30.05.2007

Tertulia Política número 75 (30 de Mayo de 2007)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

  • SENTIDO COMÚN
  • VÍAS PARA LA LUCHA CONTRA LA MENTIRA
    • Desprenderse uno de sí mismo
    • La vía del extrañamiento

 

  Tertu075-30-05-2007#Tertu075-30-05-2007.mp3

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Era tras eso del sentido común -si recordáis- tras de lo que andábamos, tras de lo que seguiremos viendo hoy, si os parece.


Tal vez, debo -antes de volver sobre ello- lanzar una maldición, una maldición del tipo de "maldito sea quien quiera convertir esto (esta tertulia o como se llame) en una especie de debate de opiniones, encuentro de opiniones personales", porque esto es justamente lo que más se opone al intento que anima -que debía animar- esta tertulia ¿no? Rehuir el modelo que nos dan las Democracias sobre las votaciones donde se trata justamente de contar, sumar opiniones personales, gustos personales, votos personales, para, una vez que se calcule el tanto por ciento, la mayoría, hacer pasar esa mayoría como equivalente de 'todos'. Ese 'todos' que, como aquí hemos descubierto, nunca puede aparecer en la Realidad, es ajeno a las cosas y a las personas.


De manera que se trata, aunque no sepamos bien positivamente de qué se trata con esta tertulia, desde luego se trata de lo contrario, eso sí lo sabemos: de lo contrario a eso que os he recordado y en ese sentido va esta maldición: "maldito sea quien de una manera o de otra quiera reducir esto a una exposición y debate de opiniones, de ideas, mías o de cualquiera de los presentes, en cuanto... en cuanto persona. Estas maldiciones no tienen demasiada importancia, una maldición al fin y al cabo es una frase votiva que si no hay ángeles o demonios que se encargan de hacerla cumplir de maneras más severas, se cumple ella sola con el propio hecho de la maldición y de dejar malditos a quienes caigan bajo ella. De manera que no es una cosa muy seria, ni que tenga que preocuparnos demasiado.


Frente a las opiniones personales está eso del 'sentido común', y como ya al final de la última sesión estaba recordándoos, sentido común se encuentra por todas partes sin embargo, a pesar de las personas, a pesar de los Gobiernos regidos más o menos democráticamente, a pesar del Comercio y su cultivo de los gustos personales, a pesar de, por debajo de, por entre todo eso podéis encontrar -encontráis- sentido común, restos de sentido común vivos por todas... por todas partes. Los encontráis cuando oís por sorpresa a cualquier persona -más probablemente de las no muy educadas, no muy sometidas al Poder- soltar algo que directa o indirectamente descubre -deja descubrir- la falsedad de la Realidad y por tanto del Poder bajo el que se pronuncia. Por todas partes.


Me permitía el otro día incluso presentar el caso de esta tertulia como testimonio, y os preguntaba y vuelvo a preguntaros "¿cómo -si no- lo entendéis, si no es por una pervivencia de sentido común que está en contra de las ideas personales? Nueve años y medio -o más- que llevamos unos y otros -no siempre exactamente los mismos, no siempre exactamente en el mismo número, pero muchos desde luego- juntándonos aquí, y naturalmente esto no se explicaría por las curiosidades o intereses por los que normalmente se explica la asistencia a cualquiera de los productos que el Mercado os vende todos los días: la asistencia a productos, charlas, teatro malo, películas que están destinadas a confirmar directamente la Realidad, la creencia en lo que está mandado, o por lo menos practicando el mero entretenimiento, la mera diversión colaborando también a su manera al sostenimiento de eso. Lo encontráis por todas partes, incluso -como he dicho aquí muchas veces- podemos encontrarlo también entre los educados, los doctos, los científicos, surgiendo de vez en cuando a pesar y en contra de las teorías que se trata de sostener, de las ideas que se trata de exponer.


Estos días mismos he vuelto, gracias a uno de los costantes regalos que Caramés me hace sacando de la red, imprimiendo para mí entradas de gente de ésta, he vuelto sobre uno de este señor Appleby (A-p-p-l-e-b-y) que ya hemos usado aquí alguna otra vez, ocupándose del Cálculo de Probabilidades. Largo artículo donde luce -me parece- eso del sentido común frente al empeño de la Física, de la Cuántica, de entender las probabilidades como una especie de propiedad de los entes -por no decir 'cosas'- propiedad de las partículas sobre lo que sea -cosa que hasta en las Escuelas se enseña y se impone a los que estudian estas cosas ¿no?- y viniendo a dar en resultados paradójicos como es que la probabilidad, como predicción, sólo vale cada vez todas las... todas las tiradas de la moneda que se hayan hecho y por las cuales se haya producido estadística -como también ortodoxamente se piensa- no van a influir para nada sobre la tirada siguiente, de forma que ésta estará entregada a cosas distintas de esta probabilidad predictiva que sean propias siempre del caso singular que de por sí (aunque esto él ya no lo diga) es inasequible a la teoría científica de cualquier tipo que sea, a la especulación con ideas.


Bueno, ¿y para qué os voy a recordar más casos?, por todas partes, por lo alto y por lo bajo, encontráis restos de sentido común, no acaba de morir gracias a que lo mismo que la Realidad general y la de cada uno nunca está cerrada, nunca está hecha del todo, siempre -por eso mismo- pueden aparecer a pesar de uno, en contra de uno, en contra de lo mandado, en contra de las ideas, en contra de los Gobiernos, pueden aparecer voces de sentido común. Ésas que, como el otro día decíamos, cargándose todas las teorías por ejemplo de críticos del Arte o demás, que... -o de la Literatura- que recomiendan y defienden cualquier producto, en el sentido de que 'es lo que se lleva', 'va con los Tiempos' -va con los Tiempos- ese tipo de Arquitectura, de Pintura, de Poesía, cargándose todo eso es capaz de decir "es feo" -feo, feo, malo-, "es feo, malo". Y eso nos queda por lo bajo y bendecidlo conmigo esa posibilidad de -a pesar de todo lo que os han cargado encima- poder decir "feo", como el niño del cuento declarar "el Rey está desnudo", "el Rey está desnudo", en contra de todos los trampantojos de los tejedores y de los señores de la corte que tienen que hacer creer en la Realidad de los trajes invisibles, que es lo que os hacen todos los días de una manera o de otra. Ése es el sentido común al que apelo.


Este sentido común está en contra de todas las opiniones, ideas personales (bueno, no debía decir "todas", ya sabéis que nos hemos prohibido -más o menos- decir 'todo' para estas cuestiones referentes a la Realidad), digamos "está en contra de cuantas opiniones se hayan emitido de voz o quedando por escrito" y "está en contra de todas cuantas puedan emitirse eventualmente" -de cuales quiera que puedan emitirse-, no hay la menor compatibilidad. Nunca una teoría, una opinión personal, una decisión personal o gubernamental o financiera  -que da lo mismo- nunca puede ser otra cosa que mentira, falsa. Lo mismo que la Realidad que nunca está cerrada del todo, está siempre amenazada por y corroída por lo sin fin, en lo que estamos cayendo, y gracias a que cada uno de nosotros -elementos de la Realidad- tampoco estamos bien cerrados del todo, gracias... gracias a eso nunca podemos ninguno de nosotros decir verdad, ni la Realidad puede ser verdad. Y esta... esta declaración es algo que también dejo que me salga y os propongo que os salga como voz del sentido común: no hay la menor compatibilidad: nunca nadie ha dicho la verdad respecto a este Mundo ni puede decir. Este Mundo -sus Istituciones, tanto las políticas como las familiares, como las científicas, como las filosóficas- este Mundo es esencialmente falso, y por tanto no cabe semejante suposición.


Y esto sólo puede decirse gracias a nuestros fallos y roturas, gracias a que pueda algo de sentido común quedarnos por bajo de nuestras ideas, de nuestras personas -de nuestras personas-.


Por tanto, en esta política que nos traemos, esta política de pueblo-que-no-existe, esta política de abajo, de veras contra el Poder, parece que el camino es necesariamente romper con las propias ideas, creencias, gustos, o sea, romper con uno mismo, romper uno consigo mismo -romper uno consigo mismo-: d e s p r e n d e r s e; desprenderse en lo posible de eso, de sí mismo, de uno mismo. Sólo eso puede ser política de veras, sólo eso puede ser política de abajo, política del pueblo, política contra el Poder. Cualquier connivencia entre la persona de uno y el Poder organizado o la Ciencia, os mete ya en la Democracia, la obediencia, la ortodoxia, cualesquiera de las istituciones con las que la Realidad se costituye y se sostiene.


Lo que pasa es que esto de desprenderse uno de sí mismo, esto de romper uno consigo mismo -como se rompe un matrimonio, como se rompe un pacto- es evidentemente (no hace falta que os lo diga) sumamente dificultoso, expuesto a toda clase de equivocaciones, fallos, no tiene mucho sentido (ya, en sesiones pasadas de la tertulia, esto del "uno consigo mismo", de "uno a sí mismo", y cosas por el estilo, a propósito del Amor, lo habíamos sacado a flote) no tiene sentido, no es muy claro eso de que uno se desprenda de sí mismo -sus opiniones, sus creencias, sus gustos, su situación- se presta a equivocaciones. Los que lo han intentado -lo habéis intentado alguna vez- pueden ser testigo de esto mismo: cuando uno cree haber roto consigo mismo, en el paso siguiente descubre que se ha recostruido, que esa rotura ha servido para recostruirlo en su persona, es el fruto de esa equivocación.


Una de las equivocaciones es la del suicidio por ejemplo, que está fundada en la misma... en la misma equivocación respecto a uno, y que quiere decir 'uno consigo mismo' y 'uno respecto a sí mismo'. Esa equivocación, digo (respecto a esta guerra contra el Poder, respecto justamente a esta guerra de lo que no existe contra la existencia impuesta y la mentira de la existencia) que un suicidio puede que sea la solución pero la solución es evidentemente también para uno nada más -nada más-; no puede de ninguna manera pretender que el problema y la duda que aquí estoy tratando de hacer florecer tenga que ver nada con esto. Lo que pasa es que el suicidio es como los negocios y como la Ciencia habitual, es solución para ir tirando (aunque en el caso de suicidio parezca muy absurdo, pero es así). Es solución para ir tirando, es decir, para los fines o necesidades prácticas de uno, de una Sociedad, de una forma de Realidad o de otra, pero nada más, nada más.


Es una muestra un poco extrema -la del suicidio- de lo que estoy presentándoos como riesgo de equivocación costante y enorme dificultad para seguir por esa vía de desprenderse de uno mismo.


Ah, me acuerdo ahora de que hay unos versos de Don Antonio Machado, de los  que laboriosamente se han ido rescatando estos últimos tiempos, en este caso no se trata del precioso texto que Antonio Fernández nos trajo de los encontrados en los archivos de la familia, en Burgos, sino de los otros que proceden de Sevilla, también sometidos a un registro muy sistemático. Tenéis que no disculpar sino comprender la contradicción de que cite a una persona después de todo. No la cito porque piense que esos versos ni ningunos van a decir la verdad (ya hemos dicho que eso no puede ser) sino porque evidentemente pueden tener algo de lo que estoy llamando 'sentido común' y por tanto de descubrimiento de la falsedad de la Realidad.


Esos tres versitos se leen en esos manuscritos de Sevilla de los que me han comunicado la edición, se ven un poco mal pero yo creo que las dudas respecto a la letra, por lo que veo en el facsímile, no son tan graves, que se puede leer, y dicen


"Finé. (Ésa es la primera frase): "finé", que es la sorprendente y que hace desconfiar de la letra pero que creo que [no cabe duda]: "finé", "finé" ('terminé' por no decir 'morí')


"Finé. ¡Cómo se ilumina
el mundo!: por todas partes
asoman ojos que miran".


"Finé. ¡Cómo se ilumina
el mundo!: por todas partes
asoman ojos que miran".


Es uno de los hallazgos que, entre tanta -necesariamente- bazofia y cosas sin interés, nos puede, a pesar de todo, devolver algunos de estos... algunos de estos laboriosos estudios y recostrucciones de manuscritos. Me había sorprendido sobre todo porque hace muchos, muchos años, por mi parte me había salido algo parecido en una canción que a lo mejor recordáis porque la cantan mucho por ahí Amancio Prada y otros -creo- con la música de Chicho El mundo que yo no viva -El mundo que yo no viva- donde se alude también de otra manera esa maravilla que se dice en estos:


"Finé. ¡Cómo se ilumina
el mundo!: por todas partes
asoman ojos que miran".


Por lo menos, desde el punto de vista negativo, lo entendéis bien y va en el sentido de todo lo que este rato os he estado diciendo. Es la renuncia, desprendimiento de la propia persona, la vía que se puede ofrecer para esta lucha contra la mentira que aquí nos traemos ('lucha contra la mentira' quiere decir contra la Realidad y contra el Poder, porque el Poder y la Realidad son esencialmente mentirosos, no hace falta repetirse demasiado). Nos traemos una lucha contra la mentira seguros de que lo que no podemos poseer nunca es la verdad, ni uno ni el conjunto, pero sin que ello nos quite este impulso -de lo que he llamado 'sentido común'- a descubrir la mentira, ponerla al descubierto como [cualquier] mentira.


Bueno, evidentemente esos versos -como aquella canción que saqué- están hechos en una trama en cierto modo imposible, porque uno es el que lo dice, el que está hablando, y otro es aquél del que dice "finé", o el eventual de la canción "que yo no viva". Pero de todas maneras, a pesar de esta imposibilidad de tomar literalmente esas fórmulas, puede que tengan eso que digo de atisbos de sentido común, y por tanto de descubrimiento de la falsedad.


Pero bueno, lo que os estaba diciendo es que evidentemente esta vía de desprenderse uno de sí mismo, aparte de ser confusa y peligrosa, es por lo menos sumamente difícil, espinosa, y tal vez es preferible tirar por una vía de sentido contrario, que es la vía del  e x t r a ñ a m i e n t o, del encontrar extraño el Mundo: el descubrimiento, sensación, padecimiento de la extrañeza, de la extranjeridad (casi diríamos) de la Realidad, de las cosas, del Mundo, de las personas. Porque lo malo que nos pasa y que nos tiene sometidos al Poder, al Régimen -y desata por tanto en contra este intento de lucha contra el Poder- es que nos lo tomamos todo como muy 'natural', nos lo creemos, nos lo creemos.


Es raro en cada uno -supongo que vuestra experiencia lo confirma- el vislumbre de cuando en cuando de esa extrañeza, de sentir hasta qué punto es extraño esto que se nos vende, esto que se nos cuenta, esto de las cosas, esto de las personas, esto de las caras, esto de las teorías también científicas o de otro orden.


Eso es a lo que aludo como 'extrañamiento'. Porque el mal es que el Mundo, la Realidad, es siempre demasiado 'propio' -propio-, 'personal', 'nos pertenece'. Supongo que me seguís, no tanto con las ideas, como con vuestro sentimiento. Fijaos que os estoy proponiendo la vía contraria del desprenderse de sí mismo, y ésta tiene que estar fundada en que la Realidad (no yo, sino la Realidad misma) es siempre demasiado personal. Es siempre demasiado personal, demasiado propia, y es eso lo que hace que no practiquemos más que por raros vislumbres ese extrañamiento, esa resurrección de la extrañeza de que os hablo: demasiado propia, demasiado personal, demasiado poseída.


Evidentemente se puede decir que el Mundo está hecho por uno o para uno, pero se puede decir del revés también: la Realidad de uno consiste en la Realidad de las cosas; la Realidad de las cosas consiste en la de uno, y en ese sentido es en lo que se dice que la Realidad es siempre demasiado personal, propia.


Estoy aquí jugando con un adjetivo que en griego lo dice de una manera bastante más clara, el adjetivo ídios (ídios, í-d-i-o-s, tal como suena) que quiere decir justamente todo eso: personal, particular, propio, propio de uno, propio de tal cosa: ídios, no tiene que ver nada con la raíz de 'idea' y de todo eso, es una mera coincidencia, que desde luego se le puede sacar jugo, pero -vamos- evidentemente son raíces distintas. Ídios tal vez puede haber tenido en su origen la raíz del pronombre reflexivo *sw (s-w con asterisco en la notación indoeuropeística: 'suyo', 'suyo', 'propio'; es posible, aunque hay dificultades).


Ese adjetivo lo conocéis muchos de los que habéis andao conmigo estos años porque es en el que la razón, a través de Heráclito, pára mientes también para condenarlo. Para condenarlo cuando declara cómo "razón es común", "común es a todos el pensar"; pero por otra parte, en otro fragmento, "cada uno"... "pero cada uno tiene su idíen phrónesin", es decir, su pensamiento, manera de pensar, ideación particular, propia: idíe, idíen phrónesin...


Bueno, eso era para que se viera un poco más claro -yo creo- el sentido en que digo lo de privado, personal, propio, como característico no ya de una persona sino de las cosas mismas: son demasiado propias (por eso digo "es propio de ellas"), son demasiado propias (por eso uno se las toma como 'naturales', por eso uno no se extraña de ordinario).


Y se puede todavía dividir esta idiocia -que nos aparta del sentido común- diciendo primero "son demasiado propias del hombre" ('el hombre' contra el cual ya hemos estado maldiciendo, contra cualquier forma de humanismo que hace que efectivamente las demás cosas aparezcan como 'centradas en' y como 'destinadas al' hombre. Ya recordáis los sabios antiguos... -vamos, los sabios poco sabios- los sabios sometidos y los sacerdotes cómo explicaban el Mundo diciendo lo bien que ha preparado Dios todas las cosas para nosotros, precisamente para los hombres: todo lo ha hecho... todo lo ha hecho para bien de la humanidad. No quiero recordaros estas tremendas aberraciones pero que tanto éxito han tenido, y de las cuales, sin duda, tienen que quedar por ahí restos). Pues eso es también ídion respecto al hombre, respecto al hombre: la sumisión de las cosas que andan por ahí interminablemente puesto que la Realidad está abierta: la reducción a una especie de humanismo. Y lo mismo "son propias de uno" -de cada una de las personas- porque lo uno va con lo otro gracias a que uno mismo se considera un caso de hombre -a la fuerza- aparte de ser un tipo distinto de todos los demás, sin embargo es también un caso de persona, de hombre, y también eso hace que el Mundo entero esté hecho para uno.


- Se oye poquito aquí.


- No oímos.


- Es que no oímos nada.


AGC - ¿Y qué ha pasao hoy?


- Que no se oye.


- Que has bajado el...


- Vas bajando el tono y...


AGC - ¿Sí?


- Nos hemos perdido un poco.


AGC - ¿Sí?, he bajado el volumen. Ya, ya, me he confiado demasiao en que la acústica era buena. Veo que no.


'Propio' con respecto a eso del hombre; 'propio' con respecto a uno, que tiene que considerarse como un caso de hombre; siempre demasiado propio. También respecto a uno -como en la aberración del humanismo- parece que las cosas están hechas para uno.


Notad las confusiones que se proponen -que se imponen- en las consideraciones sobre la muerte -la muerte de uno, siempre futura- y la relación con el Mundo: el mundo desaparece con uno, uno desaparece con el Mundo, cosas por el estilo. No las voy a recordar porque son demasiado triviales y alguna vez ya les hemos dado vueltas, pero en fin, basta que... basta que os las... basta que os las mencione.


Estamos, por así decir, contra toda forma de patriotismo (el humanismo es un patriotismo y el egoísmo es un patriotismo, después de todo en cuanto que 'ego' ahí quiere decir precisamente 'uno', 'uno mismo') contra cualquier forma de patriotismo cuyos engaños en otras manifestaciones patrióticas todos conocéis y habéis padecido bastante bien, lo mismo que... lo mismo que yo.


Contra todo eso está el sentido común. En los textos de Heráclito a esto otro, frente a lo ídion, se llama xunón -xunón- (x-u-n-ó-n), xunón (con acento en la o: xunón), un término que juega con otro de significado parecido koinón (k-o-i-n-ó-n, con acento en la o también: xunón - koinón) que él distingue más o menos, y que es el que estoy empleando aquí cuando hablo de 'común', de 'sentido común' como precisamente 'lo no personal' -lo no personal-.  Koinón puede que quiera decir más bien algo como 'público', y evidentemente no es lo mismo, pero en [el fragmento] correspondiente tal vez hayáis visto que se razona cómo se pueden relacionar uno con otro ¿no? Evidentemente no exactamente que 'público' quiera decir 'común', valga por 'común', pero sin duda hay esta relación de que es más fácil en una reunión pública -como ésta por ejemplo, una reunión pública relativamente numerosa- ese cierto extrañamiento, ese cierto abandono del patriotismo personal, más que en un coloquio familiar (novio con novia, padre con hijos y cosas por el estilo), y no digamos en la soledad en que uno dialoga consigo mismo. Es más fácil simplemente    -parece-; es más fácil que algo de eso improbable de desprender -el desprendimiento de uno mismo, que ahora es por la vía de extrañamiento del Mundo- se produzca en público que no en privado.


Claro, lo que los poderes llaman 'público' ya sabéis que es, por el contrario, una reunión de individuos, y eso ya no vale para nada, sino que incluso la idiotez propia de cada uno puede verse simplemente sumada, sumada y multiplicada en una de las multitudes que al Poder le gustan y que están justamente compuestas de individuos. Pero en fin, pensemos que hay otras formas de 'público' -como ésta, como ésta que con cambio de número y forma dura ya tantos años- respecto a las cuales se puede decir que es algo más fácil -algo más fácil- que 'lo común' aparezca -algo más fácil-, aparezca o por lo menos rompa un poco respecto a la condición habitual que es la de la sumisión a la persona y al Mundo tal como... tal como ideado, convertido en natural para nosotros, respecto al cual estoy proponiendo pues eso del 'extrañamiento'.


Supongo que ya todos vais sintiendo a qué aludo cuando hablo de esa posibilidad de despertarse de repente, aunque sea para dormirse enseguida, da igual, pero despertarse de repente y decir "pero esto es verdaderamente extraño, esto no tiene que ver nada conmigo, esto no se entiende, no tiene ninguna razón de ser". Y todo esto lo dice el sentido común.


Bueno, yo me voy a parar aquí para recoger, respecto a las muchas cosas que os he sacado, cualquier tipo de ocurrencias, voces, protestas, dudas, o por el contrario: testimonios en el mismo sentido que os hayan podido venir. Han sido muchas cosas pero vamos a ver si vamos ordenando un poco esta conversación, así que, adelante ya. 


- Esta palabra de 'extrañamiento' recuerda naturalmente a la alienación.


AGC - ¿"A la"?


- Alienación. Término que ha sido muy utilizado en Filosofía por Hëgel, el marxismo, etc. Me imagino que no te gustará mucho puesto que es un término muy filosófico...


AGC - No, no: se ha usao un poco al contrario. Sigue -ahora volvemos a ver eso-, sigue, sigue un poco. Sigue un poco.


- No sé, quizás, quizás te guste más un poco...


AGC - No, no, no. Pero sigue sobre la alienación, no te pese.


- No, basta. Quizás encontrar un tipo de relación con esto de que La vida es sueño de Calderón, o... de Unamuno


AGC - No, no, no. Tú no te distraigas buscando... buscando precedentes de lo que he dicho: nadie ha dicho nunca la verdad, yo tampoco en este momento, pero desde luego no he dicho nada de lo que estuviera dicho. De manera que no te esfuerces en buscar...


- Como has dicho... como has dicho que te puedes sentir como no creyéndote esto: "pero eso ¿es verdad realmente?" ¿no?, o sea, "esto es un sueño, estoy soñando" ¿no? Realmente es, pues lo de La vida es sueño de Calderón, o Unamuno que pensaba...


AGC - Muy venial. Muy venial. Cuando dices eso, lo dices de una manera muy... muy venial, muy tolerable. La gente que me ha seguido aquí sabe que los sueños son realidades igual que las demás cosas, y por tanto el paralelo no nos sirve de mucho: los sueños son Realidades. Los sueños son Realidades y tienen las mismas características esenciales, primero: el sometimiento a la identidad del que está dormido y sueña para descansar, del personaje que pueda aparecer en el sueño. Y también los mismos fallos: aquello que recordáis de "el que sueña no es ni el que está dormido ni aquél que aparece en el sueño", está fuera, en el acto, como 'yo' cuando no soy nadie, como 'yo' cuando no soy Don Agustín García, ni un hombre ni ninguna cosa por el estilo: lo mismo: una clase interesante de Realidad, de cosas, pero -vamos- nada más. Lo que he estao diciendo está (como supongo que lo has recogido) mucho más a fondo.


Es curioso que te hayas acordado de lo de 'la alienación', que -no ya sobre los filósofos, sino en jerga corriente- se emplea para hablar de los locos (de los locos que [] una condena). En que las cosas, en la jerga vulgar o filosófica, se digan del revés, era más bien un procedimiento que a veces es útil para oír cómo suenan de verdad en el otro sentido, en el sentido de la alienación, enajenación, que aquí he llamado 'extrañamiento': 'alienación', 'enajenación' pero en el sentido contrario que lo aplican los filósofos y vulgo, en el sentido contrario precisamente.


Bueno, no nos entretengamos más con eso y sigamos. Sí.


- Respecto a lo del extrañamiento, a mí hace poco me está tocando madrugar, por ejemplo, y asisto al milagro cotidiano de cada día de que me levanto muy temprano ¿no? Yo cuando salgo a la calle tengo la sensación de que no voy a encontrar a nadie, y me meto en el metro y está lleno de gente a esa hora que... que se supone que va por ahí, que va a algún lao, pero...


AGC - Pero, ¿cuál es el momento del extrañamiento?


- Bueno, cuando voy hacia la estación, que hay un montón de gente que va conmigo y que... que va hacia el metro también, y que se meten allí y que hay un montón de gente en el metro a esa hora.


AGC - Que te habías olvidao de que era así, porque saberlo lo sabías.


- Hacía mucho que no madrugaba.


AGC - Claro. Te habías olvidao, sí. Eso puede servir. Efectivamente cualquier cosa (pero no sólo entre la gente, entre los hombres, y también en general), cualquier cosa debe servir para asombrar, para maravillar. Yo cuando oigo hablar a los amigos por los Medios de las votaciones y de la afluencia en las votaciones, pues la verdad, es que me quedo como tú con el público del metro, que de vez en cuando digo "esto no puede ser", pero dicen que es, evidentemente que es así, y lo cuentan, lo cuentan por números, pero de todas formas "no puede ser", "no puede ser". Cualquier motivo sirve, sí.


Pues muy natural, la mayor parte de la gente que no ha pasao -como tú- por ese olvido del no madrugador, lo toma como natural, todos los días, cada uno que [sube en] el metro con todos los demás: esa es la Realidad, que es como si dijera la Naturaleza, como si estuviéramos hechos para eso; como si fuera muy natural que la gente anduviera a las seis o siete de la mañana en vagones del metro para ir a trabajar: ¡muy natural! Algo así que es lo que nos... Pues sí, gracias. Cualquier extrañamiento respecto a estas evidencias es bueno. Y más. Adelante.


- Bueno, yo lo primero quería felicitarle por su discurso. Que quería felicitarle. La primera pregunta que tenía era con respecto a lo que ha dicho -si no me equivoco- acerca de que "todo es mentira" -o que gran parte de lo que vivimos es mentira-. Entonces, mi primera pregunta es si nuestra existencia propia ¿es verdad o también es mentira? (ésa es la primera pregunta). La segunda pregunta -derivado del mismo hecho de la mentira- es si todo es mentira, partiendo de esa idea, entonces ¿no existe ninguna verdad absoluta?, ¿no existe por tanto la moralidad ni nada que puede definirse como bien, o bueno, frente a malo?


AGC - Bueno. Gracias. Voy a ver si te acostumbro en un rato a este dialecto que traemos aquí con el cual no se puede [] de las 'gracias', es un tipo de acostumbramiento. Primero, no he dicho 'todo', y de paso he dicho que respecto a las cosas reales no se puede decir nunca 'todo'. Lo que he dicho es que la Realidad, las cosas, cuantas ha habido, cuantas haya, son esencialmente mentira, son mentira.


- ¿Cómo diferenciamos lo que es verdad...?


AGC - Vamos a lo primero: primero que se aclare bien lo primero. Es decir, que la existencia -que equivale a Realidad- está necesariamente 'fundada en', 'funciona sobre' la mentira, la falsedad. Una mentira o falsedad -que aquí eso estamos diciendo- que por nuestra falta de extrañamiento tomamos como si fuera -para usos prácticos, para todos los fines- la verdad, salvo que el sentido común que nos queda, de vez en cuando, dice "no, no puede ser, es mentira": sentido común, ése que no existe, como el pueblo-que-no-existe, y que es por tanto el que puede decir desde fuera "¡feo!", "¡mentira!" a cualquier cosa de las que... de las que me venden.


De manera que eso perfilando lo de 'todos': cuantas cosas haya habido o haya. Después, lo de 'existir' -que es lo peor de todo-: por supuesto la verdad no existe, porque la existencia es mentira. Que de esa evidencia de que 'la verdad no existe' deduzcas la falacia de que 'no hay verdad', eso ya es cuenta tuya, si te quieres equivocar. Pero no es... no es lo mismo: existir, desde luego no. 'Existir' no existen más que el hombre, Dios, las cosas tal como se venden, las que existen. 'Existir' no existen más que mentiras; ésa es la existencia. Y el verbo 'existir' se inventó para Dios (no lo olvidemos), trataba de resumir... trataba de resumir en su propio Ser esta costitución necesariamente mentirosa que aúna ideal con Realidad, no existe. Vuestra verdad no consiste más que en descubrir la mentira: una tarea que no se termina nunca, pero, ésa es la guerra en la que estamos: descubrir la mentira de una cosa, de la otra cosa,  de la otra cosa, de una teoría, de la otra teoría, de un arreglo, del otro arreglo, y nada más.


Y eso se nos da gracias a sentido común, gracias a la posibilidad de extrañarse frente a lo que se nos vende como verdadero -inevitable, natural- siendo mentiroso.


Respecto al uso de 'todo' y de 'existir' y eso, para que sigas entrando en... hay que ponerse un poco de acuerdo en el dialecto, porque las palabras están demasiado cargadas por todas las trampas de las Teologías, Ciencias y Filosofías pasadas, y hay que guardarse de ellas. Por eso (como ya habrás podido ver) por mi parte trato de hablar en la lengua corriente -es menos peligroso- con términos de la lengua corriente y con giros de la lengua corriente, aunque sea idiomática.


- Cuando decimos "esto es feo" también estamos diciendo, de alguna manera, "esto es mentira" ¿no?


AGC - Sí. El sentido común puede decir "Es feo, horroroso", "No puede ser". Son maneras de decir, más o menos afortunadas, de decir "Es falso", "Es mentira, ¿cómo me he creído esto?, ¿cómo estoy viviendo creyéndome esto y creyendo que yo soy uno de ellos?, ¿cómo puedo [decir lo que he venido diciendo] hasta ahora?".


- A mí me pasa que de la misma manera que a veces siento eso    -¿no?- que algo es feo, que algo es un rollo, que algo es insoportable, también a veces que es una maravilla. Y eso, pues supongo que esa simetría aquí no se aceptaría también. Pero para mí surge con la misma... -no sé- del mismo sitio; parece que sale del mismo sitio.


AGC - Sí, sí. Bastante razonable. Bastante razonable. Sentido común es el que puede declarar respecto a las Realidades que le venden "feo", "mentira", y el mismo -el mismo- es el que puede sentir algo bueno alguna vez por casualidad. Tan raro es lo uno como lo otro, pero se da de vez en cuando. Se da de vez en cuando que, a pesar de la imposición de las Realidades, uno puede decir "falso"; y se da alguna vez que a pesar de la imposición de las Realidades, algo, alguien, algo en uno, pueda todavía  s e n t i r; sentir y -por tanto esas sensaciones a las que has aludido- maravillarse y disfrutar de lo bueno que es esto (que en realidad quiere decir 'lo bueno que sería') pero -vamos- no deja de ser un vislumbre. Hay que decir siempre (cuando... cuando uno tiene el sentimiento de "¡Qué bueno, el aire, respirar, todavía poder respirar", que noten que este aire que esté limpio, la montaña, el agua que esté todavía fresca; yo que no esté todavía minao por enfermedades, y tal) cada vez que uno, gracias a esas cosas, puede -en contra de lo habitual- sentir, sentir "¡qué bueno es esto!", si luego lo comenta -como ahora- tendría que pasarlo al modo irreal: "qué bueno sería esto si no estuviera lo otro", "qué bueno sería esto", no sea que esos sentimientos nos sirvan para dar razón de las Realidades en su conjunto y ayudarnos a aguantarla, que es lo que no puede ser.


Pero está bien que lo sacas. Fijaos que lo que os venden de ordinario como placeres no son más que  d i v e r s i o n e s, feas, feas, detestables, infames, falsificaciones, sustitutos, eso es la inmensa mayoría. Lo que de vez en cuando pueda darse algo de esto de placer, 'disfrute inesperado', eso más bien tiene que convertirse en un arma para denunciar la falsedad de lo que os vende el Comercio y el Poder como 'vida', como 'felicidad', como 'placer', como 'bueno'.


Pero sí, tienes razón: del mismo sitio desconocido viene eso -esas posibilidades nunca del todo excluidas de sentir lo bueno- que esa capacidad de decir NO, de decir ¡mentira!, ¡mentira, feo! Más. 
 


- Yo es que ando muchas veces horrorizado y extrañado casi siempre. Entonces, pues no sé, si Vd. me da una receta o, se me acaba de ocurrir ahora, que igual debo hacer que la gente se extrañe, pero  -bueno-, no sé. No sé, yo no sé...


AGC - ¿No presumes un poco demasiado?


- ... O tomarme un tranquimazine.


AGC - ¿No presumes un poco demasiao?


- No: me extraño mucho, mucho, de verdad.


AGC - Bueno, yo me alegro, pero -vamos- siempre me hace sospechar pero no es lo normal, como comprendes. Lo normal... lo normal es encontrar natural todo y que a uno le parezca muy bien ordenao. No, no desconfío, me alegro de que... de que tú tengas ese sentimiento o evidencia con frecuencia. Y no hace falta que busques receta ninguna porque con eso basta: sigue, extrañándote cada vez más, no hay que decirte más: cada vez más, cada vez más extrañao y por tanto acabes con más sentido común y de ahí te vendrá todo lo demás. No te preocupes de buscar ninguna otra vía.


- Lo que pasa es que normalmente no se está por la labor de extrañarse de nada, y entonces creértelo todo, y además viene desde pequeño que te han educado para eso, te han hecho creer que la vida es eso, que uno tiene que creer que es, o llegar a... O sea, entonces ponerse simplemente a hablar de extrañarse, pues eso es que... Tú te pones a hablar de esto con alguien y... aquí lo hablamos, en esta tertulia, pero yo no sé si vosotros lo habéis intentao hablar con alguien fuera de la tertulia y, bueno, te dicen "Pues no serás nadie tú", o... Lo normal es defenderte y querer ser alguien y seguir creyendo que...


AGC - Aquí, más que hablar de ello, yo lo que querría es que lo hubiéramos estado practicando por lo menos un rato; practicando la facultad de extrañamiento, más que hablar de ello (que también hablamos de ello). Pero lo otro es normal, todos los que te educan y te dicen eso y te venden esto y lo otro, lo hacen con la mejor intención del mundo, y además te hacen recomendaciones que son para los fines de tu Realidad personal. Pues, no siempre, pero en muchos casos a lo mejor, pues sí. Claro, recomendables para ir tirando. Como en todo lo demás. Como en todo lo demás es todo lo más que puede ofrecer una moral, una política, una ordenación: que en algunas cosas te ayude a ir tirando. Es decir, 'para todos los efectos prácticos'. Es lo mismo que cuando aplican Matemáticas a cuestiones de Física o de Informática, dicen "para todos los efectos prácticos", quiere decir para todos los efectos del desarrollo, del desarrollo de la teoría o de la ecuación que sea, ¿no? Es todo lo que te pueden dar. Te lo dan, te lo dan, no vamos a estarnos indignando con cada uno de los que con toda la buena intención te venden algo que te sirve para quitarte los callos, o que te sirve para poder leer en una lengua extranjera, o... Hombre, la verdad es que ni siquiera eso lo hacen bien ¿eh?, eso es la verdad. [Esto de lo que hablamos] estamos en un terreno muy rastrero. La verdad es que todos los librotes que se publican respecto a 'cómo vivir bien' y 'la salud' y todo eso, son prescripciones imbéciles y no dan mucho allá. La gente los compra y se lo traga junto con todo lo demás ¿no?: los que te proponen maneras de conquistar a las mujeres o a los hombres, los que te proponen cualquier cosa, y también en las intervenciones desde arriba, de los Gobiernos, de los Estados ¿no? La verdad es que la mayor parte de las veces no sirve a la gente ni para su vida corriente, ni 'para todos los efectos prácticos' sirve. ¿Quién puede sostener que el desarrollo de la burocracia -inevitable en los Sistemas- que hay, y cada vez más, sirve para la... no digo ya para la verdad, digo para ir tirando, para la vida práctica? De manera que hasta eso lo hacen mal. Pero en todo caso eso es lo más que pueden hacer.


- Me estoy acordando que el otro día vi en una revista (que pensé comentártelo) un anuncio de... era para algo... no sé si eran unos cereales o algo así para adelgazar, para tener la imagen apropiada ¿no? Y es que era increíble, porque venía un cuerpo -además retocao con fotoshop éste, que se notaba un montón- y venía un cuadrado en blanco donde ponía "Pegue su foto". O sea, que tenías que pegar tu foto ahí, te tomabas esos cereales y poco a poco te ibas convirtiendo en ese anuncio de una revista. No sé si lo habéis visto.


AGC - Un poco exagerao parece ¿no?


- Exageradísimo, pero es increíble hasta dónde cuentan con la idiocia nuestra -¿no?- porque...


AGC - Todo puede pasar. Bueno. Dejemos ya esta cuestión. Que quede eso claro. Es todo lo que en Realidad se puede dar: 'para todos los efectos prácticos' que ni siquiera es verdad. Que ni siquiera es verdad desde el punto de vista más rastrero. Bueno, más respecto a las cuestiones importantes. Sí.


- Yo es que tengo... es que continuamente me extraño pero me enfado, porque veo tanta [] y tanta estupidez que no sé cómo hacer que eso no me afecte tanto.


- Hay mucho hijo de puta suelto -perdón-.


AGC -¿Cómo?


- Que hay mucho hijo de puta suelto por la vida.


AGC - Bueno, yo no le digo nada. Termina. Pero que no importa el que se produzca ira. A mí me sucede. Además, la tertulia de hoy ya sabéis cómo la he empezao, con una maldición: "Maldito el que o la que quiera convertir esta tertulia en una disputa de opiniones de unos y de otros, y a ver quién lo dice más bonito, tiene más razón, y quién es el que vence en definitiva" ¿no? "Maldito quien haga esto". Es una muestra de la ira que a mí mismo me entra, y no me explico... Lo que pasa es que -bueno- yo pongo el acento en el propio extrañamiento, que después eso produzca ira o que se lo tome uno más en calma es muy secundario.


- Es que además cuando te enfadas, dice "No, es que -bueno- vas a perder, porque te enfadas y luego te tienes que desenfadar, mejor que no te enfades". Digo "Y encima te están dando. Todo el mundo entra al trapo y nadie dice nada".


AGC - No: si entras además en disputa no te quiero decir, entonces te toman eso que podía ser un descubrimiento, un  extrañamiento de verdad, te lo toman como una actitud tuya, personal, y entonces ya no sirve para nada. Pero eso no quita para que... Ya recordáis las dos vías: una vía para esta política de lo común que es 'desprenderse de uno mismo', tiene evidentes dificultades, ya lo hemos visto con el caso del suicidio por ejemplo. Y en cambio, si reconocemos 'que el Mundo es siempre demasiado personal' -las cosas- que las cosas están hechas demasiado para nosotros, lo mismo que Dios había hecho el Mundo para los hombres, como contaban Jenofonte o los curas más tarde ¿no? Si nos damos cuenta de eso, entonces el extrañamiento respecto a eso -el extrañamiento, el descubrir lo que nos es ajeno, el enajenarnos respecto a eso- puede que sea una vía más practicable -¿no?- en cierto sentido. Pero, bueno. Más.


- Cuando hablas de 'extrañamiento' a mí me parece que no necesariamente eso lleva siempre al sentido común, porque está en función de la Realidad que yo conozco. Entonces, yo me puedo extrañar de cosas pues simplemente por el hecho de que no las conozco. Pero eso no me lleva a tener más sentido común. Es decir –vamos- lo veo como estar en la Realidad ¿no? A mí personalmente me interesa más eso de desmontar la Realidad como descubrir la mentira, porque podría llegar un momento que decimos "Bueno, después de esas mentiras queda algo de verdad", y entonces, primero desmontamos la mentira y es más fácil. Pero por ejemplo, eso, en la televisión cuando alguien dice una mentira, ya le catalogas y dices "Ya es mentira todo". O sea, no implica... en ese proceso no implica... dice "Bueno, pobre, ha mentido una vez, lo que queda debajo puede ser verdad", pero no, cuando hay una mentira, si miente una vez, después miente otra, miente otra, la tercera ya implica... el proceso es diferente: nosotros venimos aquí, desmontamos la... pensamos que esto es mentira y decimos "algo queda de verdad".


AGC - Bueno, pues no sé si te he seguido bien. No sé cómo has venido a parar aquí, después de la manera que empezaste ¿no has venido a parar en lo de "una vez que maté a un perro me llamaron mataperros"?


- Sí. Bueno, porque lo del extrañamiento me choca.


AGC - Que no sé bien. En todo caso no es así. Sí, lo primero que decías era una dificultad que había que sacar. Efectivamente, si uno por ejemplo se coge -como le hacen coger costantemente- el avión y se va a Francia o a Malasia y ve las costumbres que hay allí -me parece que estabas hablando de eso-, claro, te pueden extrañar esas costumbres porque no son las tuyas. Pero eso no tiene que ver con lo del extrañamiento. El extrañamiento quiere decir que aquello que siempre se toma como demasiado natural, humano, propio, se descubra que no tenía nada ni de natural, ni de humano, ni de propio. Porque respecto a las costumbres de la Malasia o de Francia no hay un verdadero extrañamiento, uno se extraña en ese sentido superficial pero reconoce que aquello son costumbres, cada país tiene las suyas, eso lo sabe uno ya, está bien educao, cada país tiene las suyas, que se trata más o menos de adoptarse, pero se trata del reconocimiento, del reconocimiento de la extranjeridad...


- Hombre, yo me puedo extrañar de no ir en coche todos los días y tener que coger el metro -¿no?- por ejemplo. Quiero decir que te extrañas... Es que ese concepto de ver...


AGC - No, no. Pero no, no, no: eso es rebajar...


- Es mucho más raro, es demasiado vulgar.


AGC - ...es rebajar o más bien elevar una superficie... Eso no es lo que se os está diciendo por 'extrañarse': reconocer la extranjeridad del Mundo en general, que es extranjero con respecto a uno, con respecto para eso del hombre; eso es otra cosa distinta. Y las diferencias sociales o de costumbres, incluso de lenguas, idiomas, entre unos y otros, no nos sacan de la Realidad. Esas diferencias, por el contrario, están costituyendo la Realidad, hacen la identidad de cada nación, de cada uno, cada cual con sus costumbres, cada cual incluso con su idioma. Sí.


- Pero yo creo que con respecto a lo que ella dice, las cosas precisamente son cosas porque se las conoce. Entonces, la cuestión es extrañarse de eso que se da por natural que sea así.


AGC - Sí. Eso conviene recordarlo: no hay cosas sin ideas de las cosas...


- Porque decir "las cosas no las conozco", no se puede decir, porque lo que no se conoce no se sabe lo que es. Las cosas son las cosas que se saben lo que son, ¿no?


AGC - Las cosas no saben lo que son, las cosas se creen que lo saben, y esto que decimos de los hombres tendríamos que aprender a decirlo de las cosas sin más, como representantes cada una de esta falsedad costitutiva de la Realidad.


- Yo quería comentar que parece que hay una forma de extrañamiento con respecto a la idea que uno tiene de sí mismo. Yo he oído decir "Es que yo no soy así", "Es que me han hecho ser así".


AGC - Sí, eso depende de cómo se tome, por cualquiera de los dos lados. Porque, sí, evidentemente hay lo que hemos dicho en el ejemplo del niño al que ponen delante del espejo por primera vez y le dicen "Mira, Celita, qué guapa estás", y dice "Pero yo no soy ése". Eso es al nacer, al nacer el problema, desde ahí mismo. Y efectivamente uno puede no estar conforme -y le sucede muchas veces- con la cara que el Mundo le ha hecho; el nombre, renombre, que le han atribuido, le han echado encima; el nombre incluso que le han puesto, nombre de pila que le han puesto sus padres. Puede uno no estar conforme -conforme- con eso, pero eso no es extrañarse de uno mismo. Extrañarse de uno mismo quiere decir eso: extrañarse de estar aquí, de que se hable de mí, de que yo hable de mí, de que me comporte como si fuera uno, y de que... todo eso; todo eso es mentira y evidentemente ese extrañamiento a lo que lleva es a que yo me quede sin ser nadie, nada más: que yo me quede sin ser nadie, o sea, de verdad -de verdad no de Realidad, no en Realidad- de verdad: yo, nadie; ese extrañamiento más profundo, sí. Sí, conviene separarlo también de eso, de la disconformidad respecto a alguna de las caretas que a mí me han puesto. Evidentemente con frecuencia uno está disconforme con la careta que le ha tocado, pero eso no quiere decir que se haya desprendido de la careta sin más, quiere cambiarla, quiere cambiarla por otra, quizá de otra manera.


- Y esto que has dicho de que uno se quita una careta y aparece otra, se vuelve a realizar, digamos.


AGC - Sí, sí. Sí, vuelve otra vez a eso. No hay un verdadero extrañamiento.


- O sea, ¿no hay posibilidad de descreerse uno?


AGC - ¿Qué?


- ¿No hay posibilidad de dejar de creer en uno?


AGC - Sí, posibilidad sí. Las posibilidades son sin fin. Simplemente hemos vuelto a la primera vía, que es la que decía que era muy difícil, muy dificultosa y da lugar a todo este tipo de errores, de los cuales el ejemplo extremo era el suicidio. Por eso es tal vez mejor empezar por el Mundo, por las cosas ¿eh? Eso es lo que he estao proponiendo. Tal vez es más fácil. Tal vez es más fácil no intentar directamente desprenderse uno de sí mismo, que es peliagudo, pero empezar por reconocer la extranjeridad, la no propiedad, la no pertenencia de las cosas, del Mundo -¿no?- apoyándose en lo que yo pienso que es un sentimiento -de vez en cuando- un sentimiento de vislumbre, de extrañeza. Apoyándose en eso, lo mismo que en general las vías de la razón se apoyan en sentimientos ocasionales que a la gente puede venirles. ¿Qué más quedaba por ahí?


- Quería ya hace un rato decir una cosa -perdón-: esto, lo de común y público, hay que ver cómo el Poder -que debe de tener un miedo a algo así, por supuesto, evidentemente que lo tiene- coge y hace por ejemplo Ministerio de Administraciones Públicas, en vez de ser Ministerio de Administraciones de Muertecitas o de Muerte de cada uno ¿no? Con lo de 'pueblo' también cuando hace -¡ala!- Poder Popular, es decir, esa falacia que es la Democracia en cuanto a sus términos. Y entonces, ellos están hablando continuamente desde el Poder de 'lo público', cuando no es más que una operación privada, sobre todo de la Banca -vamos- cuando hace todas esas costrucciones bárbaras que cada día se hacen para mover el Capital, y entonces eso lo quieren asimilar, pero a mí me parece que esa asimilación (a ver qué os parece o qué te parece a ti) es posiblemente porque no están seguros tampoco de estar ahí arriba y tienen que buscar dentro de lo que más pueda estar atacando a la estructura, incorporarla para ser un arma de Poder.


AGC - No se puede uno fiar desde luego de ninguna palabra del vocabulario de un idioma. Evidentemente 'público' está tomao -como Galín dice- por el Poder en muchos de sus usos: Administración Pública, 'pueblo' o por lo menos 'popular' está tomao también por el Poder; hasta 'común' -que he preferido- no se usa, no se habla mucho de 'el común', ni de 'lo común' tal vez, pero bueno, ya sabéis que incluso estuvo al menos tomado por el Comunismo. De manera que no se puede uno fiar de ninguna palabra, no. Gracias a que podemos jugar de tal manera que las palabras declaren su propia contradicción y les haga salir de su significado habitual. Por supuesto, el Poder necesita -como cada quisque- mentir porque tiene miedo. Ése es el secreto de la Realidad. La Realidad está hecha de miedo, por lo cual decimos una y otra vez que el Futuro, la creación del Futuro, es la primera forma de Realidad. Y esto que se aplica a uno, pues imagínate cómo no se le va a aplicar al Estado -al Estado en general y a un Estado en particular-, claro está, por supuesto, tiene que sostenerse, tiene que hacer su Futuro, igual que las personas, y naturalmente eso quiere decir 'miedo' y por tanto quiere decir engaño, falacia, como las que has puesto de relieve. 


- Yo pienso que no es fácil y no se encuentra uno cómodo extrañándose, y tiende rápidamente a defenderse con esa frase de "No me extraña nada" porque realmente le altera; le altera porque le rompe esa... lo que para él es cotidiano y es normal, entonces se tiene que enfrentar a algo anormal. Y pienso esto porque de hecho cuando tú le dices a alguien algo que piensas que le va a extrañar, porque cuando menos es una sorpresa o se sale de lo que entendemos normal, efectivamente nada más contárselo pone una cara de extrañeza y se queda asombrao, pero parece que el extraño y el asombro le dura lo que la cara; o sea, que una vez pasao y cuando le cuentas un poco más, ya le parece normal. O sea, sea con cosas políticas porque nos las cuentan tantas, o con cosas más trascendentes, de eso de que sentimos algo más interior, pues sí, la cara le dura un istante, parece que eso es lo que le dura la extrañeza para acto seguido empezar ya a pensar que es normal y que de hecho no se tiene que extrañar.


AGC - Sí, y uno mismo. En realidad cuando nos enfrentamos con cualquiera de los regalos venenosos de la Realidad -en Política, Comercio, en lo que sea- estamos diciendo -no al mismo tiempo, pero seguido- "No me extraña nada", y luego pasando tal vez al extrañamiento de que he hablado. Pero lo primero: "No, no me extraña nada", porque realmente es muy difícil que a uno le extrañe en el sentido de encontrarlo nuevo o sorprendente. Nada de lo que pueda resultar de unas votaciones, o de lo que pueda salir en una televisión, o de lo que puedan decir un marido y una señora, es dentro de su casa ¿como le va a extrañar?, si está sabido, se sabe de antemano cuál es ¿no? De manera que se dice "No me extraña nada". Pero en contra de eso es como viene lo del extrañamiento que he dicho: el decir "¿Qué digo que "no me extraña nada"?, esto es increíble, ya sé que no es nuevo, ya sé que es repetido hasta la saciedad, pero eso no importa para nada, de todas formas es inaguantable, feo, no puede consentirse ni por un momento": el extrañamiento acompañado de ira o no, pero sí, hay que pasar por ese paso. Por otro lado, lo del extrañamiento viene contra esta actitud de conformidad que a veces consiste en el "No me extraña nada". ¿Qué más había por ahí?


- Yo te quería decir que a mí esto de 'extrañamiento' me parece -vamos- una cosa interesante, pero lo que... y que se produce         -normalmente se puede producir en situaciones así un poco ambivalentes o conflictivas, creo que en la duermevela y todo eso puede aparecer esa situación de extrañamiento, distanciamiento de la Realidad, las cosas más evidentes, incluso la propia identidad- pero lo que pasa es que yo veo un problema que es si profundizamos y ahondamos mucho en el extrañamiento, si este extrañamiento se mantuviese durante mucho tiempo, yo creo que no sería distinguible de la locura. O sea, un loco -yo pienso- que está extrañado. Evidentemente no ve la evidencia como la vemos los demás, o como tratamos de verla. Entonces, te quiero decir que -no sé- ese extrañamiento puede funcionar en un momento determinado, en un flash, en un golpe, pero si estamos extrañaos  continuamente, pues evidentemente...


AGC - Te va mal. Seguro que te va mal. Seguro que si sigues extrañándote mucho te va mal, o te vuelves loco, o te catalogan como tal, o te va mal en todo caso. 'Para todos los efectos prácticos', ya sabes que hay que conformarse, creérselo, tragar, y todo lo demás ¿no? Todo esto no dice nada contra esta política de abajo, de pueblo-que-no-existe, de la cual propongo que una vía sea el extrañamiento ¿no? Lo que a uno le pase, eso es cosa de la mera Realidad. [Eso no tiene mucho en contra].


En todo caso, antes -respecto a alienación o enajenación- he insistido en eso -¿no?-: nos estamos tomando el término -al revés de como el vulgo lo emplea- para solucionar problemas de un poco de tesón o insistencia en el extrañamiento que se te pueda presentar. Entonces dice "¡Ah!, claro, es que éste está del otro lao" -como dicen: "está del otro lao"-. Por desgracia no está del otro lao, los locos tampoco son del otro lao. ¿Qué más?


- Puede parecer que el extrañamiento como que fuera algo positivo, o algo que pudiera pasar en algún momento, o algo que uno pudiera estar atento para buscar, para resolver no sé qué cosa. Ahora, me da toda la sensación -siguiendo un poco tu comentario de los libros y de otras historietas- que esta cuestión está presente todo el tiempo -digamos-, que estos objetos y estas cosas y estos entretenimientos están para que el extrañamiento no aparezca, porque en cuanto le quitas la cosa, el extrañamiento lo tienes ahí, porque si no estamos bien hechos y está todo... ¿no?: "por favor, un objeto, una cosa, una televisión, un algo, porque si no el extrañamiento aparece enseguida", porque "¿qué es esto?". 


AGC - Sí, si. El Mundo lleno. El Mundo lleno. No están hechos del todo, tienen que defenderse, es lo que hemos descubierto: la condición de defensa que tiene todo esto de la mentira: tiene que defenderse y se defiende más o menos bien, y menos mal que no siempre se defiende perfecto y que está obligado a desarrollar nuevas formas de defensa y de mentira donde surge negativamente, en efecto -gracias a eso, gracias a esa imperfección, al no estar bien hechas del todo las cosas- esa posibilidad de la enajenación: "Yo no soy ése", "Ese Mundo no es el mío" -el del hombre, ni nada- "Ese Mundo es una cosa inexplicable, rara, sin nombre": enajenación respecto al Mundo.


Bueno, me parece que se nos ha hecho muy tarde, ¿no?


- "Inexplicable" ¿en el sentido de que nos tragamos cantidad de mentiras?


AGC - No. No, no, no.


- Bueno, hay una idea que no se ha hablado aquí y que es muy natural, que es la de la confianza. Necesitamos confianza. Casi todos tenemos una sed de confianza. ¿Y de dónde nos viene? Nos viene desde la niñez: mamá nos calma y nos quita el berrinche, el berreo; la figura de papá, posteriormente, es como un 'que lo puede todo', que puede contra todos los miedos. Posteriormente vamos avanzando, vamos creciendo, y necesitamos todavía confiar más en la gente que nos rodea, en la propia juventud, en sus compañeros. Hasta que llega un momento en que se rompe la confianza -eso que has dicho de "Por qué"...


AGC - "Se rompe la confianza" ¿por qué?, ¿en qué momento?


- Se rompe la confianza porque te empiezas a llevar los trompazos de la vida: empiezas a ver que ya no dependes tanto de la familia -de papá y de mamá-, ahora vienen los intereses de mucha gente que te rodea -entre ellos, los del Poder-. El Poder también confía en que la gente le haga caso, pero la gente también tiene sus problemas, tiene su falta de creencia en que todo se lo vaya a resolver, porque recibe muchos palos también. ¿Qué es lo que se puede emplear para contrarrestar esa inercia en tragarnos las mentiras y demás?: el contraste. Yo creo que el contraste entre facciones de un tipo y facciones de otro es lo mejor que se...


AGC - ¿"Entre"?


- El contraste.


AGC - ¿"Entre"?


- Entre facciones políticas que dicen una cosa o que dicen otra, es de lo mejor que se puede hacer.


AGC - ¡Ah!


- Porque cada uno tiene su interés, defiende su interés contra el interés del adversario, pero siempre hay alguna mínima realidad que de verdad alguno puede...


AGC - ¿Por qué? Esto no tiene que ver nada con lo primero que has dicho, que a mí se me alcance. Me parece que has pegao un salto. Me parece que has pegao un salto.


- Yo creo que sí, porque llega un momento que extrañarse es como una cosa natural.


AGC - No.  Una cosa que -en lo primero que decías- es razonable: efectivamente, 'para todos los efectos prácticos', un niño, un mayor, tiene que... tú dices 'confiar', yo digo 'tener Fe' -que es más mal intencionao- (en el padre, en la madre, en los amigos, en los del partido, en los de lo otro ¿no?) 'para todos los efectos prácticos'. Es mentira, todo eso es un acuerdo entre negociantes, las personas que son negociantes, cada una con su interés, [con lo amigas] que ellas son; es mentira, no tiene que ver nada con lo del enajenamiento, extrañamiento, que estoy diciendo ¿no? Es verdad, 'para todos los efectos prácticos', pues así es. Es en lo que nos han educao, a lo que estamos acostumbrados y eso nos lleva después a que esa Fe se aplique -como bien has dicho- a otras cosas que cada vez resultan más sublimes y más difíciles de confiar en ellas (como el Estado, los Partidos, esto y lo otro). Esto vale para cualquiera de las Istituciones -¿no?-, y en definitiva Fe en la Ciencia, o Fe en Dios (que es a lo más alto que se llega).


Todo esto yo no suelo llamarlo 'confianza', yo aquí he propuesto a la gente que llame 'confianza' a algo que se contrapone directamente a la Fe: 'confianza' consiste en el no saber; la Fe es creer en, haber comprobado por experiencia que sienta bien tener tal..., eso es Fe. Confiar... confiar es a ciegas. Confiar es lo que aquí puede mover esta política de pueblo-que-no-existe contra el Poder. Que confía, se confía en que las posibilidades son sin fin, que siempre puede pasar algo que no sea lo que está previsto por el Poder, lo que se sabe por un Partido o por otro.


De manera que conviene -yo creo- distinguir ¿eh? entre una Fe -como la de Dios, que es la misma del Estado, la misma del Partido, la misma de la Ciencia, que consiste en saber, una Fe que es saber: Cálculo de probabilidades, certidumbre relativa- y una confianza, que simplemente se funda en que de verdad no se sabe -de verdad no se sabe-, siempre puede pasar lo imprevisto.


Bueno, pues como esto dará lugar para más, si el Señor nos deja seguir por aquí, dentro de siete días le seguiremos dando vueltas. De manera que para los que queráis.