27.08.2014

Tertulia Política número 325 (14 de Marzo de 2012)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid



[mp3]Tertu325-14-3-2012#Tertu325-14-3-2012.mp3[/mp3]

 
  • Aclaraciones sobre el descubrimiento de que cualesquiera cosas que hayan pasado están pasando ahora y no en el Tiempo real, donde no pasa nada.


TRANSCRIPCIÓN:

 

Este descubrimiento con que a la vuelta de las muchas vueltas de esta guerra que nos traemos, o se supone que nos traemos, contra la Realidad, contra el Tiempo por tanto, este descubrimiento con el que nos hemos venido a topar tiene esto de que por un lao tenía que ser la gran alegría: están ahora pasando cualesquiera cosas que hayan pasado, por tanto están de alguna manera ahora reviviendo cualesquiera muertos que nos traíamos a cuestas; ¿qué más se puede pedir como alegría?    Es al mismo tiempo la gran pesadumbre, la gran tristeza, para uno personalmente, ¡qué se le va a hacer!, porque uno personalmente no es capaz de vivir de esas alegrías, y por el contrario siente en el descubrimiento peligrar, hundirse, la seguridad en sí mismo, eso con lo que la Persona se sostiene, progresa ocasionalmente, va tirando..........  De manera que es, sí, contad con ello, esta gran tristeza para la persona de cada cual, y tanta que la verdá es que yo mismo, que me encuentro más de cerca tocado por este descubrimiento, no sé si podré soportarlo, personalmente.  Así es la cosa, y que nadie por tanto se asombre ni se estrañe cuando sigamos adelante: a pesar de eso, a pesar de lo que personalmente nos ataca, nos estropea nuestros planes, nos hunde en la desesperación, a pesar de eso, en esta política que quiere ser de pueblo-que-no-es-nadie contra el Poder, por tanto contra la Realidad, seguimos adelante, caiga quien caiga. 

Tomad un hecho cualquiera; o si preferís, un suceso; un hecho, un suceso cualquiera: lo primero es que podéis, podéis tomarlo, porque están ahí, por eso podéis tomarlo, uno cualquiera, varios, los que queráis; podéis tomarlos, porque están ahí; están ahí.  Si acaso la recordación sensible le falla a uno, la memoria le falla, no importa, podéis tomar un hecho cualquiera: el Ordenador os puede resolver en un pispás la búsqueda del hecho y la cuestión; os lo va a encontrar, lo sabéis bien, pa eso están, para eso se han inventado, para eso funcionan.  ¿Qué mas pruebas queréis de que están ahí?  Están ahí, donde puede la recordación, la evocación por palabras, la busca en el Ordenador, recobrarlos, y en ese momento en que se dicen, se recobran, es cuando de alguna manera están pasando de verdad, reviven.  “Están ahí” quiere decir, como sabéis (ya todos estos días hemos insistido en el descubrimiento) que están ahí de alguna manera escritos, registrados, fijos; si no, ¿cómo ibais vosotros en vuestro Ordenador a encontrarlos, si no estuvieran registrados, fijos, en alguna forma de estancia a la que se llama Tiempo real, el de los relojes y los calendarios?  En el cual por tanto no pasa nada; si están ahí, si están escritos, si están registrados, ya está dicho: no pasan.   Es ahora, cuando lo digo, cuando menciono cualquiera de ellos, cuando está pasando otra vez.  Están ahí, escritos, registrados; más bien, como sucesos que son, sucesiones, registrados en la forma, no de un punto, sino de, por decirlo así, una raya, en forma de una raya, así es como están registrados; una raya que naturalmente, por si alguien se equivoca, solo aparentemente se puede decir una raya continua: no puede ser de verdad continua, más bien una sarta de puntos reales, queriendo reales decir los mismos a los que se dedican los números reales de la Aritmética, una rastra de puntos reales uno detrás de otro.  Así es la manera en que un suceso tiene que estar registrado, y todo hecho en que hayáis querido pensar y traerlo aquí otra vez es una sucesión, es un suceso; de forma que su modo de registro es más bien de ese tipo que metafóricamente, pero pienso que sin grave peligro de error, os menciono con una raya aparentemente discontinua, en verdad en forma de una sarta de puntos reales.   Están ahí, y por tanto no viven, no pasan; están ahí, están muertos; si no, ¿cómo podríais encontrarlos cualesquiera hechos?, ¿cómo podría encontrarlos vuestro Ordenador en ese espacio del Saber donde cualesquiera hechos están fijados, registrados?  Están ahí, no viven, no pasan.  Es ahora, si me citáis cualquiera de esos hechos, o me acuerdo yo de alguno y lo digo, cuando de alguna manera resucitan, ahora están pasando; ahora están pasando, gracias a que AHORA, en vez de ser Tiempo ninguno, es la negación del Tiempo, como recordáis: AHORA es aquello que, apenas se ha dicho “ahora” ya no es AHORA, y con ese milagro sin más nos saca del Tiempo real; nos saca del Tiempo real, nos devuelve al sinfín, AHORA está inmediatamente enlazado con lo que en Realidad es imposible, lo continuo, lo sin fin.  Todo ello nos lanza, o lanza las cosas, lanza los hechos, los hunde en el reino del no saber, de lo que no se sabe.  Eso es vivir, y morir, ¿eh?, y si os creéis que es otra cosa, desde luego estáis equivocados: eso es vivir y morir, AHORA.

Que están pasando ahora, quiere decir que están viniendo a perderse en lo sin fin, en lo no sabido.  Hay que anotar enseguida, para que nuestra alegría sea mejor, “no para siempre”, porque eso de “para siempre” pertenece al Reino del Todo y la Nada, de las Ideas, que no son parte de la Realidad; estar pasando ahora quiere decir estar muriendo y viviendo, es decir, perdiéndose en lo sin fin, no para siempre; no para siempre, pues que otra vez y otra vez y otra vez podéis volver a recordar, a buscar, y otra vez vuelve a vivir, vuelve a pasar, ahora nada más; ahora, cuando lo estéis volviendo a encontrar, no de ninguna otra manera.

Así son las cosas.  Tengo que notar todavía que cuando digo que el hecho está registrado y por eso lo podemos sacar de ahí, del registro, a alguien se le puede ocurrir que ese registro, ese recuerdo más o menos neto y preciso, esa noticia más o menos esacta, a lo mejor antes, antes del registro, estaba de verdad pasando algo   p a r e c i d o; parecido a lo que queda registrado, nunca lo mismo; nunca lo mismo, porque eso de “Lo Mismo”, así como el “Para Siempre”, o El Todo y la Nada, pertenece al Reino de Dios Matemático, al Reino de las Ideas, no a la Realidad.  Es posible que antes de escribirlo, antes de anotarlo, registrarlo, algo parecido a eso que se registra de verdad estaba pasando, pero da igual, no importa, porque el hecho es que ha quedado registrado, el recuerdo sabe cómo es, tiene su formulación, la noticia tiene su formulación, cualquier forma de registro está ahí, y eso es lo que vale como Realidad.  Pero ahora bien: para que la alegría de quien pudiera sentirla sea mejor, hay que añadir que tal vez esa inesactitud que siempre se da, eso de que nunca el registro pueda de veras registrar lo que pasa (tiene por necesidad que reducirlo a vocabulario, a cómputo, y si no, no entra en la Realidad), eso mismo de que nunca pueda, eso mismo de que siempre haya una discoincidencia, una diferencia entre el registro y lo registrado, es algo que a lo mejor en la resurreción cotidiana, cuando digo AHORA y vuelve a pasar y está pasando, tal vez se percibe, se descubre, más que a la primera vez que quedó registrado; es posible, porque si ahora está pasando, cuando las cosas están pasando, no puedes atenerte a nada, puede pasar cualquier cosa, y entre ellas ésa: a lo mejor descubrir mejor que tu registro era inesacto, que te creías que recordabas eso, pero no era verdad, que esa noticia que el periódico te dio de aquellos hechos no era esacta, no podía coincidir con los hechos mismos, y esa sospecha se puede hacer más profunda.  Es más todavía: si esto os contenta, se puede sospechar que esa inesactitud, ese volver pero nunca lo mismo, es el motor, es justamente lo que produce esta reviviscencia ahora, lo que mueve, nos mueve o mueve a quien sea a esta reviviscencia ahora de los hechos, ese descontento con la inesactitud, con la pretendida mismidad, que no lo es, de los hechos; eso es lo que puede ahora, haciéndonoslo sentir, hacernos decir que, descubrir que no era aquello, no era verdad, que está pasando; está pasando, y por tanto al mismo tiempo tal vez descubriendo un poco más. 

Supongo que esto se sigue bastante bien, confío en que lo que os he dicho hasta aquí, como de ordinario, son decires de sentido común; cada vez que los digo estoy apelando a vuestro sentido común, a lo que a cada cual le queda de sentido común.  No hace falta por ahora insistir en la condición política o la rebelión contra el Orden en que todo esto está marchando; los que me acompañan hace tiempo ya saben hasta qué punto es así, justamente el Orden, el Orden de Dios en todo lo Alto, el Poder, está fundado en el Tiempo real, el de los relojes y los calendarios.  Pensad por tanto la suerte, la alegría que el pueblo puede tener al descubrir que en el Tiempo no pasa nada, y que en cambio ahora es cuando están pasando cualesquiera cosas que pasen una y otra vez; creo que no hace falta sentir la función política que eso trae consigo.  Por desgracia ya sabéis lo que al principio he dicho: uno personalmente es un servidor, uno no puede pretender oponerse ni al Estado ni al Capital ni a ninguna forma de Orden, porque él mismo es un Estado, un Capital y una Orden, de manera que cualquier intento de oposición personal al Orden es una filfa, una vanidad en la que no podemos detenernos para nada.  Por desgracia es así, y ya sabéis que allí donde el descubrimiento hace caer las otras formas de Orden (las ordenaciones de la Ciencia con la Matemática a su servicio, las ordenaciones de las leyes de los Estados y Capitales), al mismo tiempo está haciendo también caer a uno mismo, está haciéndole perder pie, está haciéndole descubrir la falsedad de las creencias, del Tiempo ante todo, en que se sostenía, ese Tiempo que es lo que el Orden le ha cambiado en lugar de ese posible vivir que solo por sorpresa, contra uno, se da ahora y nos saca del Tiempo ahora, que cuando se dice “ahora” ya volvemos a estar otra vez metidos en Él.

Pues éste es el esperimento que os proponía en primer lugar: tomad un hecho, tomad un suceso, y tratadlo como os he estado diciendo todo el rato, y sentios por tanto obligados a reconocer que en el Tiempo no pasa nada y que ahora están pasando cualesquiera cosas, cuantasquiera cosas, y nos está sacando del Tiempo.   Tampoco tengo, creo, que volver a insistir en que el trabajo que a uno le cuesta, al tomar un hecho cualquiera, ver y sentir lo que le pasa, se esplica muy bien; es natural, porque uno está asentado en el Orden y por tanto en el Tiempo, uno tiene una vida que no es vida pero que en cambio es un trozo de Tiempo, y que por tanto es lo que le obliga a uno a estar aferrado a ello.  Por tanto, normal que uno sienta mucho trabajo, mucho rechazo, para aceptar semejantes descubrimientos, pero ya dije al principio que hay algo, que está en eso del “caiga quien caiga”, que parece a lo mejor que es más importante que uno, que es más importante que uno mismo por más que a uno mismo le duela mucho reconocerlo, y por eso estamos.

Bueno, una aclaración sobre el Tiempo todavía antes de dejaros pasar la palabra: cuando os he propuesto el esperimento con un hecho cualquiera o suceso, que está registrado de la forma que he dicho, tenéis que entender que ahí se comprenden hechos que se podrían decir palpables, esperimentados a lo mejor por uno mismo: sueños que uno tiene, proyectos que alguien (uno, el Estado, el Capital) se hace, teorías que la Ciencia que trata de sostener la Realidad desarrolla........  Todo esto son hechos, son hechos también, ¿eh?, de manera que ved la amplitud; hechos podéis encontrarlos también con el Ordenador igual, podéis encontrarlos también en su forma naturalmente registrada o simplemente compuesta con vuestra recordación personal, cualesquiera de ellos: sueños, esperanzas más o menos formuladas, miedos, proyectos, estatales, del Capital, de quien sea, teorías de la Ciencia; todo eso son hechos, y por tanto el esperimento que os he propuesto se refiere a cualesquiera de ellos, una cosa por tanto que puede aquí dar lugar a desacuerdo o estrañeza: es que con esto se está reconociendo (indirectamente, pero se está reconociendo) los hechos futuros, esta gran estupidez, esta contradicción declarada que os encontráis por todas partes que son los hechos futuros; es una contradicción, es una mentira como una casa la de los hechos futuros, pero la Realidad cuenta con ellos, están ahí, incluso hemos partido del Futuro como el verdadero fundador de este Tiempo real; de manera que aunque naturalmente nosotros no podemos encontrar directamente hechos futuros, porque no tiene ni sentido en la recordación, pero encontramos entre los hechos registros de sueños, de proyectos y de teorías de futuro, como corresponde.  AHORA desde luego no hay, como el otro día ya descubríamos claramente, ni futuros ni pasados, AHORA nos saca del Tiempo; AHORA nos saca del Tiempo, y por tanto nos libra del Futuro en primer lugar, nos libra de la propia muerte, que es el nombre verdadero del Futuro; ésa es la alegría: nos libra de la muerte este descubrimiento, de la muerte siempre-futura; una alegría para el pueblo, por así decir, para el pueblo-que-no-existe, para lo que por debajo de uno quede de pueblo-que-no-existe; para uno no, ninguna alegría, porque uno personalmente está costituído por su muerte futura, y la fe en su muerte futura, el saber de su muerte, es justamente lo que a uno lo costituye; no digo lo engendra ni lo cría: lo costituye, igual que costituye a los otros entes humanos, estatales, o del Capital o demás; de manera que claro, para ése, el que lo libren de la muerte no puede muy bien ser una alegría, porque lo priva de su seguridad en sí mismo, su saber, su tiempo, sus negocios, y todo aquello que se le vendía como vida.  Así es como son las cosas, de manera que la liberación del Tiempo, el Futuro en primer lugar, tiene que tener ese carácter que en uno mismo se revele como riña, riña consigo mismo: algo que se alegra mucho / algo que se siente derrumbarse y perderse en todo lo que tenía de esperanzas y de Fe.

Voy a dejaros pasar la palabra enseguida, pero voy a añadir a esto que era lo principal que me traía, este esperimento de “tomad un hecho cualquiera”, añadiendo esto otro que también se nos ha presentado claro: lo que se dice cuando se dice que ahora están pasando cualesquiera cosas se refiere a los hechos reales, por si hacía falta aclararlo; no se ha hablado para nada de otros hechos que falsamente se podrían llamar así, hechos; se refiere a los hechos propiamente dichos, que son los reales; todos los ejemplos a los que he aludido, todos los que el Ordenador puede ayudaros a encontrar como hechos, porque están ahí, se refieren a hechos reales, a la Realidad; es solo ahora cuando por sorpresa, al resucitar, el hecho se pone a vivir y a morir y a perderse en lo sin fin, se sale de la Realidad.  Lo que se había tomado para el esperimento era un hecho real, un hecho debidamente establecido y debidamente registrado, y la Realidad es así, como hemos aprendido a reconocer en otras sesiones, en otras ocasiones: es mediana, intermedia, o como queráis decirlo, y cualquier otro cuento que os cuenten es una falsedad grave, y tenemos que contar con ella así: es mediana, intermedia; ya sabéis entre qué y qué los que me acompañáis: entre los ideales, las ideas del ser o no ser, del ser lo que se es, de Todo, de Nada, los números puros que tratan de imponerse costantemente en la Realidad, hacernos cambiar la cuantía bruta en números, aunque nunca de veras puedan ser esactos esos cómputos, que trata de hacernos creer en todos de cosas, de mercancías, de personas, hacernos creer en Nada, que da lo mismo, imponiéndose costantemente en la Realidad; o sea, tratando de introducir en la Realidad la Verdad, lo cual no cabe.  La Realidad es mediana, intermedia, tratando de introducir la Verdad en la Realidad, entre eso que viene -por decirlo con el tópico habitual- “desde Arriba”, desde lo Alto, de donde viene la Orden, las Leyes de Dios, cualquier cosa, y lo de abajo, por debajo de la Realidad, que es el abandono al descubrimiento de que no era verdad, que es lo que aquí todo el rato he estado tratando de hacer conmigo y con vosotros: el abandono al descubrimiento de que no era verdad, que se nos da gracias a que no podemos dentro de la Realidad, del Tiempo real, librarnos de AHORA, que es inasequible al Saber, que es una perdición en lo sin fin, en lo continuo, lo no real; lo que está se da aquí, y ésa es una guerra entre los ideales y el abandono al no saber, a la verdad, el abandono a la verdad de que no era verdad, el abandono a la verdad de que no era verdad lo que se suponía desde allí.  Es en ese sentido, en medio de estas dos........fuerzas contradictorias, la de lo Alto y la de lo bajo, como tenéis que entender lo que en lenguaje culto se llama “la Realidad”, es decir, las cosas, nunca todas, cualesquiera, cuantas quiera, pero las cosas ya configuradas, ya sometidas a la idea de sí mismas, y por tanto al cómputo; si no, no serían cosas reales, estarían por abajo en el reino del abandono.  Solo así debéis consentir que se os presenten las cosas reales, los hechos reales, los sucesos reales, cualesquiera de las cosas que os presentan y os venden a cambio de renunciar a vivir y morir sin saber cómo; así tenéis que entenderlas, no de otro modo ninguno, y puestos ahí es como tenemos que entender el descubrimiento: es ahí, en esas cosas realizadas, pero siempre mal, siempre inesactamente (no cabe otra cosa), es en esos conjuntos, pero nunca cerrados, nunca todos, que costituyen la Realidad, de donde ahora sacamos cualquiera de esos hechos y nos asombra porque nos ha hecho salir del AHORA, del AHORA que apenas he dicho “ahora” ya no es AHORA.  Me callo ya, de manera que con esto supongo que os dejo bastante para que el rato que nos quede saquéis todas las posibles objeciones, dudas, debilidades, pero que sean útiles, ¿eh?, que salgan de verdad, no del capricho.

-Una cosa que creo que tiene que ver con esto que estás diciendo y que me ha venido al recuerdo es lo siguiente: tomemos un hecho, el hecho de una fotografía que una mujer mayor se encuentra hurgando en los cajones antiguos de una mesa, una foto de una niña de cuatro años con la que otras veces se ha topado y que ha dado ya por vista, pero ahora, de repente ve que tiene una heridita en el dedo índice de una mano, creo que era la mano izquierda, y en ese momento descubre esa heridita después de cuarenta años, y lo primero que siente es un dolor enorme en el dedo; ella misma, ahora mismo, en esta edad siente el dolor de esta heridita en el dedo.  Esa foto que ella había visto tantas veces, siempre se había fijado en el rostro de la niña un poco compungida, pero jamás se había fijado en la heridita, pero ahora de repente descubre esa heridita, y la herida esa no estaba sucediendo entonces, no había pasado, es ahora, y eso es una cosa tan conmovedora que creo que tiene que ver mucho con esto que estás diciendo.

-Bueno, yo no sé si los demás te han seguido; desde luego me parece que nos has contado un cuento de hadas, lo cual no deja de pertenecer también a los hechos, como la foto, ¿eh?   El hecho es por un lado la foto, y por otro lado es lo que la foto representa.  Son un hecho y otro hecho; puede resucitar el uno, o puede resucitar el uno con el otro, y efectivamente (es lo único de lo que ha dicho Isabel que toca a lo que se ha dicho) es que tal vez, como nunca se pueden dar en Realidad repeticiones de lo mismo, los registros que se hagan, las fotos, cualquier otra forma de registro, no puede menos de ser inesactos, a lo mejor resulta que en algún AHORA afortunado del tipo de lo que tal vez Isabel sugiere se descubren mejor que antes, mejor que después de la toma de la foto, las   i n e s a c t i t u d e s; no importan los lunarcitos ni las heridas: las inesactitudes, es decir, se descubre que no era lo mismo, que creyéndome yo que era lo mismo (así guardaba la foto tal vez en el álbum y el registro), a lo mejor con suerte, por sorpresa, a traición, AHORA, se puede descubrir que no era esacto, que no era lo mismo.  Bueno, incluso he sugerido que a lo mejor es ese descontento con la pretendida esactitud de las repeticiones que nunca pueden ser el mismo lo que promueve este milagro de AHORA, este milagro de AHORA que nos saca del Tiempo.  Pero bueno, dejémonos de cuentos, y más sentimientos, por favor, más sentimientos y razonamientos, más dudas.

-Aunque has advertido que te estás refiriendo ahora a los hechos reales, sigo teniendo una duda, planteándola en el sentido de lo que no ha pasado: si las cosas están pasando ahora, como por oposición a un registro ya cerrado, entonces me parece que ese ahora tendría que posibilitar que pasara otra cosa, que cambiaran esas cosas que han pasado; que ya sé que hablas de los hechos reales, pero parece que si pasan ahora, que si no es un registro que ya está hecho en el Tiempo, en la raya, si pasan ahora, y al ser sin fin, podían ser otras.  Me recuerda a lo de los mundos de Lucrecio o lo del colapso de la función de onda.

-Pero no tienes por qué esperar que produzca nada ahora: ahora lo está haciendo, ahora está como he dicho que era eso de pasar ahora, es decir, era pasar a perderse en lo sin fin; pasar a perderse en lo sin fin, es decir, venir a dar en el abandono a la verdad de que no era verdad; más no se puede esperar, esperar otra cosa sería volver a meter el AHORA en el Tiempo, inutilizarlo; lo está haciendo ahora, gracias a que nuestro Tiempo real, sobre el que todos los negocios, los gobiernos y las astronomías están montados, está muy lejos de ser un Tiempo real perfecto, cerrado, inasequible al ataque, porque, al contrario, cualquier aparición ahora ya lo está poniendo en duda, destruyendo. ¡Más, por favor!

-Yo me preguntaba por unos hechos en concreto, pero después de las precisiones que has hecho no sé si son reales o es otra cosa; y me refiero a los registros de sueños.

-Sí, sí, ya he citado los sueños.

-Hay una cosa que me parece curiosa, que es que normalmente, si apunto o escribo una cosa, se me olvida, ya no la tengo en mente, pero en cambio con los sueños si no los escribo se me olvidan, se me pierden, y en cambio al escribirlos los tengo mucho más presentes.

-Presentes los tienes escritos, registrados.

-Sí, registrados, y además he hecho el esfuerzo de recordarlos y de..........

-Bueno, pero eso es otra cosa; registrados los tienes ahí, ¿y qué?

-Pues que no sé si es otra cosa distinta.

-Sí, sí, está en la trama del asunto, pero no sé qué es lo que.........

-Pues que me parece curioso que pase eso de que si no, se me olvidaran, y luego que si por ejemplo tengo un sueño muy angustioso y lo registro, bueno, es angustioso porque revela algunas contradicciones, y esas contradicciones de las que me podría olvidar, al registrarlo parece que vienen todo el rato a mostrarse.

-Bueno, el propio padre Freud se debatió mucho en torno a lo del registro de los sueños, y él mismo adoptaba actitudes contradictorias.  Por supuesto tu parece que aprecias el registro, aprecias la escritura, pero sabes que estás  t r a i c i o n a n d o   al sueño, necesariamente, como en todo lo demás que he denunciado como pretensiones vanas de esactitud; estás traicionando al sueño, y gracias a ello lo conviertes en algo para ti manejable, real, hasta cierto punto cómodo, mientras que si te hubieras quedado abandonada a un olvido que era recuerdo (que es lo que había antes del registro, un olvido que era un recuerdo no registrado, un olvido que era recuerdo sin nombres y sin números), eso podía haber sido peligroso para ti personalmente; por eso es por lo que te sientes inclinada, para ti misma o para el psicoanalista, a registrarlo, tomar nota de ello; sabes que algo parecido a lo que has registrado seguramente estaba pasando, sabes también que desde que lo has registrado ya no era aquello, ya no es lo mismo, pero en fin, te arreglas y a lo mejor te sienta bien, te ayuda.  ¿Qué más?

-Pues a lo mejor voy a decir una torpeza, pero me ha venido a la cabeza.  Me estaba acordando de Proust cuando de repente le llega una sensación pasada y se convertía en un recuerdo actual a través de la sensación, y quería preguntar hasta qué punto una sensación puede ser un registro o puede ser sencillamente algo que se está evaporando de las manos.

-No, no, una sensación está registrada, y por tanto desde luego ya no es más que un registro de sensación, sea fotográfico, literario, da igual: es un registro.  Pero AHORA (a eso es a lo que la esperiencia de Proust famosa se refería), pero AHORA, que nos saca del Tiempo, eso puede revivir: ahora pasan cualesquiera cosas y cuantas quiera cosas que pasen, y efectivamente, a lo mejor incluso tengo una sensación más viva que cuando sucedió.  ¡Más, sí, por favor!

-Yo quería decir algo, que es que yo entiendo que AHORA no es un sitio ni tiene una existencia propiamente dicha, sino que es que las cosas pasan ahora.  Es que tanto hablar de AHORA me ha recordado una anécdota que me ha pasado estos días, y me he dado cuenta de que, tanto hablar de AHORA, casi solo por hablar casi como que se le da forma, lugar y existencia.

-Pues ya sabes que el truco para conseguir eso ya está denunciado aquí, se llama “El Ahora”, en nuestra con lengua con poner el artículo basta.

-Sí, pero me estaba viniendo la sensación de que el hablar tanto de AHORA le da existencia.

-No, no, sólo de esa manera: AHORA muere y se convierte en “El Ahora”, “Un Ahora”, “Los Ahora”.

-Pues la anécdota es la siguiente: me encontré con un libro sobre un tema, y contaba historias sobre un asunto concreto, e iba por capítulos, como ochenta, y en cada capítulo hacía un resumen de la situación actual de la cosa a la que se refería, y lo titulaban “Aquí y Ahora”.

-¿Y qué?

-Cómo se usan Aquí y Ahora, como diciendo “a fecha de hoy la cosa está de tal manera”.

-Desde luego sabes que ni el Autor podía aspirar, ni tú tampoco, a que “Aquí y Ahora” de verdad estuvieran dichos AQUÍ y AHORA.  No puedes.

-Pero está usado.

-No, no, pero está usado ahí de tal forma que AQUÍ y AHORA han quedado registrados......  He dicho que esta reducción a la Realidad en nuestras lenguas, en griego ático o en español, se hace de la manera definitiva mediante el artículo cuando AHORA se convierte en “El Ahora” o yo me convierto en “El Yo”, pero desde luego hay otros procedimientos, y el que tú has encontrado es otro: basta con dejar escrito “Aquí y Ahora” para un lector para que se asegure que nunca puede ser AQUÍ y AHORA, que es “un aquí” o “un ahora” para cada lector o como se quiera decir; no hace falta el artículo; con el artículo desde luego se consuma el crimen, pero hay otros procedimientos, sí.  ¿Qué más?

-....................................

-Nada más.  Pues es efectivamente tan triste esto que nos vamos a ir.  Sí.

-Me estaba preguntando por lo que le mueve a uno a escribir, si ese escribir es registro o si eso es algo más que registros, no solamente registro de un pensar o de un hablar, sino que es una elaboración de otro tipo.  No sé, quería preguntarme por lo que mueve...........

-Bueno, algo de eso hemos estado hablando con ella a propósito de los sueños, del registro de los sueños; efectivamente he estao recordando ahí cómo efectivamente uno registra, escribe, escribe en ese caso el sueño, porque de esa manera le parece que lo conserva, que no se le pierde del todo, pero en realidad lo hace porque está temiendo que en el olvido que es recuerdo antes del registro pudiera haber algo peligroso para la propia costitución de la que escribe, del que escribe, del Autor.  Eso se puede generalizar.  De todas formas, la contradicción se reproduce a niveles y niveles: una de las pretensiones de lo que a veces se ha llamado poesía era corregir lo que de registro hay en la lengua corriente, que son los significados de las palabras; eso efectivamente es lo que hasta en la lengua familiar, pero también en la filosófica y la científica, trata de ser un registro del mundo, un registro de las cosas, y es por tanto una falsificación costante; parece que algunos de los arranques de la poesía iban en el sentido de contradecirlo, de enlazar las palabras o desfigurar los significados de tal manera que por lo menos hubiera quedado ya al descubierto, en la duda, algo de lo que hay en esa falsificación del vocabulario.

-Yo quería recordar una cosa curiosa, que es lo de la inesactitud de los registros, que muchas veces, por ejemplo cuando empezó lo del cine en relación a la fotografía, había la esperanza de que con el efecto de realidad del cinematógrafo habría más esactitud en la reproducción de la vida; en cambio muchas veces un cuadro sencillamente, una toma quieta, parada, de esa fotografía de esa niña por ejemplo, o de un cuadro, te despierta muchísimas más connotaciones que tengan que ver con algo más verdadero que el efecto de realidad que te da el registro fiel de las cosas.

-El registro cinematográfico, quieres decir.

-Porque muchas veces surge la paradoja de que de la inesactitud es de donde se aprende algo de verdad.

-Es posible que haya algo de razonable en esto; en efecto, uno puede comparar; estamos dentro de la Realidad, nunca vamos a ir muy lejos con esto, pero dentro de la Realidad puede comparar uno la fotografía con el cinematógrafo; efectivamente el cinematógrafo es un progreso de la fotografía, y por eso su éxito y sus suvenciones en cuanto que reproduce el m o v i m i e n t o, ¡Santo Dios!, ¡el movimiento!, y en ese sentido es naturalmente un progreso que reproduce fielmente la costitución de la Realidad, en la que el movimiento puramente real juega como fundamental, ¿no?; y luego es verdad lo que dice Isabel, que sin embargo, en cuanto a virtudes de la sorpresa de AHORA, probablemente es más fácil que las produzca una foto abandonada que no una película muy bien hecha y donde el movimiento esté registrado esactamente.  No sé, son comparaciones.  Sí.

-Es que esto de los sueños, aunque sean hechos, me hace como pensar que son unos hechos de una categoría especial, en la medida en que para cumplir su función como de servicio al mundo real lo suyo es que se olviden, que si uno se pone a recordarlos, usando la escritura o sin usarla, y se enfrenta a ellos más o menos de verdad, siempre va a encontrar contradicciones que lo descoloquen, que lo hagan temblar, que le hagan dudar de su costitución.  Entonces, no sé, por lo general tampoco es que se registren mucho los sueños, y un registrarlos de verdad sería acabar con eso, ¿no?, que los sueños tuvieran de ponernos en peligro; pero lo que se me planteaba es qué tipo de hechos son, ya que su función es como la de ser olvidados, mientras que otros hechos pretenden ser Historia, ser recordados.

-Sí, vamos, naturalmente la actitud ahí de Freud es justamente anti- la pretensión tradicional, que era, como recuerdas, la de encontrar un significado de los sueños; no ya registrarlos, es más todavía: encontrar un significado, y para eso estaban los adivinos, que interpretaban los sueños.  Es en momentos como esos, yo creo, cuando Freud dice lo que tu acabas de decir, que los sueños están para dormir bien; lo cual implica lo que has dicho, es decir, que desaparezcan, que se olviden, pero eso no es tan peculiar de los sueños, hay cantidades de hechos que parece que surgen con alguna función, con alguna pretensión de función, pero que está contradicha por otras funciones más interesantes que en el entorno social se pueden dar, y que por lo tanto tratan de borrarse lo más posible, hacerlos desaparecer; no es esclusivo, ¿no?, se da también con otras cosas.  Los sueños, antes del registro, seguramente tenían alguna función, y el Psicoanálisis trataba, más o menos acertadamente, de encontrar esa función del sueño antes del registro, pero de todas maneras eso pertenece al esquema que he presentado; el registro, no ya solo el propiamente escrito, que pocas veces se hace, sino la recordación al despertar, trata de hacerse con lo mismo que pasaba antes, pero ya nunca es lo mismo; no ya solo con las ideas, sino antes, con la propia recordación al despertar.  Sí.

-Que cuando hablamos de un suceso real, estamos hablando de algo conocido, de algo que sabemos; y si es algo conocido o algo que sabemos, es algo que pasa en un Tiempo real.

-Que está escrito en un Tiempo real; en el Tiempo no pasa nada.

-Pero entonces lo que está pasando es otra cosa diferente.

-AHORA, AHORA, AHORA.  En el Tiempo real no encontráis más que sucesos convertidos en una raya.

-Hay otra cosa que no es eso conocido que está pasando fuera del Tiempo.

-AHORA.  AHORA, que al mismo tiempo es lo sin fin.

-Yo en lo que quería insistir es en algo que ya te planteé el otro día: en ese fuera del Tiempo, donde pasa lo que no sé que está pasando, yo estoy muy a gusto y tranquilo en la ignorancia, fuera del Tiempo; pero cuando se introduce AHORA, a mí es como que me incitara.............

-No he entendido lo primero de que estás a gusto y tranquilo.

-Que ahí fuera del Tiempo, que no sé ni qué es “fuera del Tiempo”, ni se me ocurre, ni sé lo que está pasando fuera del Tiempo, estoy a gusto.

-¿Cómo vas a estar a gusto?, ¿cómo vas a estar a gusto fuera del Tiempo?

-A ver si me entiendes, que cuando hablas de AHORA, es como que me incita a intentar esplicarme qué es AHORA, y lo otro no me provoca esa historia.  Es como si AHORA yo lo viera como algo positivo, como algo que necesita una esplicación, una especie de definición, ir algo más allá de quedarse sencillamente en la historia de lo que está fuera del Tiempo, que no sé................

-Me estás armando líos, Palacios.  Voy a ver si trato de entenderte bien: primero lo de que estás más a gusto no enterándote de lo que pasa por ahí abajo, eso es normal, personalmente uno trata -acabo de decirlo con los sueños- de borrar sueños que no le sientan bien, cuanto más otro tipo de apariciones de la infinitud o de la continuidad que son muy molestas.  Eso ya lo entiendo, eso es tu ente real, que ya he dicho que el descubrimiento de AHORA es peligroso, destroza personalmente a uno; como debe, porque es así.  AHORA implica sin más ya lo continuo, lo sin fin, y cualquiera de esas cosas que he descrito como el abandono a la verdad de que no era verdad, la perdición; en AHORA ya están, AHORA es la aparición momentánea, pero con él va acarreado todo lo que queda fuera del Tiempo, la continuidad, lo sin fin, y claro, el descubrimiento de todo eso es una alegría, están pasando cualesquiera cosas, nunca termina, nunca es para siempre; pero para uno personalmente, claro, para uno personalmente lo mismo que para el Estado y para el Capital, no, para esos desde luego es sumamente peligroso, porque todo su juego está montado sobre el Tiempo real con sus pasados y futuros y todo eso.  A ver.

-A mí es que respecto a esto tengo una dificultad que me pasa lo mismo que con los deícticos, no en vano AHORA es un deíctico.  Me pasa lo mismo que con “yo”: que muchas veces puede no tener ninguna significación porque lo dice cualquiera, y en cualquier momento es AHORA, porque no hay una sucesividad, cualquiera es AHORA,......................

-Ni cualquier persona es yo, ni cualquier momento es AHORA, porque no hay ni personas ni momentos.

-Pero cualquier persona puede decir “yo”, y en cualquier momento podemos decir AHORA, aunque no sea un momento.  El lenguaje hay que respetarlo, porque si no, no podemos hablar ni de AHORA ni de nada.

-¡No me digas!  Bueno, a ver si me aclaras tu duda o dificultad: ¿qué te pasa?

-Pues que en la práctica no es que no tengan entidad real, sino que se me hacen pluscuamreales en el sentido estremo, porque cuando digo “aquí”......................

-Ah, tu quieres encontrarle a la palabra Realidad un sentido superior.

-Es lo que decía Chicho, que de ser uno tan real ya vuela como una pompa.

-Bueno, no te distraigas.

-Cuando yo digo aquí o ahora, eso es libre de decir en cualquier momento del lenguaje.

-¡Ay madre!  Aclara tu dificultad.

-Pero en cualquier momento del lenguaje se me hace tan recurrente, tan real en el sentido de que no hay un solo momento que deje de..............

-Eso; déjalo, Isabel, no insistas más.  Tú estás hablando de la noción de AHORA que tú tienes, y de la noción de aquí,  que te asombra mucho.

-Por ejemplo en la música, ¿dónde es AHORA en una melodía?

-AHORA no hay más que AHORA, en este momento en que te digo “ahora” y que ya no es AHORA.  No me hables de la música, ni de las artes, ni de las colecciones de AHORA, ni de los ahoras y deícticos polirrizos, porque todo son escapatorias al descubrimiento demasiado simple.

-¿Pero la música es sucesividad o no es sucesividad?  Si hay AHORA no hay música.

-¿Pero qué dices?  La música no es un ente real, y lo más que puedes decir de la música es como lo que he dicho de alguna forma de poesía que efectivamente trata de descubrir la mentira, la inesactitud de los pasos, de los movimientos y de las realidades, pero de por sí la música es tan real como cualquier otra cosa, y la poesía y demás, no hay por qué salirnos ahora a la Realidad.

-¿No será que al final el ser humano necesita ()? 

-Se me ha olvidao recordaros, porque ya el otro día lo hice, que todo esto del Tiempo, con sus pasados, presentes y futuros donde están los registros, todo esto es HUMANO, no tenemos el menor derecho para pensar que a las demás cosas ni animales les pasa algo semejante, que tienen un Tiempo.  Es humano.  Siento no haber insistido en ello, gracias, pero es así.

-A mí lo que me interesa como humana del registro () que me permita decir “¡jolín, este recuerdo me mola!”.

-Para uno, y para la Banca, y para el Capital, y para el Estado, el registro es muy bueno; es una falsedad, AHORA te estropea el registro, por tanto personalmente te fastidia a ti, te fastidia tus planes lo mismo que los del Estado o la Banca, pero es una comunidad para las Istituciones humanas, y no solo la Banca y el Estado, sino la propia persona de uno lo necesita, le viene muy bien manejar con esos registros lo que si no se le volvería inmanejable y le descubriría lo que no le conviene descubrir.  Sí.

-Yo me acuerdo de que en el 68 estaba yo en Inglaterra una temporada, y me acuerdo que leí un libro que me impresionó muchísimo, en el mes de Enero o así, un libro de Huxley que se titulaba “La Isla”.  Me impresionó mucho más que Marcuse, me influyó probablemente más que Marcuse en mi concepción de la vida.  No era un libro sobre quién iba a hacer la revolución, sino que era una Sociedad que se establecía en una isla, y la isla consistía en que era una sociedad aislada donde había unos papagayos que daban siempre una voz recordando que lo único que valía era el aquí y el ahora.  Los papagayos esos estaban por allí volando, y eran la única referencia que había....

-¿Y cómo lo hacían?

-Hablaban, y se lo decían a todo el personal que vivía en la isla.

-Porque los papagayos habían aprendido la lengua de los..............

-Solo habían aprendido aquí y ahora, y se lo recordaban a todas las personas que vivían en aquella isla y en aquella Sociedad, y entonces aquello a mí me impresionó tanto que lo recuerdo como el hecho más impresionante cultural de aquellos años para mí.

-Es muy impresionante, sí.

-Y además el libro tuvo un éxito terrible en la cultura anglosajona, fue incluso un libro que quedó como la obra más importante del año.

-Pero de Huxley se hizo mucho más famoso y conocido lo de “Un mundo feliz”, que me temo que tenga algo que ver.  Bueno, ya sabes: el descubrimiento es el descubrimiento AHORA, no hace falta ningún libro, y eso que se busca en una especie de utopía o fantasía respecto a la Sociedad humana distinta, eso ya es otra cuestión, eso ya no vale; el descubrimiento de AHORA tiene que ser todavía bastante más destructivo de lo que te resultó en aquel entonces; por desgracia es así, es una destrucción del Tiempo real, y en el Tiempo real estamos montados todos.  ¿Qué más?

-A mí me pasa un poco como a ti, que creo que he sobrevivido hasta hoy con el “como sí”.  Aunque estoy de acuerdo con el tema, que el otro día lo citabas, de el libre albedrío; pero claro, si uno lleva “el libre albedrío no existe” al límite, no podría juzgar a nadie en la medida de que, como no es libre para tomar la decisión que toma, puesto que no es libre, yo a la hora de actuar o referenciarme con él tengo que actuar como si él tuviera libre albedrío, porque de otra manera no podría relacionarme con él.  Entonces a mí me pasa un poco como a ti, que es que yo vivo con el “como sí”, aunque estoy convencido en mi interior de que ese “como sí” no existe.

-Y cualquiera; la Realidad es así, es una pura falsificación.  Ya lo he dicho: puede que el registro registre algo parecido y nunca lo mismo, porque “Lo Mismo” no cabe en la Realidad, que es lo que él está diciendo de otra manera.  No cabe en la Realidad, y efectivamente Uno y la Justicia y el Capital y la Banca y el Estado y todas las Istituciones humanas sobreviven y se mantienen y progresan gracias a esa falsificación, al hacer como sí, pero haciéndonos creer que es verdad; “como sí” fuera verdad, haciéndonos creer que es verdad, y por eso es por lo que el descubrimiento que AHORA nos proporciona mata, acaba con todas esas seguridades,  y efectivamente es tan alegre para lo que nos queda de pueblo como triste para uno personalmente, para la vida que se ha hecho o la que espera hacerse, para el Estado, para el Capital.

-Es la hora ya, ¿eh?

-Pues sí, tenemos que cortar, de manera que ahora mismo, y no sé, cualquiera sabe si el Señor no se enfada demasiao y nos deja seguir o no dentro de siete días, vaya usté a saber.