futuro, saber la Muerte. Entre las cosas más cercanas, los animalitos por ejemplo, hay apariencias engañosas: los pájaros preparan su nido, es evidente; hay arañas que en lugar de matar a la presa la anestesizan, la someten a una anestesia para consumirla más tarde, y todo esto podría hacer pensar en una previsión, pero lo importante es que no ha lugar a esa conclusión: evidentemente esos pájaros, esas arañas, tienen inserto en sus mecanismos algo, en lo que no tienen que pensar, que les mueve a hacer lo de los nidos o lo de la presa como las demás cosas, como cualesquiera otra cosas, y nada de eso implica saber; nada de eso implica saber, como nosotros sabemos, la muerte futura y el Futuro en general. ¿Cuál es el trance?: pues el trance es el paso del miedo, o la esperanza, que son sentimientos, a la Información. Esto es justamente lo que nos caracteriza, lo que llamo ‘saber del Futuro’, ‘saber de la Muerte’. Tenemos que reconocer que miedo, esperanza de lo que puede pasar, es algo común para cualesquiera cosas (animales, plantas, astros, etc.), pero la trasformación de eso en Información, en un saber, eso no, eso es humano, y es en ese sentido como os proponía que es éste el rasgo que propiamente nos separa de los otros animales. Padecemos como ellos la guerra, eso sí, porque ésa es costitutiva de la Realidad: desde Arriba, por así decirlo, la presión, la orden para alcanzar el Ideal, para que las cosas sean todas, no más o menos, para que uno sea del todo uno sin la menor duda ni los menores flecos, eso le pasa a cualquier animal y a cualquier astro, igual que a nosotros; y en contra de esta presión, la rebelión desde abajo, que es la negativa a obedecer esa orden del todo, que nunca se la obedece del todo, el deseo de que le dejen a uno dejar de ser, que le dejen a uno dejar de ser el que es, o cualquier otra forma de rebelión que os venga a las mientes, eso es común de verdad, eso es de cosas, y de nosotros como cosas. Pero luego además a las cosas les pasan algunas cosas peculiares, tienen algunos rasgos peculiares (los tiene una rana, los tiene un caracol, los tiene una estrella gemela, los tiene un cometa...), y el nuestro, nuestro rasgo peculiar, es el que os he estado describiendo: la trasformación de cosas sentimentales, como el temer o el esperar, en un Saber, en una Información.
No os puede ya estrañar (volvemos a la aparición más propiamente política) que naturalmente los representantes de Dios (Estado, Capital, el Padre, o cualesquiera otros), estén continuamente insistiendo en esa Información. El arma del Poder es el Futuro, más de una vez lo hemos dicho, y como nunca el Poder puede estar seguro de que los súbditos están convencidos del todo y han alcanzado una obediencia total (lo cual llevaría a convertir la Realidad en algo absoluto, y por tanto en ‘nada’, o en ‘todo’), como no están convencidos nunca de eso, pues tienen que insistir, y insisten por medio de la predicación, por medio de los Medios, que todos los días os ofrecen el Futuro como si estuviera ahí, a la mano, y de esa manera tratan de calmar las dudas que os pueden venir gracias a que nunca somos del todo lo que somos, a que nunca es cada uno del todo el que es y por tanto está siempre abierto a incertidumbres y a dudas de cualquier tipo. Ya Dios prevé; Dios prevé, el Estado y el Capital prevén, y tratan de asegurarse cada vez más fielmente de que sí te lo crees, de que efectivamente tienes un futuro, y lo ves: la muerte en primer lugar, que es siempre-futura, pero a consecuencia de la muerte cualesquiera otras cosas que puedan venir delante, futuros cualesquiera, objetos de saber.
Bueno, esto es lo que denuncio de una manera muy clara, la pretensión de la Ciencia misma, pero también del saber práctico vulgar en cuanto está sometido a la Realidad, en contra de eso que nos sigue palpitando por lo bajo, que es en un único sentido: el deseo de que lo dejen vivir a uno, que quiere decir que le dejen morirse, da igual. De que lo dejen vivir a uno, de que lo dejen morirse, en el único sentido en que las cosas pasan, para lo cual uno naturalmente tiene que pasar por ese trance de dejar de ser uno. Eso es lo que os convierte las posibilidades siempre abiertas, lo desconocido, vida, cosas así, en una realidad y un saber. Pensad por un momento en qué es lo que os ocupa cada día mayormente, y encontraréis efectivamente que tanto en el aspecto de la salud como en el de la política como en cualquier otro, incluido la Ciencia, lo que os ocupa mayormente es ese creer en lo futuro, es decir, haber convertido vagos temores o esperanzas (vagos temores de pasarlo mal, vagas esperanzas de pasarlo bien, vagos temores de Infierno, vagas esperanzas de Paraíso), convertirlas en un saber: vuestro futuro, ése del que os informan todos los días los Medios, y hasta los prójimos más o menos cercanos se dedican también a informaros de lo mismo. En cuanto a las cuestiones de enfermedad o salud, pues ya sabéis, se trata de eso: se sabe, hay estadísticas; hay estadísticas que lo prueban. En política lo mismo, con los problemas del paro o cualquiera de los problemas más divulgados: hay estadísticas, y las estadísticas son la verdad. Pero en esta política del pueblo contra el Poder siempre hay que acordarse de cosas tan sencillas como que si se tira la moneda al aire, a cara o cruz, pues resulta que si estás tirando y ha salido 27 veces cara (que ya es difícil), se vuelve mucho más improbable todavía que a la siguiente tirada te salga otra vez cara. Esto, está claro, son probabilidades. Pero por otro lado las probabilidades de que a la próxima tirada te salga o cara o cruz son las de siempre, 50%, de manera que átame esa mosca por el rabo, como decía el otro, éste es el mundo en el que vivimos, ¿no? ¿Cuál de las dos actitudes estadísticas es la buena? ¿A cuál tenemos que atenernos? Una efectivamente, la primera, está contando con el Tiempo real en sus dos sentidos y dimensiones, y toma todas las tiradas como si estuvieran colocadas en un espacio sobre el cual se puede hacer un cálculo; mientras que la segunda, pues no, no lo toma así: la segunda no tiene más remedio que reconocer lo que estábamos diciendo como sola verdad: que lo que pasa, pasa en un sentido, y entonces evidentemente para ésa la Estadística es la de la incertidumbre, que si se quiere poner en cifras se traduce en ‘50%’; de una manera más bien caprichosa, pero eso. De manera que hasta ese punto como veis penetra la mentira acerca del tiempo, y de la manera de entender el tiempo en nuestras vidas, y eso quería recordároslo antes que nada.
Antes de pasar a daros las voces quiero volver un poco de los físicos a los poetas. Isabel ha tenido a bien recordarme hoy, otra vez, a Idea Vilariño, la poetisa uruguaya que ya una vez creo que ha aparecido por aquí, no estoy muy seguro. Es una poetisa que piensa en verso. Y entonces os voy a dar, para que la comparación se inicie, a propósito de ello, en primer lugar un poema que es el primero de ese libro. Isabel, o lo lees, o lo leo. Ponte de pie.
-Bueno, este libro..........
A-¡No, no, no, no espliques nada! Lee el primer poema, por favor.
-No voy a esplicar el verso, voy a decir que este libro es de Miguel Ángel Velasco, el poeta amigo nuestro que ha muerto. Es uno de los libros que tenía al lao suyo en la cama cuando murió, y entonces para mí eso tiene valor, y lo tengo que decir, y punto. El poema se llama “¡Pobre mundo!”.
-¡Salud, Miguel Ángel!
A-Perdona, ten cuidao, que ella, aunque es muy sabia en otras muchas cosas, tomó la moda de no poner signos de puntuación. Esa elegancia les pasa a muchos poetas, y luego la paga uno. Adelante.
-“Lo van a deshacer/ va a volar en pedazos/ al fin reventará como una pompa/ o estallará glorioso/ como una santabárbara/ o más sencillamente/ será borrado como/ si una esponja mojada/ borrara su lugar en el espacio/ Tal vez no lo consigan/ tal vez van a limpiarlo/ se le caerá la vida como una cabellera/ y quedará rodando/ como una esfera pura/ estéril y mortal/ o menos bellamente/ andará por los cielos/ pudriéndose despacio/ como una llaga entera/ como un muerto.”
A-Éste es el poema, que da paso a vuestras protestas, ojeciones, petición de aclaración........ Supongo que lo habéis oído bien, de manera que no se trata de que a esta Idea Vilariño vayamos a corregirla, en vista de la sabiduría del no saber que hayamos ganado en esta tertulia. No vamos a corregirla, sino más bien a ayudarla; ayudarla, esté donde esté, en esta desesperación que el poema canta, o recita. Se trata de eso.
-...................
A-No sé si tendríamos que leerlo otra vez. Fijaos bien, porque eso es lo que os estoy preguntando: ¿con qué medios podemos, no ‘corregir’ lo que dice, sino ayudarla en la desesperación que proclama?
-“¡Pobre mundo!”, etc.
A-Pues bien, ¿qué le pasa a esto? ¿Cómo podemos ayudarla a salir?
-Yo pienso que todas las posibilidades son posibles, me gustan todas.
A-No entiendo a qué viene, perdona. Estoy pidiendo que una vez que os habéis enterado bien de lo que dice este poema, ‘contestéis’ al poema. No en el sentido de corregirlo, ya he dicho, sino en el de ayudarla a ella en esa desesperación; ayudarla a ella en esa desesperación.
-¡Pero si ella está tranquilita donde está!
A-No digas tonterías, ¿eh? Ella está ahí, y la otra no me interesa para nada, ¿te enteras? ¡Venga! Para que no confundamos las palabras que a alguno se le hayan escapado por casualidad, poeta o no, con la figura y la traza, mortal, del poeta.
-Yo lo considero un poema superduro, y con difícil salida humana. Desde el pensamiento puedes ponerte a pensar muchas cosas, o desde la información, pero lo que es desde el sentimiento, te deja desnudo.
A-¿No puedes ayudarla en nada?
-No sé............
A-A ver, ¿alguien más, entre tanto?
-A mí si no es un abuso me gustaría volver a leerlo, o que luego me lo dejaras, pero a mí me llama la atención que es un poema muy, muy estático, porque aunque parece que está habiendo mutaciones respecto al objeto de que habla, parece que no son mutaciones, sino que son circustancias iguales, y entonces eso me llama la atención.
A-Bueno, perdona, ¿eh?, aquí no se os está invitando a hacer ninguna crítica literaria. Por supuesto no se trata de eso, no se trata de cómo es el poema. Esto está dirigido sobre todo a los que me acompañan de ordinario hace ya mucho tiempo: ¿en qué le pueden decir “te equivocas”?
-En que habla del mundo como si fuera una persona.
A-Eso es lo primero, lo más elemental: habla del mundo. ¿Querrá decir eso de ‘Naturaleza’, o querrá decir ‘la Realidad’, o querrá decir ‘lo que hay’? Habla del mundo como suele hablarse, como si se supiera qué es, primero. Segundo: equivocaciones.
-La otra cosa es que ella se sitúa fuera del mundo: está fuera, está viendo el mundo como fuera de ella, cuando ella está formando parte de ese mundo, luego ahí hay una cuestión del observador que es curiosa, que se parece a aquello de Don Antonio Machado que dice “¿y ha de morir conmigo el mundo mago?”. No lo dice, ahí dice lo contrario, se salva de esa destrucción..........
A-Ésa sería una tercera, sobre la que volveremos, porque vamos a usar otro poema en el cual se ve que ella se da cuenta de ésta, que sería la tercera. Pero la segunda, después de haber caído en la trampa de creer en el mundo, en que el mundo es algo que se sabe lo que es, la segunda y casi inmediata es.............
-Creer que lo que le pasará al mundo es alguna de las cosas que ya han pasado.
A-¿Por ejemplo?
-Pues que se deshará como una esponja........ Yo lo que quería decir era que si le cambiáramos el tono, si lo hiciéramos sonar como una cosa irónica, pues tendría mucha gracia.
A-No, no, esto que os estoy preguntando como segunda equivocación está muy claro. ¿Quieres leer el tercer o cuarto verso?
-“Al fin reventará como una pompa..”.
A-No, el anterior.
-“lo van a deshacer...............”.
A-¡Basta!
-“Lo van a deshacer, va a volar en pedazos”.
A-Con eso basta: “lo van a deshacer”. ¡Venga!: “lo van a deshacer”.
-Es un poco lo contrario a dejarse morir, es la Realidad.
A-“¡Lo van a deshacer!”.
-Que se sabe lo que le va a pasar.
A-Sí. ¿Y todavía más elementalmente?
-.....................
A-¿Todavía más elementalmente?: “¡lo ‘VAN’ a deshacer!”.
-Que hay alguien que rige los destinos del mundo.
A-¡“Lo van”, por favor! ¡Ellos! ¿Y quién es ‘Ellos’? Esta segunda equivocación, y muy gorda, es que se trata de Ellos (como decimos el pueblo cuando nos referimos a los de Arriba, ‘Ellos’), y de el Hombre en general. Que ‘Ellos’ lo van a deshacer, ésta es una segunda fe imperdonable, y que al denunciarla se le puede ayudar mucho. No sólo cree que se sabe qué es el mundo éste del que habla (sin duda que tiene la imaginación llena de las imágenes que le ofrece la vulgarización científica acerca del Universo y de otras tonterías por el estilo), sino que además se cree que los hombres lo van a destruir al mundo, sea lo que sea, que Ellos, los agentes, los que hacen todas las cosas, los que costruyen lo destruyen, lo hacen reventar como una bomba, lo borran, etc.
-Mira, esto está hecho cuando cayó la bomba en Almería, y claro, perdía la cabellera porque era radiactiva, se le cae la cabeza como si tuviera cáncer.
A-Estoy seguro de que ella si ahí nos oye se sentiría, como yo mismo, consolada y ayudada en la desesperación. Esto es lo que esta tertulia está haciendo: denunciar, incluso en los poetas, pues caídas en el significado habitual de los términos, como cualquier humano engañado de la misma manera. También a Antonio Machado, a quien tantas veces usamos, habría que consolarlo en el mismo sentido: “El Dios que se es hizo la nada”. “Hizo la nada”. Y sobre todo en la muerte de Abel Martín, lo mismo: “al fin sólo es creación la pura nada/ tu sombra de gigante/ el divino cegar de tu mirada”. Otra vez no puede ser, porque todo y nada son efectivamente de Dios, pero Dios no es más la istancia de Arriba. Y respecto a la tercera cuestión, que es que parece efectivamente que ella misma, como cualquier poeta que se ponga, está hablando como si estuviera fuera del asunto, de momento como si ella no perteneciera al mundo, porque si no, ¿cómo lo va a ver despanzurrarse, si no está fuera para verlo? Respecto a ésa sin embargo el segundo poema de este librillo es por así decirlo una especie de redención, y un paso a otra cosa. En pie otra vez, por favor, Isabel. El segundo.
-Éste se llama “la metamorfosis”: “Entonces soy los pinos/ soy la arena caliente/ soy una brisa suave/ un pájaro liviano delirando en el aire/ o soy la mar golpeando de noche/ soy la noche/ Entonces no soy nadie.
A-Como veis esto en realidad, si lo hubiéramos sabido antes, nos hubiéramos ahorrado en la tertulia muchas cosas: ésta es toda la política que aquí nos traemos cuando decimos esto de renunciar al Hombre y dejarnos, no ‘ser’, sino ‘pasar’ como las cosas pasan, de la misma manera. “Soy los pinos”, etc., etc., llega a decir, y al final “soy nadie”; naturalmente “soy nadie” personalmente.
-Es que esto lo escribió en jueves, y había venido a la tertulia.
A-¡Eso: esa vez había venido a la tertulia! Bueno, pues ahí veis, yo creo que era sobre todo un ejemplo para ver la manera en que incluso lo que a uno, o a los poetas, se le escapa de vez en cuando, lo mismo que también a los físicos en ciernes, hay que tratarlo como una ispiración a la cual al mismo tiempo hay que avivar, hay que ayudarla, porque siempre quedarán, sea en quien sea, pues restos de las creencias que nos imponen todos los días respecto a tiempo y todo eso. No me voy a parar más, porque quiero sentiros hablar ahora, pero simplemente tengo que recordaros que lo que descubrimos es que esto de la Realidad se sitúa como una contradicción (la Ley de la Existencia, que las cosas y nosotros padecemos), entre lo que está Arriba, lo que hemos llamado Dios para abreviar, todo lo que viene desde Arriba y de lo que la gente se queja cuando dice que viene de Arriba, que son las Leyes y la Autoridad y todo eso, y la resistencia a esa Ley, que es siempre algo que queda por debajo de la Realidad, lo desconocido, lo sin fin, eso que pasa en un solo sentido; eso que pasa en un solo sentido y por tanto en ninguno; y por tanto en ninguno, y es la guerra entre lo uno y lo otro, lo de Arriba y lo de abajo, lo que propiamente costituye la Realidad. Para evitar más equivocaciones ahora quería recordároslo, y ahora ya con eso os dejo pasar la voz para que el tiempo que nos quede digáis qué es lo que se os ha venido ocurriendo. ¡Más cosas respecto a esto!
-Esto no es ortodoxo: de repente sueño con un amigo que no he visto en 20 años, y al día siguiente me lo encuentro. Ahí hay algún momento del tiempo inesplicable.
A-Sí, lo habrá sin duda, pero no hace falta, porque yo a cada paso que doy me encuentro con eso mismo, con lo inesplicable. Eso es lo que hay por debajo luchando siempre contra lo que nos viene desde Arriba. ¡Venga, más cosas, por favor!
-Hay un tema que me gustaría abordar, aunque no sé si tiene que ver con lo que hemos hablao, pero sí con el tiempo. Es sobre qué pasa ahora con el tiempo, que todo va más deprisa, los coches, los aviones, todo, y no tenemos tiempo.
A-No, ese tiempo es el que te he contao, ¿eh?, es el Tiempo real y falso, una de cuyas condiciones es efectivamente la velocidad, porque estamos en un espacio, y............ En cuanto al aumento que parecemos percibir en el Progreso, el aumento de la velocidad, podría ser (pero no quiero a esto darle mucha importancia), una especie de aliento si nos revelara que es que en esta guerra entre lo de Arriba (Dios, el Poder) y lo de abajo o por debajo de nosotros, en esta guerra es el Poder, es Dios, quien en vista de que nunca alcanza un éxito total, que nunca llega a convencer del todo y a hacer ser del todo, tiene que intentarlo cada vez más deprisa. Éste es el secreto del Progreso. No quiero darle mucha importancia, porque puede parecer como muy animador para los que estamos en esta guerra de la parte de abajo, de la parte del pueblo, pero desde luego conviene anotarlo así. ¡Más respecto a las cuestiones! Sí.
-Con respecto a lo que ha salido del poema, es cierto que pensar que los hombres pueden destrozar el mundo, o el planeta, que parece que en el poema se confundía un poco, se mezclaba, lo del mundo y el planeta, que pensar que los hombres pueden destrozarlo es como tener en una consideración muy alta, muy exagerada, el Poder de los hombres, pero por otro lado es que cada vez que miras un poco, la verdad es que por ejemplo coges un tren y ves los destrozos que se están haciendo por los campos, por los caminos, por los mares, por lo que sea, y lo están haciendo los hombres, no puedes dejar de pensar algo por el estilo, y dices, “¿pero qué destrozo es éste que los hombres están haciendo, que se han estendido por toda la faz de la Tierra, y todo lo quieren someter a su dominio?”. Algo así se siente.
A-Es muy razonable. Es muy natural que ella se equivocara en esto, es tan razonable como tú lo has dicho ahora. Es terrible. Ya sabéis que aquí el único secreto es recordar que ‘mucho’, o ‘más o menos’, está aquí en la Realidad, en la lucha, pero que todo y nada están Arriba y nunca aquí. Es decir, que el reconocimiento de lo muy potente, de lo muy poderoso, de cualesquiera barbaries que unos hombres u otros hagan, no puede nunca llevarnos al reconocimiento de ‘Todopoderoso’, porque eso es mentira: todo lo que pase aquí, por poderoso, por terrible, por aplastante que sea, no es más que un más o menos, y la intención de Dios es que nos creamos que es Todo, porque tiene que llamarse Todopoderoso, y contra eso hay que resistirse. Por otra parte lo que dices, y ella sugiere, de que se trate de los hombres en general, es una inesactitud: evidentemente ya sabéis que en esta guerra que acabo de presentaros entre la imposición del Poder y lo que nos queda por abajo de vivo, de no sabido, la cosa está repartida como en cualquier guerra: hay muchos que son muy partidarios del Poder, que se lo creen más, que tienen más Fe que ningún otro devoto, y hay otros que se lo creen menos, que andan por ahí arrastraos sin tragarse nunca nada del todo, y naturalmente son sólo los primeros los que hacen esas cosas que has recordado; sólo los primeros. Claro, que puedes decirme que como estamos en Democracia y cualquier soldado lleva en su mochila el bastón de Mariscal, como les decía Napoleón a los suyos para que fueran a morir tan felices, como siempre se puede ascender y como se sabe que el creérselo, el tener Fe, es el secreto (tener Fe lo primero en sí mismo, y luego tener Fe en general en el Futuro en que está mandado), pues claro, esa división que hago entre los que están de parte del Poder y de la Fe y los que están menos es una división flotante, porque siempre se puede ascender, siempre los que estamos ‘más’ pueden llegar a participar de los otros. En todo caso, nunca Todopoderoso. La guerra es esa, la Realidad es esta guerra, y lo único que nos puede alegrar un poco el ánimo es que la guerra está debatiéndose, está viva.
-Pero parece que cuando se dice ‘los hombres’, es por contraposición con las otras cosas, que cuando se hace esa generalización, que es algo falsa, es por decir “no se ve, o no vemos, que las otras cosas hagan algo así”. Que tendrá que ver con lo que salía antes de que si los hombres hacen esto es por saber de Futuro.
A-Esacto. Eso es lo que estuve corrigiendo al principio, esa pretensión por la cual como recordáis lo que os he presentado como rasgo peculiar es justamente el que se refiere a eso del Tiempo. ¡Más cosas, antes de que el tiempo se nos vaya!
-Es que precisamente lo del Tiempo es importante, porque ella yo creo que en este versito muy cortito que tiene aquí se refiere precisamente a un desnudamiento del Tiempo que ni siquiera alude a una Topografía, es imposible. Dice lo siguiente: “sin arriba ni abajo/ sin comienzo ni fin/ sin Este y sin Oeste/ sin lados ni costados/ y sin centro/ sin centro”.
A-Bueno, está dicho mejor, menos pretenciosamente, en el segundo poema.
-Eso está muy bien dicho, porque aquí los sinsentidos del Tiempo son más desnudos que con lo del Arriba y abajo.
A-No, no, son más astractos. Es más astracto, pero no. Adelante.
-Hay un refrán común entre los habitantes del desierto, por lo menos del Sahara, que cuando ven pasar a los chicos modernos con sus furgoneta a toda velocidad y una gorrita, les suelen decir “tú tienes el reloj, pero yo poseo el Tiempo”.
A-Pues es una metedura de pata, ¿eh?: si al tiempo se lo posee, es el Tiempo real, y entonces da lo mismo que sea la velocidad, o que sea el Tiempo Eterno, porque el Tiempo Eterno es también una mentira, igual que el Tiempo velocísimo, el todo y la nada de Dios. Ése hombre era un creyente en la eternidad. No vale para nada, es un engaño. ¿Qué más? Quiero sobre todo que haya reacciones a lo que se ha dicho.
-Que cuando se dice “yo soy el río”, ahí también se da por hecho que no existe el Tiempo, porque el observador.....
A-¿Pero cómo no va a existir el Tiempo, si es la existencia misma? Es la existencia misma: el Tiempo falso es el que existe. El otro es verdad, pero el que existe es el falso. ¿Qué más?
-Una observación al poema éste, que es muy importante: últimamente tengo una amistad con un geólogo que está especializado en domos genésicos, que está estudiando siempre, y una de las cosas que me garantizaba que le parecían que son así es que la propia Tierra es un ente, o sea, que tiene su propia voluntad, de alguna manera no comparable a la humana, sino a su ritmo. También que como cualquier otro objeto o como cualquier otro ser, o cualquier animal, o cualquier planta, o cualquier piedra, pues tiene también sus objetivos y sus finalidades. Y él lo había visto en el estudio de los domos genésicos, que lo había visto en años y años de estudiar ese tema.
A-Son muchos los hombres que de vez en cuando, aunque no hayan llegao a los estremos de esta tertulia, se vuelven traidores contra el Hombre, y volverse traidores contra el Hombre quiere decir reconocerles a los árboles, a los astros, a la Tierra, reconocerles cualidades humanes. Lo importante para esto es desprenderse justamente de esta pretensión de lo esclusivamente humano. Lo común de nosotros con las cosas, vuelvo a decirlo, es eso de obedecer a la Ley de la Existencia, estar en esa guerra, y cualquier animal, cualquier ave, cualquier astro, está por un lado obedeciendo a la ley de subsistir, de seguir siendo el que es, o lo que es, y por otro lado no obedeciendo, obedeciendo más bien al dejarse ir, al desmoronarse, al vivir, al morir. Eso le pasa a cualquiera, y lo que no le pasa a cualquier cosa es lo que aquí he sacao: esa Fe en el Tiempo, ese saber del Futuro, eso no le pasa a cualquier cosa. Pero cualquier cosa de cualquier clase tiene sus peculiaridades, y nosotros tenemos ésa. Sí.
-Respecto a la cuestión del Saber, lo que está claro es que es distinto el saber de las cosas, de los animales, lo de las piedras, que la del humano. El saber de los animales, o de las plantas es un saber hacer, un saber hacer que no planifica, que es automático, no hay una conciencia.
A-Lo que decíamos de la araña y de la otra.
-Es que tú eres muy misógino, y entonces piensas que hay arañas que duermen a la hembra para ver si.............
A-Sí, pero ¿no te hemos convencido en que lo solo peculiar, y lo que no podemos reconocerles a los demás, es lo del Tiempo que he estado......?
-No, no me convences, es un saber automático.
A-El saber futuro, saber la Muerte. De saber la muerte, de ahí viene todo lo demás. ¡Bueno, venga, no nos distraigamos! ¡Más!
-Walter Benjamín dice que el perro no corre para atrás.
A-Algunos decían que los cangrejos sí, no sé si lo querría decir Walter Benjamín. ¿Qué quiere decir?
-Quiere decir que si hay un movimiento, en el momento en que se invierte, caos, no lo contamos.
A-¿Por qué? Yo no veo que pase. No, no, sin duda quería decir otra cosa.
-A mí que me lo espliquen los físicos.
A-No, no pasa nada, el perro mismo va pallá, se da la vuelta...............No olvidéis que antes de cualquier cuestión de espacio, de derecha/izquierda, y todo eso, está el Tiempo convertido en espacio, con lo cual lo de adelante y atrás se toma parece que metafóricamente, pero es realmente, se toma como en uno de los dos sentidos que falsamente la creencia nos impone: del Pasado hacia el Futuro, que es como vamos, del Futuro hacia el Pasado, puesto que las cosas que no han pasado vienen a realizarse, etc. Ése es el primer espacio, la reducción del Tiempo a espacio, y los demás espacios físicos dependen de él. ¿Algo más, que nos vamos a tener que ir enseguida?
-Quiero decir que no es tan fácil no tener Fe, porque respecto al tiempo se siente claramente oyéndote a ti que el Futuro es Muerte, y también, pensando ahora en lo que decía Virginia del destrozo del Hombre, es lo típico consolarse del destrozo cuando arrasan un bosque o ensucian un río, con que es el tiempo el que viene a dar vida otra vez a eso. Vuelves a caer otra vez en lo mismo pensando que será el tiempo el que restituya todo eso, si es que se restituye, o el que acabe con toda esta muerte que estás viendo.
A-Suele usarse, pero a su vez que el bosque, los pinos, vuelvan a reproducirse con el tiempo, eso es una formulación que viene del mismo engaño: “¿Qué coños sabe usted si los pinos van a volver a reproducirse? ¿Qué coños sabe usted?”. Es el mismo engaño el que ahí se utiliza como consuelo. Se ha hecho muy tarde, me parece. Lo siento, quería haber recogido muchas más reacciones. ¿Queda alguna por ahí?
-¡Pero si no dejas hablar, joder!
A-Hay que acostumbrarse a esto de dejarse hablar, ¿eh?
-Sí, a los que dejes. A los que dejes, se pueden dejar hablar.
A-A los que se les deja, no a los que lo tienen prohibido. Pero quitando estos, es justamente a esos a los que desea uno oír hablar. No sé, tenía que aprenderse. No creo que sea una táctica tan difícil, pero (con esto voy a terminar) tiene que ver con lo primero que os dije respecto a las ideas: no hay otra sabiduría, no hay otra manera de dejarse hablar, perder ideas, dejar de creer en lo que está mandado que crea uno, no hay ninguna otra táctica más que la negativa. Entonces naturalmente como uno, perdiendo todo lo que tiene de creyente en el Futuro (miedo convertido en Información, esperanza del Éxito), uno, libre de esas cosas, se vuelve sin embargo como cosas, y entonces efectivamente puede hablar como las cosas hablan, cada una en su lengua. Y nosotros en la nuestra, a condición de que uno se haya despojado de ideas y no venga aquí a demostrar lo que sabe y a espresar su Alma, sino libre de todo eso a dejarse que le salga por la boca lo que sea. Como las otras cosas hablan, porque esto del hablar, hoy ya lo hemos visto, no es, como nos quieren hacer creer, la propiedad del Hombre, no: las cosas hablan, solo que cada una en su idioma, y el tipo de cosas que nosotros somos en el nuestro. No es esa la propiedad, la propiedad es el saber la Muerte, el saber el Futuro, eso es lo que las otras cosas no tienen, pero no el hablar. Y uno es revolucionario, pero puede aspirar a dejarse hablar como las cosas hablan, aunque sea en esta lengua tan regional y articulada que es la que a nosotros nos ha tocado. Bueno, pues con eso..............Sí.
-Estaba pensando que el otro día estábamos hablando de las posibilidades que había de hacer frente al Poder, y analizando varios tipos de personas o de conductas, y estaba el hombre que se retiraba al campo, el hombre silencioso, el asceta. Y yo pensaba, y lo hemos hablao más veces, que el problema realmente del Tiempo y del Futuro, de la Realidad, es la Información. Entonces yo pensaba que quizás ese hombre que se retira, o que parte de un Ideal, en el fondo está intentando rechazar el seguir generando Información, el seguir creando Información, luego de alguna manera lo veo como un mal menor, porque es que el problema que veo es la Información, es el gran problema.
A-Lo está sin duda intentando; y también sin duda fracasa, porque él al desierto se lleva consigo su futuro y su fe, y simplemente las pasa a otras cosas, como en los versos esos “post equitem sedet atra cura”, (“a la grupa del jinete va sentada la negra preocupación”), de manera que también se la lleva así. No es despreciar a nadie, que cualquiera se las arregla como puede manejarse en este mundo, y unas veces creer y trepar, y otras veces dudar y desconfiar y librarse de eso, ¿no?, pero vamos, no es la solución.
-Ya Buñuel en su testamento, en el libro “El último suspiro”, decía que la Información era el quinto jinete del Apocalipsis, y que era el que se iba a tragar a todos los demás.
A-¡Esacto! Sí.
-¿Se puede decir lo que dices de ‘saber la muerte’ más brevemente con que sabe las cosas el Hombre, o..............?
A-No, eso te desvía del descubrimiento de que el primer saber es el Futuro. Todos los demás casos de Información al estilo humano vienen de ahí, pero el primero es el Futuro, no hay otro saber antes del Futuro. Ése se vuelve sobre lo pasado y convierte la memoria viva en Historia, pero esta operación ya es secundaria; este saber histórico, esta conversión de lo pasado en Tiempo sabido y pasado, es secundaria. Todo este rasgo humano del saber es un saber en primer lugar de lo que no existe; saber de lo que no existe, de lo futuro, y sólo de ahí puede venir todo el resto de los saberes con los que cargamos.
Bueno, pues no puedo oír ya más voces, lo dejamos por hoy. Si sigue simplemente pasando lo que pasa y no hay una decisión de la Autoridad, dentro de 7 días nos vemos por aquí para seguir con esto.
Veníamos a dar también en esta cuestión del Tiempo, que tiene tal vez un doble interés: en primer lugar, porque el Tiempo real es la Realidad misma, es el fundamento de la Realidad, y no podemos encontrar un cimiento más profundo que el del Tiempo contado por siglos, por segundos, de cualquier manera (el Tiempo de los relojes y los calendarios es el fundamento mismo de la Realidad), y por otro lado porque esta cuestión afecta a esa separación que estamos aquí combatiendo entre las cosas y el Hombre, entre nosotros y las cosas. Ya habéis visto que se ha tomado aquí una actitud claramente antiHumanística en ese sentido, reconociendo que en esa separación, secularmente mantenida, entre observador y observado, Hombre y cosas, es justamente en lo que en parte se funda toda esta desgracia de la Realidad que tenemos encima; de ahí la invitación contraria a dejarnos ser como cosas, es decir, nada nunca del todo definido siempre pugnando por definirse, y al mismo tiempo levantándose contra esa necesidad o esa orden de definirse.
En la cuestión del Tiempo también se plantea de la manera más clara esto, esta falsa separación, y por eso es por lo que volvemos sobre ella; vamos a ver si acierto a recordároslo o presentároslo de la manera más breve y más clara. Lo único que se puede llamar verdad es lo que no se sabe, y cualquier otra cosa que se llame verdad está confundiendo verdad con Realidad, después de haberse descubierto que verdad en la Realidad no cabe. De manera que lo solo que podríamos llamar verdad es que las cosas pasan (y nosotros también, claro: en cuanto cosas, no de otra manera, nosotros también, en cuanto cosas, pasamos), y esto de pasar, por si es confuso, quiere decir que lo que no ha pasado venga a pasar. Es una tontería, una de las perogrulladas habituales, pero de las que esta tertulia se está manteniendo costantemente, esto simplemente: que lo que no ha pasado venga a pasar. Esto os lo tengo que decir para que penséis qué pasa con el inverso, es decir, que lo que ha pasado venga a no pasar; que lo que ha pasado venga a no pasar. Bueno, ya me diréis si esto está demasiado claro, porque tal vez está demasiado claro: lo único que pasa es que lo que no ha pasado venga a pasar, y la pretensión de que lo que ha pasado venga a no pasar no es que sea ninguna otra Doctrina o actitud, es que es sólo un contrasentido. Esto es lo que denuncia de la manera más clara la mentira del Tiempo real, en el cual no puede haber por tanto nada de verdad. No hace falta que os recuerde, yo creo, que muuuchos de estos físicos en los que venimos ispirándonos de vez en cuando en cuanto presentan, por la Red principalmente, algunos intentos desmandados de plantearse de veras los problemas, presentan problemas como el del doble sentido del Tiempo, es decir, que vamos hacia la derecha y hacia la izquierda.............por no decir ‘hacia arriba y hacia abajo’; pero en todo caso un doble sentido. La entrada que el otro día mismo usaba con vosotros del señor Ostrowsky en realidad se titulaba “Information and the arrow of Time”, es decir, “Información y la flecha del Tiempo”. Esto de la flecha está por todas partes, no es ningún invento de última hora, se sigue usando, lo encontráis por todas partes, la flecha. Un sentido que supone el contrario, por supuesto, por lo cual viene el problema de la reversibilidad o no reversibilidad del Tiempo, si el Tiempo que va en un sentido puede ir en el sentido contrario. Es un problema que está todavía palpitante, como se puede percibir asomándose a estas entradas de los físicos, por la Red o como sea. Incluso llegan a plantear (una vez o dos lo he leído) la cuestión de “¿por qué no recordamos lo futuro?”, que es una cuestión muy lógica una vez que se ha admitido todo lo que antes os he presentado. De manera que está claro que para una Física, por más desmandada que quiera hacerse, el Tiempo real tiene dos sentidos, uno contrario al otro, uno que va de Pasado a Futuro, otro que va de Futuro a Pasado, y así es como andan las cosas.
Desde luego hay debajo de todo esto una confusión todavía más elemental referente a un verbo como éste nuestro de ‘pasar’, porque, no los físicos, sino antes ya la gente corriente está confundiendo el pasar las cosas que pasan con el pasar el Tiempo. Esto lo encontráis también en los dialectos vulgares: cuando muchas veces se habla de, no ‘que las cosas pasen’, sino ‘que el Tiempo pasa’, se está ya cayendo en este error sin embargo tan claro, tan evidente. ¿Cómo se puede haber dado este salto? Pero además quiero recordaros que después entre los especialistas de la Ciencia de la Realidad, físicos y demás, este error sigue también manteniéndose, el pasar las cosas que pasan se hace como si fuera el Tiempo que pasa, y no tiene ningún sentido. Sólo así es como se funda este Tiempo de la Realidad, el de los calendarios y los relojes, en los que os hacen.......... iba a decir ‘vivir’, pero claro está que esto es una falsedad: ‘existir’, es lo que tenemos que decir: os hacen existir en esa existencia, que justamente por estar contando sobre este Tiempo real en los dos sentidos se traga cualquier posibilidad de vivir de la manera que os he dicho antes: en un pasar que no tiene más que un sentido, porque el sentido contrario es un sinsentido, y que (éste es el paso que tenéis que dar enseguida) una vez que no tiene más que un sentido, no tiene ninguno. Porque para que haya un sentido, para esa flecha del Tiempo de los físicos, hace falta que tenga dos; si no, un sentido solo, tal como lo estoy presentado como lo solo que de verdad pasa, es ningún sentido...........o cualesquiera sentidos, me da igual, pero en todo caso en ninguno determinado, que es lo que nos importa. En contra del cual el Tiempo éste real en el que nos hacen existir, con su Futuro y su Pasado, tiene los dos sentidos: el pasar de lo Futuro a lo Pasado, y el pasar de lo Pasado a lo Futuro, de dos maneras evidentemente distintas.
Ésta es por tanto una de las grandes mentiras sobre las que la Realidad está establecida y se sostiene, y me gustaría que la recogierais de una manera muy clara, y que ahora cuando os deje pasar la voz sacarais todas las dificultades que se encuentren tal vez por la escesiva simplicidad de lo que os estoy diciendo. Bueno, pues esto es al mismo tiempo lo que separa al Hombre de las cosas, porque ya hemos reconocido más de una vez que mientras el estar sometido a la Ley de la Existencia sin más es algo común a cualesquiera cosas y a nosotros en cuanto cosas, en cambio esto de el Tiempo real con sus dos sentidos es un invento específicamente humano. Es para mí la sola cosa clara que, una vez que me considero, os considero, nos consideramos, como cosas entre las cosas, nos distingue con una peculiaridad: el creer en este Tiempo, que quiere decir primariamente creer en el Futuro, saberlo; ésa es la característica humana. Es el saber la muerte (quiere decirse ‘saber de antemano’, ‘saber la futura muerte’), porque efectivamente (casi no hace falta tan apenas recordároslo), las otras cosas no nos han dado nunca motivo para que creamos que les pasa esto de saber el Futuro, saber la Muerte. Entre las cosas más cercanas, los animalitos por ejemplo, hay apariencias engañosas: los pájaros preparan su nido, es evidente; hay arañas que en lugar de matar a la presa la anestesizan, la someten a una anestesia para consumirla más tarde, y todo esto podría hacer pensar en una previsión, pero lo importante es que no ha lugar a esa conclusión: evidentemente esos pájaros, esas arañas, tienen inserto en sus mecanismos algo, en lo que no tienen que pensar, que les mueve a hacer lo de los nidos o lo de la presa como las demás cosas, como cualesquiera otra cosas, y nada de eso implica saber; nada de eso implica saber, como nosotros sabemos, la muerte futura y el Futuro en general. ¿Cuál es el trance?: pues el trance es el paso del miedo, o la esperanza, que son sentimientos, a la Información. Esto es justamente lo que nos caracteriza, lo que llamo ‘saber del Futuro’, ‘saber de la Muerte’. Tenemos que reconocer que miedo, esperanza de lo que puede pasar, es algo común para cualesquiera cosas (animales, plantas, astros, etc.), pero la trasformación de eso en Información, en un saber, eso no, eso es humano, y es en ese sentido como os proponía que es éste el rasgo que propiamente nos separa de los otros animales. Padecemos como ellos la guerra, eso sí, porque ésa es costitutiva de la Realidad: desde Arriba, por así decirlo, la presión, la orden para alcanzar el Ideal, para que las cosas sean todas, no más o menos, para que uno sea del todo uno sin la menor duda ni los menores flecos, eso le pasa a cualquier animal y a cualquier astro, igual que a nosotros; y en contra de esta presión, la rebelión desde abajo, que es la negativa a obedecer esa orden del todo, que nunca se la obedece del todo, el deseo de que le dejen a uno dejar de ser, que le dejen a uno dejar de ser el que es, o cualquier otra forma de rebelión que os venga a las mientes, eso es común de verdad, eso es de cosas, y de nosotros como cosas. Pero luego además a las cosas les pasan algunas cosas peculiares, tienen algunos rasgos peculiares (los tiene una rana, los tiene un caracol, los tiene una estrella gemela, los tiene un cometa...), y el nuestro, nuestro rasgo peculiar, es el que os he estado describiendo: la trasformación de cosas sentimentales, como el temer o el esperar, en un Saber, en una Información.
No os puede ya estrañar (volvemos a la aparición más propiamente política) que naturalmente los representantes de Dios (Estado, Capital, el Padre, o cualesquiera otros), estén continuamente insistiendo en esa Información. El arma del Poder es el Futuro, más de una vez lo hemos dicho, y como nunca el Poder puede estar seguro de que los súbditos están convencidos del todo y han alcanzado una obediencia total (lo cual llevaría a convertir la Realidad en algo absoluto, y por tanto en ‘nada’, o en ‘todo’), como no están convencidos nunca de eso, pues tienen que insistir, y insisten por medio de la predicación, por medio de los Medios, que todos los días os ofrecen el Futuro como si estuviera ahí, a la mano, y de esa manera tratan de calmar las dudas que os pueden venir gracias a que nunca somos del todo lo que somos, a que nunca es cada uno del todo el que es y por tanto está siempre abierto a incertidumbres y a dudas de cualquier tipo. Ya Dios prevé; Dios prevé, el Estado y el Capital prevén, y tratan de asegurarse cada vez más fielmente de que sí te lo crees, de que efectivamente tienes un futuro, y lo ves: la muerte en primer lugar, que es siempre-futura, pero a consecuencia de la muerte cualesquiera otras cosas que puedan venir delante, futuros cualesquiera, objetos de saber.
Bueno, esto es lo que denuncio de una manera muy clara, la pretensión de la Ciencia misma, pero también del saber práctico vulgar en cuanto está sometido a la Realidad, en contra de eso que nos sigue palpitando por lo bajo, que es en un único sentido: el deseo de que lo dejen vivir a uno, que quiere decir que le dejen morirse, da igual. De que lo dejen vivir a uno, de que lo dejen morirse, en el único sentido en que las cosas pasan, para lo cual uno naturalmente tiene que pasar por ese trance de dejar de ser uno. Eso es lo que os convierte las posibilidades siempre abiertas, lo desconocido, vida, cosas así, en una realidad y un saber. Pensad por un momento en qué es lo que os ocupa cada día mayormente, y encontraréis efectivamente que tanto en el aspecto de la salud como en el de la política como en cualquier otro, incluido la Ciencia, lo que os ocupa mayormente es ese creer en lo futuro, es decir, haber convertido vagos temores o esperanzas (vagos temores de pasarlo mal, vagas esperanzas de pasarlo bien, vagos temores de Infierno, vagas esperanzas de Paraíso), convertirlas en un saber: vuestro futuro, ése del que os informan todos los días los Medios, y hasta los prójimos más o menos cercanos se dedican también a informaros de lo mismo. En cuanto a las cuestiones de enfermedad o salud, pues ya sabéis, se trata de eso: se sabe, hay estadísticas; hay estadísticas que lo prueban. En política lo mismo, con los problemas del paro o cualquiera de los problemas más divulgados: hay estadísticas, y las estadísticas son la verdad. Pero en esta política del pueblo contra el Poder siempre hay que acordarse de cosas tan sencillas como que si se tira la moneda al aire, a cara o cruz, pues resulta que si estás tirando y ha salido 27 veces cara (que ya es difícil), se vuelve mucho más improbable todavía que a la siguiente tirada te salga otra vez cara. Esto, está claro, son probabilidades. Pero por otro lado las probabilidades de que a la próxima tirada te salga o cara o cruz son las de siempre, 50%, de manera que átame esa mosca por el rabo, como decía el otro, éste es el mundo en el que vivimos, ¿no? ¿Cuál de las dos actitudes estadísticas es la buena? ¿A cuál tenemos que atenernos? Una efectivamente, la primera, está contando con el Tiempo real en sus dos sentidos y dimensiones, y toma todas las tiradas como si estuvieran colocadas en un espacio sobre el cual se puede hacer un cálculo; mientras que la segunda, pues no, no lo toma así: la segunda no tiene más remedio que reconocer lo que estábamos diciendo como sola verdad: que lo que pasa, pasa en un sentido, y entonces evidentemente para ésa la Estadística es la de la incertidumbre, que si se quiere poner en cifras se traduce en ‘50%’; de una manera más bien caprichosa, pero eso. De manera que hasta ese punto como veis penetra la mentira acerca del tiempo, y de la manera de entender el tiempo en nuestras vidas, y eso quería recordároslo antes que nada.
Antes de pasar a daros las voces quiero volver un poco de los físicos a los poetas. Isabel ha tenido a bien recordarme hoy, otra vez, a Idea Vilariño, la poetisa uruguaya que ya una vez creo que ha aparecido por aquí, no estoy muy seguro. Es una poetisa que piensa en verso. Y entonces os voy a dar, para que la comparación se inicie, a propósito de ello, en primer lugar un poema que es el primero de ese libro. Isabel, o lo lees, o lo leo. Ponte de pie.
-Bueno, este libro..........
A-¡No, no, no, no espliques nada! Lee el primer poema, por favor.
-No voy a esplicar el verso, voy a decir que este libro es de Miguel Ángel Velasco, el poeta amigo nuestro que ha muerto. Es uno de los libros que tenía al lao suyo en la cama cuando murió, y entonces para mí eso tiene valor, y lo tengo que decir, y punto. El poema se llama “¡Pobre mundo!”.
-¡Salud, Miguel Ángel!
A-Perdona, ten cuidao, que ella, aunque es muy sabia en otras muchas cosas, tomó la moda de no poner signos de puntuación. Esa elegancia les pasa a muchos poetas, y luego la paga uno. Adelante.
-“Lo van a deshacer/ va a volar en pedazos/ al fin reventará como una pompa/ o estallará glorioso/ como una santabárbara/ o más sencillamente/ será borrado como/ si una esponja mojada/ borrara su lugar en el espacio/ Tal vez no lo consigan/ tal vez van a limpiarlo/ se le caerá la vida como una cabellera/ y quedará rodando/ como una esfera pura/ estéril y mortal/ o menos bellamente/ andará por los cielos/ pudriéndose despacio/ como una llaga entera/ como un muerto.”
A-Éste es el poema, que da paso a vuestras protestas, ojeciones, petición de aclaración........ Supongo que lo habéis oído bien, de manera que no se trata de que a esta Idea Vilariño vayamos a corregirla, en vista de la sabiduría del no saber que hayamos ganado en esta tertulia. No vamos a corregirla, sino más bien a ayudarla; ayudarla, esté donde esté, en esta desesperación que el poema canta, o recita. Se trata de eso.
-...................
A-No sé si tendríamos que leerlo otra vez. Fijaos bien, porque eso es lo que os estoy preguntando: ¿con qué medios podemos, no ‘corregir’ lo que dice, sino ayudarla en la desesperación que proclama?
-“¡Pobre mundo!”, etc.
A-Pues bien, ¿qué le pasa a esto? ¿Cómo podemos ayudarla a salir?
-Yo pienso que todas las posibilidades son posibles, me gustan todas.
A-No entiendo a qué viene, perdona. Estoy pidiendo que una vez que os habéis enterado bien de lo que dice este poema, ‘contestéis’ al poema. No en el sentido de corregirlo, ya he dicho, sino en el de ayudarla a ella en esa desesperación; ayudarla a ella en esa desesperación.
-¡Pero si ella está tranquilita donde está!
A-No digas tonterías, ¿eh? Ella está ahí, y la otra no me interesa para nada, ¿te enteras? ¡Venga! Para que no confundamos las palabras que a alguno se le hayan escapado por casualidad, poeta o no, con la figura y la traza, mortal, del poeta.
-Yo lo considero un poema superduro, y con difícil salida humana. Desde el pensamiento puedes ponerte a pensar muchas cosas, o desde la información, pero lo que es desde el sentimiento, te deja desnudo.
A-¿No puedes ayudarla en nada?
-No sé............
A-A ver, ¿alguien más, entre tanto?
-A mí si no es un abuso me gustaría volver a leerlo, o que luego me lo dejaras, pero a mí me llama la atención que es un poema muy, muy estático, porque aunque parece que está habiendo mutaciones respecto al objeto de que habla, parece que no son mutaciones, sino que son circustancias iguales, y entonces eso me llama la atención.
A-Bueno, perdona, ¿eh?, aquí no se os está invitando a hacer ninguna crítica literaria. Por supuesto no se trata de eso, no se trata de cómo es el poema. Esto está dirigido sobre todo a los que me acompañan de ordinario hace ya mucho tiempo: ¿en qué le pueden decir “te equivocas”?
-En que habla del mundo como si fuera una persona.
A-Eso es lo primero, lo más elemental: habla del mundo. ¿Querrá decir eso de ‘Naturaleza’, o querrá decir ‘la Realidad’, o querrá decir ‘lo que hay’? Habla del mundo como suele hablarse, como si se supiera qué es, primero. Segundo: equivocaciones.
-La otra cosa es que ella se sitúa fuera del mundo: está fuera, está viendo el mundo como fuera de ella, cuando ella está formando parte de ese mundo, luego ahí hay una cuestión del observador que es curiosa, que se parece a aquello de Don Antonio Machado que dice “¿y ha de morir conmigo el mundo mago?”. No lo dice, ahí dice lo contrario, se salva de esa destrucción..........
A-Ésa sería una tercera, sobre la que volveremos, porque vamos a usar otro poema en el cual se ve que ella se da cuenta de ésta, que sería la tercera. Pero la segunda, después de haber caído en la trampa de creer en el mundo, en que el mundo es algo que se sabe lo que es, la segunda y casi inmediata es.............
-Creer que lo que le pasará al mundo es alguna de las cosas que ya han pasado.
A-¿Por ejemplo?
-Pues que se deshará como una esponja........ Yo lo que quería decir era que si le cambiáramos el tono, si lo hiciéramos sonar como una cosa irónica, pues tendría mucha gracia.
A-No, no, esto que os estoy preguntando como segunda equivocación está muy claro. ¿Quieres leer el tercer o cuarto verso?
-“Al fin reventará como una pompa..”.
A-No, el anterior.
-“lo van a deshacer...............”.
A-¡Basta!
-“Lo van a deshacer, va a volar en pedazos”.
A-Con eso basta: “lo van a deshacer”. ¡Venga!: “lo van a deshacer”.
-Es un poco lo contrario a dejarse morir, es la Realidad.
A-“¡Lo van a deshacer!”.
-Que se sabe lo que le va a pasar.
A-Sí. ¿Y todavía más elementalmente?
-.....................
A-¿Todavía más elementalmente?: “¡lo ‘VAN’ a deshacer!”.
-Que hay alguien que rige los destinos del mundo.
A-¡“Lo van”, por favor! ¡Ellos! ¿Y quién es ‘Ellos’? Esta segunda equivocación, y muy gorda, es que se trata de Ellos (como decimos el pueblo cuando nos referimos a los de Arriba, ‘Ellos’), y de el Hombre en general. Que ‘Ellos’ lo van a deshacer, ésta es una segunda fe imperdonable, y que al denunciarla se le puede ayudar mucho. No sólo cree que se sabe qué es el mundo éste del que habla (sin duda que tiene la imaginación llena de las imágenes que le ofrece la vulgarización científica acerca del Universo y de otras tonterías por el estilo), sino que además se cree que los hombres lo van a destruir al mundo, sea lo que sea, que Ellos, los agentes, los que hacen todas las cosas, los que costruyen lo destruyen, lo hacen reventar como una bomba, lo borran, etc.
-Mira, esto está hecho cuando cayó la bomba en Almería, y claro, perdía la cabellera porque era radiactiva, se le cae la cabeza como si tuviera cáncer.
A-Estoy seguro de que ella si ahí nos oye se sentiría, como yo mismo, consolada y ayudada en la desesperación. Esto es lo que esta tertulia está haciendo: denunciar, incluso en los poetas, pues caídas en el significado habitual de los términos, como cualquier humano engañado de la misma manera. También a Antonio Machado, a quien tantas veces usamos, habría que consolarlo en el mismo sentido: “El Dios que se es hizo la nada”. “Hizo la nada”. Y sobre todo en la muerte de Abel Martín, lo mismo: “al fin sólo es creación la pura nada/ tu sombra de gigante/ el divino cegar de tu mirada”. Otra vez no puede ser, porque todo y nada son efectivamente de Dios, pero Dios no es más la istancia de Arriba. Y respecto a la tercera cuestión, que es que parece efectivamente que ella misma, como cualquier poeta que se ponga, está hablando como si estuviera fuera del asunto, de momento como si ella no perteneciera al mundo, porque si no, ¿cómo lo va a ver despanzurrarse, si no está fuera para verlo? Respecto a ésa sin embargo el segundo poema de este librillo es por así decirlo una especie de redención, y un paso a otra cosa. En pie otra vez, por favor, Isabel. El segundo.
-Éste se llama “la metamorfosis”: “Entonces soy los pinos/ soy la arena caliente/ soy una brisa suave/ un pájaro liviano delirando en el aire/ o soy la mar golpeando de noche/ soy la noche/ Entonces no soy nadie.
A-Como veis esto en realidad, si lo hubiéramos sabido antes, nos hubiéramos ahorrado en la tertulia muchas cosas: ésta es toda la política que aquí nos traemos cuando decimos esto de renunciar al Hombre y dejarnos, no ‘ser’, sino ‘pasar’ como las cosas pasan, de la misma manera. “Soy los pinos”, etc., etc., llega a decir, y al final “soy nadie”; naturalmente “soy nadie” personalmente.
-Es que esto lo escribió en jueves, y había venido a la tertulia.
A-¡Eso: esa vez había venido a la tertulia! Bueno, pues ahí veis, yo creo que era sobre todo un ejemplo para ver la manera en que incluso lo que a uno, o a los poetas, se le escapa de vez en cuando, lo mismo que también a los físicos en ciernes, hay que tratarlo como una ispiración a la cual al mismo tiempo hay que avivar, hay que ayudarla, porque siempre quedarán, sea en quien sea, pues restos de las creencias que nos imponen todos los días respecto a tiempo y todo eso. No me voy a parar más, porque quiero sentiros hablar ahora, pero simplemente tengo que recordaros que lo que descubrimos es que esto de la Realidad se sitúa como una contradicción (la Ley de la Existencia, que las cosas y nosotros padecemos), entre lo que está Arriba, lo que hemos llamado Dios para abreviar, todo lo que viene desde Arriba y de lo que la gente se queja cuando dice que viene de Arriba, que son las Leyes y la Autoridad y todo eso, y la resistencia a esa Ley, que es siempre algo que queda por debajo de la Realidad, lo desconocido, lo sin fin, eso que pasa en un solo sentido; eso que pasa en un solo sentido y por tanto en ninguno; y por tanto en ninguno, y es la guerra entre lo uno y lo otro, lo de Arriba y lo de abajo, lo que propiamente costituye la Realidad. Para evitar más equivocaciones ahora quería recordároslo, y ahora ya con eso os dejo pasar la voz para que el tiempo que nos quede digáis qué es lo que se os ha venido ocurriendo. ¡Más cosas respecto a esto!
-Esto no es ortodoxo: de repente sueño con un amigo que no he visto en 20 años, y al día siguiente me lo encuentro. Ahí hay algún momento del tiempo inesplicable.
A-Sí, lo habrá sin duda, pero no hace falta, porque yo a cada paso que doy me encuentro con eso mismo, con lo inesplicable. Eso es lo que hay por debajo luchando siempre contra lo que nos viene desde Arriba. ¡Venga, más cosas, por favor!
-Hay un tema que me gustaría abordar, aunque no sé si tiene que ver con lo que hemos hablao, pero sí con el tiempo. Es sobre qué pasa ahora con el tiempo, que todo va más deprisa, los coches, los aviones, todo, y no tenemos tiempo.
A-No, ese tiempo es el que te he contao, ¿eh?, es el Tiempo real y falso, una de cuyas condiciones es efectivamente la velocidad, porque estamos en un espacio, y............ En cuanto al aumento que parecemos percibir en el Progreso, el aumento de la velocidad, podría ser (pero no quiero a esto darle mucha importancia), una especie de aliento si nos revelara que es que en esta guerra entre lo de Arriba (Dios, el Poder) y lo de abajo o por debajo de nosotros, en esta guerra es el Poder, es Dios, quien en vista de que nunca alcanza un éxito total, que nunca llega a convencer del todo y a hacer ser del todo, tiene que intentarlo cada vez más deprisa. Éste es el secreto del Progreso. No quiero darle mucha importancia, porque puede parecer como muy animador para los que estamos en esta guerra de la parte de abajo, de la parte del pueblo, pero desde luego conviene anotarlo así. ¡Más respecto a las cuestiones! Sí.
-Con respecto a lo que ha salido del poema, es cierto que pensar que los hombres pueden destrozar el mundo, o el planeta, que parece que en el poema se confundía un poco, se mezclaba, lo del mundo y el planeta, que pensar que los hombres pueden destrozarlo es como tener en una consideración muy alta, muy exagerada, el Poder de los hombres, pero por otro lado es que cada vez que miras un poco, la verdad es que por ejemplo coges un tren y ves los destrozos que se están haciendo por los campos, por los caminos, por los mares, por lo que sea, y lo están haciendo los hombres, no puedes dejar de pensar algo por el estilo, y dices, “¿pero qué destrozo es éste que los hombres están haciendo, que se han estendido por toda la faz de la Tierra, y todo lo quieren someter a su dominio?”. Algo así se siente.
A-Es muy razonable. Es muy natural que ella se equivocara en esto, es tan razonable como tú lo has dicho ahora. Es terrible. Ya sabéis que aquí el único secreto es recordar que ‘mucho’, o ‘más o menos’, está aquí en la Realidad, en la lucha, pero que todo y nada están Arriba y nunca aquí. Es decir, que el reconocimiento de lo muy potente, de lo muy poderoso, de cualesquiera barbaries que unos hombres u otros hagan, no puede nunca llevarnos al reconocimiento de ‘Todopoderoso’, porque eso es mentira: todo lo que pase aquí, por poderoso, por terrible, por aplastante que sea, no es más que un más o menos, y la intención de Dios es que nos creamos que es Todo, porque tiene que llamarse Todopoderoso, y contra eso hay que resistirse. Por otra parte lo que dices, y ella sugiere, de que se trate de los hombres en general, es una inesactitud: evidentemente ya sabéis que en esta guerra que acabo de presentaros entre la imposición del Poder y lo que nos queda por abajo de vivo, de no sabido, la cosa está repartida como en cualquier guerra: hay muchos que son muy partidarios del Poder, que se lo creen más, que tienen más Fe que ningún otro devoto, y hay otros que se lo creen menos, que andan por ahí arrastraos sin tragarse nunca nada del todo, y naturalmente son sólo los primeros los que hacen esas cosas que has recordado; sólo los primeros. Claro, que puedes decirme que como estamos en Democracia y cualquier soldado lleva en su mochila el bastón de Mariscal, como les decía Napoleón a los suyos para que fueran a morir tan felices, como siempre se puede ascender y como se sabe que el creérselo, el tener Fe, es el secreto (tener Fe lo primero en sí mismo, y luego tener Fe en general en el Futuro en que está mandado), pues claro, esa división que hago entre los que están de parte del Poder y de la Fe y los que están menos es una división flotante, porque siempre se puede ascender, siempre los que estamos ‘más’ pueden llegar a participar de los otros. En todo caso, nunca Todopoderoso. La guerra es esa, la Realidad es esta guerra, y lo único que nos puede alegrar un poco el ánimo es que la guerra está debatiéndose, está viva.
-Pero parece que cuando se dice ‘los hombres’, es por contraposición con las otras cosas, que cuando se hace esa generalización, que es algo falsa, es por decir “no se ve, o no vemos, que las otras cosas hagan algo así”. Que tendrá que ver con lo que salía antes de que si los hombres hacen esto es por saber de Futuro.
A-Esacto. Eso es lo que estuve corrigiendo al principio, esa pretensión por la cual como recordáis lo que os he presentado como rasgo peculiar es justamente el que se refiere a eso del Tiempo. ¡Más cosas, antes de que el tiempo se nos vaya!
-Es que precisamente lo del Tiempo es importante, porque ella yo creo que en este versito muy cortito que tiene aquí se refiere precisamente a un desnudamiento del Tiempo que ni siquiera alude a una Topografía, es imposible. Dice lo siguiente: “sin arriba ni abajo/ sin comienzo ni fin/ sin Este y sin Oeste/ sin lados ni costados/ y sin centro/ sin centro”.
A-Bueno, está dicho mejor, menos pretenciosamente, en el segundo poema.
-Eso está muy bien dicho, porque aquí los sinsentidos del Tiempo son más desnudos que con lo del Arriba y abajo.
A-No, no, son más astractos. Es más astracto, pero no. Adelante.
-Hay un refrán común entre los habitantes del desierto, por lo menos del Sahara, que cuando ven pasar a los chicos modernos con sus furgoneta a toda velocidad y una gorrita, les suelen decir “tú tienes el reloj, pero yo poseo el Tiempo”.
A-Pues es una metedura de pata, ¿eh?: si al tiempo se lo posee, es el Tiempo real, y entonces da lo mismo que sea la velocidad, o que sea el Tiempo Eterno, porque el Tiempo Eterno es también una mentira, igual que el Tiempo velocísimo, el todo y la nada de Dios. Ése hombre era un creyente en la eternidad. No vale para nada, es un engaño. ¿Qué más? Quiero sobre todo que haya reacciones a lo que se ha dicho.
-Que cuando se dice “yo soy el río”, ahí también se da por hecho que no existe el Tiempo, porque el observador.....
A-¿Pero cómo no va a existir el Tiempo, si es la existencia misma? Es la existencia misma: el Tiempo falso es el que existe. El otro es verdad, pero el que existe es el falso. ¿Qué más?
-Una observación al poema éste, que es muy importante: últimamente tengo una amistad con un geólogo que está especializado en domos genésicos, que está estudiando siempre, y una de las cosas que me garantizaba que le parecían que son así es que la propia Tierra es un ente, o sea, que tiene su propia voluntad, de alguna manera no comparable a la humana, sino a su ritmo. También que como cualquier otro objeto o como cualquier otro ser, o cualquier animal, o cualquier planta, o cualquier piedra, pues tiene también sus objetivos y sus finalidades. Y él lo había visto en el estudio de los domos genésicos, que lo había visto en años y años de estudiar ese tema.
A-Son muchos los hombres que de vez en cuando, aunque no hayan llegao a los estremos de esta tertulia, se vuelven traidores contra el Hombre, y volverse traidores contra el Hombre quiere decir reconocerles a los árboles, a los astros, a la Tierra, reconocerles cualidades humanes. Lo importante para esto es desprenderse justamente de esta pretensión de lo esclusivamente humano. Lo común de nosotros con las cosas, vuelvo a decirlo, es eso de obedecer a la Ley de la Existencia, estar en esa guerra, y cualquier animal, cualquier ave, cualquier astro, está por un lado obedeciendo a la ley de subsistir, de seguir siendo el que es, o lo que es, y por otro lado no obedeciendo, obedeciendo más bien al dejarse ir, al desmoronarse, al vivir, al morir. Eso le pasa a cualquiera, y lo que no le pasa a cualquier cosa es lo que aquí he sacao: esa Fe en el Tiempo, ese saber del Futuro, eso no le pasa a cualquier cosa. Pero cualquier cosa de cualquier clase tiene sus peculiaridades, y nosotros tenemos ésa. Sí.
-Respecto a la cuestión del Saber, lo que está claro es que es distinto el saber de las cosas, de los animales, lo de las piedras, que la del humano. El saber de los animales, o de las plantas es un saber hacer, un saber hacer que no planifica, que es automático, no hay una conciencia.
A-Lo que decíamos de la araña y de la otra.
-Es que tú eres muy misógino, y entonces piensas que hay arañas que duermen a la hembra para ver si.............
A-Sí, pero ¿no te hemos convencido en que lo solo peculiar, y lo que no podemos reconocerles a los demás, es lo del Tiempo que he estado......?
-No, no me convences, es un saber automático.
A-El saber futuro, saber la Muerte. De saber la muerte, de ahí viene todo lo demás. ¡Bueno, venga, no nos distraigamos! ¡Más!
-Walter Benjamín dice que el perro no corre para atrás.
A-Algunos decían que los cangrejos sí, no sé si lo querría decir Walter Benjamín. ¿Qué quiere decir?
-Quiere decir que si hay un movimiento, en el momento en que se invierte, caos, no lo contamos.
A-¿Por qué? Yo no veo que pase. No, no, sin duda quería decir otra cosa.
-A mí que me lo espliquen los físicos.
A-No, no pasa nada, el perro mismo va pallá, se da la vuelta...............No olvidéis que antes de cualquier cuestión de espacio, de derecha/izquierda, y todo eso, está el Tiempo convertido en espacio, con lo cual lo de adelante y atrás se toma parece que metafóricamente, pero es realmente, se toma como en uno de los dos sentidos que falsamente la creencia nos impone: del Pasado hacia el Futuro, que es como vamos, del Futuro hacia el Pasado, puesto que las cosas que no han pasado vienen a realizarse, etc. Ése es el primer espacio, la reducción del Tiempo a espacio, y los demás espacios físicos dependen de él. ¿Algo más, que nos vamos a tener que ir enseguida?
-Quiero decir que no es tan fácil no tener Fe, porque respecto al tiempo se siente claramente oyéndote a ti que el Futuro es Muerte, y también, pensando ahora en lo que decía Virginia del destrozo del Hombre, es lo típico consolarse del destrozo cuando arrasan un bosque o ensucian un río, con que es el tiempo el que viene a dar vida otra vez a eso. Vuelves a caer otra vez en lo mismo pensando que será el tiempo el que restituya todo eso, si es que se restituye, o el que acabe con toda esta muerte que estás viendo.
A-Suele usarse, pero a su vez que el bosque, los pinos, vuelvan a reproducirse con el tiempo, eso es una formulación que viene del mismo engaño: “¿Qué coños sabe usted si los pinos van a volver a reproducirse? ¿Qué coños sabe usted?”. Es el mismo engaño el que ahí se utiliza como consuelo. Se ha hecho muy tarde, me parece. Lo siento, quería haber recogido muchas más reacciones. ¿Queda alguna por ahí?
-¡Pero si no dejas hablar, joder!
A-Hay que acostumbrarse a esto de dejarse hablar, ¿eh?
-Sí, a los que dejes. A los que dejes, se pueden dejar hablar.
A-A los que se les deja, no a los que lo tienen prohibido. Pero quitando estos, es justamente a esos a los que desea uno oír hablar. No sé, tenía que aprenderse. No creo que sea una táctica tan difícil, pero (con esto voy a terminar) tiene que ver con lo primero que os dije respecto a las ideas: no hay otra sabiduría, no hay otra manera de dejarse hablar, perder ideas, dejar de creer en lo que está mandado que crea uno, no hay ninguna otra táctica más que la negativa. Entonces naturalmente como uno, perdiendo todo lo que tiene de creyente en el Futuro (miedo convertido en Información, esperanza del Éxito), uno, libre de esas cosas, se vuelve sin embargo como cosas, y entonces efectivamente puede hablar como las cosas hablan, cada una en su lengua. Y nosotros en la nuestra, a condición de que uno se haya despojado de ideas y no venga aquí a demostrar lo que sabe y a espresar su Alma, sino libre de todo eso a dejarse que le salga por la boca lo que sea. Como las otras cosas hablan, porque esto del hablar, hoy ya lo hemos visto, no es, como nos quieren hacer creer, la propiedad del Hombre, no: las cosas hablan, solo que cada una en su idioma, y el tipo de cosas que nosotros somos en el nuestro. No es esa la propiedad, la propiedad es el saber la Muerte, el saber el Futuro, eso es lo que las otras cosas no tienen, pero no el hablar. Y uno es revolucionario, pero puede aspirar a dejarse hablar como las cosas hablan, aunque sea en esta lengua tan regional y articulada que es la que a nosotros nos ha tocado. Bueno, pues con eso..............Sí.
-Estaba pensando que el otro día estábamos hablando de las posibilidades que había de hacer frente al Poder, y analizando varios tipos de personas o de conductas, y estaba el hombre que se retiraba al campo, el hombre silencioso, el asceta. Y yo pensaba, y lo hemos hablao más veces, que el problema realmente del Tiempo y del Futuro, de la Realidad, es la Información. Entonces yo pensaba que quizás ese hombre que se retira, o que parte de un Ideal, en el fondo está intentando rechazar el seguir generando Información, el seguir creando Información, luego de alguna manera lo veo como un mal menor, porque es que el problema que veo es la Información, es el gran problema.
A-Lo está sin duda intentando; y también sin duda fracasa, porque él al desierto se lleva consigo su futuro y su fe, y simplemente las pasa a otras cosas, como en los versos esos “post equitem sedet atra cura”, (“a la grupa del jinete va sentada la negra preocupación”), de manera que también se la lleva así. No es despreciar a nadie, que cualquiera se las arregla como puede manejarse en este mundo, y unas veces creer y trepar, y otras veces dudar y desconfiar y librarse de eso, ¿no?, pero vamos, no es la solución.
-Ya Buñuel en su testamento, en el libro “El último suspiro”, decía que la Información era el quinto jinete del Apocalipsis, y que era el que se iba a tragar a todos los demás.
A-¡Esacto! Sí.
-¿Se puede decir lo que dices de ‘saber la muerte’ más brevemente con que sabe las cosas el Hombre, o..............?
A-No, eso te desvía del descubrimiento de que el primer saber es el Futuro. Todos los demás casos de Información al estilo humano vienen de ahí, pero el primero es el Futuro, no hay otro saber antes del Futuro. Ése se vuelve sobre lo pasado y convierte la memoria viva en Historia, pero esta operación ya es secundaria; este saber histórico, esta conversión de lo pasado en Tiempo sabido y pasado, es secundaria. Todo este rasgo humano del saber es un saber en primer lugar de lo que no existe; saber de lo que no existe, de lo futuro, y sólo de ahí puede venir todo el resto de los saberes con los que cargamos.
Bueno, pues no puedo oír ya más voces, lo dejamos por hoy. Si sigue simplemente pasando lo que pasa y no hay una decisión de la Autoridad, dentro de 7 días nos vemos por aquí para seguir con esto.