27.07.2011

Tertulia Política número 292 (27 de Julio de 2011)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

Tertu292-27-7-2011#Tertu292-27-7-2011.mp3

 

  • Dentro del psicoanálisis como actividad política, la cuestión de la verdad referida a la Realidad y a los ideales, y relación con ello de la Información.
  • Glosa de la espresión “no news is good news”.  

 

 

TRANSCRIPCIÓN:
 
 
..............precisamente hoy, que vengo algo entristecido después de todo lo de la llegada de las rutas de los descontentos de todas partes del mapa el juevesviernes, y luego la gran manifestación del sábado.  Descontento en cuanto que eso parece que va por la ruta previsible, que el Orden ha hecho que sea casi natural, es decir, aspirar al éxito, alcanzar fines, y en consecuencia usar la misma retórica del Amo, la misma retórica que usan los políticos y eso; con lo cual se consiguen éxitos, se consigue por ejemplo que la Televisión, que por lo demás no hace puñetero caso de la gente del 15 de Mayo, de repente con estas cosas haga caso, y de cuenta de ello y lo celebre.  Es el conflicto que aquí entre pocos os quiero presentar, el conflicto entre el afán de éxito que lleva a imitar las armas del Poder mismo, y que arrastra consigo, porque se paga muy caro, alguna pérdida del espíritu, del aliento, con que el 19 de Mayo salí sin más a saludar a la gente como la alegría de lo inesperado, ¿no?  Esta vuelta de las rutas era, en el momento en que iban llegando, una alegría, pero en cuanto empezaban a formalizar aquello, a usar los Medios, los grandes Medios, para eso, y a hablar, pues ya estábamos cediendo a la retórica del Poder, y por tanto perdiendo el espíritu, el aliento que nos daba aquella alegría.

Pues hoy que vengo así un poco entristecido con eso, deseo enlazar con lo que estos días pasados veníamos en la tertulia tratando, y que se trataba de una especie de psicoanálisis como actividad política la primera, la más urgente de todas. Para los que estabais y para los que no, que veo que sois bastantes hoy, bastantes nuevos, tengo que recordaros un poco cómo iba la cosa, en qué sentido se razona eso de que uno es el enemigo público número uno, y que no puede haber una política que esté refiriéndose al uno, a sus opiniones, a sus gustos, y a cualquier cosa personal: la rebelión es impersonal, no puede menos de ser impersonal, y si no, no es verdadera rebelión, porque la Persona está justamente al servicio del Poder, y como uno de los costituyentes del Poder.  Eso tan sencillo de decir es lo que venimos tratando de descubrir por debajo de nuestra propia conciencia, y sentirlo; no solo descubrirlo, sino sentirlo.

Si os digo por ejemplo “para que las cosas vayan bien basta con quitarse uno de en medio”, ¡es tan sencillo!; y sin embargo supongo que ahora en cuanto os deje pasar la voz, hasta respecto a eso mismo tan sencillo tendréis cosas que se os contrapongan, y espero oírlas dentro de un poco.  Pero es así, y en este intento de disolución del Yo encontramos que por un lado hay siempre algo, lo que queda de abajo, de pueblo no definido, indefinido, pero que sobre eso está montado el Uno, lo que corresponde más o menos al Nombre Propio, lo que corresponde al Documento Nacional de Identidad, y aunque haya en cada cual algo de pueblo, sin embargo el dominante, lo que se llama ‘uno’ de ordinario, es justamente eso que sabe su nombre, que tiene sus gustos personales, que tiene sus opiniones personales, y que al Estado y al Capital le gusta mucho, porque eso es justamente lo que ellos manejan muy bien, es lo que les sirve para contar almas, y el artículo de fe primero de una Democracia, que es el régimen más avanzado, el que hoy padecemos, el artículo primero es que cada uno crea en sí mismo.  ¿Os suena?  Eso es lo que en cualquier Empresa, en cualquier Escuela de Marketing, en cualquier examen de futuros funcionarios del Poder se exige, la fe en sí mismo, porque saben que la fe en sí mismo es la fe en el Estado, la fe en el Capital, la fe en Dios, todo viene a ser igual.

De manera que ya veis si es una tarea política urgente y de primer orden esto de hacernos cargo de esta disolución de uno, y descubrir que uno no es uno del todo, de verdad.  Uno es realmente uno, con su Nombre Propio, ocupando su puesto, ganando su dinero, pero solamente en realidad; pero de verdad uno no es uno, le queda siempre algo más, algo que está por encima y por debajo de esto, y que es de donde puede surgir alguna forma de rebelión contra el Poder.  Es en esto justamente en lo que estamos, y por tanto la liberación de uno es lo que podría hacer que las cosas fueran bien, es decir, no como van en realidad, sino de otra manera.  La liberación es al mismo tiempo, como recordáis los que venís conmigo hace tiempo, liberación del Uno individual personal, y liberación del Hombre en su conjunto.  Somos aquí claramente antihumanistas, y en nombre de lo que nos queda de pueblo estamos contra el Hombre, porque reconocemos, lo mismo en el Individuo que en ese bicho general que es el Hombre, al autor de todas las maldades, fealdades y estropicios de que está llena la Historia y la Realidad.  Supongo que esto tan sencillo de estar contra el Uno personal y al mismo tiempo contra el Hombre si se quiere hacer algo que no sea hacer lo que ya está hecho, esto tan sencillo también probablemente puede despertar en cualesquiera de vosotros, y es normal que despierte, reticencias, rechazos y dudas de todo tipo, y es justamente ésas las que os pido que saquéis a luz dentro de un poco.

Con el psicoanálisis y con la política viene eso que se llama lógica, y que es el aspecto con el que desearía pensar la cosa ahora junto con vosotros.  Uno se quita primero de en medio, si puede, como juez, en condición de juez; porque éste es el punto de eso que se llama conciencia, la conciencia humana, que es juicio: para que haya algo bien no tendría que suceder lo que sucede, que es que lo de ‘bien’ se mide según cada uno, al juicio de cada uno, según el criterio de cada uno, y de la misma manera en general lo que podría ser que, no el Hombre, sino las cosas, fueran bien, fueran de otro modo, está igualmente impedido porque está como centro, como criterio, como juez, eso, el Hombre, lo mismo que Uno Mismo.  Supongo que esta contradicción más o menos la seguís conmigo, y es preciso seguirla mucho para que llegue a tocar a eso que llamo el corazón, lo que nos queda de pueblo todavía por debajo del Alma, de la Persona de cada uno.  Es preciso sentirlo así. 

Vamos a ver entonces qué es eso del juicio, según lo que se declara la verdad o la falsedad de algo que se ha dicho, de cualquier sentencia, de cualquier frase, la verdad o la falsedad, con los términos de la Lógica, y a ver cómo me acompañáis en esto.  Acaso alguno de vosotros, los que han leído eso de ‘Filosofía’................que aquí tratamos con un cierto desprecio en general, lo mismo que tratamos con un cierto desprecio la poesía literaria, porque no son voces de abajo, no son voces de la lengua común, sino que son voces cultas, voces que no vienen de la lengua, sino solamente de la Escritura.  Pero de todas formas el desprecio no llega a tanto como que no podáis recordar, aunque sea de la Escuela, del Istituto, alguna de las cosas que os han contado de los filósofos y de sus filosofías, por ejemplo aquella clasificación de los juicios que hacía Kant distinguiendo unos juicios que eran “a priori”, es decir, que no requerían una comprobación, una esperimentación, ninguna prueba para demostrar su verdad, juicios del tipo de “una parte de un todo es menor que el todo”, por ejemplo.  Para Kant también “dos y dos son cuatro”.  ¿Qué os parece?  Son juicios “a priori”, a diferencia de cualesquiera otros, cuya verdad depende de una comprobación, por ejemplo “todas las aves tienen alas”.  Efectivamente éste no es a priori, hay que proceder a alguna forma de comprobación, a ver si es verdad que todas las aves tienen alas.  Luego él clasificaba los juicios también en sintéticos y analíticos, queriendo decir sintéticos aquellos que aportan una información nueva, aquellos que por la propia conjunción de sujeto con predicado aportan una información que no se tenía antes: “la casa de la colina es roja”, que aporta una información, porque el que se lo dice a alguien seguramente se lo dice porque piensa que requiere esa información.  Frente a los juicios analíticos, que no hacen más que descomponer en factores el resultado, o conjuntar los factores de la predicación en ese resultado, con lo cual no pueden aportar ninguna información nueva, porque están, tanto los factores como el resultado, ya previamente dados.  Bueno, esto es uno de los ejemplos de las cosas que los filósofos, incluso los modernos o más cercanos a nosotros, hacen de vez en cuando, no sé si lo habéis seguido con la bastante precisión para lo que ahora quiero, ahora me lo diréis. 

He introducido un término que desde luego no es de Kant, porque ‘información’ es más moderno que Kant, pero he pensado que lo he introducido con buen motivo, y sin distraernos demasiado de la cosa.  En esta actitud política que nos traemos en esta tertulia de pueblo-que-no-existe contra el Poder, que sí que existe por desgracia, en ésta podríamos decir tranquilamente que la Información es siempre una sumisión al Poder, sea cual sea; de tal forma que esta política que nos traemos, que incluye esa especie de psicoanálisis, tendría que ser una política de desinformación.  O sea, que puede tener un sentido bastante profundo lo que oiréis que la gente dice con frecuencia de que “falta de noticias, buenas noticias”.  “Falta de noticias, buenas noticias”, ya veis en qué ocasiones se dice, y desde luego implica una especie de desengaño previo respecto a que las nuevas noticias puedan traer consigo nada bueno, de manera que se prefiere no recibir otras porque se está presintiendo que van a ser como las anteriores, es decir, noticias de desgracias, noticias para estropear la cosa más de lo que estaba antes estropeada, ¿no?  Ésa es la actitud que mueve esa declaración, y así podría decirse “falta de información, pérdida de la información, eso es una buena información”; que ya no sería Información, sería justamente desinformación.

Espero que con esto quede un poco glosado lo que, recordándoos la clasificación de los juicios de Kant, os presentaba, y con eso ya paso a presentaros algún ejemplo.  Por ejemplo, ¿es verdad que siete mas cinco son doce?  Aquí me voy a parar, porque os voy a pedir.............  Estamos contra las opiniones de cada uno, pero yo aquí de momento no puedo pedir otra cosa más que opiniones, juicios que cada uno tenga hechos con respecto al asunto, aunque sea para demostrar su falta de fundamento, su falsedad.  No puedo pedir otra cosa, y eso es lo que os pido.  “7+5=12”:  ¿esto es verdad de algunas de las maneras, de las de la clasificación de juicios de Kant, o de cualquier otra manera que se os ocurra más directamente?  Yo creo que los que me acompañan hace años en esta tertulia no tendrán ninguna dificultad para responder, puede que los nuevos sí. “Siete mas cinco son doce”: ¿es esto verdad?  Ya estoy pidiendo manos, por favor, para que me digáis lo que sea.

-...............................

A-¿Quién es el primero que se atreve?  ¡Vamos!  La verdad es que no os he puesto ningún problema complicado, ¿no? 

-Yo creo que son 12.  Ahora, si entramos más en lo hondo y más en lo profundo, a lo mejor no son 12, y son diez y medio, pero vamos, siete mas cinco en lenguaje matemático, doce.

A-¿Qué es eso de “lo más profundo”?  No te entiendo.

-Pues lo más profundo es ver la esactitud e igualdad en lo que estamos sumando.

A-No te sigo.

-Que siete mas cinco, si son puros números nada más, son 12, pero si lo que tengo que hacer es sumar cualquier otra cosa, pues ya tengo mis dudas.

A-Sí, por ese camino es por el que yo esperaba que cualquiera de los que me vienen acompañando saliera.  Decirlo de otra manera alguno de los que vienen conmigo, o si no.........

-Pues que para que siete y cinco sean doce, uno tendría que ser uno, pero uno nunca es del todo uno, y entonces siete mas cinco nunca va a ser del todo doce.

A-¿Por qué?

-Porque 7 son siete unos, por decirlo de alguna manera, siete unidades, y unidades que no son unidades del todo.

A-¿Y por qué?

-Porque están mal hechas, como estamos hechos nosotros, que cada uno somos cada uno.

A-¿La unidad está mal hecha?  Rosa parece que hacía una distinción, que es la que estoy esperando.

-Matemáticamente siete y cinco son doce, pero cuando son cosas, ya no.

A-Eso es lo primero, lo más elemental, por lo menos para los que vienen conmigo.  Sí.

-Yo digo que siete y cinco en lenguaje matemático son doce, pero ¿qué son siete ovejas y cinco guisantes?

A-¡Eso!, lo que estás diciendo, la distinción ésa es fundamental: que sean lo que se está contando cosas, o que no sean cosas ninguna, sino que la formula sea desnudamente numérica.  Retened esta distinción, ¿eh?, aunque ahora recoja voces en algún otro sentido. Sigue.

-Que si yo pienso en que siete mas cinco son doce, es una información recibida, pero si tengo que sentirlo no sé lo que es, no tengo la visión pura de lo que es “siete mas cinco son doce”.

A-No sé si te entiendo bien.

-Si yo miro una naranja desde la visión pura no le tengo que poner nombre, porque la veo y la percibo con todo el sentido, y por eso digo que no tiene nada que ver.............

A-Pero no es una naranja, ¿no?

-Claro, no tendría nombre de naranja.  Pues eso me pasa con “siete mas cinco son doce”.

A-Bueno, alguna relación hay.  No es que sea parecido, sino que está relacionado.  A ver si ves cómo.  Desde luego naranjas son cosas que pertenece al significado de las palabras del idioma de una tribu cualquiera, y no hay otra manera de realidad mas que esa: idiomática, significados de las palabras del idioma de una tribu cualquiera, que son en la Realidad lo único que se nos presenta, y nada más.  Eso de primeras parece que no tiene que ver con los números, pero obviamente “siete y cinco, doce”.  A ver.

-Pero una naranja tras otra naranja tras otra naranja.................

A-No, no, ahora estamos distinguiendo que esto que pasa con las naranjas, con la Realidad, no parece que sea lo que pasa con los números, porque no podemos decir de 5, de 7, o de 12, lo mismo que de las naranjas, eso es claro.  Sigamos.  ¡Más, más voces!

-Que si se suman las cosas es porque son iguales entre sí, y si son iguales es que serían la misma cosa; o sea, que no podría haber cinco mas siete, porque si son esactamente iguales serían la misma, o sea, no serían unidades, no serían varias de la misma.

A-La misma en un sentido parece que están obligadas a ser; por ejemplo, si pides siete manzanas y luego cinco, y te dicen que te han dado doce, se cuenta con que cada una de ellas es la misma en cuanto que todas son ‘manzana’.  Tu quieres decir que no son la misma en cuanto que precisamente se las puede contar una detrás de otra.  Eso son los dos trucos de la mismidad: tienen que ser la misma para que la suma se pueda hacer, porque en la Escuela os han dicho que cosas heterogéneas no se suman, no se suman peras con manzanas, y si las naranjas sanguinas y las washington se toman como distintas, tampoco, ¿no?  ¿O sí?  ¿Se podrían sumar naranjas de diferentes clases?  Ésa es una prolongación del problema, los trucos de la mismidad.  ¡Venga, más pareceres o juicios que tengamos aquí que destruir respecto a si siete mas cinco es doce  es verdad o no es verdad!

-Si yo recuerdo bien, desde la Teoría de la Relatividad depende de en qué circustancias siete y cinco son doce o no son doce, porque intervienen otros factores, y tiene que ser en unas condiciones muy precisas para que sea eso.

A-Sí, pero supongo que te das cuenta de que estás entrando en lo que ellos han dicho, ¿no?, que es que se están contando cosas, aunque las cosas sean fotones, nada menos, fotones de luz, ¿no?  No desnudamente números, están contando cosas. 

-..................

A-Bueno, os encuentro un poco desanimaos, venga.  Sí.

-Quería decir que esto que has dicho ahora al final es una trampa, porque lo que se está haciendo es trasladar una cosa a otra: los números, como es una cuestión astracta, que en si mismo siete y cinco son doce, y hacer que sea esactamente lo mismo con las cosas, y entonces hay una trampa en la cual se intenta igualar una cosa con la otra como si fuera lo mas normal del mundo, como si eso fuera así, y la trampa es ésa.

A-Si, eso es la Realidad, así funciona la Realidad corrientemente, y a ningún comerciante ni a ningún adquisitor de nada se le plantea este problema que os estoy planteando; no se le plantea, se da por supuesto que da lo mismo jugar con números que jugar con cosas.  ¿Qué os parece de ese “da lo mismo”?

-Es que creo que no tiene nada que ver con la verdad esa pregunta. 

A-A ver.

-¿Cinco y siete son doce es verdad?  Pues no es ni verdad ni su contrario, porque no tiene nada que ver lo primero con la respuesta.  O sea, siete y cinco son doce,  y podrías predicar igual que el blanco es negro, pero la verdad no tiene nada que ver con eso.

A-Lo de blanco y negro no lo entiendo.

-Que si lo de cinco y siete son doce, verdad o mentira, es que no tiene nada que ver con ello la verdad.

-Pero cinco y siete, diecisiete no es.

A-Estamos acostumbrados, y esto es la lógica elemental, a que lo de verdadero y falso se dice de juicios, predicaciones, y desde luego ésta es una predicación típica: “siete y cinco son doce”.  Son los dos miembros de una predicación, de un juicio, y por tanto es a eso a lo que se le puede plantear la cuestión de si verdad o falsedad, ¿no?

-Yo me parece que entiendo lo que dice él, porque no es igual que lo de decir “a=a”, que es como si dijeras que si siete y cinco son doce, entonces ya no serían siete y cinco.  Me parece que quiere decir eso.

A-No, no era por ahí, era por el otro lado.  ¡Bueno, venga, venga!   Hemos por lo menos, yo creo, todos, visto claramente que hay que hacer esa distinción de que o se trata de puros números, o están contando cosas.  Recordad un poco lo que os he recordado acerca de los tipos de juicio de Kant.  Entonces tomémoslo por separado, dividamos para destruir, según el principio militar: en el caso de que estén contando cosas “siete y cinco son doce”, “siete ovejas y cinco ovejas son doce”, ¿eso es verdad?  ¿Es una verdad, como diría Kant, “a priori”, o es una verdad que hay que comprobar?

-Hay que comprobar.

A-Hay que comprobar para ver si............

-Para ver si es una oveja apta ya para vender, o todavía no ha adquirido el peso para matarla.

A-Si cada una de las ovejas entra debidamente dentro del..................

-.............................

A-Si cada una de las ovejas entra debidamente del.............

-Del ideal.

A-No tanto.

-Del conjunto.

A-¡Del significado!, si entra debidamente dentro del significado de la palabra oveja por ejemplo en Español Oficial Contemporáneo, que es la única manera de realidad que se nos presentaba.  Hay que comprobarlo.  ¿O no?

-Sí.

A-¿Y cómo se comprueba?  ¿Cómo se comprueba que cada una de las siete y cada una de las cinco son de verdad oveja?

-Comprobando si son todas la misma.

A-O sea................

-Pues como se comprueban todas las cosas de la Realidad: si más o menos cada una es parecida a la oveja primera.

A-Sí, pero tomando decisiones, porque si no, no adelantas nada.  Resulta que llegamos a poder sumar, contar, vender, comprar, porque si no, no hay Realidad que valga.  De manera que, sí, vas comprobando si quieres, palpando o lo que sea, pero tomando decisiones respecto a si este bicho, con tal calidad de lana, con tal edad que demuestra, más o menos viva o muerta o como esté, debe llamarse ‘oveja’, es ‘la oveja’; porque fijaros bien que para que se puedan sumar las cosas, tienen, como antes hemos dicho, que ser todas la misma; no en el sentido de que una detrás de otra sean la misma, pero tienen que ser todas la misma, es decir, en este caso todas oveja, la oveja ideal.  Porque es que si se salen de eso, ¿adónde se nos va la verdad?  Si resulta que son más o menos oveja, pero no decisivamente oveja, estaríamos otra vez sumando naranjas sanguinas con mandarinas, o manzanas reinetas con manzanas de otro tipo, cosa que no puede hacerse.  ¿O sí?  ¿Qué pensáis?  ¿Es el mismo caso?  ¿No es el mismo caso?  Tenemos que ir tomando decisiones respecto a si los rasgos que podemos palpar y esperimentar en cada una son bastante para que le apliquemos el término general ‘oveja’, y así a cada una y todas.  Porque entonces ya hacemos tranquilamente la suma, una vez que hemos llegao a esa decisión, (“pues efectivamente cinco mas siete son doce”), pero no antes.  Sí.

-Yo pienso que el ideal es una suma de ideales, y que siete ovejas mas cinco ovejas son doce ovejas, y la primera oveja es un ideal.

A-¿Y cuál es la primera?  Bueno, ‘ideal’ aquí, como recuerdas, lo solemos emplear de una manera.  Aquí es un tipo de ideal muy doméstico, es lo que acabo de llamar “significado de la palabra en un idioma cualquiera de cualquier tribu”.  Hay otros ideales, con los que ahora volveremos a encontrarnos, pero digamos que este tipo de ideal más bajo, que es con el que nos estamos debatiendo, es lo que he llamado significado, y es lo que con la esperimentación se estaría tratando de averiguar, si efectivamente cada una y todas reúnen las condiciones de que se las llame decididamente ‘oveja’, o ‘manzana’, o ‘naranja’, o lo que sea.  A ver. 

-Que también podríamos hacer la operación con cinco cosas diferentes sumándolas con siete cosas diferentes  ¿Cuántas cosas tenemos?  Tenemos doce cosas.

A-Lo mismo: son los grados de astracción de los significados que en cualquier idioma se dan.  Si a un niño le dicen que sume manzanas, y él pregunta entonces “¿reinetas?”, entonces ya le está al otro presionando, porque está restringiendo el significado.  En cambio, si le dicen que manzanas cualesquiera, entonces dice “entonces también puedo sumar manzanas con peras”.  “¡No, hombre, eso no!”.  Estamos en otro grado de significado, y el niño dice “sí, porque las dos son fruta, y entonces puedo sumar manzanas con peras tranquilamente, porque siete mas cinco van a ser doce frutas, doce piezas de fruta”.  Y así subiendo más allá el significado en grados de astracción, que en cualquier lengua se da.  A ver.

-Yo tengo una duda en el caso de que tengamos unas cuantas manzanas y las contamos y hay siete, y entonces cogemos una de ellas y empezamos a comérnosla, si seguimos diciendo que son siete manzanas.

A-¡Ah, no!, cuando llegues a la mordida tienes que tomar una decisión: “¿ésta la cuento como manzana, o tengo que llamarla trozo de manzana?”.  Tienes que tomar una decisión, y “la llamo manzana” es una de ellas, pero podías haber tomao la contraria.

-Pero puedes decir que hay seis manzanas y media, o que hay seis manzanas y otra cosa que no es una manzana, solo porque la manzana ha sufrido un cambio, pero antes de que la mordieras no dices tengo tres manzanas............... que son distintas, vaya.

A-Si son distintas no las puedes sumar.  Es lo mismo que si, en lugar de pegar un muerdo, a algunas naranjas las inyectan para hacerlas sanguinas y a otras no, y tienes que tomar la decisión: si, cuando te lanzan unas cuantas de ellas, son todas simplemente naranja, y entonces las puedes sumar, o no son simplemente ‘naranja’, sino que son naranja sanguina o naranja washíngton, y entonces no las puedes sumar.  No las puedes sumar, en este caso como en los demás, salvo a la fuerza, y esto es lo que os está guiando a la decisión de si tratando de cosas siete y cinco son doce, o si no lo son.  Ya veis que en cuanto uno se pone fino (no hace falta una lógica demasiado complicada) empieza a resultar que no hay derecho a sumar cosas que no se pueda demostrar infaliblemente que son la misma, el mismo significado.  Todos los días, a cada paso, se están sumando, y sin esa consideración, y a eso es a lo que he aludido con “se puede hacer a la fuerza”; se puede hacer a la fuerza, que es la fuerza de la Realidad.  Pero como os calláis respecto a esto, pasemos a la otra mitad; pasemos, antes de volver sobre ésta, a la otra mitad: que sean puros números, números desnudos.  No estamos contando cosas, son números desnudos.  En esa condición, “7+5=12”, ¿es verdad, o no es verdad?  Ahora, voces respecto a esto, vuestras palabras.

-Pues las matemáticas a mí se me dan fatal, siempre las suspendía........

A-No sé qué tienen que ver aquí las Matemáticas, porque esto es una cuestión de Aritmética elemental y de pura lógica.

-Pues si para mí tiene algo de interesante saber que un número 7 mas un número 5 son doce.........

A-“Un número 7”, no: 7.  Si al 7 lo conviertes en un número, le estás dando un nombre, y eso ya es muy peligroso.

-A mí lo que me interesa saber de que siete mas cinco son doce, es que con eso, si yo juego con las palabras, soy capaz de sumar y saber que cinco besos y siete abrazos son doce caricias.

A-¡Pero que ahora estamos sin contar cosas!  ¡Que hemos dejao las naranjas!  ¡Que no hay besos y abrazos!  ¡Entérate!  Ahora lo que estoy preguntando es qué pasa en esta otra opción de que sean puros números, que no cuenten nada, así, en puro astracto.  “7+5=12”, ¿es verdad, o no es verdad?  Sí.

-Parece que puede ser más verdad que contar manzanas, porque no se está definiendo la Realidad, y entonces está más............

A-Mal refugio te buscas, porque a cualquiera que le digas eso de “más verdad” te dirá que qué verdad es esa de la que estás hablando, porque la verdad y la falsedad son de sí o no, y no admiten ni más ni menos.

-Es menos real, porque...............

A-Sí, sí, pero no admiten ni más ni menos, son de sí o no; de manera que, ¡qué remedio!, así es la lógica: es verdad, o no es verdad.  A ver.

-Pero verdad solo se puede aplicar a los ideales, no se puede aplicar a la Realidad.

A-En el rato anterior la hemos estado aplicando a la Realidad, y como si pudiera haber en la Realidad verdad.  Ahora efectivamente hemos pasado al ideal, ¿de acuerdo?, y desentendiéndonos de lo que se diga de verdad en la Realidad, que siempre tiene que ser a la fuerza, es ahora en el ideal donde pregunto: “7+5=12”, ¿es verdad, o no?

-Bueno, siete mas cinco, doce, es un juicio de la Aritmética, que está en Kant, y la Aritmética se recrea en la sucesión en el tiempo.

A-Éste, para Kant, es “a priori”, es un juicio a priori, es decir, de los que no requieren ninguna prueba, pero él pensaba curiosamente que sin embargo no era analítico, sino que era sintético.  ¿Qué te parece a ti eso?

-Entonces me parece que siete mas cinco son doce en cuanto números, que es lo que estamos hablando, se refiere a una sucesión en el tiempo, temporal.  Siete mas cinco son doce solamente en cuanto consideres que cada istante del tiempo es esactamente el mismo que el anterior, es un tiempo homogéneo, siempre el mismo, y descualificado.  Si lo consideras así sería verdad, pero si el tiempo es duración, y por tanto siempre es diferente, porque es lo que vivimos, tampoco sería cierto en cuanto número.

A-A cualquiera que le digas eso te empezará a decir que depende de lo deprisa que se diga el siete mas cinco, y de lo deprisa que se diga doce; porque evidentemente el tiempo que dure “siete mas cinco” puede ser más que el tiempo que dure ‘doce’, y entonces, si no te aclaras respecto al tiempo, eso no vale.  Tienes que estar pensando en una especie de tiempo puro o ideal, pero no merece la pena, porque los números ya son de por sí lo bastante ideales para que no...........

-Pues a eso es a lo que me refiero, a que los números son la contrapartida del tiempo puro.

A-Lo de “la contrapartida”, no sé si lo entiendo bien.

-Los números se refieren al tiempo, y tienes que considerar el tiempo puro para que sean verdaderos.

A-Cuando yo me metí a estudiar estas cosas, desde luego descubría que en el fundamento de los números estaba efectivamente la noción de un tiempo ideal, es decir, de un tiempo que se puede reducir a cero.  Y bueno, esto es una cosa que se puede estudiar, pero no es lo que funciona de ordinario, y que es por lo que yo estoy preguntando ahora: sentimientos respecto a la verdad en puros números de “7+5=12”.

-Pero la unidad también hay que definirla, que es un ideal también, y nunca hay una definición de la unidad, para decir que siete unidades y cinco unidades son doce.  Es tan complicado definir la unidad como definir las manzanas o las peras.

A-Como el Tiempo real no cuenta aquí, podemos decir “1+1+1+1+1+1+1, y 1+1+1+1+1, hacen 1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1+1”.  ¿Y eso te iba a dejar más tranquilo?: no, eso no te iba a dejar más tranquilo, de manera que efectivamente la noción misma de la unidad depende de las nociones de número, están la una con la otra.  En la Aritmética establecida, 1 es por un lado la razón, es decir, la anulación de diferencias de distancia entre cinco y seis, seis y siete, siete y ocho, ocho y nueve. La razón es siempre 1, es decir, se ha anulado cualquier diferencia otra entre los números sucesivos, ¿no?  Y al mismo tiempo curiosamente en la serie de los números a esa razón se la coloca como número primero, una cosa que si me habéis seguido en este lío algunas veces, es notoriamente absurda, porque 1 en verdad lo que es, es, en lógica corriente.............

-Ninguno.

-Cero.

A-Cero puede también serlo, pero 1 mismo es simplemente la negación de número, que parece que implica una pluralidad, y 1 está negando esa pluralidad.  Efectivamente, en la fundamentación de la Aritmética posterior el invento siguiente es el cero, pero da lo mismo, porque no añade nada nuevo, cero es también una negación de número de otra manera.  Bueno, ¿en qué quedamos?  ¿Es verdad o no es verdad que siete mas cinco son doce?

-Es que una de las condiciones de un número, como el 12 o cualquiera, es la inclusión: es 12 si ha incluido doce unos.

A-¿Pero lo ha hecho bien?  ¿Es verdad?

-El número en sí, si no tiene la inclusión de los anteriores, no.  Si yo dibujo aquí un doce, eso no significa nada si no he incluido los once anteriores.

A-Vamos a ver, que no sé si te lo cojo bien.  Repítelo si puedes.

-Que la diferencia entre el contar y un número es la operación de la inclusión: cinco y siete son doce si están incluidos los once números anteriores; si no, no. 

A-Tu quieres hablar de la diferencia entre ordinal y cardinal.  Por supuesto el número cardinal, a diferencia del ordinal, que es el de contar “primero, segundo, tercero......”, consiste justamente en eso, en lo que en la teoría de conjuntos tal vez a algunos de vosotros os han enseñado cuando os atraparon estudiando en el Bachillerato o lo que fuera, pero no es más que eso, ¿no?   La inclusión no añade nada nuevo, y la pregunta sigue viva: ¿es verdad, o no es verdad?

-Pues según como lo oigas, porque si dices cinco y siete, pues son cinco y siete; cinco es cinco y siete es siete, pero si ya estás dentro de su definición, si ya se cuenta con un total de números, y dentro de la definición de cinco está que sumándose con siete da doce, entonces es otra cosa.

A-Sí, ése es el ataque que a este planteamiento en el ideal se le puede aplicar.  Si el juicio es verdadero, como a priori en el sentido de Kant, resulta que no puede ser informativo, no puede ser sintético.  Para que sea verdadero tiene que estar ya dado antes 7, 5, 12, y cualesquiera relaciones entre ellos, de manera que cuando se saca la ecuación “7+5=12” no se ha hecho más que recordar lo que ya se sabía, lo que estaba establecido.  A alguno de vosotros os vendrá la pregunta de “¿dónde está establecida la serie de los números, que siendo ideales no es ninguna realidad?”.  Pero esté donde esté establecida, parece que efectivamente eso solo es verdad si la igualdad está diciendo lo mismo a la izquierda que a la derecha.  Y a lo de que doce es siete mas cinco estuviera ya establecido de antemano, tenéis que añadir una costatación que puede perturbar un poco, porque como todos sabéis, 12, aparte de ser 7+5, es también............

-4+8

-6+6

A-Más distinto todavía.

-11+1.

A-¡Noooo!, más distinto todavía.

-12+0.

A-¡Noooo!, más distinto todavía, introduciendo en el puro ideal la noción de ‘veces’.

-............................

A-Bueno, ¿qué es doce, aparte de ser 7+5?

-Una docena.

A-¡Contando veces!

-Doce veces de lo mismo.

A-¡No!  ¡Contando veces! 

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A-¡3x4, hombre, 3x4!  3x4 son las veces.  Esto puede perturbar un poco, porque alguien te diría “si es verdad que en 12 ya está establecido que 12 es 7+5, ¿cómo al mismo tiempo puede ser verdad que también esté ya establecido que 12 es 3x4?”.   A alguien un poco ingenuamente se le puede plantear esta dificultad, pero hablando de ideales no tiene por qué preocuparos mucho: es como los atributos de Dios, que a Dios se le puede llamar Omnisciente, Omnipotente, Infinito, Todo, pero nada de eso le quita de ser Dios, porque en el mundo de los ideales un mismo resultado puede estar establecido de diferentes maneras, por varios factores.  

Bueno, se nos va a ir acabando el tiempo y tengo que resumir un poco lo que se os propone, para que os lo penséis y si acaso nos vemos dentro de 7 días traigáis algo.  Que es que si se trata de entes ideales, de puros números, lo mismo que he dicho de 7+5 podéis decirlo de este otro a priori: “una parte de un todo es menor que el todo”.  Si se trata de puros ideales, resulta que efectivamente los juicios, las sentencias, son verdad, pero gracias a que no dicen nada nuevo, gracias a que no hacen más que remitirse a lo establecido, de manera que es como la igualdad ideal suma, que es la de que “lo que es lo que es, es lo que es lo que es”; es decir, que es verdad innegable e irrefutable, pero gracias a que no es informativo, no dice nada nuevo.  Y en cambio cuando la cosa se aplica a las cosas y se trata de sumar cosas, de contar cosas, entonces efectivamente se ve que los juicios (“son 7 ovejas”, “ésas son 7 ovejas”), que verdaderos no pueden ser, porque en la Realidad no hay verdades, en cambio son informativos; pero (y esto es lo que desde el punto de vista político os debe hacer volver a lo que al principio os decía de la Información) son informativos gracias a que mienten, a que son falsificadores.  Una oveja nunca es del todo igual que otra oveja, la Realidad es así, son simplemente más o menos parecidas.  Nunca una oveja es otra oveja, de manera que si las declaraciones y los cómputos del tipo “son 7 ovejas” son informativos, lo son precisamente porque son falsificadores, lo son precisamente porque mienten, y esto es lo que quería que a la vuelta de todo esto os volviera con claridad a lo que decimos de la guerra contra la Realidad, que necesariamente está hecha así, está hecha de formulaciones mentirosas, pero que son mentirosas precisamente porque se pretenden verdaderas.  Esto los que venís conmigo lo recordaréis bien, que no se puede decir por las buenas que ahí haya 7 ovejas sea falso: lo es cuando se pretende verdadero; cuando quiere meterse la verdad en la Realidad, entonces es cuando viene el momento de decir NO.

Era justamente a esto a lo quería pasar, a las funciones de la negación, lo que pasa es que se nos ha hecho muy tarde me temo, y no haré más que dejar el enlace un poco establecido para que volvamos sobre ello, las virtudes de la negación.  Ya recordáis que en política lo que decimos es que lo solo que el pueblo-que-no-existe-pero-que-habla, dice, es NO.  Esto es importante recordarlo así, y lo que al principio os decía criticando el afán de positividad, realismo, de las acciones políticas éstas o las otras, hay que entenderlo así, en esta bendición de la negación.  Os he dicho a los que habéis estado conmigo muchas veces que cuando hablando, sea en familia o mucho mejor en una asamblea, cuando discutiendo descubráis la mentira de cualquiera de las cosas que se imponen, de la fe con la que se cree en esto o en lo otro, hasta el éxito, o el futuro, o cualquier cosa por el estilo, y los que oigan os digan “bueno, y entonces tú, ¿qué pones?”,  que a cada paso os lo encontraréis,  “tú que niegas eso, ¿qué pones en su lugar?”, eso es a lo que tiene uno que negarse siempre a responder, porque el decir NO a lo que está establecido no implica para nada que uno tenga una especie de ‘sí’ escondido que pueda venir a remediar la destrucción.  Algo del otro mundo es una cosa que solo puede aparecer haciéndose, pero previéndose, jamás.  El Futuro, el saber de antemano, es cosa del Poder, y por eso hay que responder simplemente “no sé nada de eso; yo sé que esto que nos cuentan es mentira, y lo otro que vaya siendo no-mentira, eso se irá inventando poco a poco, irá saliendo, si es que quiere salir, pero yo no puedo saberlo de antemano”.  En ese sentido hay que recordar esto: la negación es bendita en el sentido de que la negación no puede nunca mentir; la negación, el decir NO a lo real, a lo que está establecido como real, a lo que está incorporado en vuestra fe, no puede ser nunca a su vez una mentira, salvo que venga un tío y lo meta en la bolsa, y convierta por ejemplo el “¡NO al Poder!” en una especie de idea de Anarquía, o de Anarquismo, o cualquier cosa por el estilo, por poner alguno de los ejemplos peores, en los cuales ya entonces la negación ha dejado de actuar, está metida en el significado de la palabra, y ya no hace nada.  Pero mientras está viva nunca puede mentir; nunca puede mentir, está destruyendo, está tratando de echar abajo la Fe establecida, la Realidad misma, sin poner otra cosa en su lugar, sino dejando que de la negación surja, florezca, lo que no se sabe, cualquier cosa del otro mundo, no de éste.

Era esto en lo que os quería hacer parar mientes, y sobre ello habrá que volver, porque respecto a esto de la negación se presentan siempre problemas, que es normal que se presenten, y si algunos de vosotros vuelven aquí y estamos vivos dentro de 7 días, agradeceré que se traigan todas las inconveniencias que se puedan encontrar con respecto a esto de la negación que acabo de deciros, porque sobre ello será sobre lo que, si nos dejan, seguiremos tratando hasta que nos dejen.

-Mañana lo haremos en...............

A-Eso ya es otra cosa, lo de mañana es aparte.  Mañana, si vamos a la Puerta del Sol, será con otro intento, que es el de mantener el hilo del espíritu éste primero con que saludábamos esta rebelión.