27.08.2014

Tertulia Política número 274 (23 de Marzo de 2011)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

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TRANSCRIPCIÓN:
 
 
Vamos a intentar, aunque sea al son de esa música, que es algo sobre lo que precisamente estaba yo pensando volver durante la sesión de hoy.  De manera que vamos a ver si nos deja la música de la calle, el rumor de la calle. Habrá que seguir una y otra vez volviendo sobre la cuestión del tiempo, de los dos tiempos, el real y el de verdad, que no puede llamarse tiempo, tal como ya el último día estábamos tentando acerca de las cuestiones de la simultaneidad o la imposibilidad de la simultaneidad, las coincidencias, y el por qué de eso que nos parece que tienen de mágico las coincidencias, que aquí nos importaba tanto porque después de todo aquí dentro de la Realidad consideramos igualmente las magias y las fantasías y los sueños y cualquier otra cosa que sea, no sólo la Realidad llamada física o natural.   Habrá que volver sobre eso.

(Pequeña interrupción)

Habrá que volver pues sobre eso una y otra vez, pero antes de eso deseaba hoy atacar la cuestión desde el punto de vista más directamente político, a propósito de las cuestiones del Tiempo vacío, del aburrimiento y el entretenimiento, que en otras ocasiones han salido entre nosotros, pero sobre las que espero que volvamos de nuevo desde otro punto de vista.

Os invito lo primero a que os fijéis en cuánto de la producción en el régimen que hoy padecemos está dedicado al entretenimiento.  Me diréis enseguida que mucho, eso por supuesto, pero yo os querría hacer sentir hasta qué punto se puede decir que la mayor parte de la producción está dedicada justamente a esta labor del entretenimiento.  Os invito por tanto a recordar un poco las cosas a las que puede pertenecer esta industria del entretenimiento.  Echad por tanto una cuenta conmigo.  Entretenimiento todos sabéis lo que quiere decir, de manera que no hace falta mucho para que os pueda preguntar acerca de la cuantía de ello: entretenimiento quiere decir, pues ya sabéis: películas, libros...........y también noticias, información, porque en esto querría que nos paráramos bastante.  Alguna vez hemos venido a dar en el descubrimiento de que la Realidad es información, y como a veces los físicos mismos reconocen, es inútil intentar hacer una distinción entre lo uno y lo otro, entre información y Realidad.  Pero hoy querría haceros sentir conmigo que la información ésta entra también dentro de esto a lo que llamo entretenimiento.  Nada más tenéis que recordar las páginas de la prensa, los espacios de la televisión dedicados a informaros, a veces de cosas más lejanas, como las costumbres de los pocos animales salvajes que nos queden vivos por ahí, o a recordarnos fases de la Historia, a presentarnos batallas de antaño, guerras de antaño, recostruídas con más o menos fidelidad, y a veces también al informativo diario, es decir, lo que ha pasado ayer, hace un momento, y os estoy sugiriendo que también esto es entretenimiento, también la información.  Os lo estoy diciendo para que después me digáis,  encontréis dificultades para reconocer esto, pero por lo pronto os lo presento.

Para llegar a decir que la industria principal de todas las del régimen es el entretenimiento hace falta desentenderse de las objeciones más inmediatas que se pueden presentar, y en esto también deseo que me acompañéis.  Se puede decir: “¡hombre, no, también se producen automóviles, también se producen teléfonos, también se producen muchas más cosas que parecen útiles, que parece que sirven para algo!”.  Pero os querría hacer meter también la cuenta ahí dentro: se puede reconocer que efectivamente un automóvil podía en principio tener una cierta utilidad, podía tener una cierta utilidad para que el médico fuera con el auto a los pueblos, para que el teléfono permitiera trasmitir recados urgentes de la familia, de los vecinos, y se puede reconocer que les quede un poco de utilidad; pero pensad la mayoría de los usos que podéis reconocer conmigo de esos otros productos como el automóvil, el avión, el teléfono, o los móviles.  Estoy pidiéndoos echar una cuenta de más o menos, que es lo que dentro de la Realidad cabe, y estoy insistiendo en que se reconozca que de todas las maneras, aún reconociendo restos de utilidad, la gran mayoría de los usos es el entretenimiento: ¿cuántos de los viajes de avión sirven para solucionar algún problema urgente, urgente de veras, para realizar alguna transacción indispensable para la marcha del mundo?  Sirven simplemente para los viajes organizados por las agencias y todo eso, y yo creo que no hace falta ser muy exagerado para reconocer hasta qué punto esto último es lo más, la gran mayoría.  ¿Para qué sirve un teléfono, un telefonito móvil?  Echad cuentas, escuchad un poco: podéis reconocer si queréis que todavía de vez en cuando y casi por casualidad sirven para algo, pero la inmensa mayoría sirve para la cháchara, que es una de las formas de entretenimiento a las que estoy invitándoos a asomaros.  Ahora me lo sacaréis, porque os voy a dejar la palabra para que presentéis objeciones, y podéis sacar otras formas de producción.  Va a tardar un rato hacernos cargo de que efectivamente es razonable decir que la mayoría, la industria principal, es la industria del entretenimiento, una vez que ya he incluido en ella también lo de la información como entretenimiento.  No sé si ya se os está ocurriendo alguna pega fundamental, alguna cosa que el régimen produce y que pueda ser, no para el entretenimiento en su mayor parte, sino para otras cosas.  ¿Qué se os ha venido a las mientes?  ¿Qué cosas hay en contra de lo que estoy diciendo?  ¿Qué otro tipo de producción hay importante, grande, entre las industrias del régimen?

-La de la alimentación, ¿no?  La de la alimentación no es para el entretenimiento.

A-El régimen desde luego no produce alimentación.  Has ido a tocar uno de los puntos en que efectivamente el régimen progresado, el actual, se diferencia claramente del antiguo régimen, es decir, del que tenemos, o registro histórico (las hambrunas, las miserias de antaño, por ejemplo durante la guerra civil o la posguerra, con el racionamiento), o testimonio igualmente de las márgenes del Desarrollo, donde efectivamente la gente se muere de hambre, y entonces la alimentación está primero.  ¡Pero amigos, aquí estamos en el mundo primero!  Estamos en el mundo primero, el representante de la Realidad, el que estoy tomando como ejemplo del régimen, y aquí ¿cuánto del hambre que podáis sentir vosotros o vuestros prójimos, no está dedicado al entretenimiento?  Fijaos bien lo que entretiene, no sólo salir con la novia a un restaurante de vez en cuando y frecuentar los múltiples que en el régimen del Bienestar se nos ofrecen para probar (los chinos, los indios, los persas, los japoneses, y todo eso), cosa que es sumamente entretenida, sino que también el ama o el amo de casa, yendo a las compras puede encontrar una de las fuentes de entretenimiento más fructuosas que le caben: ¡cuánto entretiene, cuánto divierte ir de compras de una manera o de otra!  Muchas, no solo mujeres, sino también hombres, pueden reconocer fácilmente que de las cosas que más les entretienen, con las que más se divierten, es ir de compras.  Y el pretesto del hambre, ¿dónde coño se ha quedado el hambre cuando las cosas funcionan de esta manera?, ¿dónde coño ha venido a parar el hambre?: ha venido a parar justamente a esos recesos históricos, o fuera de los límites del Bienestar, donde se nos dice que las hambres siguen matando a gente.  ¡Pero amigo, lo importante es que se nos dice, y esto forma parte de las noticias! Esto son también noticias, las hambres de los que mueren de hambre, y entonces esas hambres de los que mueren de hambre, ¡cómo están sirviendo para la industria de la información, que es entretenimiento! 

No sé si alguno de vosotros querrá presentarme la pega de que la información puede ser descubrimiento de la verdad de lo que pasa.  Supongo que pocos estaréis, por lo menos de los que me acompañan hace tiempo, animados a presentar esta pega, sino más bien inclinados a reconocer que la información, incluido el informativo diario de la tele o de la radio, la información está esencialmente sirviendo para entretener al personal.  La industria de entretener al personal es en este sentido la más importante cuantitativamente; y por alguna razón que no es meramente cuantitativa y sobre la que luego entraremos, pero quería haceros sentir primero la aparición cuantitativa como una guía para entrar en el problema.  ¿Qué más tenéis que decir en contra, por favor?  Porque es el momento de aprovechar.  ¿Qué más producciones hay del régimen que no sean para eso?

-El meter miedo.

A-Esplicate.  Estoy preguntando ‘producciones’: ¿te refieres a las películas de miedo?

-No, a que si hay un terremoto, a que si viene el paro, que si viene el euribor, el nosecuantas....

A-Eso no es una objeción, porque eso está dentro de lo que he llamado información como entretenimiento.  La información tiene que emocionar, producir preocupaciones, ratificar sobre todo el peligro de lo futuro, de lo que pueda venir.  Todo eso es el entretenimiento durante la comida, o después de la comida, ¿no?, para eso es para lo que está sirviendo.  Y por tanto es lo mismo: si en lugar de los informativos vais a ver una película, efectivamente: hay películas de miedo, de las clásicas de miedo, que ya se sabe: entretienen lo mismo o mejor que las de risa o cualesquiera otras; entretienen lo mismo, y su función primera puede ser meter el miedo, pero eso es aparente: debajo se trata de, con eso, entretener.  Seguro que les asusta a los niños, y se podría decir que muchas de las cosas que se inventan para los niños están destinadas a hacerles tener miedo, pero sobre todo están destinadas a tenerlos entretenidos, calladitos.  Seguid presentado pegas, por favor.

-Es que el entretenimiento ése a través de la ficción, como el que dices tú de las películas, del teatro y de todas esas cosas, o los vodevíles, o lo que sea, eso lo ha habido siempre y es mucho más inofensivo.  Yo creo que lo verdaderamente letal es lo que llaman Reality Show...

A-Sí, sí, lo de la información, sí.

-Déjame que termine.  Es la reproducción de tramos de la vida, de lo privado de cualquier vedet o cualquier artisto en (salsa rosa) o lo que sea, que invaden lo público como un caso humano, a seguir, desde luego.  Eso es lo peor.

A-Estás poniendo un ejemplo muy fácil, pero hay que añadir que lo mismo que pueden servir para entretener las vidas y los apaños eróticos de los vivos, pueden servir las víctimas japonesas de............  Lo mismo, pero todo entra dentro de la información y sirve para eso.  No estás poniendo ninguna pega, y estoy esperando pegas.  Sí.

-La Medicina.  Ya que hemos hablado del pan y el circo, pues la Medicina

A-¿Es una producción del régimen, la Medicina? 

-¿Pero es entretenimiento, la Medicina?

A-Por  un lado sí es, ¿eh?: ‘Medicina’ puede tomarse en un sentido general como arte de curar o de atender a los dolores, pero ¿qué es la Medicina como producción del régimen, que es lo que estoy preguntando?  ¿Qué es la Medicina como producción del Régimen?  Todo el mundo lo sabe, ¿no?, todo el mundo lo padece.

-Prevención.

-Profilaxis.

A-Bueno, es, por supuesto, entretenimiento.  “Chequeo periódico”: ¿qué ejemplo podéis buscar mejor de un entretenimiento?  ¿Cuántas mujeres no viven gracias a que cada mes tienen que pasar un chequeo, o cada año tienen que volver a que les miren las tetas, “a ver sí”?  ¿Cuántas?  ¡Muchísimas, muchas!  De manera que creo que por ahí () exagerar.  No hay que olvidar que junto a lo que estoy diciendo está también la Farmacopea, y quien ignore el potencial tremendo de la Farmacopea como industria y como negocio, desde luego es porque quiere engañarse.  De manera que, como decía del hambre: si después queda un resquicio en que alguna vez algún médico o un remedio surte de hecho algún efecto, cura de algún dolor y todo eso, por supuesto lo podemos contar, lo hay de vez en cuando: la aspirina se puede decir que es un buen invento, porque con la aspirina me quito el dolor, pero después de lo que os he contado de lo que es la Medicina como industria y negocio, ¿qué cuenta eso poco en que de veras pueda servir para algo?  ¿Qué cuenta el que puedan unas aspirinas a mucha gente quitarle un dolor, si al lado de eso está del desarrollo del terror del Porvenir, la profilaxis, el chequeo, como una fuente de entretenimiento, una manera de llenar el tiempo, una manera de hacer sentir el Futuro, de ratificar el Futuro de la manera más clara?  Pegas:

-Lo del matar el tiempo, lo del entretenimiento, tiene como una doble función que no lo dice el régimen.  ¿Porqué la gente nos movemos diciendo que hay que matar el tiempo, lo mismo da con los informativos, que con el cine.............?

A-Sí, sí, a eso estoy llamando entretenimiento.  ‘Matar el tiempo’ es un giro de la gente, y lo dice corrientemente.  En otras ocasiones que ha salido lo del tiempo lo hemos tratado aquí: matar el tiempo quiere decir costituírlo, porque el Tiempo real, el del Futuro, Pasado y Presente, es simplemente un tiempo muerto; no es lo que está pasando, no es AHORA, es un tiempo muerto, de manera que razonablemente el pueblo ha creado esa locución.  Matarlo es costituírlo, hacerlo, ratificarlo.  Sí.

-Estos ejemplos que has puesto del cine y el teatro como entretenimiento, son cosas que produce el régimen, y antiguamente seguramente que serían para entretener, pero ahora va recubierto con la aureola de la cosa de la Cultura, y parece que tiene otro significado.  Sin embargo hay otra cosa que ha puesto el régimen y que es específica para el entretenimiento, que son los pasatiempos éstos, los crucigramas, los sudokus, toda esta cosa, que a mí me parecen bastante más inocentes que todo lo demás, que no está concebido como entretenimiento.

A-Bueno, por lo menos son mas descaraos. Tienes razón, son más descaraos, nadie puede pretender.........Bueno, sí, alguien puede pretender que un crucigrama es una manera de hacerse Cultura también, ¿eh?, estaba yo exagerando un poco.  Pero es más difícil, y es muy descarao que la mayor parte de los ’pasatiempos’, como suele llamarse en los Medios, efectivamente no tienen otra finalidad que ésa. Una película bien hecha, lo mismo que un libro bien hecho de vez en cuando, de tarde en tarde, o una canción, puede, no ‘producir Cultura’, que eso ya está dentro del régimen, pero puede de verdad hacer algo; hacer algo, es decir, hacer descubrir y hacer sentir algo.  Puede suceder.  Es como lo que he dicho del hambre: lo podemos dejar como algo que de vez en cuando a pesar de todo sucede, pero yo os pido que lo comparéis con la inmensa mayoría de las utilidades, para que esta cuenta se pueda mantener.  Sí.

-No sé si será una pega, pero me parece que las palabras información y entretenimiento podrían verse como algo benévolas en relación por ejemplo a cuando las comparamos con situaciones de antes de los medios de istrucción masiva, o sea, si los comparamos por ejemplo con el pregonero.  Es decir, buena parte de lo que llamamos información o entretenimiento son órdenes, más o menos adobadas o doradas con cifras.  El pregonero estaba claro que informaba, pero en realidad sobre todo, o hacía anuncios comerciales, o daba órdenes del Alcalde o de quien fuera, como el heraldo más antiguamente.  Entonces yo creo que había que situarlo bastante ahí también, para que no fuera tan benévolo lo de ‘información’, porque al sentido de ‘información’ se le ha dado tantas vueltas yo creo, y se adoba tanto el concepto, que nos cuelan la idea de que es por nuestro bien, por algo necesario................ 

A-No sé si puede haber alguna confusión en eso. 

-La mayoría de las veces que hablan de información, suelen ser órdenes. 

A-Bueno, pero aunque efectivamente esté bien tener en cuenta esto que has sacao, que más bien parece que pertenecería al antiguo régimen, con el pregonero y tal, más bien es conveniente hacer sentir que es lo mismo: los pregoneros del régimen son la televisión principalmente, y después las redes, la radio y demás.  Están haciendo la misma función, la función no es esencialmente distinta, y si habéis aceptado más o menos que la información no es ningún descubrimiento de verdades, que en la Realidad no hay, sino que es un matatiempos, un pasatiempo, un entretenimiento, entonces está claro que en un caso como ése, como el del pregón de las verdades de la Naturaleza o de las verdades de la Historia, que la televisión os echa todos los días, se está ahí reproduciendo eso: mientras te cuentan las verdades de lo que está pasando en Egipto, o de lo que pasó entre Marco Antonio y Cleopatra, mientras te cuentan eso, pues lo importante es que se consigue que no te apercibas, que no te des cuenta de lo que está pasando, porque éste es el punto al que tenemos que pasar: la función del entretenimiento.  Si.

-Que una de las cosas que se me ocurría que más tiempo mataba, o que más entretenía, era justamente el trabajo, que no se puede pintar como algo entretenido.

A-Muy bien, muy bien, has dado en la tecla que voy a tocar a continuación inmediatamente.  Sí.

-Yo quería decir que comparado con la información ordenancista, que es más bien la del antiguo régimen, aunque ahora también la hay, la peor de todas para mí es la de la vacuidad, la de llenar el vacío.  Por ejemplo te subes a un taxi, y tiene que haber puesto de fondo un ruido de noticias, o cuando vas al dentista, que todo es como una antecámara de dentista.  Es el horror al vacío, y eso hay que eliminarlo como sea.

A-Sí, al principio llamé a esto: lo del entretenimiento es llenar el vacío, y lo he dicho a propósito de matar el tiempo.  Justamente el Tiempo real, que primeramente es el Futuro, es un tiempo donde no pasa nada, porque en el Futuro no pasa nada. Es un tiempo vacío de por sí, y ése es justamente el que se trata de imponer también a los recuerdos que nos puedan quedar vivos y a lo que está pasando ahora, de manera que el que se rellene con ruidos o con otra cosa, es igual: se rellena sobre todo con entretenimiento, se está llenando el vacío, que es la manera de asegurarse de que continúe siendo vacío.  Sí.

-Estaba pensando que no sé si alguna vez la hubo, pero que cada vez me parece que hay menos diferencia entre publicidad e información, y entonces la publicidad parece que ha hecho del consumismo un sustituto de las ideas, y entonces hoy lo que uno viste, o conduce, o come, se ha convertido en lo que antes podía ser casi una ideología del modo de vivir o de cómo había que vivir.  Entonces hay un continuo bombardeo de lo que es deseable según las categorías de la gente, o hasta donde llegue, y le obligan a definirse, o a elegir de una manera muy mezquina cómo es, y eso es lo que después la gente además se conforma, pensando que lo ha elegido él y que es así.

A-Sí, efectivamente la publicidad, la propaganda de los productos del régimen (de los otros productos, o de los propios productos del entretenimiento, que también tienen su propaganda), la propaganda te enseña lo que es bueno, te enseña a que aprendas a vivir, es lo que hacen los anuncios de cualesquiera productos: te enseñan, son efectivamente una forma de Doctrina.  Naturalmente te enseñan de tal manera que no haya el menor peligro de que te confundas, es decir, que estés atenido a que la vida es el porvenir que uno tiene, que la vida es tiempo, y una vez dado eso, si te conformas, los anuncios te enseñan cómo disfrutar, cómo vivir de la mejor manera.  De manera que incluso la utilidad que la empresa anunciadora pueda tener es una cosa secundaria, lo importante es que también la publicidad está realizando esta misión de matar el tiempo, es decir, de costituírlo, de establecerlo de una manera más firme.  No sé si quedaba alguno.  Sí.

-Entre las producciones de los regímenes, el tema de las guerras, que continuamente se están produciendo y generando más, y otra, y otra, y otra, y desde siempre.

A-Claro, el régimen no cuenta la guerra misma como una de sus producciones, no se le ocurre nunca, pero cualquier guerra es efectivamente un motivo de producción que para el Capital es fundamental.  La guerra misma no la produce el régimen, pero desde luego la aprovecha, porque ¡hay que ver el rendimiento que da una guerra!  No me refiero solo al rendimiento para el Capital  y el rendimiento para la Fe reinante respecto a ‘paz’, respecto a ‘tiempo’, sino también para las vidas de cada uno: mientras dura la guerra, ¿cómo está la gente?: esperando que llegue la paz.  ¿Queréis más que eso?  La gente efectivamente soporta la guerra y sus malestares porque efectivamente le han enseñando que eso es algo adventicio, que ha caído así, que va a pasar, y efectivamente vive en la espera. O sea, lo mismo que siempre, lo mismo que fuera de la guerra: la orden del régimen es vivir en la espera, ¿eh?, nada de vida, sino tener un porvenir, que es lo que hace falta, pero en el caso de las guerras de una manera simplemente más intensa, más exagerada, o como queráis decir.

Se me va pasando el rato y tengo que cortar por ahora las voces, y sigo con vosotros según lo que a ti mismo se te ocurría hace un momento: Trabajo.  Cuando os estaba hablando bajo nombre de entretenimiento, matar tiempo, pasar el tiempo, llenar el tiempo, os estaba hablando de ocio, lo que se llama con una palabra muy dignificada de vez en cuando: ocio.  Ocio, es la producción del ocio.  El ocio, al que en lengua más corriente se le llama también tiempo libre, en un caso y en otro por oposición al tiempo del trabajo.  De manera que conviene analizar cuál es la relación entre uno y otro tiempo, el tiempo libre, el ocio, y el trabajo.  Pero notad esto, que para cualquier rebelde puede resultar un poco contradictorio o paradójico: que el progreso del régimen no ha consistido en otra cosa que aumentar el ocio, alargar el tiempo libre.  Está claro en qué ha consistido el Progreso: ¿no tenéis ahí el acortamiento progresivo de la jornada laboral?  ¿No os cuentan la barbaridad de las 12 o de las 20 horas en comparación con las 8?  El acortamiento de la jornada laboral ha sido la línea continua que se ha mantenido.  El aumento del fin de semana, el arrancarle al trabajo un medio día más, es otro de los grandes logros del Progreso.  Y el alargar las vacaciones, ¿no es otro de los grandes logros del Progreso, que podéis tener de tiempo libre, no ya un mes al año, sino, dos, tres, o más, fácilmente?

-Eso será los que están en paro. 

A-Sí, sí, cada vez más.  Bueno, es que no queréis acordaros de lo que estoy llamando Progreso; no hace falta ser muy viejo para recordar lo que eran las cosa hace 50 años, o por lo menos leído.  Os estoy hablando del Progreso, y no os engañéis con tonterías.  Y añadid todavía la liberación del trabajo doméstico gracias a las máquinas, la liberación para la mujer en primer lugar, que con las lavadoras y demás artefactos tendría que disponer prácticamente de todo el día o de casi todo el día, y con un poco más de ayuda de máquinas para criar los niños también, liberación del tiempo del trabajo doméstico.  Si no queréis empeñaros en lo contrario, no hace falta muchos más ejemplos: se ha progresado en este sentido, y esto a un rebelde contra el régimen le puede doler, pero es porque no se plantean las cosas bien.  Lo primero es reconocer que ése es el Progreso: cada vez tenéis más tiempo libre, cada vez tenéis más ocio, si os comparáis con pocas generaciones atrás, no digamos con siglos atrás.  El Progreso ha consistido en esto, de manera que lo que importa aquí es preguntarse cómo esto puede ser, porque un rebelde, por lo menos de los que están acostumbrados a andar conmigo, sabe que de Arriba nunca puede venir nada bueno, esto es una cosa elemental: de las alturas de la Gobernación o del Capital nunca puede venir nada bueno, de manera que es muy importante yo creo que entremos a analizar esto. 

Os recuerdo antes, del antiguo régimen, de los tiempos de Carlos Marx, lo que él mismo llegó a denominar (así suele traducirse fielmente) como “venta de la fuerza de trabajo”.  Ésta era la condición del sometimiento, de la esclavitud del proletariado, condenado a la venta de la fuerza de trabajo.  Esto era una cosa que ahora, después de haber sufrido mucho desde sus tiempos hasta ahora, podíamos enseñarle a Marx a decirlo mejor, porque no puede ser que el proletario del antiguo régimen lo que vendiera fuera su fuerza de trabajo, porque si esto fuera así estaríamos diciendo una tontería, porque ‘fuerza de trabajo’ ya implica en sí el trabajo, de manera que implica en sí la venta. “Vender la fuerza de trabajo” no puede ser, habría que decir “posibilidades de vivir”, “vender posibilidades de vivir”.  Aquí la única alegría que solemos tener es el reconocimiento de que nada es todo, que siempre hay posibilidades abiertas, en contra de lo que nos quieran enseñar.  Posibilidades de vivir, ésas son las que el proletario vende convirtiéndolas en fuerza de trabajo.  Esto es una corrección que importaba para la formulación de Marx, y que al mismo tiempo nos viene aquí muy oportunamente. 

Esto recuerda un poco, dicho sea entre paréntesis, esta cosa que al tratar de las cuestiones físicas hemos sacado alguna vez con aquella simplicidad paradójica que en un fragmento de Heráclito se dice “lo caliente, se enfría”.  Ya sabéis que los restos del libro de Heráclito están destinados a presentarnos la guerra, la contradicción; la guerra, la contradicción, y por tanto debió parecer en un momento que formulaciones tan simples como ésta eran reveladoras: que lo caliente, se enfría.  Si se dice así, con una frase con coma (“lo caliente, se enfría”), la cosa se vuelve de lo más clara, porque evidentemente cuando está ‘se enfría’ ya no está ‘lo caliente’, en el sitio donde está ‘se enfría’, es el sitio donde ya no está ‘lo caliente’, es evidente.  Para que no tengamos esta facilidad, si se quiere decir “se enfría lo caliente”, que no tiene coma en medio, que es unimembre, entonces ahí a lo que nos vemos obligados es a reconocer la presencia de la contradicción misma ‘caliente/fría’, la presencia como tal contradicción.  O sea, como en el misterio de la Eucaristía el vino es al mismo tiempo sangre: si se dice “el vino se convierte en sangre”, pues ya se ha caído en la trampa: cuando es sangre no es vino, cuando es vino no es sangre, pero si se mete todo junto (“se hace sangre el vino”), pues tenemos la presencia de la contradicción: ‘caliente/frío’, ‘sangre/vino’.  Pues eso es lo que os decía respecto a ‘venta de las posibilidades de vida’, ‘conversión de las posibilidades de vida en fuerza de trabajo’.  Ésta es la manera en que podemos actualizar además, para hacer sentir en lo que toca al régimen actual, lo que ahí se podía decir respecto al proletariado; que ha pasado ya de moda desde el tiempo de mis bisabuelos, pero de todas formas lo podemos actualizar; lo podemos actualizar de esa manera.

Lo que pasa es que el trabajo y el ocio están en línea; en la misma línea del tiempo, por emplear la forma de imaginación más habitual para esto del tiempo real.  Están en línea: las horas de trabajo están en línea con las horas de ocio.  Os parecerá que es una tontería, pero a lo mejor os creíais daros cuenta de otra cosa.  Pues no: las horas de trabajo están en línea con las horas de ocio, y las horas de ocio están en la misma línea del tiempo que las horas de trabajo.  Esto no puede menos de acarrear consigo en esta alternativa una consecuencia, que es que el ocio se contamine del trabajo. “Que se contamine” no sé si es el término más adecuado, pero creo que os habéis hecho bien cargo de cómo es la cosa.  El ocio del que disponéis, el tiempo libre del que disponéis, del que el régimen en su progreso os ha hecho disponer, de eso es de lo que estamos hablando, y os lo estoy presentando ahora como formando parte del Tiempo real, que siempre es primero futuro, tiempo vacío; formando parte del Tiempo real, y por tanto contaminándose del trabajo por la propia sucesión entre lo uno y lo otro.  ¿Qué quiere esto decir?: pues.........

-Pero más que contaminación, es que es esactamente lo mismo.  Es esactamente lo mismo trabajo que ocio en este momento.

A-Eso ya es una exageración prematura.  Te aconsejo que me acompañes, antes de pasar al ‘todo’ y a ‘lo mismo’.

-Te lo digo completamente en serio.

A-Sí, sí, pero paciencia; desmentir las mentiras del régimen requiere muchas veces paciencia, no se puede saltar de repente a ‘lo mismo’.  Lo que os estoy diciendo es que vuestro ocio se contamina de la trabajosidad propia del trabajo; eso es lo que hay que sentir.  Es decir, que un ocio, el ocio, se vuelve de alguna manera un ocio trabajoso.  Que el ocio se vuelve un ocio trabajoso, está contaminado de esa trabajosidad, ¿en qué lo notaréis?  ¿En qué notaréis que eso ha sucedido?  ¿Cómo percibiréis que eso ha sucedido?

-...................

A-¿Se percibe eso, o no?

-Sí.

A-“¿Qué vamos a hacer el sábado?”

-Es que la gente el fin de semana se aburre, y está esperando a que llegue el lunes para empezar la rutina que llaman, ¿no?

A-Todo el mundo siente esta condición trabajosa, que quiere decir, como siempre, “de sumisión al Futuro”, que caracteriza al tiempo libre: “¿qué vamos a hacer el sábado?”  “¿A qué isla nos vamos a ir este verano que viene?”.  El Futuro es lo que está presente, como siempre, igual que en el trabajo; el trabajo, que estaba destinado justamente a un fin, por ejemplo a cobrar la paga.  Pues el ocio está igualmente destinado a su fin, no hay una diferencia absoluta entre lo uno y lo otro, de manera que es un ocio en ese sentido con futuro, es un ocio por tanto trabajoso, y la pretensión de llenar el tiempo ha venido a identificarse con la de establecer el Tiempo vacío, o restablecerlo.

Una vez que habéis llegado a reconocer lo trabajoso que es el ocio que os venden, que no es difícil, hay una consecuencia de eso, que es que trabajarse, se trabaja para algo, para algún fin, lo cual quiere decir que ese ocio trabajoso es también un ocio productor, ¿quién lo puede negar?  ¿Quién puede negar que vuestros ocios, y las maneras en que tratáis desesperadamente de llenarlos, no son para el Capital, para el Estado, productivos?  ¿Quién puede negar que no están siempre produciendo siempre cosas, igual que el otro trabajo?  Siguen siendo distintos, porque tienen que oponerse el uno al otro (si no, se perdería el sentido del engaño), pero desde luego cumplen no sólo la condición de ser vacíos, cargados de futuro, llenos de aburrimiento, sino que al mismo tiempo cumplen, como el otro trabajo, la condición de ser productivos; de ser de productivos de mil productos diversos para el Capital.  Apenas hace falta decir que podemos dar la vuelta completa, ¿no?: como hemos dicho que la mayor parte de la producción del régimen actual consiste en el entretenimiento, y si reconocemos que el entretenimiento es un trabajo productivo, pues naturalmente es normal que ese trabajo productivo del entretenimiento esté destinado principalmente a producir entretenimiento, nuevas formas de entretenimiento.  Es muy terrible el círculo vicioso, pero tenéis que recordar enseguida que en realidad nunca se dan las cosas tan así, tan del todo ni tan en círculo vicioso.  Antes de seguir o terminar recojo alguna voz más entonces.  Sí.

-El ocio también está contaminado de trabajo en el sentido de que descansas para mañana estar a tope en el trabajo.

A-Sí, eso no lo he tenido en cuenta, pero así era: el ocio que os proporcionan era un ocio de preparación para el trabajo, en principio; eso es lo que se decía, y así nació el ocio.  Esto tiene una curiosa consecuencia que nos toca muy de cerca: aparte de ser trabajoso el ocio, aparte de tener futuro, aparte de ser aburrido, aparte de ser productivo de nuevas producciones del Capital y del Estado, tiene además también otra virtud para el régimen, que es que no te deja ganas para nada.  Ésta es la otra que tenéis que reconocer: no te deja ganas para nada.  ¿Quién puede esperar que alguien que vuelve del tajo, de la oficina, donde ha estado a lo mejor 8 horas sirviendo al sinsentido, cuando llegue a su casa o al café se ponga a quedarse un rato sin hacer nada, es decir, arriesgándose a pensar, sentir, qué es lo que está pasando, lo cuál es un peligro tremendo para el régimen y para él?  No puede ser, lo único que quiere, lo único que tiene ganas es de que le entretengan; es de lo único de que tiene ganas, de que le entretengan, nada de ningún peligro de sentir, de vivir, cosas de ésas que no caen bajo la Realidad bien conocida: llega a casa, al café, adonde sea, con el único deseo de que le entretengan; ¡con el ocio trabajoso que es!, pero eso es lo que tiene.  Ni siquiera entiendo bien del todo cómo habéis venido a esta tertulia en vuestra hora de ocio.  Vamos, no es que yo piense que todos los que estáis aquí trabajáis de verdad como trabajadores, porque esos serán los menos, pero bueno, muchos sí, y entonces, teniendo horas de ocio, pues habéis venido aquí.  ¿Cómo?  Hombre, naturalmente yo tengo que sentir (si no, no seguiría viniendo), que algo de común late entre, no voy a decir todos, pero muchos de los que venís aquí conmigo; algo de común late en cuanto a la desesperación, a la necesidad de no creer en lo que le cuentan a uno, por no decir “amor de la verdad”, que no tiene sentido: desesperación, inconformidad con la mentira.  Pero claro, también tengo que contar con que muchos, no sé si la mayoría, habéis venido aquí, pues porque sabéis que en estas tertulias se lo pasa uno bastante bien, se sabe que conmigo nunca se aburre nadie, es una cosa que es así, y entonces por supuesto hay que contar también con que hasta la misma tertulia se tome como un entretenimiento de lo otro.  Naturalmente todo esto tiene que ver con el resto del tiempo: qué es lo que este rato de lo que pase aquí puede tener que ver con lo que había en vuestras vidas, o en lo que pueda haber en cuanto salgáis de esa puerta, eso es un cálculo complicado, pero por lo menos esto os quería hacer sentir, y ahora os pido también que respecto a cualquier cosa de éstas me deis vuestro sentir; no vuestras opiniones: vuestro sentir, como de ordinario. 

-Yo quería comentar nada más que sobre lo de desear que algo suceda en el futuro y demás, yo me estaba acordando de una esperiencia, que es que incluso hoy en día la felicidad se está empezando a ver como el momento anterior a la consecución de algo. 

A-A ver, a ver, que no entiendo muy bien.

-Que hoy en día se está empezando a hablar, incluso por algunos divulgadores científicos, Punset por ejemplo, de la felicidad como el estado anterior a alcanzar el ideal, que nunca llega, obviamente, y lo relacionaba con su perro, que está muy contento cuando sabe que va a comer, y luego mientras está comiendo ya no es igual.

A-Pero eso es lo que el régimen desea que se crea, es decir, que no hay otra alegría más que la esperanza.

-Por supuesto, y lo que yo estoy diciendo es que ya se ha asimilado hasta por parte de la información y por los Medios, gente que está dando información desde el régimen y está diciendo que eso es así.

A-Que no hay otra alegría más que la esperanza, la espera, la espectativa, eso es lo que el régimen cree, lo que el régimen quiere que creamos, lo que es la fe del propio régimen, ¿no?  Yo una vez saqué una canción donde sabe él que ella va a volver, y acaba por decir: “¡ah, si quedaras parada por siempre en el istante de volver!”.  Donde se puede decir “bueno, pero el istante de volver naturalmente es AHORA, que no es ningún istante real, ¿no?”.  Justamente no se puede admitir eso, ¿no?  Sí.

-Que digo que en realidad respecto a aburrimiento, la diferencia que hay respecto al aburrimiento del trabajo, es que es como un aburrimiento cosciente: uno se da cuenta de que se aburre en la mayoría de los casos, menos los que realmente dicen que les gusta trabajar, y luego está el aburrimiento del entretenimiento, que es un aburrimiento sin darse cuenta, que es el que te entra mejor, porque te aburres sin darte cuenta.

A-A veces, porque el aburrimiento a veces se hace demasiao palpable.  En todo caso respecto a esto hay una cosa que había que recordar efectivamente, que es que, dado este intercambio en cuanto a la trabajosidad, no puede estrañarnos que haya muchos que de vez en cuando se tomen el trabajo como un entretenimiento, que son estos de los que Isabel ha dicho que dicen que les gusta trabajar, y por lo menos en la mayoría de los casos quiere decir que se toman su propio trabajo (olvidándose de que es para la paga y para el mañana), se toman su trabajo como una forma de entretenimiento más, que es algo de contaminación en el sentido inverso.  ¿Qué más hay por ahí?

-Águs, se te ha olvidao ligarlo con lo de la escuela, que era muy bonito esto de los niños.

A-Bueno, el engaño éste es muy antiguo.  Quiere decir Isabel (lo recuerdo más de una vez) que para empezar a los niños antiguos, a los de Atenas, y después a los de Roma, para () a los niños antiguos, a la escuela a la que tenían que ir le llamaban “holganza” (que es lo que quiere decir “sjolé”: “holganza”, “jolgorio”), o la llamaban “juego”, que es lo que quiere decir “ludus” en latín, cuando en realidad ya sabemos todos que los niños en la escuela trabajan como cualesquiera de sus mayores y a veces más, porque la escuela está destinada a la producción de futuros trabajadores; ésa es la función de la escuela: la producción de futuros trabajadores simplemente.  Los niños no pueden menos de colaborar con la Istitución misma en gran medida en que ese trabajo se lleve a cabo, en que triunfen cada vez más la Fe que al Capital y al Estado le importan, y la creencia en el Futuro, en la necesidad del Futuro, el de cada uno, y que el niño piense que la vida no es más que eso, tener un porvenir.  Así es como la escuela puede contribuir.  No es el solo sitio: también la familia por supuesto, y tal vez antes, pero puede contribuir a que se lleve a cabo este trabajo letal que es la producción de futuros trabajadores.

-¿Y no hay algo que se salve de este caos existencial? 

A-¡Claro!  Lo que me has oído decir: no es todo.  Es importante que reconozcamos con toda la profundidad y la incluso impiedad, despiadadamente, todo lo que el régimen está haciendo con nosotros, pero sin caer jamás en decir que lo ha conseguido, que ése es puramente el Ideal del régimen, que estaría muy contento cuando se consiguiera que tooooodo fuera tal como lo estoy diciendo, que todos estuviéramos ya muertos.  Es la administración de muerte su función, y por eso los que estamos en contra no podemos nunca decir ‘todo’: es mentira, no está hecho; son así de desastrosas, así de potentes, las acechanzas del Poder sobre nosotros, pero no son todo; ni alcanzan ni alcanzarán la victoria total.  Cada cual de nosotros incluso tiene la gracia de que nunca está hecho del todo; que nunca está hecho del todo, y si me apuran ni siquiera después de muerto, pero menos todavía mientras eso no haya llegado todavía, nadie está hecho del todo (ésa es la gracia), ni la población son todos siervos fieles del Estado militarmente.  La mayoría sí, pero la mayoría no son todos, y este reconocimiento es la alegría; no hace falta nada ‘existencial’, que es una palabra muy venenosa: es la alegría que nos queda, la única alegría limpia.

-Que en la cuenta del Señor siempre se escapa algo, ¿no?

A-El ideal es desde luego la totalidad, y cualquier régimen, sin necesidad de ser fascista, es un régimen totalitario.  El ideal efectivamente es que vamos a alcanzar (con los sacrificios, las molestias que el régimen nos impone), vamos a alcanzar un mundo mejor, la Ciencia va a llegar a la verdad, nada menos, y cosas por el estilo.  Este ideal totalitario, sin necesidad de fascismo ninguno, es propio de cualquier régimen, y cuando uno se comporta como persona también tiene ese ideal en tanto que sea un creyente en sí mismo.  La alegría es que no es verdad, que no es total, que nunca está hecho del todo, que nunca cada uno está hecho del todo, y no hay otra alegría limpia.  ¿Qué más por ahí?

-¿Y la Contrainformación, que a veces aparece en algunos Medios que no son ni la televisión ni la prensa, sino intermedios?  () que hablan de la contrainformación en cuanto a descubrir mentiras de la información. 

A-Sí, yo creo que merece la pena tener en cuenta este caso, que yo me he saltado.  Es el caso de la negación que otras veces ha salido.  Es algo que he debatido sobre todo con los amigos anarcos cuando me han llamado en un sitio o en otro.  La negación de la mentira, mientras es una negación viva, pues está haciendo algo; la negación del Poder, mientras es una negación viva, está haciendo algo.  Por desgracia la tendencia de cualquier rebelde o cualquier revolución es convertir aquello en algo positivo, es decir, convertirlo en otra forma de información, aunque sea contrainformación, y entonces ya, si la negación está metida dentro del saco, si está metida dentro de la red, ya no funciona, ya la negación no funciona, y hay que volver otra vez a decirle NO también a esa misma contrainformación que ya tiene incluida o asimilada la negación.  Hoy me han llamado (no sé si iré) para unas Jornadas de Indisciplina, hablaban de la indisciplina.  Si tengo ánimos iré para hacerles sentir esto mismo: que no puede uno tomarse tampoco el tema de la indisciplina como el de la contrainformación, porque entonces la negación activa, viva, ya deja de estarlo y se convierte en un ítem más de información.  Siempre hay materia para desaprender, y de lo que hay que darse cuenta es de que sabemos demasiao, que siempre sabemos demasiado, estamos llenos de ideas, y por tanto no tenemos que proponernos ninguna otra idea negativa.  Ideas ya tenemos muchas, tenemos que dedicarnos a decir NO, como con algo de suerte se produce en esta tertulia de vez en cuando: la negación está actuando, descubriendo la mentira, pero de ninguna manera creando otra manera de pensar, otra forma de creencia o de Credo.

Creo que con el calor y la hora nos tenemos que despedir por hoy, de manera que si no pasa nada dentro de 7 días, si el Señor nos deja, por aquí andaremos otra vez.