25.08.2014

Tertulia Política Número 8 (15 de Febrero de 2006)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

  • El "pasar" en relación con el "ser", planteado con la vieja Teología y con la Ciencia como forma actual de creencia. (O "sobre la creencia de que se pueda "vivir" siendo uno el que es").
  • Que el Saber implica Futuro.  Ejemplos en el método de demostración Científica y en el Cálculo de Probabilidades.
  • Sobre la "verdad" o "falsedad" de los "hechos futuros".

 

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TRANSCRIPCIÓN:

 

 

De los dos últimos asuntos de la última sesión os habrá quedado pendiente algo, ahora me diréis.  Por mi parte se me ocurría tomar esta fórmula muy simple, “¿qué es lo que pasa?”, porque alrededor de ella, en cuanto le demos unas pocas vueltas, surgirán muchos de los problemas que  nos traemos en esta guerra perpetua contra la Realidad, que es lo que aquí tomamos como fundamento de cualquier política que no sea la de hacer lo que ya está hecho. “¿Qué es lo que pasa?”  Incluso se me está ocurriendo que si llego a sacar ( si tengo tanto humor y conservo tanta simpatía por el público como hasta ahora), a sacar en libro todo lo que estos dos últimos años hemos estado tratando aquí respecto a este descubrimiento de la Realidad, de la falsedad de la Realidad, podría servirme como título, “¿Qué es lo que pasa?”.

 

Vaya usted a saber lo que será de ello.  En todo caso aprovecho para agradecer a los presentes, ya que hoy no estamos tantos como de ordinario, pero agradecer a cualesquiera lo que para esto han colaborado de alguna manera conmigo, empleando este odioso verbo “colaborar”, porque han sido muchas de vuestras ocurrencias, muchas de vuestras insistencias en intentar sostener ideas que constituyen, que sostienen la Realidad, lo que me ha servido de inspiración en gran parte para muchas de estas cosas, no?  De manera que por si acaso eso llega a salir, gracias a todos los que habéis estado conmigo, estéis hoy aquí o no estéis en esta disputa, en esta guerra.

 

Porque la frase “¿qué es lo que pasa?” se presta a sacar a luz unas cuantas oscuridades con las que hemos de volver.  Desde luego, se puede adelantar que” lo que pasa no es lo que es”, eso es una cosa que se demuestra harto fácilmente, y que por consiguiente” lo que es lo que es no pasa”, las dos caras de lo mismo.   Sobre eso volveremos ahora y ya me diréis.  Pero quiero también adelantaros que tenemos que recordar constantemente que esto de la Realidad, de lo que existe, se mantiene solamente gracias a la Fe de los que se lo creen, de los que creen en ella, y que este papel de la Fe que dentro de un rato, si sale, volveré a identificar con el Saber, borrando cualquier distinción entre lo uno y lo otro, esto de la Fe es una condición esencial para la existencia, para la Realidad.

 

Justamente ayer este nieto mio algo desmandao que estaba preparando una de esas columnitas que saca en “La Razón”, me había planteado algo tocante a esto con motivo del escándalo, del estrépito que estos días pasados se os ha ofrecido a propósito de Mahoma y todas esas cosas, no?, esa Actualidad que todos habéis padecido seguramente más que yo, porque a lo mejor habéis estado más atentos que yo a los Medios de Formación de Masas de Individuos.  Y con motivo de eso, me hacía notar una correspondencia rigurosa, que en cuanto a esto de la Fe rige, a saber: que así como las gentes, en cuanto se vuelven Personales, necesitan a Dios, lo necesitan para saber quién son, no perderse por andurriales desconocidos, para constituirse por tanto por supuesto en Estados, en Instituciones, en Agrupaciones, y también en cuanto a la propia alma de cada uno, así como necesitan a Dios (y esto creo que tampoco hace falta ponerlo mucho de relieve), así Dios también los necesita a ellos, a los creyentes, para saber quién es, para estar seguro de que existe.   Y tan inevitable es lo uno como lo otro, y ya veis con qué correspondencia se las tiene que haber Dios, en cualquiera de las formas en que aparezca, con los creyentes, con los fieles, y los fieles o creyentes con Dios. Sería bueno que si a vosotros os queda alguna duda respecto a esta necesidad constitutiva que acabo de enunciar, con su ida y vuelta, con dos caras, me lo hicierais saber, porque es muy necesario destruir cualquier ilusión que quede respecto a que esto no es tan riguroso como lo es: así como para saber quién son las Personas necesitan a Dios, Dios necesita a las Personas para saber quién es.

 

Pues esto una vez recordado respecto de la Fe, veamos pues qué pasa con eso de “¿qué es lo que pasa?”.  Que “lo que pasa no puede ser lo que es”, es una cosa tal vez demasiado elemental, pero que no por eso debe escurrírseos.  Lo que pasa no puede ser lo que es, porque aquí “pasa” está usado de tal manera, gracias al uso que rige en el Español vulgar y corriente para este verbo, “pasar”, de tal manera que abarque cualquier forma de “traslación” o de “transformación”, juntándose las dos en lo mismo; el movimiento local y el cambio, eso es “pasar”.  Eso es “pasar”, y es inútil y un perdedero distinguir entre “movimiento” y “cambio”, que es distinguir entre “espacio” y “tiempo”, todos estos conceptos con que os tienen bien educados en cuanto a la concepción de la Realidad, pero que aquí en esta guerra tenemos que apresurarnos a desmontar, o a desmontar un poco más cada día. Y efectivamente, ese “pasar” en cualquier sentido es incompatible con la Entidad, el Ser.  Eso de que “cada uno sea el que es”, o “cada cosa sea la que es”, eso no puede ser.

 

Eso no puede ser, y tenéis que tener en cuenta que efectivamente, cuando se separan para nuestro engaño, conformidad y consuelo, el Espacio y el Tiempo, el Movimiento y el Cambio, se usa el Movimiento para hacernos creer que puesto que uno está aquí y luego está allí, es que es el mismo, porque si no no podría decirse que Fulano está aquí y Fulano está alla.  Pero ya hemos visto que esa misma traslación no puede separarse de la transformación del Fulano mismo, del uno mismo, incluso durante el propio movimiento. De manera que es imposible, es uno de los imposibles, de los Ideales que se nos imponen para que, siendo irrealizables, sin embargo sostengan la Realidad.  Ya hemos usado unos cuantos de estos imposibles, de estos Ideales, que no pueden presentarse nunca como cosas, como existentes, pero que en cambio están sirviendo como tales Ideas o Ideales para sostener las cosas mismas, y las Personas, naturalmente, sostener la creencia en el “uno” y en el “todo”. 

 

Por lo tanto, y del revés,” lo que es lo que es no pasa”.  Esta es una necesidad que en el caso del Dios de las viejas Teologías se muestra de una manera clara, pero que como veremos si tenemos tiempo, puede trasladarse también a las creencias hoy vigentes, a las creencias Científicas, a las formas actuales de Religión con que contamos.  El que es el que es, por ejemplo Dios, ese no pasa, no puede pasar, es incompatible, dicho de otra manera, con cualquier verdadero sinfín, que es lo mismo que indefinición.  En la vieja Teología naturalmente pretende ser al mismo tiempo “infinito” y “eterno”, pero eso es una trampa, porque en “infinito” la negación ha quedado ya amansada, muerta, y por tanto no es ya ningún verdadero sinfín, y lo de “pasar” es “pasar de verdad, sin fin”.

 

Sólo con esa trampa puede venirse a la confusión, que sin embargo ha sido tradicional, entre “infinito” y “eterno”.   Tiene que ser “eterno”: el que es el que es no puede “pasar”; y “eterno”, como veis, al no tener que ver nada con “sinfín” ni con “infinito”, quiere decir efectivamente “estático”, porque sino no cabe lo de que sea siempre el mismo; “estático”, “inmóvil”, siempre perfectamente definido.  Desde luego, para efectos de la Fe, el Terror y la Salvación de las Almas, a Dios le bastaba con ser “Eterno para adelante”, por así decir, eso es lo esencial.  Como hemos visto más de una vez, el Fin es el principio, el Futuro es lo primero para este montaje de la Realidad.  Le bastaba con ser “Eterno para adelante”, sin plantear más problemas, de manera que el hecho de que también tenga que ser “Eterno por no tener principio”, es una mera consecuencia para confirmar, para reafirmar la Fe en que no tiene fin, que es “Eterno por delante”, por decirlo de esa manera.  Es curioso, recorriendo las viejas Teologías y Filosofías, bajo el Antiguo Régimen y bajo la Antigua Fe, las mañas y maneras con que tenían que habérselas con esta cuestión.  Por ejemplo, en cuanto a creación o fabricación de cosas, había que creer, por motivos bastante visibles, que el Dios puede crear cosas que sean “Eternas para delante”, es decir, cargar con esa contradicción con la que él mismo no podría cargar. “ Cosas que se crean, y se crean para siempre”, eso es lo quiero decir con “Eterno para delante”.

 

Los Angeles, por supuesto, que son una creación, y las Almas, las Almitas de cada uno de los fieles, que a su vez, aunque necesariamente creadas en un cierto momento, luego ya son para siempre.   El Fin que según aquí descubrimos las constituye, que es su Muerte Futura, se ha convertido en una Inmortalidad, que es lo mismo pero que funciona de una manera bien distinta, Eterna, para siempre.

 

Me acuerdo ahora de cómo Dante mismo,(al que tanto tenemos que agradecer que nos dejara escrita “La Divina Comedia”, que es a pesar de todos los pesares una fuente de gozos y de descubrimientos), pues tenía que caer en esa trampa, y de una manera además muy descarada, porque cae en ella, si recordáis bien, nada menos que con motivo de la puerta del Infierno.  En la puerta del Infierno Dante ve escrito cómo es que “Es la Justicia el que movió a mi hacedor; me hizo Divina Potestad, la Suma Sapiencia, el Amor Primero”.  Y para aclararlo más, añade en el otro terceto “antes de mí no hubo cosas creadas más que las eternas”.  Es decir, que la creación de Angeles y de Almas y de todo lo demás Eterno es contemporánea con la creación de la puerta del Infierno, del Instrumento de la Justicia, que es lo que hace y justifica el final,  “dejad toda esperanza los que entráis”. 

 

Una declaración que para los que aquí estamos constantemente luchando contra el Futuro cada día, (porque precisamente es Futuro lo que nos venden en primer lugar y por encima de todo), pues podría muy bien volverse al revés: “perder esperanza” querría decir “perder futuro”:  ¡Ah, que respiro de alivio!  Quitarse esta carga es ya de por sí una especie de respiración, de aliento, no?    Pero evidentemente en la intención de los Teólogos y de Dante, “perder toda esperanza”, quiere decir algo positivo, “estar condenado a la Eternidad”.  Estar condenado a la Eternidad, que es justamente lo contrario: “Giustizia mosse il mio alto fattore:/ fecemi la Divina Potestate/la somma Sapienza e´l Primo Amore// Dinanzi a me non fuor cose create/ se non etterne, e io eterna duro./ Lasciate ogni speranza, voi ch´entrate.”


Pues esto es una buena muestra de estos enredos, de estos líos en que las viejas formas de Especulación y de Fe tenían que regir, algo tarde, estas cuestiones, al no poder afrontar el descubrimiento de que simplemente hay una contradicción incurable entre eso de “pasar” y de “ser el que es”.  Eso es lo que condena al “ser el que es” en primer lugar a Dios, y después a través de él a todos los demás, especialmente el Alma de cada uno: la condena a la necesidad, ilusoria pero necesaria, de “ser el que es”.  Ilusoria pero necesaria.  Esto sólo se entiende recordando que la falsedad es constitutiva de la Realidad, ningún accidente: de la Realidad, y de la Fe por tanto que la sostiene, no? 

 

“Lo que es lo que es” quedaría condenado de antemano a muerte, si entendemos por “muerte” justamente esa confirmación del Ser, eso de que ya no pueda pasarle nada ni a uno ni a ninguna cosa.  Lo entendemos así, como muchas veces se entiende: querría decir que esta especie de Ideal de “ser el que es”, como Dios, es glosar diciendo “una condena a muerte”; y otra manera, como respecto a las Almas Personales de cada uno hemos dicho otras veces, “es ahí donde te has echado todo el Futuro encima, y gracias a eso has entrado en la Realidad y has quedado constituido.  La noticia de tu Muerte-siempre-futura es lo que te ha creado”.  Esa especie de necesidad de “lo Futuro” es el fundamento de la definición, “ser el que es”, “ser uno el que es”. 

 

Y por tanto, esta segunda vuelta de la frase se entiende bien volviendo sobre la primera.  “Lo que pasa no es lo que es”.  Es decir, que podríamos decir que “lo que pasa”, lo que nos está pasando, lo que le pasa a uno, lo que pasa en general, lo que pasa en cualquier sentido de “pasar”, será lo que quiera, pero desde luego “no es lo que es”.  Es decir, que “pasar” implica perdición en la indefinición, perdición en lo sin fin de verdad, y no puede ser nunca compatible con “el Ser”, con el ser cada uno y la Realidad en conjunto lo que es, y ser cada cosa la que es.    Incompatible lo uno con lo otro, pero por eso mismo constitutivo de la Realidad.  Así estamos hechos, creyéndonos ese imposible, creyéndonos esa estupidez: que se puede ser uno el que es y al mismo tiempo “pasar”, o como también se dice a veces “vivir”, “deshacerse”, “perderse”, “disfrutar”, cualquier cosa que queráis decir.  Esta creencia que trata de aunar esas dos cosas que no hay manera de aunar es constitutiva de uno, por supuesto, y de la Realidad en general, porque uno, ya recordáis, no hay porqué darle demasiada importancia ni a uno ni a los seres humanos, que no son mas que un caso de cualesquiera cosas.  Cada cosa está constituida de esa manera, por la necesaria ilusión de que al mismo tiempo puede ser la cosa que es, y al mismo tiempo “pasar sin fin”, “perderse”, y no hay manera. 

 

Esto es lo primero que quería recordar respecto a esto de  “el pasar” en relación con “el Ser”, y como os estaba anunciando, esto que he pretendido plantearos con nada menos que la puerta del Infierno de Dante y de los viejos Teólogos, es algo que se puede repetir cuando se considera nuestra forma actual de creencia, la predominante sobre todas las demás, que es la de la Ciencia; la de la Ciencia en conexión tan íntima que es inseparable con el Dinero, que es la Realidad de las realidades.  La vieja Religión también estaba en una conexión íntima con el Dinero, esto no es ninguna novedad, pero en nuestros días desde luego, la conexión entre eso del Dinero, que anula las cosas, que las aúna a todas en lo mismo, y la Ciencia, que es la Fe predominante y prepotente, en nuestros días se ha hecho más estrecha y más íntima que nunca, no hace falta razonarlo mucho ahora.

 

Estoy haciendo una equiparación, haciendo como si fueran lo mismo “Fe”, (que generalmente se oye cuando se refiere a Religiones o Devociones de cualquier clase) y “Saber”.  Efectivamente, “Fe” y “Saber” son lo mismo, el separarlos es una insidia para engañarnos.  “Fe” y “Saber” son lo mismo, sólo con la condición de que “Saber” incluya lo Futuro; esto es fundamental, justamente porque “Futuro” es lo primero de la Realidad.  Con esa condición, la Ciencia es lo mismo que la Fe, con la sola condición de que incluya lo Futuro. 

 

Pero justamente eso es lo que hace; justamente eso es lo que la Ciencia hace, y no puede menos de hacer, y en las investigaciones más o menos desmandadas que hemos manejado aquí una y otra vez de físicos y demás, esto se ha visto cada vez más claro.  En primer lugar, el método único de demostración, de prueba, ya sabéis que no es otro que la predicción; cualquier otra prueba, en física o donde sea, no vale.  “Prueba” quiere decir que se predice con éxito, se predice lo que le va a pasar a este átomo y a ese otro, y se predice con éxito.  En virtud de teoría y experiencia anterior, se decide “van a encontrarse en tal punto y tal”.  Se va al laboratorio y se dice “si señor, tenía razón, era verdad”.  “Era verdad”, pero es que “era verdad” ha pasado por un Futuro que estaba justamente en el método de la predicción.

 

Dicho de otra manera esto de la invasión del Futuro en cualquier forma de Saber: el Cálculo por excelencia, especialmente para la Cuántica y demás, es el Cálculo de Probabilidades, esa manera en que los viejos números han venido a convertirse en otra cosa.  Pero el Cálculo de Probabilidades, si os fijáis un momento, no quiere decir sino algo que aquí hemos considerado constitutivo, hemos descubierto como constitutivo de la Realidad: quiere decir conversión de “posibilidades”, que son sin fin, están fuera de la Realidad,( las posibilidades son de veras sin fin, precisamente están fuera de la Realidad), convertirlas en “realidades”; a través de una forma de números que es justamente la del Cálculo de Probabilidad, por supuesto, pero convertirlas en realidades, “realizar las posibilidades”,

 

Bueno, pues esto que en tales casos, en las teorías o experimentos de Física, aparece bastante claro, es lo que sucede en general.  Los que estabais conmigo ya en días pasados a lo largo de este descubrimiento, ya recordáis que presentábamos esto de la Realidad de esta manera: que por un lado es evidente que ahora mismo estamos cayendo en lo que no sabemos.  Quien no quiera sentir esto, pues será porque naturalmente tiene que salvar el Alma, y eso cuesta mucho, pero vamos, si uno pierde por un momento la necesidad de salvar el Alma y de seguir siendo el que es, cualquiera sabe que estamos ahora mismo cayendo no se sabe en dónde ni en qué, que esto de “ahora” es algo completamente extraño a todo Saber y a toda Fe: “ahora” no hay quien lo coja.

 

“Ahora” no hay quien lo coja, eso si que es “pasar”, eso si que es “pasar” de veras, y por tanto queda fuera de toda Realidad, de todo Ser.  De manera que esto es lo que nos pasa a nosotros con todas las demás cosas que nos acompañan en esta especie de estructura de la Realidad.:  estar cayendo “continuamente” en lo sin fin, es decir, en lo desconocido; y lo sin fin, si no se hace la trampa de convertirlo en un infinito, no se sabe.  Cayendo continuamente en lo que no se sabe, en lo sin fin.  Recordad de hace unas pocas sesiones, la noción misma de “continuo” es, como la de “sin fin”, es de por sí extraña a la Realidad.  La Realidad es necesariamente “discontinua”, porque tiene cosas diferentes, y estamos aquí unos cuantos que estamos separados unos de otros.  Es necesariamente discontinua, pero la caída, la perdición que nos está sucediendo ahora mismo, lo que ahora está pasando, esa es continua de veras, por eso no la podemos ni concebir ni nada por el estilo, ni saber.  Frente a esta caída, lo que hacemos, lo que toda la Realidad hace, y si se le pone un Dios a la cabeza, lo que Dios hace, es defenderse: las cosas mismas, incluso las más inanimadas, se defienden de su perdición continua por medio de una reintegración constante; las personas humanas lo mismo, como un caso más.

 

Ya recordáis que () distinguir lo de “continuamente” por otra cosa que es “constantemente”, “perpetuamente”.  En defensa contra eso, contra el descubrimiento de la propia falsedad, constantemente se están instituyendo, adquiriendo, entrando, a formar parte de la Realidad, nuevas cosas, más y más cosas.  Esta es la defensa creativa, fabricadora, que no puede ser continua porque es ya real: es simplemente “constante”, y lo primero que fabrica, la primera cosa que fabrica son “momentos”, que es justamente lo que rompe la continuidad.  Fabrica “momentos” o “veces”, ya que la Realidad está así montada sobre esta Ideación del Tiempo, sobre esta traición a lo sinfín y al “ahora” inconcebible, que consiste en un Tiempo que tiene años, siglos, horas y meses, que tiene “momentos”, y que por tanto implica la discontinuidad.

 

Este era el esquema que ahora muy rápidamente he querido volveros a recordar, para que se entienda bien lo que estábamos hablando acerca de la Fe y el Saber: son lo mismo, idéntico, sólo con que el Saber incluya lo Futuro, incluya lo que va a pasar, pero que eso es justamente lo que hace, lo que cualquier Ciencia tiene que hacer lo mismo que las viejas Teologías tenían que hacerlo, como os mostré antes a propósito de la Eternidad o Inmortalidad de Dios, y por lo menos por un lado, por el lado del Futuro, de los Seres Creados, Angeles, Almas y Puertas del Infierno.

 

Es una vieja disputa de los lógicos desde el comienzo de lo que se puede llamar Lógica en nuestro mundo la que viene a chocar con la verdad de las predicaciones en Futuro, la verdad de lo que se predica en Futuro.  Ya Aristóteles el hombre andaba enredado en el asunto de una manera interminable.   Se va a poder decir de “una batalla naval va a tener lugar mañana”,” eso puede ser verdadero”, “eso puede ser falso”.  El sentido común nos declara bien la inanidad del problema: está vacío, no tiene nada que ver, pero la necesidad de Fe y de Ciencia es pensar que sí, es decir, que de las predicaciones en Futuro se puede decir “V” y “F”, se puede decir “verdadero” y “falso”, igual que de las demás, este es el absurdo eximio. 

 

Es una necesidad, porque efectivamente el incluir lo Futuro dentro de la Realidad es esencial para la Realidad, no hay Realidad si no incluye el Futuro.  Y por tanto, como por otro lado es esencial para la Realidad el que Se Sepa, entonces la trampa es inevitable: hay que saber también lo que va a pasar, hay que saber también lo Futuro.  En contra claramente del sentido común, si he acertado a decíroslo con precisión, en contra y yendo de frente contra el sentido común, pero mostrando la necesidad.  Incluso los Lógicos, Teólogos y Científicos tenían que ir más allá todavía , porque tenían que plantearse..., (no nos vamos a entretener.con más juegos de lógica, porque a mi me apasionan mucho, pero luego resulta que nos desviamos demasiado) pero por ejemplo tenían que llegar, plantearse la cuestión de las “condicionales contrafactuales”:  “qué habría pasado en esta casa si no se hubiera presentado tu padre ayer”.  “Si no se hubiera presentado tu padre ayer, qué habría pasado en esta casa”. Esto, la verdad es que lo que habría pasado en esta casa si no tal o cual, eso los Teólogos raramente en general reconocían que eso ni Dios podía saberlo, ahí no llega.

 

Y efectivamente, digamos “ni Dios puede saberlo”.  Pero amigo, ¡cómo funciona, cómo funciona en cada uno de vosotros todos los días!.  Nada más tenéis que ver las historias referentes a la Medicina, la Profilaxis y la Curación.  ¿Cómo es que a una mujer se le puede obligar a repetir los análisis de su riñón o de su hígado una y otra vez mientras el microscopio del consultante ve que hay algunos síntomas de que pueda pasar esto y lo otro?  Pues simplemente porque tiene experiencia de lo que a Fulano o a ella misma le pasó por no haberlo hecho, de forma que si lo hubiera hecho, si hubiera acudido a la profilaxis y al examen, no le habría pasado.  Esta cosa que es muy graciosa de decir, pero que es sanguinaria de sufrir todos los días, es la que nos está rigiendo, y sino ni la Medicina ni nada podría funcionar.  Es decir, que se reduce uno a Estadística.  Es decir, uno piensa que tiene que hacerse el análisis porque a Fulano, que no se lo hizo, le pasó esto, y en cambio Fulana de tal, que sí lo hizo, se curó y quedó tan sana.

 

La Estadística, que es el Cálculo de Probabilidades,  nos rige, y resulta que aunque ni Dios puede saber qué es lo que habría pasado si no hubiera pasado lo que pasó, a pesar de todo en la práctica hacemos como si se pudiera, y la verdad llega a someterse hasta esos dominios.  Las trampas y necesidades de la Lógica entran en la Ciencia misma, en la Física, por todas partes, no?  Por ejemplo, la disputa de decenios pasados en cuanto a la confección de la partícula elemental, como partícula o como onda (de la que todos tenéis una noticia vulgarizada y más o menos traidora, pero que bueno, la tenéis), puede interpretarse en este sentido: se puede decir, (es un truco al que entre otros Epicuro mismo acudía), de decir “si, es verdad que es partícula, y es verdad que es onda, pero lo que no es verdad es que sea partícula y onda, lo que no es verdad es que sea partícula y que sea onda”.  Como veis, aquí todo el juego está en el “y”, en la conjunción: por fuerza, quien cree en verdades (y en hechos futuros) tiene que admitir verdades contradictorias, no le queda más remedio: “es partícula”, “es onda”.  Lo que no puede admitir es la conjunción.

 

“No es verdad que sea partícula y que sea onda al mismo tiempo”, este es otro de los juegos que por todas partes, desde Teólogos a Científicos, nos invaden, por esa Fe en la posibilidad de verdad o falsedad de hechos futuros.  Fijaros lo imbecil que es decir “hechos futuros”, pero sin embargo se oye todos los dias.  Con eso nos cargamos, no?  “Verdad” es lo que nos mueve a este descubrimiento y a esta guerra, a esta política, todos los días, “verdad” es incompatible con la Realidad.  La Realidad es esencialmente falsa, y el hecho de que tenga que incluir en primer lugar Futuros y Saber de Futuros, es la demostración más evidente.  La Realidad es constitutivamente falsa, “verdad” no puede tener ningún sentido dentro de la Realidad.  Pensar que una Fe o una Ciencia puede explicar la Realidad dentro de la Realidad no tiene sentido. “Verdad de la Realidad” sólo puede decirse desde fuera de la Realidad, y cómo eso puede hacerse o puede no hacerse es algo en lo que ya no voy a entrar, me voy a cortar aquí con esto, de manera que como han sido muchas las cuestiones que he ido suscitando, os dejo simplemente que soltéis lo que os venga a la boca, que tratemos de no confundirnos demasiado con las cosas que he dicho, y por tanto, ya.

 

- ¿Es posible imaginar el sinfín tanto continuo como discontinuo?

 

A- No, no, “sinfín” quiere decir “sinfín”, es imposible de imaginar por ningún procedimiento real.  Es imposible de imaginar,  imaginar sería como “concebir”, sería como “saber”, eso no puede ser.  “Sinfín” es “desconocido”.  Es decir, que lo único que está vivo ahí es la negación, el “no”, el “sin”: no tiene fin.  Y la negación, pues puede ser eficaz, en este caso puede matar al Fin (cuando se dice “no hay fin”, “es sin fin”), pero desde luego no da lugar a ningún Saber.

 

- Es por lo de la distinción entre “continuamente” y “constantemente”.

 

A- Si, tal vez es un poco caprichoso, pero como yo tenía que distinguir entre lo de nuestra caída en lo desconocido, que es verdaderamente inconcebible, por tanto “continua”, “desconocida”, y la defensa que practicamos, cada uno, los Poderes Públicos, la Teología, la Ciencia, las Ideas, la defensa que practicamos contra eso que no puede menos de hacerse por creaciones de cosas, de nuevas cosas, que tienen que ser “discontinuas”.  Como tenía que distinguir entre nuestra caída continua en lo que no se sabe y nuestra constante defensa por nueva integración de uno, nueva creación de cosas, por eso separaba así esos adverbios, en español “continuamente” frente  a “constantemente” o “perpetuamente”, que parece implica la discontinuidad.  

 

- ......la Realidad necesita ser discontinua para que cada cosa sea cada cosa y poder contarlas, y al mismo tiene que ser continua para salvar estos  abismos entre punto y punto.  Claro, uno piensa, “esto es una mentira, o es continua o es discontinua”y piensa que la Realidad es contradictoria.    Con este descubrimiento de la contradicción es con lo que siempre atacamos a la Realidad, pero yo empiezo a dudar si no puede ser también un descubrimiento del sostenimiento de la Realidad.

 

A- No puede uno en todo caso quedarse con la declaración de “contradicción”, eso no basta, eso es como demasiado cómodo.  Claro, hay muchas clases de contradicciones; esa que sacas ya he tratado con vosotros otros días de manejarla; exige que respecto a la Realidad se piense que hay por un lado “cosas”, cosas corrientes, entre ellas las Personas, los Astros, los Atomos, cosas corrientes que se constituyen necesariamente por una Idea siempre aproximativa y borrosa, y un cómputo que se define haciendo como si todas las de la misma clase fueran la misma, porque no hay otra manera de contar.  Y otras cosas que he llamado “Imposibles” o “Ideales”, hoy ha vuelto a salir alguno, que no son realizables como cosas, son irrealizables, no se pueden por tanto contar, no se pueden someter a ningún tipo de cómputo, que es la prueba de las cosas por así decir, pero que siendo irrealizables sostienen y defienden a las cosas, la realidad de las cosas.  Ya hemos visto Ideales de estos: un Ideal es “movimiento”; “movimiento” no hay quien lo cuente ni lo mida, se mide “la velocidad” y cosas de esas, pero el movimiento, no. .Sin embargo está ahí como un Ideal que rige.  “Continuo” es extraño a la Realidad, no hay “cosas continuas”, pero el Ideal de “continuo” está ahí, rigiendo, haciendo lo que has recordado muy bien, que cuando uno ve que el corredor de Zenón, o cualquiera, para ir de A a B, tiene que pasar por todos los puntos intermedios entre A y B, y ve que eso le mete en un lío, y que la discontinuidad le abre entre “momento” y “momento” una especie de abismo por donde se puede hundir, acude al Ideal: “ya, pero es que todos esos “momentos” están enhebrados en una continuidad”, y así vale, no hace falta más. De manera que la contradicción es precisamente una colaboración entre la cosa y el Ideal irrealizable.

 

- .....porque claro, si ahí estuviera la Realidad hablando, diría “Vd sabe que no soy verdad, sino que soy contradictoria, y en cuanto usted sabe que soy contradictoria, está contribuyendo al sostenimiento de mi contradicción”.

 

A- No se puede despachar simplemente así.  El que la Realidad y la Fe son contra sentido común, y en ese sentido contradictorias, hoy lo he estado haciendo ver con varios ejemplos.  Pero no basta despachar el problema diciendo “es que somos contradictorios”, que es una cosa que se hace en la vida corriente.

 

- ...dices “es que eres contradictoria”          ese descubrimiento tuyo lo único que está es sosteniendo mi condición de realidad contradictoria, no otra cosa.

 

A- Si, por eso aquí solemos decir algo mucho más gordo, es decir “es mentira”, porque sino.....Y como he dicho antes, nada a lo que se pueda aludir con “verdad” puede estar dentro de, o referirse a, la Realidad.

 

- Pero perdona que insista en mi duda () “eres mentira porque eres discontinua, eres mentira porque eres continua, luego eres contradictoria, con lo cual las cosas dirán “bien, descubriste el juego, luego estás sosteniendo mi condición de “contradictoria”, no de “mentira”.

 

A- Si, si, de “mentira”, ¿porqué no?  Estás sosteniendo la mentira, porque es la mentira lo que tiene que sostenerse.  Es el movimiento de la Realidad para defenderse del descubrimiento de la verdad que es su mentira.  Eso es una defensa frente al descubrimiento, el descubrimiento al que está y estamos todos sometidos constantemente, el descubrimiento de la mentira, de que la Fe que me sostenía y que sostenía la cosa era falsa.

 

- Y se defiende siendo contradictoria.

 

A- No, se defiende fabricando cosas nuevas.  Como te han molestado diciéndote () algo de falsedad respecto a las que había, pues “hago otras, creo nuevas propiedades”.  Como se hace en la vida corriente, y como hacen sobre todos los Teólogos y los Científicos fabricando nuevas realidades.  Pero en todo caso, esas contradicciones tienen que       liquidarse así, eh?: hay no solo cosas, sino además Ideales que se refieren a eso de la Fe, y que sostienen las cosas.

 

- ¿Y no se puede decir “como eres contradictoria eres falsa”, no es de la contradicción de lo que se deduce la mentira, o sea, que no se puede pretender por ejemplo ser “continuo” y “discontinuo” a la  vez?

 

A- No, por desgracia es algo más profundo y que no se puede manejar tan fácilmente. 

Se cuenta con que hay en nosotros, en cada cual, en la Realidad misma, hay una especie de sentimiento de lo que es “mentira” y de lo que es “verdad”, y por lo tanto una capacidad de descubrimiento de la mentira.  Hay un “amor de la verdad”, para ponerse melodramático, y es justamente ese el que desmonta, descubriendo contradicciones o de otra manera cualquiera, desmonta la Fe en la Realidad.  Quien cree que la Realidad es todo lo que hay no tiene problema, ese no viene a la tertulia, no hace política mas que la que le mandan los Señores, no tiene problemas.  Ese no tiene problemas porque ha identificado “verdad” con “Realidad” y ha dicho “lo real es todo lo que hay”, “no hay mas que la Realidad”.   Quien no ha llegado a esa conclusión, o no se ha metido en ella, pues debe ser los que estamos aquí, y por tanto en virtud.......

 

- Se me ha ocurrido una cosa que a lo mejor ayuda a aclararse, que es que la Realidad está parece ser para defenderse tratando constantemente de ocultar su contradicción, y no se dice normalmente “movimiento”, y “pasar” y “ser”, eso no puede (), eso no se suele decir....

 

A- No se suele, constantemente () forma parte de lo que he llamado “defensa”, que se da en todos los niveles, pero también en Ciencia y en eso, no?  Se buscan cosas como esas que he sacado a propósito de la onda y del corpúsculo, no?

 

- Hace poco leí algo que tenía relación con lo que hablamos ahora      donde el lenguaje no estaba compuesto de cosas, sino por acciones; por ejemplo no había “luna”, era          “lunear”.  Pero no sólo eran verbos, eran acciones, sin cosas, y ese era el lenguaje del sitio. ...
 
A- ¿Y entonces?

 

- Pues no lo sé.

 

A- Porque aquí, la constitución de la Realidad por medio de palabras y de cómputo a la que aludimos va mucho más a fondo que eso, eh?  No hay “acciones”, “sustancias” y “cualidades”, que son los trucos de nuestra Gramática Escolar:  hay “significados”, “palabras con significado”, y es muy secundario que una palabra con significado sea de acciones, sea de sustancias y demás.  Lo importante es el significado, y la Realidad se constituye de palabras con significado, de cualquier idioma, adjetivos, verbos, sustantivos, da igual, el caso es que tengan significado, que tengan esa cosa que un diccionario puede intentar definir, esas son las palabras que se usan para formar la Realidad.  Un diccionario puede intentar definir, pero da lo mismo, nunca acaba, es mentira.  Puede intentar definir lo mismo sustantivos que adjetivos que verbos, le da igual.  No se trata de una diferencia entre acciones reales y sustancias reales, se trata de una oposición entre la Realidad y lo que no lo es.  Y la Realidad está fabricada necesariamente con significados y con cómputo consiguiente, lo uno con lo otro.

 

- Yo creo que queda clara la cosa cuando se ven los tiempos de los verbos: cuando hablamos del Presente, hablamos de () y cuando ha pasado () lo analizamos () de otra manera.  O sea, que hacemos del Pasado el Futuro     

 

A- Esas son, las condicionales irreales, las contrafactuales, por eso las sacaba antes. Y en general no solo esas, sino el hablar de “hechos futuros”, el creer que los tiempos verbales de lenguas como la nuestra, que no tienen porqué ser nada universal ni mucho menos, ayudan a veces al engaño, pero no siempre.  Por ejemplo en Español si que tenemos un Tiempo Futuro, que la mayor parte de las veces ni se emplea para decir futuros ni nada. “Lo sabrá”, “habrá venido”, es la manera habitual de usar el futuro: “lo sabrá”, “habrá venido”, que quiere decir una suposición.  Y en cambio, para hacer una promesa decimos “mañana estoy aquí puntual”, y no nos hace falta para nada el futuro. De manera que este artilugio de los tiempos verbales efectivamente contribuye al engaño, pero no siempre.

 

- .....la presencia de distancias: si pudiéramos mantener la presencia de distancias ni habría Pasado ni habría Futuro.

 

A- Habrías salido de la Realidad y de tí misma, es lo uno con lo otro.  Es lo que he estado diciendo todo el rato cuando he dicho, para no emplear términos ....

 

- ()

 

A- Habría salido quien fuera, desde luego habrías salido de tí misma y de la Realidad.  Para evitar términos tan odiosos como el de “Presente” es para lo que he estado hablando de “ahora”:  “ahora” es inasible, “ahora”, lo que nos está pasando de verdad ahora mismo, esto de que estemos en “ahora”, eso no hay quien lo coja, y por tanto eso está fuera de la Realidad.  Tú y yo, de momento, no tanto.

 

- Eso es lo que digo, que estaríamos fuera de la Realidad.

 

A- No, no estaríamos, desde luego.  Pero vamos, “ahora” desde luego está fuera de la Realidad.  Tú y yo, no, no digamos nada de que nos salimos ni nada.  “Ahora” está fuera de la Realidad.

 

- Eso es lo que quiero decir exactamente, que....

 

A- Que no, que no nos podemos situar en el “ahora”.  “Ahora” es inconcebible, nadie puede estar “ahora”, ni tú ni yo ni nadie. “Ahora” está fuera de la Realidad, por tanto nadie real puede estar “ahora”.  Ahora, si uno ya no es nadie real, eso ya no se sabe, pero nadie real puede estar “ahora”, “ahora” está fuera de la Realidad.

 

- A lo largo del tiempo que he escuchado aquí, desde luego estamos constituidos por una Realidad falsa, eso es evidente.  Yo recuerdo de niña siempre oír “¿qué pasa? ¿y qué va a pasar?”     

 

A- Si, si, eso es de lo que se habla.  Eso es lo que se llama en lenguaje vulgar, eso es “desvivirse”, y eso es lo que nos hacen de pequeños y de mayores todos los días.  El desvivimiento consiste en la profilaxis médica, en el pensar a quién hay que votar, qué revolución hay que hacer mañana, y cosas por el estilo.

 

- Pero sí recuerdo una especie de cancioncilla dentro de mi cabeza que decía “¿y luego qué pasa, y qué va a pasar?”

 

A- Si, eso es lo que nos hacen. Bueno, perdonad que corte ya, porque estoy un poco cansado.  De manera que si no nos pasa nada, seguid trayendo cuestiones y todo eso dentro de siete días, y vamos a ver qué pasa.