11.01.2006

Tertulia política Número 3 (11 de Enero 2006)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

  Tertu003-11-01-2006#Tertu003-11-01-2006.mp3

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Voy a reanudar un poco lo que quedó abierto en la última sesión, que había surgido a propósito de eso de las opiniones y los gustos, después de haber razonado bastante detenidamente, como que no puede ser que nadie que sea real, nada que sea real, puede decir la verdad; nunca. Es una imposibilidad que se razonaba por con-tradicción, porque la condición de real, de uno, de cada cosa, implica, como record-áis, una perpetua o costante defensa de su realidad. Naturalmente esta defensa se nos identifica en seguida con la forma de mentira, incluso cuando alguna vez, en sesiones pasadas, mostrábamos cómo es que las cosas también hablan, y eso se demuestra porque también mienten, porque no hay un lenguaje que sea de verdad lenguaje si no puede decir mentiras, sin la condición de mentir no hay lenguaje que valga, hacíamos notar que la mentira se reducía a esta condición general de defensa de la Realidad.
De manera que dado que esto es así, parece que sería contradictorio que algu-na boca mortal pudiera decir verdad, eso no puede ser. Ya alguno de vosotros me saldrá al paso, que dado que nada es perfecto en la Realidad, que uno por ejemplo nunca está hecho del todo y cerrado, se le puede escapar a uno y cualquier cosa un asomo, algún vislumbre de verdad, pero justamente eso es lo que no se sabe. No está escluido, es todo lo que se puede decir; no está escluido, está permitido por la condi-ción siempre imperfecta de la Realidad, y de la de uno; está permitido que se escapen por los descuidos, las grietas, alguna cosa de verdad… pero eso no se sabe. Condición de la verdad es que no se sabe.
Bueno, y una que creo que os había quedado, si no ya me diréis ahora, relati-vamente claro, pasar a recordaros las fórmulas con que más o menos terminaba la se-sión anterior de la tertulia, y cómo os proponía este acertijo muy sencillo, de que la verdad no existe, sin que eso quiera decir que no hay verdad. De manera que antes de pasar más adelante, mirad a ver que es lo que a algunos de vosotros se os pueda haber ocurrido acerca de estas dos fórmulas.
La verdad no existe, evidentemente, por lo que hemos dicho, y eso no quiere decir 'no hay verdad'. ¿Se os había ocurrido con respecto a esto?: es demasiado sen-cillo, pero bueno, para ir oyendo más voces un rato, puede venir también bien.

- […]

A.- Sí, bueno, pero no hay que confundir. Hay que volver a lo mismo; puede que algu-nas opiniones las aceptes, pero las aceptas porque a ti te conviene, no porque sean verdad. Porque ninguna opinión puede ser verdadera. A ti te conviene en el sentido que más o menos casa con las cosas que tú piensas, que tu sientes, pero eso son asun-tos de mera Realidad, de Personas, asuntos que no van muy allá. No, ninguna opinión puede ser verdadera.

- Sí, a mí me ocurre en torno a esto algo que he contrastado con algunos… la Realidad es mentira… la verdad…

A.- Sí, sí, sobre eso veremos, pero sobre todo no nos confundamos al entrar en eso por-que… no sé con quienes habrás hablado pero en las sesiones anteriores a la última es-tuvimos justamente hablando de los ideales, metiéndonos con los ideales y haciendo costar que lo mismo en Física que la realidad social o personal, hay, se dan, actúan , se presentan ideales, es decir, una forma de ideas que no pueden llegar a ser cosas nunca, pero que sin embargo son necesarias para mantener la realidad de las perso-nas y de las cosas; por tanto son, en cuanto costituyentes de la Realidad, son los ideales tan falsos como cualquier cosa. Y alguien podría decir "más", puesto que están allá en lo alto, sosteniendo la Fe en las cosas y por tanto la Realidad misma. Aparte de eso hay algo sobre lo que ahora pensaba entrar, y sobre lo que entraremos. ¿Qué más había respecto a esto de 'la verdad no existe', 'no hay verdad'?

-…confundir una opinión con una verdad, por más que sea una opinión muy particular de cada quien…

A.- No, no hay que distinguir… no hay ninguna opinión que pueda ser verdadera…

-…¿y ni se plantearía la cuestión de si es verdad o no es verdad lo que dice: es una opinión y ya está?

A.- No entiendo bien. De ordinario se toma las opiniones como si efectivamente fueran las verdades de Fulano y de Mengano, la mía, la tuya, pero vamos, lo que no hay que olvidar es que hay una contradicción interna, entre el hecho de que se trate de opi-niones, que por tanto pertenecen a uno determinado, y eso de verdad, que es in-compatible con la Realidad. La verdad no existe, no existe.

- La pregunta sería, hasta qué punto se puede respetar la opinión y cuestionar…

A.- Respetar es lo que le decía a Jaime hace un momento; él decía "aceptar" y tú dices "respetar", pero me da lo mismo; por supuesto que eso sale por conveniencia de uno, porque a uno en ese momento le viene bien, casa mejor con sus propias opiniones o sus propios gustos, y bueno, por motivos meramente personales y reales. Lo que no debes hacer nunca es olvidar que esa opinión que se respeta o que se acepta no puede ser tampoco verdadera, que eso es contradictorio.

- …quería hablar de un ejemplo… […]

A.- sí, eso es… parodiando al maestro Ekhart…

- …cuando uno… en el sentido de que ahí hay una naturaleza, entre la cuestión de la verdad y el yo que habla, puesto que el que habla está sujeto también a la Realidad para poder hablar…

A.- Sí, se nos desvía un poquito de mi cuestión pero vamos, no importa demasiado. Yo desde luego no existo y por tanto no hay posibilidad de que Yo pueda nunca emitir ninguna verdad, puesto que para eso tengo que ser inexistente. Ahora, de mí se habla, y en cuanto de mí se habla yo paso a ser real, existente como cualquiera, en cuanto se habla de mí. En cuanto se habla de mí ya no soy el que habla, soy real como cualquier cosa. Por tanto la frase de Ekhart, hay que entenderla así. Si pretendes decir de mí alguna cosa, te estás equivocando porque de mí no se puede decir nada, yo no existo, de manera que lo que digas lo dirás de mí en cuanto a que soy yo real, de quien se habla, pero ya hay una equivocación y por tanto una mentira. Bueno…

- Una cosa más aunque es de lo mismo y a lo mejor te impacienta, pero por distinguirlo. Aquí has dicho a menudo que la Realidad es falsa por su pretensión de ser todo lo que hay, pero yo creo que las opiniones no tienen esa pretensión de ser todo lo que hay. Si cogiéramos todas las opiniones, alguna tendría que ser la verdad y eso no puede ser, pero de momento que ya se da por anticipado que las opiniones no van a ser todas, pues no tienen esa pretensión, con lo cual…

A.- Esa pretensión de…

- …de ser todas las posibilidades, de ser todas las que se dicen. La opinión es más, más abierta…

A.-Sí, bueno, nos remite muy atrás también pero que no suceda muchas veces… sobre la condición de la Realidad costituida en esta falsedad primera que es la de que es todo lo que hay, la pretensión de la Realidad de ser todo lo que hay. Aquí no hablá-bamos de eso, hablábamos un poco en broma del conjunto nunca cerrado. Una condición de conjunto es la de que lo que le pasa al conjunto le pasa también a los elementos, de manera que cada elemento está en la misma situación, nunca cerrada, nunca seguro de sí mismo, nunca bien costituido, etc., etc. Entonces no hace falta por supuesto que la opinión personal de uno pretenda ser la verdad de toda la Realidad, le basta con que pretenda ser su verdad, para que eso contribuya a la mentira general como la falsedad de cada elemento contribuye a la mentira de cada conjunto nunca cerrado… y esto está lo bastante claro… Pero la verdad no existe. No hay verdad.

- Pero es que… el tomar como verdad la mayoría de las opiniones…

A.- De eso estuvimos un rato en la ultima sesión hablando, caracterizando al régimen que hoy padecemos como aquel que su primer artículo de Fe es cada uno sabe lo que dice, lo que le gusta, lo que quiere, lo que busca, lo que vota, etc. Ese respeto llevado al máximo, ese respeto de la opinión y el gusto personal, es justamente el fundamento de la Democracia; es el primer artículo de Fe. Como la verdad de cada uno, el gusto de cada uno, la opinión de cada uno, no puede nunca tranquilizar del todo al Poder, no puede nunca dar en un sustento de la verdad en general de la Realidad, se recurre a eso que sabéis, tenemos el cómputo y tenemos la mayoría, y nos basta, en esta Realidad siempre aproximativa, con tomar la mayoría como equivalente del todo. No nos distraigamos más con cuestiones marginales, porque la verdad no existe, la Realidad existe por definición. La verdad no existe. No hay verdad. El sentir la diferencia entre dos formulaciones como éstas es casi diríamos como una herramienta primordial para seguir haciendo algo en esta guerra contra la Realidad.
No olvidéis que –ya se ha dicho muchas veces– en tanto que el verbo existir es un verbo que se le ha metido a la gente desde Arriba, desde las escuelas, aunque ha llegado en tres o cuatro siglos ha generalizarse mucho en la lengua corriente; en cambio 'hay' es un índice que no solo es que sea popular, de la lengua común, sino que de todas formas no significa nada. Mientras que el truco del  'existir' consiste en que pretende tener un significado de tal manera que cuando se hace una predicación bimembre la realidad, la verdad, existe, o la verdad no existe, se pretende que 'existe' está diciendo algo, tiene un significado. Vosotros me diréis: "¿cuál es el significado de 'existe'?"; pero la manera de emplearse como si fuera un verbo corriente y de verdad implica que se está creyendo que tiene un significado: qué diablos puede significar 'existe'. Esa es otra cuestión, pero nadie se lo pregunta. El caso es que al decirlo así parece que se está diciendo algo. Con 'hay' no pasa esto; 'hay' no tiene la pretensión de significar nada. Es un mero localizador de la predicación… hay verdad, no hay verdad… la menor pretensión de significado.

-…como dicen los gallegos, las meigas no existen, pero haberlas haylas…

A.- …sí, eso es una cosa que justamente que… es una pretensión… como todas las pretensiones, con 'bien', con 'bueno', lo bueno no existe, el bien no existe; frente a ella, no hay bien, no hay nada bueno.

- ...sí, Agustín, lo bueno no existe pero lo malo sí que existe, porque sabemos lo que hemos tomado pero no sabemos lo que…

A.- Sí, lo cual puede ser un camino para penetrar en esto de cómo la verdad es in-compatible con la existencia, con la Realidad, y sin embargo, como ya en varias de vuestras intervenciones asoma, y sin embargo algo está habiendo aquí, sin existir.

- […] …caemos en la verdad, como podemos caer… no podemos decir: esto es ver-dad, lo más que podemos decir es que ha pasado… podemos decir: vivimos…

A.- Bueno, 'decir' es un verbo muy comprometido, pero vamos… Las opiniones, los sa-beres, consisten en decir de cualquier cosa que se supone más o menos bien determi-nada; decir cosas, enlazando predicados, que se suponen que dicen algo, pues de alguna son compatibles con su significado, por otro lado lo mejoran, lo extienden; no hace falta que sea viva, cualquier cosa a la que se nombra le pasa esto.

Bueno, "la verdad no existe" es por tanto una manera de decir lo que estábamos di-ciendo, que no hay Realidad que pueda ser verdadera, no hay cosa que pueda ser verdadera, y por tanto en cuanto a opiniones de hombres, pues lo mismo, ninguna puede ser verdadera. En cambio, "no hay verdad", como se lanza así por las buenas, no tiene ningún sujeto, no tiene más que ese localizador, que español está en la parte final de 'hay', 'aquí'… eso no se refiere a ningún sujeto, como dicen los gramáticos, sino que se lanza directamente sobre 'aquí': no hay verdad, por tanto no se puede tener significación, y además en 'hay' no hay pretensión ninguna de significación. No hay verdad.
Suponía que iban a salir más cosas, pero bueno, si no salen, voy a seguir por otro lado. No hay que olvidar esto elemental: de lo uno no se puede deducir a lo otro. Eso está claro, del hecho de que la verdad no existe, no se puede deducir que no haya verdad. Ya lo veremos más detenidamente.

-…en la acción misma, en la acción uno desaparece… entonces no habría nadie que hablara, o que le dijeras "existir", porque no la nombras, o sea, si uno desaparece de esa acción, no hay nadie que hable de ella, por tanto no existe pero la hay porque es la acción misma.

A.-  Sí, pero aquí la acción es la de hablar, y la de decir "la verdad existe" o la de decir "no hay verdad". Esa es la forma de aparición que ahora nos toca, es decir, la de la lengua humana: decir predicaciones, sus pretensiones de significados para algunos de los verbos, localizadores… Pero por lo pronto de lo uno no se puede deducir lo otro, espero que en eso me acompañáis, porque si no nos vamos a estar confundiendo todo el rato. De la costatación 'la verdad no existe' porque es una contradicción con la Realidad misma, no se puede deducir 'no hay verdad'.

Bueno, ahora… voy a cambiar un poco de tercio. Vuelvo a recordaros algo que ya el otro día salía hacia el final y con lo que más o menos nos quedamos. Que era que el caso de las opiniones humanas es un caso, y algo más allá que tiene que referirse a las cosas, costituyentes de la Realidad, a las cosas todas. De manera que es una mera consecuencia de lo que creo que nos hemos adiestrado en reconocer, que es que eso de que 'el hombre', tan fastuosamente celebrado por todas partes, tan sostenido por toda clase de humanismos, de un tinte o del otro; eso del 'hombre' no es más que un caso entre los casos de los costituyentes de la Realidad. De manera que tenemos que suponer que el hecho de que nosotros, el Hombre, se considere algo así como el Ser Supremo, la culminación de la creación de las criaturas, es algo que simplemente deriva de nuestra propia idiotez, es decir, el hecho de que efectivamente tenemos unas limitaciones, y esas limitaciones nos llevan a pensar en un límite, en un límite para las cosas que serían justamente nosotros, por casualidad; esto es una cosa muy insensata pero que rige por todas partes. Nosotros los hombres no somos más que un caso de las cosas, y justamente en la medida en que nos atenemos a eso de la medida del hombre, somos incapaces –ni en ciencia ni en ningún sitio– de descubrir la mentira de la Realidad. Seguimos ateniéndonos a la defensa, que es la mentira, porque precisamente en ello nos v la existencia.
Qué quiere decir que las opiniones no son más que un caso de lo que pasa con las co-sas, pues ya sabéis, de alguna manera las cosas –incluidas las llamadas inanimadas– están también haciendo algo que se puede decir 'opinar', dando opiniones a su ma-nera; y la manera de dar opiniones las cosas no es más que esta inmensa riqueza que nos asombra o debería estar asombrando a cada paso, de las formas de las cosas de la Realidad. La inagotable riqueza de por ejemplo dentro de estas criaturas que lla-mamos animales, a inagotable riqueza de ocurrencias nuevas, una detrás de otra; los manuales os pondrán la evolución de las formas de los seres vivos, precisamente en escala para llegar al hombre, pero eso es lo que he estado ahora tratando de echar por tierra. La costante creación de nuevas formas de cosas, los inventos inagotables de nuevas formas de animalitos, de plantas, de estrellas, de cualquier cosa, incluso en los seres de la Ciencia, la proliferación de nuevos entes subatómicos, cada vez más in-geniosos o más penetrantes, tratando de penetrar en eso que se llama Filosofía, materia y demás. Bueno, la riqueza es sin fin, para qué os la voy a recordar, está ahí. La tenéis ahí. Quien se centra demasiado en el Hombre desde luego está costantemente perdiendo esta riqueza, eso es una costatación elemental. Quien mira todas las cosas desde el punto de vista humano, está perdiéndose mucho descubrimiento y mucho asombro respecto a esa inagotable riqueza.
Pues bueno, y por qué los hombres están costantemente desde que hay conciencia de ellos, opinando y cambiando de opinión, y buscando otra opinión, que puede ser una teoría científica misma, o un sistema político, ¿por qué? Evidentemente, la respuesta es la insatisfacción. Un reconocimiento de que la verdad, el bien, son inasequibles, y esa es la insatisfacción latente con cualquier opinión o teoría lo que hace que haya que estar cambiándolas costantemente.
Bueno, lo que os propongo es que a las cosas lo que les pasa es lo mismo. Cómo po-demos esplicar esto que nos asombra tanto, y esta proliferación costante de nuevas formas de gusanitos, nuevas formas de insectos, nuevas formas de anfibios, si no fuera por una especie de insatisfacción costante, del Señor o la Señora de la Creación que, tal vez, está tratando de perseguir lo que puede ser la verdadera rana, y entonces de-sarrolla un bicho en vista de esa idea, y claro, una vez que lo ha desarrollado pues no se queda satisfecho; entonces hay que inventar otra forma de rana, por ejemplo, que parece que vaya mas allá y que sea de alguna de las maneras más satisfactoria. Y así con lo demás, porque si no sería vano, pensar en tanta riqueza, tanta proliferación de creaciones perpetuas de formas nuevas, si no está guiada por una costante insatis-facción.
En este sentido es como os estoy invitando a reconocer el caso de las opiniones humanas, un caso de todo esto que pasa con las cosas de la Realidad y que se mani-fiesta en la propia incansable proliferación de las formas. Las formas que son –apenas tengo que recordarlo y espero que no distraiga mucho–, son los nombres comunes de cualquier idioma, los significados. Ya veis que 'rana', como lo he dicho, no consiste más que en eso, no es más que el significado de la palabra en un idioma cualquiera de los de Babel; eso son las formas de las cuales se desarrolla una detrás de otra contradi-ciéndose, arrepintiéndose, combinando dos en una, dividiendo una en dos y todos los demás procedimientos que conocéis para la creación, la llamada creación de cosas. Esto espero que os quede lo bastante claro. Está más claro todavía si entre las cosas cogemos las lenguas de Babel, los idiomas, que son la única manera en que realmente la lengua aparece. La lengua de verdad, la razón, es en verdad incompatible con la Realidad; no aparece realizándose, falsificándose más que como idiomas, como lenguas de Babel. Bueno, pues ya recordáis, esto hace ya bastantes sesiones, cómo os había presentado el descubrimiento: dos tiempos reales que de alguna manera se contraponían y se entrecruzaban; uno era el tiempo de los momentos, es decir, el que se obtiene por la realización de 'ahora', que no hay quien lo realice, que es inasible, en esa forma que llamábamos 'momentos'; y luego, en cada momento, cada Realidad entera, bueno, siendo un conjunto no cerrado, la Realidad está presente como un es-tado de Realidad, a cada momento hay como un estado de Realidad, que se presen-ta o como visiones nuestras, etc. Bueno, pues en las lenguas, os lo recordaba, esto quiere decir que por un lado el tiempo real en que se habla, se dialoga, se discurre, que es el tiempo de los momentos. En la gramática eso da lugar al descubrimiento de lo que he llamado bloques de simultaneidad, de anulación en diferentes niveles del tiempo, del flujo del tiempo; y mientras estamos hablando, en este tiempo de momentos, resulta que el idioma en que hablamos tiene que mantenerse el mismo, si no ni nos entenderíamos entre dos bloques de simultaneidad seguidos, y al mismo tiempo sa-bemos que nos así, sabemos que está cambiando. Está cambiando mientras hablamos, pero no precisamente mientras hablamos, si no en un tiempo que es el de los estados de Realidad, que se entrecruza con aquél. Ese es tiempo que no pasa mientras estamos hablando y no se cuenta en momentos mientras estamos hablando, sino es el tiempo que aparece cuando a una lengua se la toma como a una Realidad, en conjunto, y se estudia la historia de esa lengua de una manera o de otra, el tiempo de la época, de la Historia.
Pues sí, resulta que los idiomas están costantemente cambiando, igual que las cosas, ensayando nuevas formas. Y la insatisfacción de que os hablaba es sin también ahí el motor. Ningún idioma en ningún momento se queda del todo contento con su gramá-tica, hay siempre desperfectos, por ejemplo las oclusivas sordas y las sonoras en este idioma no están ordenadas en una paridad geométrica enteramente satisfactoria, en-tonces algo hay que hacer. Por ejemplo, en el desarrollado en el castellano del espof-cont resulta que el fonema s queda como aislado del prisma donde figuran los otros fonemas consonánticos: p, b, c, t, d, g… los andaluces y otros muchos piensan que les han robado, que eso no está bien, y entonces anulan una oposición y viene el nuevo fonema resultante del cambio, viene a incluirse en el prisma de las consonantes y pa-rece que de momento se ha dado un paso hacia la regularidad. La insatisfacción perpetua, ningún idioma está contento en ningún momento con su gramática, siempre encuentra desperfectos, y este es el motor del cambio, sino los cambios en la lengua no se explicarían. Espero que este ejemplo que parece bastante claro sirva para generalizar, la misma insatisfacción es la que produce una costante renovación de formas, de creación. Es una insatisfacción que tiene una meta inalcanzable, porque es contradictorio que un idioma, una lengua de Babel, pueda llegar a tener una gramá-tica perfecta nunca, si no dejaría de ser un idioma, sería la razón común hablando, sería la lengua común; y es contradictorio igualmente que la invención perpetua de nuevas formas de cosas venga a dar en una especie de universo bien ordenado, en un cosmos; no tiene sentido. Pero lo que me importaba a este propósito es que eso es lo que nos lleva a descubrir un poco cómo es que, no pudiendo la verdad ser real, forme parte de la Realidad, está sin embargo aquí haciendo algo. Cosa que no debe de extrañar demasiado si recordamos que la Realidad no está cerrada, siempre hay algo que se le puede colar, por cualquier parte. Y la realidad de uno es porosa, la realidad de uno está también nunca bien cerrada, y por tanto se le puede colar cualquier cosa, de fuera.
Cómo pues es esto, de una manera más elemental quiere decir que en las declara-ciones que se hacen, cuando se dice "es mentira" o "es malo", evidentemente, el que eso se pueda declarar parece que implica que está pensando por lo bajo, no en la opinión, sino por lo bajo, en lo que no se dice, se está pensando que hay verdad, que hay algo bueno. De una manera más imperfecta también, cuando se dice de algo "es verdad", o se dice de algo "es bueno"; aquí naturalmente se trata de una diferencia más indirecta, digamos más aproximativa; la cosa se produce de una manera más clara con las declaraciones "es mentira", "es malo". Por qué "es malo", por qué, como muchas veces el pueblo declara acerca de la vida en general o acerca de los padres o de los hijos, o acerca del Gobierno o acerca de cualquier cosa: "malo", "falso"; pare-ce que en la opinión, lo mismo la de "es mentira" que la de "es verdad", lo mismo la de "es malo" que la de "es bueno", nunca se puede estar diciendo verdad de nada, de ninguna cosa que se diga, porque siempre se dice de cosas de la Realidad –apenas en un sitio como esta tertulia llegamos a la desmesurada pretensión de decirlo de la Realidad–, sin más, generalmente eso de "es mentira" o "es malo" se dice de cosas de-terminadas, se dice de la opinión de otro prójimo, se dice de una teoría que se consi-dera que debe superarse, se dice de un producto que tratan de venderle a uno, y por tanto las opiniones en sí nunca pueden decir verdad de nada, porque las cosas de las que dicen no son más que cosas de la Realidad, es decir, nunca pueden decir algo tan tajante con un "sí" o un "no", "verdad" o "mentira"; la opinión en sí nunca puede decir verdad de nada, pero el motor de eso evidentemente, lo que anda por debajo, es una especie de confianza, sospecha o como queráis llamarlo, de que hay verdad, de que hay algo bueno.
De manera que eso es lo que debe aclararnos que el hecho de que la verdad no exis-ta, de una manera implica que no hay verdad, el hecho de que lo bueno exista no implica que no haya algo bueno, porque justamente en esta perpetua insatisfacción, mera acción de la verdad o bondad de algo, intento de cambiarla por otra opinión, por otra forma natural, otro animalito nuevo, otra forma cualquiera, otra forma de es-trella, otra forma de ente subatómico, en todo eso está latiendo la evidencia de que se confía, se sospecha que hay aparte de la Realidad, algo bueno, hay verdad. Ese es el sentido en que desearía entender y que entendierais conmigo, cómo es esta relación, y cómo de alguna manera aclara eso de que la verdad no existe y que eso no implique que no haya verdad.
Bueno, pues os dejo con esto que sigáis soltando lo que os parezca, porque sin duda algo se os ocurrirá, sea en defensa o sea como sea.

- […] que utilidad… […] esta actitud de negarse a mentir…dado que la Realidad es falsa, qué utilidad tiene esta actitud. A mí en principio me parece buena, negarse a mentir… yo no quiero mentir…

A.- Sí, bueno, el término utilidad te enreda, te enreda mucho. Utilidad para seguir con la vida que llevamos o utilidad para esta guerra. Hay que distinguir porque claro, evi-dentemente no es la misma utilidad.

-…para la guerra… para beneficio de uno…

A.- No, para beneficio de uno es muy conveniente. Es muy conveniente muchas veces decir la verdad; el progreso de los comerciantes es claro, qué comerciante hoy día puede decir mentiras como las que nos cuentan que decían los tenderos del XIX o de comienzos del XX: ellos mentían, engañaban a los parroquianos, pero hoy eso no se lleva; hoy los anunciantes tienden a decir en sus anuncios la verdad, es decir, las virtu-des que verdaderamente tiene el producto que venden, y además…

-[…]

-…me refiero al Progreso, me refiero a que la mentira palpable de un tendero de an-taño que te quiera hacer pasar una merluza de dos días y te dice que la acaban de pescar, eso es un tipo de mentira, y ahora estoy hablando de los anuncios publicitario de hoy día, es decir, el Comercio en marcha, el cual no hace cosas tan groseras como ésas, sino que tiende a decir la verdad acerca del producto, y exponer sus verdaderas virtudes. De manera que no, no, aparte de para la guerra, para utilidad del negocio, para utilidad de la empresa, es muy frecuentemente útil decir la verdad, declarar la verdad. Incluso si llegáis al aparato de la Justicia, ¿es que siempre al reo le conviene decir la mentira?; cualquiera le dirá: "no, no, en este momento lo que tiene que hacer es decir la verdad y esa será su mejor defensa". A mí no me extraña nada que cualquier abogado recomiende a su reo correspondiente comportarse de esa manera. Lo que pasa es que con frecuencia la verdad es útil…

-Estás diciendo que la actitud de no querer mentir es una cosa puramente de negocio o…

A.- Yo digo lo que pasa, digo lo que se da en la Realidad evidentemente…

- Es que hay como dos planos: una cosa es ser sincero y otra cosa es decir verdad. La sinceridad, claro, es que está de moda, porque hoy día somos todos como los novios y los policías, y tenemos que decir la verdad, es decir, tenemos que ser sinceros, pero eso no quiere decir… no tiene nada que ver con la verdad.

A.- ¿Como repartidor de latas de sardinas, en qué sentido se es sincero?

- …en decir… eso no es decir… yo creo que lo a lo que tú te refieres de verdad es…

A.- …no, yo me refiero a una lata de sardinas, en qué sentido, en qué sentido es…

- …ser sincero es decir esta sardina ha sido pescada hace una semana, no ahora…

- ¡Ser honrado!

- …ser honrado, ser sincero, no tiene que ver con el plano ese que tú dices que…

A.- Pues es de lo que estoy hablando; él preguntaba sobre 'utilidad', utilidad del negarse a mentir, del intentar decir la verdad, y yo le decía utilidad para la Realidad o para la guerra. Es que en la Realidad es también útil con frecuencia decir la verdad, ¿o no?

- Para la guerra también…

A.- No, no, dejemos la verdad, sigamos con la Realidad, porque no está lo bastante aclarado… Estamos hablando del uso de la verdad y la mentira en la Realidad, en los tratos comerciales, en los tratos corrientes, en los tratos entre entes reales, de momento hablamos de esto…

- No estoy de acuerdo en que ahora los comerciantes digan la verdad, porque ahora te hablan de que esta comida es maravillosa y te están sacando un manjar, y lo que te están vendiendo es una porquería.

A.- Efectivamente, eso se da, hay un progreso en los colores de la mentira y en las for-mas de la mentira, innegable. Al mismo tiempo es bastante propio del Régimen, de la Justicia, del Comercio, la pretensión de decir la verdad.

- Entonces, son distintos tipos de vista…

A.- Cuáles…

- …el de un publicista o un industrial de…

A.- No, a lo mejor no lo tienen… eso se puede dar en los dos planos, da igual que se lo crea o que no; eso es como el problema en los dictadores, un dictador puede estar convencido de que el buen camino para la Patria es el que ha elegido, y puede estar sinceramente convencido de eso. […] entre negociantes y gente frecuente es muy corriente, estar convencido de que lo que tú llamarías una mentira, para ellos es una verdad. Son planos diferentes.

- […] los mismos perros con distintos collares […]

A.- Con respecto a esto, eso es lo que resulta; efectivamente, resulta que esa abun-dancia de opiniones muy diferentes, todas ellas muy respetables, contribuye para sos-tener la gran mentira. Pero no es eso lo que mueve a cada uno a cambiar de idea o buscar otra teoría más satisfactoria, lo que directamente les mueve es una insatisfac-ción. Efectivamente… luego resulta. Hasta ahí llega la armonía del cosmos, con eso se consigue, con la variación misma de las ideas, se consigue un mantenimiento mejor de la Realidad.

- A mí me maravilla… lo que me maravilla es que las opiniones sean tan viejas, desde hace tanto tiempo sean las mismas… desde hace siglos y siglos.

A.- Hay una tendencia a pensar que esa idea está anticuada, y renovarla. Tú lo miras después y dices "pero si es lo mismo", pero quien intenta renovar su ideario se cree que ha hecho algo grande, que ha cambiado las cosas. Oponiéndose a eso le decía a […] en uno de los correos: "Ya suenan palabras viejas, pues aguzad las orejas". Esa es la cuestión.

- […] por el resto de las cosas, las cosas no humanas, los seres no humanos de la Reali-dad […]

A.- Es que para entenderlo, yo no presumo de haber llegado a entenderlo en un senti-do debidamente,  para entenderlo hay liberarse del Hombre mucho. Es decir, mientras uno sigue midiendo todas las cosas según nuestra medida es difícil de entender nada. La primera condición para el entendimiento es liberarse de eso, que es dejarse llevar más bien por eso que antes he llamado "asombro", "maravilla", de la riqueza, la sensa-ción de que es increíble que haya habido tantas formas de animalitos y de plantas. Que cuanto más me las quieren catalogar más veo que hay más y más, y además qué ingenio, qué ingenio para ensayar dinosaurios y luego ver que aquello no marcha bien y cambiarlos por otras formas de reptiles o de mamíferos…

- pero los documentales siempre […] cuando tú estás viendo un documental, de esos incluso del National Geographic tan buenísimos, o lo que sea, […] las variedades […] siempre hay una voz en off que te está llevando la cosa al plano humano…

A.- Sí… hasta con las […] de las imágenes, pero no hace falta entrar en ello; lo que estás haciendo es una crítica tan habitual, el antropomorfismo que es tan viejo que no hace falta… Ahora estoy hablando del intento de verdad de desnudarse de la medida del hombre, para poder dejarse arrastrar por alguna otra forma de impresión que nos haga sentir que esa inmensa, inagotable, costantemente renovada variedad de las creaciones, es una especie de testimonio de a perpetua insatisfacción y al mismo tiempo de que efectivamente hay algo que hace reconocer como no perfecto aque-llo que se ha alcanzado y obliga por tanto a buscar otra forma distinta.

- […]pero esto de poner la insatisfacción como motor…

A.- Si se hubiera llegado a alguna opinión satisfactoria nos habríamos callado todos, y si el el Señor o la Señora de la Creación hubiera llegado a un Universo satisfactorio se hubiera parado.

- Claro, pero es que ahí está haciendo unas proyecciones humanas todo el rato.

- […] de la verdad se trivializa mucho… pero tiene un poderío muy grande…

A.- Esa es la otra cara de lo que estaba diciendo… así como decía que a los tenderos les puede venir bien mentir, así te diría que a algún médico, al enfermo gravísimo no conviene decirle la verdad, que la verdad por el contrario puede hacerle daño. Pero vamos… antes de que nos marchemos… es que ahora estamos tratando eso de la verdad de una manera que cualquiera me tendríais que haber dicho que no es eso.

- Yo lo que estoy diciendo es que la verdad es un problema de Fe, fundamentalmente de Fe. Cuando alguien te dice: "esta persona siempre dice la verdad", que es muy común el decirlo. Cuando una persona se piensa que dice siempre la verdad es lógi-camente el Papa… en el sentido que no se equivoca nunca, y sienta cátedra, y cuando este hombre dice algo que se refiere a la esfera de nuestra vida o nuestra vida íntima o no importa qué, su palabra es la afirmación suma, la verdad misma. Y a partir de esa verdad se genera la Fe.

A.- Ya sabes que ahí Jaime está implícito una de las máquinas lógicas más tremendas que es la del sofisma del mentiroso. Si se plantea que hay uno que siempre dice la ver-dad, entonces ese viene y dice: "esta … es mentira"; porque este siempre dice la verdad […] Esto que estamos llamando verdad desde hace un rato quiere decir […]

- No te oímos…

A.. ¿Eh?

- Sí, hoy no se te oye nada por aquí…

A.- Llevamos un rato hablando de la verdad en la Realidad, de decir verdad, no decir verdad, la utilidad, conveniencia o no de decir verdad, de no decir verdad, y entonces estaba yo sugiriendo que estábamos empleando el término de una manera muy determinada y que ya sabéis cuál es, ¿no? Que no tiene que ver nada con esto de la forma de verdad que en el razonamiento del mentiroso se da, eso es otra cosa distinta. Es que en todo esto que estamos llamando ahora verdad en las afirmaciones reales, en el trato cotidiano, estamos adoptando sin darnos cuenta de esa noción de verdad que consiste en un ajuste con la Realidad. Mirad los ejemplos como… (y hablando de la verdad de la frescura de una pescadilla, eh, como si yo hubiera dado por supuesto que eso de la verdad consiste en ajustarse a la Realidad), y en todo los demás ejemplos que han salido hemos estado usando lo mismo, en general. Hemos estado creyendo que verdad quiere decir hacer afirmaciones que se ajusten a la Realidad, y qué me decís de eso?

- Qué es eso pues.

A.- Eso es contradictorio con lo que hemos estado diciendo. Las cosas están siempre abiertas. Nunca pueden ser lo que son, sí o no, por tanto cualquier afirmación que pre-tenda ser verdadera con respecto a ellos está ya mintiendo por la propia costitución de las cosas. Pero, al mismo tiempo eso nos está revelando algo respecto a qué sentido tiene lo de verdad entrando en la Realidad. Verdad se dice de una manera falsa, pero exitosa hasta lo último en filosofía, en política, en comercio, en ciencia, entendiendo por verdad que la afirmación que se hace se ajusta a la Realidad. Esto es evi-dentemente imposible, es falso, pero es lo que está haciéndose a cada paso, es la manera normal, incluso cuando se trata de los sentimientos propios y todo eso de la sinceridad. ¿Qué se quiere decir?, que la afirmación que hago: "te quiero", o "hoy te quiero más que ayer pero menos que mañana" estoy ajustándome a algo que siento, es decir, como si yo supusiera que hay una realidad, la de mi corazón y mis sentimien-tos, y que mis palabras se ajustan a esa realidad. Esto, como en todos los demás casos, es una falsedad. Pero hay que sentirse agobiado por el éxito inmenso de esta manera de entender la verdad, como decían los escolapios, la adecuación a las cosa, en ese sentido. Y, evidentemente, cuando aquí hemos declarado que la verdad no existe y que eso quiere decir que no hay verdad, estamos empleando el término de otra ma-nera. De otra manera; ahí no tiene cosa a la que ajustarse y eso es por lo que el razo-namiento del que digo siempre verdad es tan…

- […] la verdad que se ajusta a la Realidad podía tener un significado distinto que la verdad o […]

A.- En un diccionario de un idioma que contiene una palabra como en español 'ver-dad', una de las acepciones evidentemente es la adaequatio rei, y luego, aparte de esa, tiene que haber otra que no tiene nada que ver con lo de la adecuación a la Realidad.

-  […] se está diciendo algo bastante verdadero […] en el proverbio de Machado […]

A.- Es tu opinión, es tu opinión… "La verdad es lo que es, / y sigue siendo verdad / aun-que se diga al revés". Eso de por sí no se refiera a nada, por tanto estamos como en el razonamiento del mentiroso; por tanto, ahí no se dice verdad, en principio, como adaequatio rei, sin embargo a Don Antonio se le ocurrió ese proverbio a continuación de otro que se le había ocurrido y que después aparece como si fuera el ejemplo de esto. El otro es: "el que espera, desespera, / dice la voz popular, / que verdad tan ver-dadera". Y a continuación dice: "La verdad es lo que es / y sigue siendo verdad / aun-que se diga al revés", entendiendo que si se dice "el que desespera, espera", es también verdad. Y ahí, claro, tratándose de esperanza, ya no estamos en un terreno tan puro; ahí se está hablando de sentimientos o actitudes, pero bueno, es una declaración…

- …el decir… puede haber una acción de verdad, por eso se puede decir al revés…

A.- Sí, o un poco más allá, porque parece que una verdad que no se refiera a cosas, sentimientos, sino que es simplemente verdad, se ejemplifica de la manera mejor con la identidad de tipo A = A; y evidentemente, mientras la verdad pueda reducirse a una especie de ecuación como ésa, se puede volver del revés sin que pase nada (aparentemente, luego ya algún día volveremos a estudiar como tampoco eso es verdad); pero evidentemente, 'verdad, en la intención del proverbio y en general, pa-rece que es algo que está más allá de las contradicciones que implica la verdad de creer que se refiere a cosas. Una verdad lógica, cuy istrumento esencial es por supuesto la negación… Nos encontramos que la verdad está sometida, reducida, a esta noción de verdad que consiste en adecuarse a las cosas y a los sentimientos. Nos encontramos con eso. Pero aquí, lo que estábamos diciendo, de dónde partíamos, no era nada de eso. No era que la Realidad no pueda decir o ser una verdad acerca de sí misma. Estábamos simplemente negando que la verdad pudiera referirse de cualquier manera a la Realidad. Aunque luego hemos ido encontrando en qué sentido parece que la propia proliferación de las opiniones y las cosas indican que la verdad –no en el sentido de adecuación a la cosa–, la verdad –no en el sentido de ajustarse a la Realidad–, está aquí, haciendo algo.

- […]Es que yo lo de la adecuación a la cosa, vamos a ver, tengo mis reparos con res-pecto a esta especie de traducción que haces de adecuación a la cosa. Entiendo que dentro de la tertulia y eso, puede funcionar, pero me parece un poco exagerado; quiero decir, esto de 'la cosa' suena en principio 'lo que no soy yo', entonces adecua-ción a la cosa, es como entregarme yo a la cosa…

A.- No, no, "entregarme", eso es muy místico…

- …pero vamos, tan místico como algunas de las cosas que se dicen…




A.- No, no…

- …quiero decir, que en principio la cosa es lo ajeno?

A.- No, lo ajeno depende, depende. Por ejemplo, mi mujer o mi cuñada no son yo pero tampoco son ajenos a mí, vamos, son ajenos y al mismo tiempo no. Dejando de lado lo que no existe, yo, porque no existo, porque no soy nadie, del cual no hay nada que decir, cualquier otro tipo de sujeto es un objeto, y hay mucha vanidad al establecer una diferencia entre lo uno y lo otro. Cualquier sujeto es real y por tanto nunca puede decir verdad: no puede más que decir verdades reales acerca de las cosas.

- Pero no es un poco categórico decir eso de la adaequatio rei y eso… que recuerda a lo de los monjes […]

A.- Qué va, es una traducción casi literal, no digo otra cosa. He estado hablando de cómo son las cosas, de los elementos de la Realidad, que tienen las misma condición que ella en general…

- ¿Y no podría ser que eso de la adaeuatio rei pudiese querer decir que no digamos lo que nos venga en gana de las cosas?

A. No.

-¿No?

A.- Porque las cosas son a veces mucho de sentimientos… estoy muy emocionado y eso… Pero no es más que un caso de cosas: los sentimientos son un caso de las cosas.

- Que no digamos lo que nos venga en gana de nuestra cuñada, vamos…

A. No, que no digamos que no es lista si no es lista. Esa es la primera regla de la adae-quatio rei: "por que dices que es lista si ahora yo la miro detenidamente y veo que no es lista, vamos me estás mintiendo".

- Porque parece que la verdad a veces en lugar de adecuarse a la cosa, es justamente lo contrario, lo que no se ajusta o adecua a la Realidad, no?, en el sentido de que la verdad se puede pensar que es lo bueno o el bien, cuando dices que esta Sociedad se caracteriza porque lo bueno es malo y lo malo es bueno, pues en este caso la verdad sería lo malo, sería lo que no se puede dar en la Realidad, no?

A.- Verdad es lo que no existe, y por tanto efectivamente no es ésa la verdad de uso corriente que consiste en ajuste a la Realidad; por el contrario.

- […] la verdad y lo bueno pueden ser equiparable…

A.- Sí, sí, yo los estaba equiparando todo el rato; el 'no existe' no quiere decir que 'no haya'.

- […]si se cambiasen las palabras […] o es indispensable esta ambigüedad para que funcione…

A.- Cuál ambigüedad?

- la de la verdad con la…

A.- Ah, no, no, esa forma parte de la necesidad de defensa y de mentira que tenemos; eso forma parte de eso… es decir, para el sostén de la Realidad es no sólo conveniente sino necesario mentir de esa manera, y creerse que verdad no hay mas que esta verdad de andar por casa, que es la de la Justicia y el Comercio; el creerse eso es fundamental, forma parte de la defensa misma de la Realidad.

- …pero lo de la adecuación animal responde a una cosa que … justificada siempre. Responde algo así como que existe la rosa con independencia de que esté allí la rosa…

A.- Sí, por supuesto. La cosa que aquí descubrimos es que es un elemento de la Reali-dad; que nunca está cerrado y siempre está mal hecho. De todas formas, adquiera existencia sólo en virtud de un nombre en un idioma.

- …la adecuación entre la palabra y la cosa, la cosa se nos tendría que dar de alguna manera […] encima luego tendríamos que comparar para ver la adecuación, entre un plano, otro plano, llevados a un tercer plano común para compararlos, si no no podríamos comparar…

A.- Sí, una rosa, una rosa que haya por ahí sin existir, sin llamarse rosa, es una rosa de la cual no se puede decir ni verdades ni mentiras. Es posible que exista, es decir, que pri-mero se la configure con un significado para que después, encima, respecto a esta ro-sa, que es un ejemplar del tipo 'rosa', definido en el diccionario, a esta rosa –y no sólo a la rosas en general– se le puedan decir cosas como "se ha deshojado", "está marchita", etc

- […] y puede decirse la nieve es blanca…

Pero yo estaba insistiendo en que no es sólo en las afirmaciones generales, respecto a la rosa o la nieve, sino penetrando también en las formas de existencia que aparecen como ésta; respecto a esta nieve, respecto a esa rosa, también, una vez que se ha configurado su existencia, se pueden decir cosas no menos existente, como "está piso-teada", "está lo bastante dura para el esquiaje", "se ha marchitado", cosas igual de re-ales todas y del vocabulario. Una vez que ya se ha establecido el tipo, 'nieve', rosa', el tipo da ejemplares, y esos ejemplares se les puede tratar de tal manera que se pueden hacer de ellos predicaciones pretendidamente verdaderas, aparte de las generales que tratan de definir la nieve o la rosa. Aparte de las generales, pero también éstas que se refieren a una nieve…
- No, digo que, el otro día, esta canción que se llama… "si la nieve resbala por el sen-dero, ya no veré en el monte al que más quiero", etc etc, que es una canción muy popular que se cantaba antes […] El otro día me encontré en un libro muy antiguo una coplilla que continuaba la canción y que era muy bonita… y decía: "si la nieve supiera de su blancura / ya no sería hermosa la hermosura". Ahí hay una adecuación… lo de la nieve y la blancura, porque es un atributo de la nieve…

A.- Eso es una cosa que da la impresión de que ese elemento del pueblo ha andado por la tertulia, porque si no decir eso no se le ocurriría, porque sencillamente está de-masiado bien ajustado…

- …pero…

A.- …bien ajustado [ríe]

- …sobre lo […] Isabel… qué relación habría entonces entre la tautología y la predica-ción verdadera?

A.- No, yo antes he dicho que la tautología es la forma digamos pura que pretende tener una verdad lógica, y he dicho también que después A = A… la tautología se deja someter también en la formulación concreta. He criticado a juicios, porque eviden-temente esa formulación tautológica se da en una producción temporal, en el sentido de real, y entonces ya el decir que el primer número de tautología es el mismo que el segundo es un abuso… es un abuso interesante sobre el que hoy ya no tenemos mu-cha ocasión de volver, pero evidentemente…

- Yo sugeriría que cuando se dice de un dicho que una tautología se desprende como que […] pero todo empieza por tautología, es decir… un desarrollo lógico son todo tautologías…

A.- No, no, no se desprecia acá en absoluto, es decir, un niño es un niño, o sea, tan fresco como eso; se dice mucho y parece que igual que las predicaciones normales está informándonos de algo, está diciéndonos algo, o educándonos en el uso de la lengua… Se hace tardísimo, de modo que seguiremos con esto, si nos dejan, el siguiente día.