20.04.2011
Agustín García Calvo
Ateneo de Madrid
Tertu278-20-4-2011#Tertu278-20-4-2011.mp3
TRANSCRIPCIÓN:
Reanudando esta guerra contra la Realidad, recordáis que habíamos visto, a propósito de una película, novela incluso, de este Kotsuo Ishiguro que tomábamos como una exageración o caricatura de lo que pasa de todas maneras en la vida corriente, con pequeñas diferencias de si son 20 años, si son 80 los que se cuentan de vida, habíamos visto cómo todo eso procedía de la Fe fundamental en que el régimen se asienta, que es la Fe en el Futuro, que al mismo tiempo es la Fe en uno mismo, la Fe de cada uno en que es el que es, que es lo que al régimen le gusta que cada uno se crea, porque creyéndose cada uno que es el que es, de esa manera ya el Poder se las arregla para manejar a todos: ya sabéis que son tan ideales tanto ‘todos’ como ‘uno’, ya sabéis que esos pertenecen a la esfera superior, a la esfera de la esfera, los triángulos, Dios, pero el régimen se arregla de esa manera, porque efectivamente se cumple que la fe en uno mismo de cada uno es la condición para que el régimen pueda regir a todos, al conjunto de las almas de un Estado, o cualquier otra forma de conjunto o de ‘todos’ que tenga que regirse desde Arriba.
Veíamos también la pretensión de ordenar desde Arriba, ordenar el mundo, que efectivamente es la pretensión esencial sobre la que el Poder trabaja, fundándose en esa fe en que la Realidad es todo lo que hay, y que cada uno es del todo el que es. Mentiras, pero son esas verdades con las que trabaja, y esta pretensión de ordenar el mundo, ordenarse uno a sí mismo por medio de los regímenes y cuidados que su fe le proporcione para conseguir eso de cuidarse, regir su salud, ordenar las poblaciones, las formas de Estados, de la manera más avanzada, o a la Humanidad en general, esta pretensión de ordenar almas, mundo, o lo que sea, no sólo es que produzca, como el otro día empezábamos a ver, lo que se puede llamar propiamente caos en la Realidad. Os lo recordaba, porque todos tenéis esperiencias inmediatas acerca de este asunto, y no hay más que asomarse a cualquiera de las calles o avenidas de las metrópolis o los suburbios para darse cuenta de en qué consiste el caos, del tráfico por ejemplo, que consiste justamente en la ordenación. No es desde luego el caos ése con el que os amenazan desde Arriba de que si no hubiera un Orden sería la anarquía, el caos, sino que es un caos que claramente es fruto de la organización, de esa pretensión de ordenar el mundo. Lo mismo encontráis si os miráis cada uno en su propia realidad hacia dentro: ¿en qué consisten todas sus preocupaciones, malestares, fastidios, molestias, dolores de todo tipo?: pues principalmente consisten en la profilaxis, en el cuidado médico, gimnástico, o de cualquier tipo que sea, y esencialmente en el cuidado por la salud del futuro, sea quien sea el Futuro, que es la que está costantemente estropeándonos la salud de ahora, de ahora según pasamos. Y lo mismo, si os asomáis a cualquiera de los Centros del Saber del mundo, digamos una Universidad de ésas que andan por ahí, según oigo sobre todo, o cualquier otro Centro de Ciencia y de Saber, os daréis cuenta de en qué consiste el barullo, en qué consiste el caos: justamente ahí en lo que consiste es en la pretensión de los planes, de la organización cada vez más perfecta de los Centros de Enseñanza, de los Centros de Investigación, de la Fe y de lo demás, por no poner más ejemplos de momento.
Pues aparte de esto, aparte de que es la pretensión de ordenación, total, con un fin, con un destino al que esos esfuerzos se dirigen, la que produce realmente por lo menos la gran mayoría de las molestias, dolores, desgracias, desastres pasionales, revoluciones inútiles, guerras y demás, con las que tenemos adornado el mundo, aparte de eso es que (en lo que ahora querría insistir) esa pretensión de ordenación desde Arriba, oculta, nos está tapando, el descubrir que había por debajo de eso otro orden, una ordenación. Esta cuestión de cómo por debajo de el Orden más alto, el Orden por ejemplo de nuestras facultades superiores, conciencia y voluntad, se está ocultando, se está quedando tapado un orden de más por lo bajo, un orden de facultades inferiores, que acaso tienen una sabiduría más sabia que la sabiduría del Saber y de la Ciencia, es en eso en lo que querría que insistiéramos, en esos grados de ordenación que se ocultan los unos a los otros.
Os lo voy a hacer ver con algún ejemplo, pero querría que por lo menos el problema quedara claramente planteado: cada vez que nos dejamos coger por esa pretensión de ordenación del mundo, de la ordenación del alma de cada uno, de ordenación del saber y todo lo demás hacia un fin, eso, aparte del mal que de presente, ahora, nos hace, nos impide cada vez más descubrir alguna ordenación que había por debajo, que pertenecía a facultades inferiores y a estamentos que estaban por debajo de los gobiernos de los Estados, o de los manejos del Capital en los Mercados. Éste es el problema en el que querría que me siguierais.
Me parece que tal vez sería mejor hacéroslo ver con un ejemplo en que todavía no entramos muy abajo en este descubrimiento, que es justamente el de la lengua humana, el de nuestra lengua, ésta en la que nos estamos hablando ahora mismo. No es entrar muy abajo, porque ya sabéis que el aparato, la gramática, la maquinaria de una lengua cualquiera, está solo en una región que podemos llamar subcosciente, y estamos muy lejos todavía de caer con eso en lo del no-cosciente sin más. Pues entonces a lo que os invito es a que reconozcáis en vuestra lengua lo que pasa con la relación entre esa región subcosciente, que no es del subcosciente de ti ni de mi, de ningún hablante, sino que es del subcosciente común (la lengua no es de nadie), en relación con el nivel más alto, que ya sabéis cual es: es el de la escritura. Es el de la escritura, y con la escritura la Cultura en general, la Historia, el comienzo de la Historia, que empieza con la escritura. La relación entre los dos niveles, el uno sencillamente subcosciente, y el otro más alto, cultural, histórico, y sobre todo escritura antes que nada.
Bueno, pues éste es el ejemplo que quiero dentro de un momento sacaros para ir entendiendo esto. Es la cuestión de los grados de orden, que cada uno está recubriendo al otro, y que al mismo tiempo que produce sus efectos en el nivel correspondiente, está impidiendo que se perciban las ordenaciones, sabidurías, y demás, del nivel inferior. Supongo que no os despistan estas metáforas tópicas (Arriba, abajo, Superior, inferior), pero están tan usadas y están tan metidas, que creo que se pueden usar sin demasiado temor.
Antes de volver sobre la Gramática, me paro todavía en la cuestión general. Esto de los grados y de los niveles de ordenación que unos remplazan y sustituyen a los otros, plantea un problema en el que querría haceros parar un momento: habéis entendido cómo es que el establecimiento de una ordenación superior, aparte de producir en su propio nivel lo que podemos llamar caos, o simplemente barullo, desastres, aparte de eso impide, ha remplazado y por tanto está impidiendo, sentir la sabiduría que había en el nivel inferior inmediato. Os podíais preguntar en esta gradación de ordenaciones...........Bueno, una cuestión que ahora recuerdo, que en tiempos muy lejanos estaba intentando ofrecerle a Caramés como una especie de tema de estudio, de tema de estudio o de tesis, que era la cuestión del desorden perfecto, el desorden total. Porque yo creo que conviene, aunque nada más sea por esclusión, que nos metamos en esto. Os voy a preguntar por tanto un momento qué os parece de la cuestión del desorden total, la absoluta anarquía, el desorden perfecto. Evidentemente ni Caramés ni nadie puede encontrar una manera de que esto se formule en lenguaje matemático, que es lo que yo intentaba, pero por lo menos en el lenguaje que aquí usamos yo creo que puede bien plantearse. ¿Qué os parece a algunos de vosotros de esta cuestión, de la cuestión en sí, de que se plantee la cuestión misma del desorden total, del desorden perfecto, anarquía sin más? Si queréis que lo ilustre un poco más, un caos que no fuera simplemente un barullo, sino que fuera un caos sin remisión, sin más allá ninguno, porque la desordenación se habría cumplido del todo, un caos donde no hay más que puro desorden. Venga, ídme diciendo alguna cosa. Sí.
-A mí me parece que puede ser una forma de orden, si es total y perfecto. A mí es que lo de perfecto, la palabra está cargada de...........
A-La palabra está muy cargada de........
-De ordenación.
A-Y tanto que sí. ¿Qué más?
-Yo iba a decir casi lo mismo: que con desorden, ‘total’ no me casaba, casar ‘desorden’ con ‘total’, no me..............
A-‘Desorden’ con ‘total’, sí. ¿Qué más? ¿Qué más impresiones os da esto?
-Que puede haber algo de desorden, pero ‘todo’ sería imposible, sería una contradicción.
A-Pues lo que están diciendo ellas, sí, más o menos: parece, y en esto hemos insistido aquí, que lo de ‘todo’, ‘total’, ‘perfecto’, pertenece al estadio superior de todos, al Ideal, eso a lo que llamamos para resumir muchas veces Dios, como representante de todo lo que puede haber de total, perfecto, y que nos hace presentar a Dios como matemático, “Dios es matemático”. Parece que pertenece ahí, y por tanto ‘desorden’, por la virtud del propio prefijo, que es como una negación, que es una negación del Orden, no podría casar con ‘total’, con lo de ‘perfecto’. ¿O qué más os parece, por favor, a alguno? Me gustaría encontrarme un poco más acompañado desde ahora. ¿Qué más os parece? ¿Qué más sentís? Veréis que es importante, porque desde luego, cuando los defensores de los Gobiernos, y del Orden en general desde Arriba, os atemorizan y amenazan con el caos, ellos parece que saben lo que quieren decir, lo que sería de esa ordenación: “¿qué sería de nosotros, qué sería de mí, si no estuviera ordenado de alguna manera, si me desordenara completamente? ¿Qué sería de mi persona, y de las poblaciones, y qué sería de las cosas mismas en general?”. Sí.
-Que yo creo que la incertidumbre, que es lo que plantea más bien el desorden, aunque no sea total, es lo que da miedo, porque el Orden da una seguridad falsa que nos agarramos como sea, que no podemos soportar ningún espacio de incertidumbre, aunque esa incertidumbre no sea total.
A-No es total, pero dices que es la incertidumbre lo que ............
-Lo que hace que los Estados y los Poderes nos engañen con ese Orden que nos hace sentir una engañosa seguridad.
A-Sí, desde luego que cualquier ordenación desde Arriba implica esa pretensión de seguridad, de certidumbre. También la de el más alto de todos los Istitutos, el de la Ciencia: también ahí, aunque algunos científicos quieran desmentirlo o atenuarlo, la pretensión es de certidumbre, de llegar a la verdad, que pertenece a este reino total. Y aquí sabemos que verdad..........
-No hay en la Realidad.
A-No cabe en la Realidad, no puede haber en la Realidad verdad ninguna, más que como esa pretensión desde Arriba, que es la misma que la pretensión de Orden. La pretensión de verdad, de saber cierto, de seguridad, de eso es de lo que se sostienen los Estados, los Capitales, y todo lo demás. ¿Qué más, antes de seguir?
-Pues que un desorden total no se podría dar cuenta de él, y si se está dando cuenta de él, es que hay alguien que pertenece al lado del Orden, y que habla de ello, y por tanto ya no está desordenado, que si no, no se podría dar cuenta de él.
A-No sé, podría ser un molusco, un gusanillo que no estuviera nada ordenado, que estuviera muy espachurrao, pero que sintiera, sufriera, el Orden.
-El gusanillo de la Virtud.
A-No, ése no, cualquier otro menos ése.
-()
A-Más debajo de la subcosciencia. No sé yo. Recordáis los que me habéis acompañao hace tiempo que hemos venido a utilizar la imagen tópica, pensando que la Realidad no es más que un intermedio, una guerra o encuentro entre lo que está más arriba, que es donde están Todo, Uno, Verdad, Dios, los Números, la Esfera, el Triángulo, y lo que está más abajo de la Realidad, que es sencillamente aquello sobre lo que esos ideales operan, de manera que esto en lo que nosotros estamos, en lo que se nos ha hecho, en lo que estamos costituídos, que es la Realidad, la Existencia, no puede consistir en otra cosa más que en el encuentro, en la lucha costante entre esas dos cosas, lo ideal y lo de abajo. Por tanto, la pretensión de descubrir un desorden perfecto parece que implica una contradicción incurable. ¿O no? ¿O encontráis manera de saliros? Desorden perfecto quiere decir también entre otras cosas, aparte de caos, quiere decir una especie de azar, pero también total, absolutamente azaroso, es decir, una negación de................. ¿Que es lo contrario de ese azar azaroso?: una negación, de............
-De la causa.
A-De la causa, de la causalidad, ¿no? También eso quiere decir un desorden perfecto: absoluta falta de relaciones de causa. ¿Pues qué más? Sí.
-Que podría ser desorden total si no pretendiera ordenarse, ¿no?, si no hubiera pretensión de ordenar.
A-Porque al ser total, ya no podría ser más ordenado. Pues sí, eso es..........
-Que no tuviera la vía abierta para el Orden ya.
A-Si te entiendo bien, es una ilusión política que también se da: que cuando se llegue a la más alta ordenación del mundo que cabe, por lo menos ya nos quedaríamos tranquilos, porque ya no podría haber un afán por llegar a más ordenación; habríamos llegado al todo, habríamos llegado al total en la Realidad, y aunque parezca mentira, la Fe que padecemos, y que nos imponen, implica algo como eso. ¿Para qué se podían estar los gobiernos esforzando, como se esfuerzan, en ser cada uno mejor que el anterior, ordenarnos el mundo mejor, tener las poblaciones mejor contadas? ¿Para qué, si no es que estuvieran esperando llegar a un fin? Y ahora os hago parar un momento mientes en esto: para llegar a un fin de ordenación, que ¿qué pasaría, en ese fin?
-..................................
A-Evidentemente yo creo que tanto la Ciencia aspira a llegar a la verdad, a Dios, como cualquier Gobierno, o Política, o ordenación del Capital y demás, aspira a llegar a la mejor ordenación posible, a un fin. ¿Qué pasaría con ese fin?
-No sé, parece que se daría la vuelta.
A-Si ese Ideal.................. que desde luego nos rige, porque si no, ¿cómo podríamos consentirle a ningún gobierno, a ninguna forma de capital, que nos hiciera las barrabasadas que nos hace, si no es porque las hace en nombre del fin al que se dirige? ¿Cómo podría yo someterme a todas las putadas médicas y gimnásticas que me puedan hacer, si no es porque están destinadas a un fin, que es mi salud futura? Por tanto pregunto: ¿qué pasa con ese fin?
-Pero Agustín, como la muerte futura es la que nos venden...............
A-No, no, ahora pregunto simplemente por este Ideal, que implica un fin con el que llegar a la mejor ordenación posible.
-Que ya no pintarían nada los gobiernos, ya no haría falta ninguno.
A-Es una de las consecuencias: que entonces ya la necesidad de gobierno, de ordenación, de cómputo de los capitales, se habría caído por la base, y ya no haría falta ordenar nada. Justamente la pretensión de ordenar solo tiene sentido dentro de la Realidad, es decir, mientras los elementos ideales de ordenación están luchando con lo que queda por bajo contra ellos. Si cumplieran su fin, se habrían anulado a sí mismos. Reuniendo a todos los ideales en Dios, si Dios hubiera llegado a cumplirse en la realidad, entonces se habría anulado a sí mismo, porque su sostén consistía justamente en la lucha, en la pretensión de ordenación. En un fin eso habría caído, de manera que en esa paradoja vivimos: nos trastabardean y ajetrean costantemente de todas las maneras, a nosotros y a las cosas, para alcanzar un mañana mejor, y al mismo tiempo ese mañana mejor significa el desmentimiento y la anulación de todo lo que estaban haciendo con nosotros. Ésa es la cuestión. ¿O qué más se os ocurre con respecto a esto?
-Yo digo que esa paradoja sucede también en la misma costrucción, que reproduce las cosas de la Realidad, porque parece que hay también esos dos planos de ordenamiento: primero en el mero hecho del hablar, del lenguaje, del nombrar las cosas, hay como un intento de ordenamiento, aunque nunca sea perfecto, que un lagarto nunca es un lagarto del todo, está siempre abierto al más o menos; pero frente a eso está siempre impuesto sobre los lenguajes naturales los lenguajes formales, y dentro de los lenguajes formales, que es el intento matemático, ahí lo que se pretende es que el triángulo sea el triángulo, y no hay más o menos triángulo.
A-No, no, te estás equivocando de piso: el Triángulo es el Triángulo, como Dios es Dios, y como la Esfera es la Esfera. Eso es el piso de Arriba, el piso del Ideal. Ya sabéis que esas entidades matemáticas son verdad en el simple sentido de que se vuelven sobre sí mismas, no tienen otra definición que la misma cosa que se define.
-() a otro piso de más abajo, el que tu llamas lo desconocido, entramos en el reino del ritmo propiamente, como son las aguas de las olas del mar, los latidos del corazón, eso que uno no sabe, que es lo desconocido, y está sometido a un ritmo más inmatemático, diríamos.
A-No, no, eso es ya otra cosa. Ya Isabel con esto me hace renunciar a seguir indagando entre vosotros sobre la cuestión del máximo o más perfecto desorden, para volver, con el ejemplo de la Gramática, a lo que en general nos traemos, que viene a ser eso que ella ha recogido: cómo las ordenaciones en niveles distintos, cada una no solo produce los desastres o los deleites que pueda producir, sino que con ello se está ocultando, encubriendo, una ordenación que había por debajo. Bueno, pues vuelvo sobre ello, y se había planteado el problema de la Gramática o máquina de las lenguas, para no entrar muy a fondo todavía, puesto que no pasamos de momento hasta más abajo de lo subcosciente, tal como antes quedó definido. De ahí los niveles que os proponía: era este nivel de lo subcosciente y común (común en el sentido preciso de que la lengua no es de nadie, y ni siquiera una lengua particular, un idioma, es de nadie), y el nivel superior, que es, os decía, el de la escritura, que implica Historia y Cultura. Es el nivel superior, y es una relación entre esos dos niveles en la que me proponía haceros pensar un rato. Una escritura, como sabéis, en principio no tendría que ser más que una copia fiel de la lengua correspondiente, del idioma correspondiente a esa escritura, y de las producciones que en esa lengua se dieran. Una copia fiel. ¿O no es eso la vocación o el deber de una escritura? ¿Eh? ¿Tenéis alguna duda? ¿Pensáis en otra cosa? ¿Una escritura no debería ser justamente eso, una reproducción, una copia de las producciones de una lengua, por tanto del aparato de esa lengua, que rige tales producciones?
-.............................
A-Podemos utilizar aquí, espero que sin peligro, los ojos y los oídos: la escritura sería una copia para los ojos, de forma que en lo escrito y visible se encontraran los elementos y las relaciones que en una lengua rigen. Pero sería una copia de la lengua, que ésa no es de los ojos, sino “de los oídos”, se puede decir. “Los oídos” quiere decir justamente “no-los ojos”; estremamos la oposición entre los sentidos, pero espero que no por ello nos despistemos.
-Yo creo que una lengua es una lengua oral.
A-La lengua de verdad, la que estoy oponiendo a la escritura, no puede ser otra cosa que esa lengua que se habla, la lengua que corre, la lengua oral, que sería una empresa aventurada copiar para los ojos, para que los ojos distingan lo que en el habla distinguen los oídos de alguna manera. Esto supongo que os debe presentar problemas. Algunos ya desde aquí no deberían estar muy conformes con lo que estoy diciendo.
-Yo no estoy nada conforme. No lo entiendo muy bien, pero vamos, yo doy clase de lengua, y cuando están oyendo algo pido que no lo lean, porque les distrae de lo que tienen que entender. La gente tiene la obsesión de cuando oye algo en una lengua estranjera, verlo escrito, es una obsesión muy de los adultos, y entonces ¿por qué necesitamos verlo escrito, si eso es otra cosa?
A-Bueno, sí, está bien, pero es una cuestión secundaria, hay cuestiones todavía más graves que ésas en lo que estoy diciendo. Sobre eso volveremos luego. ¿Qué cuestiones más graves se os ofrecen con lo que estoy diciendo?
-La de ¿qué lengua?
A-No, para una lengua, o sea, un idioma cualquiera, y estendiéndolo por tanto a la relación general entre eso que se llama lengua y escritura. Bueno, un paréntesis, porque una lengua como dicen “formal”, y especialmente el lenguaje matemático, se sale de esto, porque no puede ser más que escrito, y por tanto ahí no se plantea, por lo menos de primeras, la relación; no hay una Matemática oral, no tiene ni sentido. La Matemática es escrita desde el principio, y es tan escrita desde el principio que, como alguna vez me habréis oído, cuando se plantea el origen de la escritura probablemente tenemos que contar con que lo primero son los palotes con los que en una vasija o en una pared se apuntan las reses del ganado, y los conjuntos de reses, y todo eso, ¿no?, lo que ha venido a dar nuestros números. Para las demás lenguas se plantea esta oposición: hay una ordenación escrita, para los ojos, para que se vea..................
-Pero si digo “dos mas dos, cuatro”, o “tres equis al cuadrado, igual a y”, ¿no son formulaciones matemáticas, y las estoy diciendo de palabra? O un artículo de Matemáticas lo puedo leer en alto, ¿no?
A-Llamar Matemáticas a eso es escesivo, porque ahí está la cuestión de los números en el uso real, los números en la Realidad, entre los cuales se pueden contar esas cuentas, y la Matemática propiamente dicha..........
-Bueno, pero parece que esto también es una lectura que se hace, cuando se dice “tres equis al cuadrado”, nace de eso.
A-Bueno, puedes decir: “mira, aquí en estas pocilgas tengo 3 cerdos en cada una, y por tanto te vendo los 9 cerdos en total”. Y te vende los 9 cerdos y no pasa nada, y a eso nadie le llama Matemáticas, yo creo, ¿no? Eso son los números en su uso real, que no son números buenos, no son números puros, porque evidentemente, así como un cerdo nunca es un cerdo, nunca 3 cerdos son esactamente 3. Eso lo habéis costatao conmigo más de una vez, no voy a volver sobre ello. Este es el nivel, y en este nivel, claro, los cuantificadores, incluidos los números, pues funcionan oralmente, pueden funcionar oralmente.
-Podríamos decir que hacemos Matemáticas cuando prescindimos de que sean cerdos o vacas, ¿no?, cuando decimos que dos mas tres es cinco, independientemente de lo que sea, y que eso se puede hacer oralmente, me parece a mí, por ejemplo aprenderse la tabla de multiplicar.
A-Eso se puede decir así, efectivamente. Se deja de tratar con realidades, y se deja de lado la función, que se supone nativa, de los números, que es la de contar cosas; se deja, y entonces hay Matemáticas. Pero no nos distraigamos más: dejando la cuestión de lenguajes formales, en los corrientes hay esa superposición y oposición entre escritura y lengua.
-Es el primer paso a la conciencia, la reflexión del paso a la conciencia.
A-Bueno, conciencia es un término muy complicado, y para evitarlo yo había preferido emplear metafóricamente “los ojos y los oídos”, prefería entenderlo así. Pero lo importante en nuestra cuestión es que evidentemente, cuando se introduce la escritura, esta escritura copia y da razón de las cosas que hay en la lengua..............siempre parcialmente, pues no hay ninguna escritura, ni siquiera la que usamos de ordinario en nuestras lenguas, que pueda pretender esta regla: que copia todos, y solos, los elementos gramaticales que se dan en la lengua hablada. Esto no se cumple: cualquier escritura es una aproximación, de manera que efectivamente su finalidad es copiar, reproducir, para los ojos, lo que estaba en la lengua hablada para los oídos, pero muy imperfectamente. En las escrituras que parten del elemento palabra, del tipo de la china, evidentemente la imperfección se aparece a cada paso: la correspondencia entre un signo de los elegidos, de esos que los funcionarios chinos tenían que aprenderse en el número más alto posible para trepar en la escala del funcionariado, cualquiera de esos signos no puede nunca responder, siempre falla, por esceso o por defecto, a lo que la palabra estaba diciendo. Y si pasamos a las alfabéticas y dominantes, pues ya veis: hay algunas que por ejemplo ni siquiera escriben las vocales, por ejemplo la hebrea, de manera que hacen una nota, la correspondiente a las consonantes, para que el otro, que se supone que ya conoce más o menos la lengua, deduzca cuales son las vocales correspondientes, y esto sucede a cada paso. Algunas peor todavía: usan un solo signo para ‘pb’, ‘pd’, y ‘pg’, por decirlo así, dejando que el que lea, como ya sabe más o menos la lengua, conjeturando, deduzca lo que le falta a la pertenencia. Y venimos a la puntuación, que es el sitio donde vais a ver más clara la cosa.
Venimos a la puntuación, que forma parte de la escritura, y tenemos que pensar ahí que efectivamente la escritura está reproduciendo, copiando, algo de lo que se da en el aparato, en la gramática de la lengua. Supongo que hace un rato que os habéis desentendido de la pretensión de que los oídos de que os estaba hablando fueran unos oídos físicos, como los que recogen los ruidos. Esos oídos eran unos oídos gramaticales, es decir, que recogían con precisión todas y solas, todos y solos los elementos que en el habla tenían una condición gramatical, desentendiéndose de todo lo demás, a lo que se llama propiamente astracción. Eran esos oídos gramaticales a los que se refería, y la escritura, que ya en los otros casos que os he sacado solo muy parcialmente responde a eso que los oídos sienten, cuando llegamos a la puntuación, todos lo reconocéis conmigo, se queda en un nivel desastroso. ¿Qué os enseñan como puntuación? ¿Qué os enseñan en las escuelas, por ahí, y en los libros de estilo de los periódicos, sobre el uso del punto, los dos puntos, el punto y coma, la coma, los paréntesis, y cosas por el estilo?: pues os dan reglas, y estas reglas que os dan pertenecen a la escritura, o sea, que son como las reglas de ortografía de cualquier lengua............. Bueno, de cualquier lengua que tenga una escritura desastrosa como la española y la francesa y la inglesa, ¿eh?, con esa condición: cualquier lengua que por Cultura ha venido a desarrollar una estructura desastrosa, infiel, como son la inglesa, la francesa, y la española incluso, con cualquier caso en que se de ese desastre, hacen falta entonces reglas de ortografía, que evidentemente ya comprendéis que cuando obligan al niño a escribir vaca con uve, o los imperfectos de los verbos con ‘b’, no están diciéndole nada de la lengua: están tratando de corregir una estupidez que está culturalmente inserta en la lengua, ¿no? De manera que ésa es la situación en que os encontráis, incluso con fonemas y cosas así. Pero si venimos a la puntuación.............se creen que os están diciendo cómo hay que escribir, y cuándo es oportuno, necesario, o elegante, poner coma o no ponerla, el poner el punto o poner solo punto y coma, y todas las demás tonterías por el estilo. Bueno, pues me creáis o no, como buenos hablantes, en la lengua hablada todo eso está claro.
Entonces, ¿para qué es para lo que os traía el ejemplo?: para que veáis cómo una ordenación superior no sólo produce desastres en su nivel, sino que oculta, impide sentir la ordenación que hay en el nivel inferior, y el nivel inferior en este caso es la lengua. Las reglas de ortografía y de puntuación que cuentan con la escritura como si la escritura fuera la lengua, haciendo creer a la gente que la escritura es la lengua, introduce por supuesto, por su cuenta y en su nivel, desastres, los que ya he hecho notar, todos los que traen consigo las reglas de ortografía, las escuelas, la grafía culturalmente inducida o impuesta, como en la de esas lenguas, pero además sobre todo nos vuelve sordos a la ordenación que había por bajo. En la lengua, en el español o en cualquiera, hay unos juegos de tonos y de entonaciones que determinan con toda precisión las unidades que llamamos frase, y las maneras en que una frase se articula o se desmembra en sus componentes cuando es una frase larga y compuesta, de manera que hay unas, no ‘músicas’, o músicas muy imperfectas, no desde luego nada físico de los ruidos, pero hay unos juegos astractos, entonativos, en la lengua hablada, que efectivamente determinan con toda precisión lo que gramaticalmente hace falta para el sentido de una frase, sin que haga falta más ni que sobre nada: determina lo que se refiere al sentido gramatical. Luego los hablantes pueden hacer todas las cosas que quieran desde el punto de vista pasional, afectivo, y tal, con la lengua, pero eso ya no cuenta para nada a la gramática. Hay en medio de todo ese barullo físico unas pocas, limitadas, reglas, entonativas, acentuales, de juegos de tonos, que determinan todo lo que hace falta.
Bueno, pues esto tan maravilloso que tenemos en cualquier lengua hablada de ordinario, queda recubierto; queda recubierto justamente por la istancia superior, que es la que os presento representada en la escritura: impide percibir lo que había por bajo. No os voy a pedir que os confeséis conmigo, pero seguramente si os miráis un poco os daréis cuenta de hasta qué punto una cosa tan evidente y clara como ésta os puede resultar sorprendente, descubrir la maravilla de la ordenación de la lengua hablada, eso que los oídos gramaticales de los hablantes en común perciben. Descubrir eso nos es dado con tal de que no haya una istancia superior, otra ordenación que efectivamente trata de sustituir a la lengua y que entorpece la manera de sentirla. Esto era el ejemplo sin pasar del nivel subcosciente. Porque ya sabéis que la lengua, y también una lengua cualquiera, yace en ese nivel que consiste en que se han olvidado de conciencia los elementos que en la lengua rigen, para que nadie pueda ya............. vamos, salvo que se dedique a un juego como el que aquí estamos haciendo, nadie pueda ya saber cuáles son esos elementos de su lengua, ni cómo se combinan, ni qué reglas entonativas tiene, y gracias a eso la lengua funciona bien; la lengua funciona bien, en la medida en que las lenguas pueden funcionar bien, que tampoco puede ser ninguna perfección ni nada del otro mundo. Por tanto antes de pasar a más ejemplos querría un momento todavía que nos detuviéramos en éste. Sí.
-Yo cuando voy al cine y veo una película y oigo una película, no sé si se acerca más al nivel del oído que va debajo, o cuando leo un libro. O sea, no sé si es más natural, pero el cine me da a mí como una pauta más natural que en el idioma, en la lengua.
A-No entiendo. No querrás comparar el cine con............
-Es que el cine me parece como más natural, más.................
A-¿Pero el cine pa dónde está, pa la escritura, o pa la lengua?
-Lengua, lengua.
A-No, hija, no, el cine es una escritura como cualquier otra, eso lo sabe cualquiera, que “el lenguaje de las imágenes”, como dicen, y las imágenes en movimiento, es una escritura como la escritura alfabética. Eso no es de la lengua, y no en vano pertenece a la Cultura, y ya os he dicho que cualquier cosa como cultural o histórico está fundado en la escritura, y el cine evidentemente es una escritura, y la escritura que se emplea en Internet y todo eso, es una escritura. Sí.
-Iba a decir otra cosa, pero con lo que acaba de salir tengo que decir que tal como se ha dicho que era la escritura no parece que el cine pueda ser escritura. Si la escritura es una forma de recoger para los ojos lo que en la producción se recoge por los oídos, no parece que se pueda decir que el cine sea escritura.
A-Por la parte visual sí, y por la auditiva no.
-Por la visual no, porque no es una representación del habla.
A-Del cine, vamos a fijarnos en el mudo para no armarnos líos: el cine como se inventó, mudo, es un lenguaje de imágenes que es una escritura, porque está hecho para los ojos y tiene las mismas simplificaciones que cualquier escritura, y todo eso. Que después la grabación...............
-Pero es una escritura, ¿de qué? No es una escritura de la lengua. Como hemos definido antes la escritura, hemos dicho que la escritura era escritura de la lengua, una copia de la lengua, y el cine no es una escritura de la lengua.
A-¿No?
-Es que es otro tipo de juego, es otro tipo de representación.
A-No tan otro, mira a ver un poco, no creo. No tan otro. Sí.
-Yo creo que el cine es todavía más exagerao que la escritura, porque el cine con dos imágenes te tiene que situar un montón de cosas que hay que decirlas, que hay que definirlas, y lleva más tiempo.
A-Pero no es eso lo que dice ella. El problema que ella plantea es que esa escritura que es el cine, por ejemplo mudo, no responde a eso de que la escritura sea una copia de la lengua. Parece sumamente razonable, ¿no?: no responde. ¿O sí?
-............................
A-En el nivel en que yo lo he puesto y en el que quería jugar, con entonaciones y todo eso, desde luego no, pero como sabéis junto conmigo, la lengua, y una lengua cualquiera, un idioma, es justamente la Realidad por la parte que tiene de semántica, y por eso decimos que cada tribu tiene su realidad en la medida en que tiene su idioma, hasta tal punto el diccionario y la configuración de las cosas está dependiendo del significado de las palabras que en un idioma se usen. Un lagarto, mientras no haya en la lengua un nombre ‘lagarto’, será una cosa vaga, y si no es una cosa vaga y un niño puede pintar un lagarto que corresponda al nombre ‘lagarto’, es porque efectivamente está ya regida por el significado de la cosa. De manera que las imágenes, aún sin llegar al cine todavía, las imágenes sucesivas están condicionadas por el lenguaje principalmente, y para empezar por su parte semántica, porque no pueden copiar ninguna especie de realidad sin lengua, sino que solo pueden copiar una realidad con lengua, configurada semánticamente por los significados de las palabras y su diccionario. En ese sentido, y cuando se pasa a las imágenes con movimiento, pues no hay nada nuevo, vamos, salvo que se piense que también con el movimiento de los monigotes lo que se está produciendo es un verbo, una relación de verbo con complemento. Por ejemplo, si el uno le estrella una tarta de nata al otro en la cara, ¿cómo se sabe que lo que está pasando, si aquello es que el uno le estrella al otro la tarta, y si eso es una tarta de nata y todo eso?: pues porque está copiando lo que también en la realidad corriente se da por sabido gracias a esa parte de las lenguas que son los significados.
-Cuando la escritura no tenía blanco de letra, no sé si se haría para aprovechar las piedras, que serían escasas, o los pergaminos, pero ese simulacro de continuidad, que no establece unidades discretas, ¿implica mayor fidelidad a la lengua oral, o no? Parece que no, que era peor todavía.
A-Entre las muchas deficiencias que os he señalado antes de cómo la escritura solo copia muy parcialmente los elementos de la lengua, está esa: efectivamente, hablando, entre palabras, mientras no haya una coma no hay desde luego ninguna parada ni nada, eso seguro, no podemos inventarle a la lengua ninguna otra cosa; pero eso no quiere decir que la unidad a la que he llamado palabra sintagmática, porque había que distinguirla de la palabra ideal que está en el léxico, es una verdadera unidad, y el hablante y su oyente reconocen lo que es principio y fin de palabra, como lo muestran en mil cosas, sin ningún silencio. La mayor parte de las escrituras tardan mucho en hacerse cargo hasta de esto tan elemental, y escriben en scriptura continua, no se ha inventado el blanco de letra. Y luego, cuando se inventa el blanco de letra para responder a esto, pues ya sabéis los desastres a que da lugar, porque dar reglas de lo que es palabra y lo que no es palabra, y si una preposición es una palabra, si un artículo es una palabra, si no es........... Los niños y los semiletrados lo saben mucho mejor, porque el imperio todavía no ha progresado, y si os fijáis, han aprendido ya para qué se usa el blanco de letra, pero lo emplean mejor, es decir, lo emplean para distinguir palabras sintagmáticas y no lo emplean para decir “elamor”, ni para decir “havenido”, y no meten ahí ningún blanco de escritura ni nada parecido, porque no lo hay. Responden mejor, pero viene la istrucción superior, y dicta reglas, como lo que he dicho antes de las de puntuación, para el uso del blanco de letra. Y desastre. Desastre, es decir, la ingerencia de la ordenación superior, de las reglas escolares y académicas, impide percibir lo que estaba tan claro en la subcosciencia de la lengua. ¿Alguna cosa os queda más por ahí?
-Pero esta función de que la escritura sea más o menos fiel a la producción, a la lengua, ¿no es bastante secundaria con respecto a la de que la escritura, sea más o menos fiel, es una istitución mortífera? O sea, una escritura, por ser más fiel a una lengua, ¿va a ser menos mortífera?, ¿va a ser un istrumento de poder menor? Incluso podría parecer que es al revés, porque las estructuras alfabéticas pueden ser un gran progreso en la reproducción de las lenguas, y parece que están ligadas a los sistemas de Poder, como las Democracias, más progresados y más mortíferos. Es que sin una escritura alfabética que todos podamos conocer y esté tan estendida, no se nos podría imponer la ley, la publicidad, y lo que todos conocemos.
A-De acuerdo, sí, la alfabética es la dominante de todas, pero ahora fíjate en que las únicas escrituras fieles, o por lo menos muy relativamente fieles, que tenemos, son las de las lenguas que nunca han tenido escritura hasta hace muy poco y se la han tenido que inventar algunos honestos lingüistas, como las lenguas bantúes, las polinesias, y el vasco mismo no hace mucho.
-Y el italiano.
A-No, el italiano es otro caso, pero las que tú dices, las lenguas del Poder, y con los casos sobre todo ilustres del inglés, el francés y el español, son enormemente infieles por todas partes a la lengua (las reglas de escritura, ortográficas y demás, están dominando sobre todo lo otro), y que esas lenguas sean las que tengan una escritura culturalmente dominada, infiel a la lengua, y sean las lenguas de los Estados más poderosos, difícilmente no puede ser una casualidad.
-Hombre, porque tendrán una tradición más larga, y entonces en la lengua se han ido creando mecanismos que no tienen nada que ver con cómo se leen.
A-La tradición es una tradición justamente cultural, y eso es lo que hace que la escritura inglesa y las demás sean así de malas, porque se supone que la escritura es una especie de muestra de la cultura, y es justamente el tomar la escritura como una especie de muestra de la cultura, de la tradición cultural, lo que la vuelve enormemente infiel.
-Pero estas lenguas bantúes sabemos el daño que les está haciendo, o que les va a hacer, el hecho de que les hayan puesto una escritura.
A-¿Que se hayan escrito?
-Que se estén escribiendo. En el vasco () además ya hay una unificación, que se hace a través de la escritura, y todo eso es mortífero.
A-Sin eso efectivamente ni el vasco se habría estendido y unificado así, ni el hebreo tampoco, y bueno.............. Bueno, hay que decir que las escrituras de las lenguas de Estados poderosos, algunas, como la del alemán o del italiano, no son tan malas, pero no lo son porque ha habido una reforma para evitar los horrores de las reglas de las otras, y entonces el problema que planteas es efectivamente.......
-() sería una lengua desmandada, o algo así, sin esas funciones de establecimiento de Poder y de Ley, que parece que es lo que estuviéramos haciendo aquí.
A-Desde luego pasa: aparte de los horrores culturales, el hecho mismo de la escritura parece que le da a la lengua un cierto poder para establecerse, estenderse, y por tanto para servir a un Estado y servir al Capital. Podéis pensarlo así. Justamente aquí lo que yo planteaba sobre todo eran ejemplos para distinguir cómo una ordenación superior se carga a la inferior. Por lo demás puede ser razonable incluso que esta ordenación fiel de la escritura siga siendo también un servicio, un istrumento para el servicio al Poder, que puede ser, en eso no me meto. La que es libre es desde luego la que no es de nadie, y eso solo se da con una lengua, como tú decías ahora, desmandada. Es la que no es de nadie, es la única que es común, y la escritura por desgracia siempre es de alguien, porque hay que aprenderla en la escuela, ¿no?: en el caso del vasco, la fundación de las Ikastolas, pues fue para una () del vasco, que estaba pereciendo, ¿no? Ésa no es de nadie, la lengua nunca es de nadie, y la escritura, como desde el principio de la Historia, es de los sacerdotes y de los señores, y vive justamente para eso. Sí.
-Respecto a esto, es que precisamente parece como que Dios mismo estuviese muy interesado en que cualquier voz se convirtiese en escritura: vemos que la oración, o en el rogar algo, o en pedir algo a ese Dios desconocido que debía ser al principio de mucho principio, debió inmediatamente de exigírsele las Sagradas Escrituras. No hay religión que no tenga enseguida su Corán, su Misnab, su nosequé, todas las Sagradas Escrituras. Son las que sostienen las grandes religiones, parece como si Dios mismo se hiciese esa ()
A-Las grandes sí, efectivamente necesitan todo eso, pero de todas formas aún en religiones mucho menos progresadas y avanzadas la condición de algo como la escritura es fundamental, y es una propiedad del sacerdote, o brujo, o profeta, o como se llame, y del Señor por tanto al que está a su servicio. De manera que en efecto, tienes razón: la mera escritura, aunque sea fiel, ya implica demasiado con respecto a lo que podía ser libertad de los pueblos, y no hay ninguna lengua libre más que ésa, la que no es de nadie.
-Sobre esto que decía Isabelita de las Sagradas Escrituras, sí que me fijé el otro día que estaba el Papa dando misa, y después de los años que tiene, que sabe de sobra lo que hay que decir (“ora pro nobis”, “Dominus vobiscum”), pues leen con un libro. O sea, después de 86 años diciendo la misma misa todos los días, que en total no dice nada, son cuatro cosas que se aprenden de memoria, cualquiera las puede saber, pues debe ser por ese culto a la escritura, que se creen que dice algo más por acompañarse de un libro.
A-Bueno, sin olvidar que hay también partes de los ritos, y salmodias, y todas esas cosas, que prescinden del libro, pero que recitan y cantan lo escrito, es decir, que se da un movimiento del revés: se viene a dar voz a lo escrito; no se escribe lo hablado, sino al revés, y parte de los ritos son así, aunque el libro no esté presente.
-Pero los niños de las escuelas lo aprenden moviéndose “así”, no lo aprenden sentao, tanto la Biblia como el Corán.
A-No lo sé, no lo sé.
-Si, vuelven al ritmo del recitado.
A-Bueno, ¿qué más había?
-Como has sacado el caso del italiano, pues yo creo que las operaciones desde Arriba por suerte nunca son perfectas, es decir, cuando se hizo la unidá italiana, ¿qué hizo el Estado italiano como forma de poder?: “todo el mundo tiene que escribir esta nueva lengua”. Pero ahí hay un panorama donde la gente lo escribe, pero luego en su casa habla su dialecto.
A-Eso no tiene nada que ver. No, pero el caso del italiano, y de una manera distinta el del alemán, es que efectivamente ahí la operación desde Arriba fue en el sentido de la fidelidad, que la escritura italiana en comparación es buena, pero que es molestísima, porque a veces para un fonema tienen que usar hasta tres letras, y en alemán pasa igual, hasta tres para un fonema, pero eso es pecata minuta: en general cualquiera que sepa leer las letras del italiano no se engaña respecto a lo que pasa en la fonémica de la lengua. Fue un caso en que la imposición desde Arriba fue en el sentido de la fidelidad, justamente para evitar un poco la libertad de que cada uno escriba como quisiera, como gran parte de los italianos y alemanes antes de la imposición de la reforma; sí, para evitar esta supuesta libertad de escribir cada uno como quisiera, ¿no? Bueno, no sé si se ha hecho muy tarde, pero es que..............
-Es que hay un partido.
A-Mi intención habría sido pasar de este ejemplo de la lengua al ejemplo del Dinero, de la Economía y de la ordenación desde Arriba, que justamente ayer lo estaba usando en la columna de la razón a propósito del libro de este Férguson, un norteamericano que denuncia la ordenación desde Arriba en un libro que se llama “Inside Job”, es decir, “Faena desde dentro”, “Faena de por dentro”. Pero no hay tiempo, claro, efectivamente, no por el partido, sino porque es muy tarde, de manera que queda anunciado el paso a la cuestión del dinero para el día que viene, salvo que se os ocurra ahora alguna cosa más, ¿no?
-.........................................
A-Bueno, pues entonces, si no ha pasao nada, dentro de 7 días seguimos por ahí.
Veíamos también la pretensión de ordenar desde Arriba, ordenar el mundo, que efectivamente es la pretensión esencial sobre la que el Poder trabaja, fundándose en esa fe en que la Realidad es todo lo que hay, y que cada uno es del todo el que es. Mentiras, pero son esas verdades con las que trabaja, y esta pretensión de ordenar el mundo, ordenarse uno a sí mismo por medio de los regímenes y cuidados que su fe le proporcione para conseguir eso de cuidarse, regir su salud, ordenar las poblaciones, las formas de Estados, de la manera más avanzada, o a la Humanidad en general, esta pretensión de ordenar almas, mundo, o lo que sea, no sólo es que produzca, como el otro día empezábamos a ver, lo que se puede llamar propiamente caos en la Realidad. Os lo recordaba, porque todos tenéis esperiencias inmediatas acerca de este asunto, y no hay más que asomarse a cualquiera de las calles o avenidas de las metrópolis o los suburbios para darse cuenta de en qué consiste el caos, del tráfico por ejemplo, que consiste justamente en la ordenación. No es desde luego el caos ése con el que os amenazan desde Arriba de que si no hubiera un Orden sería la anarquía, el caos, sino que es un caos que claramente es fruto de la organización, de esa pretensión de ordenar el mundo. Lo mismo encontráis si os miráis cada uno en su propia realidad hacia dentro: ¿en qué consisten todas sus preocupaciones, malestares, fastidios, molestias, dolores de todo tipo?: pues principalmente consisten en la profilaxis, en el cuidado médico, gimnástico, o de cualquier tipo que sea, y esencialmente en el cuidado por la salud del futuro, sea quien sea el Futuro, que es la que está costantemente estropeándonos la salud de ahora, de ahora según pasamos. Y lo mismo, si os asomáis a cualquiera de los Centros del Saber del mundo, digamos una Universidad de ésas que andan por ahí, según oigo sobre todo, o cualquier otro Centro de Ciencia y de Saber, os daréis cuenta de en qué consiste el barullo, en qué consiste el caos: justamente ahí en lo que consiste es en la pretensión de los planes, de la organización cada vez más perfecta de los Centros de Enseñanza, de los Centros de Investigación, de la Fe y de lo demás, por no poner más ejemplos de momento.
Pues aparte de esto, aparte de que es la pretensión de ordenación, total, con un fin, con un destino al que esos esfuerzos se dirigen, la que produce realmente por lo menos la gran mayoría de las molestias, dolores, desgracias, desastres pasionales, revoluciones inútiles, guerras y demás, con las que tenemos adornado el mundo, aparte de eso es que (en lo que ahora querría insistir) esa pretensión de ordenación desde Arriba, oculta, nos está tapando, el descubrir que había por debajo de eso otro orden, una ordenación. Esta cuestión de cómo por debajo de el Orden más alto, el Orden por ejemplo de nuestras facultades superiores, conciencia y voluntad, se está ocultando, se está quedando tapado un orden de más por lo bajo, un orden de facultades inferiores, que acaso tienen una sabiduría más sabia que la sabiduría del Saber y de la Ciencia, es en eso en lo que querría que insistiéramos, en esos grados de ordenación que se ocultan los unos a los otros.
Os lo voy a hacer ver con algún ejemplo, pero querría que por lo menos el problema quedara claramente planteado: cada vez que nos dejamos coger por esa pretensión de ordenación del mundo, de la ordenación del alma de cada uno, de ordenación del saber y todo lo demás hacia un fin, eso, aparte del mal que de presente, ahora, nos hace, nos impide cada vez más descubrir alguna ordenación que había por debajo, que pertenecía a facultades inferiores y a estamentos que estaban por debajo de los gobiernos de los Estados, o de los manejos del Capital en los Mercados. Éste es el problema en el que querría que me siguierais.
Me parece que tal vez sería mejor hacéroslo ver con un ejemplo en que todavía no entramos muy abajo en este descubrimiento, que es justamente el de la lengua humana, el de nuestra lengua, ésta en la que nos estamos hablando ahora mismo. No es entrar muy abajo, porque ya sabéis que el aparato, la gramática, la maquinaria de una lengua cualquiera, está solo en una región que podemos llamar subcosciente, y estamos muy lejos todavía de caer con eso en lo del no-cosciente sin más. Pues entonces a lo que os invito es a que reconozcáis en vuestra lengua lo que pasa con la relación entre esa región subcosciente, que no es del subcosciente de ti ni de mi, de ningún hablante, sino que es del subcosciente común (la lengua no es de nadie), en relación con el nivel más alto, que ya sabéis cual es: es el de la escritura. Es el de la escritura, y con la escritura la Cultura en general, la Historia, el comienzo de la Historia, que empieza con la escritura. La relación entre los dos niveles, el uno sencillamente subcosciente, y el otro más alto, cultural, histórico, y sobre todo escritura antes que nada.
Bueno, pues éste es el ejemplo que quiero dentro de un momento sacaros para ir entendiendo esto. Es la cuestión de los grados de orden, que cada uno está recubriendo al otro, y que al mismo tiempo que produce sus efectos en el nivel correspondiente, está impidiendo que se perciban las ordenaciones, sabidurías, y demás, del nivel inferior. Supongo que no os despistan estas metáforas tópicas (Arriba, abajo, Superior, inferior), pero están tan usadas y están tan metidas, que creo que se pueden usar sin demasiado temor.
Antes de volver sobre la Gramática, me paro todavía en la cuestión general. Esto de los grados y de los niveles de ordenación que unos remplazan y sustituyen a los otros, plantea un problema en el que querría haceros parar un momento: habéis entendido cómo es que el establecimiento de una ordenación superior, aparte de producir en su propio nivel lo que podemos llamar caos, o simplemente barullo, desastres, aparte de eso impide, ha remplazado y por tanto está impidiendo, sentir la sabiduría que había en el nivel inferior inmediato. Os podíais preguntar en esta gradación de ordenaciones...........Bueno, una cuestión que ahora recuerdo, que en tiempos muy lejanos estaba intentando ofrecerle a Caramés como una especie de tema de estudio, de tema de estudio o de tesis, que era la cuestión del desorden perfecto, el desorden total. Porque yo creo que conviene, aunque nada más sea por esclusión, que nos metamos en esto. Os voy a preguntar por tanto un momento qué os parece de la cuestión del desorden total, la absoluta anarquía, el desorden perfecto. Evidentemente ni Caramés ni nadie puede encontrar una manera de que esto se formule en lenguaje matemático, que es lo que yo intentaba, pero por lo menos en el lenguaje que aquí usamos yo creo que puede bien plantearse. ¿Qué os parece a algunos de vosotros de esta cuestión, de la cuestión en sí, de que se plantee la cuestión misma del desorden total, del desorden perfecto, anarquía sin más? Si queréis que lo ilustre un poco más, un caos que no fuera simplemente un barullo, sino que fuera un caos sin remisión, sin más allá ninguno, porque la desordenación se habría cumplido del todo, un caos donde no hay más que puro desorden. Venga, ídme diciendo alguna cosa. Sí.
-A mí me parece que puede ser una forma de orden, si es total y perfecto. A mí es que lo de perfecto, la palabra está cargada de...........
A-La palabra está muy cargada de........
-De ordenación.
A-Y tanto que sí. ¿Qué más?
-Yo iba a decir casi lo mismo: que con desorden, ‘total’ no me casaba, casar ‘desorden’ con ‘total’, no me..............
A-‘Desorden’ con ‘total’, sí. ¿Qué más? ¿Qué más impresiones os da esto?
-Que puede haber algo de desorden, pero ‘todo’ sería imposible, sería una contradicción.
A-Pues lo que están diciendo ellas, sí, más o menos: parece, y en esto hemos insistido aquí, que lo de ‘todo’, ‘total’, ‘perfecto’, pertenece al estadio superior de todos, al Ideal, eso a lo que llamamos para resumir muchas veces Dios, como representante de todo lo que puede haber de total, perfecto, y que nos hace presentar a Dios como matemático, “Dios es matemático”. Parece que pertenece ahí, y por tanto ‘desorden’, por la virtud del propio prefijo, que es como una negación, que es una negación del Orden, no podría casar con ‘total’, con lo de ‘perfecto’. ¿O qué más os parece, por favor, a alguno? Me gustaría encontrarme un poco más acompañado desde ahora. ¿Qué más os parece? ¿Qué más sentís? Veréis que es importante, porque desde luego, cuando los defensores de los Gobiernos, y del Orden en general desde Arriba, os atemorizan y amenazan con el caos, ellos parece que saben lo que quieren decir, lo que sería de esa ordenación: “¿qué sería de nosotros, qué sería de mí, si no estuviera ordenado de alguna manera, si me desordenara completamente? ¿Qué sería de mi persona, y de las poblaciones, y qué sería de las cosas mismas en general?”. Sí.
-Que yo creo que la incertidumbre, que es lo que plantea más bien el desorden, aunque no sea total, es lo que da miedo, porque el Orden da una seguridad falsa que nos agarramos como sea, que no podemos soportar ningún espacio de incertidumbre, aunque esa incertidumbre no sea total.
A-No es total, pero dices que es la incertidumbre lo que ............
-Lo que hace que los Estados y los Poderes nos engañen con ese Orden que nos hace sentir una engañosa seguridad.
A-Sí, desde luego que cualquier ordenación desde Arriba implica esa pretensión de seguridad, de certidumbre. También la de el más alto de todos los Istitutos, el de la Ciencia: también ahí, aunque algunos científicos quieran desmentirlo o atenuarlo, la pretensión es de certidumbre, de llegar a la verdad, que pertenece a este reino total. Y aquí sabemos que verdad..........
-No hay en la Realidad.
A-No cabe en la Realidad, no puede haber en la Realidad verdad ninguna, más que como esa pretensión desde Arriba, que es la misma que la pretensión de Orden. La pretensión de verdad, de saber cierto, de seguridad, de eso es de lo que se sostienen los Estados, los Capitales, y todo lo demás. ¿Qué más, antes de seguir?
-Pues que un desorden total no se podría dar cuenta de él, y si se está dando cuenta de él, es que hay alguien que pertenece al lado del Orden, y que habla de ello, y por tanto ya no está desordenado, que si no, no se podría dar cuenta de él.
A-No sé, podría ser un molusco, un gusanillo que no estuviera nada ordenado, que estuviera muy espachurrao, pero que sintiera, sufriera, el Orden.
-El gusanillo de la Virtud.
A-No, ése no, cualquier otro menos ése.
-()
A-Más debajo de la subcosciencia. No sé yo. Recordáis los que me habéis acompañao hace tiempo que hemos venido a utilizar la imagen tópica, pensando que la Realidad no es más que un intermedio, una guerra o encuentro entre lo que está más arriba, que es donde están Todo, Uno, Verdad, Dios, los Números, la Esfera, el Triángulo, y lo que está más abajo de la Realidad, que es sencillamente aquello sobre lo que esos ideales operan, de manera que esto en lo que nosotros estamos, en lo que se nos ha hecho, en lo que estamos costituídos, que es la Realidad, la Existencia, no puede consistir en otra cosa más que en el encuentro, en la lucha costante entre esas dos cosas, lo ideal y lo de abajo. Por tanto, la pretensión de descubrir un desorden perfecto parece que implica una contradicción incurable. ¿O no? ¿O encontráis manera de saliros? Desorden perfecto quiere decir también entre otras cosas, aparte de caos, quiere decir una especie de azar, pero también total, absolutamente azaroso, es decir, una negación de................. ¿Que es lo contrario de ese azar azaroso?: una negación, de............
-De la causa.
A-De la causa, de la causalidad, ¿no? También eso quiere decir un desorden perfecto: absoluta falta de relaciones de causa. ¿Pues qué más? Sí.
-Que podría ser desorden total si no pretendiera ordenarse, ¿no?, si no hubiera pretensión de ordenar.
A-Porque al ser total, ya no podría ser más ordenado. Pues sí, eso es..........
-Que no tuviera la vía abierta para el Orden ya.
A-Si te entiendo bien, es una ilusión política que también se da: que cuando se llegue a la más alta ordenación del mundo que cabe, por lo menos ya nos quedaríamos tranquilos, porque ya no podría haber un afán por llegar a más ordenación; habríamos llegado al todo, habríamos llegado al total en la Realidad, y aunque parezca mentira, la Fe que padecemos, y que nos imponen, implica algo como eso. ¿Para qué se podían estar los gobiernos esforzando, como se esfuerzan, en ser cada uno mejor que el anterior, ordenarnos el mundo mejor, tener las poblaciones mejor contadas? ¿Para qué, si no es que estuvieran esperando llegar a un fin? Y ahora os hago parar un momento mientes en esto: para llegar a un fin de ordenación, que ¿qué pasaría, en ese fin?
-..................................
A-Evidentemente yo creo que tanto la Ciencia aspira a llegar a la verdad, a Dios, como cualquier Gobierno, o Política, o ordenación del Capital y demás, aspira a llegar a la mejor ordenación posible, a un fin. ¿Qué pasaría con ese fin?
-No sé, parece que se daría la vuelta.
A-Si ese Ideal.................. que desde luego nos rige, porque si no, ¿cómo podríamos consentirle a ningún gobierno, a ninguna forma de capital, que nos hiciera las barrabasadas que nos hace, si no es porque las hace en nombre del fin al que se dirige? ¿Cómo podría yo someterme a todas las putadas médicas y gimnásticas que me puedan hacer, si no es porque están destinadas a un fin, que es mi salud futura? Por tanto pregunto: ¿qué pasa con ese fin?
-Pero Agustín, como la muerte futura es la que nos venden...............
A-No, no, ahora pregunto simplemente por este Ideal, que implica un fin con el que llegar a la mejor ordenación posible.
-Que ya no pintarían nada los gobiernos, ya no haría falta ninguno.
A-Es una de las consecuencias: que entonces ya la necesidad de gobierno, de ordenación, de cómputo de los capitales, se habría caído por la base, y ya no haría falta ordenar nada. Justamente la pretensión de ordenar solo tiene sentido dentro de la Realidad, es decir, mientras los elementos ideales de ordenación están luchando con lo que queda por bajo contra ellos. Si cumplieran su fin, se habrían anulado a sí mismos. Reuniendo a todos los ideales en Dios, si Dios hubiera llegado a cumplirse en la realidad, entonces se habría anulado a sí mismo, porque su sostén consistía justamente en la lucha, en la pretensión de ordenación. En un fin eso habría caído, de manera que en esa paradoja vivimos: nos trastabardean y ajetrean costantemente de todas las maneras, a nosotros y a las cosas, para alcanzar un mañana mejor, y al mismo tiempo ese mañana mejor significa el desmentimiento y la anulación de todo lo que estaban haciendo con nosotros. Ésa es la cuestión. ¿O qué más se os ocurre con respecto a esto?
-Yo digo que esa paradoja sucede también en la misma costrucción, que reproduce las cosas de la Realidad, porque parece que hay también esos dos planos de ordenamiento: primero en el mero hecho del hablar, del lenguaje, del nombrar las cosas, hay como un intento de ordenamiento, aunque nunca sea perfecto, que un lagarto nunca es un lagarto del todo, está siempre abierto al más o menos; pero frente a eso está siempre impuesto sobre los lenguajes naturales los lenguajes formales, y dentro de los lenguajes formales, que es el intento matemático, ahí lo que se pretende es que el triángulo sea el triángulo, y no hay más o menos triángulo.
A-No, no, te estás equivocando de piso: el Triángulo es el Triángulo, como Dios es Dios, y como la Esfera es la Esfera. Eso es el piso de Arriba, el piso del Ideal. Ya sabéis que esas entidades matemáticas son verdad en el simple sentido de que se vuelven sobre sí mismas, no tienen otra definición que la misma cosa que se define.
-() a otro piso de más abajo, el que tu llamas lo desconocido, entramos en el reino del ritmo propiamente, como son las aguas de las olas del mar, los latidos del corazón, eso que uno no sabe, que es lo desconocido, y está sometido a un ritmo más inmatemático, diríamos.
A-No, no, eso es ya otra cosa. Ya Isabel con esto me hace renunciar a seguir indagando entre vosotros sobre la cuestión del máximo o más perfecto desorden, para volver, con el ejemplo de la Gramática, a lo que en general nos traemos, que viene a ser eso que ella ha recogido: cómo las ordenaciones en niveles distintos, cada una no solo produce los desastres o los deleites que pueda producir, sino que con ello se está ocultando, encubriendo, una ordenación que había por debajo. Bueno, pues vuelvo sobre ello, y se había planteado el problema de la Gramática o máquina de las lenguas, para no entrar muy a fondo todavía, puesto que no pasamos de momento hasta más abajo de lo subcosciente, tal como antes quedó definido. De ahí los niveles que os proponía: era este nivel de lo subcosciente y común (común en el sentido preciso de que la lengua no es de nadie, y ni siquiera una lengua particular, un idioma, es de nadie), y el nivel superior, que es, os decía, el de la escritura, que implica Historia y Cultura. Es el nivel superior, y es una relación entre esos dos niveles en la que me proponía haceros pensar un rato. Una escritura, como sabéis, en principio no tendría que ser más que una copia fiel de la lengua correspondiente, del idioma correspondiente a esa escritura, y de las producciones que en esa lengua se dieran. Una copia fiel. ¿O no es eso la vocación o el deber de una escritura? ¿Eh? ¿Tenéis alguna duda? ¿Pensáis en otra cosa? ¿Una escritura no debería ser justamente eso, una reproducción, una copia de las producciones de una lengua, por tanto del aparato de esa lengua, que rige tales producciones?
-.............................
A-Podemos utilizar aquí, espero que sin peligro, los ojos y los oídos: la escritura sería una copia para los ojos, de forma que en lo escrito y visible se encontraran los elementos y las relaciones que en una lengua rigen. Pero sería una copia de la lengua, que ésa no es de los ojos, sino “de los oídos”, se puede decir. “Los oídos” quiere decir justamente “no-los ojos”; estremamos la oposición entre los sentidos, pero espero que no por ello nos despistemos.
-Yo creo que una lengua es una lengua oral.
A-La lengua de verdad, la que estoy oponiendo a la escritura, no puede ser otra cosa que esa lengua que se habla, la lengua que corre, la lengua oral, que sería una empresa aventurada copiar para los ojos, para que los ojos distingan lo que en el habla distinguen los oídos de alguna manera. Esto supongo que os debe presentar problemas. Algunos ya desde aquí no deberían estar muy conformes con lo que estoy diciendo.
-Yo no estoy nada conforme. No lo entiendo muy bien, pero vamos, yo doy clase de lengua, y cuando están oyendo algo pido que no lo lean, porque les distrae de lo que tienen que entender. La gente tiene la obsesión de cuando oye algo en una lengua estranjera, verlo escrito, es una obsesión muy de los adultos, y entonces ¿por qué necesitamos verlo escrito, si eso es otra cosa?
A-Bueno, sí, está bien, pero es una cuestión secundaria, hay cuestiones todavía más graves que ésas en lo que estoy diciendo. Sobre eso volveremos luego. ¿Qué cuestiones más graves se os ofrecen con lo que estoy diciendo?
-La de ¿qué lengua?
A-No, para una lengua, o sea, un idioma cualquiera, y estendiéndolo por tanto a la relación general entre eso que se llama lengua y escritura. Bueno, un paréntesis, porque una lengua como dicen “formal”, y especialmente el lenguaje matemático, se sale de esto, porque no puede ser más que escrito, y por tanto ahí no se plantea, por lo menos de primeras, la relación; no hay una Matemática oral, no tiene ni sentido. La Matemática es escrita desde el principio, y es tan escrita desde el principio que, como alguna vez me habréis oído, cuando se plantea el origen de la escritura probablemente tenemos que contar con que lo primero son los palotes con los que en una vasija o en una pared se apuntan las reses del ganado, y los conjuntos de reses, y todo eso, ¿no?, lo que ha venido a dar nuestros números. Para las demás lenguas se plantea esta oposición: hay una ordenación escrita, para los ojos, para que se vea..................
-Pero si digo “dos mas dos, cuatro”, o “tres equis al cuadrado, igual a y”, ¿no son formulaciones matemáticas, y las estoy diciendo de palabra? O un artículo de Matemáticas lo puedo leer en alto, ¿no?
A-Llamar Matemáticas a eso es escesivo, porque ahí está la cuestión de los números en el uso real, los números en la Realidad, entre los cuales se pueden contar esas cuentas, y la Matemática propiamente dicha..........
-Bueno, pero parece que esto también es una lectura que se hace, cuando se dice “tres equis al cuadrado”, nace de eso.
A-Bueno, puedes decir: “mira, aquí en estas pocilgas tengo 3 cerdos en cada una, y por tanto te vendo los 9 cerdos en total”. Y te vende los 9 cerdos y no pasa nada, y a eso nadie le llama Matemáticas, yo creo, ¿no? Eso son los números en su uso real, que no son números buenos, no son números puros, porque evidentemente, así como un cerdo nunca es un cerdo, nunca 3 cerdos son esactamente 3. Eso lo habéis costatao conmigo más de una vez, no voy a volver sobre ello. Este es el nivel, y en este nivel, claro, los cuantificadores, incluidos los números, pues funcionan oralmente, pueden funcionar oralmente.
-Podríamos decir que hacemos Matemáticas cuando prescindimos de que sean cerdos o vacas, ¿no?, cuando decimos que dos mas tres es cinco, independientemente de lo que sea, y que eso se puede hacer oralmente, me parece a mí, por ejemplo aprenderse la tabla de multiplicar.
A-Eso se puede decir así, efectivamente. Se deja de tratar con realidades, y se deja de lado la función, que se supone nativa, de los números, que es la de contar cosas; se deja, y entonces hay Matemáticas. Pero no nos distraigamos más: dejando la cuestión de lenguajes formales, en los corrientes hay esa superposición y oposición entre escritura y lengua.
-Es el primer paso a la conciencia, la reflexión del paso a la conciencia.
A-Bueno, conciencia es un término muy complicado, y para evitarlo yo había preferido emplear metafóricamente “los ojos y los oídos”, prefería entenderlo así. Pero lo importante en nuestra cuestión es que evidentemente, cuando se introduce la escritura, esta escritura copia y da razón de las cosas que hay en la lengua..............siempre parcialmente, pues no hay ninguna escritura, ni siquiera la que usamos de ordinario en nuestras lenguas, que pueda pretender esta regla: que copia todos, y solos, los elementos gramaticales que se dan en la lengua hablada. Esto no se cumple: cualquier escritura es una aproximación, de manera que efectivamente su finalidad es copiar, reproducir, para los ojos, lo que estaba en la lengua hablada para los oídos, pero muy imperfectamente. En las escrituras que parten del elemento palabra, del tipo de la china, evidentemente la imperfección se aparece a cada paso: la correspondencia entre un signo de los elegidos, de esos que los funcionarios chinos tenían que aprenderse en el número más alto posible para trepar en la escala del funcionariado, cualquiera de esos signos no puede nunca responder, siempre falla, por esceso o por defecto, a lo que la palabra estaba diciendo. Y si pasamos a las alfabéticas y dominantes, pues ya veis: hay algunas que por ejemplo ni siquiera escriben las vocales, por ejemplo la hebrea, de manera que hacen una nota, la correspondiente a las consonantes, para que el otro, que se supone que ya conoce más o menos la lengua, deduzca cuales son las vocales correspondientes, y esto sucede a cada paso. Algunas peor todavía: usan un solo signo para ‘pb’, ‘pd’, y ‘pg’, por decirlo así, dejando que el que lea, como ya sabe más o menos la lengua, conjeturando, deduzca lo que le falta a la pertenencia. Y venimos a la puntuación, que es el sitio donde vais a ver más clara la cosa.
Venimos a la puntuación, que forma parte de la escritura, y tenemos que pensar ahí que efectivamente la escritura está reproduciendo, copiando, algo de lo que se da en el aparato, en la gramática de la lengua. Supongo que hace un rato que os habéis desentendido de la pretensión de que los oídos de que os estaba hablando fueran unos oídos físicos, como los que recogen los ruidos. Esos oídos eran unos oídos gramaticales, es decir, que recogían con precisión todas y solas, todos y solos los elementos que en el habla tenían una condición gramatical, desentendiéndose de todo lo demás, a lo que se llama propiamente astracción. Eran esos oídos gramaticales a los que se refería, y la escritura, que ya en los otros casos que os he sacado solo muy parcialmente responde a eso que los oídos sienten, cuando llegamos a la puntuación, todos lo reconocéis conmigo, se queda en un nivel desastroso. ¿Qué os enseñan como puntuación? ¿Qué os enseñan en las escuelas, por ahí, y en los libros de estilo de los periódicos, sobre el uso del punto, los dos puntos, el punto y coma, la coma, los paréntesis, y cosas por el estilo?: pues os dan reglas, y estas reglas que os dan pertenecen a la escritura, o sea, que son como las reglas de ortografía de cualquier lengua............. Bueno, de cualquier lengua que tenga una escritura desastrosa como la española y la francesa y la inglesa, ¿eh?, con esa condición: cualquier lengua que por Cultura ha venido a desarrollar una estructura desastrosa, infiel, como son la inglesa, la francesa, y la española incluso, con cualquier caso en que se de ese desastre, hacen falta entonces reglas de ortografía, que evidentemente ya comprendéis que cuando obligan al niño a escribir vaca con uve, o los imperfectos de los verbos con ‘b’, no están diciéndole nada de la lengua: están tratando de corregir una estupidez que está culturalmente inserta en la lengua, ¿no? De manera que ésa es la situación en que os encontráis, incluso con fonemas y cosas así. Pero si venimos a la puntuación.............se creen que os están diciendo cómo hay que escribir, y cuándo es oportuno, necesario, o elegante, poner coma o no ponerla, el poner el punto o poner solo punto y coma, y todas las demás tonterías por el estilo. Bueno, pues me creáis o no, como buenos hablantes, en la lengua hablada todo eso está claro.
Entonces, ¿para qué es para lo que os traía el ejemplo?: para que veáis cómo una ordenación superior no sólo produce desastres en su nivel, sino que oculta, impide sentir la ordenación que hay en el nivel inferior, y el nivel inferior en este caso es la lengua. Las reglas de ortografía y de puntuación que cuentan con la escritura como si la escritura fuera la lengua, haciendo creer a la gente que la escritura es la lengua, introduce por supuesto, por su cuenta y en su nivel, desastres, los que ya he hecho notar, todos los que traen consigo las reglas de ortografía, las escuelas, la grafía culturalmente inducida o impuesta, como en la de esas lenguas, pero además sobre todo nos vuelve sordos a la ordenación que había por bajo. En la lengua, en el español o en cualquiera, hay unos juegos de tonos y de entonaciones que determinan con toda precisión las unidades que llamamos frase, y las maneras en que una frase se articula o se desmembra en sus componentes cuando es una frase larga y compuesta, de manera que hay unas, no ‘músicas’, o músicas muy imperfectas, no desde luego nada físico de los ruidos, pero hay unos juegos astractos, entonativos, en la lengua hablada, que efectivamente determinan con toda precisión lo que gramaticalmente hace falta para el sentido de una frase, sin que haga falta más ni que sobre nada: determina lo que se refiere al sentido gramatical. Luego los hablantes pueden hacer todas las cosas que quieran desde el punto de vista pasional, afectivo, y tal, con la lengua, pero eso ya no cuenta para nada a la gramática. Hay en medio de todo ese barullo físico unas pocas, limitadas, reglas, entonativas, acentuales, de juegos de tonos, que determinan todo lo que hace falta.
Bueno, pues esto tan maravilloso que tenemos en cualquier lengua hablada de ordinario, queda recubierto; queda recubierto justamente por la istancia superior, que es la que os presento representada en la escritura: impide percibir lo que había por bajo. No os voy a pedir que os confeséis conmigo, pero seguramente si os miráis un poco os daréis cuenta de hasta qué punto una cosa tan evidente y clara como ésta os puede resultar sorprendente, descubrir la maravilla de la ordenación de la lengua hablada, eso que los oídos gramaticales de los hablantes en común perciben. Descubrir eso nos es dado con tal de que no haya una istancia superior, otra ordenación que efectivamente trata de sustituir a la lengua y que entorpece la manera de sentirla. Esto era el ejemplo sin pasar del nivel subcosciente. Porque ya sabéis que la lengua, y también una lengua cualquiera, yace en ese nivel que consiste en que se han olvidado de conciencia los elementos que en la lengua rigen, para que nadie pueda ya............. vamos, salvo que se dedique a un juego como el que aquí estamos haciendo, nadie pueda ya saber cuáles son esos elementos de su lengua, ni cómo se combinan, ni qué reglas entonativas tiene, y gracias a eso la lengua funciona bien; la lengua funciona bien, en la medida en que las lenguas pueden funcionar bien, que tampoco puede ser ninguna perfección ni nada del otro mundo. Por tanto antes de pasar a más ejemplos querría un momento todavía que nos detuviéramos en éste. Sí.
-Yo cuando voy al cine y veo una película y oigo una película, no sé si se acerca más al nivel del oído que va debajo, o cuando leo un libro. O sea, no sé si es más natural, pero el cine me da a mí como una pauta más natural que en el idioma, en la lengua.
A-No entiendo. No querrás comparar el cine con............
-Es que el cine me parece como más natural, más.................
A-¿Pero el cine pa dónde está, pa la escritura, o pa la lengua?
-Lengua, lengua.
A-No, hija, no, el cine es una escritura como cualquier otra, eso lo sabe cualquiera, que “el lenguaje de las imágenes”, como dicen, y las imágenes en movimiento, es una escritura como la escritura alfabética. Eso no es de la lengua, y no en vano pertenece a la Cultura, y ya os he dicho que cualquier cosa como cultural o histórico está fundado en la escritura, y el cine evidentemente es una escritura, y la escritura que se emplea en Internet y todo eso, es una escritura. Sí.
-Iba a decir otra cosa, pero con lo que acaba de salir tengo que decir que tal como se ha dicho que era la escritura no parece que el cine pueda ser escritura. Si la escritura es una forma de recoger para los ojos lo que en la producción se recoge por los oídos, no parece que se pueda decir que el cine sea escritura.
A-Por la parte visual sí, y por la auditiva no.
-Por la visual no, porque no es una representación del habla.
A-Del cine, vamos a fijarnos en el mudo para no armarnos líos: el cine como se inventó, mudo, es un lenguaje de imágenes que es una escritura, porque está hecho para los ojos y tiene las mismas simplificaciones que cualquier escritura, y todo eso. Que después la grabación...............
-Pero es una escritura, ¿de qué? No es una escritura de la lengua. Como hemos definido antes la escritura, hemos dicho que la escritura era escritura de la lengua, una copia de la lengua, y el cine no es una escritura de la lengua.
A-¿No?
-Es que es otro tipo de juego, es otro tipo de representación.
A-No tan otro, mira a ver un poco, no creo. No tan otro. Sí.
-Yo creo que el cine es todavía más exagerao que la escritura, porque el cine con dos imágenes te tiene que situar un montón de cosas que hay que decirlas, que hay que definirlas, y lleva más tiempo.
A-Pero no es eso lo que dice ella. El problema que ella plantea es que esa escritura que es el cine, por ejemplo mudo, no responde a eso de que la escritura sea una copia de la lengua. Parece sumamente razonable, ¿no?: no responde. ¿O sí?
-............................
A-En el nivel en que yo lo he puesto y en el que quería jugar, con entonaciones y todo eso, desde luego no, pero como sabéis junto conmigo, la lengua, y una lengua cualquiera, un idioma, es justamente la Realidad por la parte que tiene de semántica, y por eso decimos que cada tribu tiene su realidad en la medida en que tiene su idioma, hasta tal punto el diccionario y la configuración de las cosas está dependiendo del significado de las palabras que en un idioma se usen. Un lagarto, mientras no haya en la lengua un nombre ‘lagarto’, será una cosa vaga, y si no es una cosa vaga y un niño puede pintar un lagarto que corresponda al nombre ‘lagarto’, es porque efectivamente está ya regida por el significado de la cosa. De manera que las imágenes, aún sin llegar al cine todavía, las imágenes sucesivas están condicionadas por el lenguaje principalmente, y para empezar por su parte semántica, porque no pueden copiar ninguna especie de realidad sin lengua, sino que solo pueden copiar una realidad con lengua, configurada semánticamente por los significados de las palabras y su diccionario. En ese sentido, y cuando se pasa a las imágenes con movimiento, pues no hay nada nuevo, vamos, salvo que se piense que también con el movimiento de los monigotes lo que se está produciendo es un verbo, una relación de verbo con complemento. Por ejemplo, si el uno le estrella una tarta de nata al otro en la cara, ¿cómo se sabe que lo que está pasando, si aquello es que el uno le estrella al otro la tarta, y si eso es una tarta de nata y todo eso?: pues porque está copiando lo que también en la realidad corriente se da por sabido gracias a esa parte de las lenguas que son los significados.
-Cuando la escritura no tenía blanco de letra, no sé si se haría para aprovechar las piedras, que serían escasas, o los pergaminos, pero ese simulacro de continuidad, que no establece unidades discretas, ¿implica mayor fidelidad a la lengua oral, o no? Parece que no, que era peor todavía.
A-Entre las muchas deficiencias que os he señalado antes de cómo la escritura solo copia muy parcialmente los elementos de la lengua, está esa: efectivamente, hablando, entre palabras, mientras no haya una coma no hay desde luego ninguna parada ni nada, eso seguro, no podemos inventarle a la lengua ninguna otra cosa; pero eso no quiere decir que la unidad a la que he llamado palabra sintagmática, porque había que distinguirla de la palabra ideal que está en el léxico, es una verdadera unidad, y el hablante y su oyente reconocen lo que es principio y fin de palabra, como lo muestran en mil cosas, sin ningún silencio. La mayor parte de las escrituras tardan mucho en hacerse cargo hasta de esto tan elemental, y escriben en scriptura continua, no se ha inventado el blanco de letra. Y luego, cuando se inventa el blanco de letra para responder a esto, pues ya sabéis los desastres a que da lugar, porque dar reglas de lo que es palabra y lo que no es palabra, y si una preposición es una palabra, si un artículo es una palabra, si no es........... Los niños y los semiletrados lo saben mucho mejor, porque el imperio todavía no ha progresado, y si os fijáis, han aprendido ya para qué se usa el blanco de letra, pero lo emplean mejor, es decir, lo emplean para distinguir palabras sintagmáticas y no lo emplean para decir “elamor”, ni para decir “havenido”, y no meten ahí ningún blanco de escritura ni nada parecido, porque no lo hay. Responden mejor, pero viene la istrucción superior, y dicta reglas, como lo que he dicho antes de las de puntuación, para el uso del blanco de letra. Y desastre. Desastre, es decir, la ingerencia de la ordenación superior, de las reglas escolares y académicas, impide percibir lo que estaba tan claro en la subcosciencia de la lengua. ¿Alguna cosa os queda más por ahí?
-Pero esta función de que la escritura sea más o menos fiel a la producción, a la lengua, ¿no es bastante secundaria con respecto a la de que la escritura, sea más o menos fiel, es una istitución mortífera? O sea, una escritura, por ser más fiel a una lengua, ¿va a ser menos mortífera?, ¿va a ser un istrumento de poder menor? Incluso podría parecer que es al revés, porque las estructuras alfabéticas pueden ser un gran progreso en la reproducción de las lenguas, y parece que están ligadas a los sistemas de Poder, como las Democracias, más progresados y más mortíferos. Es que sin una escritura alfabética que todos podamos conocer y esté tan estendida, no se nos podría imponer la ley, la publicidad, y lo que todos conocemos.
A-De acuerdo, sí, la alfabética es la dominante de todas, pero ahora fíjate en que las únicas escrituras fieles, o por lo menos muy relativamente fieles, que tenemos, son las de las lenguas que nunca han tenido escritura hasta hace muy poco y se la han tenido que inventar algunos honestos lingüistas, como las lenguas bantúes, las polinesias, y el vasco mismo no hace mucho.
-Y el italiano.
A-No, el italiano es otro caso, pero las que tú dices, las lenguas del Poder, y con los casos sobre todo ilustres del inglés, el francés y el español, son enormemente infieles por todas partes a la lengua (las reglas de escritura, ortográficas y demás, están dominando sobre todo lo otro), y que esas lenguas sean las que tengan una escritura culturalmente dominada, infiel a la lengua, y sean las lenguas de los Estados más poderosos, difícilmente no puede ser una casualidad.
-Hombre, porque tendrán una tradición más larga, y entonces en la lengua se han ido creando mecanismos que no tienen nada que ver con cómo se leen.
A-La tradición es una tradición justamente cultural, y eso es lo que hace que la escritura inglesa y las demás sean así de malas, porque se supone que la escritura es una especie de muestra de la cultura, y es justamente el tomar la escritura como una especie de muestra de la cultura, de la tradición cultural, lo que la vuelve enormemente infiel.
-Pero estas lenguas bantúes sabemos el daño que les está haciendo, o que les va a hacer, el hecho de que les hayan puesto una escritura.
A-¿Que se hayan escrito?
-Que se estén escribiendo. En el vasco () además ya hay una unificación, que se hace a través de la escritura, y todo eso es mortífero.
A-Sin eso efectivamente ni el vasco se habría estendido y unificado así, ni el hebreo tampoco, y bueno.............. Bueno, hay que decir que las escrituras de las lenguas de Estados poderosos, algunas, como la del alemán o del italiano, no son tan malas, pero no lo son porque ha habido una reforma para evitar los horrores de las reglas de las otras, y entonces el problema que planteas es efectivamente.......
-() sería una lengua desmandada, o algo así, sin esas funciones de establecimiento de Poder y de Ley, que parece que es lo que estuviéramos haciendo aquí.
A-Desde luego pasa: aparte de los horrores culturales, el hecho mismo de la escritura parece que le da a la lengua un cierto poder para establecerse, estenderse, y por tanto para servir a un Estado y servir al Capital. Podéis pensarlo así. Justamente aquí lo que yo planteaba sobre todo eran ejemplos para distinguir cómo una ordenación superior se carga a la inferior. Por lo demás puede ser razonable incluso que esta ordenación fiel de la escritura siga siendo también un servicio, un istrumento para el servicio al Poder, que puede ser, en eso no me meto. La que es libre es desde luego la que no es de nadie, y eso solo se da con una lengua, como tú decías ahora, desmandada. Es la que no es de nadie, es la única que es común, y la escritura por desgracia siempre es de alguien, porque hay que aprenderla en la escuela, ¿no?: en el caso del vasco, la fundación de las Ikastolas, pues fue para una () del vasco, que estaba pereciendo, ¿no? Ésa no es de nadie, la lengua nunca es de nadie, y la escritura, como desde el principio de la Historia, es de los sacerdotes y de los señores, y vive justamente para eso. Sí.
-Respecto a esto, es que precisamente parece como que Dios mismo estuviese muy interesado en que cualquier voz se convirtiese en escritura: vemos que la oración, o en el rogar algo, o en pedir algo a ese Dios desconocido que debía ser al principio de mucho principio, debió inmediatamente de exigírsele las Sagradas Escrituras. No hay religión que no tenga enseguida su Corán, su Misnab, su nosequé, todas las Sagradas Escrituras. Son las que sostienen las grandes religiones, parece como si Dios mismo se hiciese esa ()
A-Las grandes sí, efectivamente necesitan todo eso, pero de todas formas aún en religiones mucho menos progresadas y avanzadas la condición de algo como la escritura es fundamental, y es una propiedad del sacerdote, o brujo, o profeta, o como se llame, y del Señor por tanto al que está a su servicio. De manera que en efecto, tienes razón: la mera escritura, aunque sea fiel, ya implica demasiado con respecto a lo que podía ser libertad de los pueblos, y no hay ninguna lengua libre más que ésa, la que no es de nadie.
-Sobre esto que decía Isabelita de las Sagradas Escrituras, sí que me fijé el otro día que estaba el Papa dando misa, y después de los años que tiene, que sabe de sobra lo que hay que decir (“ora pro nobis”, “Dominus vobiscum”), pues leen con un libro. O sea, después de 86 años diciendo la misma misa todos los días, que en total no dice nada, son cuatro cosas que se aprenden de memoria, cualquiera las puede saber, pues debe ser por ese culto a la escritura, que se creen que dice algo más por acompañarse de un libro.
A-Bueno, sin olvidar que hay también partes de los ritos, y salmodias, y todas esas cosas, que prescinden del libro, pero que recitan y cantan lo escrito, es decir, que se da un movimiento del revés: se viene a dar voz a lo escrito; no se escribe lo hablado, sino al revés, y parte de los ritos son así, aunque el libro no esté presente.
-Pero los niños de las escuelas lo aprenden moviéndose “así”, no lo aprenden sentao, tanto la Biblia como el Corán.
A-No lo sé, no lo sé.
-Si, vuelven al ritmo del recitado.
A-Bueno, ¿qué más había?
-Como has sacado el caso del italiano, pues yo creo que las operaciones desde Arriba por suerte nunca son perfectas, es decir, cuando se hizo la unidá italiana, ¿qué hizo el Estado italiano como forma de poder?: “todo el mundo tiene que escribir esta nueva lengua”. Pero ahí hay un panorama donde la gente lo escribe, pero luego en su casa habla su dialecto.
A-Eso no tiene nada que ver. No, pero el caso del italiano, y de una manera distinta el del alemán, es que efectivamente ahí la operación desde Arriba fue en el sentido de la fidelidad, que la escritura italiana en comparación es buena, pero que es molestísima, porque a veces para un fonema tienen que usar hasta tres letras, y en alemán pasa igual, hasta tres para un fonema, pero eso es pecata minuta: en general cualquiera que sepa leer las letras del italiano no se engaña respecto a lo que pasa en la fonémica de la lengua. Fue un caso en que la imposición desde Arriba fue en el sentido de la fidelidad, justamente para evitar un poco la libertad de que cada uno escriba como quisiera, como gran parte de los italianos y alemanes antes de la imposición de la reforma; sí, para evitar esta supuesta libertad de escribir cada uno como quisiera, ¿no? Bueno, no sé si se ha hecho muy tarde, pero es que..............
-Es que hay un partido.
A-Mi intención habría sido pasar de este ejemplo de la lengua al ejemplo del Dinero, de la Economía y de la ordenación desde Arriba, que justamente ayer lo estaba usando en la columna de la razón a propósito del libro de este Férguson, un norteamericano que denuncia la ordenación desde Arriba en un libro que se llama “Inside Job”, es decir, “Faena desde dentro”, “Faena de por dentro”. Pero no hay tiempo, claro, efectivamente, no por el partido, sino porque es muy tarde, de manera que queda anunciado el paso a la cuestión del dinero para el día que viene, salvo que se os ocurra ahora alguna cosa más, ¿no?
-.........................................
A-Bueno, pues entonces, si no ha pasao nada, dentro de 7 días seguimos por ahí.