25.08.2014

Tertulia Política número 74 (23 de Mayo de 2007)

Agustín García Calvo

Ateneo de Madrid


 

  • La Gramática como guía para entender la relación entre cosas e Ideales.
  • Lengua contra Escritura, Escritura contra lengua.
  • El tiempo real, creación fundamental en la costitución de la Realidad: ir con los tiempos.

 

  Tertu074-23-05-2007#Tertu074-23-05-2007.mp3

 

 

TRANSCRIPCIÓN:

 

 

Estábamos el otro día hablando de la lengua, buscando en la Gramática, (es decir, este proceso por el cual se eleva a conciencia lo que yace en la subcosciencia común de la tribu de que se trate, y de todas las tribus más abajo todavía), buscando en eso la guía más elemental y más cierta para entender la relación entre las cosas, las realidades, y los Ideales, no esistentes, pero que rigen la esistencia, nuestra esistencia.  Estábamos así tratando de sacar al aire, a la luz, a conciencia, lo que todo el mundo sabe por lo bajo: la Gramática de su lengua y de la lengua en general.


Y en esto mismo de “hablar de la lengua”, hay una contradicción evidente, porque “lengua” es lo que habla de las cosas, y para hablar de las cosas la lengua no puede ser una cosa, no puede estar dentro de la Realidad.  Esto es algo que se impone sin más razonamiento, y por tanto sólo en cuanto se la convierte en una cosa a su vez, y deja de ser ella la que habla para ser eso de lo que se habla, sólo de esa manera puede hacerse esto de “hablar de la lengua”, que es una contradicción.   Si alguno no veis la contradicción lo bastante clara, ya me lo haréis saber dentro de un rato, cuando deje correr la voz para que esa lengua, en lugar de hablar por una boca personal, hable por cualquier boca; por cualquier boca que se la deje salir a flote, que se deje hablar, lo cual no es tan sencillo.


La lengua es, aparte de esta contradicción fundamental, es en sí misma contradictoria, y es así nuestra maestra de la contradicción.  Es desde ella como podemos empezar a entender lo que nos importa en esta guerra contra la Realidad, esta guerra contra el Poder, que es el descubrimiento de la contradicción que una y otra vez trata de ocultarsenos, de disfrazársenos, de congruencia, de armonía, de ideas recibidas más o menos fijas.  La lengua es contradictoria en sí, y la entrada en la Gramática más elemental os lo demuestra.  Por ejemplo, no sólo es que tengáis que pensar por un lado en Entes astractos, Ideales, que nunca pueden pronunciarse, realizarse por sí mismas, como son “las palabras ideales”, como son “los fonemas” mismos, con las que las palabras y los índices que costruyen, y que luego tengáis que reconocer en la sucesión del habla, (o por copia suya, de la escritura) tengáis que encontraros con otras unidades a las que llamar “palabra”, de forma que en esta realización de la lengua al hablar, se está planteando la cuestión de “dónde empieza una palabra y termina otra”, “el límite entre una palabra y la siguiente”, mientras que por otro lado, en la lengua misma, en el aparato, está la cuestión de “si es la misma o es otra, una palabra”.


Os lo recordaré con algún ejemplo: es verdad que tiene que haber en Español mismo, en este idioma, un verbo “viene”, “vino”, “vengo”, “venir”, “viniendo”, que no es ninguna de estas formas.   Estas son las formas en que aparece cuando se produce, y se dice “vino”, “viene”, “vengo”, “viniendo”, “venid”, o cualquier otra forma.  Pero ninguna de ellas es el verbo en sí, la palabra en sí, la palabra ideal, cuya presencia sin embargo tenemos que reconocer.  ¿Dónde está?, ¿cómo se contrapone al hecho de que en una ristra de conversación o de escritura haya palabras sucesivas en otro sentido de la palabra “palabra”, en otro sentido completamente distinto, en otro reino?  Esta es la cuestión en la que quiero que paréis mientes: la palabra ideal está ahí.  Como una palabra ideal no puede pasar a producirse si no es cargándose de índices (que una vez se refieren a la modalidad de la frase en la que entra, otra vez se refiere a relaciones con el mundo “en que” por medio de los deícticos, otra vez son cuantificadores, otra vez son índices de relación sintáctica, como el otro día os estuve recordando), como no puede aparecer sino cargándose con índices, pues resulta que en sí no puede aparecer; no puede aparecer mas que cargada de esas cosas, y entonces, quien quiere pronunciarla fracasa por necesidad.  Si alguien quiere por ejemplo, un estudioso, un gramático, fabricar un diccionario de la lengua de su tribu, ¿qué va a hacer?; ¿qué va a hacer por ejemplo para escribir el verbo “venir”, “viniendo”, “vinieron”, “vengo”, “vienes”, etc.? ¿cómo se va a arreglar?, ¿qué forma elegirá?, ¿qué motivo tiene?


Los gramáticos Indios, por ejemplo, en esto de los verbos, escribían como cabeza en ell diccionario la tercera del singular del Aoristo, del Pretérito Indefinido.   Los diccionarios de Griego y de Latín, si alguno lo habéis estudiado, han metido la primera persona del singular del Presente de Indicativo; ahí tenéis los verbos presentados como cabezas en el diccionario, como “móneo”, o como “tasso”, o cualquier cosa.  Nuestros diccionarios prefieren poner el Infinitivo, que es otra elección, pero ya comprendéis que no hay ningún motivo al que podáis agarraros para elegir una u otra de las formas de aparición, (la palabra ideal) es impronunciable.


Por otro lado, y de una manera todavía más directa por el salto de lo Ideal a la producción real, lo tenéis con los fonemas, que son perfectamente Ideales también. Por ejemplo, en la lengua, en el dialecto en el que estoy hablando, hay 23, ni más ni menos, que se contraponen uno con otro, y que son irrealizables: no hay manera, ni de que cada vez que aparezca la palabra “jaula” en frases diferentes sea la misma palabra, ni siquiera hay manera de que el fonema “j”, o “g” sea el mismo cada vez que se pronuncia, es imposible.  No hace falta razonarlo: no hay manera.  No ya desde luego con la voz, con la fonación corriente, sino incluso por medio de aparatos, fonógrafos y reproductores, nunca podréis llegar a eso de “la mismidad” o “identidad”: nunca en la producción, en la Realidad, “una “j” será “la” j”, ni “una “p” será “la” p”.  Esas viven en otro reino: están evidentemente ahí, pero son perfectamente ideales, no entran en la Realidad.


Podéis como juego plantearos entonces la cuestión de verdad en uno y otro lado: ¿qué es verdad?: ¿que nunca una palabra o un fonema son el mismo, que la Realidad es una especie de cambio perpétuo en el que nada puede repetirse?, ¿esta es la verdad? ¿Por el contrario la verdad es el Ente Ideal, la verdad son Entes Ideales que yacen ahí y que no se pueden nunca realizar, pero que están rigiendo la realización?   ¿Cuál es la verdad? Ninguna de las dos cosas os da una respuesta satisfactoria.  ¿Dónde está la verdad?  La verdad no puede tener nada que ver con la Realidad, pero por otra parte tampoco la verdad es el puro Ideal, la imposición del Ideal; esto lo comprendéis bien.  Lo único que se nos aparece claro con estos ejemplos es la contradicción entre los dos reinos, que de alguna manera están ahí, pero cada uno en su sitio: los Entes Ideales  y la realización de esos Entes Ideales


Pues bueno, es en ese sentido como os decía que cualquier entrada así en la lengua, cualquier elevación a conciencia de lo que cualquiera que hable sabe sin darse cuenta de que lo sabe, es maestra para el enfrentamiento de los problemas que todos estos días nos traíamos respecto a la relación de los Ideales no esistentes pero rigiendo la esistencia, costituyendo las cosas y rigiendo las relaciones entre las cosas en la Realidad.  En esto es en lo que os quería llamar la atención.  Claro, todo esto contando con una cosa que en verdad no se da nunca en el mundo de la Cultura, de los Sabios, de los Entendidos: contando con que esa elevación a conciencia fuera honrada, limpia, tal como este rato he estado intentando que lo sea.  Cosa que no se da nunca, porque generalmente los practicantes de Ciencias tocantes a la lengua y a lo demás, lo que hacen es tomarla como un Ente Real, aplicarle teorías lo mismo que se le aplican las teorías físicas a las cosas o a los átomos, y por tanto se pierde esta posibilidad que estoy tratando de (hacerle un hueco) entre vosotros, esta posibilidad de que el descubrimiento de la contradicción en el ser y funcionamiento mismo de la lengua sea maestra para toda esta guerra que nos traemos contra el Poder y contra la Realidad.


Hay que prevenir también esto que seguramente muchos de vosotros todavía podéis confundir: la escritura no es la lengua.     Ya al final de la última sesión apareció algo de esto.  Y por escritura tenéis que entender no sólo la escritura con que la Historia empieza, los primeros palotes, la Historia en el sentido propiamente dicho, la Historia en que se revela esta primera aparición del intento de representar la lengua misma, los Ideales, por medio de unos palotes.  No sólo eso, sino que hasta en sus últimos desarrollos.  Ya recordáis: da igual eso que si en lugar de palabras se emplean imágenes, que todas ellas no son mas que series de significados, son un tipo de lengua como otro cualquiera.  Las imágenes sólo muy estúpidamente se pueden contraponer a las palabras, tal como en el eslogan que todos conocéis, porque de todas formas viene a ser una forma de escritura como otra cualquiera, o lo mismo con el desarrollo de procedimientos, como uno muy primitivo, el alfabeto Morse para el telégrafo, o el desarrollo de medios de información por medio de corriente alterna y de “si o no”, de la manera que todos más o menos conocéis muy bien, que cualquier otra cosa por el estilo.


En cualquier forma que se os aparezca o que progrese, la escritura no es la lengua.  Primero, cuando se inventa, en ese fin de la Prehistoria que acabo de evocaros con unos  palotes, cuando se inventa, cuando se desarrollan las primeras escrituras, el intento es desde luego todavía honrado, fiel. Con “honrado, fiel”, quiere decirse que trata de elegir señales, signos escritos, “todos y solos”, que correspondan a los Entes Ideales que en la lengua se reconoce que hay, por ejemplo “letras”, poniendo una letra para cada fonema de los que tenga la lengua de la tribu correspondiente, ni más ni menos, si se va camino de la escritura alfabética, o también palabras, con tal de que cada signo represente una palabra de las que están establecidas como “palabra impronunciable”, “palabra ideal”, en la lengua de que se trate, como en el desarrollo de escrituras como la del Chino y demás.


Da igual “escritura fonémica”, “escritura de palabras”, “escritura vocabular”: es fiel.  En comparación con lo que estoy intentando que atisbéis en la lengua misma, es poca cosa, es muy pobre: desarrolla (como       ha sucedido) aparte de las letras desarrolla algunas tildes para representar algunas de las prosodias que no se pueden representar con letras, desarrollan algunos signos de puntuación, pocos y mal, pero bueno, que todavía tratan de corresponder a lo que en la lengua hablada se hace mediante entonaciones de una jerarquía o de otra.


Pero bueno, escaso, poco, mal, de todas formas en los primeros desarrollos las escrituras vienen a ser relativamente honradas y fieles.  Luego ya, a partir de la escritura, viene el desarrollo de todo lo que llamamos “Cultura”, e inmediatamente la falsificación empieza y progresa, hasta llegar a los espantos, que creo que ya el otro día evocaba, de la ortografía que empleamos en Español mismo, y mucho peor todavía la que se emplea para el Francés o para el Inglés: esas cosas en que la escritura se ha cargado de Cultura, de alusiones, de recuerdos, de reminiscencias culturales, y se ha vuelto completamente infiel (bueno, casi completamente infiel) a lo que en la lengua se da en plan de fonemas, en plan de prosodias, en plan de entonaciones.


De manera que es así como la escritura, y a partir de ella la Cultura, se convierte en enemiga de la lengua.  Es normal, por eso estamos aquí en esta guerra recordando que la lengua de verdad no es de nadie, que es una máquina ciertamente, no es nada natural.  “Una máquina” como el otro día os decía, “blanda”, por oposición a todas las demás que por imitación suya se han desarrollado, que tienen que ser “duras”.  Pero una máquina en todo caso que se le da a cualquiera gratuitamente, la única máquina de verdad gratuita, el único “medio de producción”, como solía decirse, gratuito de veras para cualquiera.


Mientras que, en cambio, la Escritura, y toda la Cultura, esa desde el principio de la Historia ha sido posesión de los Sacerdotes, de los Señores, y después en todo caso es una propiedad personal, que vale Dinero, que mueve Dinero.   Todo el mundo sabe hasta qué punto la adquisición de Cultura es decisiva para hacerse un sitio y trepar por la Pirámide de la Organización Social, cuánto Dinero vale.  No tengo porque recordarlo, y de esa manera es como la Escritura y la lengua se contraponen a la lengua viva, a la que no es de nadie.  La confunden: nos hacen creer por ejemplo que se puede regular desde arriba la lengua, como se regula la escritura y las Istituciones Culturales, lo cual no puede ser: la lengua, en esa subcosciencia común de la Tribu y de las Tribus, tiene sus reglas, en las cuales ninguna Ordenación Superior, desde arriba, puede intervenir, sino es con desastre evidente del que tenemos testimonio todos los días, y con confusión.


Y naturalmente, si se quiere decir que aquí estamos en una guerra del revés, contra el Poder, contra la Cultura, entenderéis muy bien que digamos que la lengua a su vez todavía, que nunca acaba de morir, la lengua común, que es lo mismo que la razón común, “se revuelve contra”; se revuelve contra la Cultura, contra el Poder, y en definitiva contra la Realidad. En contradicción consigo misma, porque era ella, era la lengua, la que, no directamente, pero sí por medio del desarrollo del vocabulario de significados de cada tribu, había establecido las cosas, las había ordenado a su manera, mal ordenadas, aprosimativamente.  Y en contra de esa creación de las cosas que a la razón, a la lengua, tenemos que atribuirle, aunque sea a través del vocabulario, en contra de eso, la lengua, que nunca se muere del todo, se puede volver y denunciar su creación, decir “era mentira”  “Había sido muy necesario que os lo creyerais, porque el Régimen y la Sociedad no marchaban bien si no os lo creíais, pero era mentira”.  Es importante que pueda aparecer esto del “era mentira”,  esta declaración de la lengua  volviendo contra sí misma, que es lo que da sentido a esta tertulia política donde se intenta que, no las personas, sino lo que nos queda de pueblo que no es nadie, hable en contra de la Realidad, en contra del Poder, en contra de la Cultura.


Por lo demás, los que habéis estado conmigo estos últimos meses recordáis bien que en la costitución de la Realidad, necesariamente falsa, aprosimativa, tanteante en verdad, pero que quiere siempre hacerse pasar como cierta, como segura, la creación fundamental es la del Tiempo, la del Tiempo falso, el Real, empezando  por la conversión de algo a lo que podemos aludir como “el Miedo”, “la Esperanza”, “la Espectativa”, la conversión en “Futuro”, la creación de ese mostruo que son “los hechos futuros” bajo el cual padecéis todos los días aunque no os deis cuenta: “los hechos futuros”.   Esa es la creación fundamental, y sobre eso quería también hablaros, pero prefiero pararme un rato para que respecto a lo que muy rápidamente he sacado respecto a la lengua como maestra de contradicciones, por tanto maestra de rebelión, podáis decirme lo que os haya venido buenamente a las mientes, cualquier cosa que se os ocurra, cualquier cosa que veáis que no esté lo bastante clara, y luego seguimos volviendo sobre la creación del Tiempo. ¿Qué hay por ahí especialmente dudoso?  Esta tertulia vive de las dudas.


-Yo me preguntaba si el lugar donde se encuentran los fonemas de cada lengua es el mismo en el que están por ejemplo “el cinco”, “los triángulos”, “Dios”.


AGC-Todo lo que sean Entes Ideales, aunque parezca un poco ridículo, es un Reino que no es de este mundo, con tal de que “a este Mundo” le digamos “el de la Realidad.  Y sin embargo, desde ahí, como Entes Ideales, regulando la esistencia, rigiendo la costitución de las cosas y de todo.  De manera que dentro de ese Reino, pues en un lado estarán las palabras ideales, los fonemas que las componen, los índices ideales.......Y desde luego los Entes Geométricos que sacas a ejemplo son un caso, simplemente un caso estremadamente separado, de palabras ideales: el triángulo, la elipse, todo el mundo lo sabe, nunca puede realizarse, es absurdo pensar en la aparición del triángulo o de la elipse en la Realidad.  Pero está rigiendo la multitud interminable de apariciones aprosimativas de la Realidad.  De manera que está ahí, desde donde rigen todo.  ¿Qué mas cuestiones?


-Decías que el lenguaje era gratis.


AGC-La lengua es la única máquina gratuita. 


-Parece que los casos estos de los niños lobo los utilizaban un poco para negar esto: es gratis, pero no del todo, porque tenemos que


AGC-No sé si te sigo bien.


-En el caso de los niños lobo decían que si no están en la Sociedad no podían adquirir lenguaje.  Entonces, es como una utilización de eso.


AGC-No lo veo muy bien, porque no es directamente: lo que se dice es que esta Realidad, esta Sociedad, y cada Tribu también, la única máquina gratuita que de verdad proporciona es la lengua. De manera que el hecho de que en experimentos o acontecimientos de niños que quedan fuera de la tribu se produzca el “desperdicio” digamos, de ese don gratuito, no prueba nada directamente en contra de su gratuidad. Sugiere en todo caso que es un don que puede, sino “perderse”, “estropearse” por condiciones esternas, como por ejemplo esa: desde una cierta edad hasta una cierta edad encontrarse fuera del ámbito de la comunicación con otra gente, por ejemplo.  Algo biológico incluso, esterno en todo caso, que hace que el aprendizaje de un idioma cualquiera, pasados digamos los siete años, no se puede ya producir.  De todas formas, cuando se produce con los penosos ensayos de Foniatras y de otros Médicos del lenguaje, (eso sucede ya) con trabajo.  Eso si que parece que en esos casos lo hace “no gratuito” , porque es que evidentemente, si alguien se esfuerza y hace trabajar al niño, o a la persona, para llegar a hablar una lengua determinada porque no sabe, parece que lo hace para que entre en la Cultura, entre en la Sociedad, sino está perdido.  Y eso ya es trabajo. Eso si que contradiría la Universalidad de eso de que la lengua es un don gratuito.  Concretamente una máquina, un medio de producción gratuito, pero que su repartición y su aprovechamiento puede estar condicionada por motivos esternos.  Está bien apuntarlo además.


-Bueno, sobre la cuestión esta del volverse la lengua sobre sí misma, y la Escritura.  Bueno, esa sería una traición buena, necesaria: la Escritura, incluso en los casos más sofisticados, incluso más allá de los nombres propios, aunque para abreviar los utilicemos. Pensemos en un Machado, Kafka, Proust, Beckett: Se traiciona también a sí misma incluso en los puntos más sofisticados de la Cultura, y esa traición podía ser buena, necesaria.


AGC-A ver, ¿en qué traición estás pensando?


-Bueno, niega la propia máquina dura y seca de la Cultura, de alguna forma. ¿O piensas que no hay forma de salir de esa condena? ¿O en esos casos hay algo que sobrepasa....?  Por ejemplo en Kafka para mí está muy claro, o en Proust, o en Machado: la Escritura, la condena a la jaula de la Cultura, es sobrepasada de alguna manera.  De manera que no sé muchas veces cuál es, pero que sientes que hay una traición ahí benévola.


AGC-Desde luego supongo que estarás conmigo,( porque ellos lo estarían, si han caído en un () de honradez) que ni Kafka  ni nadie tiene mucho que ver en el asunto.  Las personas, como tales personas, y casi peor si son personas ilustres, artistas o poetas o literatos o lo que sea, se comportan como personas, y por tanto no pueden dar nada gratuito.


-No, pero más allá de las personas.  No creo que sean ejemplo en muchos de los casos.  Machado quizás sea un caso un poco aparte. Pero un Kafka, un Proust, no creo que sean otra cosa que ejemplos de una escritura en algunos casos muy sofisticada y muy cuidadosa.  Y sin embargo yo creo que consiguen que se contradiga a sí misma.


AGC-Ellos no consiguen nada.  Ni Machado, ni Kafka, ni nadie, consigue nada en cuanto personas.  Esa es nuestra traición.  La verdad es que las obras en que pudiera suceder algo del revés, algo milagroso, enseguida las enterramos bajo el nombre de una persona, y con eso ya quedan domesticadas.  Es muy sencillo de decir: si en el habla corriente, en una conversación más o menos desmandada, si en una escritura sofisticada, artística, impresa, publicada, si en alguna forma de poesía o de otra, se produce algo que sea de verdad contradictorio con la Realidad, con la Cultura, no es desde luego por obra del Artista, del Poeta, sino en contra de él, porque es “real”.  De manera que habría que decir que...


-Yo creo que lo que habría que decir es que se da, a pesar de todo, “en la escritura”, que es lo que tú quieres decir: que a pesar de eso, se da en la Escritura, aparte de lo otro de....


AGC-Si algo sucede en la conversación, en la Escritura, en la Literatura más refinada, en dondequiera que suceda: si algo sucede en algún momento, medio por milagro, de manera que se produce la contradicción de veras con la Realidad, un descubrimiento de la falsedad de la Realidad, cosa que yo también siento que a veces sucede, eso no lo hace ni el Artista, ni el Poeta, ni nadie: le sucede en contra de su Persona.   Y es nuestra traición la que después coge eso con todo el resto de la tal vez bazofia que la misma persona haya podido escribir, y lo coge bajo su nombre, y lo hace entrar a formar parte de la Cultura, y ya no sirve para nada.  Es decir, que es siempre la lengua, el pueblo que no esiste, quien por ahí hace algo en contra de lo mandado, en contra de lo corriente.


-En el Cine quizá se ve más claro.


AGC-En el Cine también, en cualquier Arte.  Si algo sucede es en contra de las intenciones de la Empresa, de las intenciones Personales del productor, y gracias a eso de que la Realidad nunca está bien hecha del todo.  De eso partimos todos los días: la Realidad no es todo lo que hay, y uno tampoco es del todo real: uno tiene sus debilidades, sus huecos, y habría que decir que los más buenos de todos, como los que has citado, son los que tienen mucho de eso, tienen mucho de contradicción consigo mismos.


-Claro, pero cuando uno habla pasa lo mismo, la mayor parte de las veces uno habla como si estuviera viendo la tele.


AGC-Como he dicho también aquí: el milagro puede producirse, lo que le decía a Antonio, que incluso en los casos de reducción a Literatura y demás desarrollos también, pero desde luego, por supuesto aquí mismo.  Aquí mismo, en cuanto en lugar de soltar nuestro rollo respectivo y Personal, y dedicarnos a una disputa de ideas, dejamos que nos salga de más abajo algo que no sabíamos, algo que no controlábamos.   Puede suceder de vez en cuando.  Los más buenos son esos, los que padecen de mucha debilidad en su persona, de mucha inseguridad, de mucha contradicción consigo mismo.  El propio Machado alguna vez acertó a decirlo él mismo algo en ese sentido, respecto a la guerra consigo mismo, y lo que el otro día citábamos: “la onda humilde a nuestros labios vino de unas pocas palabras verdaderas”. En lo de “la onda de la lira inmensa”, ahí tal vez se pierde un poco, pero igual puede decir “del pueblo que no esiste”, y da lo mismo. ¿Qué más?


-Dijiste que cuando se desarrollan los primeros escritos, el intento es más honrado, más fiel.   Hablabas de los palotes. Los símbolos, las letras por ejemplo, ¿serían más verdad que la palabra, y la palabra sería más verdad que una frase?  O también, si representas el Sol, un dibujo del Sol, ¿un Sol sólo sería más verdad que la palabra Sol?


AGC-Esto último, como he dicho antes respecto de imágenes, daría lo mismo, es una forma de escritura.  Respecto a lo otro, las Escrituras no se inventan en ese fin de la Prehistoria para representar frases, producciones.  Ni mucho menos.  Eso, a lo largo de muchos siglos ya de cultivo de la Escritura, puede traducirse en la aparición de puntuaciones que se dediquen a distinguir frases y la modalidad de la frase.  Trata de representar los Entes Ideales: en unos sitios el Ente Ideal “palabra”  (y desde luego, da lo mismo que lo haga por medio de signos, como un Sol, imaginísticos, que por otro medio cualquiera), y en otros sitios del mundo, los fonemas, igualmente Ideales, que tratan de representarse con letra.


 No he dicho una cosa que tiene que ver con la cuestión de los números que el otro día nos traíamos: yo tengo para mí, (y creo que hay algunos de los investigadores que me acompañan), que lo primero que se escriben son ese tipo de Entes Ideales de que aquí tanto hemos hablado, que son los números.  El uso de los palotes parece que por fuerza tiene que ser en primer lugar para escribir números. Hasta tal punto desde el principio podemos decir que todo el desarrollo de la Matemática está ligado a la Escritura, y se hace inconcebible otra forma de la Matemática que no sea la ligada a la Escritura.    Pero más cuestiones, si.


-Esta máquina gratuita se utiliza tan mal, ya sea por utilizarla en demasía, o haciendo mutismo, o sea, no utilizando casi la máquina.  Es la típica desconexión entre los hombres y las mujeres, que los hombres se dice que nunca hablan, y que las mujeres hablan mucho, o parece que tienes que ir a un sitio donde haya un esperto en lenguaje que te ayude a hablar menos, o a hablar más, o incluso a mejorar lo que se dice.


AGC-Bueno, ¿no sabes de verdad porqué se utiliza tan mal, qué es lo que hace que se utilice tan mal la lengua?


-Muchas veces no hay nada que decir, y para repetirte, mejor te callas.


AGC-No, pero eso no puede oponerse.  ¿Qué es lo que hace que siendo la lengua toda la maravilla que estoy aquí tratando de sacar a flote, efectivamente en el uso la cosa sea tan desastrosa como él dice?


-La conciencia.


AGC-La Conciencia, la Cultura, el Saber, la intervención de eso. Es que así no hay manera.  La lengua nunca yerra, la lengua va derecha a la contradicción consigo misma, a descubrir la mentira. Pero amigo, por encima de la lengua está la Educación, la Cultura, las ideicas que cada uno se ha hecho acerca de las cosas, la Literatura, el desarrollo de todos los tráfagos más o menos Culturales que nos traemos, y desde luego así no hay quien hable bien, claro.  Si alguien habla bien por casualidad, es porque por un momento le sucede que se desnuda un poco de todo eso.  Porque si se acuerda, ¿a qué viene?: no sólo a los casos más vulgares que os estaba sacando de hablar mal, sino a los casos también más cultos de hablar mal, que son más tremendos, porque tienen más influjo.    ¿Cómo llamaré a lo que sale en la inmensa mayoría de los Periódicos, de los libros?: “rollos patateros”, eso es, “rollos patateros”.  Eso es hablar mal también, soltar rollos patateros, que es lo que uno encuentra por todas partes, y eso es peor todavía, porque tiene un prestigio cultural.  ¿Qué más?


-Por seguir con esto de la Escritura y del habla, es que no termino de verlo claro, porque también me parece que esto que estás diciendo ahora, pero que escribiendo uno se desembaraza más fácilmente de la conciencia y de todas estas trabas que has dicho, que hablando.  Que verdaderamente escribiendo sí se puede.....Incluso la escritura la vería como menos real que el habla, porque es como si estuviera más fuera de la Realidad en el sentido de que no hay tiempo, mientras que hablando siempre hay tiempo, y circustancias, y situaciones, y la escritura es un Ente Ideal que....


AGC- No, no.  Es real.


-Bueno, es real, pero puede poner como unas circustancias, o un caso concreto de no dirigirse a nadie en concreto, a todos a la vez, en las circustancias mejores, en las peores, en las que quieras, y sale otra cosa diferente, que yo no creo que sea simplemente intentar trasmitir la lengua hablada al papel, o a la escritura, sino que es casi otro lenguaje, es otra cosa.


AGC-Lo que no sé es porqué pones empeño en la comparación, porque vamos, es evidente para ti y para cualquiera que tanto en la práctica del habla, en la práctica hablada, como en la Escritura, hay estorbos; en cada sitio de su clase, pero estorbos pesadísimos en un lugar y en otro.  Tú has sacado aquí los que se dan en el habla corriente, porque puede haber prisa, y efectivamente eso puede hacer tartamudear, o tal vez una discusión puede volverse así inútilmente enconada, y conseguir que no se digan mas que cosas sin interés de un lado y del otro.  Pero échale guindas a la Escritura y al desarrollo de la Literatura, desembarazarse de toda la carga que eso tiene encima, que era lo que me hacía decir que si también ahí sucede alguna vez algo, es casi por milagro.


-Pero esa carga que estás diciendo tú, que es cierto, en personajes esa carga se vuelve también del revés, y aporta. O sea, si Beckett dice “no hay nadie”, “no hay nada, punto final”, dentro de un testo que tú estás leyendo no es lo mismo que si aquí cualquiera lo dice a otro.  Tienes toda la carga del personaje, todo lo que ha dicho antes, lo está leyendo alguien, y lo interpreta de otra manera, está entendiendo otra cosa.


AGC-Yo efectivamente no puedo negar que eso suceda de vez en cuando, y yo mismo, qué te voy a decir, los fragmentos del libro de Heráclito que nos han quedado, los saco una y otra vez, y los repito.  Efectivamente, es porque los considero que son desvelamientos, y en efecto, pues citamos también algún verso que otro, alguna cosa que otra.  Pero vamos, ahora vuelve a recordar el medio milagro que es eso si consideras nada más el volumen que actualmente padecemos de Escritura de todos los tipos: imaginística, informática, digital, y sobre todo literaria: Filosofía, Literatura. 
Es lo que me decía alguien antes hablando así vulgarmente, ¿qué es lo que se lee, así de ordinario en los libros, en los artículos, en cualquier sitio?: “rollos patateros”.  Son rollos patateros, y evidentemente son más fáciles de producir y más amenazadores para el sentido común, por el hecho de que tienen el prestigio de estar escritos, de poderse distribuir al gran publico, de que algunos lo repitan.  Y no son algún verso acertado de Machado ni los fragmentos de Heráclito lo que puede estar por ahí: la inmensa mayoría es lo otro, y sirve además para esconder los pocos hallazgos, los pocos momentos de contradicción con la propia persona: a todos se les comprende bajo la misma capa, se hace una Historia de la Literatura, y lo mismo cuenta ahí lo descubridor que lo idiota o cualquier cosa que haya salido, es igual.  No hay manera, es la lengua que nunca muere, el pueblo que no esiste, y por tanto nunca muere, lo que a través de Personas y a través de Escrituras, o como sea, puede de vez en cuando, por descuido, por debilidad de la propia persona, dar lugar a esas contradicciones, una lengua en contradicción con sus propios desarrollos, con sus propias producciones. 


Es como hay que ver la cosa. No, no se puede justificar la Cultura, sino estamos perdidos.  Es más, es mejor que salga de vez en cuando, aunque sea de no sé donde, eso de decir “todo rollos patateros” sabiendo que no es todo, que de vez en cuando hay alguna rotura, alguna excepción.  Pero más vale, para descargarse rápido, el decir “todo rollos patateros, lo que hay en los Periódicos, y en las librerías, y en cualquier sitio” ¿Qué más había por ahí’


-Pienso que el discurso puede ser rollo patatero igual que la escritura. Pero quería hablar del mensaje, el que lo manda, y el que lo recibe, desde lo más primitivo del niño que llora, que lo recibe su madre y lo puede malinterpretar: llora su niño, no sabe si es que le duele algo o que tiene hambre.  Entonces la madre interpreta, y en los discursos y en los escritos hay interpretación del que recibe el mensaje y esto es muy importante, porque desfigura completamente al que lo manda.


AGC-Si, si, mal hablar y mal entender. El niño, en el caso en que lo pones, desde luego no emite ningún mensaje, porque no ha aprendido a hablar, se supone, la lengua de su madre.  Por eso la madre le enseñará a que diga “¿qué quieres, rico?”, y que diga por ejemplo “¡quiero un pastel!”, y mienta, sea mentira: no quiere un pastel, pero quiere dar la lata, y dar la lata muy frecuentemente.  Y la madre le enseñará a que maneje la lengua, y por tanto, gracias a eso pueda mentir como cosaco, que es para lo que mayormente sirve la lengua.  ¿Qué más?


-Yo pienso que es ahora un momento de plantear de nuevo la cuestión del descentramiento, es decir: efectivamente la lengua aparece como las lenguas de Babel, pero aquí habíamos planteado el hecho de que las cosas “hablaban” en cierto sentido.  Entonces, ¿en qué sentido se puede pensar,(imitando aquella cosa de (laideo)), que hay una escritura de las cosas, que después llegan los Físicos y las traducen, las interpretan? En ese sentido, es decir, que cosas quizá como los números, que aparecen de esta manera en nuestras lenguas, en las lenguas humanas, pero que pueden relacionarse con el ritmo, hay que suponerlas que están más allá, o más acá’.


AGC-Si, bueno, en primer lugar Caramés recuerda una cosa que es negativa, pero muy importante: nos hemos distraído, el otro día y hoy, demasiado con este tipo de Realidad que es la Humana.  De manera que hay que ir al descentramiento.  Nos hemos cargado al Hombre hace tiempo, y tenemos que recordarlo: el Hombre no es mas que una cosa entre las cosas, y por tanto todo esto que estamos diciendo de nuestra habla, nuestra Escritura y demás, no es mas que un caso: las cosas, cualesquiera cosas de la Realidad, hablan.  Naturalmente que hablan en su lengua y no en la nuestra, y por tanto difícilmente las oímos o las entendemos, pero no hay ningún motivo de sacar esto de “el Hombre” como si fuera una especie de centro. Hay que recordarlo una vez y otra: somos un caso de “cosa entre las cosas”, interesándonos mucho, como está pasando ahora, porque es lo que nos toca más de cerca, la enfermedad que más nos duele, pero por nada más que por eso, sin ningún otro fundamento.
Las cosas hablan, y por tanto, lo que dice Caramés, y que había salido ya algún día: se puede decir que este juego que con respecto a nuestra lengua descubrimos entre los Entes Ideales (palabras ideales, fonemas) y la producción, y la contradicción consiguiente entre lo uno y lo otro, entre la cuestión de “otra/la misma”, o la cuestión de “una o dos”, tenga también una aparición en las cosas en general, acertemos a verlas o no.  Y hasta tal punto de que incluso aquello que decíamos días pasados ya, comentando lo del “Ho Zeós aritmetidsei” de Gauss, puede decirse que esta necesidad de las cosas de “ser cada una lo que es” en contradicción con el hecho evidente de que nunca una cosa es la que es, esto estendido a las cosas es lo mismo que hemos estado diciendo de nuestra habla, de nuestro  () del habla.  Naturalmente, en la formulación de Gauss y demás, se hace intervenir al Dios, lo cual es erróneo, porque Dios pertenece en todo caso al reino de los Entes Ideales, con el inconveniente de que tiene en la Teología que volverse real al mismo tiempo; es decir, sostiene en la Teología la contradicción, y por tanto       tortuosa.  Pero puede decirse que es, no “humano”, sino “de la Realidad sin más”, esa contradicción entre la necesidad de las cosas de ser lo que son y cada una lo que es y defender su ser, al mismo tiempo que la necesidad de la vaguedad, la aproximación, el perdimiento constante, porque no puede ser menos.  Esa es la manera de trasladar lo que estábamos diciendo con demasiado ahínco en cosas humanas, su traslado a las cosas en general, si, que se puede seguir haciendo. Si.


-Los animales hacen cosas, hacen habitáculos, etc, pero lo que no parece es que escriban.


AGC-Si lo de escribir es muy secundario, es un invento. Ya no sólo la Escritura: ya he dicho que es que la lengua, en el sentido en que nosotros decimos “lengua”, y lo hemos estado discutiendo, es un tipo de lengua.  No digamos la Escritura, vamos, que es ya un invento histórico, con el que comienza la Historia.


-Bueno, la leyenda china dice que los “kanyis” están hechos sobre la huella de los pájaros.  Eso de que hablan las cosas también es a lo mejor una metáfora comparable.


AGC-Si, generalmente se han dicho cosas así, pero generalmente muy humanamente entendido, y por tanto falsificable.  No es fácil salirse e intentar, aunque sea por algún atisbo, “oir” otra lengua que no sea la de los hombres


-Incluso esa necesidad que has dicho tú de que las cosas sean las que tienen que ser también ya las apunta en Heráclito  en el fragmento ese que dice (interpretado así a mi manera) que dice “si todas las cosas ya humo se hicieran, ya habría narices que dijeran: “sándalo, romero, hierbabuena”.  Quiero decir que recurre a una cosa como el olfato, tan primitiva, que es uno de los cerebros rectilíneos, para decir que incluso desde ahí hay un empuje a la cuestión del significado, de que las cosas sean lo que tienen que ser.


AGC-No, no, no son las cosas, no hay porqué armar un lío.  Desmontando al “logos”, a la razón, a la lengua, fónica, de su trono, debidamente desmontándola, ya que es igual, que podía resultar un mundo en que las cosas fueran efectivamente olores, y que nosotros entonces aquí tendríamos narices, y que sería igual, porque todo vendría a dar al mismo tipo de astracción y de contradicción.  Bueno, pero dicho más en general todavía, la lengua, la razón “humanas”, no son mas que un caso entre una lengua y razón que puede ser de las cosas mismas.


-El otro día no estuve, a lo mejor lo has explicado en ese momento: hablas del lenguaje como “máquina blanda”.  ¿Qué quieres decir con ello, es decir, qué tiene de maquínico el lenguaje?


AGC-Nos va a distraer un poco, porque es que el otro día estuvimos muy dedicados a eso: era sobre todo por la contraposición: todas las otras máquinas tienen que ser “duras”, y lo de “blandas” sugiere algo que las otras máquinas no pueden tener, que es compaginar una suma flexibilidad y sutileza con el mantenimiento de una cierta condición de exactitud o de pretensión de exactitud en la producción


-¿Pero el lenguaje que tú hablas tiene una condición maquínica?


AGC-No.  Es una máquina, no es natural.  Para decir que es una máquina basta con reconocer que no hay nada natural en lo humano, es otro de los cuentos.


-¿Si llevásemos la mente delante de la lengua cometeríamos menos errores? Pensar antes.


AGC-Es que lo de “la mente” es un rollo patatero también.  Eso de la mente es una palabra que ni siquiera es castellana, se ha metido para traducir el inglés “mind”, que la usa mucho, y la verdad es que no dice mucho.  Lo que ha oído usted: razón y lengua es lo mismo, razón común y lengua común es lo mismo; razón privada y lengua privada, o particular, son lo mismo, son dos caras de lo mismo, no tiene porqué estar delante ni detrás. No hay que separarlas.  Separar “pensamiento” de “lengua” es siempre un error, y es un error que lleva a muy malos tragos.


-Usted ha dicho que la lengua se contradice, y parece que se contradice en varios niveles a la vez.  Entonces yo estaba pensando en cuantos, pero uno es el fonémico, el de los sonidos, que la “k” es siempre el sonido ese de cuando ......


AGC-Si, que nunca es el mismo en la función.


-Ese es un nivel de contradicción.  Y luego el nivel de las palabras....


AGC-La palabra, que no puede aparecer sino acompañada de índices, y que por tanto no puede, en un diccionario, encontrar cuál es su forma, porque cualquiera que elijas es mala.  Son dos niveles distintos.  El más general es con el que empecé: el hecho de hablar de sí misma como estamos haciendo ahora.  Esa es la contradicción fundamental.   Y se podrían encontrar otras: la lengua se está contradiciendo a sí misma costantemente: ella es la que está fabricando ideas, fabricando cosas, y descubriendo la falsedad de esas fabricaciones costantemente.
Bueno, os iba diciendo, maldiciendo, de nuestra Cultura y de la Realidad, y recordando que el fundamento para el establecimiento de toda esta falsedad es el tiempo, el tiempo real y falso, que empieza siendo “Futuro”: “el fin es el principio”, ya recordáis.   En el nivel más inmediato, la costitución de uno está fundada en el Futuro, en la Muerte, y así generalizando a todo lo demás.
Bueno, esto es una cosa que  me había salido, y estos días he estado (hoy lo habéis visto muchos de vosotros, porque he visto que Mercedes, Teresa, han repartido copia del artículo), en una conversación con mi nieto, “Ir con los tiempos”, y se trataba de maldecir por ese camino.  Conviene repetir, después de lo que he dicho de la Cultura, la Escritura y la Cultura, matando a la lengua viva, que es como matar lo que nos queda de pueblo, creo que se entiende bastante bien.  Si ponéis en paralelo Cultura, Escritura, establecidas, siempre de Sacerdotes y de Señores, siempre del Capital y del Estado, con la lengua viva, contradictoria, y por otro lado la Persona, igualmente servil, sometida al servicio de Sacerdotes, de Dioses, del Capital, del Estado, con eso que no es nadie, pueblo que no esiste, supongo que entendéis bien la conexión entre la cuestión del tiempo y esto.


“Ir con los tiempos” es efectivamente en esta conversación con este nieto mío lo que me llamaba la atención; es especialmente mortífero, especialmente encocorante.  Cualesquiera que en cualquier terreno de la Cultura (Arquitectura, Artes Plásticas, Música, Canto, Canción, Literatura, Poesía, cualquiera) caen bajo la condena que está casi impuesta a cualquier muchacho o muchacha que empieza a hacer algo, una condena a “estar al día”, a enterarse de cómo van las cosas, y por tanto a producir de acuerdo con eso para hacerse un puesto, llenar un hueco tal vez en la Historia, y en todo caso a hacerse un puesto, y por lo tanto un Nombre, en el inmediato o posterior proceso de las Artes, de la Literatura, de lo que sea, cualquiera que acepta esa condena y se somete a ella, ha obedecido a la intención de Dios, del Poder, de la manera más clara: ya no va a hacer nada más que lo que ya está hecho.  Y era justamente de eso de lo que se trataba, es el engaño del Futuro: que no se haga nada, ni en Artes, ni en Ciencia, ni en Poesía ni en nada, que no se haga nada que pueda ser peligroso para descubrir, para que se descubra la falsedad de la Realidad toda; que no se haga nada, que no suceda algo de eso. 
Lo más seguro es, efectivamente, someterse al tiempo en este sentido preciso de “ir con los tiempos”.  Pero fijaros cómo aquí se compagina la condena a servir al Futuro de la Ciencia, al Futuro de la Poesía, al Futuro de las Artes y lo que sea, se compagina con el “hacerse uno uno un puesto”, es decir, el hacerse un puesto en el Progreso de las Artes, de las Ciencias, de la Cultura, de lo que sea, de la Literatura, de la Poesía.  Lo uno va con lo otro. 
Esto justamente me ha recordado que estos días estuve sacando a Español vulgar otro de los Sonetos Romanescos del Belli que algunos de vosotros conocéis.  Otro aparte de los 47 que he publicado en un librillo que anda por ahí pasando del Romanesco esta voz de la plebe a la que este hombre sirvió con tanto tino, al Español vulgar, y donde creo que justamente se dice algo de esto.  En el original, el personaje del Belli lo refiere al ascenso en las Jerarquías Eclesiásticas, que era lo que a él le tocaba más de cerca, desde monaguillo hasta Papa.  En mi versión, como esto está demasiado pasao de moda, pues se refiere a la Ordenación Burocrática sin más.   A ver si lo recuerdo, y sino me perdonaréis:
“Desque el empleaillo saca plaza/ ya piensa en ascender  a ser Agente/El Agente ya piensa en ser Gerente/El Gerente a ser Jefe planes traza//  El Jefe a ser Ministro echa su baza/ El Ministro se ve Presidente/ y el Presidente, si quieres que lo cuente/ piensa en que a él ninguno lo desplaza//  Según la horma de esos figurines/ piensa uno en su futuro, otro en sus fines/ otro en ganar honor de que presuma//  El que tié un cuarto, piensa de qué modos/ le rinda más, y por decirlo en suma/ ca quisque piensa en sí, Dios piensa en todos”.
Si, me he acordado de esto por lo de el “en sí” y el “Dios”.  Efectivamente, esto tiene que ver con lo de la condena tal como lo estaba sacando: el servicio al establecimiento de uno en el Tiempo.   Nada más inevitable: uno está costituído por su muerte, ¿cómo no va a creer en el Futuro?.  Y si cree en el Futuro, ¿cómo no va a procurar encontrar ese ascenso en los puestos de la Pirámide, en cualquier sitio que sea que el Belli saca?  Esto se compagina con el servicio a Dios, con el servicio al Señor: “ca quisque piensa en sí, Dios piensa en todos”.  Y lo uno va con lo otro, porque efectivamente Dios, Estado, Capital, o como queráis llamarlo, se realiza justamente, realiza su programa, precisamente por la sumisión de cada uno a su Futuro propio, así va lo uno con lo otro.


Bueno, y queda siempre la cuestión esta (creo que en la conversación esta con mi nieto ya lo sacaba), la pregunta de, cuando ve uno cualquiera de los mamarrachos gigantéos que los Arquitectos, sean los vulgares y siervos directos del Dinero, o sean los de Nombre que sirven al Capital todavía de unas maneras más esquisitas, cuando ve uno cualquiera de los mamarrachos que le produce, (y que naturalmente para los Críticos, para la gente, para las Autoridades, están bien, es lo que va con los tiempos: “¿no se hacían en el siglo doce Catedrales Góticas y en el trece, de acuerdo con sus tiempos?  Entonces nosotros tenemos que hacer estos mamarrachos, bloques de pisos y escultura de esta gigantesca porque eso va de acuerdo con los nuestros, etc”  Así es como la Historia sirve.  Y lo mismo si tal como me salía antes, ante los libros más consagrados de Pensadores, de Poetos, de Poetas que anden por ahí, uno se para y dice: “un rollo patatero”),  entonces, la pregunta es: ¿quién tiene derecho?, ¿desde dónde se declara “mamarracho”, o se declara “rollo patatero”?
 Pues esa es la cuestión.   Esto lleva a la desconfianza, porque nos han hecho creer que todo son opiniones; todo son opiniones personales, minoritarias o mayoritarias, para eso estamos en Democracia, y que por tanto, si uno suelta eso es porque personalmente le parece, y que no hay más.  Hay que saber decir ( y sino no tiene sentido esta tertulia política en que se trata de dejar hablar al pueblo que no esiste), hay que saber decir, “si, si que hay: hay siempre algo que puede decir “es un rollo”, “ es un mamarracho”, “es un adefesio”, “es un trampantojo”, “es una mentira”.  Hay algo que es justamente (no lo podemos encontrar positivamente) lo que no depende de opiniones personales.  Hay algo siempre que no depende íntegramente de opiniones personales ni de teorías, ni de actitudes respecto a los tiempos.  Hay siempre algo de eso.
Y si queréis una prueba clara, con lo que voy a concluir por hoy, la prueba es la asistencia de vosotros y de muchos de vosotros nueve años y medio aquí.  ¿Qué coños es lo que os hace venir aquí a muchos de vosotros durante muy largo tiempo, y a algunos por lo menos a recaer de vez en cuando? Si no hubiera por debajo de las opiniones personales, por debajo de la Cultura, algo más que no se agota ahí, no tendría sentido que vinierais aquí (que viniéramos, empezando por mí).  De manera que eso se puede tomar sin demasiada broma como una prueba de que hay algo.  Y hay algo gracias a que simplemente la Realidad no es todo lo que hay: la Cultura, por potente, por aplastante que sea, la Ciencia, por aplastante que en su divulgación se vuelva, la Literatura, por aplastante que sea, las Artes, por mucho que se vendan, nunca son todo, siempre queda por debajo algo; algo que nunca muere y que es lo que puede declarar así lo de “es un mamarracho”.