27.08.2014

Tertulia Política número 323 (29 de Febrero de 2012)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid

 



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TRANSCRIPCIÓN:

 

Vamos a seguir intentando entonces ver cómo se vencen las dificultades, “naturales”  diríamos, que se encuentran, que uno encuentra, que muchos de vosotros encontráis, a entrar en esto de que en el Tiempo no pasa nada y que cualesquiera cosas que hayan pasado están pasando AHORA, AHORA que nos saca del Tiempo, y asimismo entre ellas las esperanzas o proyectos, que son también sucesos, están pasando AHORA, se están dando AHORA. No sé bien por dónde atacar esas dificultades; voy a intentarlo por donde se me ocurre. Tenéis que recordar que esto es una tertulia política: esto a lo que nos dedicamos es una política, una política contraria a la política de los políticos y de cualquier forma de poder que sea, una política en la cual pretendemos que quien hable y haga no sean personas como nosotros sino lo que nos queda de PUEBLO, gracias a que no somos del todo uno cada uno, ni mucho menos somos entre todos todos; gracias a eso, eso es lo que puede aquí hablar, y por tanto a lo que se viene aquí no es a informarse de a ver cómo son las teorías que rigen sobre el caso, de ver a ver qué es lo que dice este señor, qué es lo que opina, y cómo le responden otros que no están de acuerdo para ver hasta qué punto puede estarse de acuerdo: todo esto es cuestión de la Información, y la Información es justamente el arma principal del Poder para impedir el pensamiento y el sentimiento, y hasta diría la vida. Por eso os la sirven tan abundantemente cada día y en la pretensión del Poder estaría que a eso se redujera todo, que la vida no fuera más que Información, Información acerca de previsiones, futuros, lo que pueda pasar, los temores que haya, Información acerca de lo que se dice que está pasando en otras tierras, Información acerca de lo que ha pasado, Información.

Bueno, me gustaría que se entendiera (no sé cómo conseguirlo) que a eso es a lo que no venimos aquí. Es muy simple, y sin embargo tengo comprobado que es bastante difícil:  la tentación de creer que aquí se viene a informarse acerca de lo que digo, de las teorías que se pueden hacer, acerca del Mundo, acerca del Tiempo, acerca de Uno, acerca de Todo, es una tentación muy poderosa; estamos acostumbrados a eso, el Poder nos acostumbra a eso por sus intereses. Justamente estos días he dedicado las dos últimas columnas que saco nada menos que en el periódico La Razón bajo título de “Información y juego” a poner esto de relieve con motivo de los partidos de fútbol por ejemplo, (partiendo de ahí, pero me da lo mismo) maldiciendo de la retrasmisión de partidos en que en lugar de ofrecerle a uno la posibilidad de asistir al juego, a un partido de fútbol por ejemplo, por televisión, no se le hace más que cargarle todo el rato de informaciones acerca de equipos, acerca de directiva de equipos, acerca de los jugadores, acerca de cuánto han ganado, por cuánto se han vendido y demás: el juego, así, se estropea por la Información: ése es el sustituto del que os estoy hablando. El ideal del Poder sería que, para evitar que se hiciera algo imprevisto, lo cual nunca al Poder puede convenirle, nos entretengamos enterándonos de lo que pasa, lo que ha pasado y lo que pasará, que es la manera de dejarnos inútiles para que suceda nada nuevo ni se haga nada nuevo.

Esto es en lo que quería insistir antes de pasar a las cuestiones que nos traemos entre manos, de volver a ellas: la información mata el juego, y esto que se me ha ocurrido decir para un partido de fútbol podéis decirlo para la actividad política del pueblo, de la gente: la información mata el juego, aunque el juego en este caso sea una especie de guerra de lo que nos queda de pueblo contra el Poder, pero da lo mismo: es un juego y ese juego queda inerte por la información. Esto se lo dije a la gente de los llamados del 15 de mayo todo el año pasado todo el tiempo: el dedicarse a fijarse mucho a la información que se produce por medio de los asaltos a tal o cual sitio, de tales o cuales manifestaciones, es la manera más segura de no hacer nada nuevo; mientras que lo urgente (muy pocos son los que me han hecho caso), lo urgente sería dedicarse pues a lo que aquí en esta tertulia se supone que desde hace casi quince años nos dedicamos, es decir, a combatir al Poder de la manera que es más inmediata,  porque el Poder necesita la Fe, necesita la Creencia, necesita la Información de los súbditos para sostenerse, y sin ella no hay Poder que se sostenga. De manera que así como lo primero es atacar esa fe, atacar las creencias, atacar esas informaciones que os venden como verdades todos los días por la tele o por la prensa o por donde sea, y también en las comunicaciones particulares entre gente, por desgracia. A eso es a lo que estamos: es una acción, es una política ésta de intentar derrumbar la fe, es decir, descubrir que las verdades que nos vendían como verdades no eran verdad, no eran verdad. Ésta es la acción; y por tanto no podéis creer que venís aquí a enteraros y a informaros de nada de lo que ni yo ni ningún otro pueda pensar acerca de las cosas, sino que venís a hacer algo, negativo, por supuesto, hablando, algo contra esa fe, contra esas creencias, descubriendo sus mentiras. No sé si detenerme más en insistir en este punto que parece metódico pero es tan importante. Ya me lo diréis.

Con estos descubrimientos a los que últimamente veníamos llegando respecto a que cuantas y cualesquiera cosas que pasen están pasando AHORA, y que en cambio en el tiempo de los relojes y los calendarios, en el tiempo donde está el registro, la información de los hechos, y no puede haber nada más que información y registro, en ese tiempo no pasa nada (os quieren hacer creer que sí: es el tiempo de la Historia, el tiempo de la Banca, el tiempo contado y medido, pero en ese tiempo no pasa nada),  ¿qué es lo que se está haciendo?, ¿se está queriendo informaros de algo nuevo o daros una nueva idea? No: se está tratando de descubrir la mentira del Tiempo; la mentira del Tiempo, empezando por su Futuro y siguiendo por su Pasado y su Presente, del Tiempo que nos quieren vender en sustituto, en lugar de posibilidades abiertas, desconocidas, vida, lo que no se sabe, en lugar de eso, que para el Poder es sumamente peligroso. Pues a eso estamos: descubrir la mentira del Tiempo.

Tengo que aclarar un poco algunas cosas respecto a esto de ‘verdad’, y lo que es verdad en uno u otro de los reinos. Desde luego, tengo que haceros costar que los problemas en torno a esto del Tiempo contra el que hablamos, y por lo tanto también los problemas respecto a la identidad de uno o respecto a la totalidad en general, esas cuestiones están vivas en el sentido de que las encontramos también entre aquellos que en principio deben estar dedicados (los científicos, los físicos y demás) a sostener la verdad de lo que se nos cuenta todos los días en los medios de formación de masas. Están muy vivos. Gracias a Caramés, como siempre, estos días... (Caramés, que en revistas o en la red busca con ese tino que él sabe las cosas que pueden ser interesantes justamente para la tertulia política, para esta política), gracias a eso he tenido ocasión de leerme dos tres o cuatro cosas más de las que él me ha proporcionado tocantes a todo esto. Os las cito simplemente para que, si alguno se siente interesado en comprobar cómo entre los científicos más o menos desmandados el problema sigue vivo y nunca respondido, sigue vivo, os los cito sin más: era (si me falla la memoria, ya me lo dirá) una de un físico jubilado en Los Ángeles, Marvin Chester, donde preguntaba “Is Simmetry Identity?”, “¿simetría es identidad?”, y trataba de utilizar esta noción matemática, de la teoría de grupos, de la simetría como un medio para llegar a ello. En esto de la identidad tengo que advertiros una cosa, que es que generalmente, no sólo este señor sino en general, cuando hablan de identidad ellos, están buscando la identidad de uno, la identidad del ser, es decir, lo mismo que la Policía cuando identifica (no es ninguna coincidencia casual el empleo del término), es decir, asegurarse de que el que es es el que debe ser, asegurarse de que quien es es quien es: identificar; saltándose una cosa que es más elemental que ésas todavía, que es justamente lo que el otro día os presentaba así: “dos”, entre comillas, que son indistinguibles, son el mismo: con lo cual desaparece el dos y el uno; de manera que ésta es justamente la falta que encuentro ahí y en otros muchos sitios.

Otro de los artículos o ensayos es el de otro jubilado, esta vez en Zurich, otro físico[-químico] jubilado, Hans Primas, y que titula, también en inglés, claro, “Time-entanglement” es decir que toma esta noción del entanglement, el enredo o enredamiento, que se ha hecho tan popular gracias a la teoría cuántica, a los tratos de la mecánica cuántica con los entes subatómicos, la aplica al Tiempo, dice “enredo o enredamiento del tiempo” y añade, como segunda parte, “between Mind and Matter”, es decir, “entre Mind (el nombre maldito que algunos emplean también en español en la forma de ‘mente’, que nunca ha pertenecido a la lengua del pueblo y no es del pueblo), mente o como queráis decirlo, y materia”. Ahí encontraréis también que trata este hombre de desenredarse del problema por medio de una separación entre dos series, dos series que podrían parecer temporales: una serie que es la de... la que tiene Pasado, Presente y Futuro, todo el Tiempo que normalmente se vende y se compra, y la otra que no sabe nada de eso, la otra serie, sino que no sabe nada más que de la ordenación ‘antes-después’, ‘antes de’, ‘después de’, sin más; y va tratando de atribuír esto segundo a la propia materia o natura, por así decir, y en cambio lo primero, lo del Tiempo con Pasado, Presente y Futuro, a algo como de lo “non material”, de lo no material, es decir, eso de la mente y todo eso. En este intento, desde luego, aunque llevado también, como en el caso de Chester, honradamente, hay equivocaciones muy claras en las que no me voy a detener; pero, desde luego, la conclusión a que se llega con respecto a lo que nos importa, a lo de AHORA que mata al Tiempo, AHORA, que no sólo se sitúa fuera del Tiempo sino que mata al Tiempo y que por eso decimos que es en él donde ocurre cuanto pueda pasar, cualquier cosa que pueda pasar, que esté pasando, respecto a eso pues, claro, tanto estos dos autores como otros tratan de afrontar el problema de AHORA, pero, claro, acabando por encerrarlo, encerrarlo dentro de casa (dentro de casa quiere decir dentro de los dominios de la Ciencia más o menos vulgarizada), no sea que alguien vaya a pensar que pueda suceder algo escandaloso, que nos saque de quicio, que nos saque de casa; de casa: eso estaría prohibido para la Ciencia, como comprendéis. Estaba diciendo por ejemplo Primas que “nowness” (ya lo llama así: “la ahoridad”, “nowness”, la sustantivación que es bien conocida) pertenece a lo del mundo no material, es decir, se atribuye al espíritu o a quien sea. Esto no es verdad: aquí partimos de que lo de AHORA, lo que está sucediendo AHORA, es mucho más elemental que el Hombre y las ideas que los hombres puedan hacerse acerca de ello, es decir, que está ahí en las cosas. Ahora volveré sobre ello. Pero desde luego, lo que sí pertenece a eso que se llama “lo no material”, a la mente, con este nombre pedante, sería la ordenación ésa de Pasado, Presente y Futuro, a partir de la cual quieren salvar algunos de ellos la situación tomando el camino del “presentismo”, que ellos dicen, en lugar del “eternalismo”, que sería la actitud esactamente contraria.

No os entretengo más con daros cuenta... algunos si quieren leer estos trabajos, por otra parte doctos y honrados, del señor Chester o el señor Primas, pues pueden fácilmente hacerlo. También he leído otro de un señor Mario Malente, donde trata acerca de la cuestión de la simultaneidad, bien conocida de los físicos, y donde hace revivir a Einstein sobre todo detenidamente, a Einstein con sus trenes moviéndose a lo largo del andén, con sus relojes y varas de relojes en sucesión unos de otros y demás; porque efectivamente (ya os lo he recordado algún día) se nos dice que Einstein (lo cuenta Carnap) había llegado a decir claramente, en desesperación, que a la cuestión del AHORA no le encontraba solución ninguna, que le parecía que estaba fuera del dominio de cualquier Ciencia; de manera que es normal que cuando se trata de todo esto se venga a ello; y en efecto Einstein trataba de establecer una sincronización limitada, dentro de un mismo sistema de sucesos, entre el tiempo del que va en el tren a lo largo del andén y el tiempo del que está en el andén parado, por decirlo de la manera más vulgar que se me ocurre, y cómo muy complicadamente se podía establecer una sincronización de los relojes: no se le ocurría pensar que pudiera haber una simultaneidad más allá de la obtenida por esa sincronización. Este señor V/Malente lo que hace es aplicar la relatividad a su vez a la sincronización, al Tiempo: es la sincronización la que se ve sometida ahí a una especie de análisis que se parece algo al del propio Einstein respecto a lo otro, respecto al Tiempo.

Os traía esto (no tengo mucha sospecha de que muchos de vosotros quieran acompañarnos a Caramés y a mí metiéndose a leer, a leer estas apariciones habituales del problema), os lo traía para mostraros cómo el problema está vivo, está no resuelto, y por tanto, cuando nosotros venimos a descubrimientos como que cualesquiera y cuantasquiera cosas pasan están pasando AHORA, y tratamos de que el AHORA nos libre del Tiempo, nos lo borre, estamos por tanto atacando en lo mismo que de una manera en principio más conservadora, porque los científicos, los físicos, al fin y al cabo, aunque estén eméritos de su Universidad, pertenecen de alguna manera a la Universidad y a los demás estamentos del Poder, y por tanto no pueden consentir que se descubran cosas que pueden ser inconvenientes para que los relojes y los calendarios sigan funcionando y contando nuestras vidas; pero los problemas son los mismos, tratanto de resolverlos dentro de casa, reducirlos a la Realidad, o como aquí, quedándonos al descubierto, que es lo que desearía de vosotros conmigo: quedarnos al descubierto sin ninguna pretensión de convertir esto en una teoría, en una información, sino quedarnos al desnudo frente al descubrimiento.

Desde luego, para que esto no parezca un absurdo de primer orden (“cuantas y cualesquiera cosas están pasando AHORA, en el Tiempo no pasa nada”), para que eso pueda sentirse, tenemos de alguna manera que librarnos de nosotros mismos; si no, no hay nada que hacer. Librarnos de nosotros mismos en dos niveles: librándonos, por supuesto, de uno, de el uno que pretende ser cada uno, porque efectivamente para uno en cuanto siendo el que es, en cuanto bien costituído como persona, eso de que estén AHORA pasando cualesquiera cosas es un absurdo increíble; y librarnos después también de nosotros en conjunto, es decir, del Hombre. Ya en otras ocasiones hemos estado hablando aquí una y otra vez contra el Hombre y cualquier forma de Humanismo. Los que me acompañáis hace tiempo ya lo recuerdan bien: la creencia en el Hombre como aparte de las cosas, como incluso siendo el que ve las cosas, el que habla de ellas, etc., es una carga pesada para el entendimiento, para el descubrimiento, es una mentira, es una de las grandes mentiras y los que me acompañáis hace tiempo ya recuerdan que el abandono de ese camino, del camino del Humanismo, de la Humanidad, que es una mentira, una mentira bien esplicable, como cualquier patriotismo: ¿cómo nosotros siendo hombres no vamos a tener interés en que se crea en el Hombre, eh?; es lo que nos toca. La negación de esa actitud está clara; y cuando eso se hace, el camino que se abre, por vago, por infinito que sea, es el de dejarnos ser como cosas, lo que somos, cosas entre las cosas, sin más; nada de ponernos frente a las cosas: dejarnos hacernos cosas, reducirnos a cosas. Cosa que es siempre factible gracias a que, por un lado no somos del todo humanos ni personales ni cada uno cada uno, lo cual es una cárcel, es una muerte, sino que nos queda mucho más, y en ese mucho más está esto de que somos también cosas.

De manera que ya sabéis: no puedo esperar que me acompañéis en un descubrimiento como ése si no estáis dispuestos a desnudaros del uno, del uno mismo, de la identidad personal y del Hombre en general. Eso es: cuando se dice eso, que descubre algo como “AHORA están pasando cuantas y cualesquiera cosas, mientras que en el Presente, en el Pasado y en el Futuro del Tiempo no hay más que registros, escritos, de lo que pasaba, pero no pasa nada, está quieto, está muerto”, ya sabéis que lo estamos diciendo de una forma que no sea ni para Mí ni para el Hombre. Muchas de las aportaciones de los físicos que Caramés y yo hemos traído aquí inciden una y otra vez en mantener la separación: el Hombre o Yo Fulano de Tal, se llaman el Observador, por ejemplo, son el Observador; y las teorías o disquisiciones se hacen acerca de las relaciones entre el Observador y los Observables, como suele decirse: las cosas. De manera que por eso es por lo que normalmente las especulaciones filosóficas y científicas son todas domésticas, están hechas para que no descubramos nada peligroso, para que todo quede dentro de casa, entre otras cosas con el mantenimiento de esa oposición entre el Observador, Yo, Ella, el Hombre en general, y cosas a las que el Hombre observa. Es fuera de esto como pienso que tiene sentido el descubrimiento. Es un descubrimiento no de ninguna nueva verdad que tengáis que creeros, sino un descubrimiento de la mentira del Tiempo sobre la que está fundada la Realidad y nuestras vidas, y el cómputo y la marcha de nuestras vidas.

Tenemos que venir un poco ahora a esta cuestión de la verdad, como ya antes os lo prometía. Este descubrimiento ya el otro día os lo recordaba se produce en las cosas reales, es decir, realizándose: cosas que ya están realizándose bajo la idea que les corresponde y, como quiera que sea, aceptando su nombre cada cosa, aceptando su significado en el idioma que a cada cosa le toque, pues mientras están y estamos, porque también nosotros somos cosas, realizándonos en ese sentido, es a eso a lo que el descubrimiento se refiere cuando se dice “cuantas y cualesquiera cosas que pasen en la Realidad”. Porque fuera de la Realidad no tendría sentido. Ya sabéis los que estáis hablando conmigo hace mucho que la actitud que hemos tomado es entender la Realidad como una lucha, como una guerra o contradicción entre lo que está por encima de la Realidad, que son los entes ideales, el ámbito de Dios matemático, y lo que anda por debajo, que es lo que siempre hay desconocido, porque nunca lo desconocido se agota, y lo hay siempre por debajo de la Realidad. De forma que la Realidad se nos presenta como una especie de encuentro, de guerra, de contradicción entre lo otro, entre los dos otros: lo de arriba, lo de Dios, lo de la matemática, y lo de abajo, lo de lo desconocido, lo de lo contínuo sin fin, lo contínuo sin fin. Recordad que en mitad de este descubrimiento, AHORA, AHORA que mata el Tiempo, se está introduciendo el sin fin, AHORA MISMO, apensas se está diciendo AHORA y deja de ser AHORA cuando se ha dicho, ahí se nos está metiendo en la Realidad, entre nosotros, se nos está metiendo una insinuación de lo sin fin o de lo contínuo, que es lo mismo.

Hemos dejado que en el ámbito de arriba, en el ámbito de Dios matemático, ‘verdad’ tenga un sentido; porque entre nosotros, en la Realidad no puede tener ninguno. Mejor dicho, esto que entre nosotros en la Realidad, en la charla cotidiana, en los periódicos, en los medios, se da como Información, por tanto pretendiendo que son verdades, ¿qué sentido tiene entre nosotros? Bueno, pues sólo tiene éste: son verdades en cuanto que se les hace ser verdades. Supongo que entendéis bien la punta política del asunto: nada en la Realidad es verdad. La información, política, por ejemplo, o científica, trata de reducir a verdades esas cosas que nunca pueden serlo: estamos condenados a la vaguedad, a la irregularidad, al más o menos: nunca cabe que haya verdad. Sólo es verdad a la fuerza. Sólo es verdad en el sentido de que se le haga ser verdad; por tanto, nada: no es verdad.

Pero el ámbito de Dios matemático, desde luego, es la posibilidad de ser verdad; y una cosa de la que quería hoy que repensarais conmigo es lo que hemos dicho de que ahí la verdad, la verdad matemática, tiene sentido si esas verdades matemáticas, esas declaraciones de que lo que es es lo que es, esas ecuaciones con el signo ‘igual’, se entienden como tautologías, es decir, son verdades en cuanto que estas verdades matemáticas vuelven sobre la definición: como si en el esquema lógico escolar S-P, Sujeto-Predicado, lo que en el Predicado se dice no hiciera más que remitirnos a la definición de S, del Sujeto. Sólo así, es decir, de una manera por el contrario absolutamente no creativa, no descubridora, serían verdad. Pero vamos a ver cuánto esto es verdad.

Me ha parecido ver cada vez con más claridad que en ese ámbito ideal hay en realidad dos ámbitos ideales para los cuales la cosa no funciona esactamente igual: uno el geométrico, por así decirlo, y otro el aritmético, acudiendo a la división principal que entre los primeros matemáticos se da. Para entender esta división y cómo es que estos dos ideales entran ambos a intentar formarnos, formar la Realidad, pero al mismo tiempo de alguna manera estableciendo relaciones entre sí, terminando con su división, se me ocurre proponeros pensar un polígono, un polígono hecho de rectas, hecho de lados rectos, sin más condiciones; es decir, es un polígono que no tiene por qué ser regular, que lo mismo puede ser cóncavo que convexo, es decir, haciendo esquinas hacia fuera o haciendo rincones hacia dentro, si ninguna otra condición más que la de que sea cerrado (si no, no sería un polígono). Entonces sobre esto se puede hacer una predicación que diga así: el polígono tiene tantos ángulos como lados. ¿Esto es una verdad? ¿esto es algo que no es una tautología? ¿esto se escaparía de lo que decimos? Parece que dice algo nuevo, que no estaba en la definición del polígono: tiene tantos ángulos como lados, tiene tantos lados como ángulos. Parece ser una novedad. Pues bien, ¿qué es lo nuevo en esto? Lo nuevo en esto es que ha entrado el cuántos, el cómputo de lados, es decir, que la Aritmética ha entrado en la Geometría. Éste es uno de los sentidos: la Aritmética ha entrado en la Geometría. Una vez entrada entonces se pueden decir cosas puesto que se toma como verdad adquirida que el polígono tiene tantos ángulos como lados; se puede practicar la deducción lógica escolar habitual y decir (bueno, como en el modus ponendo ponens de la Lógica): si tiene diecisiete lados, tiene diecisiete ángulos; es así que tiene 17 lados, por tanto no hace falta que cuentes los ángulos; no hace falta que cuentes los ángulos porque tiene 17 ángulos. Esto es, aunque sea un poco caricaturesco, pero es a lo que nos vendría a dar la introducción de esa novedad que ahí se introduce.

Pero entonces, si hemos venido aquí a la Aritmética, tenemos que preguntar por los números, por la serie de los números, que por algo se dejan ellos mismos contar como si fueran cosas: entonces tomar la serie de los números y establecerse en ella lo que está establecido, lo que es inevitable: números, los números, cada uno de los sucesivos, y cortes entre números, cortes, cortes rigurosos, lo que luego vendrá a llamarse ‘razón de 1’, pero en fin, ahora llamamos ‘cortes’. entonces, si empezamos por 1 y llegamos hasta 37, o incluso, puesto que se nos ha dicho que la serie de los números al mismo tiempo que infinita es total, llegamos hasta N, el enésimo, el último de los ordinales, entonces nos encontramos con esto: que hay no tantos números como cortes, sino que hay uno menos de cortes. Esto es una cosa que desde algún punto de vista aparecerá como una imperfección: como veis mirando tomando, empezando por el 1, si queréis, de 1 hasta N el número de números es uno más que el de cortes, y esto no deja tranquilo. Entonces podemos intentar otra cosa, que es contar el inicio, contar el principio, como corte también. Es un poco absurdo, pero se puede hacer: con eso lo igualamos. Claro que si al final, después de N, contamos también un corte con el final, entonces nos pasamos: tenemos un corte más que números y eso no es de ninguna manera satisfactorio, ¿no?. Si añadimos delante de 1 y del corte  de 1 cero, pues partiendo de 0 vuelve a pasar lo mismo que pasaba con 1. De manera que es de esa manera como veis que ha sido la visualización de la serie la que nos ha permitido esto: es como si aquí la Geometría hubiera entrado. Sólo por esta intromisión de la Geometría en la Aritmética puede llegarse a esta necesidad que los caracteriza a los números de que siendo sin fin, por las razones que sabéis, siendo infinitos, tienen que ser ‘todos’: esta noción de ‘todos’ sólo cabe como una entrada de la Geometría en sentido inverso. Os recuerdo (algunos de éstos que hemos leído estos días lo recuerdan también) que cuando a fines del XIX Frege intentaba fundar la serie de los números en una Lógica, venía a la desesperación, no encontraba un fundamento lógico para la serie de los números, y sospechaba, según nos dicen, que tal vez el camino sería acudir a una Geometría, a la Geometría, para intentar el fundamento de la serie de los número. Eso con el caso del Polígono os estaba diciendo. Voy a pararme aquí. No sé cuánto ni a cuántos de vosotros el ir descubriendo estos juegos, no en nuestras mentes sino en las cosas que hay y en los números que hay, le anima, le desanima o eso; pero era preciso para que descubriérais conmigo un poco el campo en el que estamos, el campo de batalla, que es el campo de batalla contra las creencias. Por tanto, para eso, lo mejor es sacarlas una tras otra afuera, y descubrir los enredos que en ellas se dan. Pero bueno, con esto me paro; de manera que desde aquí respecto a cualquiera de las cuestiones que os he sacado, incluída esta última del Polígono, pero volviendo también sobre cualquiera de las otras, espero que me digáis ocurrencias.

-¡Agustín! ¡Agustín, perdóname! tengo un problema: ¿se puede hablar del tiempo con mayúsculas y minúsculas? Me esplico: “Dios creó la Tierra en siete días, Josué paró el sol para entrar en Jericó”; y después, en minúsculas, “dentro de tres meses me suben el salario”.
-Ése es el mismo.

-Del tiempo ¿se puede hablar en mayúsculas y en minúsculas?

-Es que no sé si estabas desde el principio. AHORA, que es lo que mata el Tiempo,  Tiempo con mayúsculas, si quieres, es el de los relojes y calendarios, en el que no pasa nada. Todo eso que has dicho es...
 
- La mayúscula y la minúscula es la misma.

- Deja, deja. Venga: más, más, por favor!

- Esto que comentabas acerca de las verdades, sobre todo de las verdades reales, me ha recordado... bueno, hoy cuando iba por el metro, que iba oyendo a unos chavales que iban hablando sobre... bueno estaban opinando sobre cosas, y luego ya también opinaban sobre el opinar mismo, y luego... Bueno, pues esto me ha hecho recordar que sobre todo en democracias, en las democracias más avanzadas, sublimadas, perfeccionadas, que todo lo que permiten y lo que procuran hacer es convencer a la gente de que todo lo que hay que hacer o de todo lo que se puede hablar es de la aplicación de un concepto a un hecho y ir discutiendo sobre eso, que al fin y al cabo consiste en el opinar mismo ¿no?. Quiero decir que se da por supuesto que, hablando de realidades, nunca se puede descubrir nada.

- Eso es (lo habéis desarrollado) lo que os decía de la Información, la función mortal de la Información. Normalmente, cuando se discute y se opina, cada uno naturalmente tiene sus datos tomados de la información recibida, tiene sus ideas... la información recibida desde que habla una lengua con significados, pero después, naturalmente, acrecentada con la información de los periódicos, que les hacen creer que la Realidad es eso que les cuentan; y entonces sobre eso se opina y, mientras las opiniones sean eso,  sean opiniones de uno, de cada uno, naturalmente no pueden hacer más que acrecentar la creencia, acrecentar la fe: no descubren, no descubren nada. Lo encontráis a cada paso; entre vosotros mismos sucede: uno está dispuesto a hablar de la información como realidad, sin acordarse de que es información. Eso es lo que he estado intentando todo el rato, haceros descubrir cómo eso que creéis que es la Realidad sin más es esencialmente Información, un saber. Pero más!

- Una pregunta. Ya que hablas de información, te refieres evidentemente a la información insustancial, aquella que sirve para pasar el rato, para que las cosas...

- Yo no conozco otra. Yo no conozco otra. ¿Tú sí? Yo no conozco otra.

- Evidentemente, claro, has identificado la información, los datos fríos, lo que entretiene a la gente, con aquello que nos sirve para ir por un carril determinado y no cambiar las cosas evidentemente, y no meternos en harina de lo que puede hacer...

- Sí, pero cualquier información sirve para eso. Yo no conozco otra.

- ¿No conoces otra?

- La función de la información es ésa. Por eso lo empecé diciendo: cuando nos desengañamos del tiempo descubriendo que AHORA, que no es tiempo, eso: pasan cuantas y cualesquiera cosas y en el tiempo no pasa nada, esto lo estamos haciendo. Si esto lo convertimos en una actitud política, en una teoría física, ya lo estamos matando;  no hacemos nada.

- Sí, pero lo que quiero plantear yo es que ¿qué alternativa le ves tú a esta cuestión?

- Las alternativas es que por más que...

- O sea, qué [vuelta fundamental] para que esto funcione de una manera, haya un salto cualitativo en el intercambio de ideas...

- La tienes en ningún... Por supuesto, tienes alternativa en ningún futuro, la tienes AHORA, en ningún futuro. Ninguna ruta: ésa es la vía de los banqueros y de los políticos. La tienes AHORA, AHORA la tienes porque resulta que ni tú como uno ni los hombres acaban de estar bien hechos, ni los esclavos son tan perfectamente esclavos, ni los animales están tan absolutamente domados, ni las estrellas están tan absolutamente dominadas por la Ciencia, ni nada está nunca hecho del todo, y ésa es la alegría, es la sola que se nos da: el descubrimiento de que, en contra de lo que nos cuentan, ni uno ni el hombre ni las cosas están hechas del todo, están siempre abiertas a posibilidades sin fin. Por tanto no puedo por menos: matar la información, matar la creencia en que sí están hechas, en que si yo estoy hecho del todo, en que si soy el que soy, en que una  manzana es una manzana, en que una estrella es una estrella, todas esas creencias, es lo que he estado todo el rato haciendo.

- Pero es que todo es información, pero necesita un ingrediente más o quitarle algo...

- No, no, no: la falta, la falta. La alegría es la falta: que es fácil descubrir que la pretensión del Poder de estar establecido definitivamente, de Dios ser todopoderoso, de que uno es el que es, de que las cosas son como son (es lo que el Padre le dice al Hijo queriéndole decir que son Dinero, en definitiva), eso es el ideal. Las cosas, desde luego, en el ideal del Poder pretenden llegar a la perfección, reducirse a nada más que dinero: ése es el ideal; pero no lo consiguen nunca, es evidente. Es evidente que ni el Poder ni la Banca ni nada consigue de verdad eso; y no podemos aferrarnos a ninguna otra esperanza ni a ninguna otra forma de información. Si no, estamos otra vez metiéndonos en casa. La alegría es que es fácil descubrir, dejarse descubrir que era mentira, que no era verdad eso que nos contaban, que no era verdad. Y esto es fácil, y se descubre sin trampa porque es así: porque no era verdad, no era verdad. Ésa es la alegría, la sola que se nos da.

- Yo veo que precisamente ahora lo que pasa es que con el régimen que vivimos, el régimen tecnodemocrático progresado, pues está más claro que nunca que la Realidad consiste en la formación de masas de individuos personales. Es decir, que es que no se daría ni el concepto de individuo ni el concepto de persona, porque es una entidad informativa; o sea, no hay gente;

-o sea, cuando uno dice, o la estadística, “tanta gente como hay aquí o tanta gente como hay allá”, son ya individuos que están formados desde pequeños como núcleos informativos. Y esto pasa hoy mucho más que nunca, que hoy la Realidad es retrasmisión. La Guerra, por ejemplo: las guerras éstas que se dan hoy día pues ahí en Libia o en Irak o en donde sea, desde la guerra de Irak para acá son retrasmisión, y duran lo que dura la retrasmisión. Y esto está más claro que el agua.

- Sí, un poco demasiado claro.

- Ahora, yo digo una cosa: en esto se ve clarísimo, pero ¿qué pasa cuando un niño pregunta “Y ¿qué cosa es pueblo?”, o “¿Qué cosa es padre?” o “¿Qué cosa es justicia?”?; porque pregunta por la cosa. En el momento en que pregunta por la cosa, está preguntando también por unos rasgos de la cosa; y eso, quieras que no, está creando, al mismo tiempo que un deshacer la cosa, un hacer costantemente informativo de la cosa. Y ahí...

- La verdad es que no has...Yo creo que no has acertado...

- Es un problema muy gordo. Cuando antes has mezclado la Aritmética con la Geometría por ejemplo, no hay que ir tan lejos: es que en el triángulo mismo está metido que son tres lados y tres ángulos.

- Un polígono no...

- La Aritmética está metida en la Geometría desde el mismo momento en que es Geometría....

- No, no, por favor: un polígono no incluye el triángulo para empezar. Deja de hablar, porque, si no, vas a parar a cualquier cosa, que más vale que no.
Bueno, no sé si has aportao mucho en esa separación. Todo eso está dentro de lo que he estado maldiciendo como Información: desde las noticias de la Televisión y de la Prensa, que costituyen la Realidad, porque nos hacen creer que ésa es la Realidad, que nos la están sirviendo, hasta la pregunta ingenua del niño que se enfrenta con el vocabulario semántico de la lengua que le ha tocado y que puede poner en un brete al padre: es el mismo caso; no hay por qué andarse...

- Yo quería plantear una cosa, perdona: cuando surge la idea de la información en un momento dado, en un momento determinado de la sociedad, que a la gente le da por que todo sea informativo, tiene que haber un sustrato anterior a eso ¿no? ¿Cuál era? ¿Había digamos una especie de vacío que impelía a consumir información?

- En los hombres, los hombres están... (no sé por qué Isabel ha sacado esta exageración), los hombres están malditos desde la Historia. El comienzo de la Historia, que es el comienzo de la escritura, implica ya todo eso: desde entonces hay Información. Que el nombre no se haya inventado hasta recientemente me da igual. Pero ya desde el comienzo de la Historia, por vía del Poder, por vía de la Religión, por cualquier otra vía, se está imponiendo un saber de la Realidad, se la está escribiendo, se convierte en ley escrita, desde el comienzo de la Historia. De antes, de antes de la escritura, que es no hace mucho, porque son unos diez mil años nada más, de antes de la escritura no sabemos quiénes éramos; ahí el Hombre se nos pierde; es mentira lo que nos cuentan los paleontólogos. Desde antes de la escritura, pero a partir de la escritura, se puede decir, está ya el reino de la Información, la necesidad de la mentira para el Poder, la necesidad de imponer verdades, hacer creer. No puedes imaginarte una tribu ya histórica, que entra en la escritura, que no tenga esa condición de tener que creer y hacer creer a los súbditos que aquello, sus significados y sus números, son verdad. ¿Qué más había por ahí?

- Es que había un trocito, un trocito que me he quedado sin terminar. Tengo que terminar este razonamiento: el salto cualitativo que se ha dado ahora es que la Información se ha costruído en simultánea; y esto es importante, es un salto, porque antiguamente, cuando los reyezuelos estos, había la interpretación o retrasmisión de la cosa, la asimilación o metabolización del conocimiento que fuera, y luego pues lo que cada uno pensara. Pero hoy día el problema es la simultaneidad; por ejemplo esto que tanto hablas tú de las redes, de las redes y de lo de google y del internet y de esto y de lo otro, es el grado en que la información se hace simultánea con la producción...

- ¿con la?

- ...con la producción de conocimientos, que a su vez multiplican los conocimientos k. Yo diría ya ...

- No: nada nuevo. Perdona, perdona...

- Porque, vamos a ver: la televisión ha quedado ya obsoleta.

- Que sí, que sí, que no me refiero a... Nada nuevo, nada nuevo.
 
- No: ahí es la llamada Sociedad del Conocimiento. Lo que prima...

- Nada nuevo; porque ya recordáis...

-... son las redes, son los articulitos, incluídos los de los señores [esos] de que tú hablas.

- Yo muchas veces me permito, pero con grandes cautelas, el comparar la actualidad con otras épocas: no se lo puede uno tomar en serio. En las otras épocas, como se sabe, no viven más que Napoleón y Cleopatra, los muertos. ¿Qué es lo que se pretende con comparar la actualidad con ellas?: pues que la actualidad también esté poblada de muertos. Es lo que al Poder le gusta: no quiere que haya aquí más que muertos, porque los vivos son peligrosos siempre. Ésa es la cuestión.

- Bueno, yo iba a preguntar por lo de la Aritmética y la Geometría, pero ahora, con lo que ha salido de la escritura, creo que se puede decir que antes de la escritura sí que podemos saber algo, porque siempre antes de la escritura tenemos que colocar lo de hablar, y en lo de hablar parece que lo de la información está en un tipo de frases concretas, ¿no?, las frases de decir, frente a las preguntas, que salían por aquí, o otro tipo de frases, como votivas o de mandar; o sea que ahí hay como un juego o una lucha o contraposición en la propia lengua...

- Sí.

- ... antes incluso de que eso se lleve como a su máxima espresión a través de....

- Sí, eso es así; pero lo que pasa es que ya ves que de lo que eran las lenguas antes de la escritura no podemos saber nada, más que por deducciones, deducciones más bien tortuosas, más bien vagas; pero a lo mejor no había lengua; a lo mejor no tenían vocabulario semántico, que es lo característico de las lenguas que conocemos históricamente... En fin, efectivamente está abierto a la deducción. Hay que suponer  normalmente que había lenguas, que tenían su vocabulario; pero es importante que, a diferencia de la Historia, eso no lo podamos obtener más que por deducción, por deducción aproximativa y por lógica; es importante. Desde luego, en cuanto hay una lengua con vocabulario semántico, con nombres para las cosas y verbos para las cosas, desde ese momento ya la labor funesta de la información está en marcha. Eso es así.

- ¿Ni siquiera nos valen los estudios que se hayan hecho sobre lenguas sin escritura, o el pensar que bueno, cuando se habla, bueno, aunque haya escritura, cuando se habla, de alguna manera no tiene por qué la escritura estar influyendo []mente...

- No, no. Sólo que las nuevas lenguas, que son cientos, por fortuna, por un lado, que, sobre todo del diecinueve hasta ahora, se nos han ido dando a conocer, lenguas sin escrituras, se nos han dado a conocer cuando los lingüistas las han escrito, no antes. No hay más remedio...

- Estás suponiendo que la lengua tiene una función de propaganda, pero no tiene por qué ser así. La propaganda es el [] más funesto de...

- No tiene por qué ser ¿cómo?

- Propaganda. Es decir, que la información no tiene por qué ser propaganda. A un niño cuando se le enseña a hablar....

- Propaganda, no. Acabo de decir que desde que hay un vocabulario semántico con nombres y verbos para las cosas, ya se está imponiendo una información. Por supuesto. Lo demás son prolongaciones, amplificaciones, subidas a los horrores que se quiera, pero ya está desde ahí. Eso es justamente en lo que consiste ese engaño o equivocación.

- Veo un poco complicado que no utilicemos... que nos quitemos del vocabulario, la verdad; no sé. Tendrá que evolucionar bastante la Humanidad hasta que...

- ¡Ay la Humanidad, ay la Humanidad! ¡Déjala, por favor, déjala que duerma tranquila! ¡Maldita la Humanidad! Ya me has oído hablar contra el Hombre. Gracias a que no estamos bien hechos del todo como el Señor manda, nos podemos liberar no sólo del Hombre sino de uno mismo, a ratos, de alguna manera, vagamente: sólo así podemos entonces entender con sentido común que en el Tiempo no pasa nada, en contra de lo que nos cuentan, y que cualesquiera cosas que pasan están pasando AHORA. Sólo así. Uno, como persona, como persona educada o menos educada, no puede entender nada, no puede entender nada más que lo que le mandan; y el Hombre en general no puede entender más que lo que le conviene al Hombre, lo mismo que un detentador d Poder político no puede entender más que lo que le conviene al Poder, lo mismo que un buen servidor de la Banca no puede entender más que lo que le conviene a la Banca, así [lo mismo] con uno. Pero la alegría y lo que nos permite sentir con sentido común cosas como ésas es que no estamos cerrados, que es mentira también, no era verdad que uno está hecho del todo, que no es verdad que el Hombre sea diferente de las cosas, que no es verdad.

- Pero la espresión esa de “Odio la Humanidad pero me gusta la gente” ¿eh? ésa que []

- La escritura es condición de posibilidad del habla entonces ¿no? O sea que [...]

- No sé de dónde ha salido eso. No entiendo, no entiendo. Lo único que he dicho que se parece a eso es que a las lenguas sin escritura que han llegado hasta nosotros solamente hemos podido llegarlas a conocer cuando se las ha escrito. Eso era para marcar el filo entre Historia y prehistoria de una manera que no suele hacerse.

- Que digo yo...

- Se ha hecho muy tarde. De manera que sobre cualquieras cosas de éstas, la verdad en el reino de arriba, geométrica o aritmética, sobre la verdad en el reino de abajo, que consiste simplemente en que no se sabe (a eso no se le llama verdad) y sobre todo las verdades de fabricación que costituyen la Realidad, sobre eso y cualquier otra cosa que os salga pues si el Señor nos deja, no se enfada demasiado, dentro de 7 días...