25.08.2014

Tertulia Política Número 6 (1 de Febrero de 2006)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

  • Los Conjuntos de Personas

    • La labor mortífera de Patrias y demás Conjuntos

    • La condena a muerte de uno, condicionada por la Fe en el "todos"

    • Que el rechazo de las Patrias conlleva la pérdida del Ser

    • Que los Conjuntos de Personas implican "solidaridad"

    • "Comunidad", contrapuesto a "solidaridad", y referido a cualesquiera cosas

    • Del doble sentimiento que la comunidad con las cosas implica:

      • Compasión de cualesquiera cosas como existentes

      • Descubrimiento de la mentira de uno en la constitución de cualesquiera cosas

 

[mp3]Tertu006-01-02-2006#Tertu006-01-02-2006.mp3[/mp3]

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Entonces en primer lugar seguimos con lo que el otro día nos traíamos respecto a Patrias y Conjuntos semejantes, para que si es posible quede claro, y que además podáis sobre ello soltar cosas que el otro día con las prisas tal vez no hubo tiempo de recoger.  Cualquier Patria o cualquier Conjunto de este tipo, Tribu, Estado, Familia, Conjunto en resumen de personas, es mortífera, pertenece a las operaciones de Administración de Muerte, que son las que aquí le atribuímos al Estado y al Capital, al Poder en general.  Y en ese sentido son mortíferas, y ninguna rebelión, ningún intento de decir “no” que venga de abajo, de lo que nos quede de pueblo, debería respetarlas, debería respetar nunca ni la Patria ni cualquier otra forma de Conjunto de humanos, porque la Realidad está necesariamente sustentada por esas cosas, esas “conjuntaciones de número de almas”, por abarcarlas todas con una descripción.  De forma que no es que esta tertulia política o cualquier otra forma de intento de decir “no” desde abajo, cualquier forma de rebelión, no deba respetarlas porque no son reales en modo alguno, porque bien reales son: ¿qué cosa más real hay que la Familia, por ejemplo para el trabajador que tiene que sustentarla, o para la mujer que ha puesto su destino en el ser Ama de casa y Madre de Familia, qué cosa hay más real que la Patria, una Patria, que os aparece y se os echa encima por todas partes a través de los Medios y de las bocas de los Políticos, y también indirectamente con cualesquiera cómputos de la Banca, que cuenta con esas unidades, el Fondo Económico de un Estado o de otro Estado, que pueden combinarse entre sí, contraponerse y conjugarse más o menos, qué cosa hay más real que esos conjuntos, esos pretendidos conjuntos?  De forma que no es porque no sean reales, que son harto reales, por lo que digo que ninguna rebelión o intento de rebelión puede respetarlos, sino por lo contrario precisamente, sino por eso de que son demasiado reales, y la realidad misma está ligada con esos conjuntos, con esos pretendidos cómputos de número de almas.  Eso tal vez volveremos más tarde, si la discusión que venga ahora no nos ocupa demasiado tiempo, volveremos más tarde planteándolo otra vez “a lo físico”, como se suele decir, esta cuestión de la realidad.  Cualquier rebelión tiene que reconocer que por reales que sean esas cosas, son mentira, y con eso debe bastar. 

 

Naturalmente, el “renunciar a” o “contraponerse con”, la Familia, la Patria, los Conjuntos de personas en general, es algo que se arriesga por fuerza a que uno pierda con ello su propia esencia.  Sobre esto no debe caber ninguna ilusión, porque la esencia de uno, el ser quien es, lo están sosteniendo constantemente la Familia, los Padres, el Marido, la Mujer, lo están sosteniendo las Instituciones Estatales o Nacionales o como se quiera llamar, y lo están sosteniendo sobre todo esa última Patria a la que nos referíamos, que es la Humanidad, el sentirse uno de la Humanidad.  De manera que es razonable ese riesgo, uno no puede pretender oponerse a los Conjuntos, Patrias, Familias o Humanidad, salvándose uno, porque uno está constituido y sostenido precisamente por esos Conjuntos.  Ya el otro día os decía claramente “si los muchachos tienen que ir a morir por la Patria es porque la Patria se lo merece, les ha dado su ser”.  No digamos “su vida”, eso es cosa de otro mundo, pero les ha dado “su Ser”, “su Estatuto”, “su Constitución Personal”, y sin ella “no serían nadie”, por así decir, “no serían nadie”. 

 

Y si son alguien hay que morir, qué se le va a hacer, eso es un razonamiento que no requiere muchas vueltas.  De manera, que se sepa bien, la rebelión llega hasta eso, llega hasta este riesgo, lo uno va con lo otro, uno no puede separarse de su Familia, ni de su Patria, ni de la Humanidad, que es la última forma de Patria.  Recordad que esta era la última Patria en la que insistíamos, esto de “el Hombre”, “la Humanidad”.  Se hace un poco más duro tal vez, por lo menos en el pensamiento, renunciar a esa Patria última que es “el Hombre”, y la dificultad para renunciar a eso se muestra por todas partes, y como recordaba, hasta en la Ciencia, en la imaginación y teoría científicas, que cuando piensa en “observadores” o en “conciencia”, a poco que se descuide está hablando de “brains”, de “el cerebro”, de una cosa Humana, vamos, donde aparece la cara del hombre como si fuera, por alguna especie de confesión previa de la que no sabemos nada, el depositario de la conciencia y de la observación, cosa contra la que hemos hablado una y otra vez. 

Me toca ahora explicaros en qué consiste esta labor mortífera de las Patrias y los Conjuntos, y recordaros, aunque a muchos de los que habéis estado conmigo ya  os suena, que eso consiste en el ideal de “todo”, “todos”, y por tanto”uno”.  Eso es lo que desde abajo nos hace declarar: “mentira”; pero es lo que reina, es lo que se impone, la creencia en que se puede hacer un “todo” en el que estén comprendidos todos, por ejemplo que esa cosa de España es un “todo” que está constituido por “todos” los Españoles.  Esto es una cosa tan claramente mentirosa que basta con decirla para que cualquier cosa desde abajo reconozca que eso no es verdad, que no hay “todos” los españoles, ni nada por el estilo.

 

No los habrá, no los hay en verdad, pero la Realidad y el Estado imponen que se crea que los hay, y que efectivamente hay “todos”, y que en consecuencia uno es “uno de todos”, y de esa manera se le puede contar y atribuirle un número en su Documento de Identidad, que es un número que sólo tiene sentido cuando se piensa que se trata de un conjunto computable, es decir, donde de verdad hay “todos”, lo cual no puede ser nunca, nunca puede haber de verdad “todos”, nunca pueden ser todos, y en consecuencia nunca uno puede ser del todo “uno”, la mentira de lo uno va con la mentira de lo otro.

 

Nunca uno puede ser del todo “uno”, nunca se puede de verdad contar el número de almas ni de un Estado, ni de una Familia.  Claro, cuando la Patria es muy reducida, una Familia, da la impresión de que se puede decir cuantos son.  Por ejemplo se decide no contar o contar a los abuelos, contar o no contar a los tios, y entonces, por medio de una decisión de ese tipo, “manu militari”, pues se puede llegar a contar “somos seis, los cuatro niños, el Padre y la Madre”.  Es una decisión “manu militari”, como veis, que revela, en su manera de establecerse, la falsedad.  En último extremo, la Familia pueden ser dos, Tu y Yo, que no somos Tu y Yo, sino Fulano y Menganita; nada de Tu y Yo, porque Tu y Yo, que somos de verdad “yo que no soy nadie” y “tú que no eres nadie”, esos ni se suman ni pueden ser dos, ni puede ser cada uno de ellos uno, no?.  Hasta ese extremo se puede llegar.

 

Pero al Ideal no se le pone límites, no basta con contar las almas de una Familia, se cuentan las de un Estado tranquilamente, se las cuenta por tantos millones de almas, y se quiere hacer creer que es verdad, que se puede decir tranquilamente “todos los españoles”, y que cuando se llega en una Democracia a la votación,  pues el resultado que arroja la votación, la mayoría, se considera equivalente del “todos”, es una especie de representante del “todos”.  Lo que la mayoría ha votado representa lo que todos los Españoles quieren, puesto que todos son conjuntos, solidarios, y no hay manera de negar eso si no es destruyendo el Estado mismo, derribando la Patria.

 

¿Qué voy a deciros de “la totalidad de los hombres”, de esa última Patria que atacamos?  ¿Quién se atreve a decir “todos los hombres”?    Parece que nadie debería atreverse, y sin embargo, pues ya lo sabéis: por recordaros una vez más, ese es el procedimiento por el cual Aristóteles, la lógica de Aristóteles, condena a muerte a Sócrates ( a Sócrates y a cualquiera que se ponga por delante, vamos, a servidor de ustedes lo mismo que Sócrates): “todos los hombres son mortales, Sócrates es hombre, luego Sócrates es mortal”, está condenado a muerte.  De manera que ya veis para lo que sirve “todos”: “todos los hombres son mortales”.  Para eso sirve, de manera que se os aparezca claro que vuestra condena a muerte está condicionada por la Fe en el “todos”.  Por lo menos, la demostración de que cada uno está condenado a muerte no puede hacerse sino mediante esa Fe: “todos los hombres son mortales”.

 

No se sabe quién ha dimanado esa premisa, quién ha averiguado eso de que “todos los hombres son mortales”, pero desde luego lo que está incluido ahí es la Fe en el “todo”, y una vez que el “todo” se ha establecido, pues el “uno”, el pobre, Sócrates, servidor, ¿qué van a hacer?.  Como es uno de todos, si todos están condenados a muerte, yo estoy condenado a muerte.  Dejando de lado por ahora que el adjetivo “mortal” es ya de por sí una trampa, porque trata de aprisionar lo que, no en la tertulia anterior, sino en la anterior, os hablaba respecto a la eventualidad, cuando tratábamos de la cuestión de las predicaciones y todo eso.  Alguien de abajo, hablando desde abajo, se cargaría la lógica de ese tipo diciendo “mi muerte se demuestra con el acto, muriendo, y otra demostración no me toca”.  Pero ya sabéis que en eso está implicado lo que he dicho de que efectivamente, quien trata de rechazar, desmentir, Familia, Patria, Humanidad, se arriesga necesariamente a perder su Ser, a acabar no sabiendo quién es él, porque a él le sostienen la Fe en los Hombres, la Fe en la Patria, la Fe en la Familia, todo esto está sostenido por ellos.

 

().recordar cómo los Ideales, entre ellos este de “todo”, “todos”, se encargan de la función de sostener la Realidad, y por tanto, administrar la muerte, lo uno va con lo otro.  Los Ideales, como recordáis de sesiones anteriores de la tertulia, se definen con esta condición: que no pueden realizarse; los ideales son irrealizables, es decir, no son cosas.  Las cosas corrientes, incluidos no sólo los perros y los olmos y las estrellas y demás, sino también los entes de la Ciencia, átomos, moléculas, electrones, etc, todos esos  se realizan desde luego mediante una idea, porque sin idea de la cosa no hay tampoco cómputo, y si no hay cómputo no hay Realidad.  Se realiza en eso, pero luego están estos otros ideales, como “todo”, que son irrealizables, no son cosas, pero que cumplen la función de sostener a las cosas, de sostener la Realidad, precisamente por la mentira que en sí llevan implícitos cualesquiera Ideales.  Siendo irrealizables sostienen la Realidad. 

 

Hace dos o tres sesiones os sacaba el ejemplo de el Ideal de los Nazis, que consistía en acabar con “todos” los judíos.  Ni un horno crematorio ni un cuchillo ni a patadas se mueve sin un Ideal, eso es lo que no os cuentan de ordinario por la Televisión y en los peliculones, con los horrores de Nazis y demás.  El Ideal es el que está moviendo, y en este caso el Ideal es claro: la Pureza de la Raza, etc, exige eliminar a “todos”  los judíos, exige creer que hay “todos” los judíos.  Creer esa estupidez, que es estúpida, sangrienta, y que desde luego sirve para mover ejércitos y para defender hornos crematorios y demás.  ¿Quién puede creer que tiene sentido “todos los judíos”, quién puede creer semejante tontería?  Pero siendo increíble como es, y por tanto siendo también el Ideal en ese caso irrealizable, cumple su misión, en ese caso de una manera un poco espectacular.  Pero la Administración de Muerte no se reduce a procedimientos como los de los Nazis, va mucho más allá y abarca mucho más: es, de cualquiera de sus múltiples formas, Administración de Muerte.

 

Y para esto, para administrar muerte, que es sostener la Realidad, hacen falta Ideales y hace falta creer en”todos” y creer en “uno”. Supongo que con esto queda relativamente claro lo que os quería decir respecto a la función mortífera de las Patrias o cualesquiera otras formas de Conjuntos, y lo voy a dejar enseguida respecto a esto y a pasar la voz, a dejar correr las voces.  Simplemente os recuerdo algo que ya en alguno de esos años que llevamos haciendo aquí esta cosa que no sabemos qué es, a la que llamamos tertulia política, apareció también: los conjuntos de personas o de cosas implican lo que llaman, no sólo los Políticos de Arriba, sino también muchos de los de Partidos pretendidamente rebeldes, implica “solidaridad”, y es normal.la exigencia de “solidaridad”.  Tomad por ejemplo este conjunto que es un Sindicato, que puede ser incluso muy rojo y muy extremista; tomad un Sindicato: es normal, ¿para qué está un Sindicato de Trabajadores o Empleados?  Pues para sostener los intereses de los Trabajadores y  Empleados, de cada uno de ellos, por medio de una actitud solidaria, de conjunto, de reafirmación del conjunto sólido, de la cual cada uno va a beneficiarse.  Es así literalmente; en realidad es así, para eso sirven los Sindicatos, no? ¿Quién puede creer que una vez que un Sindicato sirve, (lo mismo que una Mutualidad y que en definitiva una Familia y una Patria), sirve para sostener los intereses reales de cada uno de sus miembros gracias a la constitución solidaria, quien puede creer que, sirviendo para eso, pueda servir para otra cosa, pueda servir para representar alguna forma de verdadera oposición al Poder?  Las formas de Poder se disputan entre sí, pero en definitiva se dan la mano siempre, porque todas son la misma, es el Poder en sus múltiples formas, y es contra esto contra lo que aquí nos debatimos año tras año, día tras día.

 

Lo contrario de la solidaridad es algo a lo que se puede apelar como “comunidad”; “comunidad” quiere decir “perder lo que hay de propio, particular, en cada uno”, lo “ídion”, por emplear el término griego y de Heráclito.  Perder eso, y al perderlo, encontrarse con lo que hay de común, de pueblo que no se cuenta, de pueblo que no existe, de pueblo que no es compatible con ninguna forma de Patria, ni Familia, ni Conjunto, porque no se cuenta, no hay quien lo cuente, porque no existe, y para existir hay que contarse, y si hay algo que no se cuenta, no existe.  Existen las Poblaciones Estatales, existen los Miembros de Familia, pero “pueblo” no existe , “pueblo común” no existe, y esa pérdida de lo privado en lo común es algo a lo que podemos aludir como “comunidad”.  En todo caso, es claramente lo contrario de la “solidaridad”..

 

Os recuerdo, en fin, que una vez que nos hemos lanzado contra esa Patria que es “el Hombre”, que es “la Humanidad”, que tampoco le reconocemos verdad ninguna, sino pura Realidad, pura imposición de Realidad, eso de “la comunidad” no puede referirse a hombres, por supuesto.  “La comunidad” no puede ni siquiera referirse a hombres, “la comunidad” tiene que ir mucho más allá del cerco de esa Patria que son “los Hombres”.  “Los Hombres” son un caso particular de lo que pasa con cualesquiera de las creaciones o instituciones reales, y por tanto “comunidad” quiere decir “comunidad con cualesquiera cosas”, empleando la palabra “cosas” como el término más abstracto posible : “comunidad con cualesquiera cosas”.  No ya a hombres, ni siquiera a animalitos, no, no, comunidad con cualesquiera cosas, puesto que esa condición de “cosas” es también la de las Personas, la de los Hombres, que no son mas que un caso de cosas, y eso quiere decir que comulgamos, comunicamos, con cualesquiera cosas en la medida que uno deja de ser uno, deja de ser hombre, deja de estar en Familia, deja de ser Trabajador, deja de ser Banquero, deja de ser Funcionario, deja de ser cualquier cosa.

 

Comunicamos o comulgamos con cualesquiera cosas  con este doble sentimiento que la comunidad implica: comunicamos como teniendo en común el sometimiento a la existencia, comunicamos en, por decirlo así, una “compasión” de cualesquiera existentes.  El caso de la existencia es un caso, y uno compadece cualquier forma de existencia de cualquier cosa.  Y al mismo tiempo que comulgamos por compasión con cualesquiera cosas, comunicamos con ellas también en el descubrimiento de su mentira.  De forma que el descubrimiento de la mentira de mi propia persona, de mi propia alma, se comunica con el descubrimiento de las cosas incluso llamadas “inanimadas”, o como se quiera, porque ya recordáis que eso de que la lengua o la conciencia sean propiedades humanas, eso es simplemente un patriotismo que hay que echar abajo.  Todo eso de “conciencia” y demás, si tiene algún sentido, tiene que extenderse a cualesquiera cosas.  

 

De forma que esta “antisolidaridad” que es la comunión con las cosas implica eso, primero esta simpatía o compasión de que les pase lo mismo que a uno, que esté condenada a existir; y por el otro lado, este sentimiento más alegre de que en cualesquiera, en la constitución de cualesquiera cosas, se descubre la propia mentira de mi constitución real.  Bueno, pues con eso os dejo ya la reanudación, el sermón de esto que nos traemos, os dejo pasar ahora las voces un rato, y si queda tiempo después pasaré a volveros a plantear la cuestión un poco “a lo físico”. Adelante, adelante.

 

- Esto que has dicho de lo de “comunidad” contra particularidad o particular yo creo que habría que enlazarlo con el mito de Babel, de las lenguas, porque de alguna manera parece que hay idiomas, no hay una lengua común , entonces incluso en los movimientos de rebeldía hay algunos graffitis que dicen  () y entonces yo pienso cómo se puede dar eso de que en esta multiplicidad idomática, dónde se podría dar lo de lo común, o la compasión, cuando lo primero que hay es una delimitación de la propia particularidad del lenguaje.

 

A- Si, nota que se llaman precisamente “idiomas” las lenguas de Babel, es decir, con la misma raíz de lo que he condenado con el término de “lo particular”, “lo propio” de cada uno, “ídios”, idioma quiere decir eso.  Nada extrañe que, como ya el otro día estuvimos diciendo, la política de Arriba, la imposición del Poder, quiere hacerse propietaria de las lenguas de Babel,( puede hasta ciertos límites, engañando mucho, haciendo trampas con la lengua) hacerse propietario para que efectivamente la idiomaticidad de la lengua sirva para la constitución de la Patria, apenas hace falta insistir en eso, es una cosa trivial que ya el otro día decíamos.  Lo común de las lenguas está en aquello en que no son “idiomas”, lo  mismo que he dicho respecto a las cosas en general, aquello en lo que no son idiomas, aquello en que todas de verdad se parecen, esa lengua común que no existe ni puede existir, porque lo que existen son idiomas.  La comunidad está ahí, la comunidad está en la Gramática común, en aquello que tengan, sea lo que sea, cualesquiera lenguas de las de Babel por debajo de su idiomaticidad.

 

- Me suenan equivalentes el no existir y el no tener definición, si se define, se realiza.

 

A- Te voy a dejar seguir, pero recordad esto, porque ya lo he dicho muchas veces: “definición”, que es la idea, se acompaña necesariamente de “cómputo”.  Ni hay idea, pretendida definición, sin cómputo, ni hay cómputo sin pretensión de definición.  Sigue.

 

- ¿Pero cómo puede haber significado, semántica, entendimiento cuando algo se nombra sin definirlo , o sea , qué diferencia puede haber entre estar () y sin embargo tener significado?

 

A- Si, no, generalmente la gente que habla este idioma, que habla español, si oye decir “lagarto” aproximadamente sabe de qué le están hablando; aproximadamente, no hay quien lo defina, no hay quien defina “lagarto”, los términos de la lengua vulgar están siempre abiertos, pero para andar por casa pues sirve, la gente si le hablan de “lagarto”, sólo en un pequeño tanto por ciento de veces podrá cometer equivocaciones; alguna cometerá, pero tan poquitas que para casos prácticos, pues se consideran eso, cuantías negligibles, y por tanto, para ir tirando, pues basta.  Y pongo un caso así muy elemental, imaginaos el acuerdo que puede haber respecto a qué quiere decir “Estado”, o el acuerdo respecto a qué es “cielo”, o cualesquiera otra cosa.  Por supuesto que las Ciencias de la Realidad tratan de restringir hasta el máximo la vaguedad de los significados, porque sólo gracias a eso pueden conseguir un cómputo, y el cómputo, con cualesquiera forma de números que sea, hasta las probabilidades, es necesario para la Realidad.  Tratan de hacer que el significado surja de una definición absoluta, cerrada.  No pueden, pero lo intentan.

 

- Pero sacando conclusiones de días anteriores, habría un conjunto que viene definido de antemano y qué elementos lo constituyen, y por tanto se puede decir que          pertenecen (), y otra forma de hacer conjuntos que no serían previo, sino que sería, no se cómo describirlo, como algo que ya está ....

 

A- No se si te sigo bien del todo.  Desde luego, en el caso de los lagartos o las estrellas, cada vez que hay un nombre común, no un nombre propio, cada vez que hay un nombre común, se puede decir que hay un conjunto, un tipo de conjunto, porque se supone que “lagarto” es una idea general que abarca, se extiende por, cualesquiera lagartos que aparezcan, y esta idea es una idea general que se extiende a cualesquiera estrellas que aparezcan.  De manera que ahí hay una forma específica de conjunto, es decir, el tipo, que es la idea del propio nombre común, y las realizaciones, la “extensión”, como decían los viejos lógicos, la manifestación, el ejemplo () .No se si está claro la relación que esto puede tener con otros tipos de conjuntos, pero vamos, es bastante clara yo creo, no?.  Vamos a ver qué mas cosas hay por ahí, porque sin duda alguna ha tenido que quedar.....

 

- Dices que hay ideales como “todo” y “uno”, que son irrealizables.  Por otro lado hay cosas, como “arbol”, o “pájaro” que se realizan a través de una idea.  Pero dado que la definición () cerrada, también se podría decir de las cosas que no son del todo realizables, por eso decimos que la Realidad es aproximativa.  Entonces parece que hay un grado como de Ideales, totalmente irrealizables, y cosas bastante realizables.  Entonces, este grado ¿en qué se parecen .....

 

A- Pues si, es un grado ().  Lo que les pasa a las cosas es “vaguedad”, “aproximación”.  Las cosas son mentira, pero sólo porque pretenden ser definitivas, estar bien hechas del todo.  Uno personalmente es mentira porque pretende lo mismo, pretende que es el que es, que está hecho del todo, eso les pasa.  Los ideales que distingo y que digo “irrealizables”, no es que sean vagos, de realización aproximativa, es que son irrealizables, son contradictorios con la propia Realidad a la que están sosteniendo.  “Movimiento” es un ideal, no hay tal cosa como “movimiento”. Tendría que poderse contar, y se puede decir por tanto que las velocidades son reales, son cosas, pero el movimiento no, y sin embargo el movimiento, que es irrealizable, está sosteniendo por la Fe (sobre esto, si hay tiempo, volveremos ahora), todo el conjunto de las cosas, las relaciones entre las cosas, los problemas de los sitios y trayectorias de las cosas, de cualquier tipo que sean.

 

- Pero me refiero que también que () aunque sea mentira, se dice “veinte mil árboles de este bosque”, que son “todos” los árboles de este bosque,  parece que entra en un cómputo de “todo”, aunque sea mentira.

 

A- Si, es lo que creían los Nazis respecto a “todos” los judíos.  Tú crees que se pueden contar: no, nada se puede contar del todo, porque si cualquier conjunto se pudiera contar del todo, resultaría que cada elemento estaba perfectamente definido, y no se da  ni lo uno ni lo otro.

 

- Ni el “todos” ni el “uno” () cada árbol.

 

A- Uno, es sólo un caso de “uno”; si, un caso de “uno”, que no puede darse tampoco.

 

- Entonces, lo del cumplimiento del Ideal sería el Nombre Propio, en el sentido en el que la contradicción esta que hay, o la imposibilidad de que uno sea al mismo tiempo él mismo y uno de tantos, uno acepta la ilusión del Nombre Propio, es decir, a un niño le ponen un nombre, y ya tiende a ser eso, Agustín García Calvo, o lo que sea.  Entonces, el sentimiento del Ideal....

 

A- ¿De qué Ideal?

 

- El ideal de “ser uno idéntico a sí mismo”, , y el olvido, o la suspensión del juicio de que es uno de tantos.  Es esa construcción perfecta que se da en la lápida.

 

A- No se realiza ningún Ideal, pero el Nombre Propio contribuye a hacer creer, como has recordado bien, en una de las dos mitades de la contradicción: en que uno es el que es, irrepetible.  No está definido, porque un Nombre Propio no puede definir nunca, pero desde luego mantiene la creencia en que uno es el que es y no otro, es irrepetible, idéntico consigo mismo.  Mantiene esa mitad que desde luego, como os muestra un Documento de Identidad, se casa muy bien con la otra mitad, que está representada por el número:  “si, si, Vd  es muy singular, tiene su Nombre Propio, no hay quien se lo quite, pero mire, como eso les pasa a todos los demás, los contamos.  Como eso mismo que le pasa a Vd les pasa a todos los demás, entonces los contamos”.  No es un Ideal.

 

- Pero también los muertos, que son la mayoría, sería un conjunto muy abierto, eso de los muertos.  En un cementerio, sin embargo, lo que priman son los Nombres Propios.

 

A- Y la fecha, el guioncito que representa una vida transcurrida.  Bien, no nos distraigamos por ahora con los pobres muertos, y sigamos un poco .  A ver.

 

- El movimiento dices que no se puede contar, que no se puede meter en la Realidad, y yo diría  ¿la pretensión de la Realidad es apropiarse de las sensaciones y darles un cómputo?  O sea.,  las sensaciones .....

 

A- Las cosas necesitan contarse, si no se cuentan......

 

- Pero las sensaciones no son contables.

 

A- Las sensaciones sí se pueden contar, claro que sí, pregúntale a cualquier sicólogo experimental si las sensaciones se pueden contar, se dedican a eso, hay aparatos que te cuentan la sensaciones, y con una gran finura

 

- Me parece que  no se pueden contar, y nadie lo puede pretender.

 

A- Mira, un sicólogo experimental por ejemplo te puede medir el miedo con toda facilidad.

 

- Si, pero cada uno sabemos que ahí no.....

 

A- Ah, no, no, pero en eso no nos diferencia nada de todas las demás medidas, también las cosas son mentira, no sólo las sensaciones.  También las cosas son mentira, y se requiere para su realidad que lo sean, que se crea que son verdad.

 

- Estamos hablando de la definición de cosas, “arbol”, “estrella”, tal.  No se pueden definir perfectamente () ¿De ahí es de donde se deriva que la Realidad es mentira?

 

A- Bueno, eso es una de las muestras, aquí todo el rato he estado sacando otras apariciones de la evidente mentira de la Realidad, esa es una.  Esa es una, una de las muestras que por fuerza se da así: la pretensión de que el significado de la idea de una cosa sea perfecto se revela que es mentira, y por tanto esta mentira, y la necesidad de creer que es verdad, forma parte de la Realidad, y es una muestra de la falsedad de la Realidad en general.  ¿Qué más?

 

- Cuando decimos que el lenguaje y la conciencia no son patrimonio de los hombres, o del hombre,   depende de qué cosas.  Yo eso puedo sentirlo por ejemplo respecto de un árbol o una planta, pero por ejemplo respecto de una televisión o de un automóvil, que normalmente se supone que son cosas, me resulta más difícil comprenderlo.

 

A- Si, si, son cosas, claro, son cosas.  Comprendo que puede ser más fácil respecto a unas que a otras, pero ¿porqué es más fácil reconocer que de alguna manera hablan los árboles, no digamos los animalitos?  Pues porque están más cerca de la Patria, eso no es ningún motivo para que no podamos extender la cosa a los demás, y por supuesto, los artificios, automóviles y demás, hablan, tienen su conciencia, están hechos en serie, parece que han salido setecientos cincuenta mil que son iguales, el mismo, pero eso no es una diferencia esencial respecto a lo que pasa con las cosas llamadas naturales, no?  También ellos tienen su individualidad, tienen que adquirirla, y su falsa individualidad, tienen que tener su conciencia.  Y por supuesto, los astros han sido desde los comienzos de nuestra Prehistoria objeto de personalizaciones, lo cual quería decir un reconocimiento de que algo allí estaba hablando y que había algo de conciencia.  Y más todavía, quien mete un poco la nariz en los problemas de los físicos respecto a las partículas subatómicas y su desmenuzamiento en “quarks”, se da cuenta de que es el átomo por ejemplo, o es el electrón, este ente tan artificioso y tan abstracto, el que está igualmente hablando, y que su oposición al supuesto observador humano cada vez se hace menos clara, más difícil.  Es más o menos difícil la comunidad con una especie de seres u otros, de acuerdo.  Para nosotros, comulgar con los árboles en general es mucho más fácil que comulgar con las rocas, los astros, los automóviles, los átomos, pero no hay ningún motivo para marcar una raya definitiva.  Lo importante es negar a los hombres esa exclusividad, la exclusividad en cuanto a lengua y en cuanto a conciencia.

 

- A mi me da mucho problema esto de que las cosas hablan: .si hablan, tienen que hacer dos cosas, por una parte defender su ser, y por otra parte tienen capacidad para denunciar la mentira de su ser.

 

A- Si, pero más bien, puesto que estamos acostumbrados a hablar  () había que decir al revés: están, como cualquiera de nosotros, continuamente cayendo en el desengaño, continuamente descubriendo su mentira, ese es el peligro.  Luego, frente a eso, está cada una de ellas defendiéndose de ese descubrimiento, defendiendo su ser, cambiando de forma no sólo con el crecimiento de un individuo, sino con la invención de nuevas especies, cambiando de forma para huir de ese descubrimiento, y eso es lo que tenemos de común.  Efectivamente, como reconocemos que un lenguaje tiene que ser capaz de mentir, sino no es lenguaje, llegábamos un día a reducir lo del lenguaje de las cosas a eso, a” la defensa”, a la defensa a la que cada una está obligada de su realidad, identidad, permanencia, en contra de lo que le está pasando, a cualesquiera de ellas como a nosotros mismos: que estamos cayendo en no se sabe qué, “ahora”.  No se si extender la palabra “lengua” de esta manera es a lo mejor desmesurado, pero vamos, a mí no me parece de momento, sobre todo desde que decimos que a su vez “lengua” de por sí no aparece en la realidad, y no aparece mas que como idiomas, y por tanto bien podemos pensar que esa defensa que cada ser hace de sí mismo coincide con su idiomaticidad, con su idiosincrasia, con su necesidad de mantenerse.

 

- No sé como entender esto sin que suponga una proyección, una humanización de las cosas.  También podía pensarse que ni hablan ni dejan de hablar, así que necesitamos... lo normal es que vivan, pero que hablen....

 

A- Si, ya estuve días pasados comentando.  Parece que el axioma de Protágoras “el hombre es medida de todas las cosas, de las que son lo que son en cuanto él es el que es, y de las que no son lo que son en cuanto que él no es lo que es”, parece que implica una especie de soberbia y de orgullo, pero es justamente al revés de eso lo que hemos propuesto, el revés, el reconocimiento de que lo que llamamos “lengua” se reduce a nuestra lengua porque nosotros somos los que decimos que se reduce a nuestra lengua, lo cual no vale nada, porque a cualquier sapo, si le preguntaran, haría lo mismo que nosotros, es decir, diría que la lengua de verdad es la suya, y a cualquier ser de los llamados” inanimados”, lo mismo, cualquiera diría lo mismo.  De manera que nada de “humanización”, es simplemente colocar al hombre como caso de la multiplicidad, la riqueza innumerable de las cosas, de las formas de existencia, de las formas de mentira, de las formas de defensa de la caída en no se sabe qué, por medio de una reafirmación en la propia existencia.  Ya digo que a lo mejor la palabra “lengua” está demasiado viciada por el uso humano, pero bueno, he intentado sacarla de quicio.  Está demasiado viciada por el uso humano porque nosotros hemos decidido que “lengua” es la nuestra, y que “conciencia” es la nuestra, y nos hemos apropiado de términos como “lengua” o “conciencia”.  Cuesta, cuesta salirse de los cercos de la Patria, pero es a lo que estamos, no?

 

- ...decir que las entendemos, no?, pero que lo que entendemos sea lo que dicen ellas...

 

- Nosotros entendemos a los sapos probablemente más o menos lo mismo que los sapos nos entienden a nosotros, más o menos en la misma proporción, una cosa por el estilo. ¿Qué más había por ahí?

 

- ......podíamos entender que es cuestión de idioma, la defensa que nosotros podemos hacer, o la  que hace, como el otro día te comentaba Mario.  Pero nosotros podríamos decir que el respirar es como una defensa del ser de alguna manera, pero aparte de eso buscamos ()  para que el grado de elaboración de esa defensa......

 

A- Es verdad, eso es verdad, es lo característico de esto que se llama “hombre” y de la defensa de esa Patria, es lo característico, esa especie de desarrollo de ciertas facultades que nosotros naturalmente, por patriotismo, estimamos por encima de todas, pero son esas que has dicho, están ahí, y no podemos atribuir esas formas refinadas de “lengua” o de “investigación” por las buenas a otros seres.  Son las nuestras, son las características; el que se las considere las formas más altas, eso ya es Patriotismo, pero que son características, no cabe duda.

 

- Si podríamos ver un poco cuál es la diferencia de la lengua de las otras cosas con respecto a la lengua humana, abundar un poco en eso.  No se, yo estaba pensando que por ejemplo no parece posible a las otras cosas la conciencia, y en cambio a los humanos, si.

 

A- Yo, una vez que he caído en esto, soy ya incapaz de entender cómo se puede producir la multiplicación, crecimiento y invención de nuevas especies de los seres de cualquier tipo, si no es por una conciencia.  Hasta tal punto he sacado de sacado de quicio (la cuestión): “¿cómo podría yo entender todo ese afán millonario, innumerable, de tantos tipos de seres para sostener cada uno el tipo?”  Eso para mi ya quiere decir “conciencia”, y la nuestra es un caso.

 

- Bueno, pero ¿es una diferencia por ejemplo como la de un idioma con respecto a otro, o es una diferencia más grande?

 

A- No, no, no hay diferencia, es nuestro caso.  El tipo de conciencia que nosotros llamamos “conciencia” es el nuestro.

 

- No, me refiero a la lengua, ya dejando aparte lo de la conciencia, pero la lengua, que esa lengua supone tener como un idioma distinto, o si sería una cosa más inhumana, y entonces es cuando humanizo demasiado hablando de los idiomas de las plantas o de...

 

A- Claro, nos arriesgamos a humanizar, pero lo que yo estoy intentando es que hagáis exactamente lo contrario, es decir, que coloquéis a la lengua humana como un caso que nosotros conocemos más inmediatamente, estimamos en lo más alto, etc., etc., porque es lo nuestro, por Patriotismo, pero que digáis “algo equivalente y semejante y proporcional tenemos que atribuirle a cualquier tipo de criaturas, que tendrían efectivamente su  idioma, a su vez divisible en idiomas.  Porque nada más tenéis que ver los intentos de clasificación de Lineo para daros cuenta de cómo efectivamente se da ahí esa especie de idiomaticidad del individuo “planta”, idiomaticidad de la especie a otro nivel, y en el nivel del género, y etc.etc.   Porque eso son cosas también: aunque sean más abstractas, son también cosas.

 

- .....se puede aprender el idioma, es decir, todo humano parece que puede aprender cualquier idioma humano, tu coges el suagili, coges a alguien aquí y puede aprender ese idioma, en cambio yo no se si la petunia puede aprender el idioma de los garbanzos.

 

A- No, tu puedes plantearte la dificultad desde ti mismo: “¿Soy yo capaz de aprender el idioma de los garbanzos?”. Pues no, no parece que yo sea capaz de aprender el idioma de los garbanzos.

 

- He leído respecto a “lenguaje” algo que parece ser muy surrealista, pero que a mi me sorprendió.  Alguien se dedica a estudiar los idiomas de la tierra, quedan nosecuantos, entonces una tribu del Amazonas había desaparecido por enfermedades, pero un loro lo habían cogido los de la tribu de al lado, y de repente estos señores se encontraron con que los de la tribu de al lado sabían el lenguaje de los que habían muerto ya.

 

A- ¿Lo sabía el loro sólo, o no?

 

- El loro lo había aprendido de los que habían muerto ya.

 

A- ¿Y los otros, los de la otra tribu?  Se llevaron el loro y aprendieron.

 

- Claro, y estos señores se quedaron extrañadísimos cuando vieron que el loro había transmitido ciertas cosas de los que habían muerto.

 

- Eso es imposible si no tenían una idea previa del idioma de al lado, nunca reconocerían..

 

A- No, es muy difícil eso. La primera parte es posible, un loro no va a transmitir  ninguna cosa importante de una lengua, pero vamos, puede transmitir unas cuantas.....

 

- Si, pero los otros resulta que creían que ya no existía ese lenguaje.

 

A- Bueno, no nos vamos a distraer mucho.  Un loro puede haber conservado una colección de palabras.  Más difícil es que los de la tribu de al lado se decidieran a aprender Gramática de la otra lengua por medio del loro, eso ya no entra, eso es puro mito.

 

- ¿La lengua esa de las cosas tiene Gramática?

 

A- Si, tiene que tener algo equivalente a lo que nosotros llamamos “Gramática”.  Es que cuesta salirse del Hombre, es que es un Patriotismo duro, y el reconocimiento se puede formular así: “tiene que tener algo que equivalga a lo que nosotros llamamos “Gramática”, es decir, no puede ser una cosa meramente semántica por decirlo así, como nuestros significados, sino que tiene que convivir con una especie de lógica, entre la cual figure también el cómputo de alguna manera, alguna realización de cómputo y de medida.  Algo de eso, aunque no podamos concebirlo, no podemos menos de atribuírselo. No podemos por menos de atribuírselo si queremos salirnos de nosotros, vamos, sino...

 

- ¿Pero no te parece que esto que acontece específicamente a los humanos, que es el saber de la muerte, o la conciencia del tiempo, es algo que aunque se de en los animales, o en las plantas como presentimiento o lo que sea, no puede ser nunca lo mismo, tienen que ser de una categoría totalmente desconocida y diferente a lo que acontece a este que piensa y que habla, tiene que ser de otra indole?   Esto que llamaba antes Virginia “conciencia”, pero podemos llamarlo de otra manera, sencillamente el sentimiento de la muerte, el sentimiento del tiempo.  Eso, si te fijas es específicamente humano; entonces, cuando uno está viendo una rana o lo que sea, lo único que parece que le comunica con ese ser es esa especie de proyección angustiosa de lo del tiempo, porque por lo demás de la rana no sabe nada.

 

A- Vamos otra vez a lo mismo, ya que lo sacas: efectivamente, nuestra manera de tratar la muerte es la nuestra, y los abusos que constantemente en la tertulia política se denuncian con respecto a eso de la Administración de Muerte, eso pertenece a nuestra manera de ser, a nuestra Patria, no cabe duda.  Y además es lógico que una rebelión empiece por atacar lo que le toca más de cerca, y efectivamente no podemos acudir a ningún sitio para encontrar cómo se ha desarrollado entre nosotros eso de la condena a muerte como constitutiva  del Ser, y cómo eso ha dado lugar a todo el establecimiento de Estados y al funcionamiento del Dinero y todo lo demás.  Eso es lo nuestro, pero      eso no tiene nada que ver con que “algo” equivalente, proporcional y similar tengamos que extenderlo a cualesquiera cosas, porque sino entramos en grandes contradicciones.  Lo que he llamado “nuestra manera de mentir” se sitúa como una manera o caso dentro de lo que atribuimos a cualesquiera cosas, una manera de mentir que implica por tanto una forma de “contacto” que no es el nuestro con eso de “la muerte”, que es constitutiva del ser, y por tanto con eso de la “defensa”, que da lugar a la reproducción, al nacimiento de nuevas especies.

 

- Lo que se llama “instinto de vida” o “instinto de ....

 

A- Eso es lo que llamamos nosotros “instinto de vida”, y contra eso es contra lo que estoy hablando, porque efectivamente, lo normal es que se crea que nosotros, como somos algo natural, participamos de cosas que la Ciencia descubre para los animalitos, por ejemplo “instintos”, y esto es un error del que ni siquiera Freud se liberó del todo.  La propuesta está en el sentido exactamente contrario; en el sentido exactamente contrario, que es el de negarse a reconocer que esto que nosotros llamamos “conciencia” sea transmisible a los otros, y que por tanto lo que la Ciencia nos cuenta de los otros se pueda aplicar de vuelta a nosotros mismos, las dos cosas son mentira: ni podemos atribuirle a los astros o a los sapos una forma de lengua o conciencia que sea la nuestra, que sea humana (eso sería antropomórfico, como se sabe), ni desde luego podemos atribuirnos a nosotros características que nuestra Ciencia descubre para los animales y los astros y lo que sea.  Están bien claros los dos sentidos de la mentira.

 

- Tengo dos preguntas.  La primera: me imagino que estamos hablando de la Realidad, y entonces encuentro contradictorio el hecho de que la Realidad, como se ha dicho tantas veces, está hecha mediante vocabulario semántico de las lenguas.   Entonces, si la Realidad es aquello de lo que se habla con el vocabulario semántico y con los números...

 

A- De lo que se habla, eh?, porque la lengua en general, que no existe, habla de la Realidad en general, los idiomas hablan de realidades particulares siempre.

 

A- ...es inevitable, pienso yo, que desde la Realidad, cada vez que se refiera uno a las cosas lo está haciendo con la lengua que hace la Realidad.  Esto me perturba, y por otro lado....

 

A- Es que no entiendo bien lo que te perturba.

 

- Quiero decir que de alguna manera la Realidad parecería algo como que viene a haberse hecho o dado por los humanos.

 

A- No, no , ahí debe estar el error.  No, no, a ver si después de haber adorado a un Dios Creador vamos a considerar que El Hombre es el Creador.  No, no, nada de eso.  Hablamos de la Realidad con la lengua que nos han dado, con nuestro idioma.  No solo “en Humano”, sino hasta “en Español”, que es peor.

 

- El dice que el lenguaje la fabrica, y tiene razón.

 

A-  Que bueno, que si, pero que nuestra lengua no es mas que un caso de lengua.  Es normal que nosotros entendamos lo primero y nos rebelemos lo primero contra esta forma nuestra , pero que eso no os vaya a privar de...

 

- ¿O sea, que podría haber una  Realidad que no estuviese......

 

A- No, no, la misma, la misma; la Realidad está fabricada de esa manera, está fabricada con esa especie de mentira, y en el caso nuestro, pues efectivamente la fabricación se conduce por medio de los medios que son nuestros.  Pero vamos, eso no quiere decir que sea la lengua humana la creadora de Realidad.

 

- ¿Entonces cómo podemos entender que haya una Realidad, falsa además, en un idioma?

 

A- Ya,  precisamente porque nos han hecho así, porque pertenecemos a esta clase de cosas, por ninguna otra razón.  Claro, ¿de qué otra manera vamos a hablar? Que eso no nos haga creer....

 

- Es que con eso de poner la aventura del hombre al par de la aventura de las cosas parece como si lo que pudiera haber quedase totalmente comido, lo que pudiera haber en los animalitos........

 

A- Lo que pudiera haber no existe.  Con respecto a los otros existentes,, a las otras formas de existencia, lo único honrado es que nosotros nos coloquemos como un caso en una escala, y que para los demás tengamos lo que he llamado esos “sentimientos de comunidad”.  “Compasión”, porque les ha tocado existir, como a nosotros, y por tanto mentir, a cualesquiera de ellos y por especies.  “Compasión”, y por otro lado “comunidad” en cuanto que a ellos les está pasando lo mismo que a nosotros, de verdad caer en la verdad.

 

- Yo lo que veo aquí en los últimos minutos que lo que hay es una defensa feroz de la Patria, del Hombre, de la Humanidad, es feroz, no somos capaces de salirnos de ahí.

 

A- Es muy difícil.  Se puede uno ejercitar saliéndose de la Familia, y saliéndose de ser Español; se puede progresar, pero llegar a salirse de esta Patria es duro.

 

- Y luego llega la salida de la lengua, de lo que estamos hablando aquí, y la salida de la razón.

 

A- No, no, esos términos de “lengua” y “razón” podemos generalizarlos, cualesquiera los tiene, eso es común de cualesquiera.  Pero salirse de nuestra propiedad, de nuestra idiosincrasia, de nuestra Patria, es duro.  Pero yo creo que al mismo tiempo cualquiera puede reconocer que si uno no rompe con eso no puede menos de seguir falsificando eternamente, porque cualquier Patriotismo falsifica, y este también.  Son las diez, y no me da tiempo a volver sobre lo que pensaba.  Si no se oponen demasiado seguimos, y traedme lo más claras que podáis, las dudas, lo más bien formuladas posible.