27.08.2014

Tertulia Política número 304 (19 de Octubre de 2011)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

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  • Las cuestiones reales como manifestación de las cuestiones lógicas.  Ejemplo con la conversación entre un padre y su hija.
 
TRANSCRIPCIÓN:
 
 
Para seguir con esta guerra, vuelvo a sacar aquello que salía en la última sesión.  Lo recuerdo para los que estabais, y si no, espero que los demás lo puedan recoger: eran las palabras de un padre, rico, que por influencias le dejan ir a visitar a su hija, revoltosa, que está metida en los calabozos ese día; entonces la dejan subir, y hay una conversación entre la hija y el padre, y la primera parte es lo que el padre le dice a la muchacha, reprochándole que se deje meter en esos jaleos, y llevar, como él le dice, una vida que a ellos les parece a lo mejor heroica, pero que es una vida miserable, de tener que estar pendiente siempre de la policía, de que te cacen o no te cacen, escondiéndote, buscando trucos para burlar más o menos a la Autoridad, etc.  Y le dice “¿Para qué todo eso?  ¿Para qué todos los revuelos, todos los intentos de cambiar la gobernación, la economía, si dentro de diez años, o si no, cien años, que da lo mismo, si miras al mapa lo encontrarás todo cambiao, y ya los Estados no serán los Estados que eran antes, serán otra cosa, se habrán juntao, se habrán disperso, y ni tendrán las mismas capitales ni los gobiernos tendrán las mismas siglas, ni serán lo mismo?  Y para conseguir un cambio para que todo siga igual, ¿para qué llevar esa vida miserable?”.  Ésas eran más o menos las palabras del padre a la chica.

A lo cuál ella (y espero que hoy veamos que con una cierta lógica o consecuencia), le respondía: “padre, te has quedado todavía corto: échale unos cuantos millones de millones de años (¿qué más da?) más adelante, y entonces imagina la tierra pelada de todo lo que la habita (verduras, gentes, personas, y tal), convertida en un bolo de nada, y más allá todavía, deshecha, el Sistema Solar completamente desarticulado, convertido en otra cosa irreconocible, las costelaciones completamente distintas, y entonces pregúntate si en esa situación merece la pena seguir diciendo NO, descubriendo, como quien sale de un sueño, de una pesadilla, “no era verdad”.  Ya sabéis que aquí solemos decir que a lo que nos queda de pueblo lo único que le toca, lo único que sabe hacer, es decir NO; en ese sentido.

Bueno, pues eran ésas las cuestiones que el otro día al final os saqué, que os pedí que os quedarais meditando los que estabais, y sobre las que ahora sin más voy a pasar a preguntaros.........por separado o como queráis, las apelaciones del padre, sensato y biencreyente, para con su hija..........  Aquí intentamos que, a pesar de la carga de las personas con que todos venimos, y yo el primero, de vez en cuando nos pueda salir por esas bocas algo que no sea personal, algo que no sean ideas, algo que por tanto podría ser voz de lo que nos queda de pueblo, de gente viva por debajo de las personas.  En ese sentido en cada sesión que venimos aquí se trata de recoger dudas, preguntas, que es justamente lo que pone en marcha el pensamiento, y lo pone en marcha justamente contra las ideas recibidas o establecidas; por eso os pregunto qué es lo que habéis sentido, o sentís ahora al oírlo, respecto a estas interpelaciones entre este hombre y su hija revoltosa.  ¿Qué os parece?  Probablemente saltaréis con ideas, porque ¡qué vais a hacer!, a todos os pasa eso, pero a lo mejor no, a lo mejor se os ocurre algo que viene de más abajo, y eso no hay más que comprobarlo, de manera que adelante ya, os pregunto qué es lo que habéis sentido, qué es lo que sentís ante esas formulaciones que os he recordado.  ¡Ya!

-...............................

A-Es verdad que, como el último día os dije, porque esa chica me lo recordaba, cuando ella sacó ese exagerado alargamiento de los argumentos del padre, lo que se produjo fue un silencio, y decía ella que en ese silencio le volvió a coger al padre alguna estima, algún amor, que falta le hacía; en ese silencio.  Pero aquí no nos podemos quedar toda la hora en silencio, sería un poco demasiado, de manera que lo he sacado para que, ¡qué se le va a hacer!, lo rompamos y soltéis por esas bocas lo que todas esas frases os sugieren, os chocan, o lo que sea, así que adelante, por favor.

-Como nos has dicho, el padre es sensato, y la hija exagera, y me parece que entre lo uno y lo otro, entre esa sensatez y la exageración de esto, como que se deshace el tiempo.  Yo es lo que he sentido.

A-A ver, esplícalo un poco más, que tal vez no te he seguido bien.

-Que se deshace el tiempo, porque cuando la muchacha habla de tanto tiempo que hasta han cambiado los soles y las galaxias..........

A-Sí, se aprovecha de que el padre ha dicho “¡si dentro de 10, y si quieres, que da lo mismo, de 100 años, el mapa estará cambiao!”, para sencillamente prorrogarlo; prorrogarlo unos cuantos millones.

-Pues eso, que dentro de cien años, todos calvos, y la chica todavía lo alarga más.  Y luego vuelve aquí y ahora a este momento, si valía la pena decir NO.  Entonces es como si en ese viaje que hacen por el Tiempo, y la chica que se va todavía mucho más lejos, se deshiciera el Tiempo, como si volvieran a aquí y ahora, que es lo único que vale la pena.

A-¿Tú crees?  ¿Tú crees que por el camino de prolongarlo a millones, el Tiempo se deshace?

-En cuanto lo contrapone al padre, que no habla más que de un tiempo humano, y ella.......

A-Pero no hace más que prolongarlo, él dice cien, y ella dice millones de millones.  ¿Por ese camino se deshace el Tiempo?  La gente de aquí de la tertulia lo primero que tendría que reprocharles a los dos en común es que siguieran planteando la cuestión en el tiempo, porque evidentemente por el camino de la prolongación el Tiempo no se deshace; nunca por el camino de la prolongación se llega a lo sin fin, porque a un sin fin no se llega nunca; ese sin fin si no sería un todo, que es lo contrario de lo sin fin.  Todo eso os tiene que sonar un poco de las cosas que hemos dicho.

-Lo deshace porque de pronto vuelve a aquí y ahora, que es el único tiempo que hay.

A-No está claro.  Tu lo ves así, te pones un poco favorable, pero bueno, recojo más ocurrencias respecto al caso.

-Yo lo primero es que no entiendo muy bien por qué el padre se calla, porque según lo entiendo yo la hija lo que hace es darle la razón al padre, porque el padre está circuscribiendo lo que ella hace a un tiempo vamos a llamarlo histórico, y ella lo que hace pues es alargar más la Historia, pero no se trata de eso precisamente, se trata de decir NO al régimen que estamos padeciendo aquí y ahora, y ya a lo que venga luego también habrá que decir que no.  O sea, no se trata de cambiar las estructuras que van a ser luego otras que van a ser iguales, sino de decirle NO a lo que estamos viviendo, a lo que nos están haciendo padecer.

A-No está tampoco tan claro: la hija, como habéis visto, lo que hace no es contradecir al padre, sino “apabullarlo con la enormidad”; trata de apabullarlo con la enormidad, para terminar preguntando si en ese caso seguiría valiendo la pena, valdría la pena, decir NO, descubrir, como quien sale de una pesadilla, que no era verdad esto de la Realidad.  Y ella lo que aprecia en el padre es que se calla, que en vez de decir “¡con tanta más razón seguiría siendo una insensatez!”, se calla.  ¡Más ocurrencias, por favor!  Muchas más hacen falta, porque si no, no tenemos lo bastante de no saber aquí.  Adelante.

-Yo sí sentí que la mujer estaba ironizando al padre, como que este camino del tiempo no tiene que ver con lo que ella hace.

A-Sí, en ese sentido puede ser: le está diciendo “¿te parece que todas estas revueltas, revoluciones, travesuras, a las que nos dedicamos con tantas penas, no valen para nada más que para cambiar, y tu crees que si eso fuera millones y millones y millones de años, sí valdría la pena?”.  No sé si es ironizar, es aprovechar la crítica del padre en un sentido preciso.

-¿Pero no le intenta decir que no tiene nada que ver la evolución del mundo con lo que ella siente, o con lo que ella está haciendo?

A-Tu lo sientes así, y depende de lo que vosotros sintáis.  ¿Qué os parece?  ¿Hasta qué punto, como se suele decir, tiene razón el padre en sus reconvenciones?  ¿Hasta qué punto tiene razón, como suele decirse, la muchacha, en la respuesta?  Ése es el problema que tenéis entre manos, es lo que os estoy esponiendo ahora.  Sí.

-Yo siento como que la muchacha de alguna manera lo que le está diciendo es que lo que hace lo está haciendo aquí y ahora, y que cuando no es aquí y ahora, ese futuro, o llamado futuro por el padre, da lo mismo que sea un año, cien, o un millón.

A-Sí, vas un poco en el sentido que iba antes Carmen también, que efectivamente trataba de sacar al padre de un planteamiento temporal, eso parece bastante claro, sacarlo de un planteamiento temporal, real. No olvidéis que la realidad está hecha antes que nada de Tiempo contado, es decir, del que cuentan los relojes, los calendarios, y cualesquiera otras máquinas de contar el tiempo, de las que tenemos muchas, ¿no?  Es posible que haya ahí una intención, o tal vez una eficacia, en cuanto a sacar la cuestión del Tiempo real. Y eso implica mucho, ¿eh?: sacar una cuestión política en un Tiempo real implica mucho, y por esos caminos os estoy preguntando.  ¿Qué más?

-Hay otra cosa que se me ocurre ahora, que es que el padre lo plantea como que lo que hace ella no tiene sentido, porque dentro de diez años, o veinte, o cien, las cosas van a ser de otra manera haga lo que haga, ¿no? Y ella, diciéndole al padre lo que le dice, está diciéndole que lo que está haciendo el padre con estar ahí aguantando, complaciente con el régimen que le toca vivir, tampoco tiene sentido, porque dentro de un millón de años................

A-Bueno, ahí has dado un paso todavía más grande.  Sí, va un poco en el sentido de que le está queriendo sacar del Tiempo real, que es lo que han dicho los otros, sin que tenga que ser de una manera muy cosciente. Sí.

-Que no deja de ser una lucha entre dos tiempos, no horarios, sino entre dos tiempos físicos, una muchacha, una adolescente por ejemplo, y un señor con sus años.  Yo diría que somos tiempo, aunque vivamos y nos digan que tenemos 62 años o 39, o 18.  Somos tiempo, aparte del reloj.

A-No veo el “aunque”.

-El aunque es la lucha entre esos dos tiempos, en una hora, que se da esa discusión, una hora son esos 18 años, que son digamos más reales porque tienen un físico lleno de energía, cuando el padre ya ha pasado lo suyo.  Pero no trato de justificar al padre ni de aplaudir a la chica........

A-Bueno, déjalo.  Has caído aquí como un hombre demasiado realista para lo que se suele en la tertulia, y planteas a tu vez las cosas de una manera realista, o sea, como quien cree en el Tiempo.

-Es que yo creo en el Tiempo.

A-Ya, ya no hace falta que lo dijeras, te lo he notao.  A algunos de los que hablaban aquí.........

-¿Tu crees en el espacio?

A-Quédate un poco, para que te enteres un poco más de cómo va la cosa, porque me hablas con términos realistas, científicos, y tonterías de ésas.  A ver.

-A mí me parece que lo importante es el silencio que se produce en el padre, y la reacción después de la hija, que ve algo de común en ese silencio, porque lo que le destruye al padre al darle la razón es ver la inutilidad de la pregunta.

A-“Lo destruye”................  Bueno, lo deja mudo, desde luego, lo deja en silencio.  Sí, y efectivamente tienes razón: es como si cuando ella dice, o me dijo a mí, que eso le hizo volver a apreciar al padre, a estimarlo y a amarlo, es que reconocía en ese silencio por lo menos algo de común, eso es cierto.  Pero volvamos sobre el problema mismo.

-Yo lo que veo es que hay una contraposición, una contradicción, entre las dos posturas, la del padre, que habla desde las ideas, desde la realidad, y luego utiliza el futuro, o sea, que está caído totalmente en la realidad. Pero sin embargo la hija, por lo menos en una parte, se sale de la realidad y dice que no era verdad, o sea, no es verdad lo que estamos viviendo; lo que ocurre que luego, al meter ahí el problema del tiempo futuro y justificarlo con el tiempo, como que vuelve a caer.

A-No, ella no dice directamente “no era verdad”, ella elige ese camino, a lo mejor equivocao, de la exageración milmillonésima, para que de ahí se desprenda lo de que no tenía sentido, pero lo hace por ese camino de la exageración.   ¡Venga, un poco de ayuda!  Primero, tomemos aparte un poco la intervención del padre bienintencionao y bienquisto.

-Yo tengo una pregunta.

A-No sé si me has oído o no.  ¿Has oído esto último que he dicho?

-Que digo que estamos perdiendo una observación, que es la cuestión de tú y yo: hay un tiempo en que tú y yo estamos entre las cosas, y hay un tiempo en que tú y yo ya no somos tú y yo personalmente, sino que puede ser cualquiera, pueden ser incluso los átomos esos de nosequé o nosecuantos, está dentro de.........

A-¿Y por tanto?

-..........que se ha salido de tú y yo, y entonces el tema está en que tú y yo no estamos confinados ni siquiera a ser interlocutores, que hay un tiempo que fabrica otra cosa que se escapa a eso, y eso es lo que se ve ahí.

A-Y quieres decir que en este diálogo, ¿qué sucede?   

-Que hay un desprecio del tu y yo personal mientras se está hablando, en el momento en que está hablando.

A-Desde luego el diálogo de primeras se presenta como personal: la chica está en el calabozo, sufriendo por la revuelta, el otro la ataca o recrimina por eso.............  ¡Bueno, venga, la actitud, o la formulación del padre, cosas que implica de por sí ella!  Porque lo habéis tomao como si no se dijera más que aquello de “en cien años todos calvos” de siempre, que lo dijera el padre, pero estamos en una trama política, y ya se sabe que lo que hacen los compañeros de la chica y demás es rebelarse contra alguna forma de gobernación, decirle NO; están haciendo política en el sentido corriente, y respecto a eso saca el argumento de que “dentro de diez o de cien años todo habrá cambiao, y no habréis hecho nada”.  A ver.

-Yo lo que veo es que aunque la cuestión está planteada en términos de tiempo, lo que ocurre, y por lo que yo me preguntaría si fuese mi interlocutor, es de si lo que estás haciendo merece la pena, pero no tiene finalidad, está fuera del tiempo.

A-Eso es un poco sutil.  “Merece la pena, pero no tiene finalidad” tienes que aclararlo; tienes que aclararlo, porque normalmente realistamente se dice que merece la pena (y el padre parece pensarlo así), las cosas que van a conseguir un fin, y lo consiguen.

-Ella, según esa respuesta, aunque también la hace en términos de tiempo, yo lo que entiendo que dice es que sí le merece la pena.

A-No me has querido aclarar lo primero que te he dicho. ¿Qué es eso de que merece la pena pero no tiene finalidad, que parece que va contra el lenguaje realista?  Porque normalmente se cree que merece la pena lo que............

-Lo hace porque se lo pide el cuerpo, se lo pide estar viva, no porque tenga........

A-¿Eso es lo que reconoce el padre?

-Eso es lo que trataría tal vez de decirle al padre.

A-No, pero tu dijiste que lo que reconoce el padre es que vale la pena, aunque no tenga finalidad.

-Puesto que lo está haciendo, a ella le merece la pena.

A-Y él adopta la actitud de ella.

-Él no se pronuncia.

A-Es un poco..............  Pero en fin, está bien. ¿Qué más?  ¿Qué más ocurrencias, de las muchas que puede dar esto?

-Siguiendo con esto, yo creo que ahí está la cuestión, ¿no?, que parece que ella le invita a liberarse del fin al padre, que el padre le dice que tanta lucha para nada, y ella le dice “no solo tanta lucha, sino tanto de lo que quieras, tanto de cualquier otra cosa que hagas, también para nada”; luego la única liberación que puede haber es que ese nada no le tengamos en cuenta, no pensemos en ese fin, o nos liberemos de ese fin de que haya algo.  O sea, va más allá que él, porque él le dice “la lucha es para nada”, y ella le dice “no solo la lucha, sino que cualquier cosa podría ser para nada si tenemos un fin, y te invito a que lo veas así, y que por desbordamiento puede hacerse algo sin tener ideas de fin”.

A-A ver, a ver, que no te sigo bien.  ¿”No vale para nada” es equivalente de “tiene un fin”?

-Bueno, que le desmonta el argumento al padre, porque el padre lo que dice es que la lucha no vale para nada, y ella le dice que no solo la lucha, sino que cualquier otro ejemplo que ponga tampoco valdría para nada; luego la cuestión no está en la nada, a no ser que la única gracia de esa nada sea precisamente que ya lo sabes, que ni la buscas, que no buscas el fin.  En lugar de ser abrumadora la nada, o dar miedo, o lo que quieras, incluso puede ser un estímulo la idea de que aún sabiéndolo que no se tiene en cuenta, que consigues liberarte de la nada, y él se calla como si lo aceptara algo.

A-Me temo que estás obligado a pronunciarte: eso de “la nada”, ¿puede ser un fin al que se llega, porque después todo, todo viene a parar en la nada?  ¿Tu crees que eso es salirse del fin, o crees que el ir a parar a la nada es un fin?

-Bueno, si sabes que se puede ir a parar a la nada, y con todo y con eso no lo tienes en cuenta, es porque a veces, no siempre pero algunas veces, puedes olvidarte de ello.  O sea, es la idea de que has renunciado al fin.

A-Te estás desviando un poco.  ¿Crees o no crees que el ir a parar a la nada es también una forma de fin, lo mismo que es un fin el llegar a ser todo en un régimen totalitario?

-No, no es lo mismo, si ya tienes una fe en que verdaderamente hay una nada en cualquiera de los dos casos no es lo mismo, pero yo creo que desde una conversación realista como ésa, era una invitación a “déjalo por ese lado a lo que no se sabe, o a pesar de todo”.  Hombre, si verdaderamente crees que hay una nada final, ya sí es un fin.

A-Hacía falta que os hubiera dicho hace un rato, me habéis distraído, tomando aparte la intervención del padre, que como recordáis no se trataba de decir “con el tiempo todos calvos”, sino algo más, porque se trata de enfrentarse a una revuelta política.  Teniendo eso en cuenta, ¿qué más se implica en la actitud del padre, o qué más críticas podemos hacerle nosotros (no la chica: nosotros) al padre y a su argumento?  ¿Qué implica su argumento?

-Que el padre cree que cualquier revuelta es como una lucha contra un sistema político histórico en particular, que de todas formas ya cambiará con el tiempo, y entonces que qué sentido tiene luchar contra él.

A-Donde se implica que el padre.............

-Que entiende la lucha solo en ese sentido, como una cosa muy reducida.

A-¡Más, más, más, más!: el que el padre efectivamente de a entender que con cualquier tiempo que pase el cambio de los regímenes, gobiernos o partidos, da lo mismo, eso implica que el padre cree que las cosas son como son; no se puede hablar así si no se implica que no hay nada que hacer en el mundo.  El padre es un creyente, un creyente en que todo lo que se haga no sirve para nada, que siempre, cualesquiera que sean los cambios, vamos a seguir igual.  ¿No llamáis a eso fe?  Eso es una fe, aunque sea negativa, y aunque no se pronuncie está implicado: ¿cómo se puede hacer esa crítica de cualesquiera revueltas políticas, cualesquiera, en cualquier cantidad de tiempo, si no es porque se está convencido de que ya todo está hecho, que no hay nada que hacer?  ¿O no me seguís en esto?  Si no me seguís, decidlo, porque conviene antes que nada fijarnos en entender esta actitud del padre y su razonamiento.

-Sí, pero ese razonamiento del padre luego puede ser llevado a otra cosa mucho más espabilada, que es cuando la gente dice “son los mismos perros con diferentes collares”.

A-Lo que estoy preguntando es si pensáis o no, como yo he sugerido, que en la crítica ésa................que es la crítica corriente y moliente, que casi cada padre le hace a su hija, que es decir “¿para qué te sirve meterte en todo eso, si sabes que después, hagas lo que hagas, las cosas van a seguir igual?”.  ¿Me seguís o no en que esa actitud corriente y moliente, que es la del padre, implica una fe, que es la fe de que ya todo está hecho, de que no hay nada que hacer?

-Bueno, de alguna manera no dice exactamente que sigan igual, dice que van a cambiar, como que no vale la pena luchar porque van a cambiar de todas formas.

A-Sí, sí, para seguir igual; él ha descubierto esto que nosotros sabemos aquí: el Capital, el Estado, no tienen ninguna forma de mantenerse más que cambiando, y tienen que cambiar, y además si es posible cada vez más deprisa; eso lo palpamos todos los días.  El padre reconoce eso y lo adopta como fe: “ante eso no hay nada que hacer, cualquier cambio no sirve más que para la restitución a lo mismo con otra cara”.  Sí.

-Yo no estoy de acuerdo en que no me parece que sea esacto eso de que el padre considera que todo va a seguir igual; yo creo que el padre entiende que hay diferencia entre unos gobernantes y otros, pero yo creo que se está refiriendo al igual respecto al Poder.  Yo entiendo que el padre es un negociante al que no le importa quien gobierne, porque lo suyo es el negocio, y lo que él viene a decir es que no hay gobernante justo, y que mañana seréis vosotros los que detentaréis el poder, y en la medida en que os sentéis en el trono del poder vais a cometer injusticias igualmente.  Y desde ese punto de vista no me parece a mí que se pueda decir tanto que él es un creyente como que está entendiendo la contradicción.

A-¿Y qué otra cosa es la fe, más que eso?  Es la pura manifestación práctica de la fe, y solo se puede denunciar en bloque cualquier intento de cambio si se está convencido de que cualquier cambio no es más que para seguir lo mismo.  Esto es meramente lógico, pero es así, ¿no?

-¿Entonces se puede estar fuera de la fe?

A-Bueno, es lo que estamos intentando hacer.

-Porque no me parece que la hija esté situada fuera de la fe.

A-A la hija dejémosla ahora de lado; aquí en la tertulia estamos porque pensamos que la fe no es ni fatal, ni omnipotente, ni tenemos por qué partir de que lo que realistamente se nos impone sea también desde el punto de vista metafísico o lógico, cerrado, total; contamos con que la fe es el arma principal del Poder para mantenerse, pero no nos creemos que esa fe sea ni perfecta, ni total, ni cerrada, ni inmutable, ni invencible, ni nada de eso.  Eso es la actitud de lo que debía ser esta tertulia, aparte la que sea la de la chica, que ahora volveremos a considerar.  Sí.

-Pero es que la chica hace una caricatura no solamente temporal, sino espacial, porque ahí se refiere a lo espacial en el sentido de que allí está en el calabozo en el momento, está en una situación de un () muy limitado, y lo extralimita a límites que no son solo temporales, sino espaciales,............
 
A-Sí, lo uno va con lo otro.

-........y por tanto lo esperpentiza, lo caricaturiza, y de alguna manera eso, llevarlo al paroxismo, es de alguna manera revelador de este descubrimiento de la mentira de la fe de su padre, porque yo creo que la chica tiene ahí algo que aunque participa de algún lao, pero lo hace de modo esperpéntico, lo hace como diciendo “si, si, y ahí arriba también están los cielos moviéndose, pero a mi en este momento, aquí y ahora, voy a poner la bomba, o acabo de ponerla”.

A-Ella se mantiene aparentemente dentro de una cierta realidad, ya lo hemos dicho, porque sigue jugando con el tiempo: “¿qué más da que sean millones de millones de millones?”, eso sigue siendo realista, eso para cualquier Ciencia sigue siendo realista, como lo demuestra cualquier vulgarización que encontréis en los Medios; de manera que la chica aparentemente se pone en el plano del padre, simplemente que exagerando, más allá, porque ¿quién la para?, ¿quién la puede parar?, ¿quién puede decir “ya basta en la exageración”?  Nadie lo puede decir.

-Pero esa amplificación cuantitativa es cualitativa también.

A-Bueno, déjalo, no hagas filosofías, y piensa en lo que estamos discutiendo.

-A mí me gustaría aportar una referencia que creo que viene al caso, que ya sé que aquí no gusta que se hable de autores o de referencias, pero en este caso creo que.........

A-Si, no se usan mucho, pero venga, no te dé vergüenza; yo también de vez en cuando hablo de alguno, no te de vergüenza.

-Es el famoso pasaje de Freud, de los hermanos que matan al padre y tal; que me parece que es importante, porque es precisamente lo que no hace la hija en el caso del que hablamos.  Es decir, ese lao istintivo, un poco irrefrenable, del hombre primitivo, que dice Freud que es lo que hizo que hubiera una transición del Poder, de un régimen.............  Bueno, él está hablando un poco en términos simbólicos, pero está representando el paso de un orden jerárquico a un caso más horizontal, ¿no?  Pero lo importante aquí es que está jugando el istinto, está jugando esa especie de cosa irrefrenable del hombre primitivo que por el istinto de tener acceso a la hembra matan al padre, y aquí es donde creo que la mujer...............  

A-Bueno, venga, está bien que hayas sacado un poco de Literatura, pero la verdad es que conviene volverlo otra vez al cauce del río: aquí estamos tratando de hablar como la gente habla, y con las menos ideas posibles, y con la lengua corriente y moliente.  No, no es así, y si quieres ponerte otra vez en el caso del diálogo, la chica me dijo que le recobraba la estima, el amor, al padre, por el silencio; es decir, que no es que ella le diera razón al padre, ni mucho menos pensara que el padre le había dado la razón, que supongo que a ninguno ninguna de las dos cosas se os ocurre, ni que crea que el padre le ha dado la razón después del sobreargumento, ni que crea que le debe de dar la razón al padre.  Ese silencio encuentra, como alguien dijo ya, algo de común, por lo menos el reconocimiento de que no se sabe, por lo menos ese reconocimiento.  Claro, ese reconocimiento implica que si a la chica le hace gracia que el padre, por medio del silencio, largo, revele que no sabe lo que pasa, ni como se hace, al mismo tiempo ella tiene que reconocer que con sus revueltas o con lo que sea, y los demás sufrimientos, lo está haciendo sin saber tampoco qué es lo que hace; eso es también puramente lógico.  ¡Más!

-Pues que al no saber los dos, tienen que darse cuenta de que lo que hagan los hombres, no va a haber nadie que les va a decir que ellos fueron o dejaron de ser.  ¿Sabes lo que te quiero decir?

A-Bueno, eso es volver a un plano demasiado ahora realista.  A ver.

-No sé si será por ahí, pero está claro que hay una contradicción de dos personas que se ponen a hablar, en un principio cada una defendiendo posturas que creen que saben lo que hacen, y al final acaban coincidiendo en que no saben lo que hacen.

A-Bueno, “concluyendo” es mucho decir, pero vamos, lo que ella me decía a mí (“estima”, o “amor”), quiere decir una especie de sentimiento común, algo de común en el sentimiento, que es lo que basta para eso de..........  Sí.

-A mí ya me gustaría oír que los activistas a lo que se dedican es a desengañar, o a conseguir que salgamos de la pesadilla de estar metidos en la realidad en la que se cree, pero no se suele decir eso.

A-¿No te encuentras eso?  Los activistas son desde luego como la banda de esta chica, pero seguramente peores, ¿no?: son realistas; son realistas, efectivamente, siguen contando con el Tiempo, siguen teniendo una fe, que es la contraria a la que hemos dicho del padre: el padre ha concluido que no hay nada que hacer, y por eso puede seguir sentado en su puesto, y desde luego los activistas normales tienen una fe; tienen una fe en que se puede llegar a un fin, que los medios que se empleen, aunque sean los medios que el Poder emplea, pueden emplearse de otra manera............. bueno, los que habéis intervenido en cosas de estas estáis hartos de saber lo que los activistas normales, realistas, creen.  Se creen todo eso, tienen una fe; darse cuenta de que tanto la fe en un fin como la fe en el todo y en la nada, son del Poder, son de Dios, son justamente aquellas con las que aquí estamos tratando de luchar, y una acción que fuera de verdad decir NO, desengañar, como has dicho, descubrir que no era verdad, no puede valerse de ninguna fe, no puede tener ninguna fe.  

En esto nos encontramos, y esto, ya que veo que de momento del diálogo que os he propuesto no salen muchas otras ocurrencias, me da lugar a volver sobre nosotros, la tertulia.  De esta manera: se ve en este caso, como en muchos otros, que las cuestiones que empiezan planteándose como cuestiones reales (activismo o no activismo, cambio o no cambio, tantos años/cuantos años), las cuestiones que empiezan planteándose como reales, si bien se las considera, acaban viniendo a aparecer, a convertirse en, cuestiones lógicas.

Recordad, entre paréntesis, que lógos, el sentido común, la lengua común, la lógica común (no la lógica de los lógicos, sino lo del común), está, como en los fragmentos de Heráclito se muestra bien, dentro y fuera, es decir, está haciendo y deshaciendo las cosas, porque solamente ese lógos que viene a ser contradicción, solo eso puede hacer y deshacer la realidad y mantenerla; y por otro lado está fuera, es decir, denunciando sus  propias equivocaciones, sus errores, a cada paso.  Así es como estamos.  

Vuelvo entonces sobre el asunto: las cuestiones normalmente se presentan como reales, cuestiones de intereses, incluso de pasión, cuestiones pues al fin de Tiempo, de más o menos Tiempo, de este tiempo o del otro, de oportunidad o de no oportunidad, y así es como se plantean las disputas, en el comercio, en la plaza, en las calles, en las casas, entre las parejas, entre niños y mayores, etc.  Siempre se plantean así, y esas disputas son interminables, son los enredos en que nos encontramos metidos costantemente, entre miembros de una pareja, entre hijos y padres, entre los de una raza y los de otra, entre gobernantes y gobernados, etc.  Interminables, siempre renovando sus argumentos, todos falsos, y que por tanto tienen que renovarse, etc.  Cuando por casualidad se las mira bien, que es lo que estaba yo intentando hacer con este diálogo entre el padre y la hija, se pone uno a mirarlos, se ve que aquello era una cuestión lógica.  Digo más que metafísica: lógica.  Ya en varias intervenciones se ha mostrado claramente que era así, que lo de que las actividades políticas inmediatas tengan sentido, o cualesquiera otras a más largo plazo lo tengan, es una cuestión lógica: en el punto en que la niña ha puesto al padre, le está haciendo salirse del Tiempo, porque ahí efectivamente la condición lógica del asunto amanece.  Ahí está la condición lógica del asunto: o la realidad es verdad, y no hay nada que hacer, o no es verdad; y entonces cabe descubrir que no era verdad, que la pesadilla no era verdad.  

Yo os lo he puesto de esta manera en un caso que puede parecer muy estremo, muy escepcional, pero lo que os estoy diciendo, por si acaso no está bastante claro, es que por ejemplo una pareja se pasa la vida, como se la pasan las parejas, discutiendo, acerca de los derechos, las traiciones, los celos, los desprecios, los aprecios................ no voy a sacar el catálogo, ¿no?, una pareja cualquiera tiene tela para rato, para seguirse distrayendo en la discusión si es posible hasta los ochenta, noventa o cien años que se les acabe la cuerda, ¿no?  Así es como está la cosa, ¿no?  Lo contrario que os digo es que de repente uno o una, separaos, o los a la vez, descubrieran que todo aquello era cuestión de palabras; como se dice vulgarmente, que era cuestión de palabras.  Es así, todo era cuestión de palabras.  El punto está en que ninguno de los dos de la pareja, ni nadie dentro de la realidad, puede de verdad, dentro de la disputa, dentro de la guerra, declarar y descubrir así: “es una cuestión de palabras, y en esta lucha nos estamos agotando”.  “Una cuestión de palabras” quiere decir lo que os estaba diciendo en otros términos: que la cuestión real, realista, viene a convertirse en una cuestión lógica, donde juega el sentido común.  En definitiva, la realidad dentro de la que la chica lucha y el padre se mantiene, la realidad, el mundo real, ¿es verdad?   Entonces, está claro, eso es la victoria total de Dios, y no hay nada que hacer, está ya todo hecho, porque cualquier cosa que se haga estaba ya hecha; cualquier cosa que se haga estaba ya hecha, y en ese sentido la fe, aunque en el sentido negativo y no en el positivo, es la que le hemos atribuido al padre en este diálogo.  Lo que estamos haciendo en esta tertulia, porque si no, no sé para qué diablos estamos aquí, es justamente intentar descubrir que no era verdad, es decir, romper con la fe en que es así, que la realidad es verdad, y que por tanto cualquier cosa que se pueda hacer ya está hecha.  Estamos contra el Poder, porque no nos hemos creído eso, y por el contrario sentimos que las posibilidades, que es lo contrario del Poder, son sin fin; son sin fin, se salen justamente de los límites del Tiempo y de la realidad.  Para eso estamos aquí con lo que nos queda, no de personas, aunque tengamos que traernos aquí así, en forma personal, sino con lo que nos queda de pueblo por debajo de las personas.  

Dicho de otra manera: si cuando os planteéis el sentido de esta guerra que nos traemos contra el Poder os surgen dudas, y seguís separando la lógica de los sufrimientos, estáis metiendo la pata y os estáis rindiendo, porque los sufrimientos, las desgracias, todo lo que en la realidad se nos ofrece a cada paso a cada uno y en conjunto, eso no son más que manifestaciones de esa lógica.  Por tanto todas estas sesiones y muchas otras, a lo que se dedicaban sobre todo era a ir contra esa separación: los sufrimientos, si es que entendéis bien la palabra, todo aquello que se nos revela inmediatamente como malo y como intolerable en lo que se nos vende como vida y en el tiempo y en la política y donde sea, todo eso no puede separarse como motor para la rebelión, porque la rebelión entonces puede acabar en una mera caridad, solidaridad, como los otros días decíamos, sino que hay que reconocer que todos esos sufrimientos, todos esos males de uno o de los demás, no son más que revelaciones del problema lógico, de la cuestión lógica, que está debajo de todo eso.  Bueno, eso es lo que os quería recordar, y con este recordatorio yo creo que se nos ha hecho ya muy tarde, ¿no?  De manera que como seguramente se os ocurrirán más cosas a propósito de todo esto, si el Señor, tan poderoso como es (pero no Todopoderoso como dice, simplemente muy poderoso), si el Señor nos deja seguir vivos todavía y se descuida un poco, dentro de siete días seguiremos dándole vueltas al asunto.

-Pero si nos creemos continuos, si nos creemos con el derecho de acaparar, de arrastrar o progresar, es entonces cuando aparecen los fines y los futuros, y yo creo que la lucha de la niña va más por la pura voluntad de vivir una vida de la que se sienta orgullosa.

A-No, no, “la vida” es muy realista, “la vida” déjala, porque la tienen tomada ellos, no digas nunca nada más que NO, no caigas en la tentación de decir sí a nada, las palabras las tienen tomadas ellos.  El NO está claro, lo has dicho muy bien.

-Pero el que vive en una astracción es el padre, porque él vive en un estatus, y entonces lo que vive la chica es lo más realista que puede haber, que es el choque ése, no luchar activamente por un fin o por una esperanza..........

A-No, lo de “realista”, no lo digas, porque realista hay que llamar a lo realista, a la realidad, y como he dicho, y creo que ha quedao muy claro, con la actitud de la chica se sale de la realidad; se sale del Tiempo y de la realidad, de manera que no es realista, es contrarealista, y a lo que aquí estamos es contra la realidad, no buscando otra realidad mejor, ¿eh?; no buscando otra realidad mejor, estamos contra la que se nos da.

-Pero si aquí se dijo hace unos días que aquí solo se habla de la realidad como componenda, contradicción, lucha, entre lo uno y lo otro, la chica no puede no ser realista por el motivo de que es el opuesto contradictorio al padre, que es quien le viene a decir que no todo está decidido.

A-Pero ella no trata de realizarse en este diálogo.

-Ya, pero que ella está representando el polo opuesto que compone también la realidad.

A-No lo sé, no sé si tan “polo opuesto”.  No, las personas no se pueden enfrentar nunca tan geométricamente como se oponen verdad y falsedad, o sin fin y fin; las personas, las cosas, nunca se pueden oponer de una manera tan geométrica.

-Bien, está claro, pero en cualquier caso se podría plantear el problema, que es: si la realidad la definimos como una componenda o contradicción entre la idea y lo sin fin, es decir, entre la afirmación absoluta y la negación, la negación es parte de la realidad.

A-No, la negación está como antes he dicho a propósito del problema: que cuando se plantea la cuestión real sin límites, y se descubre cuestión lógica, ahí está eso del NO.  El engaño que os vais a encontrar con cualesquiera prójimos que os encontréis por ahí, y a los que le habléis de lo que se hace aquí, va a ser el de siempre, va a ser justamente eso: meter a vuestro NO, a la negación, dentro, convertirla también en una idea, en una doctrina, y por tanto hacerla que compita con otras doctrinas, pero no es verdad: para decir a una cosa que es mentira no hace falta tener ninguna verdad, y éste es el engaño más elemental con que os vais a encontrar.  No hace falta tener ninguna verdad.  En lo que nos toca hay mucho que mueve a declarar que es mentira, que no era verdad, y desde luego no hace falta para eso, sino al contrario, que uno se reserve una verdad que la sustituya; simplemente que no era verdad, y veremos a ver lo que sale de ese NO, dejémoslo que salga, no lo convirtamos de antemano en un sí.  ¿Algo más?

-Pero digo yo que se puede ver claro lo de la incorporación de la negación en la realidad en casos como el incosciente, la Anarquía, que está metido dentro de la cosa.  Es que aunque pretendemos que esté fuera de la realidad como lucha, porque si no intentamos sacarla de la realidad no se puede luchar, está claro, pero está claro que la frontera ésa está muy pegada, porque..........

A-¿Cómo que “muy pegada”?  No entiendo.

-Que si yo digo “no al Poder”, y el pueblo dice “no al Poder”, no está diciendo “no, no, no, no”, está diciendo “no al Poder”, y quieras que no ese NO, no vamos a decir que tiene mandato, pero sí tiene como si dijéramos un empuje, un motor que le viene justamente desde la Realidad....

A-Sí, lo que hemos visto, desde fuera: le viene, y esto quede claro, al mismo tiempo de lógos, la razón común, y al mismo tiempo de lo sin fin, porque no es verdad que haya ningún fin.  Le viene de ahí, de ahí le viene.  Hablas como el enemigo, y si quieres meter ese origen del NO desde la realidad, ya te estás salvando, salvando tu alma.  Allá tú.