25.08.2014

Tertulia Política Número 4 (18 de Enero de 2006)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid

 

 

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TRANSCRIPCIÓN:

 

Enlazando pues con la última sesión y con aquello, los que estabais recordáis, acerca de la multiplicidad en algún sentido intocable, no ya de las opiniones y creencias de cada uno, cada uno con la suya, (contables para las Democracias por mayorías que se hacen pasar por “todos”), sino también por la propia multiplicidad de caracteres, maneras de ser personales, de cada uno, daba una incontable multiplicidad de tipos, de personas; y saltando de esta realidad “humana”, “inmediata”, (pero que hay que recordar siempre que no es mas que un caso de las otras realidades), la multiplicidad y multiplicación constante de otros seres de la realidad, otros elementos de la realidad, animales, plantas, astros, y no solo la multiplicidad de los individuos, (los átomos, para aplicarle el término físico), sino también de las clases o tipos de animales, plantas, en una inventiva constante que si nos dejáramos sentirla tendríamos que estarnos apabullando constantemente.

 

Esa multiplicación a la que os llamaba venía a sugerirnos que desde luego ninguna opinión puede ser verdad dentro de la realidad, que es lo que estamos acostumbrados a pensar, que la realidad es esencialmente falsa, y ningún ser ni tipo de ser puede ser de verdad bueno, hermoso, de manera que esa es la paradoja que se da, porque al mismo tiempo tenemos que reconocer que no podemos explicar la multiplicidad de las opiniones, de las creencias, de los caracteres, las personas, los animales, las plantas, los astros y todo lo demás, y voy pensando que esa multiplicación constante está promovida por una especie de aspiración a la verdad que no pueden encontrar nunca dentro de la realidad, aspiración a “lo bueno” que nunca pueden encontrar dentro de la realidad, en una especie de testimonio de aquello que el otro día os presentaba contraponiendo estas dos frases que es preciso distinguir, sino no podemos ni dar un paso: una la de “la verdad existe” (o “la verdad no existe”), y otra la de “hay verdad” (o “no hay verdad”). Efectivamente eso de “existir”, que se inventó para Dios (no puede dar) ();“verdad”, “bueno”, no cabe dentro de la realidad, la realidad es existencia; empleamos el verbo existir como el verbo que corresponde al sustantivo “realidad”, pero de ahí no se desprende, porque parece que pertenece a otro reino, lo de “hay verdad” o “hay algo bueno” o “no hay verdad”.

 

Esa es la cosa en la que quería insistir, y esa es la manera que os proponía de explicarnos la imparable creación de nuevas cosas y de tipos de cosas, de las que presentaba como testimonio de que () en verdad no existe, pero “hay”, sino no se entendería de ninguna manera esto que tradicionalmente se llama “la creación”, la creación de cosas y por ahí nos preguntábamos, porque evidentemente esta visión o este mas bien “dejar sentir” la multiplicidad incontable de las creaciones, nos trae a replantear las propias cuestiones de “infinito”, de “infinitud”, y de “sin fin”, y con ellas naturalmente la cuestión del número, de los números, de manera que a ello si os parece vamos a ir entrando.

 

Vamos a fijarnos en lo que en la fundación de la aritmética se vino a llamar “el infinito numerable”, que es simplemente la serie de los números naturales, a la cual cualesquiera otras apariciones de infinitos numerables tienden a reducirse. Pero antes pensad que en la denominación “infinitos numerables”se implica una contradicción interna, en si misma, para el sentido común por lo menos: si uno con sentido común trata de decir “infinito” o “infinitud”, y al mismo tiempo le dice “numerable”, es decir, contable, computable, uno desde luego se queda un poco a disgusto. Es por eso importante fijarse en eso que he llamado “aspiración” a la verdad que no se da en la realidad (la verdad, pero la aspiración si) en contra de la propia falsedad de la realidad. ¿Qué sentido tiene una “aspiración a” o “marcha hacia” el infinito, cuando se sabe al mismo tiempo que ese infinito, por más que se añada, por mas que se aumente en cosas, nunca se podrá alcanzar?. Es el error del sentido común, que sigue penetrando por todas partes: cuando a alguien se le dice “infinito” ¿qué tiende a hacer?: tiende a pensar o por lo grande, que es lo mas inmediato, es decir, por el cielo, por el cielo abierto, y tratar de pensar el infinito como si fuera una especie de culminación o logro último, el tamaño, la grandeza, lo cual no tiene sentido: por ahí no se va al infinito. Y por el camino contrario, que evidentemente se pone al par casi con este, no tiende a penetrar en el cielo, sino “en las entrañas de la materia”, digámoslo de una manera un poco melodramática, “en las entrañas de la materia” es decir, aspira a alcanzar, por no usar el término “infinitésimo”, aspira a alcanzar la infinidad, la última infinidad . E igualmente es vano, porque por más que se quite, por mas que se disminuya, evidentemente se sabe de antemano que a eso no se va a llegar, que al infinitésimo no se va a llegar nunca. De manera que es contra este error contra el que tenemos que prevenirnos cuando osamos volver, aunque sea muy simplemente, a plantear las cuestiones () .

 

Por ahí, por el aumento del tamaño o por la disminución, por el aumento del número de elementos o la disminución no se va al infinito, es lo que debe estar claro, y por tanto ese error del sentido común de pensar que sí hay un infinito infinitamente grande o un infinito infinitamente pequeño, eso nos debe pasar como una de las ilusiones que como otras aquí hemos sacado, que evidentemente no están realizadas directamente como cosas en la realidad, pero que como ilusiones, como ideales, están constantemente ejerciendo, constituyendo y defendiendo contra la constante amenaza del descubrimiento de su falsedad.

 

Pues bien, la serie de los números, a la que cualquier tipo de infinito numerable se reduce, es algo que ya de por sí debe maravillarnos. Desde luego cuando () es tan inmediatamente como la multiplicidad incontable de creaciones por todas partes que acabo de presentaros , pero también: ¿cómo puede ser la serie de los números, cómo puede entenderse con el sentido común y de acuerdo con las cosas que acerca de realidad vamos descubriendo? Notad que cualquier otra cosa que se pueda reducir a cómputo entra dentro de esto, entra en el modelo de la serie de los números llamados “naturales”, e incluso entre las cosas que ya he dicho que son otros conductos de la propia aritmética, la matemática, por ejemplo las razones se pueden ordenar de manera que se sabe que la razón de dos a tres es en algún sentido más grande que la razón de cuatro a siete, que es a su vez más grande que la razón de ocho a quince, y cualesquiera cosa así. Salvo cuando con la de geometría, y entonces ya encontráis entes como la razón irracional entre la diagonal y el lado del cuadrado, que aparentemente en sí no pueden ya contarse, pero que de alguna manera se someten al cómputo, como números, y más allá todavía tenemos la razón entre la circunferencia y el diámetro, es decir, “pi”, que da otro genero de seres que evidentemente son de por sí insituables en la serie tomada como línea, insituables en un puesto fijo, pero que evidentemente se cuentan también.

 

En fin, cualesquiera series, incluso los abstractos, en cuanto se cuentan, estamos ya en esto del infinito numerable, en la serie de los números a los que nos dedicamos ahora: contar, el contar, la medida, el tamaño, la abundancia de lo que sea, convertida en cómputo, en cómputo por tanto de entes existentes, y así es la cosa. Desde el momento en que una cosa es una cosa, ya la serie de los números está establecida, desde el momento en que una cosa es una cosa (es decir, que está definida, que está bien definida, es la que es y no es ninguna otra cosa, sino precisamente la que es), desde ese momento ya el cómputo, ya la serie está en marcha, está establecida, ya, dado lo que hemos estado descubriendo estos dias pasados, entre esas cosas se constituye la realidad, eso creo que se entiende bien.

 

Si recordáis, lo que está pasando “ahora”, lo que está pasándonos ahora, consiste por un lado en que la realidad está cayendo o hundiéndose en el descubrimiento de su falsedad, de la que aquí estamos tratando, y al mismo tiempo por otro lado se está defendiendo contra ello por el camino de convertir en cosas posibilidades que había fuera, posibilidades sin fin, y que es en el momento de hacerse reales o de realizarse cuando dejan de ser posibilidades y dejan de ser “sin fin” y se convierten en cosas. Y como ese proceso está dándose “ahora” y constantemente, ya comprendéis que la propia presencia o pretensión de presencia de cosas perfectamente definidas implica el cómputo, implica los números, y que de esta manera la serie sea interminable, no pueda terminar.

 

La serie, en otras palabras, no puede tomarse como un conjunto, porque lo que os estoy diciendo es que la interminabilidad tiene que ver inmediatamente con la dinámica, con esa dinámica de defensa que la realidad está constantemente realizando en defensa contra la amenaza del descubrimiento de su falsedad, de manera que la interminabilidad consiste justamente en lo que está pasando ahora, es algo que depende de esta dinámica de la realidad perdiéndose en lo otro y defendiéndose, y sólo en ese sentido puede decirse que es “interminable”.

Esto tal vez permite atacar la noción de “número” un poco mejor, esto nos quiere decir que “número” implica “tiempo”, y precisamente tiempo falso, es decir, el real, ese que en el descubrimiento hemos dicho que, lejos de ser nada continuo o algo así, es geométrico, exacto, y se cuenta por segundos, por años, o años luz; de manera que los números implican “tiempo”, y precisamente “tiempo real”.

 

Estaría diciéndolo de todas maneras en lenguaje tal vez más popular acudiendo al término “veces”, que es popular, diciendo “lo primero que se cuentan son “veces”: aparentemente se cuentan las cosas, pero contar las cosas es algo demasiado vago, cuando se cuentan las cosas lo que se está contando son “veces” de las cosas, y exige lo que antes decía: que una cosa sea una cosa, que esté definida, solo de esa manera, ya sabéis, se da cómputo; para que puedan contarse las ovejas de un rebaño hace falta que todas sean la misma, y que por tanto cada oveja que pase sea una vez de “oveja”, una vez de la noción de “oveja”, sino no hay manera de contar ovejas ni de contar ninguna otra cosa. En ese sentido se dice “lo primero que se cuenta son “veces” de la cosa”, nosotros decimos directamente “veces de la cosa”, y en este término, “veces”, está implicado el tiempo, evidentemente. En ese sentido se esclarece, yo creo, cómo es que los números, los números de la serie, implican “tiempo”en su propia constitución (a un número, que no es propiamente una cosa, se le puede matizar nociones como la de constitución a falta de término mejor) en su propio estatuto, en su propia constitución
“número” implica “tiempo” de esa manera, y además un tiempo discontinuo, un tiempo de “momentos”, sino no se podrían contar las veces, quiere decir “veces” separadas la una de la otra y contadas.

 

Hay otra cosa curiosa respecto a esto de los números que tal vez nos interese en este paso. Los números implican también la negación, y esto no será tan fácil verlo, pero vamos a intentarlo. Recordad que el “no” es, lo hemos dicho muchas veces, el corazón de cualquier lo primero en cierto sentido que se dice es “no” aparentemente completa que lo primero que un niño aprende a decir es “no” Habría que y no afiliarse demasiado a esta imagen del niño pequeño. Bueno, pues resulta que sí, la matemática es un lenguaje, y es muy difícil separarlo de esa condición de lenguaje, es decir, es un aparato o artilugio, como el de la gramática de cualquier lengua, que puede producir formulaciones, ecuaciones o las que sean, y reuniendo estas condiciones está claro que es un caso de lenguaje. Pues la matemática normal carece de negación, no tiene un indice de negación (prácticamente: no creo que merezca la pena discutir que si te da por escribir una ecuación, una inecuación, tachando el igual, ahí evidentemente lo que se está haciendo es suprimir la operación por así decir, pero no podemos decir que como en las lenguas corrientes haya un “operador de negación”, “operador de negación” falta) y esto presentado así resulta escandaloso, porque el “no” parece como la esencia.Las otras lenguas formales que se dice, lógicas más o menos formalizadas por supuesto lo primero que tienen es “no”, y la cuestión de verdad y falsedad, y lo primero que se formaliza es así, y el signo de la negación aparece en esas lógicas formales igual que en cualquier lengua corriente;

 

Eso es lo que me parece que se explica pensando que en los números está implícita la negación. En los números está implícita la negación, y creo que está implícita, por decirlo así, en dos niveles: primero está en el número la negación del continuo, que quiere decir “la indefinición”. Esto es la que siempre ha caracterizado a las de los matemáticos. Quiere decirse exclusión, negación de la indefinición: recordad que antes he presentado la cosa diciendo “desde el momento que una cosa es una cosa, entonces está perfectamente definida, desde ese momento está la serie en marcha”. En primer lugar eso, de manera que en esto los números se parecen por supuesto a esos otros ideales, como”todo” y “nada”, irrealizables: en realidad nunca hay “todo”, nunca hay “nada”, en realidad no hay mas que más o menos y menos y más. Irrealizables, pero que están constantemente, (como muestra su presencia en todas las lenguas corrientes), están constantemente informando la realidad; igual que los números: también ellos implican negación de la indefinición, de la continuidad.

 

En segundo lugar los números se oponen uno a otro: una manera de decir que un número es negativo es que “cinco” no es ni “seis” ni “siete”. Esto es claro, de manera que dentro de la especie evidentemente la ordenación es militar hasta ese extremo, ningún número puede saltar de sitio, el sitio es el número, el sitio en la serie es el número, y no hay lugar a confundir lo uno con lo otro. De manera . Pero sobre todo lo que os he dicho como primer sentido: que es una aparición de lo que estos dias pasados veíamos que aparece una y otra vez como característico de los seres reales: es el “horror continuo”, el espanto de la continuidad y de la indefinición; para eso están no solo los ideales como “todo” y “nada”, sino los números y su serie.

 

De manera que con esto nos metemos en el desarrollo de todo esto de la matemática, que obedece a esta necesidad de domesticar el continuo de una manera o de otra ; domesticar el continuo quiere decir reducir a definición lo indefinible, convertir lo indefinido en definido, y por tanto la noción que se maneja de “infinito no numerable” está demostrando este afán, y al mismo tiempo su contradicción interna. Todo ello, desde la propia institución de la serie de los números, está obedeciendo a este afán que la realidad padece de romper la amenaza de la continuidad, que quiere decir romper la amenaza de la verdadera infinitud, el verdadero sinfín.

 

Esta es la defensa constitutiva de la realidad de que hablamos; entonces lo que nos importa,( y con esto me voy a callar para que sobre estas cuestiones soltéis lo que os parezca por esas bocas) lo que nos importa aquí es hacer notar que estas infinitudes no numerables, que constantemente tratan de resistirse (sic) a alguna forma de noción, sea matemática o sea de otra clase, tienen que oponerse claramente a aquello a lo que aquí hemos venido apelando constantemente como “sinfín”, como de verdad “no hay fin” en que la negación está apelando, que es en lo que decimos que la realidad “ahora” está cayendo, en lo sinfín de verdad que no es real, está excluido de la realidad y es ajeno a toda pérdida.

 

Esta es la diferencia que tenéis que marcar: los intentos, también del pensamiento vulgar, pero más los de la Ciencia de la realidad desarrollada, son a habérselas con la amenaza de la continuidad, pero habérselas por el camino naturalmente de reducirla a alguna forma de realidad. Y es aquí donde hemos descubierto que no hay tratamiento ni componenda posible: las posibilidades, en la medida en que se van convirtiendo en cosa, dejan de ser posibilidades y dejan de ser sin fin, se convierten en cosas que pretenden ser cada una la que es, y se empiezan a contar en primer lugar por la serie de los números; de manera que hay, al saltar este límite inasible que es “ahora”, que es perfectamente inconcebible, “ahora”, al saltar de las posibilidades y entrar en la realidad, eso que eran posibilidades y que eran sin fin, se convierten en cosas del tipo que sean y se empiezan a contar con números, con números de la serie, de manera que la oposición entre lo uno y lo otro para evitar cualquier engaño es de primera conveniencia para nosotros: no se puede confundir nunca cualquiera idea, noción, de infinidad o de infinitud, de continuidad, porque cualquier noción o idea quiere decir “sometimiento a la realidad”; por eso sinfín de verdad que hay por fuera Por lo cual, como estamos cayendo continuamente, por lo cual no podemos hacernos una idea de ese “continuamente”, de esa continuidad y de ese “ahora” en que está sucediendo. Bueno, pues esta era un poco la parte de sermón que se me venía ocurriendo pero que nos hacía falta en este momento, y en todo caso os dejo para que lo que se os haya venido ocurriendo ello de la realidad o simplemente exigiendo que esto que he tratado de decir claro se diga más claro todavía, que nunca será bastante. De manera que de una manera o de otra, adelante.

 

- Incluso ante la cuestión esta de cuando alguien está incluido en las posibilidades que dices tú sombras de las tinieblas de la noche, parece que hay algo, algo que se va acercando, y hay un momento en que lo ves como algo ya conocido, pasa a ser cosa. Incluso en este momento parece como tal un hay como un proceso temporal, es como que la cosa se está convirtiendo...........


A- Bueno, pues eso, eso que tanto se da es una creación de cosa, y no hay a la definición, eso es lo que permite generalizar para esto que llamamos realidad sin más, así es como se procede de lo desconocido, sinfín, se está procediendo ahora, constantemente, a la creación de cosas, a la creación de más y más cosas, incansablemente, vuelvo otra vez al comienzo del sermón donde os recordaba el asombro de la multiplicación incesante de cosas y de tipos de cosas: eso mismo. Si.

 

- Dos cosas. Una es que ya que el número implica tiempo, implica también movimiento, no? Cuando una cosa es la que es y está a la vez en dos momentos distintos en dos sitios distintos. Y otra, quizás la principal.........

 

A- En todo caso no () de pensar al estilo de Aristóteles por ejemplo, que el tiempo se puede (contar por el movimiento) .El tiempo no se puede (contar por el movimiento), hay que apelar directamente al tiempo, pensando que el movimiento es una especie de consecuencia. La otra.

 

- La otra es identifiques “series” con “conjunto”, pero la diferencia que hay entre “finito” e “infinito” fuera un conjunto cerrado por una serie, podría estar hasta el límite del infinito.

 

A- No hace falta entrar en la fundamentación de las matemáticas, porque vulgarmente uno tiende a imaginar las cosas así, y la propia creación de “infinito” implica ya eso, implica una especie de “creer que eso es una cosa: puesto que se habla de ello, “infinito” es una cosa”, por tanto un conjunto; en el pensamiento vulgar, eso está implicado. Cuando en el mundo de la vida laboral se dice “infinito”, es para incorporarlo. De ahí que para la realidad he empleado el término “conjunto” a su vez que es decir constantemente “conjunto nunca cerrado”, “conjunto abierto”, que si se toma de verdad en serio destruye la noción de “conjunto”: “conjunto nunca cerrado”, que quiere decir justamente lo que estábamos recordando ahora, que está abierto a la creación de más y más cosas a partir de los posibles. Si, adelante.

 

- Cuando dices que la negación está en el corazón de la lengua, tiene que haber siempre palabras o índices que tienen una misma función de negar, o que los elementos de la lengua se relacionan por negación de unos con otros, como en “una casa no es una cama”

 

A- Si, por supuesto, tenemos que decir las dos cosas, pero la primera (es siempre la primera): en la medida en que contraponía al lenguaje matemático los corrientes, yo decía en la primera negación que en cualquier lengua puede ser una palabra puesta aparte, que por lo tanto puede conducirse como una “no”, decir “no”; aparte de que después pueda aparecer de otras maneras, y hasta llegar a incorporarse como en el prefijo “in-“ o “a-“ de “infinito” o de “átomo” o de cosas por el estilo. Evidentemente lo otro, ni a la matemática ni a nadie le puede faltar, los elementos se definen por contraposición, el uno no es el otro.

 

- Por la negación del continuo parece que de los significados

 

A- Cosa que nunca se produce, porque como el vocabulario de cualquier idioma es infinito en el sentido de que está abierto, igual que la realidad, está abierto a la constante creación de palabras nuevas, por tanto cada palabra nunca puede estar cerrada a su vez, nunca puede estar bien definida. La exigencia que antes he dicho de que una cosa sea una cosa es evidentemente algo que va en contra de esa vaguedad necesaria del significado, y por tanto de las cosas mismas, pero “todo”, “nada”, “número”, es otra cosa, son índices del tipo que hemos llamado “ideales”, que tratan de conseguir la definición perfecta de la cosa; y no la pueden conseguir, claro, pero que están para eso, o sea, están actuando constantemente dentro de la realidad.

 

- .........paradójicamente hay tres distancias que podrían estar cerca de la verdad, como es la cuestión de lo que llamamos poesía cuando la poesía acierta, los sueños y las matemáticas la negación es decir, cuando se dice”están las gaviotas en el cielo”.

 

A- Ya, ya: la ausencia de la negación en principio exigible, como dice Isabel, en la poesía, no tiene que ver con lo que he dicho respecto al lenguaje matemático, es otra cosa distinta, quizás acordarse aquí del análisis de la poesía no sea lo más oportuno-

 

- Hay una cosa que me parece a mí que es distinta, y supongo que tiene que ser así, pensar que son incontables, es decir, la imposibilidad de contarlos, los números por ejemplo, que a veces se asocian con esa sensación de que no tiene límite.

 

A- En primer lugar: para contar los números lo primero que se requiere es que los números se hayan convertido en cosas, sino, no hay quien los cuente ()¿qué impide (en el siguiente ) nivel de abstracción que cinco se convierta en una especie de cosas? Entonces se cuentan de esa manera, y efectivamente la noción de infinito numerable implica eso, implica que los números se cuentan, con esa peculiaridad de que hace más de un siglo () me parece hacía notar siempre: que lo del cómputo de los números sea un caso de infinitud se revela en la paradoja de que el conjunto se puede proyectar sobre un subjconjunto, por asi decir, es decir, que los números pares son tantos como todos los números, y los números primos, pues a pesar de que a medida de que la serie va avanzando cada vez son mas poquitos, mas poquitos, sin embargo los números primos son tantos como los números, esa es una característica que sólo se da ahí, solo se da en esa noción del infinito numerable. Qué mas.

 

- ......el número implica negación. Me pregunto hasta qué punto es diferente esto a cualquier otra cosa en cuanto a que se tome una infinitud, una indefinición cuando se pone a otro lo veo la diferencia como

 

A- Evidentemente cualquier otra opción que se quiera hacer rigurosa implica creer que una cosa es una cosa y por tanto que no es otra. “un pavo no es un pato”: o es un pavo o es un pato, de eso no cabe duda, y por tanto la decisión de que sea un pato es una negación de que sea un pavo. Por supuesto lo que me decías antes los significados en la escritura misma del fonema () Lo que pasa es que los números lo hacen de una manera única y peculiar, que no se parece a nada del resto de las soluciones, es realista en esa operación de negar la indefinición, la vaguedad el significado, y lo hace así, expresamente; podéis notar que para la el que un pato es un que no sean mas que eso. Si esto no se consigue, entonces la oposición se arriesga siempre a estar tambaleante e indecisa

- ..........¿el grado de definición en los números es muy perfecto, no?: uno, dos, tres.....dos mil dos, dos mil tres.

 

A- Es incluso inconveniente “muy” o “tan” perfecto, porque aquí es cuestión de “sí o no”. No es como los intentos de significado de las palabras, que puede ser más o menos preciso. El número es lo más preciso, el número es la precisión suma.

 

- Exacto, es la exactitud pura. Es decir, que a la relación que parece entre los números y la realidad y a la definición de los números ()

 

A- Se un poco por donde vas, pero no acabo de...

 

- Si, como que la realidad tuviera un delante, vaya,

 

A- ¿Pero a qué nos venimos dedicando en esta guerra, en esta tertulia política desde hace ya meses, cuando decimos lo de “dejarnos caer”? “el infinito universal” no es infinito, porque efectivamente se trata de eso, de descubrir pese a uno mismo que la realidad se está hundiendo “ahora” en lo sinfín, en lo sinfín de veras, para sentir lo cual desnudamente es preciso librarse de cualesquiera nociones de “infinito”, precisamente para sentir qué quiere decir “sinfín” de veras .

 

- .....infinitud, también en el movimiento contrario en cuanto a las cosas que pueden ser vocabulario semántico, es decir, ¿el vocabulario semántico de la lengua también está abierto a lo sin fin? Porque eso no está cerrado, siempre se están las palabras.

 

A- Eso es la realidad hay un paralelo entre la realidad y el vocabulario semántico, que ya he vuelto a recordar se puede decir que el vocabulario nunca está cerrado, se puede decir que el vocabulario es sinfín, por la misma consideración dinámica, porque constantemente están entrando nuevas palabras y acarreando con su entrada la redefinición de otras, el cambio de las maneras de de unas con las otras y demás. Esto es pues más que una comparación, esto es lo que pasa con las cosas: esto que pasa con las palabras de cualquier idioma es lo que pasa con las cosas, es lo que nos está pasando ahora mismo. Más.

 

- Agustín, yo no creo que la palabra infinito hace el concepto Pero claro, resulta por otro lado que la propia matemática, tiene un reconocimiento de esta falsedad, y cuando por ejemplo empieza a hablar de la suma, de la resta, de los supuestos infinitos, sin embargo une un concepto que en estos términos son siempre indeterminados, que se determinan en un límite, o sea que ellos mismos reconocen que hay un límite, como ..

 

A- Es que “ellos” no se quién son. Desde luego, el intento es que no ya solo los reales, como “raiz de dos”, y ni siquiera () como (“pi”) y demás sean “tratables”, igual que el infinito, y por tanto reales, y que por tanto puedan permitir una especie de “infinito no numerable” llegado el caso, dando lugar a las escalas, a una escala de formas de “no numerabilidad” que sirva con los y todo lo demás (), pero yo no se si La acuñación misma de esto paradoja, pero eso era desde fuera de la matemática, esto eran consideraciones de la lógica o del sentido común, pero no desde dentro: desde dentro lo que se puede decir es que hay un proceso constante, es decir, se descubren cada vez con más finura las consecuencias contradictorias que pueden derivar de la aceptación de una determinada forma de aparato matemático para la física, y por tanto refinar las formas para que sigan (creyendo), pero un rechazo de la noción de infinitud como noción está fuera de la realidad, eso no se puede dar dentro de una matemática, (en todo caso se da) para una física, es decir, para dar cuenta de la realidad. Si, después () ya sabéis, hay por otro sitio, que es que a pesar de la intención primaria de defensa, de “dar cuenta” y de “defender”, evidentemente se produzcan descubrimientos, descubrimientos de contradicciones.

 

- Las magnitudes negativas....

 

A- A esas las he dejado fuera. Los números negativos no tienen que ver con la historia que he tratado de contar con razones y los números negativos no aportan nada nuevo; desde luego, la condición de los números negativos no tiene nada que ver nada con lo que he llamado negación y con lo que he dicho de la operación para las cuales está claro que uno traza otra serie de números, que en lugar de ir de izquierda a derecha va de derecha a izquierda, ahí, en esa ()se reproduce exactamente lo mismo que en la primera, las mismas cosas que hemos dicho. Lo más que se puede decir es que en esa institución de los números negativos está, aunque no esté directamente revelándose, lo que sabemos acerca del tiempo real, que no quería sacarlo para no entretenernos demasiado, pero los que habéis estado conmigo lo recordáis bien: el tiempo real es ese que tiene (precisamente porque se ha dejado convertir en un espacio) tiene un sentido hacia la derecha y un sentido hacia la izquierda, cosa que al tiempo de verdad no le pasa, este tiempo en el que estáis, estamos cayendo ahora mismo, este tiempo no tiene ni “de izquierda a derecha” ni “ de derecha a izquierda”, simplemente está sucediendo, y al no tener un sentido, decimos que no tiene ninguno.

 

El tiempo real si, y por tanto esta distribución, lo mismo que otras, revela efectivamente el reconocimiento del tiempo real dirigido hacia el futuro y hacia el pasado, de los cuales, como recordáis, lo primero es el futuro, la creación primera es el futuro, y si ahora tengo que volver a recordar porqué, pues lo recuerdo en un momento: la creación primera del tiempo real es el futuro, porque quiere decir que las posibilidades sin fin se convierten en realidad, “ahora” se convierte en un “momento” que ya no es “ahora”, ya ha pasado, pero el truco ya está hecho; “ahora” se convierte en “momento”, y ya no es “ahora”, ya se ha convertido en “momento”; ahí le tenemos, pero el truco está ya funcionando, de manera que es en este sentido como la falsificación empieza, confundiendo “posibilidades” con “futuro”. El primer sentido de los dos es el paso de futuro a pasado, y luego el otro sentido contrario, el que os quieren hacer creer constantemente que marcháis hacia delante , hacia el futuro, ese no es mas que un fruto de un ideal, contradictorio y complementario del otro. Bueno, esto es tal vez desviarnos un poco de lo que estamos....... a ver si volvemos a.......

 

- Hace tres años, en Agosto de 2003, vine aquí por primera vez, y te estuve oyendo hablar mucho de física cuántica, .y estuve estudiando la física cuántica durante un montón de tiempo, y haciendo mis deberes, pero ahora no me acuerdo de nada (larga intervención inaudible).

 

A- Yo he hablado de eso antes cuando he dicho que frente al sentido de tirar hacia el cielo, tirar por lo grande podríamos decir que está lo que he llamado perderse en la infinidad de la materia. Desde luego no está aquí lo pequeño, sino mucho más hábil, es decir, cuando se abandona el átomo antiguo y se discurren organizaciones de electrones y todo eso, frente a esto no es que sean más pequeños, son otro tipo de cosas, y cuando últimamente la infinitud () del electrón se sustituye por una especie de juego entre lo que se llaman quarks, evidentemente el quark no es que sea el más pequeño, son otro invento, son otra cosa distinta, pero bueno. Aparte de eso, me alegro mucho, porque ........Si, ¿qué más?

 

- ()

 

A- No se os olvida, que estamos en una tertulia política, o sea que se entiende que todo eso de lo que hemos estado hablando y discutiendo, y que seguiremos, tiene sentido de una guerra contra el Poder lo bastante bien como para esa guerra() para desprenderse de la realidad de uno, dejarse caer en el descubrimiento de lo sin fin, como eso puede repercutir sobre el Estado y sobre el Dinero, que es la cosa de las cosas, puesto que ataca a las cosas en general y las Lo que hay que recordar antes de marcharnos es que para que esta guerra sea de alguna manera eficaz, esté haciendo algo, y no solamente introduciendo nuevas opiniones, hace falta esta humildad respecto a “nosotros” o “el hombre”, el reconocimiento de que esta forma de realidad indeseable, todo eso del Estado, y del Dinero y las personas y demás, es un caso entre las cosas, entre la inmensa variedad de cosas. Para librarnos de lo cual, para llegar a esta humildad, es por lo que os proponía os recordaba al principio, que hay que descubrir que las cosas, es decir, los constituyentes de la realidad, las cosas “hablan”, y por tanto mienten , porque no puede haber un lenguaje que sea lenguaje si no es capaz de mentir, de forma que la lengua humana y todo esto que nos parece tan importante porque es simplemente lo inmediato, es simplemente una forma de realidad dentro de eso, y todas las cosas, cuantas cosas haya dentro de la realidad hablan, mienten, y eso lo hacen en el sentido que hemos dicho, que es la defensa constitutiva de la realidad: cada cosa trata de defenderse, creer que está bien hecha, al mismo tiempo que lleva este veneno dentro, lo que estoy recordando hoy, que echa en falta, que no queda contenta; el descontento, la insatisfacción es el motor , y por eso “evoluciona”, como dicen los científicos, viene a producir otra forma de si misma, mejor, más perfecta, y en ese sentido marcha la creación: las cosas hablan, mienten, mienten defendiéndose; el principio es “cada cosa se defiende”, y no solo cada cosa en el nivel elemental, de un ser separado, sino también en cuanto a tipo de cosa, también los tipos de cosas, las humanas mismas, o las especies de animales, igualmente tratan de defenderse, es decir, de sostenerse, de estar bien hechas, este es el movimiento primario, el de la defensa, que es () Ya digo que están por la amenaza de la verdad: “esto no es el lagarto perfecto, y tenemos que cambiar de procedimiento y de cálculos para conseguir otro que se acerque a la perfección que estamos buscando”.

 

Cuando uno llega a ver estas cosas así, de todas las cosas hablando, tal vez puede alcanzar un poco esta unidad, dejar de considerar todo esto que nos toca más inmediatamente , pues eso, como un caso. Esto parece paradójico, porque los políticos, e incluso los rebeldes, piensan que lo que hay que atacar es a lo inmediato, pero es un error, porque ya sabemos que cualquier ataque al orden que pretenda ser realista, está perdido por ello mismo, la realidad se encuentra necesariamente falsificada y no nos deja meter en ella. En cambio puede ser más eficaz abandonar esta atención a la realidad inmediata, sentirla inmersa en toda esta inmensa infinidad (infinidad en el sentido de “conjunto nunca cerrado” ) que está cayendo....

 

- Si, lo que quería decir respecto a esto acerca de este proceso de perfeccionamiento de la configuración del lagarto, de la rosa, o de lo que sea, en realidad lo que está produciéndose ese proceso de la manera más tremenda es la intención del hombre; en este caso sería conveniente, yo creo, cuando el otro día hablábamos de la “adequatio rei” me parece que el ejercicio de la “adequatio rei” sería un ejercicio de humildad, de dejar que la cosa hable, porque es que ahora resulta que no es lo mismo la cosa que el sujeto. La manía actual desde hace mucho tiempo, desde que empezó el humanismo, es la obsesión de que el hombre es la medida de todas las cosas......

 

A- Ya, ya. Para eso del ejercicio de humildad basta decirlo como yo lo digo, reconocer que eso del hombre es solo un caso. Además, hay que tener en cuenta que dado lo interminable, el infinito nunca cerrado de la serie de las cosas, este caso de “el hombre” puede estar en cualquier sitio, no tiene ningún motivo para estar en ningún lugar , puede estar en cualquier sitio, de manera que la reducción de nuestro caso, de todo lo humano, a un caso, debe acompañarse de eso. No tiene sentido ni siquiera pensar que está en un lugar determinado, mas adelante o más atrás, ni nada por el estilo. Ya, en la ya habéis estado varias veces , ya veis que esto generalmente se toma como una especie de defensa, de proclama, de que el hombre sea la medida de todas las cosas, de las que son lo que son, en cuanto el ser es el que es, y de las que no son lo que no son, en cuanto el ser no es lo que no es, es la división de la () que contábamos. Aquí le damos la vuelta, y en lugar de tomarla en este sentido, decimos: “efectivamente, pobres de nosotros, que estamos ajustados al metro y al segundo que nos han tocado, y precisamente por eso somos incapaces de darnos cuenta de lo que está pasando de verdad”. Esa es la vuelta del revés de la cuestión, y no se si hay algo más.

 

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A- Si, en todo caso por lo menos no hay un intento de explicación subsidiaria del establecimiento definitivo de la serie no puede ser que “tatatá tatatá tatatá” sea lo mismo que “tata tata tata tata “,

 

- .....quisiera separar cosas de personas, no creo que eso nos permitiera mucho juego, pero efectivamente se puede dar, por ejemplo......

 

A- Ah, por supuesto, “cá uno eh cá uno”, como dice el pueblo, la persona es la persona, el sujeto, y esa unidad que hablo por supuesto implica reconocer un caso de cosas. Desde luego, esta noción máximamente general de “cosa” se dice de modo que se iría precisando cada vez más, pero en todo caso en esto de que la persona es un caso de cosa hay que recordar lo siguiente: para hermanar la actitud política con la explicación científica, recordad que “átomo” es algo que los latinos tradujeron con “indiuiduos”, “indiuiduus”, y que después de estar por su nombre latino del átomo, “indiuiduus”, viene a aplicarse a los átomos de la sociedad, pero al mismo tiempo efectivamente, ¿qué otra cosa más precisa se puede decir de las personas individuales, mas que “átomos” de este tipo de realidad especial en que andamos, que es la nuestra?